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Introducción al Evangelio Según Mateo

“Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de


Abraham.” Mateo
1:1

INTRODUCCIÓN
Al iniciar el estudio del Nuevo Testamento inmediatamente abandonamos el ámbito
de las sombras, símbolos y profecías y pasamos al cumplimiento y revelación de éstas las
cuales se cumplen en nuestro Señor Jesús. El tiempo de la venida del tan ansiado Mesías
había llegado, el Rey que las profecías habían estado anunciando se habían dado paso con
toda la plenitud de gloria. Mateo es un evangelio que mira hacia el Antiguo Testamento con
la finalidad de demostrar el cumplimiento de todas las profecías tocantes al Mesías, pero,
por otro lado, mira al futuro mostrándonos un rayo de esperanza a través de su resurrección.
Paradójicamente Jesús nunca escribió un libro que hablase de Él, tampoco ordeno a sus
discípulos que lo hicieran. Después de su muerte el medio que sus discípulos iban a utilizar
para compartir las buenas nuevas iba a ser la transmisión oral. Sin embargo, con el tiempo,
aquellos que habían sido sus testigos oculares registraron su vida y ministerio en papel, y
estas fueron usadas como un fiel testimonio de ello, plasmando la proclamación apostólica
en lo que hoy conocemos como los cuatro Evangelios de nuestro Señor Jesucristo. Con
frecuencia la gente se pregunta por qué tenemos cuatro Evangelios, pero hay una buena
razón para que sea así.Cada uno de estos cuatro evangelios es una afirmación exclamativa
que se presentan en el Antiguo Testamento con respecto al Mesías y que al Espíritu Santo
le plació quedaran comprobadas en ellos. Cada Evangelio nos presenta un aspecto del
carácter y la persona de nuestro Señor Jesús aunque no son estrictamente biográficos. Así
cada uno de ellos puede describirse de la siguiente manera:
1. Mateo: El Evangelio del Rey Mesías.
2. Marcos: El Evangelio del Siervo.
3. Lucas: El Evangelio del Hijo del Hombre.
4. Juan: El Evangelio del Hijo de Dios

Los cuatro Evangelios

Estas descripciones coinciden con las figuras que el profeta Ezequiel vio y
concuerdan exactamente con los cuatro seres vivientes que Juan ve en Apocalipsis, donde
el Rey Mesías se presenta como un león, el Siervo como un buey, la humanidad de Cristo
se presenta como la imagen de un Hombre y su divinidad se representa por el águila. Ahora
bien, cada evangelio no puede tomarse como una obra biográfica de Jesús ya que estos solo
se limitan a narrar parte de los hechos de nuestro Señor que a juicio de ellos revelaban ese
aspecto de su persona que ellos estaban interesados en demostrar. Por otro lado, también es
cierto que a través del estudio de estos cuatro evangelios podemos aprender mucho acerca
de la vida y obra de nuestro Redentor. Así el Evangelio según Mateo presenta las
credenciales de Jesús como el Mesías Rey. Presenta a Jesús como el Rey, pero el Rey de un
reino completamente diferente: El reino de los cielos.
AUTOR
Aunque ningún evangelio fue publicado en su inicio con el nombre del autor,
según el testimonio unánime de la iglesia antigua el autor de este evangelio fue Leví hijo de
Alfeo, también conocido como Mateo (que significa regalo de Dios), el recaudador de
impuestos que llego a ser un apóstol (Mateo 9:9-13, Marcos 2:14-17; Lucas 5:27-
32). “Después de estas cosas salió, y vio a un publicano llamado Leví, sentado al banco de
los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y dejándolo todo, se levantó y le siguió”. (Lucas
5:27-28). Algunos críticos modernos dudan de esta afirmación por algunas razones: El
autor uso de referencia el Evangelio de Marcos, y si Mateo fue testigo presencial de los
sucesos de la vida de Jesús, ¿por qué tuvo que depender de esta fuente de información? La
mejor respuesta sería que Mateo estaba de acuerdo con el material escrito por Marcos y
quiso demostrar que el testimonio apostólico sobre Cristo no estaba dividido ya que
probablemente Marcos dependía del testimonio del apóstol Pedro. Al final todas estas
críticas carecen de peso para negar la autoría de Mateo. El Evangelio de Mateo no
menciona el nombre del autor pero contiene algunas claves para sugerirnos de que el autor
era judío y posiblemente Mateo:

1. El autor conocía la geografía de Palestina: “Cuando Jesús nació en Belén de Judea


en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos” (Mateo 2:1);
“Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole…” (Mateo 8:5).
2. Conocía bien las Escrituras del Antiguo Testamento: “Abraham engendró a Isaac,
Isaac a Jacob, y Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró de Tamar a Fares y a
Zara, Fares a Esrom, y Esrom a Aram…” (Mateo 1:2-3); “para que se cumpliese lo dicho
por el profeta Isaías, cuando dijo: He aquí mi siervo, a quien he escogido; Mi Amado, en
quien se agrada mi alma…” (Mateo 12:17-18).
3. Otros detalles que apuntan a Mateo, el discípulo de Jesús, como el autor del
Evangelio, es que como publicano, Mateo sabía escribir y leer y estaba familiarizado con el
método de llevar el registro de dinero lo cual lo identifica como una persona talentosa e
inteligente. En conformidad con esto, este Evangelio contiene más referencias a dinero que
cualquiera de los otros. Además, la ciudad de Mateo era Capernaum, una aldea a la que se
presta especial atención en este Evangelio. “Y dejando a Nazaret, vino y habitó en
Capernaum, ciudad marítima, en la región de Zabulón y de Neftalí”, (Mateo 4:13)
4. El autor estaba familiarizado con las costumbres, tradiciones, historia judía y clases
de personas: “El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con
José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo…” (Mateo
1:18) “En aquel tiempo Herodes el tetrarca oyó la fama de Jesús…” (Mateo 14:1)
5. En Mateo 10:3, cuando Jesús llama a los doce apóstoles, Mateo es llamado con el
epíteto “el publicano”, cosa que Mateo mismo hubiera podido hacer, pero que los otros
evangelista no hicieron (Marcos 3:18 y Lucas 6:15).
6. Durante el banquete que Mateo ofreció a Jesús después de haber aceptado su
invitación a seguirle como discípulo encontramos un aspecto literario que nos podría
sugerir la paternidad literaria. En Mateo 9:10 encontramos las palabras: “Y aconteció que
estando él sentado a la mesa en la casa”, las palabras “en la casa” da la idea que se refiere
a la casa del que está realizando la narración; mientras que los otros evangelistas hacen
referencia que fue “en su casa”, es decir la de Leví donde se realizó el banquete, (Marcos
2:15 y Lucas 5:29).
7. Papías de Hierápolis, un padre de la iglesia primitiva en Frigia atribuyo la autoría de
este evangelio a Mateo, diciendo que “Mateo juntó (o escribió) los oráculos en el idioma
hebreo y cada uno los interpretaba lo mejor que podía”. Posteriormente Orígenes, Ireneo y
otros padres de la iglesia primitiva apoyan esta afirmación. También Eusebio dice: “Mateo,
habiendo predicado al principio a los hebreos, cuando estaba a punto de salir en busca de
otros puso por escrito en su idioma nativo el Evangelio según él mismo, y así, al escribir,
hizo provisión para la falta de su propia presencia”. Por tanto, según la tradición Mateo
vivió y enseño en Palestina durante 15 años después de la crucifixión, y luego emigro como
misionero, primero en Etiopía y luego en Macedonia, Siria y Persia.

LUGAR Y FECHA
Las características judías parecen indicar que el Evangelio de Mateo fue escrito en
Tierra Santa, aunque muchos creen que lo escribió en Antioquía de Siria. Algunos piensan
que fue escrito en una etapa muy temprana, alrededor del 50 d.C., cuando la iglesia ere casi
exclusivamente judía. No obstante muchos investigadores han llegado a la conclusión de
que tanto Mateo como Lucas se apoyaron en el Evangelio según Marcos después que este
había circulado por algún tiempo. Por tanto se suele fechar a Mateo entre los años 65 y 70,
y más tarde.

DESTINARIOS
El evangelio según Mateo tiene un carácter judío. Esto se desprende del hecho
de que en este evangelio se suponen muchas cosas de la vida judía como si estas fueran
conocidas por los lectores. Notable es, por ejemplo la manera en la que Mateo habla en
26:17 de la fiesta de los panes sin levadura, sin explicación alguna; mientras que Lucas y
Marcos lo aclaran en sus respectivos escritos (Marcos 14, 12 y Lucas 22, 7, "cuando
sacrificaban el cordero de la pascua"). En el primer libro de la historia eclesiástica,
Eusebio menciona que Papías dijo que Mateo juntó (o escribió) los oráculos en el idioma
hebreo y cada uno los interpretaba lo mejor que podía. Parece que hebreo en este contexto
significa arameo, la lengua popular de los judíos de esa época. Ireneo, uno de los padres de
la Iglesia afirma que Mateo publicó un evangelio escrito para los hebreos en su propio
dialecto. Orígenes, otro Padre eclesiástico, agrega que Mateo lo publicó para aquellos del
judaísmo que llegaron a creer, escribiéndolo en caracteres hebreos. Además, Mateo insiste
mucho en el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento, más que cualquier
otro autor del Nuevo Testamento y comienza con la genealogía de Jesús para demostrar su
procedencia de Abraham y David, aspecto de gran importancia para los judíos. Usa
terminología judía, por ejemplo la frase “el reino de los cielos” (en vez de “el reino de
Dios”) que refleja la costumbre judía de no usar el nombre de Dios. La primera aparece 33
veces mientras que la segunda 5 veces. También subraya la función de Jesús como Hijo de
David, sin embargo esto no significa que el Mensaje de Mateo sea exclusivo para los
judíos. Nótese que sólo él cuenta la llegada de los magos (que no eran judíos) para adorar al
Señor y termina con la Gran Comisión, lo cual demuestra su punto de vista Universal.
PROPÓSITO
El propósito principal de Mateo es demostrarles a sus lectores
judíos que Jesús es el Mesías y Rey prometido. Lo hace principalmente
haciéndoles ver que en su vida y ministerio se cumplieron las Escrituras del
Antiguo Testamento. La genealogía del capítulo 1 señala a Cristo como el
heredero de la promesa hecha a David de una dinastía eterna. El uso del Salmo
mesiánico que aparece en Mateo 22:41-44 daba a entender que Jesús era el
heredero del trono de David. Finalmente, el título que colgaron en la cruz
sobre la cabeza de Jesús destacaba con claridad su realeza: “Este es Jesús, el
Rey de los Judíos” (Mateo 27:37). Pero lo más importante, el Evangelio de
Mateo prueba la autoridad legítima de Jesús al destacar sus sabias enseñanzas
y su vida justa.

BOSQUEJO
Las principales divisiones de Mateo se nos dan mediante la repetición de una frase
muy concreta, que aparece dos veces y divide el libro en tres secciones. Primeramente, hay
una sección a modo de introducción que va hasta el capítulo cuatro, donde aparece por
primera vez esta frase, que dice (versículo 17): “Desde entonces Jesús comenzó a predicar
y a decir: ¡Arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado!” Eso marca un punto
de cambio en el argumento y la presentación de este libro. Luego hallamos una frase
parecida que aparece en el capítulo 16, que introduce la tercera sección, en la que leemos
(versículo 21): “Desde entonces, Jesús comenzó a explicar a sus discípulos que le era
preciso ir a Jerusalén y padecer mucho de parte de los ancianos, de los principales
sacerdotes y de los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día”. Esa es la primera
mención que se hace en Mateo de la crucifixión. A partir de ese momento se convierte en el
propósito y el desarrollo de este libro.

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