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INTRODUCCIÓN

En el presente ensayo hemos analizado y reflexionado sobre la ética y los valores en la vida de los
seres humanos y la jerarquía axiológica que representa a cada persona. El estudio de los valores ha
sido tema de interés y debate durante muchos años. Desde la antigüedad fue difícil establecer qué o
para quién es algo valioso, de esta forma, durante la segunda mitad del siglo XIX la axiología dio sus
primeros pasos los primeros pasos en su trabajo, tratando de determinar qué es valioso y de dónde
proviene esta descripción. es decir, queremos algo porque tiene valor o lo valoramos porque lo
queremos.

Es así que, durante los últimos años, el cuestionamiento sobre qué son los valores y, sobre todo, los
sistemas de valores que las personas determinan han sido interrogantes que han motivado el
estudio de este tema dentro de muchas áreas, entre ellas la psicología, al llegar a considerar que la
elección y por tanto el comportamiento de una persona puede estar influenciado por sus
valoraciones o valores subjetivos, así como por las expectativas que la persona mantiene.
LA CONFIANZA

Definiremos la confianza como una fuerza emocional que comienza con el sentido de valor y
propósito de una persona. No se puede vivir en armonía sin confianza, es decir, sin confiar
fuertemente en una persona por amistad o trabajo, aunque parezca mentira, por más desconfiados
que seamos, siempre tenemos a más de una persona en quien nos sentimos protegidos y en
confianza, puede que ya sea algo que surja de forma natural, sin embargo, este se ha decaído por
varias razones, el paso del tiempo, por ejemplo, según el Lic. Funez antes no era necesario firmar
contratos, validar datos o cuestiones de ese ámbito para confiar, pues con un simple apretón de
manos se podía llegar a un acuerdo, pues “dar la palabra” tenía un significado de mucho peso y
honor, no era necesario ser conocidos para confiar, la transparencia que se tenía y la confianza que
nos teníamos como seres humanos era suficiente en aquel entonces, no obstante este fue perdiendo
su valor al romperse el vínculo de la promesa, con el tiempo dar la palabra dejó de ser creíble,
debido que a muchas personas les dejó de importar si lo veían honorable o no.

La falta de confianza nos vuelve imprudentes para asumir riesgos y desafíos en la vida, lo que nos
impide aprender, experimentar y el vivir de todos los días, la inseguridad nos crece cuando con el
pasar del tiempo hemos sido confiados con personas que no son transparentes, por las cuales se
viven experiencias no agradables. Tales situaciones nos convierten en personas más inseguras con
la intención de prevenir nuevamente las malas experiencias, pero ¿Cómo podemos recuperar la
confianza? Simple y sencillamente con la verdad, hay que asumirlo y convencernos que la veracidad
es mucho mejor a que no la haya, las leyes tienen su papel en la sociedad y actúan conforme a lo
justo, pero no por ello se ha logrado tener la confianza en los demás, pues cada quien puede
utilizarlo para su propio beneficio, en muchos casos la falta de honestidad por miedo a lo que
piensen los demás o por no ser veraces nos acarrea situaciones inclusive vergonzosas, de
indignidad, que al final puede afectar a la salud, ya sea mental o física.

ACERCA DE LA FELICIDAD

Para la mayoría de las personas, la felicidad está asociada con las posesiones materiales, con una
vida segura, pero según Lic. Funez este pierde su valor una vez adquirido, el cual la felicidad la
basamos en el trayecto del querer, por lo cual damos por entendido que ser feliz es un modo de ser,
no un modo de estar, se es feliz porque se quiere ser feliz, lo que nos hace pensar en aquella frase
“el querer, es poder”.
Nos dice A. Cortina a (2013, 167) sigue afirmando que la felicidad “no sirve para ninguna otra cosa,
sino que todas las demás cosas se hacen por ella”, por lo cual se comprende que el hecho de hacer
las cosas, ayudar, colaborar, o cualquier otra acción de nuestra vida cotidiana que nos nace realizar,
no es porque queramos ser felices si no porque somos felices haciéndolas, sin embargo hay que
aclarar que no es la misma felicidad en sí, pues una situación que nos hizo feliz en su momento, al
tratar de repetirlo y por más que queramos conseguir el mismo resultado pasado no nos devuelve la
misma felicidad, se persigue en cada acto que realizamos, y estos pueden cambiar con el tiempo.

Para aquellos que son espiritualmente ricos, la oportunidad de crecimiento espiritual es


extremadamente importante. A pesar de su importancia, la felicidad nunca es aleatoria: siempre hay
que crearla, hay que descubrirla, crearla, construirla desde cero. Y eso sólo se puede hacer
eligiendo ser feliz. Todos deben tener el principio de que serán felices, sin importar cuán difíciles les
aguarden los eventos futuros. Por supuesto, las innumerables infelicidades y sufrimientos de la vida
siempre nos impiden disfrutarla. De hecho, puede distorsionar la felicidad de uno.

Quizás la cualidad más importante que todo ser humano debe desarrollar en el camino hacia la
felicidad es la gratitud. Es la cualidad de ser agradecido, la voluntad de mostrar aprecio por algo y
devolver la amabilidad. Este es otro método utilizado por personas de todas las culturas para
desarrollar la felicidad. Este enfoque implica centrar la energía mental en aspectos negativos como
la salud y los problemas financieros. A estas personas les gusta canalizar su energía hacia la
gratitud por despertarse por la mañana, por estar cerca y amar a las personas que aman, por poder
respirar, pensar y vivir.

“felicidad “no sirve para ninguna otra cosa, sino que todas las demás cosas se hacen por ella” - A.
Cortina a (2013, 167)

https://generoliterario.com/ensayo/felicidad/

AUTORES DE LA PROPIA VIDA

Según lo comentado, con la comparación de Sófocles y su obra de Edipo Rey, podemos decir que
carecemos de libertad, significa que no tenemos control sobre nuestras vidas, como si ya todo se da
por que se tiene que dar así y porque se debe dar de esa forma aunque intentemos cambiarlo y, por
lo tanto, no somos responsables de ninguna de nuestras acciones, si no tenemos derecho a nuestra
vida, entonces no podemos ser más que lo establecido de una vez por todas, y la moralidad pierde
su sentido; Moral significa precisamente porque decimos que somos libres, porque decimos que
hemos elegido la vida que queremos crear para nosotros mismos, pero si lo vemos desde otro punto
de vista esto, creer que si todo ya está escrito o manejado por algo fuera de nuestro comprensión
humana, nos puede llevar a un victimismo, evadiendo la responsabilidad de nuestros actos cuando
suceden cosas malas, culpando a la suerte o al destino.

Julián Rotter, uno de los psicólogos más influyentes en cuanto a aprendizaje social, señaló que los
individuos poseen gran influencia sobre lo que ocurre en sus vidas. Esto se debe a lo que él
denominó locus de control. Cuando las personas creen que los acontecimientos dependen del
destino, la suerte, u otros individuos se dice que estos poseen locus de control externo, mientras
que, aquellos que tienen la creencia de que su comportamiento es el determinante de su destino
poseen locus de control interno.

De acuerdo a esta teoría, quienes poseen un locus de control interno tienen mayor autocontrol y
motivación al logro que aquellos que creen en la suerte y el destino, lo cual ocasiona actitudes
positivas, por ejemplo, si una persona ha pensado desde siempre que está aquí para tener un
empleo aburrido con el que poder costearse su vida, será eso lo que habrá cocreado a través de sus
pensamientos, comportamientos y acciones. Pero si alguien cambia su forma de pensar y de actuar
tendrá la posibilidad de cambiar el rumbo de su existencia, y conseguirá resultados distintos. Tan
solo creer que es posible ya sería el primer paso hacia el cambio, hay muchísimos de como
personas que aun naciendo en circunstancias muy muy adversas logran tener una vida digna.

Nacemos con cargas propias y eso moldea sobre manera nuestra vida. Atraemos aquello que
pensamos; si nuestros pensamientos son negativos eso será lo que tendremos. Aunque
generalmente la mayoría de las personas tiende a victimizarse para justificar las cosas que le pasan
y no hacer cambios en su vida, ya que es más fácil esto que asumir lo que implica un cambio de
conducta o de pensamiento.

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