La empresa-red

(Según el equipo docente de AGO)

Fecha: Diciembre de 2012

La empresa-red (según el equipo docente de AGO)

A partir de la propuesta original de la empresa-red que realizó Manuel

Castells (La galaxia internet, 2001) así como de los textos que también la
explican desarrollados por Joan Torrent y Jordi Vilaseca (La economía del
conocimiento y la empresa red que es el capítulo 1 del libro La empresa red.
(Tecnologías de la Información y la Comunicación, productividad y
competitividad), editado el 2008 por Ariel, y en el que se basa el Bit52), y a
partir también del texto de Ernesto Spinak (“Una nueva definición de
'empresa-red'” al volumen 16 del profesional de la información de enero-
febrero de 2007), el equipo docente de AGO os proponemos el siguiente
desarrollo con la intención de resumir y aclarar las implicaciones de este
concepto.

ANTECEDENTES:
En el modelo tradicional de organización los productos que se generaban
eran idénticos y el sistema productivo se fundamentaba en líneas de
producción fabriles centralizadas. La reducción de costes era producida por la
división del trabajo y las economías de escala y esto llevó a la creación de
centros de manufactura dado que la distancia geográfica era una componente
de los costes. La toma de decisiones era jerárquica y el trabajo era estable en
en cuanto a duración y salario.

A pesar de esta organización centralizada, la descentralización también se

convirtió en un planteamiento habitual a medida que se producían progresos
tecnológicos. Inicialmente se empieza descentralizando actividades y
funciones basándose en la lógica de la división del trabajo. Y ya a principios
del siglo XX las grandes corporaciones se empiezan a organizar a partir de
diferentes asociaciones transversales y jerárquicas de empresas de una
misma matriz de propiedad o de grupo de poder (holdings, trusts), es decir,
descentralizan su estructura para convertirse en grupos no monolíticos, más
difíciles de controlar y más fáciles de expandir.

En la actualidad, la competitividad que exige la globalización, ha empujado a

la creación de organizaciones fuertemente descentralizadas en todas sus
dimensiones, que se focalicen en desarrollar/producir lo que constituye su
núcleo de negocio y que descentralicen (externalicen, subcontraten)
actividades o procesos hacia otras empresas que sean más eficientes en
desarrollar estas actividades o procesos: la eficiencia de esta colaboración
se entiende superior a la que tendría la empresa integrada.

En definitiva, el concepto de descentralización no es un concepto nuevo de

los últimos años. De hecho diferentes teorías sobre la organización de las
empresas, derivadas de la teoría de sistemas, se apoyan en este concepto.

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Esta teoría concibe la empresa como un sistema abierto y global,

caracterizado por la entropía y la interdependencia entre las partes y que
desdibuja los límites organizativos. Planteamientos derivados de esta teoría
proponen que las decisiones se toman dependiendo de la información
recibida del entorno y a partir de las aportaciones de diferentes grupos de
personas.

Esta descentralización ha venido configurando la red de empresas, donde

una de las empresas actúa de integradora de las funciones que ha
descentralizado. Cómo hemos dicho, este conjunto resulta más eficiente que
si todas estas funcionalidades las desarrollara una única empresa. Esta red
de empresas se ve representada en casos de compañías distribuidas
geográficamente, que forman parte de un entramado de clientes y
proveedores, y que reclutan y mantienen trabajadores a distancia.

Uno de los fundamentos o principios de la red de empresas es la

minimización de los costes de transacción. Estos son los costes
necesarios para poder realizar un intercambio económico o transacción en el
mercado. Para vender un coche, una empresa tendrá que incurrir en toda una
serie de costes para que esta transacción se materialice (costes publicitarios,
para dar a conocer el producto; costes comerciales, derivados de la comisión
que se lleva el concesionario; costes de transporte, para hacer llegar el coche
al lugar donde es comprado...)1

La EMPRESA RED:
La potencia de las TIC en general (y de Internet en particular) impulsa la
red de empresas hacia un nuevo estadio evolutivo, que será la empresa
red. La irrupción de las TIC rompe con el límite clásico de la descentralización
de actividades y permite un diseño basado en la interconexión en red de
todos los elementos de la cadena de valor: en ese momento, la empresa se
convierte en una red.

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Este concepto tan genérico incluye hasta tres tipologías diferentes. a) Costes de investigación e información:
serían todos aquellos gastos necesarios para averiguar si un determinado producto es demandado por el mercado,
qué empresas lo están ofreciendo, a qué precio, etc. (son, en definitiva, costes de marketing asociados a la
investigación y estudios de mercado); b) Costes de negociación y decisión: los necesarios para llegar a un acuerdo
aceptable con la otra parte de la transacción, como podría ser los de redacción de un contrato; y c) Costes de
ejecución y garantía de contratos: los necesarios para que la otra parte mantenga los términos del contrato (por
ejemplo los gastos de control y calidad o la verificación de los trabajos o productos entregados, entre otros). Estas
tres subcategorías de costes son suficientemente genéricas cómo para que sean de fácil reconocimiento en cualquier
producto/servicio que podamos encontrar en el mercado. Es decir, todos los productos y servicios incorporan, en
mayor o menor medida, este tipo de costes.

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La empresa-red (según el equipo docente de AGO)

Las TIC superan la concepción de la tecnología como un recurso, la

integran como un elemento central de la cultura empresarial, y la
trasladan a la estrategia, es decir, al corazón de la organización. Su impacto
no sólo se deja ver en las relaciones exteriores de la empresa sino también
en sus relaciones internas. La productividad de la empresa se podrá
considerar como una ecuación de la potencia de las TIC, del conocimiento de
la organización y de sus personas, y de la estrategia y organización en red de
la organización.

De la empresa red se puede dar la siguiente definición maximalista o ideal:

 Sistema empresarial de configuración variable, surgido de los

diferentes procesos de descentralización interna y externa de las
empresas, que significa un modelo estratégico y organizativo
alrededor de un proyecto de negocio, proyecto que implica la
cooperación en red entre diferentes componentes de varias empresas
durante el periodo de duración del mismo y que, una vez finalizado,
libera los componentes para que la red se reconfigure para realizar el
siguiente proyecto.

De esta definición se pueden derivar otras ideas que también contribuyen a

reforzarla:

 Es una virtualidad: existe en cada instancia puntual y desaparece

después de finalizado el proyecto de negocio. Su continuidad en el
tiempo es, pues, una ilusión.
 Tiene geometría variable, los contornos difusos: en la frase clásica, los
límites en todas las partes y el centro en ninguna.
 Es un ágil centro de actividad económica.
 No puede existir sin las TIC.
 A pesar de que se representa por una firma en concreto, no tiene
porqué ser necesariamente una empresa convencional, sino un
colectivo, un meta-sistema que se auto-organiza, y que él mismo se
construye los elementos en que consiste.

Se han definido seis características de la empresa-red:

1. Cambio cultural interno: la empresa red sólo es posible a partir de un

cambio cultural interno, estratégico y organizativo que sitúe el trabajo
en red en el centro de su actividad.
2. Control compartido de recursos especializados: proveedores y
clientes se integran estratégicamente, hecho que los conduce, bajo
una cultura empresarial común, hacia una visión global de todos los
recursos utilizados (frecuentemente intangibles) para el logro de hitos
y objetivos.

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3. Decisiones basadas en el conocimiento, no en la jerarquía: el

conocimiento del trabajo que tiene el trabajador se convierte en el
epicentro de las decisiones (operativas y tácticas, y no tanto
estratégicas) necesarias para desarrollar este trabajo, con lo cual el
factor humano se convierte en una parte fundamental de la
actividad. Así se va sustituyendo la relación jerárquica, y el modelo de
relación puede pasar a centrarse en el control de las actividades.
Como consecuencia, la estrategia también puede ser en parte
diseñada descentralizadamente: a pesar de que su elaboración se
mantiene en la cúpula directiva, se puede apoyar claramente en las
necesidades y resultados que se infieren de las decisiones operativas
o tácticas.
4. Comunicaciones directas: las TIC permiten la gestión e intercambio
de la información entre los nodos de una manera directa. Y esto es
fuente de eficiencia.
5. Equipos de geometría variable: las tradicionales áreas funcionales, e
incluso la cadena integrada de valor, se diluyen dado que,
aprovechando este contexto de comunicaciones directas (4) y de
decisiones por el conocimiento (3), se pueden organizar equipos
multidisciplinares de configuración variable y adaptada a lo que
requiere el proyecto en concreto.
6. Relaciones más allá de los contratos: la integración estratégica
entre los diferentes protagonistas de la red (2) hace que las relaciones
no se puedan reducir a las exigencias asépticas de los contratos
(precios, funcionalidades, nivel de servicio...). La confianza (sobre el
comportamiento y para compartir información) y la capacidad de
adaptación mutua son clave en el mantenimiento de la relación.

La empresa red, sin embargo:

1. No acaba con la concentración del capital ni con la toma de

decisiones en la cúpula. Sigue existiendo un conjunto de
propietarios, inversores o socios capitalistas que concentran el poder
económico de los principales nodos productivos de la red. También la
toma de decisiones estratégicas, cómo hemos dicho, sigue
dependiendo de ellos a pesar de que pueda tener en cuenta toda la
experiencia derivada de las decisiones operativas y tácticas que sí se
han visto descentralizadas (3)
2. Va más allá del outsourcing. En la empresa-red la descentralización
no es sólo externa, como en el caso del outsourcing, sino también
interna. Y, en todo caso, obliga a basar las externalizaciones en
relaciones que vayan más allá de los contratos (6), comportamiento
que significa superar el marco tradicional del outsourcing: la empresa
que solicita el servicio externo no sólo tiene que controlar y monitorizar

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La empresa-red (según el equipo docente de AGO)

a su proveedor sino que tiene que establecer con él unas relaciones

basadas más en la confianza que dan tanto el hecho que comparten
objetivos como el hecho que están integrados estratégicamente (2).

Hay que tener en cuenta que esta es una definición ideal o maximalista en
cuánto incluye todas las ideas que identifican la empresa-red. Ahora bien: no
existen muchas empresas que cumplan todas estas características, de aquí
que se deba ser flexible en el momento de considerar alguna empresa como
del tipo empresa-red y justificar porqué se considera como tal.

Entre las empresas que Castells consideraba como ejemplos que cumplían
esta definición (páginas 81 a 86) hay las tecnológicas CISCO, Nokia, Hewlet
Packard, Sun Microsystems y Oracle; pero también otros sectores como el de
automoción (Valeo) o el textil (Zara).

Spivak, por su parte, es más estricto y considera que realmente la empresa-

red constituye una fórmula aplicable a un conjunto muy reducido de empresas
que se convierten en generadoras de “nueva economía”. Así, para este autor,
además de cumplir con las seis características que definen la empresa-red,
habría que considerar la existencia de un nuevo marco de relaciones
contractuales, otras responsabilidades jurídicas, nuevas fórmulas de
relacionar los factores de producción, un meta-sistema que se auto-organiza
en torno un mismo proyecto. Bajo este nuevo concepto más estricto propone
a Visa y Amazon, pero no a Toyota o a WallMart. A continuación os
transcribimos su descripción para el caso de Amazon:

“Bajo este logo [Amazon] podemos identificar una empresa proveedora de

libros nuevos y de segunda mano, una empresa logística, un sistema de
busqueda por internet, un sistema de pago y realización de transacciones
monetarias, unos sistemas de publicidad, unas franquicias internacionales
con negocios paralelos, ciertas asociaciones con Google o Yahoo.... Todas
estas entidades pueden ser empresas diferentes e intercambiables, y así el
negocio de Amazon existe por la coexistencia de todas estas figuras
trabajando en un mismo proyecto. Amazon no son las partes (estas pueden
ser cambiadas en cualquier momento): (...) es el meta-sistema que se auto-
organiza alrededor del proyecto, de la idea que explota un negocio. Es una
virtualidad, que existe sólo en el momento en que se realiza y se ejecuta una
transacción económica.”

IMPLICACIONES:
Si la empresa-red se considera que ha traído un nuevo proceso de revolución
industrial que se identifica con la nueva economía derivada o basada en la

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sociedad del conocimiento, son las TIC las responsables primeras de esta
revolución.

Las TIC, y en concreto Internet, en este mundo empresarial organizado en

red, dan posibilidades de escalabilidad, interactividad, flexibilidad, gestión de
la marca, producción adaptada al cliente e innovación. Evidentemente, un
cierto nivel de utilización de las TIC no implica ni que la empresa sea
empresa-red, ni que se pueda identificar con nueva economía: vender ladrillos
por internet, por ejemplo, o imprimir los menús del día de un restaurante
usando un procesador de textos, no significa que estemos trabajando en
nueva economía.