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Los alimentos los consumimos para poder vivir y la principal función de estos es proporcionar
energía, ya que todas las actividades fisiológicas del organismo humano requieren energía (respirar,
los latidos del corazón, el pensamiento, etc.) Sin energía no podríamos funcionar, la definición
fisiológica de muerte es un cuerpo sin energía.
En este artículo nos referiremos exclusivamente a los macronutrientes, que son los encargados de
proporcionar energía, pero también existen los micronutrientes, cuya función es facilitar los procesos
metabólicos del organismo (vitaminas y minerales). Últimamente se ha estudiado un tercer grupo que
son los alimentos funcionales que cumplen como su nombre lo indica, un destino específico en algún
proceso en el organismo. Los dos últimos los veremos después.
El valor energético de un alimento se expresa normalmente en kilocalorías
(kcal). Aunque «kilocalorías» y «calorías» no son unidades iguales (1 kcal = 1000 cal o 1 caloría
grande), en el campo de la nutrición con frecuencia se utilizan como sinónimos, aunque siempre
teniendo en cuenta que, si no se expresa lo contrario, al hablar de calorías nos estamos refiriendo
a kilocalorías.
Hay tres tipos de nutrientes que proveen energía al cuerpo y cada nutriente otorga una cantidad fija de
energía:
Hidratos de carbono: cada gramo de hidrato de carbono aporta 4 Kcal
Cada uno de estos nutrientes está conformado por una unidad estructural diferente, usando una
metáfora, son como los ladrillos a una casa. Los hidratos de carbono están conformados por
glúcidos, las grasas están fabricadas de ácidos grasos y las proteínas están hechas de
aminoácidos.
Un mismo alimento puede contener los tres tipos de nutrientes, aunque, generalmente los alimentos
especializan su contenido en uno de ellos; así, por ejemplo, sabemos que la carne, el huevo, el pollo y
el pescado contienen más proteínas. Los almidones o harinas y los alimentos azucarados tienen
más contenido en hidratos de carbono y obviamente los aceites son ricos en grasas.
Existe un balance ideal en la cantidad de cada uno de estos tipos de nutrientes, de tal manera que la
proteína debe aportar el 20% de la energía total diaria, la grasa un 30% y los hidratos de
carbono el 50% restante, para un 100% total.
En el mundo moderno actual existe un desbalance en esta fórmula 20-30-50, y prácticamente el 60%
de la energía se está consumiendo en hidratos de carbono (harinas, arroz, papa, yuca, plátano, avena,
pan, dulces, bizcochos, gaseosas, miel), relegando las grasas y las proteínas a un segundo plano.
Debido a esto, se están incrementando los niveles de Obesidad, ya que los hidratos de carbono
son convertidos por el hígado humano en grasa y se almacenan en todo el cuerpo, tornando obesa
la persona, a su vez esta afección causa muchas de las enfermedades actuales.
Ahora bien, la energía que se consume se gasta en tres procesos complejos:
Tasa Metabólica Basal (TMB): que es la energía necesaria para las funciones corporales
para la vida (circulación, respiración, digestión etc.). Corresponde a un 70% de la energía de
una persona sedentaria
Actividad Física (AF): que es individual y depende de cada persona, no es igual la energía
que gasta un atleta de alto rendimiento que una persona sedentaria
El objetivo de una nutrición balanceada, es aportar la cantidad de nutrientes adecuada, de tal forma
que no rebase la cantidad necesaria de energía ya que, si falta, se va a presentar Desnutrición, y si
sobra, se va a presentar Obesidad con todas sus consecuencias. Además, buscar que la energía
consumida sea de fuentes saludables, en sus debidas proporciones y buscar que la cantidad y
calidad de micronutrientes sea la adecuada, de tal forma que mantengamos una buena salud.
Funciones de los alimentos
Los alimentos nos aportan nutrientes que son importantes para:
Función energética: Aportar la energía para el mantenimiento del cuerpo, decimos que estos
alimentos tienen función energética.
Función reguladora: Aportar las sustancias reguladoras, es decir, nos aportan los nutrientes
necesarios para el correcto funcionamiento del organismo, decimos que estos alimentos
tienen función reguladora.
Función estructural: Aportar los elementos formadores para el recambio y crecimiento de sus
estructuras biológicas, decimos que estos alimentos tienen función plástica o estructural.
La energía de nuestro organismo para llevar a cabo la vida en general, se extrae de los alimentos gracias al metabolismo. El
famoso metabolismo, ese que tanto se comenta. Metabolizar significa reducir a moléculas de energía útil cualquier
alimento. Esto es: si comemos una fruta, al producirse la digestión con sus jugos en el estómago que logran destrozar literalmente
el alimento hasta dejarlo como una papilla, las paredes del intestino son capaces de extraer los nutrientes para su
inmediata utilización.
Esto es muy sencillo, seguramente ya lo sabíais, pero ¿qué pasa con las grasas? Comentario típico de un paciente pecador que
ha hecho fatal la dieta y que justifica sus actos:
–No lo hice tal cual me lo pones en la hoja, pero no comí grasas-
Ay! Menos mal!. Como si el cuerpo colocara lo que le llega como si fuera un armario. Estos días, no metí grasas (que usted sepa)
en el armario. Pues no funciona así.