Está en la página 1de 9

THU TIE TIE

nandi, 1688. — Einleitung zu der Ver. lichen Streitschriften wegen der Wolff- El examen del concepto de tiempo
nuftlehre, 1691 (Introducción a la doc- schen Philosophie, 2 vols., 1737-1738. en la Edad Antigua debe, pues, lle-
trina de la razón). — Ausübuns der TIEMPO. Los griegos tenían dos varse a cabo teniendo presente la
Vernunftlehre, 1696 (Práctica de la términos para designar el tiempo: noción de eternidad (VÉASE). Se ha
doctrina de la razón). — Versuch vom
Wesen des menschlichen Geistes, 1699 otidiv y xp6 v <K. Comunmente, aiiiv, dicho con frecuencia que en la filo-
(Ensayo sobre la esencia del espíritu significaba época de la vida, tiempo sofía antigua (y también en la me-
humano). — De jure principa circo de la vida, duración de la vida, y de dieval) el concepto de tiempo ha sido
haereticos ex hypothesí juris clericalis, ahí vida o destino (de una existencia relegado o, cuando menos, puesto
1697. — Introductio in philosophiam individual). Según J. Benveniste, el entre paréntesis en favor del tema del
rationalem, 1701. — Fundamenta ju- significado más originario de atóv es ser. Ello es cierto en gran medida.
ris naturae et gentium, 1705. — Ver- fuerza de vida o fuente de vitalidad, Ernst von Dobschiitz (op. cit. en bi-
nünftige und christliche, aber nicht
scheinheUge Thomasische Erwàgun- pues es derivado del tema ayu o del bliografía) ha puesto de relieve la
gen über allerhand gemischte philo- tema yu— (de donde iuvenis). Aho- diferencia entre el modo hebreo y el
sophische und juristiche Handel, 3 ra bien, aun suponiendo este signi- modo griego de pensar. El primero es
vols., 1723-1725 (colección de escritos ficado originario de Vóv' como fuer- fundamentalmente temporal; el segun-
a los que debe añadirse: Anhang zu za de vida, es fácil pasar (según ha do, fundamentalmente intemporal. El
den Thomasischen Hiindeln. 1726). advertido A . - J . Festugière [art. primero destaca el "pasar"; el segun-
— Programmai» Thomasiana, 1724.
— Bibliografía: R. Lieberwirth, Ch. cit. en bibliografía]) del concepto do, el "estar" (la "presencia"). Pero
Thomasius. Sein wissenschaftliches de -fuerza de vida al de vida, y de aun si, con Thorleif Boman (op. cit.
Lebenswerk. Eine Bibliographie, 1955 la noción de vida a la de tiempo en bibliografía), consideramos que la
[Thomasiana, 2]. — Véase M. Fleisch- de la vida. En todo caso, aiúv de- diferencia antedicha en manera alguna
mann, Ch. T., 1929. — Id., id., Ch. signaba en muchos autores griegos significa que los griegos carecieran de
Thomasius Leben und Lebenswerk, la noción de tiempo, parece que mien-
el tiempo de duración de una vida
1931. — F. Battaglia, Ch. T. filosofo tras los hebreos concebían el tiempo
e giurista, 1935 [con bibliografía]. individual, quizá por suponerse que primariamente en función del futuro,
este tiempo está ligado a la persis- los griegos lo concibieron primaria-
THÜMMING (LUDWIG PHILIPP)
(1697-1728) nació en Culmbach. Dis- tencia de la fuerza vital que hace ser mente en función de un presente — o
cípulo fiel de Wolff (v.), fue nom- al individuo. Por su lado, xpóvoc sig. bien de un pasado que era o muy
brado profesor adjunto en la Facultad nificaba duración del tiempo, y de remoto o muy cercano y, por tanto,
de Filosofía de la Universidad de ahí tiempo en todo su conjunto y en ambos casos relativamente "quie-
Halle, pero en 1723 tuvo que abando- aun tiempo infinito. Por consiguiente, to". Los hebreos "conocieron" el
nar el puesto, juntamente con Wolff, en sus sentidos primarios aEúv y tiempo y determinaron, o midieron,
a causa de la polémica de este último x p ó v o s designaban respectivamente las grandes unidades de tiempo (las
con varios teólogos, como Joachim una época o parte del tiempo, y el épocas del año) mediante la posición
Lange y Daniel Strahler, polémica en tiempo en general. Sin embargo, el vo- del Sol en el espacio; y las "peque-
la cual Thümming sostuvo enteramen- cablo aiúv se usó luego para significar ñas" unidades de tiempo (el día y la
te a su maestro. Se trasladó entonces eternidad, de tal suerte que llegó un noche; las diversas horas del día y de
a Cassel, en cuyo "Collegium Caroli- momento en que el significado de aiúv la noche) por la cantidad de "luz" u
num" fue profesor de filosofía y mate- fue más amplio que el de xP4v°î • Los "oscuridad". Pero, junto a ello, conci-
máticas. Thiimming se distinguió por motivos de tal cambio han sido expli- bieron el tiempo como una serie de
su presentación de la filosofía wolf- cados por A. -J. Festugière al indicar "percepciones temporales" en forma
fiana, especialmente de los principios que ya en el siglo v se produjo (por de "latidos" (regha'), "interiorizando"
metafísicos (u ontológicos) de esta ejemplo, entre algunos trágicos grie- de este modo el tiempo y convirtién-
filosofía. Se ocupó asimismo de la gos) una extensión del concepto pe- dolo en lo que se llama "duración" y
cuestión de la inmortalidad del alma, ríodo de la vida al concepto de un "temporalidad". Los griegos "conocie-
usando argumentos extraídos de Wolff cabo al otro de la vida. Al ser con- ron" el tiempo a base de los movi-
con el fin de demostrar no sólo que el cebida la vida en un sentido sufi- mientos de los cuerpos celestes, y
alma es inmortal, sino que la inmor- cientemente amplio, se convirtió en tendieron a considerar el carácter cí-
talidad del alma incluye la conciencia "vida sin fin", y de ahí en "eterni- clico —y, por tanto, "repetible"— de
de su propia identidad y la memoria dad". Por eso es comprensible que tales movimientos. Junto a ello, conci-
de su vida anterior. Platón usara para este último concep- bieron el tiempo como una serie lineal
Obras: De immortalitate animae ex to el término aiúv al escribir (Tim., dentro de cada ciclo, y tal serie li-
intima ejus nature demonstrata, 1721. 37 D) que el tiempo, xpivoí, es la neal como un conjunto de "presentes".
— De principio juris naturis wolffia- imagen móvil de la eternidad, aiúv; El contraste entre las concepciones
no, 1724. — Institutiones philosophiae que Aristóteles hubiera trasladado (de hebrea y griega se manifiesta en los
wolffianae, 2 vols., 1725-1726. — Me. cáelo, I 9, 279 a 22-30) el concepto lenguajes y especialmente en las ma-
telemata varii et rarioris argument!, de edad al de edad del cielo entero neras de conjugar. En el hebreo los
1727. — Referencias amplias a los y, por consiguiente, al de eternidad, y tiempos del verbo expresan acciones
escritos de Thümming se hallan en
C. G. Ludovici, Ausfürhlicher Entwurj que desde entonces aiúv hubiera te- completas o incompletas. En el griego
einer vollstiindigen Historie der Wolff- nido el sentido de tiempo inmortal y (y en muchos lenguajes indo-europeos)
schen Philosophie, 3 vols., 1736-1737 divino, sin principio ni fin, totalidad expresan "aspectos". Todo ello parece
y Sammlung und Auszüge der samt- del tiempo y aun modelo del tiempo. contradecirse con la idea de que el
786
TIE TIE TIE
verbo hebreo es "intemporal", pero, to circular de las esferas celestes. Es que el movimiento se numera o se
según Thorleif Boman, esta "intem- posible inclusive que Platón conside- mide a sí mismo. Finalmente, no
poralidad" se relaciona con la vivencia rara este movimiento circular como debe olvidarse que Aristóteles estima
interna del tiempo, no con los modos "la eternidad misma", pero este es también como "modele" lo que se
de "presencia" de las cosas. En todo asunto que sería largo debatir. De mueve con el movimiento más perfec-
caso —y esto es lo que, por el mo- todos modos, comparado con Aristóte- to —el movimiento local circular—, y
mento, nos interesa aquí— los griegos les, Platón dice relativamente muy este último es menos "mensurable"
tendieron con frecuencia a ver lo tem- poco acerca del tiempo. En cambio, que los demás movimientos menos
poral o desde el punto de vista de la Aristóteles se esfuerza por analizar el perfectos, justamente porque es "to-
presencia (en un "ahora"), o desde el concepto de tiempo sin hacer de él talmente mensurable": es perfecta-
punto de vista de una serie repetible una copia, imagen o sombra de una mente cíclico y está ya "medido" des-
en ciclos, o desde el punto de vista de "realidad verdadera". Para ello se vale de siempre.
una eternidad, superior a la "mera" del movimiento o, mejor, del concepto Pero aunque hay seguramente en
temporalidad. Las concepciones filosó- de movimiento. Aristóteles observa las ideas aristotélicas acerca del tiem-
ficas no permanecieron siempre den- que se perciben el tiempo y el movi- po más de lo que indica la definición
tro de este marco en virtud de la miento juntos. Cierto que podemos presentada, ésta fue la que ejerció
poliedrícita de la mente griega a que estar en la oscuridad y no percibir mayor influencia, pues casi todos los
se ha referido Rodolfo Mondolfo y de ningún movimiento por no perci- filósofos posteriores consideraron que
que hemos dado cuenta en el artículo bir ningún cuerpo que se mueva. Pero debían decir algo acerca de ella. Al-
INFINITO. Pero muchas de estas con- basta un movimiento en la mente para gunos filósofos parecieron refinar la
cepciones arraigaron en la visión del darse cuenta de que pasa el tiempo. definición aristotélica. Tal ocurrió con
tiempo como alguna forma de "pre- Por consiguiente, el tiempo tiene que los viejos estoicos, cuando hicieron
sencia". No pocos filósofos estimaron ser o movimiento o algo relacionado intervenir en la medida del movi-
que el tiempo pertenece a la realidad con el movimiento. Como no es movi- miento las nociones de intervalo y ve-
fenoménica. Esta realidad es, por su- miento, tiene que ser lo otro, es decir, locidad. Según Estobeo (Eclog., I,
puesto, una realidad "presente", pero lo relacionado con el movimiento 106), Crisipo definió el tiempo como
no es la presencia. La presencia está (Phys., IV, 11, 219a). Ahora bien, en "el intervalo del movimiento respecto'
siempre presente, y por eso es, en el concepto de tiempo o, si se quiere, al cual se determina siempre la medi-
tanto que la realidad fenoménica está de sucesión temporal se hallan inclui- da de la velocidad mayor o menor".
siempre a punto de ausentarse, y por dos conceptos como los de "ahora" La noción de "intervalo" planteaba
eso deviene. (instante [VÉASE]), "antes" y "des- problemas considerables, pues se tra-
Consideremos ahora más específica- pués". Estos dos últimos conceptos son taba de saber lo que se entendía por
mente las concepciones de algunos fi- fundamentales, pues no habría ningún 'intervalo': si una medida fija, si una<
lósofos. Lo que podemos decir de la tiempo sin un "antes" y un "después". cantidad convencional, si un "puntó
concepción platónica del tiempo co- De ahí que el tiempo pueda ser defi- de tiempo", un aparentemente instan-
rresponde mejor a lo que hemos dicho nido del siguiente modo: & %p6voc táneo "ahora", una cantidad de tiem-
ya en ETERNIDAD. Podemos, pues, de- ápt6(j.óc écrct xtvrjaedx; xa-à tb xpÓTepov po últimamente indivisible, un "corte"
cir que en Platón se confirma la idea Ka! üatepov, "el tiempo es el número en un continuo, etc., etc. Pero los es-
del tiempo que pasa como manifesta- [la medida] del movimiento según el toicos no dilucidaron estos problemas,
ción o imagen móvil de una Presencia antes y el después [lo anterior y lo por lo menos con gran detalle. Se li-
que no pasa. La idea de tiempo puede posterior]" (ibid., 220a). El tiempo mitaron a proponer —especialmente
muy bien desempeñar en la filosofía no es un número, pero es una especie como solución a las paradojas de Ze-
de Platón un papel más importante de número, ya que se mide, y sólo nón de Elea— que el tiempo está for-
del que hasta ahora se ha supuesto; puede medirse numéricamente. Tan mado de algo así como "partículas
habría que examinar con algún deta- estrechamente relacionados se hallan temporales indivisibles" — una con-
lle, por ejemplo, el modo como Platón los conceptos de tiempo y de movi- cepción harto curiosa en filósofos que
concibe ciertos "pasados remotos" miento que, en rigor, son interdefini- defendían tan encarnizadamente la
(como posibles modelos de un presen- bles: medimos el tiempo por el movi- idea del "continuo".
te), así como la manera como dicho miento, pero también el movimiento Se ha hecho observar que las teo-
filósofo entiende la evolución de la por el tiempo (ibid., 220b). rías antiguas acerca del tiempo, espe-
sociedad, antes de pronunciarse defi- Esto no termina, como algunos au- cialmente las formuladas a partir de
nitivamente sobre el asunto y concluir tores suponen, la concepción aristoté- Aristóteles —aristotélicos, platónicos y
que o no hay en Platón una idea sufi- lica del tiempo. Al fin y al cabo, la neoplatónicos y estoicos principalmen-
cientemente desarrollada del tiempo o idea del "ahora", vúv , o instante, es te—, pueden dividirse, lo mismo que
que cuando la hay el filósofo tiende a también importante en el análisis aris- las teorías modernas, en dos grandes
"reducirla" a algo que es intemporal. totélico, y esta idea no parece encajar grupos: las de los "absolutistas" y las
Hay que tener en cuenta, entre otras completamente con la definición antes de los "relacionistas". Los "absolutis-
cosas, que la eternidad de que Platón presentada. Además, si el tiempo es tas" conciben que el tiempo es una
hablaba como el "original" del tiempo número o medida del movimiento, pa- realidad completa en sí misma. Así
es, si se quiere, una idea, pero es una rece suponerse que hay una realidad pensó Estratón (apud Simplicio, Co-
idea de la cual hay una copia muy "numerante" sin la cual no habría mentario a Phys.). Los "relacionistas"
"inmediata": es el perpetuo movimien- tiempo — a menos que supusiéramos estimaron que el tiempo no es una
787
TIE TIE TIE
realidad por sí misma, sino una rela- así decirlo, "en alguna parte" y no era mismo pasa, o lo que ahora mismo
ción. Aristóteles parece haber defen- sólo "medida". El tiempo es "prolon- estoy viviendo. Pues, como vimos, no
dido esta concepción — si simplifica- gación sucesiva de la vida del alma". "hay" justamente tal "ahora". No
mos su análisis del tiempo y olvidamos De este modo Plotino y los neopla- hay presente; no hay ya pasado; no
que el Estagirita vacila no poco y usa tónicos eludían varias de las dificulta- hay todavía futuro: por tanto, no
a menudo expresiones como 'una es- des que había planteado Aristóteles al hay tiempo. Pero estas dificultades
pecie de", 'si no es movimiento será referirse al tiempo. En Phys., IV, 11, acerca del tiempo se desvanecen, o
lo otro' [subrayado por nosotros]. Pe- 217 b 33, Aristóteles había escrito atenúan, cuando en vez de empeñar-
ro, como suele ocurrir, los defenso- unas palabras que recuerdan lo que nos en hacer del tiempo algo "exter-
res de dichas teorías en forma pura siglos después escribiría San Agustín no", que puede "estar ahí" como es-
son escasos; la mayor parte de los fi- (Cfr. infra ) : "Lo que viene puede tán las cosas, lo radicamos en el al-
lósofos combinaron una con la otra. hacer pensar que el tiempo no existe ma: el alma y no los cuerpos es la
Una de estas "combinaciones", y por en absoluto o que existe apenas y de verdadera "medida" del tiempo. El
ventura la más influyente de todas en un modo harto oscuro. Parte del mis- pasado es lo que se recuerda; el fu-
siglos inmediatamente posteriores, fue mo es pasado, y ya no existe, y la otra turo, lo que se espera; el presente,
la de los neoplatónicos, y específica- parte es futuro, y no existe todavía; aquello a que se está atento; pasado,
mente la de Plotino. Aristóteles había y, sin embargo, el tiempo, sea que futuro y presente aparecen como me-
ya por lo menos aludido a la posibili- consideremos un tiempo infinito o moria, espera y atención. ¿Quién pue-
dad de determinar el concepto de cualquier otro, está hecho de aquéllos. de negar que las cosas futuras no
tiempo mediante la "realidad nume- Es difícil concebir que participa de la son todavía? Y, sin embargo, la es-
rante". Ésta es el "alma" o, si se quie- realidad algo que está hecho de cosas pera de ellas se halla en nuestro es-
re, la "conciencia": la "conciencia in- que no existen." Pero si el tiempo es píritu. ¿Quién puede negar que las
terna del tiempo". Plotino se acogió a real como parte, o acaso fondo, de la cosas pasadas no son ya? Y, sin em-
esta idea —o insinuación—, por me- vida del aliña, no hay ya que preocu- bargo, la memoria de lo pasado per-
dio de la cual, y para usar de nuevo parse por su "inexistencia". El alma manece en nuestro espíritu. ¿Quién
los términos antes introducidos, se po- garantiza la realidad del tiempo me- puede negar que el presente no tiene
día elaborar una teoría "absolutista" diando entre la eternidad y el puro extensión, por cuanto pasa en un ins-
del tiempo —el tiempo es algo "real" devenir hecho de inasibles "ahoras". tante? Y, sin embargo, nuestra aten-
en el alma— y una teoría "relacionis- Pero, además, el alma hace que el ción permanece y por ella lo que no
ta" — el alma mide, numera, relacio- tiempo sea una continuidad real y no es todavía se apresura a llegar para
na. Según Plotino, el tiempo no una serie incomprensible de "saltos" desvanecerse. Así, el futuro no puede
puede ser, o no puede ser sólo, núme- de un instante al otro. ser calificado de largo, sino que un
ro o medida de movimiento, porque Lo que podemos llamar "concep- largo tiempo futuro no es sino una
debe de tener una realidad propia con ción cristiana del tiempo" alcanza su larga espera del tiempo futuro. Tam-
respecto al movimiento. Ello se debe primera madura formulación teológi- poco hay largo tiempo pasado, pues
a que no es una categoría de lo sensi- co-filosófica en San Agustín. Se pue- éste no es ya, sino que un largo tiem-
ble frente a la eternidad de lo inteli- de pensar que hay en San Agustín dos po pasado no es sino un largo recuer-
gible; es lo que podría llamarse modos de ver el tiempo, pero son más do del tiempo que pasó" (Conf., XI,
—aunque el propio Plotino no utilizó bien dos problemas relativos al tiem- 28).
esta expresión— una "categoría ínti- po: el tiempo como "momento de la Decíamos antes que es habitual, al
ma". Ello no quiere decir que el tiem- creación" y el tiempo como "realidad". hablar de la "concepción agustiniana
po sea "subjetivo", entre otras razones El tiempo es un "fue" que ya no es. del tiempo", insistir en esos célebres
porque no hay en Plotino ninguna Estos dos problemas están estrecha- pasajes de las Confesiones. En ellos
idea, cuando menos en el sentido mo- mente relacionados entre sí. Es habi- se expresa, no sólo, como en Aristóte-
derno, de lo subjetivo. En rigor, Plo- tual, al hablar de la concepción agus- les, una perplejidad acerca de esa es-
tino se adhiere a la tesis platónica de tiniana del tiempo, referirse a su curridiza "realidad" llamada "tiem-
que el tiempo es imagen móvil de la perplejidad ante el tiempo. Pues el po", sino también, y sobre todo, la
eternidad (Enn., I, v, 7) y es, poí tiempo es, como había visto ya Aris- idea del tiempo como realidad vivi-
tanto, inferior a la eternidad (ibid., tóteles (Cfr. supra), una gran para- da o, mejor dicho, "vivible" — que se
III, vii, 7). Pero es una imagen que doja. El tiempo es un "ahora", que no vive, se vivió o se vivirá. Pero no
tiene su sede en el alma y hasta pue- es; el "ahora" no se puede detener, debe olvidarse que lo que puede lla-
de concebirse como "la vida del alma" pues si tal ocurriera no sería tiempo. marse "la concepción intimista ("psi-
(ibid., III, vii, 11). El alma "abando- El tiempo es un "será" que todavía cológica") del tiempo" está ligada en
na" el tiempo cuando se recoge en lo no es. El tiempo no tiene dimen- San Agustín a una concepción que
inteligible, pero mientras tal no suce- sión; cuando vamos a apresarlo se podría llamarse teológica, y hasta es-
de el alma vive en el tiempo y hasta nos desvanece. Y, sin embargo, yo tá fundada en esta última. En efec-
como tiempo. El tiempo del alma sur- sé lo que es el tiempo, pero lo sé to, San Agustín se preocupó no sólo
ge del fondo de ella y, por tanto, de sólo cuando no tengo que decirlo: de cómo podemos aprehender el tiem-
la Inteligencia. El tiempo, dice Ploti- "cuando no me lo preguntan, lo sé; po, sino también de qué tipo de reali-
no, "reposaba en el ser", "guardaba cuando me lo preguntan, no lo sé". dad es el tiempo como realidad crea-
su completa inmovilidad en el ser" No vale refugiarse en la idea de que da. No se puede pensar que el tiempo
(ibid., III, vii, 9); estaba, pues, por el tiempo es "ahora", lo que ahora preexistía a Dios, que es anterior a
788
TIE TIE TIE
todo, por ser causa suprema de todo. vivido, etc., etc. Tenemos asimismo De estos tres modos el que mereció
Hay que admitir, por tanto, que el varias concepciones del tiempo, tales más escasa atención fue el segundo.
tiempo fue creado por Dios. Sin em- como la "concepción teológica", la En efecto, era difícil concebir el tiem-
bargo, no puede pensarse que Dios, "concepción física" (en el sentido de po como una propiedad de las cosas
que es eterno, creó el tiempo y con la Physica aristotélica), la "concep- — ya fuera que se entendiera esta
ello surgió la duración temporal de la ción psicológica". Nos limitaremos propiedad como algo real, residente
eternidad como una especie de pro- aquí a destacar un problema tratado en las cosas mismas, o bien como
longación de ella. El tipo de dura- por muchos autores medievales: el de una idea: la idea de una distancia en-
ción llamada "eternidad" y el tipo de la realidad propia del "antes" y del tre varias partes de una sucesión. En
duración" llamado "tiempo" son he- "después". Algunos autores, siguien- todo caos, el tiempo como propiedad
terogéneos. Cierto que hay ciertas do a Avicena, indicaron que el "an- de las cosas podía llamarse, más pro-
analogías entre la eternidad y el tiem- tes" y el "después" se hallan en la piamente, duración (VÉASE). El mo-
po: ambos son fundamentalmente inteligencia, pero este "hallarse en la do como una cosa existe temporal-
"presentes. Pero la eternidad es una inteligencia" puede interpretarse de mente es la duración de esta cosa.
presencia "simultánea", en tanto que distintos modos, dependiendo en gran Pero como parecía que se necesitaba
el tiempo no lo es. La eternidad es parte de lo que se entienda por 'inteli- una realidad universal que sirviera
heterogénea inclusive al tiempo in- gencia'. Ciertos autores trataron de de medida de la duración (pues da
finito, pues el tiempo infinito no cons- conciliar la concepción "exterior" y la lo contrario habría tantos "tiempos"
tituye la eternidad, la cual se halla concepción "interior" del tiempo, es- como "duraciones" o por lo menos
por encima de todo tiempo. timando, según hizo Duns Escoto, "modos de durar"), la atención se en-
Durante la Edad Media preocupó a que lo "material" del tiempo, es de- focó sobre los otros dos modos de
los filósofos el problema "teológico" cir, el movimiento, se halla fuera del concebirse el tiempo: como realidad
del tiempo en relación con la eter- alma, en lo "exterior", pero que lo en sí, independiente de las cosas, y
nidad. Los filósofos que, como San- "formal" del tiempo, esto es, la me- como relación. La primera concepción
to Tomás, siguieron a Aristóteles en dida del movimiento, viene del alma. es la llamada "absoluta" o "absolu-
concebir el tiempo como estrecha- En relación con el problema del tiem- tista" del tiempo; la segunda concep-
mente relacionado con el movimiento, po se discutieron cuestiones como la ción es la llamada "relacional" o "le-
adoptaron fórmulas que se limitaban del instante (VÉASE) y la del ubi lacionista" del tiempo. Estudiaremos
a transcribir la ya mencionada defini- (VÉASE). brevemente estas dos concepciones,
ción aristotélica: tempus est numeras En la época moderna siguieron dis- pero advertiremos que el adherirse a
motus secundum prius et posterius. cutiéndose los problemas teológicos, una de ellas no equivalía a sostener
Pero ello se refería al tiempo "natu- físicos y psicológicos relativos al tiem- que el tiempo —como tiempo "físico"
ral" y no resolvía todavía la cuestión po. Nos hemos referido a algunas o tiempo "cósmico"— tenía en cada
"teológica" del tiempo. Para tratar de- concepciones modernas (de Descar- caso rasgos distintos. En rigor, tanto
bidamente esta última cuestión, los fi- tes, Spinoza, Locke, etc.) en varios los absolutistas como los relacionistas
lósofos medievales, incluyendo por su- artículos (por ejemplo: DURACIÓN, IN- tendían a considerar que el tiempo es
puesto a Santo Tomás, examinaron so- FINITO, INSTANTE). Aquí nos ocupa- continuo, ilimitado, no isotrópico (es
bre todo el problema de la eternidad. remos principalmente de ciertas con- decir, tiene una sola dirección y una
Así, gran parte de lo que puede de- cepciones modernas del tiempo que sola dimensión), homogéneo y fluyen-
cirse acerca de las concepciones me- giraron en torno al problema de có- do siempre del mismo modo sin que
dievales escolásticas del tiempo se ha- mo puede entenderse el tiempo en re- haya otros — lo cual parece, por de-
lla bajo el epígrafe "Eternidad". Re- lación con las "cosas", los "fenóme- más, evidente, pues 'más aprisa' o
mitimos, pues, a este artículo, suple- nos naturales", etc. La historia de es- 'más despacio' sólo tienen sentido en
mentado por los artículos DURACIÓN e tas concepciones, y de los debates que relación con el tiempo.
INFINITO. Debe advertirse, empero, suscitaron, es larga y compleja, pero Aunque es injusto no tener en cuen-
que ello no agota ni siquiera las ideas puede simplificarse indicando que las ta que las concepciones acerca del
más fundamentales de los autores me- ideas fundamentales modernas acerca tiempo propuestas por Newton y
dievales sobre el tiempo. Hay que te- del tiempo, especialmente durante los Leibniz son más matizadas de lo que
ner en cuenta que no pocos autores siglos xvii y xvín, y más específica- parece a primera vista, no tenemos
enfocaban asimismo la cuestión del mente entre 1650 y 1750, siguieron más remedio aquí que simplificar y
tiempo desde el punto de vista de la grosso modo el modelo de las ideas declarar que estos autores represen-
distentía animi de que había hablado acerca del espacio (VÉASE). Así co- taron respectivamente la concepción
San Agustín y trataron de ver en qué mo podía concebirse el espacio cuan- absolutista y la relacionista acerca del
relación se hallaba esta concepción do menos de tres modos: como una tiempo. La concepción absolutista se
del tiempo como algo "interior" y realidad en sí misma, independiente halla expresada en uno de los escolios
"anímico" con la concepción del tiem- de las cosas; como una propiedad de de los Principia del modo siguiente:
po como algo "exterior". Tenemos así, las cosas, y especialmente de las "El tiempo absoluto, verdadero y ma-
al parecer, varias cuestiones relativas substancias; y como una relación o un temático, por sí mismo y por su pro-
al tiempo: si es o no medida del mo- orden, así también pudo concebirse pia naturaleza, fluye uniformemente
vimiento; si la medida se halla "fue- el tiempo de estos tres modos: como sin relación con nada externo, y se le
ra" o "dentro" del alma; si hay un realidad absoluta; como propiedad; llama asimismo duración." Además de
tiempo cósmico distinto del tiempo como relación. este "tiempo absoluto" hay el "tíem-
789
TIE TIE TIE
po relativo", el cual es descrito de) SE) llevaron esta concepción a sus la misma. Pero entonces el mismo ar-
siguiente modo, en el mismo escolio, últimas consecuencias teológicas y me- gumento prueba que los instantes,
y a continuación de la descripción del físicas. Es cierto que, especialmente considerados sin las cosas, no son na-
"tiempo absoluto": "el tiempo rela- en su discusión con Leibniz, Clarke da en absoluto, y que consisten sólo
tivo, aparente y común, es una me- pareció interesarse más en la cues- en el orden sucesivo de las cosas. Y
dida sensible y externa... de la du- tión del espacio que en la del tiem- dado que este orden sea el mismo,
ración por medio del movimiento, que po. El espacio —el "espacio absolu- uno de los dos estados, esto es, el
es comunmente usada en vez del to"— había sido descrito por Newton de la anticipación supuesta, no di-
tiempo verdadero". Se ha hecho no- como sensorium Dei. A este respecto feriría ni podría ser distinguido [dis-
tar que Newton habla de un "tiempo Clarke indica que decir, como hizo cernido] del otro que es el estado
absoluto", pero en rigor hace uso de Newton, que el espacio es el "senso- actual". Desde el punto de vista teo-
un concepto de tiempo que no es ab- rio de Dios" no quiere decir que sea lógico, Leibniz afirma que su doc-
soluto, sino "operacional" (Toulmin). un "órgano de los sentidos", sino sólo trina relacional es la única aceptable,
Pero lo cierto es que Newton tiende "el lugar de la sensación", ya que el pues hace posible que la inmensidad
a fundar cualquier idea del tiempo en ojo, el oído, etc., no son sensoria (a de Dios sea independiente del espa-
un concepto absoluto del tiempo co- lo que replicó Leibniz que sensorium cio y la eternidad de Dios sea in-
mo el antes presentado. En esta con- significa "órgano de sensación", y dependiente del tiempo, lo cual no
cepción se supone que el tiempo es algunos "bárbaros escolásticos", de ocurre con la doctrina del espacio y
independiente de las cosas, es decir, acuerdo con el testimonio de Gocle- el tiempo absolutos como sensoria Dei
mientras las cosas cambian, el tiempo nius en su Diccionario, llamaron sen- — cualquiera que sea el sentido que
no cambia. Los cambios de las cosas sitorium: Ex quo illi facerunt sensite- se dé a sensorium.
son, pues, cambios en relación con el rium pro sensorio, id est, órgano sen- Es curioso comprobar que tanto la
tiempo uniforme que les sirve de mar- sationis). Pero todo lo que Clarke di- concepción newtoniana —o sedicente
co "vacío". En otros términos, los ce acerca del espacio puede ponerse newtoniana— como la leibniziana pa-
cambios se hallan en el tiempo en un en parangón con lo que dice, o su- recen ser "cosa del sentido común".
sentido análogo a como se suponía pone, acerca del tiempo. En todo ca- En efecto, es de sentido común supo-
qué los cuerpos se hallan en el es- so, tanto el espacio como el tiempo ner que el tiempo, no siendo una
pacio. Y como sucedía con el espacio son, dice Clarke, "cantidades reales"; propiedad particular de cada cosa
se suponía que el tiempo es indiferen- en suma, son "absolutos". particular, tiene que ser una propie-
te a las cosas que contienen y a los Contra ello Leibniz mantuvo la dad de todas las cosas en cuanto que
cambios que tienen lugar en las co- mencionada concepción relacional o duran. Pero esta propiedad no es en-
sas — o, si se quiere, a las cosas cam- relacionista del tiempo. En su escri- tonces, en rigor, una propiedad, sino
biantes. El tiempo era concebido to sobre "Los fundamentos metafísi- una especie de "marco general vacío"
como "algo" perfectamente homogé- cos de la matemática", uno de los en el cual van existiendo las cosas.
neo; ningún instante del tiempo difie- últimos escritos de Leibniz, este au- Por otro lado, es de sentido común su-
re cualitativamente de cualquier otro tor indicó que el tiempo es "el or- poner que el tiempo no existe al modo
instante del tiempo. Es cierto que el den de existencia de las cosas que no como existen las cosas y, por tanto,
tiempo difiere del espacio en algu- son simultáneas. Así, el tiempo es el no puede ser ninguna cosa. En tal caso
nos respectos importantes y sobre to- orden universal de los cambios cuan- deberá ser una relación entre las cosas.
do en el siguiente: que "fluye" y se do no tenemos en cuenta las clases Lo anteriormente dicho no basta
mueve unidimensionalmente en una particulares de cambio". Lo que lla- todavía para percatarse de las difi-
sola dirección. Parece, pues, que ha- mamos "magnitud de tiempo" es la cultades que ofrece la noción de tiem-
ya una diferencia intrínseca entre mo- duración. En su tercera comunicación po no sólo en filosofía, sino también
mentos del tiempo; por ejemplo, un a Clarke, Leibniz insistió en que así dentro del marco más definido de la
momento dado es un "antes" y otro como el espacio es un orden de co- mecánica clásica. En esta mecánica
momento dado puede ser un "des- existencias, el tiempo es "un orden de la idea de un tiempo relativo parece
pués". Pero el "antes" y el "después' sucesiones". "Suponiendo que alguien depender de la idea de un tiempo
son tales con relación al tiempo ab- preguntara por qué Dios no creó to- absoluto. Pero como no hay ningún
soluto. Así, pues, el tiempo absoluto das las cosas un año antes, y la mis- instrumento que puede medir el tiem-
es previo no sólo a las cosas, sino a ma persona infiriera de ello que Dios po absoluto, parece que haya que
cualesquiera medidas temporales. El ha hecho algo respecto a lo cual no concluir que todas las medidas tem-
tiempo, además, no ejerce ninguna ac- es posible que hubiese una razón por porales tendrán que ser relativas a un
ción causal sobre las cosas; mejor di- la cual lo hizo así y no de otro mo- sistema de referencia. Puede enton-
cho, el tiempo es concebido del mo- do, la respuesta a ello es que su in- ces pasarse a la concepción de la lla-
do antes indicado en gran parte con ferencia sería correcta si el tiempo mada "relatividad del tiempo" (en el
el fin de explicarse que no ejerce nin- fuese algo distinto de las cosas que sentido físico). En todo caso, se ha
guna acción causal sobre las cosas. existen en el tiempo. Pues sería im- hecho observar que en la mecánica de
El propio Newton pudo muy bien posible que hubiese alguna razón por Newton la definición de 'tiempo ab-
no insistir demasiado en las implica- la cual ciertas cosas deberían apli- soluto' no sirve como base para nin-
ciones teológicas y metafísicas de esta carse a tales o cuales instantes par- guna cronometría, y hasta se ha di-
concepción del tiempo, pero los new- ticulares más bien que a otros, en el cho que no posee ninguna significa-
tonianos, y en particular Clarke (VÍA- entendido que su sucesión siguiera ción (física).
790
TIE TIE TIE
Tampoco basta lo antedicho para el tiempo es una representación a que se ha dado en llamar "tempora-
penetrar en las intrincadas cuestio- priori es decir que el tiempo es tras- lismo", es decir, el primado de la no-
nes suscitadas por la noción del "tiem- cendentalmente ideal y empíricamen- ción de tiempo en diversas tendencias
po como relación". Pues una relación te real (en un sentido peculiar de filosóficas contemporáneas — a partir
puede entenderse de varios modos, 'empírico' en que no podemos en- ya de las últimas décadas del siglo
por lo pronto, éstos: relación objeti- trar aquí). En todo caso, esta con- xrx. Por un lado, parece haber un
va o real, que subsiste en sí misma cepción del tiempo se refiere al or- fondo de temporalismo en las llama-
(como los números) y que condiciona den de las percepciones, pero no to- das "filosofías románticas", especial-
idealmente los objetos relacionados; y davía al orden de los juicios. Cuan- mente en tanto que éstas insistieron
relación subjetiva. En este último ca- de éstos aparecen, el tiempo ejerce en lo temporal y lo histórico. Por otro
so puede tratarse o de una relación otra función, la función sintética. En lado, parece que parte cuando menos
"humana", siendo la experiencia hu- efecto, ningún juicio sería posible si del temporalismo contemporáneo ha
mana (o, en general, de un sujeto no estuviese fundado en una sínte- surgido de una reacción contra ciertas
cognoscente) la base de la relación, sis, la cual a su vez está basada en el formas de evolucionismo decimonóni-
o bien de una condición a priori de uso de uno o varios conceptos del co. En todo caso, hay desde las últi-
cualesquiera percepciones en todos los entendimiento o categorías. Pero estos mas décadas del pasado siglo una se-
casos en los que haya una relación conceptos del entendimiento o cate- rie de filósofos en quienes el tiem-
entre un sujeto cognoscente y un ob- gorías se aplican a la experiencia so- po, la temporalidad, lo temporal, etc.
jeto conocido o cognoscible. lamente por medio de los esquemas se hallan en el centro de su pensa-
Pero si lo dicho no basta para com- (véase ESQUEMA), y el esquema es miento en muy diversas formas. Como
prender un poco a fondo las cuestio- justamente posible por la "mediación" ejemplos podemos mencionar a Dil-
nes suscitadas por las dos concepcio- del tiempo. they y a Bergson. Por haber expues-
nes del tiempo introducidas, es sufi- Si algo resulta claro de todo ello es to con algún detalle este aspecto de su
ciente para entender un poco por que la noción de tiempo ocupa un pensamiento en los artículos consagra-
qué Kant desarrolló su compleja doc- lugar central en el pensamiento de dos a estos pensadores, nos abstendre-
trina acerca del tiempo. La doctrina es Kant. Para reconocer este hecho no mos aquí de detalles. Indicaremos só-
compleja, porque se compone de una es menester adherirse a la interpreta- lo que el "temporalismo" en cuestión
serie de afirmaciones sobre el tiem- ción que da Heidegger de la prime- resulta muy claro e insistente en
po que ni siquiera es siempre fácil ra Crítica —o de parte de la pri- quien, como Bergson, se preguntó
reconciliar. Tenemos, por lo menos, mera Crítica— kantiana; basta adver- "qué hacía" el tiempo en un sistema
la concepción del tiempo en la "Es- tir que las operaciones fundamentales que, como el de Spencer, parecía fun-
tética trascendental"; la concepción del sujeto cognoscente requieren siem- darse en el desarrollo temporal y, sin
del tiempo en la "Analítica trascen- pre el tiempo, y que el modo como se embargo, no hacía ningún uso del
dental" y, dentro de ella, la concep- procede a "temporalizar" lo dado es tiempo, o reducía —como, por otro
ción del tiempo en las diversas sínte- "constituirlo" objetivamente. Puede, lado, han hecho, según Bergson, todos
sis y en el esquematismo de las cate- pues, concluirse que en alguna me- los filósofos del pasado— el tiempo
gorías. En la "Estética trascendental" dida la temporalidad es en Kant fun- a espacio. La insistencia de Bergson
Kant adopta una posición que aspi- damento de la objetividad. Puede dis- en la noción de duración como "dura-
ra a justificar la concepción newto- cutirse si algo análogo sucede en el ción real", como pura cualidad, como
niana del tiempo, pero que en vez pensamiento de Hegel. Por un lado, objeto de la intuición (si no la intui-
de fundar esta concepción en una idea parece que hay en Hegel un "prima- ción misma), etc., le condujo a una
del tiempo como cosa en sí, la funda do del tiempo" en la medida en que metafísica temporalista en la cual se
en una idea del tiempo como con- hay un "primado del devenir". Por establecía una distinción entre tiem-
dición de fenómenos. Kant niega que otro lado, este tiempo es sólo el Es- po verdadero y tiempo falsificado y
el tiempo sea un concepto empírico píritu en cuanto que se despliega, especializado. También resulta claro
derivado de la experiencia; tiene que pues el Espíritu en sí mismo es in- el temporalismo en Dilthey, si bien
ser, pues, una representación necesa- temporal o, mejor, eterno. Así, la tem- en este caso se trata de un tempora-
ria que subyace en todas nuestras in- poralidad es una manifestación de la lismo "histórico", pues el tiempo dil-
tuiciones. En otros términos, el tiem- Idea. Es curioso observar que esta theyano es fundamentalmente el tiem-
po es una forma de intuición a priori, peculiar coexistencia de lo temporal po como historia. Es curioso ver que
Con ello Kant parece aproximarse a con lo intemporal es propia de va- ciertos filósofos que se destacaron por
Leibniz. Pero niega que el tiempo rias corrientes filosóficas en el siglo lo que podría llamarse "el primado
sea una relación o una orden, ya que xix. Se trata principalmente de las de las idealidades" terminaron, si es
en tal caso sería un concepto inte- corrientes evolucionistas (véase EVO- que no empezaron subrepticiamente,
lectual y no una intuición. Por otro LUCIONISMO), en las cuales se afirma, por destacar la importancia del tiem-
lado, el tiempo no es "subjetivo" en o presupone, que lo que hay existe en po. En el caso de Husserl aparece una
el sentido de ser experiencia vivida tanto que se desarroUa temporalmen- distinción entre el tiempo fenomenoló-
de un sujeto humano. Así, pues, el te, pero que este desarrollo sigue un gico, descrito como la forma unitaria
tiempo no es real (si por ser real en- plan (no necesariamente un plan "te- de las vivencias en un flujo de lo vi-
tendemos "ser una cosa en sí"), pero leológico") que tiene que ser por sí vido, y el tiempo objetivo o cósmico.
no es tampoco meramente subjetivo, mismo "intemporal". Según Husserl, este tiempo se com-
convencional o arbitrario. Decir que Es todavía oscuro el origen de lo porta respecto al fenomenológico "de
791
TIE TIE TIE
un modo análogo a como la exten- rre, por ejemplo, con Antón Neuhaus- Muchos de los filósofos "témpora-
sión perteneciente a la esencia inma- ler, para quien toda cuestión acerca listas" contemporáneos han entendi-
nente de un contenido sensible con- del tiempo debe seguir la vía siguien- do el tiempo o como "experiencia vi-
creto se comporta relativamente a la te: ante todo, una fenomenología del vida" o como "duración pura" o co-
extensión objetiva". De ahí que la tiempo; luego, un estudio de la rela- mo manifestación de una más bási-
propiedad esencial que expresa la ción entre "tiempo inmanente" y ca "temporalidad", etc., etc. En to-
temporalidad para las vivencias no "tiempo trascendente" —a la concien- dos estos casos el problema del tiem-
designa sólo para Husserl "algo per- cia—; finalmente, un análisis del po es comunmente tratado desde un
teneciente en general a cada viven- "ser" del tiempo. La fenomenología punto de vista metafísico. Pero el pun-
cia particular, sino una forma nece- del tiempo se ocupa de fenómenos to de vista que podríamos llamar "fí-
saria de unión de las vivencias con las temporales tales como la "sucesión", sico" —o, si se quiere, el modo como
vivencias". La vivencia real es tempo- el "ahora", la "duración", etc. El es- la física ha tratado el tiempo— es
ralidad, pero una temporalidad que se tudio de la relación entre las dos in- también importante para el pensa-
confunde con una especie de "dura- dicadas especies de tiempo se pro- miento filosófico — como, según vi-
ción real" ( en sentido a veces pare- pone averiguar en qué medida tales mos, lo fue en la época moderna.
cido al bergsoniano ). especies de tiempo poseen estructu- No podemos a este respecto hacer
El motivo del tiempo aparece en ras similares, único modo de que la mucho más que mencionar algunas
otros autores contemporáneos, de los relación tenga sentido. El análisis del concepciones y algunos de los proble-
que podemos citar a Simmel, pero se "ser" del tiempo permite salir del con- mas que se han suscitado con respec-
destaca en el pensador que ha sido cepto de tiempo como sucesión y ave- to a ellas. En primer lugar, es impor-
presentado a veces como aquel que riguar la relación que el tiempo man- tante en la concepción física del tiem-
intentó buscar (sin encontrarlo) el tiene con la eternidad. Neuhausler po la serie de conceptos que se han
horizonte, del ser en el tiempo, es de- acuña a este respecto una fórmula originado en la teoría de la relativi-
cir, Heidegger o, más exactamente, que tiene una resonancia platónica, o dad, tanto especial como general. Se-
"el primer Heidegger". No nos de- neoplatónica: "El tiempo es la inquie- gún vimos oportunamente, hay en
tendremos aquí sobre las concepcio- tud del ser" (Die Zeit ist die Unnihe Newton también un concepto "rela-
nes de Heidegger sobre el tiempo, la des Seins) (op. cit. bibliografía, pág. tivo" del tiempo, pero este concepto
temporalidad, la relación entre la tem- 284). se halla —en la interpretación "clási-
poralidad y el cuidado (VÉASE), la Aunque durante el siglo xx ha ca" del pensamiento físico newtonia-
temporalidad y la finitud, la tempora- abundado lo que hemos llamado no cuando menos— encajado dentro
lidad y la muerte, etc., etc., por ha- "temporalismo", algunos filósofos han de un concepto "absoluto": las medi-
ber dedicado a Heidegger un artículo sometido el concepto de tiempo a ciones temporales son relativas con
suficientemente extenso en el cual se análisis para mostrar que, siendo con- respecto a un tiempo absoluto que
han presentado sistemáticamente es- tradictorio, debe ser eliminado. Tal "fluye uniformemente sin relación
tos temas y por haber sido éstos tra- sucedió con McTaggart, el cual razo- con nada externo". En la teoría espe-
tados asimismo en artículos en los nó como sigue: Las posiciones en el cial de la relatividad, el tiempo se
cuales se describen las diversas mane- tiempo forman dos series: la serie A, "relativiza" por entero al hacerse fun-
ras como Heidegger se refirió al constituida por el pasado, el presente ción de un sistema de referencia, des-
"tiempo" (así, por ejemplo, CUIDADO, y el futuro, y la serie B, constituida de el cual se efectúan todas las ob-
DASEIN, y otros). Ello no quiere de- por el "antes" y el "después". Las po- servaciones y medidas. Por eso no hay
cir que Heidegger sea, como a veces siciones no cambian en esta segunda una "simultaneidad absoluta": un
se ha dicho, "el filósofo del tiempo"; serie, ya que un acontecimiento de- acontecimiento puede ser simultáneo
ciertamente, no lo es "el último Hei- terminado estará siempre en la misma con respecto a un observador, pero
degger". Pero indica por lo menos relación de "anterioridad" y "poste- no con respecto a otro observador.
que una fase importante del pensa- rioridad" respecto a otro. El cambio Ello no significa una "relativización"
miento de Heidegger está estrecha- —esencial para la temporalidad— tie- del tiempo ni en el sentido de un "sub-
mente relacionado con lo que llama- ne lugar sólo en la serie A. Ahora jetivismo" ni tampoco en el sentido de
mos antes el "temporalismo contem- bien, este cambio es, según McTag- un trascendentalismo kantiano (no
poráneo". gart, contradictorio, pues mientras el obstante las opiniones de Cassirer al
Además de los "autores mayores" pasado, el presente y el futuro son respecto). La "relatividad del tiem-
a que nos hemos referido antes, po- determinaciones incompatibles entre po", unida a las demás "relatividades"
drían citarse numerosos "filósofos me- sí de un acontecimiento, resulta que de la teoría especial hace posible jus-
nores" contemporáneos que se han este acontecimiento, en la medida en tamente que las leyes del universo
ocupado del problema, y de los pro- que se halla dentro de una serie tem- sean las mismas para todos los obser-
blemas, del tiempo en el sentido que poral y no constituye sus extremos vadores. Lo que dicha teoría hace es
se ha llamado "temporalista". Rela- (un absoluto comienzo o un final ab- descartar un hipotético "observador
tivamente abundantes han sido a este soluto), ha de pasar por todas las cósmico" para el cual el tiempo sería
respecto las fenomenologías y las on- mencionadas determinaciones hasta el "absoluto". Además, el tiempo se re-
tologías del tiempo. No pocas veces punto de que se identificará con las laciona con la velocidad, disminuyen-
dichos filósofos, especialmente en Ale- tres y, en virtud de ello, resultará do con ella (en contraste con la ma-
mania, han puesto en estrecha rela- contradictorio (The Nature of Exi- sa, que aumenta con la velocidad).
ción "el tiempo" y "el ser". Así ocu- stence, II, í 315 y sigs.). En la teoría de la relatividad genera-
793
TIE TIE TIE
lizada, se procède a lo que se ha lla- la hipótesis de que puede haber "irre- rías causales del tiempo" tienen algo
mado "fusión del tiempo con el es- gularidades" en la estructura del tiem- en común: el que en ellas se intenta
pacio": el tiempo es una cuarta coor- po, el cual podría aparecer como con- derivar propiedades (topológicas) del
denada o, mejor dicho, espacio y tinuo y "fluyente" en la escala macro- espacio, de ciertas propiedades del
tiempo son coordenadas en un univer- física, pero discontinuo, "granular", y tiempo. Ciertos autores han desarro-
so tetradimensional. Se ha dicho que además, "irregular" (en períodos de llado una concepción del tiempo (y
ello representa una "espacialización diferentes proporciones) en la escala del espacio; mejor, del espacio-tiem-
del tiempo", pero debe tenerse en microfísica. Si tal ocurriera, habría po) como "matriz" de toda realidad.
cuenta que la "fusión del tiempo con que concebir el tiempo como una Tal ha sucedido con Samuel Alexan-
el espacio" no ha significado en di- realidad similar a la de las "partícu- der, para el cual no sólo tiempo (y es-
cha teoría que el tiempo sea conce- las elementales". pacio) no son "indiferentes" a los pro-
bido como si fuera espacio; en rigor, Todas estas concepciones e hipóte- cesos reales, sino que son el funda-
el universo tetradimensional es más sis físicas acerca del tiempo han da- mento de tales procesos, lo que los
bien un universo de tres más una di- do lugar a numerosos debates filosó- "engendra" realmente. Ello ha llevado
mensiones. Por eso se ha dicho que ficos. Algunos autores han pensado a pensar que el tiempo es algo "subs-
más bien que espacializarse el tiempo» que el "tiempo" es sólo una "nota- tancial", a diferencia de la concep-
lo que se ha hecho con dicha teoría ción cómoda" y que el que se pueda ción del tiempo como mera "relación"
es temporalizarse el espacio. Pero, en tratar de "estructura granular y dis- (Cfr. Zygmunt Zawirski op. cit. biblio-
todo caso, es cierto que la función del continua del tiempo" o bien de "di- grafía, § 1). Se ha discutido también
tiempo en la teoría generalizada de la versas dimensiones temporales" o de mucho el significado de una de las
relatividad es distinta de la que tiene "varias direcciones temporales" es relaciones de incertidumbre (VÉASE)
en la mecánica clásica. Un suceso fí- simplemente un modus dicendi, pero de Heisenberg: la que indica que
sico es lo que Minkowski ha llamado sin referirse a ninguna "realidad". Es- cuanto con mayor precisión puede
"un punto de Universo", de modo ta concepción "convencionalista" ha determinarse su momento de tiem-
que las coordenadas espacio-tempora- encontrado, sin embargo, poco favor po y viceversa (el producto de tal
les forman las "líneas de Universo" tanto entre los físicos como entre los medición y de tal determinación es
— que, a su vez, están determinadas filósofos. Más corriente ha sido una mayor que, o igual a, h/ 4 TT, donde
físicamente por las coordenadas espa- concepción "realista" del tiempo, fue- 'h' se lee 'constante de Planck ). Por
cio-temporales. De ello resulta que ra cual fuese la realidad, o el tiempo ejemplo, se ha pensado que la "rela-
el tiempo no es "indiferente"a los pro- de realidad, con ello mentada. Ha ción de Heisenberg" en cuestión prue-
cesos físicos. habido una resurrección de la llamada ba que no hay "estados instantáneos"
Junto a las concepciones del tiem- "teoría causal del tiempo", combina- — y prueba asimismo que hay que
po elaboradas o suscitadas por la teo- da con frecuencia con una "teoría re- aceptar una concepción "discreta" del
ría de la relatividad, ha habido en la lacional". Ésta fue defendida ya por tiempo.
física contemporánea concepciones di- Leibniz, y ha sido elaborada por au- No podemos entrar aquí en más de-
versas del tiempo elaboradas o susci- tores como Lachelas, Robb, Carnap, talles sobre las concepciones físicas
tadas por los problemas que plantea Reichenbach y Henryk Mehlberg, si del tiempo, pero nos interesa notar
la medición de procesos físicos en "pe- bien en muy distintas formas. Mehl- que todas ellas plantean problemas
queña escala" — por ejemplo, proce- berg señala que "el orden temporal normalmente debatidos por filósofos,
sos físicos intranucleares. Se ha es- de la sucesión" no es "el esquema más cuando menos por "filósofos de la
tudiado, por ejemplo, la posibilidad simple de la relación causal", sino que ciencia". En qué relación pueden ha-
de que se observen en dichos proce- el orden dinámico, causal, del deve- llarse estos problemas con los que han
sos series temporales distintas de las nir es "el hecho fundamental del cual sido tratados por las filosofías con-
que aparecen o en la macrofísica, o el orden temporal de la sucesión, de temporáneas antes llamadas "tempo-
en lo que podríamos llamar "mega- la simultaneidad y de la duración se ralistas", es asunto difícil de deter-
física" (la astrofísica). En todo caso, deriva como simple consecuencia su- minar. A primera vista, parece que
en la física intranuclear, o simple- ya" (art. cit. en bibliografía, I, pág.
no haya relación ninguna entre estos
mente intraatómica, hay que operar 121). En su estudio sobre el espacio
y el tiempo, Lachelas había ya pro- dos grupos de problemas. En tal caso,
con el tiempo de manera distinta que
en la macrofísica. Ello puede suceder puesto una "identidad de la relación o bien en uno de ellos no se trata del
en distintas maneras, pero nos limi- temporal y de la relación de causa- tiempo, o bien cada uno de ellos tra-
taremos a mencionar una de ellas: en lidad ocasional". Carnap definió asi- ta del tiempo de modo tan distinto
el estudio de las mediciones tempo- mismo el tiempo en función de la ac- que no es, en rigor, el tiempo, sino
rales. A este respecto se ha suscitado ción causal. Reichenbach desarrolló Zos tiempos el objeto de estas diversas
de nuevo la cuestión del carácter con- una axiomática del espacio-tiempo se- investigaciones. Por otro lado, estima-
tinuo o discreto del tiempo. En la físi- gún la cual tiempo y espacio son par- mos que es misión del filósofo exami-
ca actual —o partes de ella—, se han ticularidades de estructura de la ac- nar por todos los medios a su alcan-
conseguido mediciones de tiempo cada ción causal. Además, Reichenbach ce —análisis de conceptos, escruti-
vez más precisas (a base de la produc- trató de deducir el orden de la simul- nio de resultados científicos, inclusi-
ción de vibraciones: 24.000.000.000 taneidad de consideraciones causales y ve especulación metafísica— la posi-
vibraciones por segundo). Ello ha da- el de la sucesión de consideraciones bilidad de alcanzar una concepción
do pie a algunos autores a formular estadísticas, etc., etc. Todas estas "teo- "unificada" del tiempo —lo cual sig-
793
TIE TIE TIE
nifica aquí simplemente un modo de Ontologie der Wirklichkeít, I (4 fas- and Its End: A Comparative Existen-
ver el tiempo capaz de integrar las cículos), 1928-1932; II, 1955 [espe- tial Interprétation of Time and Escha-
concepciones físicas, la experiencia del cialmente II]. — J. A. Gunn, The tology, 1962. — J. Mouroux, Le mys-
sentido común, los supuestos ontoló- Problem of Time, 1929. — Varios au- tère du temps. Approche théologique,
gicos, etc. Tal concepción "unificada" tores, The Problem of Time, 1935 1962. — Friedrich Kümmel, Über den
[University of California Publications Begriff der Zeit, 1962 [Forschungen
está muy lejos de haberse alcanzado. in Philosophy, 18]. — R. Poirier, R. zur Padagogik und Anthropologie, 6].
Indicamos a continuación, en orden Ruyer, G. Dumézil, X. Zubiri, E. Lé- — O. Costa de Beauregard, La notion
cronológico, una serie de escritos en vinas et al., "Méditations sur le du temps. Equivalence avec fespace,
los que se trata el problema del tiem- temps", Recherches philosophiques, V 1963 [Actualités scientifiques et in-
po desde diversos puntos de vista, con (1935-1936), 1-404. — Henryk Mehl- dustrielles, 1300]. — Id., id., Le se-
predominio de los puntos de vista fi- berg, "Essai sur la théorie causale du cón principe de la science du temps,
losófico y físico. Algunas de estas temps", Studio philosophica, I (1935), 1963. — Adolf Griinbaum, Philosophi-
obras tratan del concepto, naturaleza 119-60; II (1937), 111-231. — L. R. cal Problems of Space and Time,
y problema del tiempo; otras contie- Heath, The Concept of Time, 1936. 1963.
nen análisis filosóficos y lógicos del — M. Souriau, Le temps, 1937. — J. Varias de las obras antes indicadas
concepto de tiempo. Algunos autores Sivadjian, Le temps, 6 vols., 1938 (I tratan también de la cuestión de la
se refieren principalmente a la "con- y II. Le problème métaphysique; II. medida y desarrollo del tiempo, pero
ciencia interna del tiempo" (Husserl, Le problème psychologique; IV. Le destacamos al respecto el volumen co-
Guitton, etc.); otros, a la "ontología problème physique; V. Le problème lectivo titulado Time and Its Myste-
del tiempo" (Volkelt, Jacoby, Fink, physiologique; VI. Le problème du ries, en tres series (1. R. A. Millikan,
etc.); otros, al tiempo en sentido es- subconscient). — Jean de la Harpe, J. C. Meriam, H. Shapley, J. H.
trictamente físico (Robb, Reichenbach, Genèse et mesure du temps. Essai Breasted; 2. D. W. Haring, W. F.
etc.). No incluimos obras de algunos d'analyse du temps et d'axiomatisation Fray Swann, J. Dewey, A. H. Comp-
autores (contemporáneos) en las cua- du temps métrique, 1941. — Carlo ton; 3. H. N. Russell, A. Knopf, J. T.
les el concepto de tiempo desempeña Mazzantini, II tempo. Studio filosófi- Shotwell, G. P. Luckey).
un papel capital, por habernos referi- co, 1942. — Carlos Astrada, Tempo- Al "tiempo histórico" se refieren va-
do a algunas de sus doctrinas en el ralidad, 1943. — José Gaos, Dos ex- rias de las obras citadas en la biblio-
cuerpo del artículo, o por ser sobrada- clusivas del hombre: la mano y el grafía de HISTORIA; recordamos que
mente conocidas y poder consultarse tiempo, 1945. — Louis Lavelle, Du Heidegger se ocupó tempranamente
las bibliografías en los artículos perti- temps et de l'éternité, 1945. — Jean del asunto en "Der Zeitbegriff in der
nentes; tal es el caso de Dilthey, Berg- Guitton, L'existence temporelle, Í949 Geschichtswissenschaft", Zeitschrift
son, Whitehead, Heidegger y algunos (trad, esp.: La existencia temporal, für Philosophie und philosophische
otros). La presente bibliografía debe 1956). — K. Kuypers, H.-J. Post et Kritik, CLXI (1916), 173 y sigs.
completarse con la de otros artículos, al., Aspecten van de tijd, 1950. — E. También se ocupó de esta cuestión
tales como ETERNIDAD, INSTANTE. Paci, Tempo e relazione, 1953. — Georg Simmel en "Das Problem der
G. Lachelas, Étude sur l'espace et Hedwig Conrad-Martius, Die Zeit, historischen Zeit", Zur Philosophie der
le temps, 1896. — Melchior Palágyi, 1954 (trad, esp.: El tiempo, 1958). Kunst. Philosophische und Kunstphilo-
Neue Théorie des Raumes und der — G. J. B. Bremer, Wiisgerige aspec- sophische Aufsiitze, 1922, ed. Gertrud
Zeit. Enttourf einer Metageometrie, ten van het natuurkundig tijdsbegrip, Simmel, págs. 152-69 y Brücke und
1901. — John Elof Boodin, Time, a 1955. — A. Caracciolo, La persona e Tur, 1957, págs. 43-58.
Realitu, 1904. — Désiré Nys, La no- il tempo, 1955. — F. Hund, K. Jung, Algunas de las obras anteriores se
tion du temps, 1904. — Nicolai von A. Wenzl et al, "Begriff der Zeit", en refieren al llamado "concepto psicoló-
Bobnoff, Zeit und Zeitlosigkeit, 1911. Studium genérale, Cuadernos 8, 9 y gico del tiempo", pero destacamos al
— Max Friescheisen-Kôhler, "Das 10, Año VIII (1955). — J. M. Estra- respecto: Filippo Masci, Sai senso del
Zeitproblem", Jahrbücher der Philoso- da, Filosofía del tiempo, 1955 [y de tempo, 1890. — J.-M. Guyau, Genèse
phie, I (1913). — A. A. Robb, A la identidad]. — A. N. Prior, Time de l'idée de temps, 1890 (trad, esp.:
Theory of Time and Space, 1914, 2» and Modality, 1957 [John Locke Lec- La idea del tiempo, 1940). — V. Be-
ed., 1936. — íd., id., The Absolute tures 1955-1956]. — Ëugen Fink, Zur nussi, Die Psychologie der Zeitauffas-
Relations of Time and Space, 1921. ontologischen Frühgeschichte von sung, 1913. — M. Sturt, The Psycho-
— M. Wartenberg, La notion du Raum, Zeit, Bewegung, 1957. — An- logy of Time, 1925. — Pierre janet,
temps, 1916. — E. Borel, L'Espace ton Neuhausler, Zeit und Sein, 1957 L'évolution de la mémoire et de la no-
et le Temps, 1922. — Ernst von As- [Monographien zur philosophischen tion de temps, 1928. — E. Minkows-
ter, Raum und Zeit, 1922. — Johan- Forschung, 19]. — Herko Groot, Het ki, Le temps vécu. Études phénomé-
nes Volkelt, Phénoménologie und Me- mysterie van de tijd, 1958. — V. Jan- nologiques et psychologiques, s/f.
taphysik der Zeit, 1925. — E. Husserl, kélévith, E. Paci, R. Lazzarini et al, (1935). — Jean Piaget, Le développe-
Phanomenologie des inneren Zeitbe- II tempo, 1958 [de Archivio di filoso- ment de la notion du temps chez l'en-
wusstseins, 1927 [del Jahrbuch, etc., fía, ed. E. Castelli]. — G. J. Whith- fant, 1946. — Ph. Malrieu, Les origi-
IX] (trad, esp.: Fenomenología de la row, The Natural Philosophy of Time, nes de la conscience du temps: les
conciencia del tiempo inmanente, 1959 1961. — Richard Schlegel, ' Time and attitudes temporelles de renfant, 1953.
[con estudio preliminar sobre la no- thé Physical World, 1961. — G. L. S. — J. Pucelle, Le temps, 1955, 3* ed.,
ción de tiempo en Husserl y Heideg- Shackle, Décision, Order, and Time in 1962. — Paul Fraisse, Psychologie du
ger por Yvonne Picard, págs. 7-43] ). Human Affairs, 1961. — H. Feigl y temps, 1957.
— Shuzo Kuki, Propos sur le temps, G. Maxwell, eds., Scientific Explana- Para el problema del tiempo en la
1928. — Hans Reichenbach, Die Phi- tion, Space, and Time, 1962 [Minne- evolución: H. F. Blum, Time's Arrow
losophie der Raum-Zeit-Lehre, 1928. sota Studies in thé Philosophy of and Evolution, 1955.
— Id., id., The Direction of Time, Science, 3; especialmente el trabajo de Para la historia de la noción de
1956 (trad, esp.: El sentido del tiem- Wilfrid Sellars titulado "Time and thé tiempo, remitimos por lo pronto a la
po, 1959). — G. Jacoby, Allgemeine World Order"]. — H. A. Slaate, Time bibliografía de INFINITO (especialmen-
794

También podría gustarte