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EDI: 2020

Docente: Silvia Laura Derungs

Ayudante de cátedra: Alvarado María

Alumno: Héctor Mariano José Di Marzo


Genocidio de Guatemala
Durante el conflicto interno en Guatemala, que duró de 1960 a 1996, según la
Comisión de Esclarecimiento Histórico de Naciones Unidas, más de 200.000
personas fueron asesinadas, con 45.000 desaparecidas, por tal masacre un
millón de personas se debieron desplazarse, dentro del marco de este conflicto
400 aldeas fueron completamente destruidas.
La exclusión de la población indígena está marcada a través del racismo y la
dominación de la clase alta. Los indígenas son considerados campesinos
analfabetos, indignos, inferiores como si no fueran seres humanos. En este
sentido Guatemala ha desarrollado una deshumanización de su población
indígena. La ley valida la supresión de los indígenas de sus derechos civiles y
políticos. En nombre de derrotar el comunismo, el Estado utiliza cada vez más la
violencia imprimiendo terror para mantener el control social.

En 1980 el General Efraín Ríos Monte, supuestamente respaldado por la CIA,


tomó el poder. Siendo un dictador militar intensificó la guerra civil con los
campesinos indígenas, especialmente con los mayas. Alrededor de 200.000
personas fueron asesinadas, mediante masacres de pueblos enteros indígenas
por el Ejército de Guatemala. Los gobiernos de Guatemala y los EE.UU.
justificaron la guerra como una lucha contra la insurgencia contra el comunismo.
Pero fue realmente un genocidio.

El período de mayor violencia fue durante el régimen del general José Efraín Ríos
Montt, quien asumió el poder a raíz de un golpe de Estado en marzo de 1982 y fue
derrocado del mismo modo en agosto de 1983. A este periodo se lo conoce como
holocausto silencioso ya que fue todo planeado por militares y paramilitares. Se
violaron los derechos humanos, con la tortura, las desapariciones, las violaciones,
las mutilaciones de los cadáveres y la destrucción de la propiedades; además del
trauma psicológico que tuvieron que cargar de por vida los pocos sobrevivientes.
La campaña genocida de Ríos Montt contra la población indígena maya, fue
respaldada por EE.UU. por el presidente Ronald Reagan - que dijo la famosa frase
de que Ríos Montt fue "hacer una mala reputación a los derechos humanos".
Las atrocidades incluían quemar lentamente a los hombres vivos en la cocina de
una iglesia, ponían sobre el fuego los pies y la espalda, y luego los colgaban en un
lugar público llamándolos guerrilleros. A veces los militares algún nombre de grupo
guerrillero para que las comunidades creyeran que la guerrilla había cometido
esas atrocidades. Las víctimas fueron seleccionadas y puestos en una lista de
muerte. Los asesinatos fueron una política intencionada, esto es prueba
fehaciente que fue un genocidio.
Más recientemente, según la Oficina de Washington para Asuntos
Latinoamericanos (WOLA), hay evidencia de que los militares se están
apoderando de las tierras de los pueblos indígenas. En Polochic en 2011, el
ejército desalojó a más de 800 familias indígenas Q'eqchi y mató a uno de los
miembros de la comunidad. WOLA afirma que una élite de poder en Guatemala,
se beneficia económicamente de las actividades ilegales y evita el enjuiciamiento
de los delitos. Esta organización está conformada por ciudadanos y funcionarios
del gobierno. Algunas de sus actividades ilegales incluyen: las drogas y el tráfico
de armas, lavado de dinero, robo de automóviles, adopciones ilegales, el
secuestro para pedir rescate, el uso ilegal de tierras estatales protegidas.
De acuerdo a la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH), los militares
mutilaban a sus víctimas, cortándole las orejas, la lengua y los ojos así como los
órganos sexuales entre otras aberrantes atrocidades. Esas mutilaciones son una
clara evidencia de deshumanización genocida.

En el año 2013 cuando los responsables de los crímenes cometidos durante el


conflicto armado interno, tuvieron que responder ante la Justicia. El 19 de marzo
dio comienzo el juicio contra el general y ex presidente de facto José Efraín Ríos
Montt, y su jefe de inteligencia militar José Mauricio Rodríguez Sánchez. El 10 de
mayo, tras haber escuchado a más de cien testigos, a diferentes peritos, y además
de analizar pruebas, el Tribunal Primero A de Mayor Riesgo de Guatemala
condenó, en una decisión histórica, al general y ex- dictador José Efraín Ríos
Montt a ochenta años de cárcel por crímenes de genocidio y delitos contra los
deberes de la humanidad.

Un tribunal de Guatemala reconoció que la comunidad maya ixil fue víctima de


genocidio hace más de tres décadas, sentando así un precedente histórico en la
lucha de del país contra la impunidad. Un grupo de expertos de la ONU en
derechos humanos colaboraron para el procesamiento penal a los responsables.

La sentencia estableció que el ejército guatemalteco empleó técnicas más


aberrantes de violencia contra la población civil, incluyendo asesinatos, torturas y
tratos inhumanos, violencia sexual y desplazamiento a la fuerza, causando la
destrucción física parcial de la población Ixil.

El tribunal confirmó lo que había sido resuelto el 10 de mayo de 2013 condenando


al exjefe de Estado de facto José Efraín Ríos Montt por los mismos delitos, y
absolvió a su ex jefe de inteligencia militar José Mauricio Rodríguez Sánchez.
Dicha decisión fue posteriormente anulada por el Tribunal Constitucional, por
supuestos errores de procedimiento.

El juicio se reanudó en 2017, pero la muerte de Ríos Montt en abril de 2018


extinguió el proceso penal en su contra. El juicio contra el exjefe del Servicio de
Inteligencia Militar, continuó y concluyó con su absolución por mayoría de votos en
la sentencia dictada el 26 de septiembre de 2018 , y leída y entregada el 18 de
octubre. De este modo se evidencian las debilidades del sistema de Justicia en
Guatemala, y también se pone en duda la independencia e imparcialidad.

El fallo del 27 de septiembre de 2018 de un Tribunal de Mayor Riesgo, concluyó


que la masacre constituyó un genocidio y que las atrocidades a las que fue
sometida esa comunidad, se consideran crímenes de lesa humanidad.

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