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UNIDAD ACADÉMICA DE SALUD Y BIENESTAR

FACULTAD DE SICOLOGÍA CLÍNICA

Tema:

“Importancia del conocimiento de la psicofarmacología en el Sicólogo Clínico”

Catedra:

PSICOFARMACOLOGÍA.

Catedrático:

Sic. Cli. Juan Cabrera.

Nombre:

Nardia Porras Romero.

Ciclo:

Sexto “A”

Cuenca – Ecuador

2018
Introducción.

En el presente trabajo se estaba abordando sobre la importancia del conocimiento de la

psicofarmacología en el Sicólogo Clínico, en cuanto a la definición de psicofarmacología se alude que

es una disciplina científica centrada en el estudio de los fármacos que modifican el comportamiento y

la función mental a través de su acción sobre el sistema neuroendocrino también se analizara sobre

dos fundadores de la psicofarmacología se ha considerado relevante hacer hincapié sobre lo que

propone la Task Force on psychopharmacology de la Asociación Americana de Psicología (APA),

Por otra parte los psicólogos clínicos obtengan conocimientos en psicofarmacología ya que además

de evaluaciones e intervenciones psicosociales y psicoterapéuticas, estos crearán nuevas posibilidades

para un tratamiento dinámico y comprensivo basado en la investigación también El conocimiento de

diversas cuestiones relacionadas con la psicofarmacología puede ayudar a un mejor conocimiento de

los efectos tanto beneficiosos como perjudiciales de los fármacos.

Objetivo general.

Analizar mediante una revisión bibliográfica la Importancia del conocimiento de la

psicofarmacología en el Sicólogo Clínico para de esta manera tener una visión más clara del tema a

tratar.

Objetivos específicos.

Explicar de manera breve en qué consiste en si la psicofarmacología y el objetivo de la misma.

Mencionar lo que propone la Task Force on psychopharmacology de la Asociación Americana de

Psicología (APA).

Detallar en que consiste la importancia conocimiento de la psicofarmacología en el Sicólogo

Clínico.
Desarrollo.

Según menciona el autor la psicofarmacología puede definirse como una disciplina científica

centrada en el estudio de los fármacos que modifican el comportamiento y la función mental a través

de su acción sobre el sistema neuroendocrino. Se trata de un campo que tiene un marcado carácter

multidisciplinario, al agrupar el interés que comparten farmacólogos, bioquímicos, psiquiatras y

psicólogos por el análisis de las sustancias que actúan modificando las funciones del sistema nervioso.

(Torales, J., & Arce, A. 2017). p. (11-23).

Cabe indicar que en cuanto a la historia de la psicofarmacología desde la antigüedad la medicina

disponía de drogas a las mismas que se les atribuían acción terapéutica en las enfermedades mentales

ya sean estas : efecto real (opio)/efecto placebo. En la Odisea, por ejemplo, Homero habla del opio

“que hace olvidar cualquier pena”. El opio se utilizaba para provocar placidez, seguido de

somnolencia y sueño. (Torales, J., & Arce, A. 2017). p. (11-23).

En cuanto a autores se puede mencionar a Galeno (médico griego del s II), administraba opio para

mitigar los dolores de cabeza, de la vesícula biliar, los cólicos y los cálculos

renales. En 1860 la morfina fue el primer fármaco utilizado terapéuticamente en psiquiatría para

controlar la agresión y la agitación. Posteriormente, Baeyer sintetiza el ácido barbitúrico. Entre los

primeros investigadores de la cocaína pura estuvo S. Freud. (Torales, J., & Arce, A. 2017). p. (11-23).

La psicofarmacología inicia como disciplina científica independiente en épocas recientes, si bien

sus antecedentes y orígenes históricos se pierden en el tiempo. Aunque no existe acuerdo entre los

especialistas en la materia sobre qué acontecimiento marca el comienzo de esta joven ciencia, suelen

citarse algunos hitos importantes que son considerados como los cimientos básicos sobre los cuales

se asienta la psicofarmacología moderna. (Escarabajal, M. Torres, C. 2005).


Encontramos a Joseph Moureau de Tours, un autor de gran relevancia cuyos estudios sobre el

hachís representan para algunos los primeros trabajos psicofarmacológico, Kraepelin, es otro fundador

de la psicofarmacología, gracias a sus experimentos centrados en los efectos de diferentes sustancias

psicoactivas y venenos sobre procesos intelectuales elementales. En esta misma línea, los primeros

estudios científicos de las acciones conductuales de los fármacos son atribuidos en ocasiones a los

trabajos realizados por el farmacólogo Match en 1915. (Escarabajal, M. Torres, C. 2005).

Para la mayoría de los autores la psicofarmacología se inicia gracias a una serie de observaciones

clínicas y descubrimientos farmacológicos que se suceden a lo largo de la década de los años cuarenta

y cincuenta de nuestro siglo, entre los cuales suelen destacarse dos. Por un lado, los trabajos sobre la

LSD-25 realizados por Hofmann y por otro lado el descubrimiento de los efectos antipsicóticos de la

clorpromacina por Delay y Deniker. (Escarabajal, M. Torres, C. 2005).

De acuerdo a la literatura estudiada se alude que en sí la psicofarmacología tiene como objetivo

fundamental proporcionar nociones básicas sobre los principales fármacos que se utilizan en la clínica

psiquiátrica desde el punto de vista de su utilidad práctica, para qué sirven, cómo actúan, qué efectos

secundarios tienen, qué dosis e instrucciones se prescriben y cómo pueden influir en otras técnicas de

tratamiento. (Schatzberg, A. & Nemeroff, B. 2016). p. (8-9).

Ahora bien es de suma importancia que se tenga en cuenta que medicar en sí no es administrar

simplemente fármacos, sino que es parte de un proceso terapéutico global y que constituye una

intervención de enorme complejidad, pues involucra un trabajo

interdisciplinario, desde lo biológico, psicológico y por su puesto social, además de una constante

actualización de conocimiento psicopatológico moderno. Torales, J., & Arce, A. (2017). p. (11-23).
Por otra parte también se menciona que la psicofarmacología debe necesariamente ser

compatibilizada en muchos casos con prácticas específicamente psicoterapéuticas (por ejemplo, la

mayoría de los pacientes con un diagnóstico de depresión mayor se beneficiará de una terapia

combinada con fármacos y psicoterapia) y con otros tratamientos biológicos; otros pacientes, en

cambio, exclusivamente necesitarán de psicoterapia. Torales, J., & Arce, A. (2017). p. (11-23).

Se alude que en los últimos años se está produciendo un gran acercamiento de los psicólogos a la

psicofarmacología. La psicología clínica y la psicofarmacología están separadas debido a influencias

históricas de la concepción dualista de la persona, según la cual mente y cuerpo se rigen por leyes

separadas. (Torales, J., & Arce, A. 2017). p. (11-23).

El trabajo actual en psicología clínica y en salud mental comunitaria hace imprescindible el

conocimiento de las diferentes herramientas que los profesionales de las distintas disciplinas que

forman parte de los equipos utilizan en su quehacer diario. En este sentido la psicofarmacología, que

constituye una de las herramientas básicas utilizadas por los psiquiatras, y que tiene una gran

influencia en el estado clínico del paciente y puede presentar interacciones con las otras técnicas

terapéuticas, es una de esas materias sobre la que todos los profesionales deben conocer unas nociones

básicas. Bravo. F. (2014).

La psicología clínica consta con tratamientos psicoterapéuticos y modelos de considerable

efectividad para un número importante de alteraciones mentales. Sin embargo, resulta útil en ciertos

casos el uso complementario de psicofármacos, si un profesional no se encuentra oficialmente

autorizado para prescribir psicofármacos, tampoco lo estaría para poder retirarlos a ciertos pacientes

frente a la evaluación de que resultan innecesarios o más relevante aún nocivos. Polanco C, Roberto.

(2007).
Según menciona el autor a partir de la Segunda Guerra Mundial, hubo el uso masivo de

psicofármacos, lo que conllevó a la inscripción de su uso terapéutico en la lógica del mercado,

planteando interrogantes acerca del lugar de la industria farmacéutica, los medios de comunicación y

el rol regulador del Estado. Es así que con el descubrimiento de los neurolépticos, los enfermos

mentales “emergen” como un nuevo grupo de consumo. Manzo, G. & Domenico, C. (2013).

El avance de las neurociencias ha llevado, en las últimas décadas, a una mayor consideración por

parte de los psicólogos clínicos del substrato neurobiológico de la conducta. Si bien existen hoy

tratamientos psicológicos sumamente efectivos para la mayoría de las patologías mentales, el empleo

de psicofármacos resulta muy útil en algunos casos, especialmente en la enfermedad mental severa y

en algunas entidades patológicas. Manzo, G. & Domenico, C. (2013).

La práctica clínica da muestra también de que muchos pacientes acuden a consulta psicológica ya

medicados, bien sea por prescripción médica o lo que resulta más peligroso pero no menos frecuente,

por automedicación. Ante este panorama, el profesional psicólogo se encuentra legalmente limitado

no sólo para prescribir medicación sino también para retirarla en aquellos casos que se considere

innecesaria o incluso nociva. Manzo, G. & Domenico, C. (2013).

De acuerdo al informe elaborado por la Task Force on psychopharmacology de la Asociación

Americana de Psicología (APA), reconoce la conveniencia de desarrollar programas dirigidos a los

psicólogos clínicos todo esto con el fin de entrenarlos e instruirles para el manejo adecuado de

psicofármacos. A tal efecto proponen tres niveles se podría decir primordiales los mismos son

descritos a continuación: (Manzo, G. & Domenico, C. 2013).

Con respecto al nivel 1 de formación básica en psicofarmacología, de carácter teórico que incluya

el conocimiento de las bases biológicas de la neuropsicofarmacología. El nivel 2 se centraría en


desarrollar las habilidades necesarias para el manejo de la medicación y sus efectos, de modo

monitorizado y supervisado por el médico. El nivel 3 incluiría la autorización restringida para la

prescripción de psicofármacos de acuerdo con la legislación profesional y estatal elaborada a tal

efecto. Este informe estipula una duración de dos años como mínimo para el entrenamiento del

psicólogo clínico. (Manzo, G. & Domenico, C. 2013).

Se debe considerar cuidadosamente los criterios de selección, focalizados en aquellos psicólogos

con la base necesaria de conocimientos en ciencias neuroconductuales. La formación en

psicofarmacología debería realizarse a un nivel de post-graduado, incorporada en los planes

formativos de especialización en psicología clínica y selectiva para aquellos profesionales que

aspirasen voluntariamente a obtener su certificación. (Polanco C, Roberto. 2007).

Si bien el tratamiento psicofarmacológico representa en la actualidad la principal opción

terapéutica en algunos trastornos psicopatológicos particularmente graves, es incuestionable que la

intervención psicológica puede constituir en ocasiones un tratamiento coadyuvante de enorme interés.

También existen diversas patologías en las que con un tratamiento mixto conductual o farmacológico

se obtienen normalmente mejores resultados que con cada uno de los tratamientos por separado.

(Gómez, B., & Salgueiro, M. 2007). p. (143- 145).

Desde el ámbito de la psiquiatría se asiste a una progresiva, utilización de las técnicas

conductuales/cognitivas para el abordaje de problemas psicopatológicos muy variados, como

complemento o potenciación de los tratamientos psicofarmacológicos clásicos, no debería resultar

extraño que desde el ámbito de la psicología clínica se esté prestando también una creciente atención

a la utilización de estas sustancias como complemento del tratamiento psicológico

tradicional.(Gómez, B., & Salgueiro, M. 2007). p. (143- 145).


Por otra parte se dice que es inconsecuente e incongruente afirmar que en sí los psiquiatras sean

los exclusivos y únicos profesionales capaces y competentes para diagnosticar y tratar los trastornos

mentales cuando los criterios diagnósticos huyen de contemplar las causas que los determinan, en

términos orgánicos, y se basan únicamente en conductas observables. Las funciones profesionales de

los psicólogos clínicos y de los psiquiatras convergen en gran medida en cuanto que tienen el mismo

objeto: los trastornos psicológicos. Mano, S. (2013). p.(8-11).

Es evidente que el psiquiatra no está suficientemente formado para utilizar con destreza los

tratamientos psicológicos ni los instrumentos diagnósticos desarrollados por la investigación

psicológica, ni el psicólogo posee la habilitación legal ni por ello la formación necesaria, en la misma

proporción, para hacer uso de terapéuticas farmacológicas. Por ello, y en beneficio de la persona

afectada, se impone la cooperación de ambos profesionales en un plano de igualdad. (Lipovetzky, G.

& Agrest, M. 2013). p. (24-25).

En cuanto a la psicología clínica y la psiquiatría se menciona que estas en sí enfrentan a un reto

diferente: el de intentar resolver los problemas de los enfermos mentales. En otras palabras, deben dar

respuesta a una demanda social, deben proporcionar salud mental. Las concepciones mentalista y

organicista de la mente humana han conducido a dos grandes intentos de solución: la psicoterapia y

la farmacoterapia. (Lipovetzky, G. & Agrest, M. 2013). p. (24-25).

La Psicología es la única profesión de atención en salud mental en la que la formación cualifica

exclusivamente a Psicólogos para utilizar una amplia gama de psicodiagnósticos y tratamientos

psicológicos, incluyendo la psicofarmacología si los psicólogos continúan con sus estudios

posdoctorales y formación en psicofarmacología. Según resultados de una encuesta consideraron que

obtener conocimientos en psicofarmacología sería una extensión de sus conocimientos. En su


conjunto, la mayoría de los psicólogos ven el valor de esta extensión de la práctica. (Echeburúa1, E.

Salaberría1, K. & Sáez,S. 2011).

Los psicólogos con conocimientos en psicofarmacología, además de evaluaciones e intervenciones

psicosociales y psicoterapéuticas, crearán nuevas posibilidades para un tratamiento dinámico y

comprensivo basado en la investigación. La investigación clínica en salud mental sugiere que los

tratamientos no pueden estar dirigidos por los diagnósticos de forma uniforme. Por ejemplo, respecto

a pacientes con el Trastorno Obsesivo compulsivo (TOC) principalmente con síntomas compulsivos,

se obtienen los mejores resultados con un tratamiento de psicoterapia conductual. Sin embargo, para

los pacientes con TOC que muestran principalmente síntomas obsesivos, los mejores resultados se

obtienen con medicación psicotrópica combinada con tratamientos de psicoterapia conductual.

(Wautier, G., & Tolman, A. 2007). p.(10-17).

Las personas encargadas de la atención en salud mental deben proceder con prudencia, con mucha

más investigación. Es muy probable que los psicólogos, con su extensa experiencia y formación en

investigación, se encontrarán en una posición crítica para poder escudriñar con cuidado la

investigación existente en tratamientos psicoterapéuticos y psicofarmacológicos, y poder dirigir con

entusiasmo la investigación en curso para delinear de forma más clara intervenciones en salud mental

cada vez más óptimas. (Wautier, G., & Tolman, A. 2007). p.(10-17).

Estas intervenciones podrían incluir una serie de enfoques psicoterapéuticos y/o intervenciones

psicofarmacológicas, tal y como dictan la investigación y la experiencia clínica comprensiva. A

medida que los psicólogos aumentan sus conocimientos, conciencia y apreciación de los enfoques de

tratamiento psicofarmacológicos, además de la evaluación y psicoterapia, se encontrarán en una

posición clave para analizar sistemática y minuciosamente los ingredientes activos del tratamiento.

(Wautier, G., & Tolman, A. 2007). p.(10-17).


Es importante mencionar brevemente un trabajo investigativo el cual sondeó la opinión de cada

uno de los estudiantes de psicología de la Universidad Nacional de Buenos Aires, el mismo que obtuvo

como un dato significativo y demostrativo que los estudiantes identificaban la gran necesidad de una

buena formación obligatoria en psicofarmacología, más allá de la posibilidad de prescripción del

medicamento. (Manzo, G. & Domenico, C. 2013). p. (14-21).

El conocimiento básico de diversas cuestiones relacionadas con la psicofarmacología puede ayudar

a un mejor conocimiento de los efectos tanto beneficiosos como perjudiciales de los fármacos.

Paralelamente el entendimiento de la conceptualización psicopatológica, aunque no sea compartida,

que lleva a la prescripción de un determinado medicamento, ayudará en la comunicación entre el

terapeuta y el médico prescriptor. Incidiremos en la explicación de diversos términos psicopatológicos

que ayudarán en una mejor comprensión de la dinámica entre fármacos y psicoterapia. (Manzo, G. &

Domenico, C. 2013). p. (14-21).

Según menciona el autor el estudio de la farmacología es de mucha relevancia para el psicólogo

clínico, como ya se analizó anteriormente la psicofarmacología ocupa cada vez más un lugar elevado en

el manejo de los pacientes con trastornos psiquiátricos por la aparición permanente de nuevos

medicamentos. Dentro de este ánimo la psicofarmacología proporciona al psicólogo clínico una visión

amplia de los varios factores que pueden modificar el comportamiento humano. Esto es de vital

importancia pues aunque el psicólogo no está capacitado para prescribir medicamentos, si tiene la

responsabilidad de conocer sus mecanismos y como afectan a la conducta para así poder proponer

mejores opciones terapéuticas. (Manzo, G. & Domenico, C. 2013).p. (14-21).


Conclusión.

En conclusión de puede aludir que la psicofarmacología se centra en el estudio de los fármacos

estos a su vez cambian el comportamiento y por ende la función mental ahora bien en cuanto a lo que

lo que propone la Task Force on psychopharmacology, es de vital relevancia que los psicólogos

clínicos obtengan conocimientos en psicofarmacología pues además de evaluaciones e intervenciones

psicosociales y psicoterapéuticas, estos crearán nuevas posibilidades para un tratamiento dinámico y

comprensivo basado en la investigación también. Entonces la importancia del conocimiento de la

psicofarmacología en el Sicólogo Clínico se puede decir que puede ayudar a un mejor conocimiento

de los efectos tanto beneficiosos como perjudiciales de los fármacos ayudará en la comunicación entre

el terapeuta y el médico prescriptor. Como estudiante de psicología clínica me parece muy importante

lo que proponen los autores ya que en el ámbito profesional tendremos varios casos donde los usuarios

estén usando medicamentos y para una excelente planificación es importante conocer los efectos,

dosis, entre otros esto con la finalidad de no estropear el trabajo de otro profesional y realizar nuestro

trabajo de manera dinámica.


Bibliografía.

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7) (Gómez, B., & Salgueiro, M. 2007). Terapia Cognitiva Y Medicación: Un Dilema En La

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Disponible en: http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=281921790002

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entre psiquiatras y psicoterapeutas. p. (24-25).Disponible en:

http://www.polemos.com.ar/docs/vertex/vertex68.pdf#page=39
9) (Echeburúa1, E. Salaberría1, K. & Sáez,S. 2011). Funciones Y Ámbitos De Actuación Del

Psicólogo Clínico. p.(2-3). Disponible en:

https://search.proquest.com/openview/876c052664c25bf7ab178e08d1196fa2/1?pq-

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10) (Wautier, G., & Tolman, A. 2007). Psicología y Psicofarmacología: compañeros naturales en

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http://www.redalyc.org/html/778/77828202/

11) (Mano, S. 2013). La Psicofarmacología En La Formación Y Práctica Del Psicólogo.p.(8-11).

Disponible en: file:///C:/Users/%C3%91A%C3%91A/Downloads/Dialnet-

LaPsicofarmacologiaEnLaFormacionYPracticaDelPsicol-3996938%20(4).pdf

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