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Planificación de la
intervención en la unidad
de convivencia
Atención a las unidades de convivencia
Criterios de evaluación:
íNDICE
1.7 Valoración del trabajo en el equipo interdisciplinar como base de la intervención en unidades de
convivencia.
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Atención a las Unidades de Convivencia 2
Ut 1. Planificación de la intervención en la unidad de
convivencia
1. Concepto de unidades de convivencia
De la misma manera que la intervención social suele organizarse por colectivos porque suelen tener
características y necesidades similares y permiten diseñar dispositivos específicos para atenderlas,
también puede organizarse la intervención enfocándolas desde el espacio en el que conviven las
personas, es decir, tomando como referencia las unidades de convivencia.
Las unidades de convivencia tienen un carácter dinámico condicionado por factores sociales, políticos,
económicos, culturales (por ejemplo según las diferentes culturas se establecen distintas formas de
convivencia: tribus, comunas…). Incluso dentro de una misma cultura encontramos unidades de
convivencia diferentes.Además, cumplen una importante función social, ya que se constituyen como
redes primarias de solidaridad.
Atendiendo a los principios de relación, podemos diferenciar dos tipos de unidades como ejes
principales para organizar la intervención:
El parentesco es el vínculo existente entre personas que pertenecen a la misma familia. Los grados se
establecen en función de la distancia que existe entre dos parientes en una línea sucesoria. Esta línea
puedes ser:
Directa: formada por personas que ascienden o descienden unas de otras (padres, abuelos,
hijos…). En esta línea los grados se cuentan subiendo o bajando hasta el ascendente o
descendente elegido. Por ejemplo el hijo dista un grado del padre, dos del abuelo…
Colateral: formada por las personas que descienden del mismo tronco común (hermanos, tíos,
sobrinos…). Los grados se cuentan, primero subiendo hasta el tronco común y, después,
descendiendo hasta el pariente elegido. Así, los hermanos distan dos grados: el primero
subiendo hasta el padre (tronco común) y, el segundo, descendiendo otro grado.
El Código Civil regula que las relaciones de parentesco pueden regirse por:
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convivencia
o Relaciones de consanguinidad: Corresponden a las personas que llevan la misma sangre, es
decir, proceden de una ascendiente común.
o Relaciones de afinidad: son las relaciones directas e indirectas ocasionadas por unión
matrimonial o reconocimiento legal: esposa, cuñados, suegros…
o Relaciones de adopción: se dan cuando el vínculo nace en virtud de un acto legal.
Las relaciones de parentesco forman una red de familiares más o menos extensa, que constituye en
muchas ocasiones el marco de ayuda y solidaridad, de organización de vida y de relaciones con los
demás.
Desde una perspectiva sociológica, la familia está concebida como la unidad social básica que articula
el funcionamiento de la sociedad, por eso se va modificando su configuración en sintonía con los
cambios sociológicos que se producen. Esta adaptación no se produce de manera inmediata sino que
se configura en forma de tendencias. Algunas de las que se han producido en nuestro país en los
últimos años han sido:
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Ut 1. Planificación de la intervención en la unidad de
convivencia
Desde la intervención social, la familia es una de las áreas principales de intervención, puesto que
supone la intervención en un sistema natural. Actualmente el concepto de familia ha ido evolucionando,
las familias tienen múltiples configuraciones, y se ve sometidas a múltiples exigencias que se traducen
en situaciones de conflicto o riesgo familiar. Es en estas situaciones de crisis donde se ubica la
intervención social. Pero antes de profundizar en las intervenciones, vamos a conceptualizar qué es la
familia, qué tipos de familia podemos encontrar, cuáles son sus funciones,…
a) Familia nuclear:
Está formada por el padre, la madre y los hijos que viven con ellos. Es el tipo de familia más
extendido en España y en general en todas las sociedades postindustriales. Dentro de la familia
nuclear podemos tener diferentes opciones:
Familia con un único hijo
Familia numerosa
Familia uninuclear o nuclear simple –matrimonio sin hijos solteros-
Cada una de ellas tiene unas características especiales que influyen en la educación o en las
relaciones paternofiliales.
Las familias extensas son propias de sociedades más tradicionales en las que la propia familia se
encarga de realizar la mayor parte de las funciones asistenciales.
c) Familias agregadas:
Se denomina así a aquellas parejas que conviven juntas pero sin haber legalizado/formalizado la
unión. Se podrían incluir aquí las parejas de hecho.
d) Familias monoparentales.
En este caso convive un solo miembro de la pareja con hijos no emancipados. Es decir, un solo
progenitor se encarga del cuidado y de la educación de los hijos. Podemos diferenciar varias
situaciones:
Natalidad monoparental –madres y padres solteros-, bien por un embarazo no planificado o por
una opción personal.
Relación matrimonial como divorcio, separación o viudedad.
Ordenamiento jurídico: adopción.
Situaciones sociales específicas como puede ser la privación de libertad de uno de los
cónyuges o por la migración.
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e) Familias educadoras:
Se trata de una persona o familia que realiza una acogida familiar como medida de protección de
un menor declarado en desamparo, asumiendo las obligaciones de velar por él, tenerlo en su
compañía, alimentarlo, educarlo, procurarle una formación…
f) Familiar reconstruidas:
Se producen por una nueva relación emprendida con otra persona, por uno de los cónyuges o por
ambos, después de una separación o divorcio. En la nueva familia es frecuente que los hijos sean
de diferentes padres o madres, siendo mayor el número de hijos que en las formas nuclear o
monoparental.
g) Familias homosexuales.
Es un tipo de organización familiar en el que ambos progenitores son del mismo sexo. Los hijos
pueden llegar por relaciones heterosexuales anteriores, por procreación asistida o por maternidad
subrogada.
i) Familiares monofiliares
Se dan cuando los hijos son adultos y conviven con sus padres, pudiendo producirse por múltiples
causas: el hijo opta por quedarse a vivir con los padres por su longevidad, por falta de recursos
económicos, por la comodidad de vivir en la vivienda familiar….
Antes de conocer la influencia que tienen las familias en el desarrollo familiar, es necesario realizar una
visión general sobre su ciclo de vida, no se puede entender la familia como algo estático, sino que va
adaptándose y va desarrollándose a medida que las personas que lo conforman van envejeciendo. De
manera general, existen unas etapas comunes, que pueden ayudar a entender la evolución del ciclo de
la vida familiar:
El punto de partida de formación de un nuevo sistema familiar se produce cuando dos personas,
procedentes de núcleos familiares distintos, establecen una relación afectiva sólida con perspectivas
reales, conscientes de consolidarse y crecer hacia el futuro.
b) Matrimonio o cohabitación:
Los dos sistemas individuales se unen, aportando cada uno sus experiencias y antecedentes de sus
familias de origen. Es el momento en el que la pareja define su relación y estructura del nuevo sistema
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familiar, con las dificultades propias de dos personas que representan valores, normas y creencias
diferentes.
En esta fase, la madre y el padre de cada parte de la pareja, han de retirarse a un segundo plano, y
adquieren un nuevo rol, el de suegros.
Este periodo cubre desde el nacimiento del primer hijo hasta su ingreso en el sistema educativo
formal. Es una etapa que produce muchos cambios, se pierde independencia, existe la
responsabilidad de cuidar al bebé. Hay un cambio de hábitos y horarios para adaptarse al nuevo
miembro familiar. Pueden existir tensiones por el reparto de responsabilidades o por discrepancia s
sobre cómo enfocar la crianza. En este momento la pareja debe volver a negociar reglas y objetivos
comunes.
Esta etapa coincide con todo el proceso de socialización secundaria. Implica cambios en las
relaciones familiares.
En esta etapa se presentan muchas rupturas conyugales. Es el momento en que los hijos han dejado
el hogar y los padres, de nuevo, se enfrentan el uno al otro como pareja. Por una parte puede ser una
fuente de satisfacción, ya que supone tiempo y libertad para un reencuentro con el mundo exterior,
pero por otra parte se experimentan sentimientos de pérdida por los antiguos roles parentales (nido
vacío).
Los problemas pueden surgir motivados por viejos conflictos en la pareja, que habían quedado sin
resolver con la llegada de los hijos.
En este último ciclo, es frecuente que los padres mayores hayan adquirido el rol de abuelos. El dilema
estriba en mantener la independencia y la necesidad de depender cada vez más de los hijos, ya que
se producen disminuciones de tipo físico y también, de recursos materiales.
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1.2.2.2. Necesidades y funciones de las familias
Una vez estudiado el ciclo de la familia, es necesario conocer los objetivos y funciones de la familia
como institución principal de ordenamiento a nivel social. Ésta,tiene como fin primordial la
socialización de sus miembros, siendo el primer agente socialización de los nuevos miembros, es
decir, de los hijos.
La familia ha de ser la encargada de cubrir las necesidades de toda índole de todos los miembros,
como puede ser:
Además, la familia se constituye como unidad básica de referencia en cuanto al ordenamiento social,
por lo que, un buen funcionamiento de las familias implica una mejor adaptación en el entorno en el
que vivan. De forma general puede decirse que una familia “sana”, es decir, que no requiere de
intervención, es la que como grupo social primario cumple las siguientes funciones:
Control: modo de mantener el orden o imponer una disciplina que ayude a conseguir las metas
establecidas. Se puede conseguir de forma democrática o autoritaria. Cada familia establece
sus reglas para que los miembros colaboren en el desarrollo familiar y estas están guiadas por
unos valores que se adquieren durante el proceso de socialización.
Asignación de roles: cada miembro de la familia tiene un papel. Algunos son específicos –el rol
de los padres no puede ser suplido por los hijos- y otros pueden ser compartidos, como por
ejemplo, la distribución de tareas.
Resolución de conflictos: como es todo proceso grupal, el conflicto puede surgir por diferentes
actitudes en cuanto a tradiciones, valores, reglas o normas introducidas por cada miembro de la
pareja desde su familia de origen. Es muy importante la manera en la que la familia consiga
resolver los diferentes con conflictos.
Desarrollo personal: cada miembro de la familia necesita que ésta le proporcione las
posibilidades para desarrollarse individualmente, de modo que pueda, a su vez, después,
formar su propia familia. Las experiencias vividas en las familias de origen, sirven al individuo
como pautas para la formación de nuevas unidades familiares.
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Cuando un miembro de la familia tiene dificultades personales o sociales, todo el grupo se ve
implicado, de ahí la importancia del trabajo familiar, de modo que no se trata sólo de eliminar las
dificultades del individuo, sino de corregir, restaurar y reforzar las capacidades familiares para
modificar las dificultades de sus miembros.
Como agente primario de socialización, la familia establece las bases de cómo se relacionan los
miembros de la unidad familiar entre ellos y con el resto de la sociedad. Cabe mencionar la
importancia del tipo de apego que se desarrolle entre padres e hijos. El apego es el vínculo
emocional que desarrolla el niño con sus padres (o cuidadores) y que le proporciona la seguridad
emocional indispensable para un buen desarrollo de la personalidad (Bowlby).
El niño desde el nacimiento necesita de la ayuda de los adultos para sobrevivir, por medio de la
satisfacción de las necesidades, acompañada de emociones se va dando una interacción que crea
un lazo afectivo entre ambos, que es el apego.
Un niño, en los primeros años de su vida, necesita desarrollar una relación satisfactoria, estable y
duradera, con al menos un cuidado para que su desarrollo psicológico y emocional sea adecuado.
El apego proporciona la seguridad emocional del niño: ser aceptado y protegido
incondicionalmente.Si esta protección falla, el niño desarrolla una profunda inseguridad en la
relación con sus padres (“apego inseguro”) determinando que todas sus relaciones interpersonales
adultas estén basadas en la desconfianza.
Este hecho también tendrá un impacto en la imagen que va a tener el niño de sí mismo. A esa
edad, el niño ni puede asimilar que sus padres no le quieran por lo que piensa que es que algo
malo está haciendo y que cuando sepa qué es y deje de hacerlo, le volverán a querer.
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Un ambiente de seguridad y confianza que rodee al niño, lo apoye y lo cuide actúa como un
sistema de protección psicológica y fisiológica que va a garantizarle la supervivencia
emocional y física.
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convivencia
o Puede darse en personas cuyos padres son maltratadores, dependientes a sustancias o
presentan trastornos de personalidad graves.
o Desarrollan una visión muy negativa de sí misma y de los otros.
o Los niños maltratados no pueden asumir que sus padres tienen un trastorno, sino que
piensan que son ellos los que están haciendo algo mal y por eso se les castiga.
o La consecuencia es que durante toda la infancia intentan entender qué es lo que están
haciendo mal e intentan cambiar para que no se les pegue, pero nunca lo consiguen.
o Esto conlleva a una baja autoestima y a un afecto negativo. Aunque sean contactos
sociales, los inhiben por el miedo terrible al rechazo.
o Sus relaciones interpersonales de adultos se caracterizan por la huida tras alcanzar
cierto grado de intimidad. Las relaciones personales las consideran siempre secundarias
a sus objetivos laborales o profesionales.
Teniendo en cuenta todo lo que se ha estudiado a lo largo de este apartado, no es difícil comprender la
complejidad a la hora de definir patrones de comportamiento, ya que no son reglas matemáticas, y en
muchas ocasiones aparecen diferentes estilos educativos o modelos de apego en un mismo sistema
familiar.
El comienzo de un nuevo sistema familiar implica la convivencia de dos personas, que a su vez, vienen
de dos sistemas familiares distintos, con unas normas, valores, tipo de relación, … diferentes. Este
hecho implica el nacimiento de diversos tipos de familias, con diferentes estilos educativos, formas de
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relacionarse o resolver sus conflictos, familias más tradicionales o más modernas, más adaptadas al
entorno o con crisis importantes.
Aunque cada unidad familiar será única por sus características, sí que podemos encontrar estilos
educativos/convivenciales con unas características comunes, que pueden ayudar a conocer el
funcionamiento de cada grupo. El estilo de comunicación es buen indicador, ya que nos ayudará a
conocer los diferentes roles establecidos, el establecimiento de las normas, corrección de las normas
no cumplidas, etc.
El estilo de comunicación que predomina en una unidad de convivencia da información sobre el tipo de
relaciones que se establecen dentro del grupo, si tenemos en cuenta las relaciones imperantes
podemos distinguir a cuatro tipos de grupos familiares:
- Familias aglutinadas. Es la ideología típica del clan, en la que los lazos afectivos son muy
vinculantes y están por encima de los miembros. Tienen dificultad de discriminación e
individualización, debido a que suelen formarse en un conjunto de individuos poco diferenciados. El
rol materno es exagerado. Se privilegian los lazos afectivos, que ahogan a los miembros de la
familia. En este tipo de familias existe poca sensibilidad social.
- Familias uniformadas. Tiene una tendencia a la individualización y se rigen por el rol paterno
absolutista, a través del un sometimiento a una identidad personal que suele uniformar al resto. La
interacción que prevalece es rígida, insatisfactoria y estereotipada, porque es impuesta. Se observa
cierta incomunicación con los hijos adolescentes.
Tal y como se ha estudiado, la familia no es una entidad estática sino que está en continuo cambio. A
la vez es el marco que contienen a los miembros que crecen en ella. A lo largo de su evolución, la
dinámica de la vida lleva que la familia y sus diferentes componentes tengan que dar respuesta a todos
aquellos factores que de una manera y otra modifican o distorsionan la realidad familiar.
Generalmente cuando las personas nos encontramos en alguna situación de crisis, el proceso que
seguimos para restablecer el equilibrio es el siguiente:
En principio, estas dificultades se pueden resolver sin ayuda externa, pero a menudo, la magnitud de
determinados problemas o la incapacidad para manejarlos puede conducir a una situación difícil de
solucionar que puede llevar a una situación de crisis.
Estado de
equilibrio
Acontecimiento estresante
Pérdida de
equilibrio
Factores que favorecen Factores que dificultan
el el
equilibro reequilibrio
Percepción realista del acontecimiento Percepción deformada del acontecimiento
Apoyo adecuado del entorno Ausencia de apoyo adecuado del entorno
Puesta en acción de Parálisis de las capacidades
Resultado:: problema resuelto, Resultado: problema no resuelto, no
capacidades
reequilibrio, situación de se
crisis... supera la crisis
Podemos definir el concepto de crisis como una forma de desequilibrio que afecta a una persona,
ocasionándole un estado de estrés que dificulta la puesta en marcha de sus propias capacidades.
Aunque cada crisis es única, podemos diferenciar 4 tipos de crisis previsibles (aquellas causadas
por el ciclo vital o rol que ocupa una persona):
b) Crisis de transición.
Son las que van unidas directamente al rol social y a la implicación en la nueva situación, como puede
ser un nacimiento, el paso del colegio al instituto, la jubilación, el cambio de trabajo…
c) Crisis de desvalimiento.
Aparece cuando existe una situación de dependencia de uno o varios miembros de la familia, ya sea a
causa de enfermedades degenerativas o terminales, o enfermedades mentales o por los cuidos de
niños o personas mayores, etc. Esta situación hace que la familia se encuentra atada a los reclamos
de cuidado y atención de la persona afectada.
Los problemas más graves surgen cuando se necesita atención muy especializada. Casos en que
suele precisarse ayuda externa en el propio domicilio u otro tipo de recursos (centros de día, ingreso
en centros residenciales…)
d) Crisis estructurales.
Nacen de las propias relaciones e interacciones entre los miembros familiares y suelen derivar en
violencia familiar, alcoholismo y bloqueo comunicativo. Suelen ser reiterativas y surgen de tensiones
internas.
También nos podemos encontrar crisis imprevisibles o de situación, pueden surgir en cualquier
momento. Estas crisis están provocadas por diferentes acontecimientos que amenazan la integridad de
la persona y su familia, tanto a nivel mental como a nivel físico. Son ejemplos muy claros la muerte de
una persona cercana (especialmente si es prematura); las enfermedades (especialmente las crónicas o
degenerativas en población joven); las lesiones por accidentes de tráfico, laborales o domésticos, la
separación o divorcio; pérdida de puestos de trabajo…
Fases de una crisis psicológica:
Cuando una persona está expuesta a una crisis traumática (es decir que deja huella, hay un antes y un
después que modifica su estilo de vida) las reacciones seguirán un determinado patrón. Las crisis
traumáticas se dividen en 3 fases fundamentalmente:
Estos son sentimientos dolorosos y difíciles de asumir e influirán en la vida de las personas
mientras se vean dominadas por ellos. La única salida es aprender a manejarlos.
En ocasiones, la persona se siente desbordada por las emociones que aparecen, es entonces
cuando se ponen en marcha mecanismos que tienen como objetivo lograr la homeostasis del
organismo, pero el que se vuelvan rígidos dificulta la resolución de la crisis. Estos mecanismos
son:
Aislamiento: la persona afectada se aísla del mundo exterior, para no recordar qué es lo que
ha pasado.
Ante situaciones de crisis, como técnicos podemos utilizar varias estrategias que nos van a ayudar a rebajar la
tensión para convertir el entorno difícil en uno más tranquilo. En primer lugar es necesario mejorar nuestras
técnicas de comunicación en especial la escucha:
La escucha
Pero escuchar no es un proceso natural como se cree, y en muchas ocasiones se cometen errores:
Es fundamental desarrollar la habilidad de la escucha activa, ser conscientes del proceso comunicativo, y dedicar
el tiempo que necesita la persona.
Este concepto no se refiere a la bondad, si no a que toda conducta tiene la intención de generar un beneficio, o
evitar un perjuicio para el que la desarrolla.
Uno de los objetivos más importantes de la persona es la propia dignidad, la importancia personal, si la persona
se siente amenaza, lo más probable es que reaccione para defenderse. Hemos de descubrir qué es lo que hace
sentir segura a la persona, ya que éstas solo cambian por sus propias razones no por las de los demás.
Suele ocurrir que basta con que uno haga una afirmación para que la persona que escucha salga con todos los
“peros” que ponen en duda lo que yo acabo de afirmar. Si queremos ser eficaces hay que cambiar nuestras
afirmaciones por preguntas.
Estas preguntas han de ser capaces de crear un clima de colaboración entre los dos interlocutores. Si yo realizo
una pregunta que me ayude a entender como están las cosas en vez de proponer mi interpretación del asunto,
hago sentir a la otra persona que es quien dirige la conversación.
Teniendo en cuenta todo lo anteriormente estudiado, podemos diferenciar entre dos tipos principales
de modelos de convivencia:
Además todos estos conocimientos pasan por el filtro personal, como indica Vega (1997) detrás de
cada respuesta profesional existe una historia personal, con su bagaje de acciones, creencias y
emociones, en la que resulta muy significativa su familia de referencia y su red social amplia. La
interpretación que realice el profesional dependerá también del contexto en el que se lleve a cabo la
actuación, las oportunidades de formación y supervisión con los equipos de trabajo, el estilo
organizativo de la institución, etc.
El objetivo de este modelo es el diagnóstico y tratamiento del problema. Las intervenciones están
centradas en la recuperación de problemas de desarrollo y/o aprendizaje detectados en los niños,
tratamientos de estados de ansiedad o en la rehabilitación de adicciones, etc. Generalmente se trata
de intervenciones terapéuticas y/o educativas individualizadas, centradas en el sujeto y, en concreto,
en los problemas que padece, más que el núcleo familiar.
Aunque este modelo ha ido cambiando en los últimos años, se parte de una concepción del desarrollo
del ser humano individualista, que considera los cambios como producto de mecanismos individuales y
cuya relación con el entorno se explica en ocasiones como reactiva y en otras como adaptativa.
Para seguir este modelo, los conocimientos del profesional deben girar en torno a la psicología del
desarrollo y a diferentes teorías sobre la personalidad. El proceso metodológico que se sigue en el
modelo clínico es el estudio de la situación, la realización de un diagnóstico y el establecimiento del
tratamiento correspondiente.
a) Enfoque conductista:
Basado en la corriente conductista. Con mezcla de conductismo operante y de social.
Se apoya en la teoría del aprendizaje, entendiéndolo como actividad que modifica de forma
duradera las posibilidades del ser humano.
La intervención tiene por objetivo facilitar el cambio o establecimiento de una conducta. Se trata
de que desaparezcan los comportamientos negativos o poco pertinentes y que se adopten otros
más adecuados, utilizando, en ocasiones, los refuerzos y los castigos para modelar la
conducta. También se utiliza el aprendizaje por imitación.
Favorece la conducta observable y no tanto los pensamientos de la persona.
Aunque es un enfoque claro en cuanto a fines y objetivos, se considera al sujeto como ser
pasivo.
No existe una verdadera interacción entre el profesional y la persona usuaria.
Para muchos autores más que un enfoque, puede considerarse como una técnica que puede
insertarse en diferentes enfoques.
c) Enfoque Psicoanalítico:
Parte de los postulados Freudianos.
El profesional tiene la misión de ayudar al sujeto a ser más consciente de los conflictos internos
que provocan el problema para poder descubrir la solución.
Se centra en el diagnóstico psicológico de la personalidad, como fundamento para la
intervención del servicio social.
Desde este enfoque no se considera la configuración real de la familia. Lo importante son las
representaciones interiorizadas de la familia nuclear de la persona usuaria.
Algunos derivados de este enfoque son:
o La Terapia Familiar de inspiración psicoanalítica, que combina los postulados
psicoanalíticos, con aspectos de la teoría del aprendizaje, de la teoría de la
comunicación y de la etnología.
o El Enfoque Diagnóstico o Psicosocial, que incorpora a los postulados Freudianos
nociones de la teoría de los sistemas
e) Enfoque Cognitivista
Parte de los trabajos de Kelly, Ellis y Beck, entre otros.
Se resalta la interdependencia entre los múltiples procesos que están envueltos en los
pensamientos, sentimientos y conductas de los individuos.
Tienen en cuenta las consecuencias ambientales de la conducta.
El profesional se ocupa de los procesos intrapsíquicos, ayudando al paciente a tomar
consciencia de su situación y a partir de ahí asuma la responsabilidad del cambio.
El paciente colabora directamente en la recogida de datos sobre sus pensamientos,
sentimientos y conductas relacionados con el problema.
Se entrena al paciente en habilidades desarrollando y fomentando las habilidades intra e
interpersonales que les ayuden a afrontar situaciones estresantes. Poder anticiparse y
prepararse para los posibles fracasos que pueden surgir.
Preventivo
Optimizador
Correctivo y/o compensatorio.
Tiende a ser un modelo dirigido más a la colectividad, a los grupos más que a un solo individuo. A
diferencia del modelo clínico, en este caso se consideran las características específicas del contexto
de intervención a un nivel muy general.
La tarea del profesional es la de ofrecer los recursos necesarios para la formación del sujeto, por lo
que necesita tener conocimiento sobre:
o Teorías de la instrucción
o Explicaciones sobre los procesos de enseñanza-aprendizaje, y los factores y variables que
sobre ellos intervienen,
o Información sobre las dificultades de aprendizaje,
o Manejar diversidad de estrategias educativas
Cuando se trabaja con familias desde este enfoque las más modalidades más comunes son la
modalidad informativa y la instructiva:
1) Modalidad informativa:
Se trata de dar la información más útil a los padres sobre la vida familiar (cuidados del
bebé, higiene y/o alimentación infantil, economía doméstica, problemas escolares...)
Se parte de la convicción de que los padres no están preparados para el desempeño de la
tarea educativa, ya sea por tener un nivel cultural bajo o por no preocuparse por obtener la
información.
Desde este punto de vista, el deber del profesional es “dar buenos consejos”, transmitiendo
a los padres conocimientos teóricos elaborados.
2) Modalidad instructiva:
Desde este punto de vista, las lecturas o conferencias, no ejercen una acción duradera en
los padres, produciendo, en muchas ocasiones conflictos entre el pensamiento y la acción.
Hay que llegar a las actitudes y los comportamientos, no quedarse únicamente en el terreno
del conocimiento.
Se trata de favorecer la comunicación de los padres tratando problemas compartidos. Se
reduciría la ansiedad y se facilitaría el aprendizaje a través del cambio de actitudes fruto del
análisis y la reflexión.
El procedimiento que se utilizaría desde el modelo educativo dependería de la corriente desde la que
se realizara la intervención. Esto es, si se trabaja desde una concepción mecanicista sería, en primer
lugar, el diagnóstico del problema a través de la identificación de los mecanismos alterados o
debilitados. A continuación se planificaría y se llevaría a cabo la intervención. El fin último es correctivo
y el profesional actúa como “solucionador” de problemas de conducta y de aprendizaje.
Desde una concepción interaccionista, el proceso es distinto. Se parte de una idea preventiva y
optimizadora de los contextos de desarrollo. En muchas ocasiones, se trata de llegar al cambio de
actitud de los padres mediante el análisis crítico de sus actuaciones, a través de un análisis y reflexión
compartida de sus prácticas cotidianas. Los contextos suelen ser aulas, salones, …
Por ello, el principal objetivo desde este modelo es promover el cambio hacia un mayor bienestar
psicológico y social. Puede generar cambios en la estructura o composición del entorno social,
cambios en la conducta o actitudes individuales y frecuencia de las interacciones sociales. En
cualquier caso, estos cambios se consiguen creando un proceso de interacción que optimice el ajuste
de las necesidades psicosociales de los individuos y las ayudas o provisiones sociales y emocionales
que reciben.
Desde este modelo, el objetivo no es “tratar” al individuo o a la familia, sino trabajar con ella, por lo que
se consideran las potencialidades y capacidades de las familias, como el principal recurso a tener en
cuenta. Se busca la atención social al individuo actuando con la persona y con su entorno social,
analizando la interdependencia que existe entre la persona considerada como sistema y los distintos
sistemas que configuran su medio social: la familia, los amigos, los vecinos, los compañeros del
colegio, de trabajo…
Existen dos enfoques, el psicosocial y el funcional, que se dirigen a todos los campos de la práctica
de la intervención social. Ambos enfoques constituyen dos métodos de base de intervención social
proporcionando elementos fundamentales para la formación de los profesionales. Pero quizás el más
importante es la Teoría de los Sistemas, que se caracteriza por (Campanini y Luppi, 1995; Payne,
1995; Linares, 1997; Gracia; 1997):
Promover el crecimiento tanto de los adultos como de los niños, mejorando tanto las
habilidades de la familia en el cuidado y educación de los hijos, como en contexto comunitario.
Poner énfasis en aspectos psicosociales positivos (calidad de vida) y no sólo en los negativos
(patologías) en una triple tarea: preventiva, impulsora y terapéutica.
Enfatizar la relación de interdependencia entre la familia y la comunidad, incluyendo tanto los
sistemas de apoyo formales como los informales.
Desarrollar un nuevo rol de profesional.
En este modelo se incide en la importancia de actuar sobre las redes sociales y sobre los contextos de
vida antes que sobre los procesos individuales. Se elaboran programas de prevención dirigidos a
determinados núcleos de población y en general se trata de proporcionar los recursos adecuados a las
familias para que puedan desenvolverse mejor, especialmente para los grupos de riesgo.
El papel del profesional es más indirecto, ya que los efectos beneficiosos de la intervención proceden
de la intervención como mediador entre los recursos sociales (proporcionar información acerca del
entorno, el cuidado, la compañía y el apoyo social) y la persona que solicita la ayuda.
Un primer apartado con los datos sociodemográficos de la familia: los miembros de la unidad
(edades, secos, formación, situación laboral….), tipo de vivienda, ingresos de la familia, entorno
social, vinculación con la familia extensa….
La historia familiar: el relato de historia del núcleo familiar ayuda a entender el origen de la
problemática, las dificultades que se ha ido encontrando y cómo las ha ido superando, así como
la percepción que tiene sobre su propia situación.
Aspectos relativos a la calidad de vida, generalmente de tipo objetivo. Esta información pued e
obtenerse sobre el conjunto de la unidad familiar o de alguno de sus componentes por
separado. Algunas de las variables e indicadores pueden ser los siguientes:
Variables Indicadores
Bienestar físico y emocional - Todas las personas del núcleo familiar gozan de buena salud
física
Hay problemas de ansiedad, depresión,…
Hay problemas de adicciones…
Bienestar material - Tiene ingresos suficientes para hacer frente a los gastos
familiares
- Las condiciones de nutrición, salubridad y seguridad superan
las mínimas exigidas.
- Las condiciones de la vivienda son las deseables
- Dispone de medios de transporte
- Goza de seguridad en el trabajo y de buenas condiciones
laborales.
Desarrollo personal y - El nivel educativo y formativo de la familia
comunitario - Acceso a nuevas oportunidades de aprendizaje, inserción,
reciclaje…
- Hábitos de autonomía personal: alimentación, higiene,
sexualidad…
- Habilidades sociales
- Acceso a recursos de ocio y tiempo libre
- Rendimiento académico..
Relaciones de convivencia - Los miembros de la unidad familiar se expresan abiertamente
entre ellos
- Nivel de afectividad en la relación de pareja
- Calidad de las relaciones paternofiliales
- Calidad de la relación con otros miembros de la familia
extensa
- Suelen pasar juntos mucho tiempo
Algunas de las técnicas más habituales para obtener la información son de tipo genérico, y las has
estudiado en otros módulos: recopilación documental –informes de derivación…-, la administración de
cuestionarios, la observación o la entrevista.
Además existen unas técnicas específicas para recabar información acerca de la familia y su
funcionalidad, como son: genograma, el apgar familiar, el mapa familiar, el ecomapa y las redes sociales.
A) La entrevista:
Para recopilar la información de las técnicas para recabar la información acerca de la familia, es
necesario la utilización de la entrevista. Si ya de por sí la entrevista es una técnica que requiere
experiencia, en intervención con familias, donde hay que extraer información de aspectos muy íntimos,
la destreza adquirida es mayor.
Algunas de las habilidades que deberá tener el entrevistador en este ámbito son:
- Una sensibilidad especial para que la persona interlocutora confíe y le vaya contando con la mayo r
libertad y naturalidad posible los aspectos que inciden en la dinámica personal y familiar.
- Un dominio de la técnica, para conducir la entrevista por el circuito diseñado obteniendo la
información clave que se quiere obtener.
- Utilizar la observación, para percibir y registrar lo que acontece: lo que persona no dice pero
expresa, lo que no quiere decir, lo que siente, las reacciones ante determinadas preguntas…
Algunas indicaciones necesarias para afrontar este tipo de entrevistas son las siguientes:
Cada entrevista tiene unos objetivos, es importante no saltarse etapas. En una primera
entrevista, hay que crear un clima de confianza, para evitar abrumar a la familia. Como suelen
celebrarse varias entrevistas, se abordarán temas más generales y a medida que se avance y
aumente la confianza, se profundizará en aspectos más personales y delicados.
En las reuniones con el grupo familiar hay que potenciar que todas las personas opinen y tiene
que dar importancia a las aportaciones de cada una de ellas, procurando que no se interrumpan
y que no se genere ningún tipo de conflictividad.
Como profesional, no se deberán proponer consejos o hacer juicios de valor sobre ciertas
decisiones o actuaciones que no considere acertadas. Lo importante en esta fase es recoger
información.
Habrá que insistir en que la familia entienda que el tratamiento de las cosas que se hablan es
totalmente confidencial.
Es evidente que para la correcta realización de una entrevista es necesario utilizar una escucha activa,
una actitud empática y es fundamental no realizar juicios de valor.
B) El genograma
La familia está compuesta por un grupo de miembros vinculados por una serie de relaciones que se
pueden representar de manera gráfica utilizando un genograma. A través de él se puede dibujar un
árbol familiar de una persona, lo que permite comprender gráficamente la estructura familiar y sus
relaciones.
- Su estructura
- Datos demográficos de los miembros
- Y relaciones que mantienen entre ellos.
Después de la primera fase de representación de la estructura, es posible añadir otros datos como:
El Apgar familiar es una escala, creada en 1978 por G. Smilkstein, que permite evaluar, de manera
numérica el funcionamiento familiar en personas de diferentes niveles socioculturales y distintos
estratos socioeconómicos. Es especialmente útil para identificar familias de riesgo.
- Adaptabilidad: Valora la capacidad de utilizar los recursos, tanto desde el interior de la familia
como del exterior, para resolver problemas cuando el equilibrio familiar se ve alterado.
- Desarrollo:Mide el grado de maduración tanto física como emocional de los miembros del grupo
familiar a los largo del ciclo vital, así como por el apoyo y asesoramiento mutuo en todo este
proceso.
-
- Afectividad. Mide las relaciones de amor y cariño que tienen lugar entre los integrantes de un
grupo familiar y la demostración de las emociones.
- Capacidad de resolución: Valora el tiempo que se dedica a las necesidades tanto emocionales
como físicas de los miembros de la familia y su compromiso para llevarlas a cabo.
1) ¿Está satisfecho con la ayuda que recibe de su familia cuando tiene un problema?
2) ¿Discute con su pareja los problemas que tienen en el hogar?
3) ¿Las decisiones importantes se toman en conjunto
4) ¿Está satisfecho con el tiempo que permanecen juntos?
5) ¿Siente que su familia le quiere?
D) El mapa familiar
El hogar constituye un espacio físico donde vive la familia, donde se cubren sus necesidades, donde
se construyen sus relaciones y donde se producen la mayoría de encuentros. El conocimiento de cómo
está estructurado y distribuido este espacio y cómo sus miembros transitan por él, nos dará
información muy valiosa que nos ayudará a comprender algunos aspectos que son determinantes en la
interacción familiar.
La técnica que nos permitirá obtener esta información es el mapa familiar. Este mapa nos ofrecerá
información sobre:
La construcción del mapa familiar la realiza la propia persona a través del plano de su hogar, en el que
deberá especificar cuáles son los espacios comunes, quien ocupa cada habitación de la casa, los
lugares donde se discute y se habla de cuestiones importantes, donde se estudia, donde se refugia
cada uno…
Con la elaboración del mapa, la persona podrá informar del grado de satisfacción de su hogar y sobre
los cambios que consideraría necesarios para mejorar su bienestar y las relaciones familiares.
E) El Mapa de redes sociales
Otro instrumento que nos ayudara a representar la configuración de la red de apoyo es el denominado
redes sociales. Con este instrumento la representación de la red de una persona se aborda desde
una óptica espacio-temporal a partir de dos variables:
- El tipo de relación: se representa en los sectores del círculo –familia extensa, amistades,
vecindario…-.
- La intensidad de la relación. Se representa a través de los círculos concéntricos con una
valoración de 1 a 5.
1. Relación intensa diaria
2. Relación diaria
3. Relación frecuente y aceptada
4. Relaciones esporádicas
5. Se ha tenido algún contacto
6. Sin ningún contacto
Para realizar la valoración, la persona usuaria ha de ir colocando en el gráfico a las personas que
forman su red social en el momento en el que se realiza la valoración, lo que nos definirá el tipo y la
intensidad de estas relaciones.
1.4.3. Análisis de la información
Toda la información recogida (ya sea objetiva o subjetiva, cuantitativa o cualitativa) ha de ser integrada
y analizada para que sea operativa. Entre las informaciones que deberemos haber obtenido están las
siguientes:
Identificación de la problemática:
o Aspectos funcionales y disfuncionales en la dinámica familiar
o Descripción precisa del problema principal
o Vinculación con los problemas derivados
o Valoración de la gravedad de la situación y urgencia de la intervención
o Valoración de la sensación de vulnerabilidad de la familia
o Valoración de la temporalidad y estructuralidad del problema
Áreas de intervención
Es evidente que tras el análisis de la información obtenida quedarán definidas las áreas en las que las
unidades de convivencia necesitan apoyos, la intensidad de los mismo, etc.
A partir del enfoque sistémico los estudios de familia se basan en el conocimiento de la familia, como
grupo con identidad propia. Empezando por los términos que aparecen en la definición de sistema,
vemos que la familia es:
Conjunto: es una totalidad que se construye mediante un sistema de valores y creencias compartidos,
por las experiencias vividas a lo largo de la vida, y por los rituales y costumbres que se transmiten
generacionalmente, que da una identidad al grupo.
Estructurado: La familia lleva consigo una estructura, una organización de la vida que incluye reglas
de interacción y una jerarquización de las relaciones entre sus componentes, también incluyen unas
reglas que regulan las relaciones entre los familiares y las relaciones con el exterior.
Personas: hay que tener en cuenta el impacto del desarrollo de las personas que conforman el grupo
familiar para el desarrollo y evolución de la familia como sistema.
La idea de autoorganización también se relaciona con la resistencia a los cambios que provienen del
exterior.
Interacción: los miembros de la familia permanecen en contacto entre sí a partir de una serie continua
de intercambios que suponen una mutua influencia que tiende a mantenerse estable
Abierto: La familia puede considerarse como sistema abierto, puesto que presenta unos límites
permeables a la influencia de otros sistemas –colegio o barrio-. Esto significa que está en continua
interacción con otros sistemas.
Teniendo en cuenta éstas características, la familia se puede considerar como un sistema en constante
transformación, lo que significa que es capaz de adaptarse a las exigencias del desarrollo de sus
miembros y a las exigencias del entorno; esta adaptación asegura la continuidad y a la vez el
crecimiento psicosocial de sus miembros. Pero, podemos encontrar familias disfuncionales, o con
grandes desequilibrios desde nuestra propia perspectiva de normalidad, pero que han hecho de esa
disfuncionalidad una forma de equilibrio y de permanecer como sistema estable dentro del contexto
donde se encuentran inmersas.
El objetivo de la intervención desde la terapia familiar es reconocer las relaciones e interacciones que
se establecen entre los diferentes miembros. El tipo de relaciones establecidas incide de forma
significativa en cómo la familia hace frente a las problemáticas de cada uno de sus miembros y de ella
en su conjunto. Y al mismo tiempo, dichas reglas condicionan las intervenciones sobre la familia, lo que
limita la capacidad de cambiar.
A la hora de la intervención los patrones de interacción disfuncionales que se pueden encontrar son
los siguientes (Fishman 1990):
¿Qué intervenciones se pueden hacer desde la terapia familiar para minimizar los efectos de los
patrones disfuncionales de la familia?
Una vez conocidos aquellos patrones disfuncionales que pueden afectar a las familias se puede
diseñar la intervención. Las principales técnicas de intervención más eficaces para realizar desde la
Terapia Familiar son:
El Técnico Superior en Integración Social, colaborará en las prescripciones dadas por el terapeuta
familiar a las familias según la intervención que se esté realizando. Será una fuente de información
fundamental en el seguimiento de las intervenciones ya que podrá aportar al terapeuta información sobre
la puesta en práctica de las orientaciones dadas por él.
También el Terapeuta orientará al TSIS a cómo realizar el seguimiento de prescripciones dadas a las
familias, y las orientaciones que deberá darles para mejorar aquellas áreas disfuncionales.
El SAD (Servicio de Ayuda a Domicilio), es un servicio que presta una serie de atenciones o cuidados de
carácter personal, psicosocial, educativo, doméstico y técnico a las familias y personas con dificultades
para procurar su bienestar físico, psíquico y social, proporcionándoles la oportunidad de poder continuar
en su entorno natural.
El acceso a este recurso se realiza a través de los Servicios Sociales de Zona, concretamente a través
del/la Trabajador/a Social que será quien realizará la baremación y solicitará la documentación oportuna.
- Personas mayores con dificultades de autonomía personal o que vivan solas y requieran apoyo
para permanecer en su hogar
- Personas con discapacidad, de cualquier edad, con limitaciones importantes de autonomía
personal.
- Menores a los que hay que cuidar o atender por ausencia de los padres, madres o tutores, o
cuando éstos, por circunstancias provisionales de enfermedad u otros motivos suficientemente
justificados, no puedan ejercer sus funciones parentales, siempre que tales circunstancias no
supongan una situación de desamparo o requiere la asunción de la guarda por parte de la
Autoridad Competente.
- En general, cuando exista una situación de desatención social y/o familiar, evaluada técnicamente,
que justifique la intervención del servicio.
Las personas usuarias con las que vamos a intervenir, en su mayoría se encontrarán en el primer tipo de
SAD ordinario y serán personas que no pueden hacer determinadas actividades de la vida diaria (AVD) sin
ayuda, es decir, necesitarán a una persona –Técnico en Atención a Personas en Situación de
Dependencia- para apoyar en aquellas áreas en las que no sean autónomos. Las AVD las podemos
dividir entre:
- Actividades básicas de la vida diaria: son las definidas como las actividades orientadas al
cuidado del propio cuerpo. Son actividades que todos realizamos en mayor o menor medida a lo
largo del día:
o Baño, ducha: engloba todo lo que ello conlleva, desde poder coger los objetos como
esponja, jabones… hasta la propia acción de enjabonarse y aclararse, así como el
mantenimiento de la oportuna postura durante la acción o las trasferencias para entrar o
salir de la bañera
o Cuidado de vejiga e intestinos: incluye el control completo y el vaciado voluntario de vejiga e
intestinos.
o Vestido: además de incluir la propia acción de vestido-desvestido, incluye la correcta
elección de las personas en función del clima o situación para la que se empleará la ropa.
o Comer: habilidad de mantener y manipular comida o líquido en la boca y tragarlo.
o Alimentación: proceso de llevar la comida o líquidos desde el plato o vaso a la boca.
o Movilidad funcional: moverse de una posición a otra, así como movilidad en la cama, sofá,
silla de ruedas, deambulación, transporte de objetos.
o Cuidado de las ayudas técnicas personales: correcto uso, así como limpieza y
mantenimiento.
o Higiene personal y aseo: coger y usar los objetos para este fin: peinado, corte de uñas,
limpieza de boca, aplicación de desodorantes, afeitado…
o Dormir/descanso: periodo de inactividad con un fin reparador.
- Actividades avanzadas de la vida diaria: las actividades avanzadas de la vida diaria, no son
indispensables para el mantenimiento de la independencia y están relacionadas con el estilo de
vida del sujeto. Permiten al individuo desarrollar su rol dentro de la sociedad:
o Ocio y tiempo libra: son actividades que se eligen de forma voluntaria y se realizan en
momentos del día donde no se dedica tiempo a las tareas obligatorias.
o Participación social: comportamientos que se realizan en la comunidad mediante una
interacción colectiva.
o Actividad laboral
o Actividad educativa
Otra de las estrategias de intervención se centra en la organización del domicilio, que es el lugar de
residencia, donde conviven las personas de la unidad de convivencia con la que se va a intervenir. Se
parte de la premisa que las personas que conviven en ese domicilio (bien porque sean familia o bien por
que sean una unidad convivencial creada por la sociedad) tienen dificultades a la hora de ser autónomos,
por lo que el Técnico Superior en Integración Social ha de organizar la intervención de éste.
- Normas del domicilio: que referirá a todas las reglas que regulan la convivencia, hay que intentar
que sean democráticas.
- Distribución de espacios: donde la intervención se dirigirá a realizar un reparto equitativo de los
diferentes espacios, acotando aquellos que sean comunes, y organizando su utilización.
- Horarios: otro elemento a tener en cuenta son los diferentes horarios que tienen las personas que
conviven en el domicilio, y los horarios de uso de los espacios comunes, con el objetivo de
conseguir una convivencia en armonía.
- Necesidades de los miembros de la unidad de convivencia: es imprescindible conocer cuáles
son las necesidades de las diferentes personas que forman la unidad convivencial con el objetivo
de adecuar y adaptar tanto la organización del domicilio a éstas, de una manera equitativa y
priorizando dichas necesidades.
- Adaptaciones: habrá que analizar el domicilio y ver qué adaptaciones son necesarias en función
de las características de las personas usuarias y sus necesidades.
- Economía doméstica: uno de las principales dificultades de las unidades de convivencia es el
ajuste del presupuesto para la cobertura de las necesidades de la unidad y del propio domicilio, por
lo que es un área prioritaria de intervención.
- Limpieza y mantenimiento del domicilio: es fundamental que las personas que conforman la
unidad convivencial sean autónomos en la limpieza y mantenimiento del domicilio así como en
- Limpieza y mantenimiento de la ropa,
- Y organización de la compra y elaboración de menús.
- Prevención de riesgos en el domicilio: es necesario orientar hacia la prevención de riesgos en el
domicilio.
- Trabajadores/as sociales:
- Educadores/as familiares: son los profesionales debidamente preparados para la intervención
directa con familias, por lo tanto, será la figura básica de apoyo personal. Puede ser un educador
social o un TSIS según el programa.
- Psicólogos/as: suelen asumir el programa de intervención, junto al Trabajador Social.
Determinando la línea de intervención que se seguirá en cada caso y dirigirán y coordinarán el
trabajo del resto de profesionales
- Mediadores/as: que son los profesionales en mediar en los conflictos entre dos o más partes. Para
ser considerado mediador, es necesario recibir formación específica y homologada y estar inscrito
en el registro oficial de mediadores.
- Educadores/as de medio abierto: Son los denominados “educadores de calle” por este el entorno
donde desarrollan su ocupación. Estos profesionales realizan la intervención a través de las
propuestas de los equipos técnicos de atención a la infancia y adolescencia y se encargan de su
seguimiento. Puede ser un educador social o un TSIS según el programa
- Terapeutas ocupacionales: la terapia ocupacional es la disciplina que se encarga de evaluar la
capacidad de las personas para ejercer las actividades de la vida diaria e intervenir cuando esta
capacidad está dañada por cualquier causa. El terapeuta valora la capacidad funcional de la
persona y el diseño y aplicación de programas de entrenamiento en AVD.
- Técnicos en Inserción Sociolaboral: son los profesionales especializados en el diseño, la
implementación, el seguimiento y la evaluación de itinerarios de inserción personalizados.
- Técnicos en Atención a Personas en Situación de Dependencia: son los profesionales
encargados de desarrollar el SAD en el domicilio de las familias con dificultades para realizar las
AVD.
- Voluntariado: Algunas de las tareas que puede desarrollar un voluntario son: apoyo en la
realización de determinadas gestiones, cuidado de los hijos, organización doméstica, taras de
acompañamiento…
El Técnico Superior en Integración Social desarrolla su actividad en el sector de los servicios a las
personas y los servicios a la comunidad, directamente relacionado con la atención a familias y
unidades de convivencia, abarca los siguientes puestos de trabajo:
Para que un buen equipo interdisciplinar funciones de manera óptima todos los profesionales deben
conocer y aplicar los protocolos y procedimientos, y cumplir con las funciones específicas. También es
necesario conocer los protocolos de transmisión de información.
Los equipos interdisciplinares exigen que sus profesionales tengan una concienciación de
responsabilidad grupal, y un compromiso con el desarrollo de sus funciones partiendo de los criterios
acordados. Algunos de los aspectos que resultan imprescindibles para el buen funcionamiento de
estos equipos son:
Para trabajar adecuadamente en equipo debe fluir la información dentro del mismo. Para ello es
necesario que existan unos canales de comunicación –como pueden ser, reuniones, encuestas,
grupos de trabajo, circulares,…- que sean conocidos por todos.
- Comunicación horizontal: que se produce cuando las personas de niveles jerárquicos similares se
transmiten la información entre sí.
- Comunicación descendente: que se produce cuando las personas de niveles jerárquicos superiores
transmiten una información a las de los niveles inferiores.
Estos tipos de comunicación deberán realizarse por los cauces establecidos, y éstos deben ser
conocidos por todas las personas que forman parte del equipo. La implantación de un plan de
comunicación puede facilitar el cumplimiento de los objetivos del servicio. En este plan, además de
incluir los cauces de comunicación, las formas etc., también debe tener incorporar formación sobre
técnicas facilitadoras y de identificación de barreras comunicativas, como puede ser la asertividad, la
escucha activa, la empatía…
El trabajo en grupo exige por parte de cada uno de los miembros del equipo una participación activa
en la que se aúnen esfuerzos de manera cooperativa, compartiendo objetivos, planes de actuación,
estrategias para la toma de decisiones, y criterios de evaluación. Esta predisposición al trabajo
cooperativo se debe hacer efectiva estableciendo un sistema de participación consensuado que
permita a todos los integrantes manifestar de manera adecuada su opinión acerca de todos los
ámbitos de trabajo.
Aunque cada entidad establece los sistemas de participación que estimen oportunos, las reuniones
de trabajo son un elemento clave. Podemos definir “reunión” como un encuentro entre dos o más
personas para la puesta en común de un asunto en particular. Las reuniones pueden clasificarse en
función del motivo que las genera, por lo que podemos diferenciar entre:
o Reuniones formativas
A la hora de organizar dichas regiones es importante seguir una metodología, que favorezca la
participación de las personas. Por ello, en las reuniones de trabajo deben contemplarse los siguientes
elementos:
o Temática: concreta el asunto que se va a tratar, como por ejemplo, la atención de llamadas o el
horario de pausas de trabajo
o Objetivos: que definen las metas de la reunión y permiten que los participantes focalicen el diálogo. Al
finalizarla se puede comprobar si se han alcanzado o no. Para un mismo tema pueden convocarse
reuniones con diferentes objetivos.
o Materiales y equipamientos necesarios: son los recursos materiales que serán precisos para poder
realizar la reunión (documentación, fotocopias, medios audiovisuales…). Habrá que preparar este
material con antelación.
o Participantes: hace referencia a las personas que van a formar parte de la reunión. Deben ser
avisados adecuadamente y con el tiempo suficiente para que puedan confirmar su asistencia.
o Lugar: es el espacio físico en el que va a desarrollarse la reunión. Debe elegirse aquel espacio que se
ajuste mejor al tipo de reunión establecida, además de cumplir las condiciones ambientales mínimas
(luz, temperatura, etc.)
o Tiempo: es la fecha, hora y duración prevista para la reunión. Debe intentar adecuarse al tiempo
pactado.
Aunque cada reunión presente unas características distintas, las técnicas de participación activa que
se suelen utilizar son:
Simposio: caracterizado por ser una reunión de especialistas en un tema que debaten de manera
cooperativa.
Grupo de discusión: donde un grupo de personas debaten sobre un tema, a través de los turnos que
establece un coordinador.
Foro: el objetivo es el debate abierto sobre un tema, siendo mayor el número de participantes que en
un grupo de discusión.
Philips 6-6: esta técnica implica la participación de seis integrantes de cada uno de los subgrupos, que
durante un periodo de 6 minutos (un minuto de intervención por cada participante) discuten sobre un
tema o buscan una solución.
La atención profesional del TSIS en la intervención de las unidades de convivencia le hace receptor de
gran información acerca de la evolución y seguimiento de las diversas situaciones que los usuarios
experimentan en su día a día, así como de las incidencias que surgen. Es necesario que las incidencias
detectadas sean compartidas con el resto del equipo interdisciplinar, a través de la coordinación y el
traspaso de la información. Para ello suelen utilizarse protocolos de actuación y comunicación
interna.
Los protocolos hacen referencia a la organización que una entidad elabora a través de documentos, con
el fin de secuenciar y pautar diversas actuaciones, estableciendo criterios de intervención coherente.
- explicar sus fases, las funciones que cada profesional tiene en esa actuación,
- la frecuencia o temporalidad, y
- registros en los que se debe anotar los aspectos fundamentales de cada actuación, con el fin de facilitar
la comparación de datos y el análisis de la efectividad de las tareas.
Cada entidad tiene elaborados una serie de protocolos que hacen referencia a las diferentes áreas de
intervención profesional. Por ello, cuando se inicie la actividad laboral en un nuevo centro será
necesario que el TSIS se familiarice con las pautas de actuación en cada situación.
Entre las funciones del Técnico Superior en Integración Social, se pueden destacar las siguientes:
La actitud que toma el profesional no es estrictamente una técnica. Sin embargo, las
consecuencias que produce una u otra actitud ante una situación de dif icultad son cruciales. En
muchas ocasiones la situación que consideramos crónica se reafirma en su dificultad desde el
momento en que el profesional la está experimentando como tal.
¿Cómo podemos describir una actitud que facilite la maniobrabilidad y la capacidad del profesional?
1. Resistir bien a las crisis, lo imprevisto, lo ambiguo. Es importante evaluar cómo nos estamos
sintiendo ante situaciones de crisis, ante el estancamiento y ante la ambigüedad o ambivalencia por
parte de la familia respecto a situaciones de riesgo. Somos útiles cuando somos eficaces cuando
mantenemos la capacidad de reflexionar, de buscar cosas nuevas, e imaginar situaciones que a los
usuarios les parecen imposibles, para eso debemos tener un sentimiento de confort ante situaciones
de crisis.
2. Optimismo. Es parte esencial de la actitud más productiva, uno de los elementos es la convicción
que tenemos sobre la capacidad de cambio de las familias con las que trabajamos. El optimismo está
relacionado con:
a) Tipo de atribución causal: sobre las cosas que nos rodea (locus de control) y en concreto con el
hecho de hacer atribuciones sobre la capacidad interna que tenemos para cambiar las cosas.
b) La autoeficacia
c) Las expectativas de éxito: capacidad de conseguir cosas.
3. Tener una visión flexible, amplia y abierta, de la realidad social con la que trabajamos.
4. Curiosidad. La expresión de la curiosidad más sencilla es la pregunta ¿qué voy a aprender de esta
familia? ¿Qué nueva comprensión voy a tener de esta familia que acabo de conocer?.
7. No lo podemos hacer solos. El trabajo en red y la alianza entre profesionales es una directriz
básica en cualquier intervención. El trabajo en red no sólo significa coordinación y colaboración, sino
que implica considerar el sistema profesional como parte potencial de la dificultad del caso.
8. Cerrar es abrir. Es importante, cuando se termina una intervención, ver que esta medida supone
un cambio importante en la vida de una familia. Por ejemplo, cuando se toma una medida imponiendo
la separación de un menor de sus padres como medida de protección se están abriendo posibilidades
y se están generando por lo común, una situación nueva de intervención para otros profesionales.
9. La línea recta no siempre es la distancia más corta entre dos puntos. La creatividad va a ser
fundamental para encontrar ese camino particular que tienen las familias para recorrer la distancia
entre el estancamiento y el cambio.
Sonia Cuenca
10. De la queja al compromiso y no al revés. En las situaciones familiares cronificadas
García es de
especial importancia entender que el recorrido que podemos prever para que se produzcan
- CFGS cambios
Integración
Social-
significativos ha de seguir el siguiente esquema: quejaposibilidadmotivación compromiso.
Atención a las Unidades de Convivencia 45
Ut 1. Planificación de la intervención en la unidad de
convivencia
Como se ha estudiado en apartados anteriores, el TSIS trabajará habitualmente como parte de un equipo
multidisciplinar. “Trabajar en Equipo” no significa solamente “trabajar juntos”. Un equipo: es un grupo de
personas que se comunican, con diferentes trasfondos, habilidades y aptitudes, que trabajan juntas para
lograr objetivos claramente identificados”.
Comunicación. Entre otras cosas, esto implica capacidad para ponerse en el lugar de los demás y
para valorar sus puntos de vista. Así como la capacidad para expresar con claridad y honestidad
las propias opiniones y sentimientos.
De personas que difieren en actitudes, habilidades y aptitudes. Resulta crucial reconocer que no
todas las personas somos iguales; cada una aporta al éxito y al rendimiento del equipo de acuerdo
con sus propias habilidades y características particulares. Precisamente, en esta diferencia está
una de las potencialidades del trabajo en equipo.
Con un propósito en común: objetivos y metas claramente identificados. Los logros de un equipo
deben evaluarse en función de la obtención de sus metas. Por tanto, éstas deben ser establecidas
con claridad. A la vez que se establecen, también deben analizarse los elementos que pueden
impedir o dificultar la obtención de las metas y las estrategias posibles que permitan eliminar esos
obstáculos. Con metas claras, los conflictos inevitables que surgirán en el equipo pueden
resolverse con mayor facilidad (en cuanto los miembros piensen sobre los objetivos que están
intentando conseguir). La falta de metas produce frustraciones innecesarias tanto para el equipo
como para los miembros individuales. Las metas tienen que ser: claras (concretas), medibles y
realistas.
Es importante también determinar qué información no es necesaria y ver que el grosor del intercambio de
información puede cambiar a medida que los problemas se resuelven, los objetivos se consiguen y se
afrontan los temas.
Siempre que se comparte información con alguien se crea un acuerdo implícito de confianza. Confiamos
en que la persona utilizará la información de forma responsable. Y además, cuando compartimos
información – particularmente información de naturaleza sensible- enviamos un poderoso mensaje a quien
la recibe. Este mensaje no explícito se basa en valorar a la persona y confiar en que él o ella actuarán con
responsabilidad. A la inversa, cuando no queremos intercambiar información sensible con alguien,
estamos enviando el mensaje opuesto: que no confiamos en la persona. Esto dificulta gravemente la
relación de trabajo y, en última instancia, las oportunidades para mejorar el trabajo.
Sonia Cuenca
García
- CFGS Integración
Social-
Atención a las Unidades de Convivencia 46
Ut 1. Planificación de la intervención en la unidad de
convivencia
Centrándonos en la función de la transmisión de la información, se deben tener en cuenta las siguientes
premisas:
Muchas veces cuando damos información cometemos el error de darla como si fuera para
nosotros mismos (que ya la conocemos) y no la contextualizamos suficientemente.
Dar información de forma correcta supone ser agradable, breve, claro, sencillo, ordenado,
puntual, no utilizar jerga profesional, etc.
También hay que ser honesto, veraz y completo, sin manipular la información desde
nuestros intereses profesionales.
Sonia Cuenca
García
- CFGS Integración
Social-
Atención a las Unidades de Convivencia 47
Ut 1. Planificación de la intervención en la unidad de
convivencia
Sonia Cuenca
García
- CFGS Integración
Social-