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3.

El Evangelio
Según Mateo

ITDAR

EVANGELIOS SINOPTICOS Y EVANGELIO DE JUAN

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3. El Evangelio Según Mateo
1. El autor.
La tradición atribuye el primer evangelio a Mateo Leví, un recaudador o publicano a quien
Jesús llamó para que fuese uno de sus doce discípulos (Mateo 9:9-13, 10:3). Prácticamente
nada se sabe de él, exceptuando su nombre y ocupación. Después de la lista de apóstoles
en Los Hechos (1:3) desaparece de la historia de la iglesia salvo por alusiones que
probablemente se deben a la leyenda. En ninguna parte del primer evangelio se le
reconoces explícitamente como su autor, pero los primeros escritores de la iglesia al
discutir el asunto de la paternidad literaria de ese evangelio se la atribuyeron a Mateo.

Eusebio (alrededor del año 325 D.C.) cita a Papías (que vivió por el año 100 D.C.) diciendo
que Mateo había compuesto en aramaico los oráculos del Señor que posteriormente
fueron traducidos al griego por cada uno según su capacidad. Ireneo, aproximadamente
siglo y medio antes que Eusebio, declaró que “Mateo también publicó un evangelio escrito
entre los hebreos, en su propio dialecto, en tanto que Pedro y Pablo estaban predicando
en Roma y poniendo los fundamentos de la iglesia”. Varias inferencias pueden deducirse
de estas declaraciones primitivas referentes al origen del primer evangelio.

Primera: La paternidad literaria de Mateo era indisputable. Puesto que Mateo era un
miembro, relativamente ignorado, del grupo apostólico no se ve ninguna buena razón para
convertirlo en autor de una producción espuria. Cualquier falsario que hubiese buscado
fama para una obra suya habría elegido el nombre de un renombrado apóstol para
publicarla bajo ese nombre.

Segunda: El consenso general de los primitivos escritores concuerda en cuanto al conocido


carácter de Mateo. Como publicano gozaba de buena instrucción y estaba acostumbrado a
guardar apuntes como parte de su negocio.

Tercera: La tradición referente a que este evangelio fue originalmente escrito en aramaico
no excluye la posibilidad de que el autor haya publicado posteriormente una edición en
griego, y que ésta rápidamente desplazara a la más antigua.

2. El propósito.
Se dice que Mateo escribió para los judíos, pero sería más correcto decir que escribió para
todos los creyentes, y en especial para los cristianos que se habían convertido del
judaismo. Tenney observa que este Evangelio “está admirablemente adaptado a una iglesia
que guardaba estrechas relaciones con el judaismo, aunque se iba haciendo cada vez más

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independiente de él”. Pensando fortalecer en la fe a los creyentes de raza judía, Mateo
demuestra cuidadosamente que se cumplen las promesas del Antiguo Testamento en la
persona de Jesús, y por lo tanto, que El es el Mesías. Emplea una expresión que aparece
dieciséis veces en su obra: “Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el
Señor por medio del profeta …” Luego cita un pasaje de la Ley o de los Profetas que
confirma que se había profetizado cierto detalle con respecto a la vida de Jesús.

No penséis que he venido para abrogar la ley o los


profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
Mateo 5:17

Entre las profecías cumplidas que menciona Mateo se encuentran el nacimiento virginal de
Jesús (1:23–24), la matanza de los niños de Belén y sus alrededores (2:16–18), la radicación
de la familia de Jesús en Nazaret (2:23), el uso de parábolas por parte de Jesús (13:13–15),
la traición por treinta piezas de plata (27:9) y el sorteo de la ropa de Jesús cuando fue
crucificado (27:35). Todas estas citas tenían el propósito de confirmarles a los judíos que
Jesús era el Mesías prometido. Da la impresión de quererlos convertir a la fe cristiana.

Sin embargo, Mateo señala también cosas que habrían sido ofensivas para los judíos que
no habían creído, como la obcecada incredulidad de los judíos, su rechazo del Mesías, la
necesidad de ocultarles la verdad empleando parábolas, y la hipocresía de los líderes
religiosos. Ningún otro evangelio contiene una censura tan severa y tajante para los
escribas y fariseos. De haberse dirigido Mateo a los judíos no cristianos, es improbable que
hubiera incluido relatos y discursos tan poco halagüeños para el pueblo judío.

El evangelio de Mateo está admirablemente adaptado a una iglesia que guardaba


estrechas relaciones con el judaísmo, aunque se hacía más y más independiente de él.
Respira la atmósfera del mesionismo, aunque tiene un mensaje para “todo el mundo”. En
él se conserva la esencia del pacto Abrahámico, en el que se aseguraban las bendiciones de
Dios para Abraham y para su simiente, considerados como un pueblo separado, y aún se
añadía: “En ti serán benditas todas las familias de la Tierra” (Gén. 12:3).

3. Contenido.
El primer evangelio se destaca por su buen arreglo de la exposición; fue escrito en forma
sistemática, concisa y cuidadosa. A Mateo no le interesó tanto seguir un orden
estrictamente cronológico, como agrupar su material en secciones que formaran conjuntos
de sucesos y conjuntos de enseñanzas que alternasen entre sí.
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Mateo agrupó los acontecimientos o las enseñanzas que se referían a un mismo tema en
particular para formar las secciones, intensificando de esta manera su impresión. Así
vemos reunidas las enseñanzas relacionadas a los principios del reino en los capítulos 5 al
7; vemos en un solo capítulo siete de las catorce parábolas que Mateo presenta, y también
en una misma sección diez de sus veinte milagros. Así fue cómo el evangelista sistematizó y
ordenó su material, de manera que sus lectores y oyentes pudieran aprenderlo y
recordarlo. Por esa razón se le da también al Evangelio de Mateo el nombre de “evangelio
didáctico”.

Mateo abrevia algunos milagros. En cambio, explica en detalle las enseñanzas. Presenta las
enseñanzas en cinco secciones, cada una de lascuales está compuesta por un discurso cuya
introducción son hechos hábilmente escogidos a fin de preparar a los lectores para las
enseñanzas que los siguen. Los discursos comprenden cerca de las tres quintas partes del
libro de Mateo y se refieren principalmente al “reino de los cielos”; o sea, a la soberana
autoridad de Dios sobre los hombres. Estos discursos son los siguientes:

 El sermón del monte: principios y normas del reino (capítulos 5–7).


 Instrucciones a los mensajeros del reino (capítulo 10).
 Parábolas del reino (capítulo 13).
 Enseñanzas sobre el discipulado cristiano (capítulo 18).
 La venida del Rey (capítulos 24–25).

Mateo toma su forma alrededor de una doble armazón que puede distinguirse por las
frases que se repiten en el libro. Hay dos puntos de división: El primero está en Mateo
4:17, “desde aquel tiempo comenzó Jesús a predicar y a decir: Arrepentíos, que el reino de
los cielos se ah acercado”, y el segundo lo hallamos en Mateo 16:21, “desde aquel tiempo
comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le convenía ir a Jerusalén y padecer mucho
de los ancianos, y de los príncipes de los sacerdotes, y de los escribas; y ser muerto, y
resucitar al tercer día”.

El primero de estos dos pasajes indica la iniciación de la carrera de nuestro Señor como
predicador, la que le colocó en pública preeminencia. El último pasaje apunta a la
culminación de su carrera de la cruz. El hecho de que estos dos puntos decisivos de su vida
estén tan claramente marcados en le evangelio, indica el decidido propósito del autor de
presentar dos aspectos de la biografía de Jesús, demostrando cómo le Mesías cumplió la
vocación por la cual vino al mundo.

Hay ciertos incidentes peculiares en Mateo. La visión de José (1:20-24), la visita de los
magos (2:1-12), la huida de Egipto (2:13-15), la matanza de los niños (2:16), el sueño de la
mujer de Pilato (27:19), la muerte de Judas (27:3-10), la resurrección de los santos con
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motivo de la crucifixión (27:52), el soborno a los soldados (28:12-15), y la comisión para
bautizar (28:19, 20) que no aparecen en ningún otro de los evangelios. Entre las parábolas,
la de la cizaña (13:24-30, 36-43), el tesoro escondido (13:44), la perla (13:45,46), la red de
pescar (13:47), el siervo despiadado (18:23-35), los trabajadores de la viña (20:1-16), los
dos hijos (21:28-32), la boda del hijo del rey (22:1-13), las diez vírgenes (25:1-13), y los
talentos (25:14-30) son exclusivos de Mateo.

Solamente hay tres milagros peculiares en Mateo: Los dos ciegos, el endemoniado mudo
(9:32,33), y la moneda en la boca del pez (17:24-27). Parece que Mateo utiliza los milagros
no como un mero enriquecimiento de su narración, sino con el propósito de que sirvan
para probar el poder de Jesús.

4. El retrato de Jesús en Mateo.


El propósito primordial de Mateo es convencer a sus lectores de que Jesús es el Mesías
prometido en el Antiguo Testamento. Mateo es el “evangelio del cumplimiento”; las
profecías, los símbolos proféticos y las esperanzas del pueblo escogido se cumplen en
Cristo. Hay ciertos rasgos del Mesías que son peculiares de la descripción de El que hace
este evangelio.

a) Jesucristo es Rey. A lo largo de toda su obra, Mateo lo caracteriza con los atributos de la
realeza. Nace del linaje real de David y es llamado “Hijo de David”. Los magos le ofrecen
regalos dignos de un príncipe; su discurso llamado “sermón del Monte” tiene el aspecto de
un “manifiesto real” donde presenta las leyes de su reino. Sus milagros son considerados
como señales de su autoridad real; sus parábolas son “misterios del reino”. Se declara
exento de los impuestos del templo por ser hijo de Rey, y se presenta como Rey en su
entrada triunfal. Predice su retorno en gloria y su reinado universal. La inscripción de la
cruz dice: “ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS”. Finalmente, Jesús afirma que tiene toda
autoridad en el cielo y la tierra, y a título de Rey, envía a sus discípulos a la labor de
evangelizar a todas las naciones. La frase característica del primer evangelio es “el reino de
los cielos”. Así se pone de relieve el señorío real de Jesús.

b) Jesús es rechazado por los judíos. El Señor experimenta el mismo destino de los antiguos
profetas: interpretan de manera incorrecta sus palabras, lo persiguen, traman acechanzas
contra El y terminan por matarlo. Cuando la noticia de su nacimiento llega a Jerusalén,
toda la ciudad se agita y Herodes trata de matarlo. José tiene que huir con su familia a
Egipto. Posteriormente, el precursor de Jesús es encarcelado y luego decapitado.

Los escribas y fariseos se quejan de que Jesús come con publícanos y pecadores y de que
sana a los enfermos en el día de reposo. No les impresionan los milagros, sino que los

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atribuyen a Beelzebú, príncipe de los demonios. Conspiran para destruirlo, lo acechan y
finalmente lo condenan a muerte. Mateo es el evangelio del rechazo: “En ningún otro es
ofrecido el Rey a la nación de una manera tan real, y en ninguno se presenta su rechazo de
manera tan cruel y total”.

c) Jesucristo volverá a la tierra para reinar. Aunque Marcos y Lucas incluyen en sus
evangelios secciones referentes a los acontecimientos finales, no explican el tema con
tanto detalle como lo hace Mateo. El autor del primer evangelio tiene un interés especial
en lo que Jesús enseñó acerca de su segunda venida, el fin del mundo y el juicio final. El
regresará triunfante y las naciones tendrán que rendirle cuentas. Mateo es el único
evangelio donde se hallan las parábolas de los talentos, de las vírgenes prudentes y las
insensatas, y de las ovejas y los cabritos. En Mateo es donde se exhorta a los creyentes a
vivir siempre preparados, porque no saben el día ni la hora en que volverá su Señor.

La descripción de Jesús hecha por Mateo insiste en presentarlo como el Mesías prometido
en el Antiguo Testamento; el Rey de los judíos y de todos los pueblos y el rechazado por su
nación que volverá triunfal para juzgar a las naciones y establecer su reino.

5. Otros temas que se destacan en Mateo.


Mateo es el único evangelio que emplea el término “iglesia” (ekklesía), palabra que
aparece dos veces en éste (16:18; 18:17). Por eso se le llama también el “evangelio de la
Iglesia”. En éste es representada la Iglesia como la comunidad de los creyentes.

Mateo pone de relieve la universalidad del mensaje de Cristo. Los magos, personajes de
origen gentil, se encuentran entre las primeras personas que llegan para rendir homenaje
al Rey recién nacido. Varias parábolas enseñan que el reino de los cielos será sacado de la
nación judía para darlo a todos los que respondan a la invitación del Rey y produzcan fruto.
En la llamada “gran comisión” se insiste fuertemente en la responsabilidad misionera de
los creyentes.

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