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DECIMO JUZGADO ESPECIALIZADO EN LO CONSTITUCIONAL DE

LIMA

EXPEDIENTE Nº : 30303-2008
MATERIA : ACCIÓN DE AMPARO
DEMANDANTE : JAVIER VALLE-RIESTRA GONZALEZ-OLAECHEA
DEMANDADO : CONGRESO DE LA REPUBLICA

SENTENCIA

RESOLUCIÓN Nº ONCE
Lima, ocho de marzo
del dos mil diez.-

VISTOS:

Resulta de autos que mediante escrito fechado veintitrés de


junio del dos mil ocho, de fojas doscientos diez a doscientos
cincuenta, don JAVIER VALLE-RIESTRA GONZALEZ-OLAECHEA
interpuso acción de amparo contra el CONGRESO DE LA REPUBLICA,
con el objeto que cesen los actos que lesionan sus derechos
constitucionales al trabajo y al libre desarrollo de la personalidad y
amenazan sus derechos constitucionales a la salud y a la vida; y, en
consecuencia, se deje sin efecto y sin valor legal la denegatoria
ficta de su renuncia al cargo de Congresista de la República y se
ordene al Congreso de la República aceptar sin más trámite la
renuncia presentada y proceda a declarar la vacancia del cargo 1.

El demandante afirma que el veinticuatro de marzo del dos


mil ocho presentó su renuncia al cargo de Congresista de la
República, basado en el hecho de no haber cumplido su promesa de
1
Si bien en el petitorio de la demanda hace referencia a dos pretensión: una principal
y otra subordinada, lo cierto es que del texto de las mismas no se advierte tal
situación, sino que más bien las mismas tendrían por objeto una sola pretensión, a
saber que se deje sin efecto la denegatoria ficta de la renuncia al cargo de
Congresista, se ordene que se acepte la misma sin más trámite y se declare la
vacancia del cargo; y, en ese sentido, lo que si se advierte es que esta única
pretensión se sustentaría o tendría como fundamentos dos argumentos o posibles
soluciones jurídicas que el actor invoca de manera subordinada, es decir en caso se
desestime una tesis jurídica se opte por acoger la otra.

I
restaurar la Constitución de 1979 ni el bicameralismo, y en la
existencia de un potencial riesgo de caer en enfermedades
somáticas derivadas de la angustia y el sufrimiento psicológico que
le causa ejercer, sin vocación alguna, el cargo de Congresista de la
República, y por ello en la protección de sus derechos
fundamentales a la vida, a la integridad moral, psíquica y física y a
su libre desarrollo y bienestar, a trabajar libremente, a la libertad
y seguridad y a la salud; sin que hasta la fecha haya obtenida
respuesta alguna por parte del Congreso de la República.

En ese sentido, señala el demandante que si bien se


encuentra en un excelente estado de salud, el cargo
parlamentario, para el que no tiene vocación, le hace sentir
psicosomáticamente mal, lo cual puede conllevarle una
enfermedad somática atendiendo a su avanzada edad, según lo
afirmaron sus médicos Pedro Villanueva Guerrero y Saul Peña
Kolenkautsky; siendo incluso que padece de problemas en los
meniscos que le impiden trajinar por escaleras y estar sentado en
asientos estrechos o butacas.

Asimismo, indica que ha entregado parte de su vida a la


política, habiendo sido electo y reelecto como representante por el
Partido Aprista Peruano infinitas veces; que en la práctica habría
renunciado a una serie de privilegios que le corresponderían por el
cargo que ostenta; y que habría presentado un proyecto de
reforma constitucional, el cual cuenta con dictamen favorable de
la Comisión de Constitución y Reglamento y cuyo debate en el
Pleno del Congreso se habría frustrado.

El Procurador Público a cargo de los asuntos judiciales del


Congreso de la República contestó la demanda señalando que la
irrenunciabilidad del cargo de congresista se estableció para evitar
la obstrucción de la función legislativa y superar la pérdida de la
estabilidad democrática y política, pero que debido a la instalación
de los regímenes de puro derecho, que han eliminado la posibilidad
de una frustración política, la renuncia de un congresista no
afectaría el orden público; y, asimismo, indica que teniendo en
cuenta el desarrollo constitucional peruano, la irrenunciabilidad
del cargo de congresista implica un retroceso en la estructura del
derecho constitucional y una colisión con los derechos
fundamentales.

II
CONSIDERANDO:

PRIMERO: Que conforme a lo dispuesto por el Artículo 200º


de la Constitución Política y artículos 1º y 37º del Código Procesal
Constitucional, las acciones de garantía tienen por objeto reponer
las cosas al estado anterior a la violación o amenaza de violación
de un derecho constitucional, y que en el caso de la acción de
amparo, está se encuentra dirigida a restituir cualquier derecho
reconocido por la Constitución diferente de la libertad personal,
que haya sido amenazado o vulnerado por cualquier autoridad,
funcionario o persona.

SEGUNDO: Que en el proceso de amparo no se declaran ni


constituyen derechos constitucionales a favor de ninguna de las
partes ni se discuten cuestiones atinentes a la titularidad de los
mismos, lo que si sucede en los proceso ordinarios, sino que más
bien el proceso de amparo tiene por finalidad restablecer el
ejercicio de un derecho constitucional (finalidad restitutoria), si
acaso resultó lesionado y siempre y cuando la lesión no se haya
convertido en irreparable.

TERCERO: Que el presente caso plantea como controversia


constitucional los siguientes problemas o hechos controversiales:
¿la irrenunciabilidad del cargo de congresista es incompatible con
los derechos fundamentales reconocidos por la Constitución?¿es
inconstitucional el precepto constitucional de irrenunciabilidad del
cargo de congresista? ¿la falta de pronunciamiento del Congreso de
la República respecto a la renuncia del actor puede ser
interpretado como una denegatoria ficta?

CUARTO: Que en virtud al criterio de interpretación o


principio de unidad de la Constitución2, cualquier aparente
antinomia o contradicción en su dispositivos debe resolverse
considerando a la Constitución como un ordenamiento compuesto
2
Efectivamente el Tribunal Constitucional en el fundamento 23 de la Sentencia
recaída en el expediente 005-2003-AI-TC ha señalado que “el operador jurisdiccional,
al interpretar cada una de sus cláusulas, no ha de entenderlas como si (…) fueran
compartimentos estancos o aislados, sino cuidando que se preserve la unidad de
conjunto y de sentido, cuyo núcleo básico lo constituyen las decisiones políticas
fundamentales expresadas por el Poder Constituyente. Por ello, ha de evitarse una
interpretación de la Constitución que genere superposición de normas, normas
contradictorias o redundantes”

III
por una pluralidad de disposiciones que forman una unidad de
conjunto y sentido y por ello cada una de sus disposiciones debe
ser interpretado preservando la unidad de conjunto y de sentido.
Asimismo, en virtud al criterio de interpretación o principio de
concordancia práctica, toda aparente tensión entre los preceptos
constitucionales deberá ser resuelto optimizando su interpretación,
sin sacrificar ninguno de los valores, derechos o principios
contenidos en los mismos.3

QUINTO: Que, en ese sentido, conforme a los criterios de


interpretación de unidad de la Constitución y de concordancia
práctica antes descritos, los mismos que deberán aplicarse para
resolverse el presente caso, la tesis formulada por el actor
respecto a que la aparente incompatibilidad de la irrenunciabilidad
del cargo de congresista con los derechos fundamentales
reconocidos por la Constitución conlleva necesariamente a que
dicha norma deba ser considerada inconstitucional, deberá ser
desestimada por el Juzgado.

SEXTO: Que, en cuanto a los derechos constituciones cuya


lesión se invoca, debe precisarse que teniendo presente que la
persona es el fin supremo de la sociedad y del Estado 4, el inciso 15)
del Artículo 2° y el último párrafo del Artículo 23° de la
Constitución, reconocen como una manifestación del derecho al
trabajo5 el derecho a la libertad de trabajo, la cual supone el
derecho de toda las personas tenemos a trabar libremente, con
sujeción a la ley, y no estar obligada a prestar trabajo sin
3
Sobre el particular, el Tribunal Constitucional en el literal b) del fundamento 12 de la
Sentencia recaída en el expediente, al definir el principio de interpretación
constitucional de concordancia práctica ha indicado que “en última instancia, todo
precepto constitucional, incluso aquellos pertenecientes a la denominada
“Constitución orgánica” se encuentran reconducidos a la protección de los derechos
fundamentales, como manifestaciones del principio-derecho de dignidad humana,
cuya defensa y respeto es el fin supremo de la sociedad y el Estado (artículo 1º de la
Constitución)”.

4
En virtud al principio – derecho de la dignidad humana (Artículo 1º de la
Constitución), la dignidad de la persona supone el respeto del hombre como fin en sí
mismo y la máxima eficacia en la valoración del ser humano sólo puede lograrse
mediante la protección de toda la gama de derechos, ya sean los denominados civiles
y políticos, como los económicos, sociales y culturales.

5
El derecho al trabajo debe entenderse como un medio de realización, de obtención
de bienestar familiar y de desarrollo espiritual de la persona humana (Artículo 22° de
la Constitución).

IV
retribución o sin su libre consentimiento, y por tanto las personas
gozamos del derecho de elegir libremente una profesión u oficio y
de decidir libremente realizar o no una determinada actividad
remunerada o cambiarla por otra6; siendo incluso que el tercer
párrafo del referido artículo 23° precisa que ninguna relación
laboral puede limitar el ejercicio de los derechos constitucionales,
ni desconocer o rebajar la dignidad del trabajador; sin embargo
dicha libertad como todas las libertades o derechos reconocidos no
es ilimitado y puede estar sujeto a los límites que la propia
Constitución establece, sin que ello conlleve que se desconozca o
niegue dicha libertad, pues lo contrario implicaría que dicha
libertad se torne en ilusoria.

SETIMO: Que, en ese sentido, una interpretación conforme


con la dignidad de la persona y el respeto de los derechos
fundamentales, y que a su vez no vacié de contenido a la regla
contenida en el Artículo 95° de la Constitución, es aquella que
entiende que cuando el texto constitucional señala que el cargo de
congresista es irrenunciable, está haciendo referencia a una
prohibición de renunciar sin alegar causa alguna o incausada y que
no basta la sola decisión del Congresista de renunciar al cargo para
que opere la misma. Del mismo modo, es aquella que entiende,
contrario sensu, que si es posible renunciar al cargo de congresista
cuando exista una causa que justifique dicha decisión, y siempre y
cuando dicha renuncia sea aceptada por el Congreso de la
República, como así se establece para el caso del Presidente de la
República7, en atención al principio de igualdad contenido en el
6
El Tribunal Constitucional en el fundamento 4 de la Sentencia recaída en el
expediente 4058-2004-AA ha expresado que: “En tal sentido, el artículo 23° de la
citada Declaración reconoce que toda persona tiene derecho a la libre elección de su
trabajo. Por otra parte, el artículo 6° del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales consagra el derecho de toda persona a tener la
oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo libremente escogido o aceptado.
Y el Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en
materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, establece, en su artículo 7°,
inciso b), “(...) el derecho de todo trabajador a seguir su vocación y a dedicarse a la
actividad que mejor responda a sus expectativas y a cambiar de empleo, de acuerdo
con la reglamentación nacional respectiva”; y en el fundamento 5 de dicha sentencia
señala que: “En consecuencia, el derecho a la libertad de trabajo comprende el
derecho de todo trabajador a seguir su vocación y a dedicarse a la actividad que
mejor responda a sus expectativas, a la libre elección del trabajo, a la libertad para
aceptar, o no, un trabajo, y a la libertad para cambiar de empleo”.

7
El inciso 3) del Artículo 113° de la Constitución Política del Perú establece que la
Presidencia de la República vaca por aceptación de su renuncia por el Congreso de la

V
inciso 2) del Artículo 2°de la Constitución, tratándose de dos
poderes del Estado de la mayor importancia en la vida política
nacional y de funcionarios de la mayor jerarquía elegidos por
votación popular.

OCTAVO: Que, en el caso materia de autos se ha podido


advertir: i) que el actor, cuya trayectoria política y democrática es
harto conocida en el país, a sus setenta y ocho años de edad
tendría derecho a dejar a un lado la actividad laboral y profesional
y acogerse a un sistema previsional; ii) que el actor si habría
cumplido con expresar al Congreso de la República los motivos o
causas que justificarían su renuncia al cargo de congresista, los
mismos que estarían referidos al hecho de sentirse
psicosomáticamente mal ejerciendo el cargo de parlamentario para
el que ya no tendría vocación y a fin de evitar padecer de
“enfermedades somáticas derivadas de la angustia y sufrimiento
psicológico que le causa ejercer, actualmente y sin vocación
alguna, el cargo de Congresista de la República”, conforme se
verifica de la carta de renuncia obrante a folios cuatro a veintitrés;
iii) que existen opiniones médicas dando cuenta de la angustia y
tensión que padece el actor debido a la frustración que le genera
no poder seguir su verdadera vocación y que a la larga podría tener
manifestaciones psicosomáticas y ocasionar alteraciones en sus
funciones orgánicas y enfermedades somáticas 8; y iv) que no habría
sido sometido al Pleno del Congreso de la República la renuncia al
cargo de congresista presentado por el actor el veinticuatro de
marzo del dos mil ocho ni se le habría dado respuesta oficial alguna
sobre el particular, lo cual no puede ser interpretado como una
denegatoria ficta como indica el actor pues dicha consecuencia
jurídica si bien esta prevista por nuestro ordenamiento legal para
los procedimiento administrativos, lo cierto es que no existe
previsión en el caso de los procedimientos parlamentarios.

NOVENO: Que, en consecuencia, teniendo en cuenta que la


persona humana es el fin supremo de la sociedad y del Estado, y
que por ello todos los preceptos constitucionales tiene por
finalidad la defensa y respeto de los derechos fundamentales
reconocidos en la Constitución, entre ellos la libertad de trabajo,
República.
8
Sobre el particular, obra en autos las opiniones de los doctores Saul Peña K, Médico
Psiquiatra Psicoanalista (folios 101-102), y del doctor Pedro Villanueva G, Médico
Cirujano (folios 103).

VI
que supone la libertad de realizar o no una determinada actividad
remunerada o cambiarla por otra; estando a que desde una
interpretación conforme con la dignidad de la persona y el respeto
de los derechos fundamentales, y que a su vez no vacié de
contenido el Artículo 95° de la Constitución, posibilita la renuncia
al cargo de Congresista cuando exista una causa que justifique
dicha decisión, y siempre y cuando dicha renuncia sea aceptada
por el Congreso de la República; teniendo en cuenta la avanzada
edad y la angustia y tensión que padecería el demandante por
ejercer un cargo para el que ya no tiene vocación, pone en
evidencia que la falta de pronunciamiento por el Pleno del
Congreso respecto a la renuncia planteada por el actor estaría
afectando su dignidad como persona y su derecho a la libertad de
trabajo, y pondría en riesgo o amenazaría su derecho a la salud;
razones por las cuales corresponde estimar en parte la demanda
presentada.

DECIMO: Que, finalmente, debe precisarse, por un lado, que


no existiendo un procedimiento parlamentario previsto para la
renuncia del cargo de Congresista, en aplicación del principio de
igualdad, deberá someterse al Pleno del Congreso la renunciar
presentada por el actor veinticuatro de marzo del dos mil ocho,
ciñéndose a lo previsto en la Constitución y el Reglamento del
Congreso de la República para el caso de la aceptación de la
renuncia del Presidente de la República; y, por otro lado, teniendo
en cuenta los preceptos constitucionales involucrados y la
trascendencia jurídica de la decisión adoptada, deberá elevarse en
consulta los autos al superior jerárquico en caso que la presente
resolución no se impugnada por ninguna de las partes.

Por cuyas consideraciones, el Juez del Décimo Juzgado


Especializado en lo Constitucional de Lima, administrando justicia
a nombre de la Nación, en uso de las atribuciones conferidas por la
Constitución Política del Perú, la Ley Orgánica del Poder Judicial y
el Código Procesal Constitucional, le confiere,

FALLA:

VII
1. Declarando FUNDADA EN PARTE la demanda de amparo
interpuesta por Javier Valle-Riestra Gonzalez-Olaechea.
2. ORDENO que el Presidente del Congreso de la República
cumpla con someter a consideración del Pleno del
Congreso, como primer punto del orden del día de la
agenda de la próxima sesión, la renuncia presentada por
el demandante el día veinticuatro de marzo del dos mil
ocho, conforme a las consideraciones expuesta en el
décimo considerando de la presente resolución.
3. ELEVESE en CONSULTA los autos al superior jerárquico
en caso de no ser impugnada la presente sentencia.

VIII

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