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Señor:

JUEZ MUNICIPAL O DEL CIRCUITO DE OCAÑA (Reparto)


E. S. D.

REFERENCIA: ACCIÓN DE TUTELA


ACCIONANTE: DAIRO ALFONSO MENESES MONTEJO
ACCIONADO: COOPERATIVA MULTIACTIVA DE LOS TRABAJADORES DE
SANTANDER - COOMULTRASAN

Dairo Alfonso Meneses Montejo mayor de edad identificado con cédula de


ciudadanía N° 88260039 obrando a nombre propio, por medio del presente
documento presento ante usted ACCIÓN DE TUTELA contra: COOPERATIVA
MULTIACTIVA DE LOS TRABAJADORES DE SANTANDER -
COOMULTRASAN identificada con NIT. N°890.201.063-6 Representado por el
señor 890.201.063-6 o por quien haga sus veces, por vulnerar, los derechos
fundamentales a la DIGNIDAD, AL TRABAJO, A LA SEGURIDAD SOCIAL Y AL
DEBIDO PROCESO consagrada en el artículo 86 de la Constitución Política y en
el Decreto 2591 de 1991 con fundamento en lo siguiente:

HECHOS

PRIMERO: El veinte (20) de Julio de dos mil once (2011) se suscribió contrato
laboral a término fijo entre el señor Dairo alfonso Meneses montejo y la
COOPERATIVA MULTIACTIVA DE LOS TRABAJADORES DE SANTANDER –
COOMULTRASAN para desempeñar el cargo de ASESOR COMERCIAL.

SEGUNDO: Dicho contrato tenía como plazo de ejecución desde su fecha de


suscripción hasta el diecinueve (19) de Noviembre de dos mil once (2011) y se
estipuló un sueldo básico de TRESCIENTOS MIL PESOS M/CTE ($300.000).

TERCERO: El diecinueve (19) de Julio de dos mil doce (2012) se realizó otrosí
con el cual se convirtió el contrato a término fijo, inicialmente celebrado, en un
contrato laboral a término indefinido.

CUARTO: El catorce (14) de Febrero de dos mil diecisiete (2017) se suscribe


otrosí para modificar el salario y constituirlo solo de las comisiones acorde a la
tabla establecidas por la COOPERATIVA MULTIACTIVA DE LOS
TRABAJADORES DE SANTANDER – COOMULTRASAN.

QUINTO: El treinta (30) de Enero de dos mil diecinueve (2019) en ejercicio de sus
funciones laborales tuvo una caída, que trajo como consecuencia que lel señor
Dairo Alfonso Meneses Montejo fuese diagnosticada, según consta en su historial
médico, con TRAUMATISMO DE TENDONES Y MÚSCULOS DEL GRUPO
MUSCULAR PERONEO A NIVEL DE PIERNA en su tobillo izquierdo.
SEXTO: A raíz de dicho accidente de trabajo, el nueve (09) de Agosto de dos mil
diecinueve (2019) fuese intervenida quirúrgicamente y se hiciera una
RECONSTRUCCIÓN DE RETINACULOS PERONEROS, SINOVECTOMÍA,
SUTURA PERONEO BREVIS Y TOBILLO IZQUIERDO.

SÉPTIMO: Su estado de salud, y las secuelas que han aparecido posterior a la


ocurrencia del accidente y la cirugía, han propiciado la necesidad de terapias,
valoración en por ortopedia, así como incapacidades.

OCTAVO: Lo anterior, pone a el señor Dairo Alfonso Meneses Montejo en


situación de debilidad manifiesta por razones de salud y, por ende, le da especial
protección dando paso a una estabilidad laboral reforzada.

NOVENO: El nueve (09) de Julio de dos mil veintiuno (2021) se presentan


descargos en cuanto al “manejo inadecuado de dineros de cliente al no ingresarlo
a caja”.

DÉCIMO: Esto da como resultado, la terminación unilateral del contrato de trabajo


con “justa causa” que es notificada mediante oficio el trece (13) de Julio de dos mil
veintiuno (2021)

DÉCIMO PRIMERO: En el proceso no se tuvo en cuenta el respectivo permiso


que se debe solicitar ante autoridad competente para efectuar el despido y que
este sea eficaz.

DÉCIMO SEGUNDO: Lo anterior, viola evidentemente el debido proceso que


expresamente ha sido señalado en el ordenamiento jurídico colombiano y, por
tanto, es nula cualquier actuación que se realice bajo ese contexto.

PETICIONES

Con base en las circunstancias fácticas señaladas sírvase Señor Juez conceder
las siguientes peticiones:

PRIMERA: Se tutelen los derechos al MINIMO VITAL, A LA VIDA EN


CONDICIONES DIGNAS Y JUSTAS, AL TRABAJO, AL DEBIDO PROCESO y a
todos los demás a los que haya lugar.

SEGUNDA: Se ordene a la COOPERATIVA MULTIACTIVA DE LOS


TRABAJADORES DE SANTANDER – COOMULTRASAN a realizar el reintegro de
la señora YASMIN CARRASCAL CARREÑO.

TERCERA: Se ordene a la COOPERATIVA MULTIACTIVA DE LOS


TRABAJADORES DE SANTANDER – COOMULTRASAN efectuar el pago de los
salarios dejados de devengar desde el despido del señor Dairo Alfonso Meneses
Montejo hasta la fecha en que sea reintegrada a su trabajo.

CUARTA: Se ordene a la COOPERATIVA MULTIACTIVA DE LOS


TRABAJADORES DE SANTANDER – COOMULTRASAN evitar reincidir en este
tipo acciones que trasgreden los derechos de el señor Dairo Alfonso Meneses
montejo
FUNDAMENTOS DE DERECHO

La presente acción tiene fundamento constitucional en el artículo 86, 42 Y 53 de la


Constitución Política y adicionalmente en los siguientes pronunciamientos

DIGNIDAD, PRINCIPIO FUNDANTE DEL ESTADO SOCIAL DE DERECHO

Sentencia T-747 de 2003 ha dicho “Es que el concepto de dignidad humana no


constituye hoy, en el sistema colombiano, un recurso literario u oratorio, ni un adorno
para la exposición jurídica, sino un principio constitucional, elevado al nivel de
fundamento del Estado y base del ordenamiento y de la actividad de las autoridades
públicas”; en esa misma línea ha preceptuado la Corte en sentencia T-489 de 1998
“toda situación que haga de la existencia del individuo un sufrimiento es contraria al
derecho constitucional fundamental a la vida -entendiéndolo como el derecho a
existir con dignidad-, por más que no suponga necesariamente el deceso de la
persona y aun cuando no sea éste el caso, procede la intervención del juez de tutela
para restablecer al titular en el goce pleno de su derecho, según las circunstancias
del asunto puesto a su consideración. Lo contrario sería negar uno de los objetivos
de la medicina y someter a la persona a un estado a todas luces indeseable, como
esperar a que se encuentre al filo de la muerte como requisito esencial de la
procedencia de la acción de tutela para amparar, paradójicamente, el derecho a la
vida. No solamente la muerte constituye la violación de este derecho, se repite, sino
cualquier estado o situación que la convierta en un sufrimiento o en algo
indeseable”; bajo ese entendido expuso la misma sentencia “El dolor es
una situación que hace indigna existencia del ser humano, pues no le permite gozar
de la óptima calidad de vida que merece y, por consiguiente, le impide desarrollarse
plenamente como individuo en la sociedad; más cuando es producido por una
circunstancia superable, que no se deja atrás por intereses que repugnan con el
principio de solidaridad dispuesto en los artículos 1 y 95 de la Constitución Política y,
sobre todo, cuando se pretende dar prevalencia a derechos puramente patrimoniales
por sobre los de la persona humana”

SENTENCIA T-940 DE 2012

La consagración constitucional de la dignidad humana como fundamento del


Estado colombiano debe repercutir en todas las actuaciones que emanan de las
autoridades, así como de servicios públicos esenciales como la salud, cuya
prestación debe garantizar.

Como ya ha hecho carrera en la jurisprudencia de esta corporación, la dignidad


humana, como entidad normativa, puede comprender tres objetos concretos de
protección: (i) la autonomía o posibilidad de diseñar un plan vital y de determinarse
según sus características (vivir como se quiera); (ii) la presencia de ciertas
condiciones materiales concretas de existencia (vivir bien) y (iii) la intangibilidad de
los bienes no patrimoniales, integridad física e integridad moral (vivir sin
humillaciones).

Desde la perspectiva de la funcionalidad del concepto, la dignidad humana se ha


entendido con una triple naturaleza de derecho fundamental, principio y valor. A
grandes rasgos, la dignidad humana como derecho fundamental implica la
correlatividad entre la facultad de exigir su realización en los ámbitos a los que
atañe y el deber de propiciarlos; como principio puede entenderse como una de
los fundamentos que dieron origen a la aparición del Estado colombiano de hoy,
así como un mandato de optimización, cuya realización se debe propender en la
mayor medida posible; finalmente, como valor, la dignidad representa un ideal de
corrección al que tiende el Estado y que le corresponde preservar.

Así las cosas, la importancia y la realización de la dignidad humana en el Estado


colombiano deben ser superlativas, en tanto constituye una de las bases y de los
presupuestos ontológicos para su existencia, siendo piedra angular para el
desarrollo del contenido de otros derechos fundamentales y deberes estatales y
particulares dispuestos en la carta.

En este orden de ideas, la Corte ha ligado el concepto de dignidad a otros,


permitiendo con ello cualificar su contenido de manera tal que la realización de
aquel se propicie en la mayoría de escenarios posibles dentro de la realidad. Tal
es el caso del derecho a la salud, el cual debe ser entendido, ya no solo como un
derecho o servicio con el que se pretende la preservación de la existencia, sino
como un derecho fundamental que coadyuva a la realización de la dignidad
humana y de la existencia en condiciones dignas. Así lo ha dispuesto esta Corte,
entre otras, en la sentencia T-1271 de diciembre 18 de 2008, M.P. Mauricio
González Cuervo, en la que se señaló:

“Ha de advertirse que la protección constitucional del derecho a la


salud no se circunscribe a los eventos en los que el derecho a la vida
o a la integridad física se encuentren directamente comprometidos. El
concepto de vida no se restringe a la existencia biológica del ser, ya
que incorpora el valor de la dignidad. Por ello, resulta inaceptable
someter a una persona que ve vulnerados sus derechos, entre ellos
el de la salud, a tener que tolerar graves afecciones, o a soportar
dolores insufribles, al impedírsele por un tiempo prolongado e
indefinido el acceso efectivo y oportuno a los medios que aseguren
una mejoría en su existencia. Por eso, la Corte en sentencia T-171 de
2003 sostuvo que el derecho a la salud se entiende como “la facultad
que tiene todo ser humano de mantener la normalidad orgánica y
funcional, tanto física como en el plano de la operatividad mental, y
de restablecerse cuando se presente una perturbación en la
estabilidad orgánica y funcional de su ser. Implica, por tanto, una
acción de conservación y otra de restablecimiento”. La
materialización del derecho a la salud supone una atención integral,
que se inicia con los cuidados y atenciones básicas requeridas por la
persona enferma, pasando por el suministro de medicamentos,
realización de intervenciones quirúrgicas, práctica de procesos de
rehabilitación, toma de exámenes de diagnóstico, hasta el
seguimiento médico pertinente, y todo ello en procura del pleno
restablecimiento de la salud del paciente. Ahora bien, si por alguna
causa la patología que afecta al enfermo no es susceptible de
mejorarse, se deben adoptar las medidas médicas necesarias para
mitigar tales síntomas.

PROCEDENCIA DE LA ACCIÓN DE TUTELA CONTRA


PARTICULARES

El artículo 86 de la Constitución Política establece que la acción de tutela


procede contra un particular, cuando (i) aquél tenga a su cargo la
prestación de un servicio público; (ii) cuando con su actuar afecte
gravemente el interés colectivo o; (iii) en casos en los que el accionante se
encuentre en situación de subordinación e indefensión con respecto al
agresor.

3.4.1. La jurisprudencia constitucional ha señalado que el primer supuesto


de procedibilidad expuesto, tiene un carácter objetivo, mientras que la
estructuración de los otros dos, demanda del juez de tutela una valoración
de los elementos fácticos de cada caso, atendiendo especialmente las
particularidades de la relación privada que se estudia.

3.4.2. A su vez, el mandato del artículo 86 Superior, está desarrollado en


el artículo 42 del Decreto 2591 de 1991, el cual establece que la acción de
tutela procede contra un particular en eventos en los que (i) presten
servicios públicos (numerales 1, 2, 3); (ii) cuando existan relación de
indefensión o subordinación con relación al sujeto accionado (numerales 4
y 9); cuando se le atribuya al particular la vulneración del derecho
fundamental de habeas data (numerales 6 y 7); cuando el particular
contravenga lo dispuesto por el artículo 17 de la Constitución (numeral 5)
o; (v) cuando desempeñe funciones públicas (numeral 8).

3.4.2.1. Específicamente, por interesar a esta causa, la Corte ha indicado


que por subordinación debe entenderse “la condición de una persona que
la hace sujetarse a otra o la hace dependiente de ella y, en esa medida,
hace alusión principalmente a una situación derivada de una relación
jurídica”[5], como la que se puede originar, “en virtud de un contrato de
trabajo o de las relaciones entre estudiantes y directivas del plantel
educativo o la de los padres e hijos derivada de la patria potestad”

Sobre el particular, esta Corporación ha señalado que tratándose de


relaciones laborales, la subordinación que de ellas se deriva, se mantiene
aun cuando el contrato laboral haya terminado para el momento de la
presentación de la acción de tutela, como quiera que es posible que, no
obstante que el vínculo laboral finalizó, de aquel se deriven con
posterioridad aspectos que ubiquen al ex trabajador en esa situación.

Con relación a este tópico, la Corte se pronunció en la Sentencia T-1218


de noviembre 24 de 2005, en la que, al decidir una acción de tutela
presentada por un ex trabajador de la empresa RAMDI Ltda, concluyó que
aquella “resulta procedente porque el accionante se encontraba
subordinado a la empresa accionada, en virtud del vínculo laboral que
existió[9]. En efecto, aunque en el momento de la interposición de la
acción de tutela el actor ya no era empleado de RAMDI Ltda., la
terminación de la relación laboral comprende el estado de subordinación
mencionado, lo que permite la procedencia de la acción de tutela contra un
particular.”

En el mismo sentido, recientemente, en la Sentencia T-791 del 3 de


noviembre de 2009, en la que estudiaba una acción de tutela presentada
contra la Compañía de Vigilancia y Seguridad Privada Águila de Oro
Colombia LTDA, la Corte estimó que el accionante se encontraba “en
relación de subordinación con respecto a la entidad accionada, por virtud
del vínculo jurídico que los unía, es decir, gracias al contrato de trabajo por
ellas celebrado, el cual, si bien había terminado al momento de
presentación de la acción de tutela, no desvirtúa tal condición, dada la
posición de superioridad que ostenta la empresa frente al accionante, en lo
que toca con la reclamación que este formula derivada de hechos
sucedidos durante la existencia de aquel.”
3.4.2.2. Ahora bien, esta Corporación ha entendido que se configura el
estado de indefensión, cuando las circunstancias de una persona la
imposibilitan para satisfacer una necesidad básica por causa de una
decisión o actuación desarrollada por un particular, en ejercicio de un
derecho del que es titular, pero de forma irrazonable, irracional o
desproporcionada. Lo anterior significa que la posible situación de
indefensión en la que se ubica una persona, debe ser evaluada por el juez
constitucional de cara al caso concreto, teniendo en cuenta sus
circunstancias particulares, y los derechos fundamentales que están
siendo objeto de amenaza o vulneración, por cuenta del ejercicio de las
posiciones de poder que ostenten las personas o el grupo de que se trate.

Lo anterior ha sido complementado por la Corte, indicando que esta


categoría “no es un predicado abstracto del cual puedan hacerse
generalizaciones que se distancien de la realidad que ofrecen los hechos.
Es por el contrario una “situación relacional, intersubjetiva en la cual el
demandante es uno de los extremos y el demandado es otro. El primero
ha sido ofendido o amenazado por la acción del segundo. Adicionalmente,
el demandado no tiene posibilidades ni de hecho ni de derecho para
defenderse de esta agresión injusta”

Estabilidad laboral reforzada. Reiteración de jurisprudencia

LEY 361 DE 1997

ARTÍCULO 26. NO DISCRIMINACIÓN A PERSONA EN SITUACIÓN DE


DISCAPACIDAD. En ningún caso la limitación de una persona, podrá ser
motivo para obstaculizar una vinculación laboral, a menos que dicha
limitación sea claramente demostrada como incompatible e insuperable en
el cargo que se va a desempeñar. Así mismo, ninguna persona limitada
podrá ser despedida o su contrato terminado por razón de su limitación,
salvo que medie autorización del Ministerio del Trabajo. Sin perjuicio de lo
establecido en el inciso anterior, no se requerirá de autorización por parte
del Ministerio del Trabajo cuando el trabajador limitado incurra en alguna
de las causales establecidas en la ley como justas causas para dar por
terminado el contrato. Siempre se garantizará el derecho al debido
proceso.

El derecho a la estabilidad laboral “(d)es de su perspectiva deóntica,


supone que el trabajo esté dotado de una vocación de permanencia o
continuidad mientras no varíe el objeto de la relación, sobrevenga una
circunstancia que haga nugatorias las obligaciones reconocidas a los
sujetos de la relación o aparezca una justa causa de despido”. Sin
embargo, este derecho acoge mayor relevancia cuando el empleado se
encuentra en condición de debilidad manifiesta, debido, entre otros, a las
particulares condiciones de salud y capacidad económica, evento en el
cual surge el derecho a la estabilidad laboral reforzada, la cual “se
materializa en la obligación impuesta al empleador de mantenerlo en su
puesto de trabajo en razón de su condición especial.”

Están en condición de debilidad manifiesta los trabajadores que puedan


catalogarse como “(i) inválidos, (ii) en situación de discapacidad, (iii)
disminuidos físicos, síquicos o sensoriales, y (iv) en general todos aquellos
que tengan una afectación en su salud que les “impid o dificult
sustancialmente el desempeño de sus labores en las condiciones
regulares”, y que, por sus condiciones particulares, puedan ser
discriminados por ese solo hecho, están en circunstancias de debilidad
manifiesta y, por tanto, tienen derecho a la “estabilidad laboral reforzada”.

La protección al derecho a la estabilidad laboral reforzada se genera para


quienes ven disminuida su fuerza de trabajo independientemente de que
se hubiese emitido o no el certificado de pérdida de capacidad.

Bajo estos parámetros se ha sostenido que (i) una persona con


padecimientos de salud que involucren, de forma transitoria o variable, una
afectación sustancial en el ejercicio de sus funciones tiene derecho a la
estabilidad laboral reforzada; por lo general; se exige también que (ii) el
empleador hubiese conocido tal condición en un momento previo al
despido; y (iii) que en caso de ser despedido exista una conexión directa e
inmediata entre este hecho y la condición de salud.

Cuando a una persona le asista la garantía a la estabilidad laboral


reforzada por estar en las circunstancias anteriormente mencionadas,
tiene derecho a que su empleador no pueda finalizar el vínculo laboral sin
la autorización del Ministerio de Trabajo, aunque exista justa causa para
terminar la relación laboral. El incumplimiento de este deber, genera
obligación del juez de presumir que el despido fue discriminatorio, es decir,
que se generó por el estado de debilidad e indefensión del empleado e,
igualmente: (i) que el despido del trabajador o la terminación del contrato,
no produzca efectos jurídicos y la consecuente obligación de recibir todos
los salarios y prestaciones sociales dejadas de percibir; (ii) el derecho al
reintegro a un cargo de iguales o mejores condiciones o, como se ha
venido reconociendo recientemente, la renovación del contrato, en ambos
casos las condiciones laborales deben estar acordes con sus condiciones
de salud; (iii) el derecho a recibir capacitación en caso de que el empleado
deba desempeñarse, por sus condiciones de salud, en un nuevo cargo[18];
y (iv) a recibir “una indemnización equivalente a ciento ochenta días del
salario, sin perjuicio de las demás prestaciones e indemnizaciones a que
hubiere lugar de acuerdo con el Código Sustantivo del Trabajo y demás
normas que lo modifiquen, adicionen, complementen o aclaren” (art. 26,
inc. 2°, Ley 361 de 1997).

SENTENCIA SU-049 DE 2017

El derecho fundamental a la estabilidad ocupacional reforzada tiene


arraigo constitucional directo y aplica a quienes estén en condiciones de
debilidad manifiesta, incluso si no cuentan con una calificación de pérdida
de capacidad laboral moderada, severa o profunda.
El derecho fundamental a la estabilidad ocupacional reforzada es una
garantía de la cual son titulares las personas que tengan una afectación en
su salud que les impida o dificulte sustancialmente el desempeño de sus
labores en las condiciones regulares, con independencia de si tienen una
calificación de pérdida de capacidad laboral moderada, severa o profunda.
La estabilidad ocupacional reforzada es aplicable a las relaciones
originadas en contratos de prestación de servicios, aun cuando no
envuelvan relaciones laborales (subordinadas) en la realidad
Quien contrata la prestación de un servicio personal –con o sin
subordinación- debe tener presente que adquiere con la persona que se lo
presta una relación relevante a la luz de la Constitución, pues adquiere el
deber de actuar con solidaridad cuando las circunstancias se lo requieran,
y sus relaciones deben entonces trascender el principio de utilidad que en
general es válido observar en los actos contractuales que desarrolle, y en
las relaciones patrimoniales de disposición de sus bienes económicos.
En síntesis, la Corte Constitucional unificó criterio estableciendo que la Ley
361 de 1991 i) aplica para todas las personas en situación de
discapacidad, ii) sin importar el tipo de limitación que padezca, ni el grado
o nivel de la misma, iii) para exigir la extensión de los beneficios
contemplados en la ley es útil pero no necesario contar con un carné de
seguridad social que indique el grado de pérdida de capacidad laboral.

CIRCULAR 049 DE 2019 MINISTERIO DE TRABAJO

(…) Surge el deber para todo empleador que requiera despedir a un


trabajador en condición de discapacidad o de debilidad manifiesta de
atender los parámetros jurisprudenciales esbozados por la H. Corte
Constitucional, a efectos de verificar si se encuentra protegido con el fuero
de estabilidad laboral reforzada y determinar así, las consecuencias
jurídicas y sociales que tal circunstancia connota, verbigracia la obligación
de solicitar permiso para terminar la relación laboral, ante el Ministerio de
Trabajo (…)

SENTENCIA T-041 DE 2019

La Corte Constitucional establece que pueden ser considerados como


sujetos en circunstancia de debilidad manifiesta por motivos de salud (…)
un trabajador que i) pueda catalogarse como persona con discapacidad, ii)
con disminución física, síquica o sensorial en un grado relevante, y iii) en
general todos aquellos que (a) tengan una afectación grave en su salud;
(b) esa circunstancia les impida o dificulte sustancialmente el desempeño
de sus labores en las condiciones regulares, y (c) se tema que, en esas
condiciones particulares, pueden ser discriminados por ese solo hecho,
estando en circunstancias de debilidad manifiesta y, por tanto, tiene
derecho a la estabilidad laboral reforzada (…)

PRUEBAS

Solicito de manera respetuosa señor Juez, dar valor probatorio a las siguientes
pruebas:

DOCUMENTALES:
1. Historial clínico.
2. Ordenes médicas.
3. Contrato de trabajo
4. Otrosíes realizados al contrato.
5. Notificación de cargos.
6. Descargos aportados.
7. Notificación de terminación de contrato por justa causa.
JURAMENTO

Bajo la gravedad de juramento manifiesto no haber interpuesto acción de tutela


por los mismos hechos ante otra autoridad.
NOTIFICACIONES

El señor Dairo Alfonso Meneses montejo recibe notificaciones en


memo1982@misena.edu.co
La empresa COOPERATIVA MULTIACTIVA DE LOS TRABAJADORES DE
SANTANDER – COOMULTRASAN recibirá notificaciones en calle 5 N|° 5- 42
lagos

Atentamente

Dairo Alfonso Meneses Montejo


CC. N°. 88260039

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