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CLASE III
Observación este material de lectura fue elaborado en base al trabajo realizado por la profesora Alicia
Alioni en el marco del mismo curso de ingreso en el año 2020. SE respeta mediante este escrito el derecho
de autoría
Pero, aunque todas las ciencias requieren que sus argumentos sean formal o lógicamente válidos
(correctos en su forma), para la mayoría de las ciencias esto no es suficiente. Muchos
conocimientos científicos necesitan, además de la lógica, otros recursos para establecer la validez
de los argumentos. A esto se suma el problema de la “verdad” de los enunciados lo que, como se
verá, no es igual para todas las ciencias.
Avanzaremos entonces para establecer qué tipo de validez o criterio de racionalidad se da en los
dos grandes campos del conocimiento científico: las ciencias formales y las ciencias empíricas.
En matemática, geometría, lógica, los enunciados consisten en relaciones entre signos, números,
figuras, códigos. Estos son entes ideales o construcciones mentales sin relación específica con
objetos, fenómenos o experiencias de la realidad, aunque, pueden aplicarse a situaciones de la
vida cotidiana. Al limitarse el objeto de estudio de las ciencias formales a entes ideales, estas
ciencias utilizan exclusivamente la lógica para establecer, si el razonamiento es válido (correcto)
o inválido y si los enunciados son verdaderos o falsos. Es decir se otorga validez formal
En las ciencias empíricas (ciencias naturales, sociales, humanas) los enunciados se refieren a
hechos, fenómenos y experiencias dados en la realidad. En este sentido el razonamiento lógico
es importante, ya que permite reconocer si es correcta la validez formal del mismo, es decir, el
modo de relación de los términos y el encadenamiento de premisas y conclusiones.
Pero, además de la validez formal, las ciencias empíricas necesitan aportar pruebas que
justifiquen que lo propuesto por sus argumentos se corresponde con la realidad. Al relacionar lo
que informan los enunciados de un argumento con la realidad, aportando pruebas, se otorga
validez empírica.
El término “empírico” significa que los enunciados son probados usando ciertos métodos y
técnicas (observaciones, experimentos, encuestas, otros) que aportan datos o informaciones para
respaldar los enunciados. Entonces, en las ciencias empíricas los enunciados no son
considerados en términos de su verdad o falsedad, sino de confirmación o des-confirmación.
Un enunciado es confirmado cuando se lo justifica por medio de pruebas.
Por lo referido:
Pero la afirmación de un enunciado puede ser verdadera sin que lo sepamos, por no contar con
evidencias que lo justifiquen; también puede ser falsa, a pesar de contar con algunas pruebas.
Esto genera algunos malos entendidos, sumado al hecho, que el término “verdad” se utiliza con
diferentes sentidos: así se habla por ejemplo, de “tu verdad” o “mi verdad” en el terreno de las
opiniones. Pero, es condición de la ciencia la precisión en el lenguaje, por tanto, se hace
necesario diferenciar entre verdad y justificación o prueba (Klimovsky 1994).
Entonces, para el conocimiento de los hechos en las ciencias empíricas, a fin de evitar el
malentendido que confunde “lo verdadero” con “lo justificado”, no se habla de “verdad” o
“falsedad” de enunciados; sino, de “confirmación” de enunciados y teorías. Esto significa, que
si bien, el científico parte de creencias, supuestos o hipótesis poco justificadas, es indispensable,
que dichas creencias sean comprobadas o confirmadas aportando pruebas o evidencias que las
justifiquen con mayor certeza, es decir, que les otorguen validez.
Ya hemos visto que en las ciencias formales los enunciados son considerados verdaderos, no
necesitan recurrir a la experiencia para ser justificados, parten de principios o axiomas entendidos
verdaderos en sentido estricto, absoluto. Por esto se dice que sus enunciados son“a priori” lo
cual significa “previos a” la experiencia.
A la utilización del razonamiento deductivo en ciencia, se ha llamado “método deductivo”. Este
se funda en razonamientos lógico- matemáticos y deduce de principios, teorías o enunciados
generales, otros conocimientos. Su aplicación permitió por ejemplo, en la elaboración de la
Tabla Periódica de elementos químicos, el descubrimiento de algunos elementos no conocidos
como el Galio (Ga) o el Indo (In). Estos no fueron descubiertos a través de la experiencia, sino
deducidos matemáticamente de otros elementos ya conocidos (León y Montero 2000).
Teorías o principios
generales
Deduce
Nuevos conocimientos
Otro ejemplo: “En los datos recabados por observaciones realizadas a diferentes culturas, se ha
registrado, la existencia de lenguaje oral. Por lo tanto, puede formularse la siguiente premisa
general: uno de los rasgos de la especie humana es la posesión de lenguaje oral”. Este modo de
razonamiento es usado en las ciencias empíricas con el nombre de “método inductivo”. Sus
conclusiones son solo probables, dependiendo de la cantidad de casos analizados. Y los
enunciados al producirse partiendo de la experiencia se denominan enunciados “a posteriori”,
es decir, posteriores a la experiencia. Entonces el razonamiento inductivo establece el paso de
lo particular a lo general. Desde la experiencia de hechos o fenómenos particulares “induce”
teorías o enunciados generales.
Teorías o principios
generales
Induce
induce
Experiencia (casos particulares)