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Señores:

MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL.


EJERCITO NACIONAL.
SECCIÓN PAGADURÍA.
Ciudad Bogotá.

Ref.: Derecho de Petición.

OD14. VICTOR HUGO CARDENAS TORRES, mayor de edad, identificado como


aparece al pie de mi correspondiente firma, obrando en causa propia, asistido por la
Constitución y la Ley, me permito muy respetuosamente instaurar el presente escrito
que se configura en Derecho de Petición como mecanismo idóneo y suficiente para
obtener la protección del derecho al MINIMO VITAL, con el mismo respeto solicito que
al momento de contestar y resolver de fondo este mecanismo constitucional se tengan
en cuenta a fin de dar cumplimiento el numeral 5° del artículo 3 de la Ley 1527 de
2012., así como también el desarrollo de las diferentes Sentencias de Tutela
proferidas por la Honorable Corte Constitucional. Expedientes T- 1919557 M.P. Dra.
Clara Inés Vargas Hernández; Sentencia T-147 de 2006; T- 012 de 2005 M.P. Dr.
Manuel José Cepeda Espinosa y la Sentencia T- 206 de 1998 M.P. Dr. Fabio Morón
Díaz; Sentencia T-473 de 1992 M.P. Dr. Ciro Angarita Barón.

ANTECEDENTES

Los antecedentes, situación fáctica de lo que se solicita, se puede extraer de la


relación de haberes o la nómina que reposa en el archivo de esta entidad castrense.

CONSIDERACIONES

Lo anterior obedece, a que en la actualidad se están aplicando descuentos excesivos


por parte de esa entidad al monto por mí recibido por concepto de salarios mensual,
circunstancia que genera que la suma de dinero devengada no sea suficiente para la
digna subsistencia mía y de mi familia, circunstancias han sido objeto de diferentes
pronunciamientos jurisprudenciales así:

La Honorable Corte Constitucional mediante Sentencia T-581 A / 11 del 25 de Julio de


2011 indica, “… El concepto de mínimo vital, de acuerdo con la jurisprudencia debe
ser evaluado desde un punto de vista de la satisfacción de las necesidades mínimas
del individuo, por lo cual es necesario realizar una evaluación de las circunstancias de
cada caso concreto, haciendo una valoración que se encamine más hacia lo
cualitativo que a lo cuantitativo, verificándose que quien alega su vulneración tenga las
posibilidades de disfrutar de la satisfacción de necesidades como la alimentación, el
vestuario, la salud, la educación, la vivienda y la recreación, como mecanismos para
hacer realidad su derecho a la dignidad humana…” “…El principio constitucional de la
dignidad humana, sobre el que se establece el Estado Social de Derecho sirve de
fundamento al derecho al mínimo vital, cuyo objeto no es otro distinto del de garantizar
las condiciones materiales más elementales, sin las cuales la persona arriesga
perecer y quedar convertida en ser que sucumbe ante la imposibilidad de asegurar
autónomamente su propia subsistencia…” (Subrayado fuera de texto).
“… Con arreglo a los imperativos de la igualdad material, la Carta reconoce que si bien
el derecho fundamental al mínimo vital es predicable de todos los ciudadanos en
condiciones de igualdad, existen determinados sectores de la población que, en razón
de su mayor vulnerabilidad, son susceptibles de encontrarse, con mayor facilidad, en
situaciones que comprometan la efectividad de su derecho. De ahí que algunas
normas de la C.P., consagran las obligaciones del Estado de otorgar una especial
protección a los grupos más vulnerables de la población.

En otras palabras, la Constitución Política contempla una serie de sujetos necesitados


de un “trato especial” en razón de su situación de debilidad manifiesta. El régimen de
favor comprende a personas o colectivos indefensos que merecen una particular
protección del Estado para puedan desplegar su autonomía en condiciones de
igualdad con los restantes miembros del conglomerado social, y no se vean reducidos,
con grave menoscabo de su dignidad, a organismos disminuidos y oprimidos por las
necesidades de orden más básicos.

En particular, a este grupo pertenecen las personas de la tercera edad, quienes al final
de su vida laboral tienen derecho a gozar de una vejez digna y plena (C.P. artículos 1,
13, 46, y 48). En relación con estas personas, la Corte ha sentado la doctrina del
derecho fundamental a la seguridad social. Así se le ha dado preciso alcance al
mando constitucional de defender, prioritariamente, el mínimo vital que sirve,
necesariamente, a la promoción de la dignidad de los ancianos (C.P., artículos 1, 13,
46 y 48)…”

La doctrina señala que el derecho fundamental al mínimo vital ha sido reconocido


desde 1992 en forma extendida y reiterada por la jurisprudencia constitucional de la
Corte como un derecho que se deriva de los principios de Estado Social de Derecho,
dignidad humana y solidaridad, en concordancia con los derechos fundamentales a la
vida, a la integridad personal y a la igualdad en la modalidad de decisiones de
protección especial a personas en situación de necesidad manifiesta, dado el carácter
de derechos directa e inmediatamente aplicables de los citados derechos.

El objeto del derecho fundamental a mínimo vital abarca todas las medidas positivas o
negativas constitucionalmente ordenadas con el fin de evitar que la persona se vea
reducida en su valor intrínseco como ser humano debido a que no cuenta con las
condiciones materiales que le permitan llevar una existencia digna.

Los jueces de tutela también han reprochado las acciones u omisiones, con
fundamento en el derecho fundamental al mínimo vital, bien sea de particulares que
presten algún servicio público como los servicios de salud y educación, o de
particulares que atentan contra la subsistencia digna de una persona, con el fin de
asegurar el mencionado derecho, como ha sucedido en materia del no pago
prolongado de salarios o pensiones por empresarios particulares y ocasionalmente los
particulares, cuando reúnen las condiciones de urgencias están obligados a
suministrar a la persona que se encuentra en una situación en la cual ella misma no se
puede desempeñar autónomamente y que compromete las condiciones materiales de
su existencia, las prestaciones necesarias e indispensables para sobrevivir
dignamente y evitar su degradación o aniquilamiento como ser humano.

Es por ello que instituciones como la inembargabilidad de parte del salario, prohibición
de la confiscación, la indisponibilidad de los derechos laborales o el amparo de
pobreza, entre otros, constituyen ejemplos concretos del mencionado límite inferior
que excluye ciertos recursos materiales de la competencia dispositiva del Estado o de
otros particulares. Lo anterior conduce a la estrecha relación existente entre Estado
Social de Derecho, mínimo vital y régimen tributario. Estos casos se citan a título
meramente ilustrativo (Sentencia T-426 de 1992. M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz,
entre otras las siguientes sentencias T-005 de 1995 M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz; T-
015 de 1995 M.P. Hernando Herrera Vergara.

Si bien es cierto que dichos descuentos fueron autorizados por mí, no puede llevarse a
cabo el descuento de cada uno de ellos en el mismo momento, es por ello que resulta
imperioso que se suspendan los descuentos efectuados a la asignación mensual a la
que tengo derecho con el fin de percibir el dinero suficiente para sufragar mis
necesidades básicas y las de mi familia de conformidad con lo pregonado en la
Constitución Política de Colombia; adicionalmente el tema relacionado con los
descuentos fue recientemente legislado a través de la Ley 1527 de 2012.

En Sentencia C-101 de 2003 la Corte sostuvo que:

(…) En efecto, durante su carrera se verá en diferentes situaciones de peligro que, de


acuerdo con su formación, deberá y podrá afrontar en mayor o menor medida. Es
claro que según se encuentre o no en cumplimiento de un acto propio del servicio, o
en el frente combatiendo con el enemigo, ya sean estos grupos alzados en armas, o
en conflicto internacional, el riesgo de perder la vida es mayor en unos casos que en
otros. De igual manera si el tiempo al servicio de la institución castrense es mayor, el
riesgo y el peligro a que se ha visto enfrentado ese militar y su familia es mayor, lo que
se traduce en una regla consistente en que entre más tiempo de servicio, el riesgo que
ha debido soportar es mayor.

Así las cosas, teniendo en cuenta las distintas actividades desde el punto de vista
funcional o material que cumplen los miembros de las Fuerzas Militares, y dado que
dentro de su deber profesional se encuentra el de arriesgar la vida, para la Corte es
razonable y por lo tanto se justifica el trato diferenciado a efectos de reconocer una
pensión o compensación, según la muerte sea en combate, en misión del servicio o en
simple actividad…”

“…Para la Corte el mínimo vital garantizado como derecho inalienable de todo


trabajador, está constituido por los requerimientos básicos indispensables para
asegurar la digna subsistencia de la persona y de su familia, no solamente en lo
relativo a alimentación y vestuario sino en lo referente a salud, educación, vivienda,
seguridad social y medio ambiente, en cuanto factores insustituibles para la
preservación de una calidad de vida que, no obstante su modestia, corresponda a las
exigencias más elementales del ser humano. En otros términos el mínimo vital, de
acuerdo con lo dispuesto en los artículos 1, 2, 25 y 53 de la Constitución, incorpora un
componente social que obliga al Estado a considerar a la persona en su plena
dimensión, no solo material sino espiritual cuya existencia digna no se agota en la
simple manutención, mediante el suministro de alimentos, sino que involucra todas las
necesidades inherentes a su condición de ser humano, inserto en la familia y en la
sociedad. La vivienda digna hace parte sin duda del aludido concepto, especialmente
si se tiene en cuenta su importancia para la preservación del entorno familiar en su
existencia…

Ahora bien, debo manifestar que mi intensión no es evadir el pago de las obligaciones
contraídas solo que no es posible cubrirlas todas al mismo tiempo aclarando que la
entidad pagadora al momento de aplicar los límites antes mencionados en protección
de mis derechos fundamentales no altera, modifica o extingue las obligaciones con mis
acreedores.

Por analogía en el tema planteado hago referencia a las consideraciones y referencias


jurisprudenciales efectuadas por la Honorable Corte en Sentencia T-512 de 2009, de
las cuales me permito transcribir la parte pertinente así: “…En el mismo sentido, las
disposiciones relacionadas con los descuentos permitidos a la mesada pensional,
corresponden a una regla general de protección al mínimo vital de los pensionados
como derecho fundamental, independientemente del régimen jurídico al cual
pertenecen de la forma en la que hayan accedido a este derecho. En este contexto,
los Decretos 1073 de 2002 y 994 de 2003 fueron expedidos dentro del Régimen
General de Pensiones y son aplicables a todos los pensionados, se insiste, sin
establecer por ninguna causa, trato diferenciado al interior del universo conformado
por los pensionados en razón a las garantías mínimas que a ellos les asisten.

Las estipulaciones antes mencionadas, son claras en determinar que los descuentos
que se hagan a las mesadas pensiónales no pueden ser de tal entidad que impliquen
que el beneficiario perciba por ese concepto menos del 50%, una vez efectuadas las
deducciones relacionadas con los aportes al sistema de salud y a las cajas de
compensación familiar. En efecto, el artículo 3° del Decreto 994 de 2003 establece lo
siguiente: “…Articulo 3°. En cuanto al monto del descuento se aplicarán las normas
que para el efecto se aplican a los salarios. Los descuentos realizados sobre el valor
neto de la mesada pensional, esto es, descontando el aporte para salud y a las cajas
de compensación familiar, incluyendo los permitidos por la ley laboral, podrán
efectuarse a condición de que el beneficiario reciba efectivamente no menos del
cincuenta por ciento (50%) de la mesada pensionar…” (Subrayado fuera de texto)

Se concluye entonces, que debido a la protección especial que recae sobre las sumas
recibidas por los pensionados, llámese mesada puncionar o asignación de retiro, en
cuanto normas de orden público de obligatorio cumplimiento, llamado a proteger otros
derechos de rango constitucional como son el derecho al mínimo vital de los
pensionados y sus familias. No es dable, ni siquiera con autorización expresa del
mismo pensionado, aplicar descuentos más allá de lo permitido por la ley, y es el
pagador el llamado a propender porque tales disposiciones se cumplan so pena de
vulnerar derechos fundamentales, tal y como lo ha manifestado la Corte:

“Los recursos que se asignan al pago de las mesadas tienen, entonces, una
destinación específica ordenada por la propia Constitución y, en consecuencia, sobre
la finalidad que cumplen no puede hacerse prevalecer otra, como podría ser la de
asegurar la solución de las eventuales deudas a cargo del pensionado.

Se trata de dineros que, si bien hacen parte del patrimonio del beneficiario de la
pensión, no constituyen prenda común de los acreedores de aquél, pues gozan de la
garantía de inembargabilidad, plasmada como regla general y vinculante, con las
excepciones legales, que son de interpretación y aplicación restrictiva…”
Así mismo, el numeral 5 del artículo 3° de la ley 1527 del 27 de abril de 2012, pregona:
“…Que la libranza o descuento directo se efectúe, siempre y cuando el asalariado o
pensionado no reciba menos del cincuenta por ciento (50%) del neto de su salario o
pensión, después de los descuentos de ley. Las deducciones o retenciones que realice
el empleador o entidad pagadora, que tengan por objeto operaciones de libranza o
descuento directo, quedaran exceptuadas de la restricción contemplada en el numeral
segundo del artículo 149 del Código Sustantivo del Trabajo.

Obedece esta petición, a que la forma en la que se efectuaron los descuentos al


salario mensual percibido, ocasiona la violación a mis derechos fundamentales al
MÍNIMO VITAL, DIGNIDAD HUMANA E IGUALDAD y a los lineamientos de la ley
1527 de 2012.

Con el proceder de la entidad se están incumpliendo disposiciones de orden público


tales como art. 2, 13 y demás normas concordantes de la Constitución Política de
Colombia, así como el numeral 5 del art. 3° de la ley 1527 de 2012, el cual dispone
que la libranza o descuento directo no puede exceder el 50% del salario percibido.

PRETENSIONES

Solicito el amparo de los derechos fundamentales al MÍNIMO VITAL, DIGNIDAD


HUMANA E IGUALDAD, esto es, se ordene a quien corresponda efectuar los
descuentos de mi salario únicamente hasta el monto del 50% después de los
descuentos de ley.

Que la entidad de cumplimiento a lo pregonado en el numeral 5 del artículo 3 de la ley


1527 de 2012.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

Solicito se tengan como tales los artículo 2, 13, 23 y demás normas concordantes de
la Constitución Política de Colombia; Artículos 5, 6 del Código Contencioso
Administrativo; numeral 5 del artículo 3 de la ley 1527 de 2012; Jurisprudencia
Sentencia T-827 de 2004, T-512 de 2009, Sentencia T-581 A de 2011.

Para efectos de dar respuestas a este Derecho de Petición le solicito muy


respetuosamente realizarlo con apego a los Fallos de Proferidos con basamento en los
expedientes T- 1919557 M.P. Dra. Clara Inés Vargas Hernández.
En uno de sus apartes establece “El núcleo esencial del derecho de petición radica en
la obligación de dar respuesta pronta y oportuna a la petición elevada, esta respuesta
debe, además: (i) resolver de fondo el asunto cuestionado; (ii) ser clara, precisa y
guardar estrecha relación con lo solicitado; (iii) el derecho fundamental de petición no
se satisface a través del silencio administrativo negativo, en su lugar, debe entenderse
que esta figura constituye prueba de su desconocimiento y (iv) la carencia de
competencia por parte de la entidad ante la que se eleva la solicitud, no la exime del
deber de dar respuesta y de notificarla al interesado.”

De la misma manera vista a la Sentencia T-147 de 2006; T- 012 de 2005 M.P. Dr.
Manuel José Cepeda Espinosa y la Sentencia T- 206 de 1998 M.P. Dr. Fabio Morón
Díaz. En lo que tienen que ver con los pronunciamientos de la Corte Constitucional
referido a que “El derecho de petición, es un derecho de carácter fundamental que
abarca otras prerrogativas constitucionales, tales como el derecho a la información, el
derecho a la participación política y el derecho a la libertad de expresión”

Si alguna duda existe al respecto me permito, respetuosamente como es natural,


invitarlos a la lectura de la Sentencia T-473 de 1992 M.P. Dr. Ciro Angarita Barón.
Donde se desarrolló el tópico del derecho a la información en el sentido de que “El
derecho a la información no es solamente el derecho a informar, sino también el
derecho a estar informado. El artículo 74 de la Constitución Nacional, al consagrar el
derecho de acceder a los documentos públicos, hace posible el ejercicio del derecho a
la información, y de esta manera los demás derechos fundamentales ligados al
mismo. El acceso a los documentos públicos no se traduce necesariamente en una
petición o en una adquisición de nueva información. Es pues, independiente tanto de
la petición como de la información y, como tal, plenamente autónomo y con universo
propio.”

Ahora bien, en procura de que no se vea afectado el derecho de petición con alguna
desatención, es necesario que establezcan la esencia de la petición y recuerden que a
ella se llega por la naturaleza de la respuesta. Entonces legitimado como me
encuentro para elevar esta solicitud, ruego a ustedes responder dentro de los términos
de ley y dando respuesta veraz, clara, precisa y oportuna.

PRUEBA

Los documentos que puedan servir como prueba para los fines pretendidos en este
derecho de petición se encuentran en los archivos de esta institución, en lo que tiene
que ver con los haberes y nómina, para lo cual le solicito respetuosamente realizar
vista a ellos, además de ello se anexo nomina del mes de agosto de 2021.

NOTIFICACIONES

Recibiré notificaciones en Cra. 53 No. 44 – 28 Barrio La Esmeralda (Bogotá)


Correo electrónico; victorclarinete@yahoo.es
Tel: 3136950786.

Atentamente,

OD14. VICTOR HUGO CARDENAS TORRES


C.C. N° 93.374.310 Expedida Girardot.

Copia a Superintendencia Financiera de Colombia


Procuraduría General de la Nación.

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