Está en la página 1de 4

SEMINARIO DE EDUCACIÓN SEXUAL

GRUPO 6

TAREA V

Docente: Lujan Olivera Estudiantes: Mariana Silva Duque.

5.329.975-9

Cecilia García Cedrés

4 961.755 - 9

Instituto de Profesores Artigas

Montevideo, Uruguay
1) Lea con detenimiento, explique y desarrolle los significados personales, familiares,
sociales y políticos del enunciado "DEFINIR LA IDENTIDAD POR EL RASGO ", que
plantea Ana María Fernández en este texto.

En este texto, Fernández nos dice que al definir la identidad por el rasgo, se hace una
distinción binaria de las relaciones, donde sólo hay dos opciones, se es hombre o mujer,
heterosexual u homosexual, y a partir de esto son los rasgos que debe poseer la persona.

La definición de la identidad por el rasgo no es producto de la modernidad,


entendiendo esto como “la lógica cultural del capitalismo” (pág. 17) que a partir de
lineamientos determinados fue la encargada de moldear las subjetividades y objetividades, de
disciplinar las concepciones que tenemos con respecto al mundo y a nosotros mismos. A
partir del “surgimiento de las sociedades industriales”, se establecieron conceptos de modelos
de aquello que hoy conocemos como “ideal” en todos los ámbitos (personal, social, cultural,
económico, sexual, polìtico, entre otros). Es decir que somos resultado de una serie de
acontecimientos y factores, que se fueron dando y hoy nos hace identificarnos de una forma
determinada, así como de establecer un orden jerárquico en las relaciones a nivel personal,
familiar, social y polìtico.
En el nuevo orden sexual moderno del que habla la autora, se establece que la práctica
sexual es la que atribuye la identidad, es decir que la persona con la que tengas sexo es la que
determinará si eres homosexual, heterosexual o bisexuales, si eres hombre o mujer. Así es
también que todo lo que salga de esos “parámetros” que se han construido nos resultan
desconocidos y para revertirlo es necesaria la investigación, análisis y teorización que
permitan avanzar en la conformación de nuevas subjetividades, es decir, nuevas formas de
ver y vernos.

2) ¿Qué se puede inferir que no quieren LAS ADOLESCENCIAS DE HOY EN DÍA, según
este texto de Ana María Fernández?

La autora menciona que hay “muchos jóvenes que suelen no “fijar” una opción sexual y se
resisten a ser nominados con una identidad única”, lo que evidenciamos a la perfección en el
siguiente ejemplo que cita: “¿Por qué voy a aceptar que me definan por una característica
más entre tantas de mi persona? ¿Por qué es más importante con quién me acuesto que qué
carrera estudio?”.
Esto nos da la pauta de que los adolescentes no aceptan las etiquetas y las rígidas
clasificaciones que parecen querer organizar la sociedad en compartimentos estancos, a partir
de donde identifican rasgos totalitaristas.
Bajo esta lógica, las etiquetas limitan a la persona y sus actos, actos que se encuentran
inmersos dentro de una sociedad y cultura que rechaza lo que no comprende,
embanderandose los mismos de una diversidad la cual no manifiestan en todos los casos en
beneficio propio, sino por cuestiones ideológicas y de simple empatía. Es decir, un sujeto
heteronormativo puede igualemente predicar con este discurso en pos de no limitar sus
propias y futuras incursiones en su sexualidad y las elecciones ajenas.

3) ¿Por qué hoy se habla de SEXUALIDADES según el texto de Ana María Fernández?

Hoy podemos hablar de las sexualidades puesto que como menciona la autora, la
visualización de los travestis, los homosexuales, los transexuales, transexo se provoca un
desbordamiento de “los estereotipos modernos de la sexualidad”.
Se produce, entonces, un tránsito a la diversidad quedando obsoletos la distinción binaria de
sexos donde todo lo que se aparta de la norma es considerado incluso una patología.
Dicha autora menciona que este tránsito “no es un mero cambio de palabras; implica la
construcción de categorías filosóficas y políticas que puedan dar cuenta de estas
transformaciones”.

4) Explique con claridad ¿a qué alude Ana María Fernández en este texto con este término
"LO MONSTRUOSO"?

Cuando la autora habla de “Lo Monstruoso” nos introduce en las distintas acepciones
que la palabra tiene dependiendo de su origen, tanto griego como latino, incluso desde su
propia concepción, con lo que podemos conformarnos una significación propia del término,
entendiéndolo como aquellos temas que han existido por siempre en todas las sociedades y
culturas, pero de los cuales no se puede hacer mención; es determinada temática que se
establece como un tabú, y tratarlo sería como una especie de atentado al equilibrio público; se
nos antoja como el rompimiento de una norma que no está escrita en ningún sitio, pero que se
ha establecido de manera consensuada por todos como una enfermedad terminal, una
malformación, una anomalía, que el “padeciente” lleva consigo pero debe ocultar o al menos
disimular. Y lo que es aún peor, en muchos casos, la propia persona se siente así, por lo que
la estigmatización no ocurre sólo desde la mirada social, sino sobre el concepto que la
persona tiene de sí misma.
Sin lugar a dudas, estos temas tabú se deben a la falta de conocimiento, a la desinformación, a
estereotipos impuestos de otras generaciones, a la adherencia a pensamientos, creencias y
prácticas que no nacieron ayer, sino que provienen de antaño y fueron transmitidas de
generación tras generación.
Todas las épocas han tenido Monstruos en sus roperos, pero cada tema considerado
anteriormente como “monstruoso” pero que posteriormente dejó de serlo, se valió de un
rompimiento con creencias anteriores, de años de evolución y de personas que precursionaron
en estos aspectos.
Lo esperanzador en todo esto, es que cada vez existen más de estos precursores, que estamos
en un momento de rompimiento de barreras, de estigmas, reconsiderando y desligandonos de
imposiciones que acarreamos de generaciones anteriores.

BIBLIOGRAFÍA

Fernández, A. M., Siqueiras Peres, W., El orden sexual moderno-La diferencia desquiciada,
Editorial Biblos, 2013

También podría gustarte