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La poesía del Barroco (s.

XVII)
Para iniciar este apartado, se proyectarán los siguientes vídeos:
 Vídeo 1: La poesía del siglo XVII

Mientras los visualizas, individualmente y con tus cascos, deberás ir tomando


nota en tu cuaderno de lo siguiente, que será materia de examen.

A) Características del Renacimiento y del Barroco.

B) Esquema del Barroco.

C) La mentalidad del Barroco.

D) Temas y formas de la lírica.

E) Estilo.

F) Culteranismo.

G) Conceptismo.

H) Principales datos biográficos y poéticos de Quevedo y Góngora.

 Vídeo 2: Quevedo Vs Góngora: más rivalidad que en un Madrid -


Barça

¿En qué consistió la lucha entre Góngora y Quevedo? Toma primero apuntes en
tu cuaderno y, luego, redacta un texto expositivo bien estructurado bajo el título
"Quevedo y Góngora, dos enemigos históricos" (250-300 palabras). Debes
entregarlo en el classroom.
 Vídeo 3: Madrid Barrio a Barrio: El Madrid de las letras

Elabora una tabla de tres columnas y anota en ella los autores que aparecen en
el vídeo, los edificios o calles con los que se les relaciona y la época a la que
pertenecen.

CURIOSIDADES
 Quevedo, el espía
 Góngora
 Lope de Vega
Poesía de los siglos XVI-XVII

El ideal artístico del Barroco


Frente al clasicismo renacentista, el Barroco valoró la libertad absoluta para crear y distorsionar
las formas, la condensación conceptual y la complejidad en la expresión. Todo ello tenía como
finalidad asombrar o maravillar al lector.
Dos corrientes estilísticas ejemplifican estos caracteres: el conceptismo y el culteranismo. Ambas
son, en realidad, dos facetas de estilo barroco que comparten un mismo propósito: crear
complicación y artificio.

El conceptismo
El conceptismo incide, sobre todo, en el plano del pensamiento. Su teórico y definidor fue
Gracián, quien en Agudeza y arte de ingenio definió el concepto como "aquel acto del
entendimiento, que exprime las correspondencias que se hallan entre los objetos". Para conseguir
este fin, los autores conceptistas se valieron de recursos retóricos, tales como la paradoja, la
paronomasia o la elipsis.

El culteranismo
El culteranismo, representado por Góngora, se preocupa, sobre todo, por la expresión. Sus
caracteres más sobresalientes son la latinización del lenguaje y el empleo intensivo de metáforas e
imágenes.
La latinización del lenguaje se logra fundamentalmente mediante el uso intensivo del
hipérbaton y el gusto por incluir cultismos y neologismos, como, por ejemplo, fulgor, candor,
armonía, palestra.
La metáfora es la base de la poesía culterana. El encadenamiento de metáforas o series de
imágenes tiene el objetivo de huir de la realidad cotidiana para instalarnos en el universo artificial
e idealizado de la poesía.

El Barroco literario en España

El siglo XVII y el auge de las premisas barrocas coincidieron en España con un brillante y
fecundo período literario que dio en llamarse Siglo de Oro. Estéticamente, el barroco se
caracterizó, en líneas generales, por la complicación de las formas y el predominio del ingenio y el
arte sobre la armonía de la naturaleza, que constituía el ideal renacentista.

Entre los rasgos más significativos del barroco literario español resulta relevante la
contraposición entre dos tendencias denominadas conceptismo y culteranismo, cuyos máximos
representantes fueron, respectivamente, Francisco de Quevedo y Luis de Góngora. Los
conceptistas se preocupaban esencialmente por la comprensión del pensamiento en mínimos
términos conceptuales a través de contrastes, elipsis y otras y otras figuras literarias. Por el
contrario, los culteranos buscaban llegar a una minoría culta mediante el uso de metáforas, giros
e hipérboles, modificando así el orden lógico de las estructuras sintácticas.
PRINCIPALES AUTORES DE LA POESÍA ESPAÑOLA DEL SIGLO XVII: Góngora,
Quevedo y Lope de Vega
Luis de Góngora (Córdoba, 1561-1627)
Obra literaria
Podemos considerar en la producción gongorina dos grupos de obras: los poemas menores, y
los poemas mayores. A su vez, entre los poemas menores se dan poemas escritos en métrica
tradicional y poemas escritos en metros de origen italiano. En su obra se distinguen los poemas
menores: más de 200 composiciones de arte menor (romances, letrillas, villancicos, canciones)
como Angélica y Medoro y Amarrado al duro banco o Ándeme yo caliente. Algunos de
sus sonetos son considerados como los más bellos de la poesía española; se caracterizan por su
intención satírica y por su profunda agudeza intencional, aunque los hay también
amorosa: Mientras por competir por tu cabello.
Un segundo apartado lo constituyen los poemas mayores: la Fábula de Polifemo y
Galatea, donde se narran los amores de Acis y Galatea y la venganza del gigante Polifemo;
y Soledades, cuyo valor es más lírico que narrativo. l
Biografía de Luis de Góngora y Argote
(https://www.monografias.com/trabajos/contbarroco/contbarroco.shtm )
Nació y murió en Córdoba en 1561-1627. Poeta lírico español de varia erudición y raro ingenio,
representante en nuestra literatura de la escuela culterana. Era hijo del corregidor de Córdoba,
Francisco Argote, pero el escritor adoptó desde un principio el apellido de su madre Leonor de
Góngora, descendiente de antigua familia. Se ordenó sacerdote en 1599 y logró una prebenda en
la catedral de Córdoba. Se trasladó a Madrid en 1612; mas, a pesar de sus triunfos literarios,
obtuvo únicamente los títulos de capellán limosnero del rey Felipe III. Su vida, sin embargo, no
estuvo en consonancia con su condición sacerdotal: se relacionó con diversas personalidades de la
corte en un constante anhelo de obtener privilegios para sí y para su familia y participó muy
activamente en las polémicas literarias de su época. Murió en la miseria, deshauciado por su
enemigo Quevedo.
Estilo
Góngora trata los temas de dos modos bien diferentes: unas veces ennoblece la realidad y la
recrea como un mundo brillante, pleno de luz y de color; otras veces, en cambio, degrada esa
misma realidad, se burla de ella, la satiriza, y la destruye.
Su personalísimo estilo ha dado nombre a una tendencia dentro de la literatura: el gongorismo. Él
consiguió crear un lenguaje específicamente poético en el que los objetos son designados por sus
cualidades, en un continuo juego metafórico. Para crear esa nueva realidad poética se sirvió de los
cultismos, del léxico colorista, de las imágenes, de los hipérbatos, de las hipérboles y de otros
recursos poéticos. Escribió en estilo culto, es decir, usando de latinismos, de neologismos,
metáforas y forzadas transposiciones, y creó el culteranismo, que de su nombre se llamó
gongorismo.
Francisco de Quevedo

(Madrid, 1580-Villanueva de los Infantes, 1645


Biografía de Francisco de Quevedo
(http://www.cervantesvirtual.com/portales/francisco_de_quevedo/vida_y_obra/#vida)

Francisco de Quevedo nació en Madrid el 14 de septiembre de 1580, hijo del secretario


particular de la princesa María y más tarde secretario de la reina doña Ana, don Pedro Gómez
de Quevedo. Se formó en el Colegio Imperial de los jesuitas y en la Universidad de Alcalá.
Una estancia en Valladolid, mientras esta ciudad es sede de la corte, parece iniciar la
interminable enemistad con Góngora, probablemente atizada por celos profesionales entre dos
de las mentes más agudas de la época. En sus años de estudios, desarrolla su interés por las
cuestiones filológicas y filosóficas, y su afición a Séneca y los estoicos. En diversos testimonios
del tiempo se hallan referencias a su ingenio, a su defecto visual y a su cojera. Poco hay, en
cambio, sobre su vida amorosa y más detalles de sus actividades al servicio del Duque de
Osuna, que empiezan en 1613, y que le llevarán a desempeñar delicadas misiones diplomáticas,
a menudo en la Corte española.
Estas actividades numerosas y agitadas terminan bruscamente con la caída de Osuna,
conseguida por sus enemigos de la Corte: Quevedo fue desterrado a la Torre de Juan Abad, y
luego encarcelado en Uclés, para ser reintegrado a la Torre, en donde hacía tiempo que
mantenía un pleito por sus derechos de señorío sobre la misma. Regresa después a la Corte y
se relaciona con los nuevos favoritos, especialmente con Olivares, con quien establece
complejas ligaduras. Durante todos estos movimientos nunca deja de amistarse con personas
como Lope de Vega o reñir con otros como Luis de Góngora. Un matrimonio poco exitoso en
1634, nuevos pleitos, nuevos escritos... Y la prisión en 1639, por razones todavía no aclaradas
del todo, que le mantendrá en San Marcos de León hasta poco antes de su muerte. Puesto en
libertad en 1643 muere el 8 de septiembre de 1645 en Villanueva de los Infantes.

Clasificación de la obra de Quevedo

Según Blecua, podemos clasificar la obra de Quevedo en los siguientes grupos:


 Poemas amorosos: continúan la tradición petrarquista y recrean motivos
y tópicos del discurso amoroso renacentista. Se trata de una serie de
poemas al estilo del Canzoniere de Petrarca, que Boscán, Garcilaso,
Herrera y Lope habían adaptado a la lírica española. En estos poemas, el
amor por la amada, inalcanzable implica una renuncia del deseo. La belleza
de la amada es reflejo de la hermosura del alma, de su bondad, que a la vez
trasunta la perfección divina. El amor nace de la contemplación de la
hermosura.
 Poemas morales y religiosos: rehacen motivos y temas éticos,
comunes al discurso religioso cristiano y a las corrientes de la filosofía moral
en el Renacimiento. Su propósito es “castigar y corregir las costumbres del
hombre” o reflexionar sobre el sentido de la existencia humana. En otro
estadio de este mundo relativo a los comportamientos morales se coloca la
poesía religiosa cuya doctrina constituye el polo rector del mundo ético de
base.En cuanto a las formas poéticas, la más practicada es el soneto. Pero
Quevedo también compuso piezas más extensas, como el citado «Sermón
estoico», la «Epístola satírica», canciones, etc.
 Poemas satíricos y burlescos: el discurso satírico de Quevedo se
caracteriza por los mismos mecanismos de producción de conceptos que
observamos en el lenguaje de la poesía amorosa: el concepto se construye
sobre juegos de palabras o metáforas, o una combinación de estas y otras
figuras. El propósito es producir risa en el receptor. La fórmula más
frecuente es desarrollar una serie de ingeniosas relaciones para degradar al
objeto imaginario descrito. Este es el grupo que contiene más cantidad de
poemas: un total de 363.

Cada uno de estos tres grupos muestra fuerte cohesión ya que ciertos temas como la brevedad
de la vida, el paso inexorable del tiempo o el cuerpo como sepulcro son motivos que configuran
tanto un soneto amoroso como un soneto moral o un poema satírico. Importa más destacar
cómo cada uno de estos subgéneros se caracteriza principalmente por la utilización de códigos
literarios específicos de la época.
Lope de Vega

(Madrid, 1562-1635)
Vida y obra de Lope de Vega
(http://prolope.uab.cat/obras/vida_y_obra_de_lope_de_vega.html)
Lope Félix de Vega Carpio nació en Madrid el 25 de noviembre de 1562 y Era el cuarto
hijo de una familia humilde y su padre, Félix de Vega, era un hombre caritativo y aficionado a
la poesía. Parece ser que pasó una temporada en Sevilla junto a su tío, el inquisidor don
Miguel del Carpio, de quien adoptaría el apellido. estudió con los jesuitas y entró en contacto
con el teatro que se representaba habitualmente en los colegios de la Compañía.
Tras dejar sus estudios, empezó a servir como paje a don Jerónimo Manrique de Lara,
inquisidor general y obispo de Cartagena. Es posible que bajo su protección estudiase en la
Universidad de Alcalá de Henares, entre 1577 y 1581, y después en Salamanca, sin que al
parecer alcanzara ninguna titulación. En 1583 probablemente participó como soldado en la
expedición a las Azores, entrando posteriormente al servicio del marqués de las Navas, hasta
1587. A partir de 1580, Lope empezó a despuntar como poeta y dramaturgo, con obras
como Los cinco misterios dolorosos de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo o Los
hechos de Garcilaso de la Vega y el moro Tarfe.
Poco después de su supuesto regreso de las Azores, inició una relación con la actriz
Elena Osorio, hija del autor de comedias Jerónimo Velázquez, y casada, desde 1576. La
relación con Elena se trastocó con la entrada en juego de Francisco Perrenot, sobrino del
Cardenal Granvela, que era un pretendiente para la actriz mejor posicionado
económicamente. Lope, despechado, dejó de vender sus comedias a Jerónimo Velázquez y
escribió unos libelos difamatorios contra Elena y su familia que desembocaron en un proceso
judicial contra el dramaturgo.
Lope fue detenido el 29 de diciembre de 1587 en el Corral de la Cruz, durante una
representación. Tras el juicio, y una nueva querella por reincidir en sus injurias, el 5 de
febrero de 1588 se dictó definitivamente sentencia y Lope fue condenado a ocho años de
destierro de la Corte y a dos del Reino de Castilla. Se casó por poderes con una joven de 20
años y se trasladó a Lisboa y se alistó en la Armada Invencible. Tras regresar, se reunió con su
esposa en Toledo y se establecieron nuevamente en Valencia en 1589, donde cumplieron los
dos años fuera del Reino a los que había sido condenado.
En 1590 se trasladó con su esposa a Toledo y empezó a ejercer como secretario del
duque de Alba. En noviembre de 1590 falleció su hija Teodora de Urbina y a finales de 1593
su segunda hija, Antonia. En agosto de 1594, su esposa, nuevamente embarazada, cayó
gravemente enferma y murió al dar a luz el 18 de septiembre de 1594, cuando apenas contaba
con 26 años. La recién nacida recibió el nombre de Teodora, en memoria de su hermana, y
apenas logró superar el primer año de vida.
De nuevo en la Madrid, en marzo de 1598, el dramaturgo se casó de nuevo y tuvo
cuatro hijos: Jacinta y Juana, que murieron a temprana edad, Carlos Félix (1606-1612) y
Feliciana (1613-1657). Estas segundas nupcias de Lope no impidieron que Lope tuviera
numerosos amoríos e incluso una familia paralela.
Las obras que Lope escribió y publicó durante esos años, como La hermosura de
Angélica (1602), las Rimas (1602 y 1604), El peregrino en su patria (1604) o la Jerusalén
conquistada (1609, pero escrita en 1605), reflejan en multitud de ocasiones las vicisitudes de
su relación con Micaela de Luján. Fueron años de muchos viajes para el Fénix, pasando unas
temporadas en el hogar que tenía con Juana y otras en el que tenía junto a su amante, en
Sevilla. Hasta que en 1604, logró establecer a sus dos familias en Toledo. Ese mismo año se
publicó en Zaragoza, sin su autorización, la Primera Parte de sus comedias bajo el título: Las
comedias del famoso poeta Lope de Vega Carpio. A partir de entonces continuaron
editándose las distintas Partes, aunque no pasaron a imprimirse oficialmente bajo su
voluntad y control hasta 1617.
El 24 de enero de 1610 Lope ingresó en la Congregación del Oratorio de las Trinitarias
Descalzas. Había pasado los dos últimos años en constantes idas y venidas de Toledo a
Madrid, hasta que ese año decidió instalarse definitivamente en la capital, comprando una
casa en la calle Francos (hoy de Cervantes) en la que se instaló junto a su esposa Juana y los
hijos habidos con ella. Su ánimo esos años fue debatiéndose entre el recogimiento de la vida
familiar y constantes recaídas espirituales. Murió su esposa y también Micaela de Luján.
Lope agrupó en la casa de la calle Francos a los hijos que había tenido en sus dos relaciones. Y
tal vez en un intento de remediar su crisis espiritual, agravada por las recientes pérdidas,
acabó ordenándose sacerdote en 1614, aunque no abandonó sus servicios como alcahuete del
duque de Sessa ni los brazos de la actriz Jerónima de Burgos, una antigua amante con la que
había vuelto a relacionarse. De estos últimos años datan obras tan significativas como: El
villano en su rincón (1611), Fuenteovejuna (1612-1614), La dama boba (1613), El perro del
hortelano (1613-1615) o las Rimas sacras (1614). En 1614, también apareció en Madrid
la Cuarta parte de las Comedias, y un año después, la Parte V y la VI.
Cuando Lope contaba con cincuenta y cuatro años, en 1616, después de mantener una
aventura pasajera con la actriz Lucía de Salcedo, Lope inició una relación con Marta de
Nevares Santoyo (Amarilis), el último gran amor de su vida. Era una joven de veintiséis años,
bellísima y culta, casada contra su voluntad cuando apenas era una niña. Fruto de los amores
sacrílegos y adúlteros de Lope y Marta, nació el 12 de agosto de 1617, Antonia Clara. Ese año y
el siguiente, la vida del poeta se vio marcada por continuos altercados a nivel personal y
profesional. A la persecución del marido de Marta, y las sátiras y habladurías sobre su
relación con la joven, se sumaron los ataques y polémicas literarias en las que se hallaba
inmerso. Pleiteó contra los que imprimían sus comedias sin su control ni beneficio y, a pesar
de perder el pleito, desde 1617 y la Novena parte de comedias, se ocupó personalmente de la
edición de sus comedias con mayor o menor atención hasta la fecha de su muerte.
En el terreno personal, sufrió a principios de año un intento de asesinato del que salió
airoso; su salud se vio aquejada por el trabajo y los sobresaltos sufridos, y Marta perdió a la
criatura de la que estaba embaraza. Muerto el esposo de esta, la casa de Lope alcanzó una
cierta estabilidad y sosiego que permitieron al poeta centrarse en su trabajo y en su vida
familiar, al margen de las críticas de sus enemigos.
Tras ese periodo productivo, una nueva fatalidad sobrevino en la casa de Lope. Hacia
1623, poco después de que su hija Marcela profesase en las Trinitarias Descalzas, Marta de
Nevares cayó enferma e inició una perdida progresiva de la vista, que la llevaría a quedar
completamente ciega.
Además de la pesadumbre que experimentó Lope en la dedicación y cuidado de
Marta, tuvo que hacer frente a cierto desengaño y agotamiento en torno a su trabajo, al no ver
reconocidos suficientemente sus méritos y percibir el creciente entusiasmo que despertaba la
nueva generación de literatos y especialmente la estética gongorina.
En 1623 se publicaron las Partes XVIII y XIX de sus comedias y la primera edición
de La Circe, que incluía tres nuevas novelas dedicadas a Marcia Leonarda, fruto de la
influencia positiva que ejercía Marta sobre Lope, animándolo a experimentar nuevos géneros
y a seguir sumando logros a su haber literario. Ese año apareció en Pamplona su Romancero
espiritual y Lope siguió con la literatura de tono religioso al publicar al año siguiente
sus Triunfos divinos, además de la Parte XX, que salió a la luz antes de que la Junta de
Reformación solicitase la prohibición de imprimir libros de comedias y novelas por razones
morales (en 1625 dejaron de concederse licencias). En julio de 1626 publicó los Soliloquios
amorosos de un alma a Dios, y en septiembre de 1627 La Corona trágica, dedicada al Papa
Urbano VIII, que unos meses después le concedió el título de doctor en Teología y el hábito
de la Orden de San Juan, por el que pudo pasar a anteponer el «frey» a su nombre. En esa
época, Marta se trasladó a vivir a una casa contigua a la de Lope, en la calle Francos, y vio
agravada su enfermedad, llegando a tener accesos de locura.
Hacia 1630 Lope amenazó con dejar de escribir comedias y suplicó al duque de Sessa
que le diera un cargo oficial en su casa, algo que nunca llegó a concederle. El pasado
escandaloso del dramaturgo lo perseguía y apartaba de ese tipo de beneficios. Publicó
entonces el Laurel de Apolo, en el que llevaba trabajando desde 1628 y donde elogiaba a más
de 280 poetas de su tiempo. En esos últimos años escribió menos teatro que en épocas
precedentes, pero de una calidad inestimable, como El castigo sin venganza, una tragedia de
nuevo corte compuesta en 1631.
Las desventuras siguieron sucediéndose en su entorno. El 7 de abril de 1632 falleció
Marta. Ese mismo año publicó su obra maestra La Dorotea, una «acción en prosa» en la que
rememoró sus amores juveniles con Elena Osorio, engarzados con la experiencia de su amor
maduro y trágico por Marta. El canto de corte virgiliano, Égloga a Amarilis (1633), le
permitió también evocar la honda amargura que sentía tras la pérdida de ese último gran
amor.
En los años posteriores, nuevas ausencias vendrían a seguir afligiendo al dramaturgo.
Su hija Feliciana se casó el 18 de diciembre de 1633 y dejó el hogar paterno, donde solo
quedaron Lope, su hija Antonia Clara, y la criada, Lorenza Sánchez. Ese mismo mes, falleció
su amigo fray Hortensio F. Paravicino. Y apenas unos meses después, en agosto de 1634, su
hija Antonia se fugó de casa con Cristóbal Tenorio. Nunca más volvería Lope a ver a su hija
pequeña.
En noviembre de 1634, publicó las Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de
Burguillos, alter ego creado en 1620, y a finales de ese año recibió la funesta noticia de la
muerte de su hijo Lope Félix durante el naufragio de la embarcación en que viajaba en una
expedición a la isla Margarita. El zarpazo de esta última noticia lo sumió en un dolor
profundo del que ya no pudo recuperarse.
Lope se enfrentó a sus últimos días solo, hundido en la tristeza, habiendo recibido el
desaire de los poderosos, la falta de reconocimiento a su trayectoria, viéndose relegado
profesionalmente por el éxito de la nuevas generaciones y desengañado y malherido por las
desgracias familiares.
El sábado 25 de agosto de 1635 sufrió un desmayo en el Seminario de los Escoceses al
que había asistido como invitado. Al día siguiente firmó su testamento y recibió el viático y la
extremaunción. El lunes 27, a las cinco y media de la tarde, falleció rodeado de amigos. A su
funeral, celebrado un día después y sufragado por el duque de Sessa, acudió una multitud. La
comitiva fúnebre pasó ante el convento de las Trinitarias Descalzas, desde el que su hija
Marcela pudo despedirse de su padre. Finalmente fue sepultado a las dos y media de la tarde
en la iglesia de San Sebastián. Los actos religiosos por su alma duraron nueve días, y a falta
de un homenaje institucional, se sucedieron los promovidos por sus amigos y admiradores,
para honrarle y dejar eterna la memoria de sus obras y sus días.

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