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ESCUCHAR ACTIVAMENTE

solo el ser escuchados se valida lo que decimos. Quien escucha, invariablemente, dará
sentido a lo que se dice. Si la escucha no coincide con el hablar del otro, la comunicación se
convierte en una pérdida de tiempo y, probablemente, en un inservible desgaste emocional.

En su libro ontología del lenguaje, Rafael Echeverria hace hincapié en que escuchar no es
oír. Dice que la diferencia entre ambas acciones es que en la segunda completamos lo que
el otro quiso transmitir con su historia y juicio propios, desde una interpretación personal
colmada de pensamiento o razonamiento derivados de nuestra experiencia. Por tanto,
reitera que la escucha no es pasiva, si no activa.

La convivencia en pareja es un reto diario; generalmente existen conductas distintas, pues


las historias de vida, los aprendizajes y las creencias no son iguales. No obstante, puedes
aprender a observar las diferencias y acomodarlas a una nueva forma de comunicación
para de esa manera generar un sistema diferente del de las familias de origen.

Para que lo anterior pueda transformarse en realidad la escucha se convierte en una acción
vital debido a que:
-se genera un marco de referencia común, mucho más amplió que el de cada uno, para
interpretar el mundo.
-se expande la capacidad de compromiso, no solo de puntos de vista, sino de sensaciones
y conductas de la pareja.
-se dispone la capacidad de información de mayor calidad para cualquier toma de
decisiones.
-se ahorra tiempo.
-suergen aprendizajes nuevos que repercuten en el crecimiento de la pareja.
-al escuchar con cuidado, adquirimos el derecho de exigir que los demás nos escuchen.
-se demuestra buena educación y se recibe, a cambio, la simpatía y gratitud del interlocutor.

Caso terapéutico
En una ocasión llegaron a consulta pilar y Carlos, quienes debido a un conflicto de
comunicación no lograban ponerse de acuerdo respecto a los permisos que "debían" dar a
uno de sus hijos.

En ese momento el hijo tenía 18 años y para la madre no era adecuado que anduviera
afuera de casa después de las 12 de la noche; en camino, el padre si le permitía llegar a las
2 de la mañana. La pareja discutía continuamente por los permisos.

La primera propuesta fue familiarizarlos con las técnicas de dar acuse de recibo, escuchar
sin enjuiciar, ponerse en el lugar de otro y parafrasear. Luego se les pidió que se sentarán
frente a frente e iniciarán la conversación poniendo en práctica las técnicas antes
mencionadola.

Ahora para llegar a un acuerdo, le pidió a pilar que se siente en la silla de Carlos
(convirtiéndose en el) y a Carlos en la de pilar (convirtiéndose en ella) y que empiecen a
dialogar cuando estén listos.
Pilar (Carlos): me preocupa sentir que mis padres no me ponían horarios de salida y
además, podía estar con mis amigos todo el día sin restricciones.
Carlos (Pilar): a mi me es difícil pensar que tengo restringidas mis salidas y que mis padres
me supervisan todo el día y me tienen como encarcelada.
Terapeuta: es claro que para ambos es difícil intercambiar las posiciones, ya que es algo
nuevo para cada uno. Es hora de que empiecen a establecer sus acuerdos desde una
visión diferente.
Seguimos un tiempo más con las sesión, pero lo importante de este trabajó no es el
acuerdo al que llegaron, sino su capacidad de escucharse, así como percatarse de que
cada uno tenía un punto de referencia distinto y si el otro no lo entendia, no podría
comunicarse ni superar sus molestias respecto a este u otros asuntos.

Escuchar activamente es un acto propositivo y consciente que exige fuerza de voluntad. No


es estar pasivos dejando pasar sonidos, ni pensando en nuestras ideas sin siquiera
considerar el punto de vista del otro.

Tampoco surge espontáneamente: se aprende y se desarrolla como una habilidad.

Colocarse en el lugar de la pareja e intentar imaginar que siente, que piensa y como
sustenta sus opiniones es una excelente manera de ejercitar la escucha activa y la empatía,
que analizaremos con más detalle posteriormente.

Ejercicio: "cambio de posiciones"


1. Cambiar de lugar y sentarse cada unos en el lugar del otro.
2. Tomar físicamente la posición que el otro tenía.
3. Alguno de los inica la conversación planteando una situación especial.
4. Modular y expresar lo más fielmente que se pueda, sin hacer cambios en las
palabras ni en las fresas que el otro dice generalmente.
5. Después de dos o tres frases, hace una pausa y comunicar como se siente que se
está comentando y continuar con el siguiente paso.
6. Repetir todo este ciclo cada vez que se requiera
7. Regresar cada uno a su posición, para desde ahí expresar cómo se sintieron, qué
aprendieron y si lograron un acuerdo favorable por ambos.

También puedes llevar a cabo este ejercicio tu solo(a), utilizando dos sillas vacías e
intercambiando tu posición. Para asegurar la eficacia del ejercicio, procura siempre no
autoengañarte y colocarte de verdad en el otro lugar.
Si en verdad queremos hacer de la escucha activa un hábito, necesitamos adquirir
conciencia de algunas conductas inefectivas que hemos utilizado en nuestras
comunicación, cómo puede ser:
● Convertir el diálogo en una lucha de poder en la que cada uno intenté demostrar
quién tiene la razón, más que enfocarse en una objetivo en común.
● Estar distraído mientras tú pareja habla, alegando que "estás escuchando"; no
olvides que tu cuerpo habla más que tus palabras.
● Anticiparte a lo que tú pareja quiere compartir contigo y dar por hecho que tú sabías
el contenido del mensaje.
● Desarrollar en tu pensamiento tu propia opinión mientras tú pareja habla y no la
escuchas.
● No dejar que tú pareja concluya su idea e interrumpir constantemente con
comentarios inteligentes.

¿Cuales son, entonces, las actividades constructivas que necesitas cultivar para ser un
buen escuchar?
● Atiende cuidadosamente lo que dice tu pareja.
● Percibe y capta los mensajes como tú pareja esperaría que lo hicieras.
● Brinda un ambiente de confianza para que tú pareja se exprese libremente.
● Intenta comprender en lugar de buscar argumentos de oposición.
● Da el tiempo necesario y muestra empatía.
● No tomes de manera personal lo que estás escuchando, refierelo al asunto del que
se habla.
● Indaga más sobre el tema si crees que es necesario.

Una aproximación más para logra mejorar importantes en la comunicación se encuentra en


el libro El proceso de convertirse en persona, de Carl Rogers. Aunque es una propuesta
terapéutica, también posibilita construir un estilo de vida particular de vida con base en sus
técnicas: responsabilizarnos de nuestra conductas y se su impacto en nuestro entorno,
desarrollar habilidades de interacción con conciencia y utilizarlas en la vida cotidiana, ser
congruente en los diferentes hábitos de la vida y ser proactivo en nuestra escucha, como
una opción de aprendizaje constante donde se pongan en práctica las conductas sugeridas
en el párrafo anterior.

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