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Extensión Áulica Eldorado

Profesorado de Educación Secundaria

En Matemáticas

La Dictadura Militar
Ernesto Sábato
Mahatma Gandhi
Materia;
Formación Ética y Ciudadana
Docente; Prof. Silvia López

Alumnos responsable;

Arrúa Silvero, Ramón

Gauto, Roberto

Kukla, Alejandro

Martínez, Rogelio Rafael

Instancia: Cuarto año


Eldorado, Misiones – junio de 2022
Introducción;

En el presente informe haremos un recorrido por los principales acontecimientos


que tuvieron como escenario a la dictadura cívico-militar que se dio en nuestro país entre
los años 1976 y 1983, también llamada Proceso de Reorganización Nacional, así como los
antecedentes y el marco histórico, social, cultural y político en que se desarrolló, haciendo
especial hincapié en los derechos humanos que fueron vulnerados.

Siete años en el poder dejaron consecuencias en la sociedad, la economía y la cultu-


ra. Prueba de esto son los 30 000 desaparecidos, los 400 niños robados –que a la fecha no
han sido devueltos a sus familias–, los efectos en los excombatientes de la guerra de Mal-
vinas, así como deterioros en las tramas subjetivas de las víctimas directas y sus familiares.
Este ensayo intenta abarcar las consecuencias citadas, debido a que –muchas de estas–
aún mantienen perdurabilidad.

En el mismo informe, presentamos también las biografías de dos importantes perso-


najes históricos, cuya vida y acción es sinónimo de lucha por los derechos humanos; Er-
nesto Sábato, prestando especial atención a su pensamiento político y su actuación en la
CONADEO, incluyendo el informe Nunca Más. Y también, el héroe de la Independencia In-
dio Mahatma Gandhi, con su lucha en pos de la libertad y la igualdad siguiendo el camino
de la No-violencia.
LA DICTADURA MILITAR

Antecedentes históricos.

En nuestro país, los golpes de estado fueron moneda corriente desde el año 1930,
año en que el General Uriburu encabeza la primera; a partir de allí se alternarían etapas
de democracia y dictaduras, como la Revolución del 43, La Revolución Libertadora (1955),
la del 62 al 63 encabezada por el civil José María Guido, la Revolución Argentina de Onga-
nía y por último el Proceso de Reorganización Nacional que nos ocupa aquí. En los espa-
cios en que hubo gobiernos democráticos, también es necesario señalar que esta demo-
cracia era incompleta al haber partidos proscriptos.

Este tipo de organización política no era únicamente propio de nuestro país, sino
que estaba inscripto en una realidad latinoamericana que respondía a los intereses de Es-
tados Unidos. Así, por ejemplo, Bolivia estuvo bajo gobierno militar entre 1964 y 1982,
Uruguay entre 1973 y 1983, Paraguay desde 1954 hasta 1989, Brasil entre 1964 y 1985,
Perú de 1968 a 1980, Ecuador de 1972 a 1979, sólo por citar los ejemplos más cercanos.

La mayor parte de los dictadores militares en América Latina fueron formados en la


Escuela de las Américas, institución que en el contexto de la Guerra Fría garantizó la fideli -
dad de los ejércitos latinoamericanos a la política exterior de los Estados Unidos. En el
caso de América Latina se usó habitualmente como pretexto la amenaza del comunismo, y
estaba articulada continentalmente por medio del Plan Cóndor.

Antecedentes inmediatos.

La vuelta de Juan Domingo Perón a la presidencia había desatado furiosas luchas en


el propio interior del peronismo, entre los jóvenes que habían propiciado la lucha armada
para lograr el retorno del General, y sectores más conservadores vinculados al sindicalis-
mo. Para combatir a movimientos como Montoneros o el ERP, que continuaron con la lu-
cha armada, se creó la Alianza Anticomunista Argentina (popularmente conocida como la
Triple A) en 1973, una fuerza parapolicial que anticipaba ya el Terrorismo de Estado.

A la muerte de Perón, lo sucedió en la presidencia María Estela Martínez. Durante el


corto tiempo que duró su mandato, cobraron fuerza figuras como López Rega e Ítalo Lu-
der, quienes hicieron uso también del Terrorismo de Estado con fuerzas parapoliciales y
centros de detención clandestinos. Hacia finales de 1974, el asesinato, por parte de Mon-
toneros, del jefe de la Policía Federal, Alberto Villar, tuvo como resultado político la decla -
ración de Estado de Sitio, a la par que se multiplicaron las detenciones de personas a dis-
posición del Poder Ejecutivo Nacional, llegando a alcanzar la cifra de 5.182 casos al mo-
mento del golpe de Estado de 1976.
Cada vez más sectores políticos y civiles pedían la destitución de la viuda de Perón y
su reemplazo por una dictadura militar, lo que provocó el anuncio de adelantar las elec-
ciones que debían realizarse en 1977, a octubre de 1976. Pese a esto, el 24 de marzo de
1976, una Junta Militar presidida por Jorge Rafael Videla, daba inicio a una de las dictadu-
ras más sangrientas de la historia.

El Proceso de Reorganización Nacional

El Golpe de Estado de 1976 tuvo un fuerte apoyo de las instituciones militares, así
como también de diversos sectores civiles, como la DAIA, el Consejo Empresario Argen-
tino, la Sociedad Rural Argentina, la Cámara Argentina de Comercio y la Logia Anticomu-
nista Propaganda Due a la que pertenecía el Almirante Emilio Massera, además de amplios
sectores de la Iglesia Católica. Estados Unidos, con su embajador Robert Hill, fue uno de
los apoyos más importantes a la dictadura. Los medios de prensa, fundamentalmente los
pertenecientes a la Editorial Atlántida, también alentaron y apoyaron el golpe.

El 24 de marzo de 1976, se producía el derrocamiento de María Estela Martínez de


Perón, y asumía el poder una Junta integrada por;

 Jorge Rafael Videla, teniente general, comandante general del Ejército;

 Emilio Eduardo Massera, almirante, comandante general de la Armada;

 Orlando Ramón Agosti, brigadier general, comandante general de la Fuerza Aérea.

Si bien el gobierno estaba organizado como una Junta Tripartita, las Juntas designa-
ron a Videla con un título denominado «presidente», cargo que concentraba los poderes
ejecutivos y legislativos nacional y provinciales. Mantuvo este título hasta 1978, cuando
tomó el poder Roberto Viola. Este se mantuvo en el poder hasta 1980, cuando fue reem-
plazado por Leopoldo Fortunato Galtieri, quien más tarde cedió lugar a Reynaldo Bignone.

Además del Ejecutivo Nacional, las gobernaciones de la mayoría de las provincias re-
cayeron sobre militares, designados por la Junta Militar. También se designaron los inten-
dentes de cada ciudad, pero no eran elegidos entre los militares, sino que eran civiles per-
tenecientes a partidos políticos. El país se dividió en cinco Zonas Militares, cada una de las
cuales se subdividía a su vez en Subzonas, y luego en Áreas, cada una con mando directo
para la represión en su jurisdicción.

Este Golpe tenía como justificación la lucha contra la subversión y el comunismo, así
como también la corrupción, la demagogia, el caos y el vacío de poder. Pero en la práctica,
su principal objetivo fue la implementación de un sistema económico Neoliberal, para lo
cual se designó como Ministro de Economía a Alfredo Martínez de Hoz.
El Terrorismo de Estado y las violaciones de los Derechos Humanos.

Simultáneamente con el golpe, la misma noche del 24 de marzo se realizaron cente-


nares de secuestros y arrestos, principalmente de activistas y dirigentes sindicales en
áreas industriales estratégicas, como el Gran Buenos Aires, Córdoba y la zona que se ex-
tiende desde el Gran Rosario hasta San Nicolás. La mayoría de las víctimas fueron estu-
diantes, trabajadores, sindicalistas, docentes y militantes políticos

El gobierno de facto tuvo como uno de los objetivos principales la erradicación de la


subversión; la cual quedó configurada como cualquier comportamiento que cuestionara al
orden que se buscaba imponer y pasó a definir a aquellos que encarnaban esa crítica, utili-
zaran o no armas. En palabras del primer presidente designado por la Junta Militar, Jorge
Rafael Videla, era subversivo quien quisiera “activar a través de ideas contrarias a nuestra
civilización occidental y cristiana a otras personas” (V. Garbero, en Revista Península,
2017)

El golpe de Estado Implicó también la suspensión de la Constitución Nacional, y con


ello, la suspensión de las garantías que esta representa. El diario español El País enumera -
ba, en una nota aparecida en 1979, los derechos que fueron violados en esos tres prime-
ros años:

“La Comisión Argentina por los Derechos Humanos demostró en 1976


ante organismos internacionales la violación sistemática por la dictadura de
Argentina de la mayoría de los derechos humanos recogidos en la Declaración
de 1948 y en sus protocolos adicionales. Ellos implicaban la violación de los si-
guientes derechos:

a) Del derecho a la vida.

b) De la prohibición de aplicación de tormentos sobre los seres humanos.

c) Del derecho a un proceso justo y un recurso efectivo ante tribunales


imparciales.

d) De la falta de garantías de defensa.

e) Del derecho de asilo.

f) Del derecho a un trato humano, no degradante y a que las cárceles


sean sanas y limpias.

g) De los derechos democráticos y de principio de la soberanía popular.


h) Del derecho de libertad sindical.

i) Del derecho de libertad de opinión y expresión.

j) De la libertad de reunión y asociación.

k) De derechos culturales.

l) De los derechos sociales”

Los centros clandestinos de detención eran los lugares donde se aplicaban torturas a
los detenidos, muchos de los cuales fueron desaparecidos. Existieron unos 340 centros
clandestinos de detención en 11 de las 23 provincias argentinas. Fueron, en algunos casos,
dependencias que ya funcionaban como sitios de detención. En otros se inauguraron en lo-
cales civiles, dependencias policiales y asentamientos militares. Respondían a una doble
conducción, por una parte, a los denominados «grupos de tareas» o «patotas», conforma-
dos generalmente por efectivos de la fuerza a la cual correspondía el establecimiento bajo
la dirección de un jefe y, por otra, a los responsables de cada zona en cuestión. El «operati-
vo» incluía el saqueo de los bienes de la víctima en el momento del secuestro en su domici -
lio o mediante una segunda incursión.

Los famosos “Vuelos de la Muerte”, en los que se arrojaban a los detenidos al Río de
la Plata desde aviones, fue una de las maneras de deshacerse de quienes consideraban pe-
ligrosos. La deshumanización de la víctima, identificada por un número y las pésimas condi-
ciones sanitarias y alimenticias, formaban parte del proceso tortuoso. En muchos casos, re-
currieron al robo de bebés de las detenidas que estaban embarazadas y daban a luz priva-
das de su libertad; esos bebés eran entregados a otras familias que los adoptaban como
propios.

“Nunca antes en la historia argentina, el Estado, como maquinaria, inte-


gralmente había sido puesto al servicio de la violación sistemática de toda
regla, incluso de las propias, de las dictadas por quienes lo ocupaban, en
aplicación de un plan que la Justicia definió como criminal; consistente en
secuestrar personas, tenerlas alojadas en forma clandestina, torturarlas y
luego —según los casos—, dejarlas en libertad, pasarlas a la Justicia, o ase-
sinarlas. Esto no había ocurrido nunca antes en la Argentina.” (Horacio Ver-
bitski, entrevistado por Jorge Lanata en “Día D”, 1997)

El número exacto de personas desaparecidas, asesinadas, violadas, torturadas y obje-


to de crímenes de lesa humanidad es materia de discusión: los organismos de derechos hu-
manos, tradicionalmente, han estimado la cantidad de «desaparecidos», en general, en
unos 30.000; y, hasta 2007, la Subsecretaría de Derechos Humanos tenía registradas apro-
ximadamente quince mil víctimas del delito de desaparición de personas. La CONADEP en
1985 documentó 8.961 casos. Listas en poder de la embajada de Estados Unidos en la Ar-
gentina, dan cuenta de 22.000 asesinatos hasta 1978.

El Mundial de Futbol

En el año 1978, la organización del Campeonato Mundial de Futbol le correspondía a


nuestro país, que veía llegar a innumerables periodistas extranjeros que venían a cubrir el
evento deportivo pero también a ver de primera mano lo que estaba pasando en Argentina
a nivel político. Así, organismos como Madres de Plaza de Mayo conseguían hacer conocer
su reclamo ante el mundo, pero también el régimen militar buscaba lavar su imagen ante la
prensa extranjera. Ante las innumerables denuncias por violaciones de Derechos Humanos,
la dictadura promovía el slogan “Los Argentinos Somos Derechos y Humanos”. Se buscaba
dar al mundo una imagen de un país ordenado y moderno, contrario a lo que se denuncia-
ba en la prensa extranjera.

“Aquí tenemos un verdadero termómetro de lo que piensan los perio-


distas extranjeros, y le puedo decir que lo que manifiestan todos es una
gran conformidad con la organización y sobre todo con la calidez del pueblo
Argentino. Un alemán me dijo que va a escribir un libro sobre la realidad de
la Argentina cuando vuelva a su país. Admitió que en Alemania hay una
campaña en contra de nuestro país y va a hacer todo lo posible por contri-
buir a desmentirla.”

(La Copa También Se Juega Así)

“…En Colonia, la ciudad donde vivimos todos nosotros, y en Alemania


en general, no se decía nada agradable sobre este país. Por el contrario,
allá se cree que en la Argentina hay gran desorden y represión. En la mayo-
ría de los diarios y revistas y también por radio y televisión se nos había
dado una imagen de inseguridad y peligro […] Nosotros, viviendo con una
familia en lugar de un hotel, hemos podido conocer bastante en este poco
tiempo. Yo creo que es falso lo que nos han dicho, porque he visto la alegría
en la gente; he visto que a cualquier hora de la noche se puede andar libre-
mente por la calle. Y sobre los famosos atentados, no hemos visto nada.
[….] Se insistía mucho con que veríamos policías y militares por todos lados,
y lo que yo he visto es la cantidad de fuerzas de seguridad que cualquier
país civilizado utilizaría para un acontecimiento de la envergadura del Mun-
dial de Futbol”

(Vinieron a Ver El Mundial Y Descubrieron A La Argentina)


En estas notas, aparecidas en el semanario Siete Días Ilustrados N° 575 (del 22 al 28
de junio de 1978, es decir, la semana en que se jugó la Final), muestran la intención y el
interés de una gran parte de la prensa argentina de “lavar la cara” del país, ocultando y
negando los graves hechos que ocurrían.

La Guerra de Malvinas.

Otro hecho de gran importancia durante la Dictadura fue la Guerra de Malvinas,


que ocurrió entre el 2 de abril de 1982 y el 14 de junio del mismo año. Ante una opinión
pública que cada vez se veía más contraria al gobierno de facto, la invasión de Malvinas
significó en un primer momento un fuerte giro a favor del gobierno de momento, pero
también, la derrota terminó resultando el tiro de gracia para un poder militar que ya no
pudo sostenerse, y debió llamar a elecciones. El 18 de junio, Galtieri renuncia a la presi -
dencia y asume Bignone, con el objetivo de ordenar la transición a la democracia.

Posteriormente se iniciarían investigaciones por crímenes de guerra cometidos por


generales argentinos contra los propios conscriptos. En 2009, excombatientes de las Mal-
vinas contaron las vejaciones a las que fueron sometidos como parte de castigo de campo
por parte de setenta oficiales y suboficiales durante el conflicto bélico. El veterano José
M. Araníbar, que apoyó la investigación sobre vejámenes, torturas, servidumbre, heridas
graves, abandono de persona e incluso dos muertes; la de un soldado que al parecer fue
fusilado por un cabo y otro que murió de hambre al ser abandonado.

Final del Proceso y retorno a la Democracia.

La campaña presidencial de 1983 opuso al candidato peronista Ítalo Luder y al radi-


cal Raúl Alfonsín.

Ítalo Luder, que como Presidente del Senado fue Presidente interino cuando Estela
Martínez pidió licencia por problemas de salud en 1975, fue uno de los principales aliados
de los militares y rechazaba una revisión de lo sucedido durante la dictadura, otorgando
legalidad a la ley de autoamnistía dictada por los militares, mientras Raúl Alfonsín era fa-
vorable al enjuiciamiento de los máximos responsables del terrorismo de Estado (estable-
cía tres niveles de responsabilidad). El 30 de octubre Alfonsín venció con el 52 % de los
votos, provocando la primera derrota electoral del peronismo en la historia. La quema de
un ataúd con los colores del Partido Radical por parte del candidato a gobernador de Bue-
nos Aires, Herminio Iglesias, es recordado como uno de los acontecimientos que sellaría
la derrota justicialista.
Apenas asumida la presidencia, el 10 de diciembre de 1983 el nuevo presidente fir-
mó los decretos de creación de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas
para investigar las violaciones a los derechos humanos ocurridas entre 1976 y 1983. Su in-
vestigación, plasmada en el libro Nunca Más, fue entregada a Alfonsín el 20 de septiem-
bre de 1984. El Juicio a las Juntas condenó a los integrantes de las Juntas Militares a pe-
nas por delitos de lesa humanidad, incluyendo la reclusión perpetua de los principales
responsables, en un juicio que fue inédito en el mundo, y sentó precedentes a nivel mun-
dial. Pero sin embargo, ante la presión de los sectores militares debió promulgar las leyes
de Obediencia Debida y Punto Final, y finalmente, en 1989 y 1990 el presidente Carlos
Saúl Menem sancionó los Indultos para todos los militares que continuaran aún procesa-
dos.

CONADEP:

En diciembre de 1983 Raúl Alfonsín asume como presidente de nuestra República y


toma la decisión de investigar los crímenes de lesa humanidad cometidos por los dictado-
res, en concreto, la desaparición forzada de personas. Para ello creó por decreto la crea-
ción de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas, CONADEP por sus siglas.

Esta comisión estaba integrada por personalidades reconocidas y respetadas del


país, de distintos ámbitos del conocimiento. Quien fue elegido por sus miembros como
presidente de la misma fue Ernesto Sábato.

En el decreto que fue promulgado, las tareas descritas eran las siguientes:

Serán funciones específicas y taxativas de la Comisión las siguientes:

a) Recibir denuncias y pruebas sobre aquellos hechos y remitirlas inmediatamente a


la justicia si ellas están relacionadas con la presunta comisión de delitos.

b) Averiguar el destino o paradero de las personas desaparecidas, como así también


toda otra circunstancia relacionada con su localización.

c) Determinar la ubicación de niños sustraídos a la tutela de sus padres o guardado-


res a raíz de acciones emprendidas con el motivo alegado de reprimir al terrorismo, y dar
intervención en su caso a los organismos y tribunales de protección de menores.

d) Denunciar a la justicia cualquier intento de ocultamiento, sustracción o destruc-


ción de elementos probatorios relacionados con los hechos que se pretende esclarecer

e) Emitir un informe final, con una explicación detallada de los hechos investigados,
a los ciento ochenta (180) días a partir de su constitución.
Luego de la investigación que abarcó todo el territorio argentino, no solo de los pa-
raderos sino también de los centros clandestinos de detención, el 20 de septiembre de
1984 fue entregado el informe final al presidente de la Nación el cual registraba la exis-
tencia de 8961 desaparecidos y de 380 centros clandestinos de detención. Este documen-
to fue efectivo y clave para el juicio a las juntas. Este informe final fue publicado en forma
de libro bajo el nombre de Nunca más.
AUTORES QUE DEFENDIERON LOS DERECHOS HUMANOS

ERNESTO SÁBATO

Nació en Buenos Aires Argentina el 24 de junio de 1911. Fue un ensayista, novelis-


ta, físico y pintor. Falleció en Santos Lugares, Argentina el 30 de abril de 2011. En 1929 in-
gresó a la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas de la Universidad Nacional de La Plata.
Inició una prometedora carrera como investigador científico en París, donde había ido be-
cado para trabajar en el laboratorio que fundara la célebre Marie Curie. Fue en ese país
donde comenzó a escribir su primera novela, La fuente muda, de la que sólo publicaría un
fragmento en la revista Sur. En 1939, antes del estallido de la segunda guerra mundial, se
muda al MIT. En el año 1940 vuelve a nuestro país y empieza a enseñar en la Universidad
Nacional de La Plata.

Obras Literarias:

En 1941 apareció su primer trabajo literario, un artículo sobre La invención de Mo-


rel de Adolfo Bioy Casares, en la revista Teseo de La Plata. En

En 1948 publica su primera novela, "El túnel", y trece años después la que le dio
fama internacional "Sobre héroes y tumbas", 1961; quedando consagrado como novelista
con su obra "Abaddón el exterminador", 1974, visión apocalíptica de la realidad argenti-
na, premiada en Francia con el Premio al Mejor Libro Extranjero en 1974. Además de es-
tas novelas, escribió innumerables ensayos destacándose “El otro rostro del peronismo”,
“El caso Sábato: torturas y libertad de prensa. Carta abierta al general Aramburu” en
1956, “La resistencia” en 2000.

Vida Política:

Durante su etapa universitaria en la Universidad Nacional de La Plata militó movi-


mientos de tendencia comunista y llegó a ser secretario de la Federación Juvenil Comunis-
ta. En determinado momento comenzó a dudar del comunismo por lo que fue enviado
por dicho partido durante 2 años a las Escuelas Leninistas de Moscú. Como preparación a
este evento, asistió al Congreso contra el fascismo y la guerra que se llevó a cabo en Bru-
selas. Años después abandona el partido tras sentirse defraudado y desilusionado por el
rumbo que había tomado la Unión Soviética.

En 1955 fue nombrado interventor de la revista Mundo Argentino por el gobierno


de facto impuesto por la Revolución Libertadora, cargo al que renunció al año siguiente
por haber denunciado la aplicación de torturas a militantes obreros y los fusilamientos de
junio de 1956.

Con respecto a Perón, Sábato fue uno de sus detractores. Esto podemos notarlo en
"El otro rostro del peronismo: carta abierta a Mario Amadeo", 1956, escrito luego de que
el gobierno encabezado por Perón fuera derrocado por la Revolución Libertadora. A pesar
de ello, fue un defensor de Eva Duarte, a quien elogió definiéndola como la “Auténtica
Revolucionaria”.

Sábato y su relación con la dictadura:

Junto con otros intelectuales, Ernesto Sábato asistió a un almuerzo que tenía como
anfitrión a Videla. Esto ocurrió el 19 de mayo de 1976. Los detractores del escritor lo til-
daron de hipócrita. Él, por su parte, se defendió diciendo que su presencia se debía al re -
clamo por los intelectuales desaparecidos. Sin embargo, nos encontramos que en el año
1978 apoyó la dictadura promocionando el mundial de 1978. En contraposición a esto, en
1979 critica las políticas educativas de los dictadores y en 1980 es uno de los 175 firman-
tes que pidieron por que se dé el paradero de los desaparecidos, publicado en Clarín. Su
actuación en la CONADEP, con la redacción del Informe Nunca Másque investigaba los
excesos y violaciones de derechos cometidos por las juntas militares en el período 1976 –
1982, fue clave para el Juicio que se les siguió a los responsables.

MAHATMA GANDHI

Mohandas Karamchand Gandhi nació el 2 de Octubre de 1869 en Nueva Delhi y falleció el


30 de Enero de 1948 (78 años). Su familia era de la casta vaisia (comerciante). Fue aboga-
do y dirigente destacado .Era el hijo de Karamchand Gandhi, el diwan (primer ministro) de
Porbandar. Su madre, Putlibai, la cuarta esposa de su padre, tuvo una gran influencia en
su niñez, cuando Gandhi aprendió a muy temprana edad a no hacer daño a ningún ser vi-
viente, a ser vegetariano, a ayunar para purificarse, y a ser tolerante con otros credos reli -
giosos. Fue el menor de tres hermanos.

Gandhi no fue un alumno muy destacado, al contrario, era silencioso y retraído. Se casó
muy joven, a los trece años, con una chica con la que lo habían comprometido a los seis
años. Sus padres provenían de religiones que mezclaban creencias hindúes, musulmanas y
jain, y esa amalgama influyó en su filosofía de la no-violencia.

Dos de las grandes influencias que tuvo son el Bhagavad-guita (es un importante texto
sagrado hinduista) y en los libros de León Tolstói, particularmente en El Reino de Dios está
en Vosotros. A los 18 años viaja a Londres a estudiar abogacía y allí descubre la visión que
existía sobre Oriente en Occidente. También se conecta con el cristianismo, y durante al-
gún tiempo le parecía tan interesante la ética cristiana que duda entre esta nueva religión
y el islam. Esto lo lleva a intentar unificar los principios básicos de todas las religiones en
uno; la idea de la Renunciación.

Al volver a la India, con el título de abogado, encontró problemas familiares (su madre ha-
bía muerto y su padre había perdido poder), por lo que decidió tomar un caso en Sudáfri-
ca y mudarse a dicho país. Allí, una gran comunidad de trabajadores indios eran tratados
como ciudadanos de segunda y denigrados por los colonos holandeses, y cuando Gandhi
se enteró que planeaban retirarles el derecho al sufragio, decidió quedarse para ayudarlos
legalmente a luchar por sus derechos. El racismo histórico presente en la sociedad sudafri-
cana, que se establecería legalmente con el Apartheid, golpeaba a todos aquellos que no
tenían piel blanca. Su lucha en Sudáfrica que extendió por 22 años, y allí comenzó a pro -
poner su forma de protesta basada en la no violencia y la actitud firme pero pacifista que
lo caracterizó durante toda su vida.

Gandhi regresó a la India en 1915. Mientras lideraba campañas a escala nacional para mi-
tigar la pobreza, expandir los derechos de las mujeres, crear armonía religiosa y étnica, y
eliminar las injusticias del sistema de castas, Gandhi aplicó de forma suprema los princi-
pios de la desobediencia civil no violenta para liberar a India del dominio extranjero. Logró
este objetivo en 1947, cuando la India consiguió su independencia de Gran Bretaña. Debi-
do a su grandeza, se le llama Mahatma, que significa “gran espíritu”. Los líderes de dere-
chos civiles mundiales desde Martin Luther King, Jr., hasta Nelson Mandela han reconoci-
do a Gandhi como fuente de inspiración en su lucha para conseguir igualdad de derechos
para su gente.

El 30 de enero de 1948, cuando Gandhi se dirigía a una reunión para rezar, fue asesinado
en Birla Bhavan (Birla House) en Nueva Delhi por Nathuram Godse, un radical hinduista
aparentemente relacionado con grupos ultraderechistas de la India.
En conmemoración a su fallecimiento se conmemora “Día Escolar de la No Violencia y la
Paz”. En un país en que la política era sinónimo de corrupción, Gandhi introdujo la ética
en la vida pública a través de la palabra y el ejemplo. Vivió en una pobreza sin paliativos,
jamás concedió prebendas a sus familiares y rechazó siempre el poder político, antes y
después de la liberación de la India. Tal idiosincrasia ha convertido al apóstol de la no vio-
lencia en un caso único entre los revolucionarios de todos los tiempos, y en el más admira-
do (cuando no venerado) de los líderes espirituales modernos.
BIBLIOGRAFÍA:

https://www.elsevier.es/es-revista-peninsula-108-articulo-el-terrorismo-de-estado-
en-S1870576617300028

https://elpais.com/diario/1979/03/24/internacional/291078003_850215.html

https://www.youtube.com/watch?v=Z2O-VQvJN7U

https://es.wikipedia.org/wiki/Proceso_de_Reorganizaci%C3%B3n_Nacional#cite_ref-
84

https://www.unidosporlosderechoshumanos.mx/voices-for-human-rights/mahat-
ma-gandhi.html

https://www.biografiasyvidas.com/monografia/gandhi/

- “Ernesto Sábato”. Wikipedia. https://es.wikipedia.org/wiki/Ernesto_Sabato#Obras.

-Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografía de Ernesto Sábato». En Biografías y


Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España,2004. Dispo-
nible en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/sabato.htm.

-Biografía de Ernesto Sábato. https://budapest.cervantes.es/es/


biblioteca_espanol/biografia_ernesto_sabato_espanol.htm.

-La Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas. cultura.gob.ar https://


www.cultura.gob.ar/que-es-la-conadep-9904/.

-La Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas. Wikipedia. https://es.wiki-


pedia.org/wiki/Comisi%C3%B3n_Nacional_sobre_la_Desaparici%C3%B3n_de_Perso-
nas

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