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Condiciones para ser cabildante

“Declaramos y mandamos –dice una ley de Carlos I- que en la elección que se hiciere en los
Cabildos, no puedan ser elegidas ningunas personas que no sean vecinos y que no tuvieren
casa poblada,…” Se refiere a los jefes de familia, propietarios y radicados en el lugar.

No podían ser elegidos para cargos públicos y concejiles: los infames, los hijos ilegítimos, los
religiosos, los recién convertidos al cristianismo, los que ejercían oficios o trabajos tenidos por
viles y los deudores de la Hacienda Real. A diferencia de otras autoridades entonces, los
cabildantes podían ser españoles o criollos.

Asimismo, eran impedimentos para ocupar cargos públicos en no tener “limpieza de sangre”,
es decir, contar con antepasados moriscos o mulatos, y el no saber leer ni escribir,...”

Las funciones del Cabildo abarcan todo los que hoy consideramos propio de la esfera
municipal, además de otras funciones de gobierno que actualmente suelen reservarse al
gobierno central. Se ocupaba de obras públicas (fortificaciones, calles y caminos, edificios
públicos); la estética urbana, empedrado de calles, alumbramiento público, higiene, asistencia
sanitaria, construye iglesias, hospitales, asilos y cementerios. Fija normas para la enseñanza,
sostiene escuelas primarias y otros institutos docentes. Ejerce funciones policiales asegurando
el orden en la ciudad y sus alrededores. Interviene en las festividades y en las funciones de
teatro y corridas de toros; cuida las cárceles, dicta normas sobre porte de armas, vagancia,
reuniones en cafés y billares y bailes de negros. Dirige los servicios de postas y correos, y tiene
potestad para multar, encarcelar y ajusticiar. En algunos casos, los cabildos, además del
cuerpo policial, tuvieron a sus órdenes tropas de combate.

Es particularmente interesante la función del cabildo en lo que respecta al abastecimiento de


la ciudad y la actividad mercantil. Debía prevenir la escasez y prevenir la especulación, sobre
todo en relación a los alimentos y otros artículos de primera necesidad. Cuando se producían
malas cosechas u otra situación similar, disponía requisas almacenando productos en los
depósitos para venderlos directamente a los consumidores. Si lo que escaseaba era la carne,
realizaba matanzas de ganado pertenecientes a la comuna o al rey.

Los cabildos poseían grandes extensiones de tierras, en las cuales había praderas y montes de
los que se servían todos los vecinos, cortando leña y llevando a pastar sus ganados. Una parte
de estas tierras llamadas “propios” era arrendada a particulares y constituía una de las
principales fuentes de ingreso de los cabildos.

(Mat. elaborado de: Roberto Ares Pons, “España en América”. Blanco Acevedo, “El gobierno
Colonial en el Uruguay”. “Crónica General del Uruguay”).

Leer más: https://historiaciclobasicolacoronilla.webnode.es/segundo/el-cabildo/

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