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Actividad de compresión lectora.

Textos argumentativos

Nombre
Curso
Objetivo Analizar una columna de opinión sobre temáticas de interés general

Ficha de refuerzo

Identificar tesis y argumentos

Los textos argumentativos se caracterizan por defender una postura sobre un tema en
particular; a esa postura la llamamos tesis. La tesis se respalda con una serie de
argumentos que buscan convencernos de aceptar esa postura como válida.
Identificar adecuadamente la tesis y los argumentos es fundamental para la
comprensión del texto. Esto no siempre es sencillo, pues podemos confundir la tesis con
un argumento o con el tema del texto. Para determinar correctamente estos elementos, te
sugerimos guiarte por las siguientes preguntas:

Tema ¿De qué trata el texto?

¿Cuál es la postura del autor frente al tema?


Tesis ¿De qué nos quiere convencer el autor?
¿Cuál es la idea principal del texto?

Argumentos ¿Por qué deberíamos aceptar la tesis como válida?


¿Qué razones expone el autor para convencernos?

Para asegurarte de haber identificado correctamente la tesis y los argumentos, fíjate


en cómo se relacionan estas ideas. La tesis debe funcionar como una conclusión que
se desprende de los argumentos, es decir, a partir de los argumentos el lector podría
aceptar que “tal idea” (la tesis) es válida.

1. Lee las siguientes ideas y determina cuál es la tesis y cuáles son los argumentos.

La salud es un bien vital que debemos


cuidar, sobre todo en la infancia.

Hay que mejorar los planes deportivos de los


colegios.
Los niveles de obesidad infantil están
aumentando.

INSTRUCCIONES: Leer comprensivamente el texto y responder las preguntas que se


presentan luego de este. Posterior a ello, siga las indicaciones de la docente para continuar
su actividad.
La mesa que cojea
Felipe Berríos, SJ

Es tan común que las mesas en los restoranes y fuentes de soda en Chile cojeen.
Pero más que eso me molesta el que con cierta ironía se diga que es “la típica mesa
chilena”. El origen de que una mesa cojee no es solo que está mal construida la mesa, mal
nivelado el piso o ambos motivos. Tampoco es solo negligencia. El origen de la cojera
social es el reflejo de algo más profundo que desnivela todo en nuestra sociedad. En marzo
comienzan las clases y con él comienza y se alimenta el origen de todo desnivel, de toda
cojera, que percibimos como algo típico casi natural a nuestra idiosincrasia. Pero la cojera
no es típica ni natural a nuestra idiosincrasia, ella es creada por una injusticia que se
reproduce y se transmite con la educación.

Junto con la inauguración del año escolar todos los escolares entrarán a estudiar los
mismos contenidos básicos, los cuales serán evaluados cada cierto tiempo por medio de las
pruebas Simce. Como también, al finalizar cuarto medio, todos los jóvenes, con su carné de
identidad, un lápiz a grafito N.º2 y una goma de borrar blanca, serán evaluados con la
Prueba de Selección Universitaria, la PSU. Pero ya las patas de la mesa no estarán parejas.
La mayoría de los escolares habrán estudiado en liceos; otros, en colegios subvencionados
pagados y los menos habrán sido alumnos en colegios particulares. La desigualdad de
oportunidades ya es tremenda, pues por cada alumno que estudió en liceo se invirtió en él
un promedio de 30 mil pesos mensuales durante toda su escolaridad. Mientras que, para los
que estudiaron en colegios subvencionados pagados, se invirtió como promedio mensual
durante toda su escolaridad unos 43 mil pesos por alumno. Y para los pocos que tuvimos el
privilegio de ir a colegios particulares se invirtió, por alumno, un promedio de 180 mil
pesos mensuales durante toda la escolaridad. Esto hará a nuestra sociedad injustamente
dispareja y coja como las mesas de los restoranes.

No se debe eludir el problema criticando la enseñanza pública haciendo


comparaciones de cómo era cuando un Neruda o una Gabriela Mistral se formaron en ella.
Aunque hay muchas debilidades que corregir en el sistema público de educación, los
resultados de este no son tan inferiores comparados con los resultados de los colegios
particulares si se ve la desproporción de los apoyos y de lo que se invierte en ambos.
Tampoco se trata de mostrar ejemplos puntuales de profesores ejemplares que, aun con
escasos recursos, han mostrado resultados impresionantes o algunos alumnos egresados de
liceos que contra toda adversidad han obtenidos logros sobresalientes. Esto sería como
ponerle un suple a la mesa que cojea, pero no ir al fondo del problema. La raíz de la cojera
social es la inequidad del sistema y no basta con denunciar esta injusticia, debemos
corregirla. Eso se logra aumentando lo que se invierte en la educación pública. Si
invertimos en la educación pública cifras semejantes a lo que se invierte en la educación
particular, tendríamos derecho a exigir más eficiencia en los resultados. Pero además de
mayor inversión, falta otro ingrediente para estabilizar la mesa. Se necesita que los mejores
jóvenes entren a estudiar Pedagogía. Jóvenes que quieran servir a su país, que tengan
verdadera vocación. Por eso que llamo a los jóvenes, que están pensando qué hacer con sus
vidas, que cada vez que en un restaurante noten que cojea la mesa, se acuerden de que el
país los necesita.
Berrios, F. (2007). La mesa que cojea. En Ojos que no ven.
Santiago: Aguilar Chilena Ediciones.

Vocabulario:
1. Negligencia: dejadez, desidia, flojera.
2. Idiosincrasia: carácter propio de una comunidad
3. Eludir: evadir, evitar, soslayar
4. Suplir: completar lo que falta en algo
5. Inequidad: desigualdad

En base a la lectura del texto, responde de manera grupal las siguientes preguntas en tu
cuaderno:
1. ¿Cuál es la opinión que defiende Felipe Berrios en su texto?
2. Anota tres argumentos que utilice el autor para respaldar su postura
3. A lo largo del texto, ¿para qué se utiliza la imagen de la mesa coja?
4. ¿A qué atribuye el autor la desigualdad en el sistema educativo?
5. ¿Con qué propósito se menciona a Pablo Neruda y Gabriela Mistral?
6. Según el autor, ¿Por qué no pueda hablarse de estudiantes excepcionales?

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