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UNIVERSIDAD MARIANO

GALVEZ DE GUATEMALA

CURSO:
Derecho Penal lll

LICENCIADA:
Yessika Eugenia Alfaro Peña

NOMBRE:
Susan Violeta Zeceña Morales

No. DE CARNÉ:
5013’20’14230

SECCIÓN: D
INDICE:

Antecedentes Históricos…………………………………….1
Conflicto Interno Armando…………………………………..2
Casos del Delito de Genocidio en Guatemala………….…4
Se Cometió Genocidio en Guatemala…………….………..7
Conclusiones………………………………………….………8
1

Genocidio en Guatemala

Antecedentes Históricos:
El Caso de Genocidio en Guatemala surge de un periodo en la larga guerra civil
de este país donde violencia contra no-combatiente, indígenas Maya llego al nivel
de genocidio.
Más de 200,000 personas fueron asesinadas o desaparecidas entre 1960 y 1996
en el conflicto interno. Según la Comisión del Esclarecimiento Histórico (CEH) de
las Naciones Unidas, el ejército guatemalteco y paramilitares indistintamente
perseguían a comunidades indígenas, líderes sindicales, estudiantes, personas
religiosas y otros civiles bajo la teoría que formaban un ‘enemigo interno’
subversivo.
El peor periodo de violencia fue entre 1982-1983, cuando fuerzas
contrainsurgentes promovieron una campaña de represión sistemática de
genocidio contra la gente Maya. Tomando de una histórica antipatía de la gente
indígena de Guatemala, el Estado justifico la exterminación de aproximadamente
440 comunidades Mayas diciendo que eran parte de un complot comunista contra
el gobierno.
Fuerzas gubernamentales implementaron una serie de tácticas estándar.
Trabajando metodológicamente a través de las tierras altas centrales, el ejército y
sus equipos paramilitares—incluyendo “patrullas civiles” de recluta forzosa de
hombres locales—atacaron más de 600 pueblos Mayas. Concentrándose en el
Departamento del Quiché, las fuerzas armadas acordonaban el pueblo,
acorralaban a los habitantes, separaban a los hombres de las mujeres y después
los mataban en secuencia. Aquellos que escaparon serian perseguidos desde el
aire por helicópteros. Tortura extrema, mutilación y violencia sexual se convirtió
en una cosa común, y también la violencia contra los niños
Este periodo de dos años se conoció como el “Holocausto Silencioso.” En las
palabras del informe de la CEH de 1999: La percepción del ejército hacia las
comunidades Mayas como aliados naturales de las guerrillas contribuyeron al
aumento de violaciones de los derechos humanos perpetuados contra ellos,
demostrando un racismo agresivo componente de extrema crueldad que dio a
cabo la exterminación en mases de indefensas comunidades Mayas, incluyendo a
niños, mujeres y ancianos, a través de métodos tan crueles que han indignado la
conciencia moral del mundo civilizado.
ACTUALMENTE: CJA es el representante principal en el Caso de Genocidio en
Guatemala ante la Audiencia Nacional de España (AN). La Fundación Rigoberta
Menchú Tum y otros presentaron la querella original en 1999, acusando a el
antiguo jefe de estado General Efraín Ríos Montt y otros oficiales guatemaltecos
de alto mando con terrorismo, genocidio, y tortura sistemática. 2

En 2006, el Juez Pedraz de la AN emitió una orden de arresto para los ocho
acusados. Al principio, la Corte Constitucional de Guatemala (CCG) acepto las
órdenes de arresto y autorizo los procedimientos de extradición. Sin embargo, la
CCG se marchó atrás en 2007 y declaró que las órdenes de arresto y solicitudes
de extradición eran invalidas, impidiendo a Pedraz de entrevistar a testigos en
Guatemala.
En respuesta, Pedraz invito a testigos para venir a España. En 2008, CJA y otros
equipos legales trajeron a más de 40 indígenas guatemaltecos a Madrid para
testificar en tres grupos separados, marcando la primera vez que una corte
nacional oyera evidencia de sobrevivientes Mayas sobre uno de los genocidios
más grandes del último siglo.

Conflicto Interno Armado:


El conflicto armado interno en Guatemala, el cual duró 36 años, concluyó en 1996
con la firma de los Acuerdos de Paz iniciándose el ambicioso proceso de
establecer una sociedad democrática y global. Sin embargo, doce años más tarde,
el país está plagado por la generalización de la delincuencia común y organizada y
encadenado por un legado de ineficacia por parte de las instituciones del sector
justicia. Como en muchos otros países después de los conflictos, la aplicación de
los Acuerdos de Paz se ha visto obstaculizada por la debilidad de las instituciones,
la falta de voluntad política, y el aumento de delitos violentos.
Hay cerca de 6.000 homicidios por año en Guatemala, incluida la matanza
generalizada de mujeres y niños. Sólo el 2% de estos crímenes llegan a juicio.
Además, los recientes crímenes de alto perfil han confirmado la infiltración de
redes de delincuencia organizada en el Estado de Guatemala. Estos grupos
plantean una grave amenaza para el estado de derecho y amenazan con socavar
otros avances en la democratización que el país arduamente ha logrado. El
Estado enfrenta un reto muy serio en sus esfuerzos para hacer valer el estado de
derecho y proteger los derechos humanos fundamentales como son la vida e
integridad física de sus ciudadanos.
Un factor particularmente complejo son las continuas acciones de cuerpos ilegales
y aparatos clandestinas de seguridad, las cuales se desarrollaron a partir de las
estructuras de contrainsurgencia del Estado y hoy en día aparecen y operan como
redes parecidas a las mafias, las cuales están ampliamente relacionadas con
actividades económicas ilícitas y crímenes violentos y ejercen fuerte influencia en
las diversas instituciones del estado. En el Acuerdo Global de Derechos Humanos
de 1994, el Gobierno de Guatemala se comprometió a “combatir cualquier
manifestación de fuerzas ilegales de seguridad” y “maquinaria clandestina de
seguridad”. No obstante, la Misión de Verificación de las Naciones Unidas para
Guatemala conocida como MINUGUA, así como organizaciones de derechos
humanos y el Procurador de los Derechos Humanos (Ombudsman), continuaron
informando sobre la existencia de dichos grupos, implicándolos en amenazas a los
defensores de los derechos humanos así como a los oficiales investigadores del
sector de justicia, encargados de los crímenes políticos cometidos durante la
guerra; y más ampliamente, en perpetrar crímenes violentos. En particular, las
instituciones de los sectores de justicia y seguridad han sido penetradas y
socavadas por estas mafias, lo que limita la capacidad del Estado para
desmantelarlas.
Después de una ola de ataques contra defensores de los derechos humanos en
2002, una coalición de ONGS de derechos humanos lanzaron una campaña cuyo
objetivo era persuadir al Gobierno para que estableciera un órgano encargado de
investigar las actividades de estos grupos. A principios de 2003, el Gobierno de
Guatemala pidió al Departamento de Asuntos Políticos (DAP) de las Naciones
Unidas, asistencia a fin de desarrollar un mecanismo que ayudara al Estado a
investigar y enjuiciar los miembros de éstas. Después de debates y una misión de
exploración técnica, Naciones Unidas firmó un acuerdo con el Gobierno de
Guatemala el 7 de enero de 2004, el cual contenía disposiciones para la creación
de la Comisión de Investigación de Cuerpos Ilegales y de Aparatos Clandestinos
de Seguridad (CICIACS). Sin embargo, el acuerdo propuesto generó amplia
controversia en Guatemala y enfrentó una fuerte oposición en el Congreso.
Finalmente, se solicitó la opinión al Corte de Constitucionalidad sobre varios
puntos, y el fallo fue que ciertas partes del acuerdo violaban la delegación
constitucional exclusiva de poder el Ministerio Publico.
El Gobierno de Guatemala reescribió el texto para eliminar todas las cuestiones
inconstitucionales planteadas por la CC y se acercó de nuevo al Departamento de
Asuntos Políticos, a finales de 2005 con una petición para negociar el
establecimiento de una comisión con un mandato revisado y un nuevo escrito le
fue entregado al Secretario General el 31 de mayo de 2006. Prosiguieron las
conversaciones con el Departamento de Asuntos Políticos, y el acuerdo para
establecer la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG),
se firmó con las Naciones Unidas el 12 de diciembre de 2006, ratificado por el
Congreso de Guatemala el 1 de agosto de 2007, y entró en vigor el 4 de
septiembre, cuando el Estado de Guatemala notificó a la ONU que había
completado sus procedimientos internos para su aprobación y ratificación. Diez
días más tarde, el Secretario General de la ONU nombró al Comisionado Carlos
Castresana Fernández para estar al frente de la CICIG.

Casos del Delito de Genocidio en Guatemala:


HISTORIA DEL CASO: 1999-2005
En 1999, Laurea Nobel de la Paz Rigoberta Menchú Tum y otros interpusieron la
original querella criminal, acusando al expresidente Efraín Ríos Montt y siete otros
oficiales guatemaltecos de alto mando. Haga clic aquí para una lista completa de
los acusados.
Del 2000 al 2005, los grupos estuvieron en batallas legales sobre la jurisdicción y
los derechos de ciudadanos no españoles de traer querellas en España.
Rigoberta Menchú Tum, una mujer indígena Quiche que obtuvo el Premio Nóbel
de la Paz en 1992 por su trabajo en defensa de los derechos de la población
indígena, perdió a toda su familia a las manos del ejército guatemalteco y los
grupos paramilitares actuando con el consentimiento del gobierno.
En diciembre 1999 tras el arresto en Londres del exdictador chileno Augusto
Pinochet, Menchú y un grupo de organizaciones no-gubernamentales españolas y
guatemaltecas interpusieron una querella ante la Audiencia Nacional de España
(AN) contra ocho oficiales de alto mando del gobierno de Guatemala. La querella
acusaba a los imputados de terrorismo, genocidio, y tortura sistemática a partir de
importantes hechos, entre ellos lo ocurrido a la propia historia de Rigoberta
Menchú. La madre y hermano de Menchú fueron torturados y asesinados por el
ejército. Su padre murió cuando fue quemado vivo junto a otras 38 personas en la
Embajada de España en 1982 por miembros del ejército.
Después de que se inició el caso en 1999, el Fiscal Publico presento un recurso
solicitando que no se admitiera a trámite alegando que los denunciantes no habían
adecuadamente agotado los recursos internos a su disposición en Guatemala.
Los querellantes argumentaron que la justicia en Guatemala había sido
repetidamente negada a las víctimas y sus abogados porque habían sido
amenazados y los tribunales rehusando continuar con los casos.
En un pequeño atraso para el caso, un bufete criminal en banco de la Audiencia
Nacional decretó a favor del Fiscal Publico el 13 de diciembre, 2000. Los varios
acusados apealaron al Tribunal Supremo en marzo de 2001. 5

El 25 de febrero, 2003 el Tribunal Supremo, en una decisión 8 a 7, revocó


parcialmente la resolución de la Audiencia Nacional. El Tribunal Supremo señaló
que los únicos casos sobre los cuales los tribunales españoles tiene jurisdicción
son aquellos relacionados con España, es decir que presentan un interés para la
nación española. Esto se tradujo en la admisión solo de aquellos hechos en los
que las víctimas eran de nacionalidad española en Guatemala y se descartó el de
los querellantes Mayas.
En marzo 2003, los querellantes apelaron esta decisión ante el Tribunal
Constitucional. En una importante decisión, el Tribunal Constitucional el 26 de
septiembre, 2005 revocó por entero la resolución del Tribunal Supremo, diciendo
que era la intención de los legisladores convertir a España en un país que observa
los principios de “jurisdicción universal” para ciertos crímenes atroces. La decisión
estipuló que los tribunales españoles tendrán jurisdicción sobre crimines de
importancia internacional—enjuiciables en cualquier jurisdicción de acuerdo con lo
establecido en los tratados internacionales incluyendo las Convenciones de
Ginebra—sin importar la nacionalidad de la víctima ni del acusado. Estos
crímenes incluyen tortura, crímenes de lesa humanidad y genocidio.
CJA oficialmente se unió al caso en 2006. Nuestro papel original era investigar el
paradero de uno de los acusados que huyo de Guatemala, el exministro del
Interior Donaldo Álvarez Ruiz. CJA exitosamente localizo a Álvarez Ruiz en
México. Aunque una orden de arresto fue hecha apropiadamente para su
detención por autoridades españolas, oficiales mexicanos dejaron escapar a
Álvarez Ruiz. Posteriormente huyo el país, y CJA continúa investigando su
paradero actual.
HISTORIA DEL CASO: 2005-2009
Apelación ante la Audiencia Nacional de España y el Tribunal Constitucional
En una importante decisión, el 26 de septiembre, 2005, el Tribunal Constitucional
revocó la decisión por una corte menor que descarto el caso y mantuvo que era la
intención de los legisladores convertir España en un país que observa los
principios de justicia universal para ciertos crímenes atroces. La decisión estipuló
que Cortes Españolas tendrán jurisdicción sobre crímenes con importancia
internacional—crímenes enjuiciables en cualquier jurisdicción de acuerdo con lo
establecido en los tratos internacionales incluyendo las Convenciones de Ginebra
—sin importar la nacionalidad de las víctimas ni de los acusados. Como resultado,
las demandas de genocidio de indígenas guatemaltecos fueron restituido.
El Juez Santiago Pedraz de la Audiencia Nacional se encargó del caso. Como
parte de la primera etapa de investigación, el Juez Pedraz viajo a Guatemala para
tomar declaraciones de los acusados. Sin embargo, los acusados discutieron la
jurisdicción de Pedraz y pusieron una demanda alegando una violación de sus
derechos constitucionales. Sin poder tomar declaraciones formales, Pedraz pudo
regresar a España con la evidencia suficiente para poder presentar cargos
oficiales.
6
Órdenes de arresto internacionales y petición de extradición.
En Julio 2006, el Juez Pedraz emitió una orden de arresto para los ocho
acusados nombrados en el caso, incluyendo a Ríos Montt, y emitió una orden para
congelar los bienes de los acusados. A este punto, CJA se convirtió en el
representante principal y empezó a trabajar cercanamente con el Juez Pedraz en
las batallas legales alrededor de las órdenes de arresto. CJA también monto un
equipo legar con abogados de Guatemala, los Países Bajos, España y los EEUU.
Las órdenes de arresto fueron aceptadas por la Corte Constitucional de
Guatemala (CCG) y procedimientos de extradición fueron iniciadas. En marzo
2007, CJA presentó una demanda enmendada de parte de dos clientes nuevos,
Jesús Tecú Osorio y Juan Manuel Jerónimo ambos sobrevivientes de la masacre
de 1982 llevada a cabo por el ejército guatemalteco en el área de Baja Verapaz.
En octubre 2007, las Cortes Guatemaltecas negaron la apelación final de los dos
acusados: director de la Policía Nacional García Arredondo y el General Guevara
Rodríguez. A este punto, los procedimientos de extradición deberían de haberse
movido hacia delante para transferir los acusados a España.
Imprevistamente, en diciembre 207, la CCG se marchó atrás y mantuvo que las
órdenes de arresto y solicitudes de extradición eran invalidas. En respuesta, el
Juez Pedraz emitió una llamada internacional para invitar a testigos para viajar a
Madrid para presentar evidencia sobre el genocidio.

Previamente CJA recibió permiso de la corte para traer a 40 testigos


individualmente para testificar en España en tres grupos separados debido a
preocupaciones de seguridad. Después de la llamada del juez, muchos testigos
más, incluyendo Rigoberta Menchú Tum, viajaron a Madrid para dar evidencia.
CJA, como representante principal, organizo cuatro delegaciones de testigos. El
primer grupo testifico en enero de 2008 e incluyo a quince sobrevivientes y tres
expertos. La presentación del testimonio fue un momento histórico para los
sobrevivientes Mayas ya que represento la primera vez que una corte nacional les
permitió presentar evidencia de la campaña de tortura, violación y matanza
perpetrada contra sus comunidades a principios de 1980. Mientras la mayoría de
las identidades de los testigos se mantuvo confidencial por preocupaciones de
seguridad, clientes de CJA Jesús Tecú Osorio y Juan Manuel Jerónimo testificaron
públicamente.
Una segunda ronda de testimonio, que incluye seis sobrevivientes y cuatro
expertos, se llevó acabo en mayo de 2008. Una tercera ronda de testimonio,
incluyendo seis sobrevivientes y un experto, se llevó acabo en Madrid en octubre
2008. 7

En febrero de 2009 CJA patrocino una cuarta ronda de testimonio en Madrid. El


17 de febrero, casi diez años después de la presentación del informe final de la
Comisión de Verdad para Guatemala de las Naciones Unidas (conocido también
como CEH), el presidente de CEH, Christian Tomuschat testifico. El profesor
Tomuschat es un erudito de ley internacional y de derechos humanos; este
testimonio marca la primera vez que Tomuschat ha testificado públicamente sobre
el trabajo de la CEH y el fracaso del gobierno guatemalteco en cooperar con la
investigación. Katherine Doyle del Nacional Security Archive (NSA) testifico el
próximo día sobre miles de documentos desclasificados de los EEUU relacionados
con la guerra civil. Los documentos provinieron de la Agencia Central de
Inteligencia (CIA), el Departamento de Estado, y el Departamento de Defensa.
Doyle testifico en detalle sobre las actividades de las Fuerzas Armadas de
Guatemala y sus operaciones de matar a miles de civiles Mayas. Ella testifico
sobre la composición del militar, los comandantes, campañas, planes militares y
operaciones generales.
Se cometió genocidio en Guatemala:
Hay que tener en cuenta que la función del Ministerio Público es la investigación,
auxiliar al Organismo Judicial, averiguar y conseguir la verdad, más importante
aun entender que un proceso penal tiene como fusión destruir la presunción de
inocencia y que toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Sin
ley no hay delito y nuestra ley nacional establece que el genocidio tiene que tener
la intención, de radicar un grupo racial, étnico, religioso entre otros.
La intencionalidad es muy importante porque separa de asesinos de homicidas,
una cosa es planificar a acecinar a una persona a sangre fría y otra por defensa
tener que disparar a una persona y muera.
En Guatemala no hubo genocidio: resulta ser que la orden dada por el Estado de
Guatemala al Ejercito de Guatemala fue de defender a los ciudadanos, porque
parece ser que todo el mundo se olvidó que en Guatemala hubo un conflicto
interno armado donde una facción pretendía tomar el poder por las armas vía
actos terroristas que cobraron la vida de muchas personas inocentes, si cualquier
activista de izquierda o un ejero pretende demandar al estado, exigiendo
resarcimientos por un supuesto genocidio le toca probar fuera de todas dudas que
el ejército de Guatemala recibió la orden de liquidar un grupo étnico, racial o
religioso. Sin evidencia científica que pruebe fuere de toda duda que destruya la
presunción de inocencia de las personas, no se puede condenar ni a personas ni
al estado.
Según la ley nacional que es una copia directa que naciones unidas nos dicto para
que haya habido genocidio en Guatemala tuvo que ver habido la intencionalidad
de radicar un grupo, no de defender a sus ciudadanos en contra de una fuerza
rebelde que estaba matándolos.
Sin embargo, si alguien puede demostrar lo contrario mostrando evidencia de que
el estado le pidió al ejercito liquidar un grupo étnico, racional o religioso lo puede
presentar. 8

CONCLUCIÓN:

Por lo tanto, es que se "establezca" en juicio legal, depende de la existencia real o


la falsificación (parcial o total) de documentos de carácter histórico. Por tanto, el
asunto es de naturaleza histórica, no tanto jurídica. Del llamado "Plan Sofía" han
hecho interpretaciones sesgadas y tergiversadas, sacadas del contexto militar y
sobre fragmentos; pero la "prensa" ha hecho eco y difundido esas
tergiversaciones. ¿Cómo atajar el peligro de que ahora pase algo similar con
"nuevos" documentos?

En Guatemala no hubo genocidio, aquí hay un negocio de Helen Mack, Rigoberta


Menchu y otras organizaciones más, ellos buscan resarcimiento eso es lo que
verdaderamente les interesa. Gracias a los del ejército por defendernos de los
terroristas SOCIALISTAS. En Guatemala no hubo genocidio.

Se han usado argumentos sociológicos y antropológicos para afirmar que lo hubo


pero contradictoriamente esas mismas ciencias podrían refutarlo empezando por
redefinir, como se dice, de donde y porque surge la narrativa victimista que
emplearon los cuerpos diplomáticos de la guerrilla que sustituyeron, después de
1982, el referente de lucha armada por el de masacres y luego genocidio, de la
noche a la mañana desapareció el conflicto armado.

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