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I. Video 1: Naturaleza humana: Genético vs. Entorno.

La relación sociedad-naturaleza y medio ambiente, la cual ha estado


caracterizada en los diferentes períodos históricos por relaciones de uso,
apropiación, y manejo, que han trascendido las esferas económicas, sociales,
políticas y culturales, así como las naturales que dan hoy cuenta de una crisis
ambiental y social, resultado de las interacciones y de los conflictos que subyacen
en ella.

Dentro de las tendencias se resalta la corriente ambiental con enfoque sistémico,


por el carácter integrador que subyace en su discurso y que permite reflexionar
sobre la dicotomía entre hombre y naturaleza. Este planteamiento permite integrar
estos dos componentes o, como lo menciona Arturo Escobar, reconciliar estos dos
enemigos: naturaleza y sociedad.

La separación entre naturaleza y sociedad ha dejado ver una independencia entre


los procesos sociales y los ecosistémicos, dado que las explicaciones y abordaje
de las problemáticas ambientales se hacen bajo el razonamiento externo a los
problemas sociales y se adjudican a problemas de los ecosistemas. Lo anterior es
un error, dado que son ambos, en forma conjunta e integrada, los que garantizan
la continuación de la vida y la calidad de vida de la sociedad. Por consiguiente, no
se deben considerar en forma desintegrada y aislada sino en una
interdependencia holística permanente.

Desde un enfoque sistémico, el desarrollo sostenible trata de integrar a la


sociedad-naturaleza desde una perspectiva armónica, que resignifica, por un lado,
el valor y el respeto a toda forma de vida y ubica al ser humano como especie,
grupo e individuo, naturaleza y cultura. De otra forma, hace un llamado al equilibrio
social como prerrequisito de calidad de vida y mejores opciones de desarrollo, a
través de apuestas dialogantes. En conclusión, facilita la identificación de
obstáculos y potencialidades a tener en cuenta por la ciencia y la política, posibilita
la gestión y la colaboración internacional para la solución de la crisis del planeta,
en el contexto de nuevas perspectivas ambientales, económicas, sociales,
políticas y culturales que garanticen la construcción de la paz, como una respuesta
de los seres humanos a los desafíos resultantes de su interacción con el medio
ambiente.

Video 2: Los genes que regulan la personalidad - Genética y Conducta.

Los genes ejercen una gran influencia en el desarrollo de nuestra personalidad –


entre un 30% y un 60%–, lo que no significa que esta herencia determine de forma
irreversible el carácter de una persona, ya que el entorno en el que vive y se
relaciona el individuo también es esencial, y los factores ambientales afectan
decisivamente a la forma en que se expresan los rasgos heredados.

Comprender la compleja personalidad humana contribuiría a mejorar la salud


física y emocional de los individuos, porque permitiría entender los mecanismos
básicos que influyen en las emociones y elaborar estrategias para controlar los
sentimientos que desencadenan. Ahora, un nuevo estudio que ha logrado
identificar por primera vez casi 1.000 genes que influyen directamente en el
temperamento y el carácter, podría ser clave para conseguirlo.

Video 3: Los secretos de una larga vida – salud.

El envejecimiento es un proceso fisiológico que todos experimentamos desde la


edad adulta hasta la muerte, que en el ser humano puede alcanzarse a los ciento
veinte años, pues somos animales muy longevos. Este proceso, es llevado a cabo
a una velocidad diferente por cada individuo, lo que hace que la esperanza de vida
media pueda ser muy variable.

Esto ha generado el concepto de “edad biológica” que nos indica, mejor que la
edad cronológica, con la que no siempre es coincidente, cómo y a qué velocidad
se está realizando el envejecimiento en cada persona. Conocer esa edad
biológica, algo que tiene un enorme interés para predecir la salud y longevidad de
cada uno de nosotros, no es fácil. Nuestro grupo de investigación ha comprobado
que el estado funcional de las células de nuestro sistema defensivo, el sistema
inmunitario, puede informarnos de esa edad biológica.

Además, según como se encuentren nuestros leucocitos la velocidad a la que


envejecemos puede ser diferente. Un individuo con una función inmunitaria más
envejecida tendrá peor salud y morirá antes que otro de su misma edad
cronológica con una funcionalidad más joven, la cual nos indica una menor edad
biológica. Por su parte las personas que llegan a centenarios tienen esas
funciones inmunitarias con valores similares a los que presenta una persona
adulta. A diferencia de la edad cronológica que siempre va aumentando, la edad
biológica se puede modificar, es posible rejuvenecerla.

Para conseguirlo hemos analizado cual es la causa de los cambios que tienen
lugar en las células inmunitarias con el envejecimiento, lo que se conoce como
inmunosenescencia, comprobando que es el estado de oxidación e inflamación de
las mismas. Toda una serie de investigaciones nos llevaron a proponer una nueva
teoría del envejecimiento, la de la oxidación-inflamación, y a sugerir que con el
paso del tiempo tiene lugar una “oxi-inflamm-aging” en el organismo, en la cual el
sistema inmunitario parece estar implicado, a través de factores como el NF-kB,
entre otros. La comprobación de esta teoría, que se enmarca en la existencia de
una comunicación psiconeuroinmunoendocrina, se ha ido desarrollando mediante
la utilización de diversos modelos de inmunosenescencia prematura y
consecuente envejecimiento prematuro, con una disminuida longevidad de los
individuos, así como de estrategias de estilo de vida que, incidiendo en la
funcionalidad y estado redox del sistema inmunitario, mejoran la salud, la edad
biológica y longevidad de los sujetos estudiados.

Las intervenciones nutricionales, de actividad física, de ayuda para el control del


estrés, entre otras, han demostrado ser de utilidad para rejuvenecer la función
inmunitaria, esto es la edad biológica, lo que permite alcanzar una longevidad
saludable.

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