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INSTITUTO DE
INVESTIGACION Y
PERFECCIONAMIENTO
CURSO ACOMPAÑANTE
TERAPEUTICO
MAIL: alanccito21@gmail.com
.
● Qué son los trastornos neurocognitivos (Demencia) y cuál es su relación con las
actividades de la vida diaria (AVD). Así mismo defina y relacione los conceptos de
Demencia y AVD con los conceptos de Autonomía, independencia y calidad de vida
fundamente.
● Explique por qué los T.E.A. no son una enfermedad sino una condición . Describa
cómo se manifiesta clínicamente el T.E.A. e incluya en esta explicación cuales serían
las señales de alerta temprana más comunes.
● Delirio.
● Trastornos neurocognitivos leve: un poco de disminución de la función mental, pero
se es capaz de mantenerse independiente y hacer las tareas diarias.
● Trastorno neurocognitivo mayor: disminución de la función mental y perdida de
capacidad para hacer las tareas diarias. Tambien se le denomina Demencia.
.
El deterioro cognitivo leve es una fase intermedia entre el deterioro previsto de la memoria ,
que se cree que sucede con la edad, y el deterioro mas graves de la demencia. El deterioro
cognitivo leve puede incluir problemas de memoria, de lenguaje o de capacidad de juicio.
Es posible que las personas con deterioro cognitivo leve sean concientes de que han
perdido parte de su capacidad de memoria o mental. Quizás los familiares y amigos tambien
noten estos cambios . Sin embargo, estos cambios no son tan malos como para que afeten
la vida diaria ni las actividades habituales..
El deterioro cognitivo leve puede aumentar el riesgo de demencia por la enfermedad de
Alzheimer u otro trastorno cerebral. Pero es posible que algunas personas con deterioro
cognitivo leve nunca empeoren .y algunas mejoran con el tiempo.
Actividades de la vida diaria (AVD). comer vestirse acostarse o levantarse de una cama o
una silla,bañarsee o ducharse, y usar el inodoro.(AIVD)
Asimismo el DSM recomienda que se valore individualmente cada caso, reconociendo por primera
vez que en el duelo no existen universalidades, sino generalidades. Y añade la necesidad de prestar
atención a las diferencias culturales.
2: ayudar a la persona a que comprenda los vínculos entre su depresión actual y las áreas de
problemas según la TIP; realizar un inventario interpersonal.
3: decidir con la persona los problemas interpersonales que se vinculan a su depresión actual, invitarla a
que se incorpore al grupo de TIP y discutir los objetivos y las reglas correspondientes. Al terminar la
sesión previa al grupo el facilitador habrá comprendido los síntomas depresivos de la persona.
3) La plasticidad cognitiva se entiende como la capacidad de optimizar el rendimiento del cerebro dentro
de los límites de su estado actual, es decir, entre las actuales restricciones estructurales impuestas por el
mismo. La plasticidad protege al individuo frente al deterioro cognitivo que surge a medida que aumenta
la edad. De esta manera, la plasticidad refleja un cambio secundario en respuesta a un primer cambio en
el SNC. Dentro del campo de la neuropsicología se pueden diferenciar dos constructos paralelos: la
neuroplasticidad, y la plasticidad cognitiva. La neuroplasticidad es, a nivel neurobiológico, una propiedad
general del sistema nervioso central, y viene definida como la capacidad a lo largo de la vida a cambiar
en respuesta a la experiencia o estimulación sensorial; mientras que la plasticidad cognitiva, a nivel
comportamental, es el potencial cognitivo latente del individuo y la capacidad de adquirir habilidades
cognitivas nuevas o mejorarlas a través de la práctica o el aprendizaje (Cabras, 2012). La OMS (1982)
definió inicialmente a la neuroplasticidad como un proceso por el cual las personas que han sufrido
alguna lesión o enfermedad pueden tener una recuperación óptima que permite el desarrollo físico,
mental y social para adaptarse a su entorno de la mejor manera posible. Luego, la definió como la
capacidad de las células del sistema nervioso para regenerarse, anatómica y funcionalmente, después
de estar influenciadas por factores patológicos ambientales o del desarrollo, como traumatismos y
enfermedades, permitiendo una respuesta adaptativa a la demanda funcional . En este punto queda por
recorrer un largo camino de investigación que traerá nuevas esperanzas y posibilidades de intervención
encaminadas a la mejora de la calidad de vida de pacientes que sufren patologías neurológica.
La reserva cognitiva es la capacidad del cerebro para soportar mejor los efectos de la patología asociada
al deterioro cognitivo, y para tolerar una mayor cantidad de patología neuronal antes de llegar al punto
donde la sintomatología comienza a manifestarse . Una mayor reserva cognitiva permitiría un uso más
eficaz de las redes cerebrales o de estrategias cognitivas alternativas, lo cual generaría un rendimiento
eficiente durante más tiempo, en caso de que haya patología cerebral , utilizan el concepto de reserva
cognitiva para explicar la falta de concordancia entre las características de los pacientes y los hallazgos
patológicos y de neuroimagen. Los autores observaron que los resultados demostraban que existían
personas cognitivamente sanas, cuyos cerebros presentaban lesiones neuropatológicas que se
relacionaban con un deterioro cognitivo. Estas personas tenían un tamaño de cerebro mayor que otros
sujetos estudiados, lo cual llevó a elucidar que la gran cantidad de masa encefálica creaba una
protección y una superior reserva cerebral que retrasaba la aparición de los síntomas del deterioro
cognitivo, aunque éste estuviera ya avanzado.
Relación Entre Plasticidad Cognitiva y Reserva Cognitiva El cerebro mantiene la plasticidad cognitiva, es
decir, la capacidad de reorganizarse tanto estructural como funcionalmente, a lo largo de toda la vida.
Los cambios neurológicos producidos en el envejecimiento normal pueden verse atenuados por factores
protectores, como la reserva cognitiva. El funcionamiento cognitivo depende, en parte, del uso y
entrenamiento físico, sensorial, cognitivo y social; el cerebro no envejece igual en todos los seres
humanos, ya que a nivel cognitivofuncional puede haber gran diferencia entre ellos, por lo tanto, este
declive no necesariamente es directamente proporcional al envejecimiento normal o patológico. El uso
alternativo de redes neuronales, es decir la plasticidad cognitiva, es lo que sustenta el concepto de
reserva cognitiva. De esta manera, al usar redes neuronales alternativas, éstas también se fortalecerán.
Lo importante de esta capacidad humana principalmente funcional, es que puede estar mediada por
factores biológicos, pero principalmente emerge según las demandas de las tareas a las que el individuo
esté expuesto, es decir, depende en gran medida del contexto.
La psicoestimulación cognitiva puede ser una intervención efectiva, y exenta de efectos adversos, sobre
el funcionamiento cognitivo y la calidad de vida de las personas mayores institucionalizadas. Palabras
clave: psicoestimulación cognitiva, personas mayores, funcionamiento cognitivo, calidad de vida.
4) Por qué nos referimos al autismo como una condición y no como una enfermedad? Las enfermedades
son cosas que surgen y normalmente se curan o te mueres de ellas. El autismo en cambio no es algo
que surge, sinó que es algo con lo que se nace. Por lo tanto, queda claro que el autismo no es una
enfermedad.
En la actualidad, es ampliamente aceptado por los especialistas que el Espectro Autista no debe ser
considerado una enfermedad, sino más bien una condición. Sin embargo, las personas con CEA
(Condiciones del Espectro Autista) continúan encontrando barreras para participar plenamente y en
igualdad de condiciones en la sociedad, sufriendo estigmatización, exclusión, discriminación,
aislamiento, y violaciones de sus derechos.
Lo primero que señala es que “el autismo no es una enfermedad. El autismo es una ‘condición de vida’
asociada a un trastorno neurobiológico del desarrollo, que suele manifestarse durante la primera infancia
y que afecta, en menor o mayor medida, la interacción social por medio de la comunicación, el lenguaje,
la conducta y la integración sensorial de las personas.
“Es por ello que los profesionales de la salud que trabajamos con personas con autismo
tenemos como prioridad conocer cuáles son las necesidades y los intereses que cada
familia tiene, para poder acompañarles en este proceso a través de un abordaje
interdisciplinar y en conjunto con la familia, la escuela, el club, la universidad, el trabajo.
Es decir, se realiza un trabajo en red que permita brindar los apoyos necesarios para que
las personas puedan desenvolverse de la mejor manera posible en aquellos espacios
socio-comunitarios en los que desea participar.
Los siguientes son síntomas que permiten identificar si una niña o un niño tienen autismo: no responde
a su nombre cuando ya tiene un año; no señala objetos demostrando su interés a los 14 meses; no
simula realidades con su entorno a los 18 meses. Por ejemplo, no le da de comer a un muñeco o no lo
viste; le cuesta o no puede comprender los sentimientos que tienen otras personas; prefiere estar solo y
evitar todo tipo de contacto visual; tiene retrasos considerables con el lenguaje y el habla; posee ecolalia,
es decir, repite siempre las mismas frases o palabras; no responde de manera coherente a las preguntas
que se le hacen; reacciona de manera poco habitual al sonido de las cosas, al tacto, al olor, al aspecto o
al gusto; demuestra obsesión por algunas cosas; se molesta de forma excesiva por pequeños cambios;
se mece, gira en círculos o aletea con las manos.
5)
1. Proporcionar al paciente un ambiente coherente y rutinario , para ayudar a funcionar con sus
limitadas capacidades.
2. Evitar re orientar al paciente más de una vez en cada encuentro con él , para evitar
la frustración que le puede producir el hecho de no poder recordar.
3. Permitir al paciente comportamientos habituales , como la acaparación de objetos y
vagabundeo siempre que se realicen en un ambiente seguro.
4. Valorar al paciente en busca de signos y síntomas de depresión
5. Para evitar la agitación e intranquilidad del paciente debemos de mantener el
ambiente estructurado , coherente y establecer una rutina fácil de seguir para el
paciente : podemos realizar un album de fotos para recordar el pasado , fomento de
la actividad física y la terapia artística.
6. Colocar etiquetas con el nombre de los objetos y habitaciones , para ayudar a
recordar su nombre y su función.
7. Proporcionar pistas sobre la identidad de los objetos y las tareas.
8. Colocar un reloj y un calendario grande en su cuarto y marcar con una «X» los días
pasados , para ayudarle a recordar la fecha correcta.
9. Realizar una lista con las actividades diarias.
10. Explíquele las actividades empleando para ello frases cortas. Cuando dé
instrucciones asegurarse en fraccionar las tareas en unidades reducidas y
comprensibles. Use gestos simples, señale los objetos o use la demostración si es
posible.
Comprende la etapa de 0 a 6 años de vida y tiene como objetivo elevar al máximo los
progresos del niño para lograr su independencia en las distintas áreas del desarrollo.
Mantenerlo en el contexto familiar, ayudando a los padres y a toda la familia con orientación
y apoyo. Asimismo, la intervención temprana emplea estrategias de intervención de una
forma ecológicamente relevante, y evita fórmulas demasiado artificiales. Para de este modo,
a través de un tratamiento sistemático tanto por el equipo de salud, así como por la familia,
el niño logre una marcha independiente y avances progresivos en el lenguaje y se pueda
tramitar su ingreso a un Círculo Infantil Especial. En el caso de que el niño no pueda
ingresar al mismo porque no cumpla los requisitos o no existan en el lugar de residencia,
deben dirigirse al Centro Diagnóstico de Orientación (CDO).
La mayoría de los estudios coinciden en considerar los 45 años como el momento en el que
las personas con discapacidad intelectual empiezan a manifestar los síntomas de declive
funcional que indican el inicio del envejecimiento prematuro. Por este motivo, realizar
actividades de estimulación cognitiva es recomendable para todas las personas con
síndrome de Down con el fin de prevenir y ralentizar el deterioro cognitivo.
El deterioro cognitivo se define como el declive de las funciones cognitivas, ya sea debido a
las alteraciones atribuibles al proceso fisiológico del envejecimiento o debido a otros
factores.