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MODELO DE DEMANDAPOR APLICACIÓN DE AJUSTE POR MOVILIDADen enero del 2002 a $514,8
en setiembre del 2005. En otras palabras, el aumento promedio de los haberes previsionales
administrados por la ANSES alcanzó al 53%.Mientras que los ingresos de la ANSES crecieron un
101%, los aumentos decretados por el Poder Ejecutivo en promedio llegan al 53%. Esto implica
una diferencia demasiado grande como para no considerarla una violación a los criterios de ajuste
que fija la Ley de Solidaridad Previsional reglamentando el artículo 14 bis de la Constitución
Nacional. Mas aun si se tiene en cuenta que se han desviado recursos públicos hacia
finalidades socialmente mucho menos prioritarias. Sólo a título de ejemplo cabe considerar que el
presupuesto administrativo de la ANSES para el año 2005 superó en un 146% el
contemplado en el año 2001,con un crecimiento del 327% en el rubro de servicios no
personales. Otros ejemplos, de cómo los recursos públicos se han asignado en función de
prioridades distintas a las que fija la Constitución surgen del Proyecto de Presupuesto 2006
presentado por el Poder Ejecutivo al Congreso. Allí se señala entre los motivos que
justificarondesvíos de gastos durante el ejercicio 2005 elpago de honorarios a los agentes
organizadores de la reestructuración de la deuda ($350 millones), subsidios a los
ferrocarriles (200 millones), asistencia a empresas publicas -Yacyreta, Río Turbio y ENARSA-
(136 millones) y para sostener el sistema eléctrico (430 millones)La desproporción entre los
aumentos decretados por el Poder Ejecutivo y los ingresos que dispuso para concederlos (variable
que la norma vigente fija como criterio de movilidad) no se distribuyó homogéneamente entre
todos los beneficiarios sino que ha afectado gravosamentea quienes perciben haberes
superiores al mínimo. A quienes perciben haberes superiores a $1.000 no se les incrementó el
haber salvo la restitución del descuento del 13%, mientras que a los restantes se vieron
beneficiados sólo con el ajuste del 10% establecido en setiembre del 2004. Por eso y atento lo
dispuesto por la Corte en el caso “Kot” , las leyes deben ser interpretadas de acuerdo a las
situaciones imperantes en que rigen y a la vicisitudes y los momentos que vive cada país,
el Tribunal sosteniendo que las leyes no pueden ser interpretadas sin consideración a las
nuevas condiciones y necesidades de la comunidad, porque toda ley, por naturaleza, tiene
una visión de futuro, y está destinada a recoger y regir hechos posteriores a su sanción (Fallos:
241:291, pág. 300, y considerando 7° in fine del voto de los jueces Maqueda y Zaffaroni, antes
mencionado).No hay motivos económicos que justifiquen la negativa a aplicar el art. 5 de la ley
24.463 ya que este artículo garantiza su plena ejecutividad de manera automática y sin
traumas financieros para el Estado al establecer que la movilidad de los haberes tiene que
ser función de los ingresos del sistema. Mucho menos se pueden alegar argumentos
jurídicos que justifiquen semejantes desproporciones. Ninguna ley, decreto y demás normaspuede
disponer quitas de esta magnitud, sin caer en confiscatoriedad de los haberes, y así lo ha
entendido la Corte Suprema de Justicia de la Nacióny otros fallos de consideración,