Nuestro cerebro se modifica estructural y funcionalmente en base a las
experiencias, y el aprendizaje, lo que es definido como plasticidad cerebral. Fernández y Goldberg (2013) asumen que el cerebro humano es un sistema dinámico y en constante reorganización, puede ser moldeado y reformado a lo largo de toda la vida, a cualquier edad, para bien o para mal. Dichos autores, plantean que nuestras acciones y estilo de vida, determinan como cambia físicamente el cerebro, lo que manifiesta la manera cómo evolucionan las capacidades mentales.
Para Pascual-Leone (2015) La plasticidad cerebral, supone adaptarse al
medio ambiente e ir cambiando, es el estado natural del sistema nervioso durante el curso de toda la vida. Pero puede que el delicado balance de activación cerebral y control inhibitorio falle, alterando el funcionamiento cerebral. Afortunadamente, es posible guiar y recuperar la función cerebral y eso lo logramos descansando, para poder con el descanso recuperar la capacidad de cambio. La plasticidad afirma Pascual-Leone (2015) es el invento de la naturaleza para que nuestro cerebro se adapte a los rápidos cambios del entorno que nos rodea. La misma, pasa de reforzar conexiones existentes a formar nuevas conexiones, redes neuronales que se especializan en la habilidad que realizamos. Advierte, dicho autor, que el cerebro es plástico para todas sus funciones, y no solo lo que hacemos cambia nuestro cerebro, sino también lo que pensamos o imaginamos. Sugiere Pascual– Leone (2019) aunque la plasticidad es una propiedad del sistema nervioso, el cerebro no cambia de golpe, requiere estímulos diversos y repetidos para ser cambiado. “Por eso es importante elegir bien y dedicar esfuerzo a aquello que queremos convertir en patrones duraderos de conducta y habilidades mantenidas” (p.75).
La plasticidad cerebral constituye una ventana de oportunidades, porque
supone que todos los alumnos pueden mejorar. Como plantea Guillén (2017) sabemos que el talento se construye a base de esfuerzo y de práctica continua. El reto de la educación afirma Pascual-Leone (2015) es guiar la poda cerebral, intentando podar dando una dirección, que se poden algunas conexiones y que no se poden otras. Lo que cualquier buen profesor haría, afirma Pascual-Leone, es individualizar la intervención, ya que somos ligeramente distintos. Aun así, desarrollar una disciplina mental, como, por ejemplo, la lectura o la escritura, no es tarea fácil, y es quizás por ello, que se requieren maestros para hacerlo. A lo que Pascual-Leone (2019) afirma “El reto es guiar la plasticidad para que los cambios resultantes en nuestro cerebro nos resulten beneficiosos a largo plazo” (p.76). Ante lo cual, el neurocientífico y monje budista Ricard (2013) afirma Solamente estamos cultivando herramientas, la inteligencia es una herramienta, y la información también es una herramienta, y la misma se puede usar de un modo constructivo, destructivo o se puede desaprovechar.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Fernández, A. y Goldberg, E. (2013). Cómo invertir en su cerebro. Una guía
SharpBrains para mejorar su mente y su vida. EEUU, SharpBrains.
Pascual-Leone, A., Álvaro, I., Bartrés-Faz, D. (2019). El cerebro que cura.
Descubre la mejor forma de mantener un cerebro sano como fuente de salud. Barcelona: Plataforma Actual.
Pascual-Leone; A. (2015). Promoviendo la salud cerebral. (Vídeo). España:
Institut Guttman. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=34uw3FXs3qk Sarah-J Blakemore (2013). Plasticidad cerebral. (Vídeo). España: Redes Punset Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=NJMhO8u-ru0&t=235s
Elsa Punset (2013). La paradoja de la plasticidad. (Vídeo). España: La mirada de Elsa.
Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=wz3912gtzEQ&t=13s