Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
24
Si la marginación no fuera aislamiento,
sino integración en una estructura de
dominación, sería necesario revisar los
valores sociales que se atribuyen a los
fenómenos de integración y marginación y
la relación que existe entre ellos.
25
La marginalidad de la población
campesina en esa época estaba
determinada por su incorporación a
la estructura de clases a través del
sistema de hacienda y no, como se
piensa con frecuencia, por su “El hablar de marginalidad o
aislamiento y falta de integración. marginalización no debe hacer
pensar que se trata aquí de una
población que se encuentra, por
así decirlo, "fuera del sistema"
26
Exclusión
LELOIR 1974)
Define la exclusión como un proceso Se advierte que la exclusión, al
multidimensional que se debe igual que la marginalidad, tiene
diferenciar de la pobreza porque los diferentes dimensiones, articuladas
fenómenos de exclusión abarcan a entre sí. Como fenómeno varía en
los ancianos, las personas con el tiempo y en el espacio.
necesidades especiales y los
inadaptados sociales.
27
¿Quiénes son los excluidos?
28
La exclusión es un hecho social
generado, sea porque un individuo es
incapaz de integrarse a una sociedad,
La pobreza como causa y producto de la sea porque la sociedad es incapaz de
exclusión se pasa a la atribución de la integrar ciertas categorías de individuos
diversidad como causa de la exclusión. considerados económica y socialmente
inútiles
29
Hay muchos mecanismos de exclusión
social: exterminación, exilio, abandono,
¿Cómo se ostracismo, humillación, marginalización,
excluye? segregación, discriminación. Hasta la
asistencia social produce exclusión
30
Inclusión
social.
33
Quizá la cuestión ahora no es
tanto cómo movernos “hacia la
inclusión”, sino ¿qué hacemos
para desbaratar la construcción
del centro del cual deriva la
exclusión? (GRAHAM; SLEE 2008, p. 279)
-En este sentido, la inclusión debiera revisarse para todos los sujetos y
no solamente para los excluidos, preguntándonos de qué modo la
educación sirve para abrir y no sólo para insertar a los alumnos en lo ya
existente.
“A menudo se observó que las escuelas que proveen bien (de educación)
a los alumnos con necesidades especiales se caracterizan por dar buena
o mejor educación a todos los alumnos” (OFSTED 2006, p. 10).
35
Igualdad y equidad en
educación: retos para una
América Latina en transición
• 1. América Latina: panorama general de la
desigualdad
• Blanco (2006, p. 1) nuestra región se “caracteriza por
tener sociedades muy desintegradas y fragmentadas
debido a la persistencia de la pobreza y a la gran
desigualdad en la distribución de los ingresos, lo cual
genera altos índices de exclusión”.
Según la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (Cepal, 2016) la desigualdad en nuestra región no
solo se expresa a través de las brechas de ingresos y los
bienes económicos, sino también en el desarrollo de
capacidades (derivadas del acceso a servicios de
educación, salud y nutrición, tecnologías de la
información y a bienes duraderos), por diferencias
relacionadas con el género, la discapacidad e incluso por
el estatus migratorio.
• Se ha demostrado mediante • Además, a mayor desigualdad
estudios comparativos entre mayores índices de enfermedad
diferentes países que la mental y adicciones, obesidad,
desigualdad social y económica se embarazos en adolescentes,
asocia con la calidad de vida de las homicidios y tasa de personas en
personas, así a mayor desigualdad prisión. Por lo que la desigualdad
existen menores niveles de nos lesiona a todos y a múltiples
confianza, esperanza de vida, ámbitos del desarrollo social e
desempeño educativo, respeto individual (Wilkinson & Pickett,
hacia la mujer, movilidad social, 2010), reproduciendo ciclos de
involucramiento con la marginación, exclusión y pobreza.
preservación del medio ambiente y
peores desempeños en el índice de
paz global.
• Se ha podido observar que las desigualdades se
heredan y se transfieren de una generación a otra,
pues no solo se heredan los recursos económicos sino
también se transfieren conocimientos y bienes
culturales. Así aquellos que gozan de mayores recursos
económicos y culturales, utilizan mejor los servicios
sociales y educativos.
2. Equidad educativa: análisis de cinco tensiones y
transiciones en el contexto latinoamericano
La revolución francesa de 1789 realizó un preámbulo a la
nueva constitución, la cual en su artículo primero
estableció que: los hombres nacen y permanecen libres e
iguales en cuanto a sus derechos.
A partir de ese momento se sentaron las bases para definir
una serie de derechos básicos comunes a todos los
ciudadanos como son las libertades civiles, políticas y
económicas.
Ello ha sido el fundamento para que todos los ciudadanos
tengan garantizados por igual una serie de derechos
básicos, entre ellos, la educación.
El reclamo de las sociedades democráticas ha sido la
igualdad de oportunidades educativas. Para esto “Un
sistema educativo equitativo será aquel en el cual los
resultados no estén determinados de ninguna manera
por la pertenencia a ningún grupo y en el cual se dé
respuesta apropiada (compensen) a los diferentes
puntos de origen”.
Estas Unidades de Género pueden tener un rol clave, no sólo para eliminar la discriminación actual dentro del
poder judicial, sino también para impartir una justicia más justa. Por eso, desde EQUIS Justicia para las Mujeres,
hemos iniciado un monitoreo nacional de la situación que guardan las Unidades de Género al interior de los
Tribunales Superiores de Justicia en los 32 estados. A través de solicitudes de acceso a la información y
herramientas de transparencia, hemos indagado aspectos como la existencia de este tipo de mecanismos, su
lugar específico en la jerarquía judicial, su personal y presupuesto asignado, entre otras cosas. Tras dos años de
que se impulsó esta iniciativa, los resultados son desalentadores.
Únicamente ocho tribunales cuentan con una Unidad de Género; la mayoría reporta la existencia de algún otro
tipo de mecanismo, comisión o comité que atiende temas de género pero sin la autonomía y capacidad
requerida.
Muchos mecanismos están enterrados dentro de la compleja estructura judicial, lo que limita su capacidad para
impulsar acciones innovadoras y eficientes.
Tampoco ayuda el hecho de que estén a cargo de personal que cuenta con un año o menos de experiencia en
temas de género.
Sólo siete mecanismos cuentan con un plan de trabajo, y ninguno ha desarrollado
herramientas para monitorear y evaluar el impacto de su trabajo.
Existen mecanismos que no cuentan con presupuesto propio, por lo que no están en
posición de impulsar ningún tipo de acciones.