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HISTORIA Y DECOLONIALIDAD

ENSAYO Nº 2

ENSAYO REFLEXIVO Y CREATIVO SOBRE LA CONFRONTACIÓN DE LA


HISTORIA HEGEMÓNICA DOMINANTE Y LA HISTORIA DECOLONIAL
TRANSMODERNA

Participante: José Gregorio Andrade Arráez


CI Nº 5116367

Docente responsable: Prof. César Araujo Torres


Doctor en Historia

Barquisimeto, 04 de abril de 2021


INTRODUCCIÓN

La decolonialidad nos lleva a estudiar la Historia con nuevas perspectivas, se trata de


replantear la historia mundial desde la mirada decolonial, al entender que la historia ha
sido escrita desde los sectores dominantes en un proceso de consolidación del proyecto de
la Modernidad-Colonialidad, hegemónico, eurocéntrico y moderno; los colonizadores
portugueses, españoles, ingleses, holandeses, que trajeron el capitalismo occidental y el
imperialismo, no solo explotaron la fuerza de trabajo de los colonizados y los recursos,
sino que lo acompañaron de un “epistemicidio” o un “memoricidio”, arrasaron con las
culturas, los pensamientos, los idiomas, las religiones, las cosmovisiones, eso significó
imponer todo un modelo desde una perspectiva sesgada e interesada del mundo abarcando
la Historia.

Ese modelo legitimó el sometimiento, la colonialidad epistémica, valida un tipo de


pensamiento, a través de un modelo del saber con implicaciones en el ser y el poder,
dándole validez al discurso histórico, para convencer acerca de la “realidad” falseada e
indiscutible de la historia del mundo egocéntrica eurocéntrica, imponer el dogma de un
modelo “universal”, cuyas consecuencias han sido nefastas, limitantes, supresoras,
denigrantes, para los sectores sometidos que les es difícil pensar en un mundo distinto,
cambiar la perspectiva, mirar al mundo con otros ojos, ampliar la visión, descartando o
ignorando que hay otras maneras de pensar la Historia, recorrerla de nuevo, reconstruirla,
pasar de lo “universal” impuesto, a la diferenciación de la diversidad: las distintas
localidades, enunciaciones y comprensiones, lo pluriversal, explorar la infinita riqueza de
las diversidades, posibilidades y miradas, incluyendo los sectores excluidos de siempre, la
mujer, el indígena, el negro, el esclavo, la diversidad sexual.

De manera que, la Historia Universal enseñada-aprendida es la historia de los


“vencedores”, historia europea en un alto grado a raíz de la hegemonía impuesta vista desde
su exclusivo lugar de enunciación, el discurso único y cerrado, asumir una postura crítica,
decolonial de la Historia, nos impulsa a hacer una Historia “nuestra” o Historias nuestras,
que sirva a “los intereses, necesidades y aspiraciones de nuestros pueblos y no de sus
dominadores y explotadores para transformar la conciencia y liberarnos”1

Precisamente, el Proyecto Decolonial, la Decolonialidad del Saber/Poder/Ser, la


inflexión Decolonial; forman parte de esos esfuerzos hacia nuevas epistemes. Es romper
con ese discurso uniforme, no es un método, no es un enfoque metodológico, es una mirada
con la posibilidad de contarnos utilizando cualquier método (neopositivismo, totalidad
concreta u otro) de manera múltiple, reivindica la historia de las luchas de los pueblos,
contactar cualquier sector, develar nuestra realidad: el pluriversalismo.

El presente Ensayo reflexivo y creativo se realiza a partir de la disciplina histórica


vista desde dos modelos confrontados: la Historia hegemónica dominante y la Historia
decolonial transmoderna, estudiamos la primera precisando sus características en relación a
la “Historia Universal. Las grandes corrientes de la Historia” en X tomos, de Jacques
Pirenne, precisando grandes rasgos de contenidos europeos, y la segunda en relación a
“Política de la Liberación. Historia Mundial y Crítica” de Enrique Dussel, precisando su
propuesta central de la transmodernidad hacia una historia decolonizada.

HISTORIA HEGEMÓNICA DOMINANTE

Jacques Pirenne (Bélgica, 1891-Francia, 1972), Historiador y abogado, profesor de


las universidades de Bruselas y Ginebra, relacionado estrechamente con la monarquía
belga, autor de “Historia Universal. Las grandes corrientes de la Historia” en X tomos,
publicados entre 1944 y 1972. En su contexto se deja entrever el carácter neopositivista de
sus postulados y motivaciones – significándose con la objetividad y la evolución de los
hechos históicos –sin desmeritar el análisis conjunto del devenir histórico y su exploración
de las leyes que lo rigen.

Al presumir, por una concepción histórica universal conforme a la hegemonía


impuesta por el eurocentrismo, se buscó precisar que tanta historia europea hay de historia
universal pero solo a grandes rasgos por el lugar y tiempo de que disponemos.

1
Cesar Araujo. Historia y Decolonialidad. Clase magistral. 26/03/2021 PNFA Historia, 2021
Así, de los X tomos escritos, el primero (Desde los orígenes al Islam) trata del origen
de la civilización y las civilizaciones antiguas desde la mirada eurocéntrica naturalmente en
la identificación de supuestas raíces judeo-cristianas y greco-romanas; el segundo (Desde el
Islam hasta el Renacimiento) otro tanto de apogeo y decadencia de imperios y culturas del
lado de los vencedores en la consolidación hegemónica de Europa; los tomos tres, cuatro y
cinco (Desde el Renacimiento hasta la formación de los grandes estados continentales de
Europa en los siglos XVI y XVII, El siglo XVIII liberal y capitalista, y La Revolución
Francesa) son exclusivos de la historia europea y la cultura del Atlántico europeizada; tomo
seis (El siglo XIX progresista y colonialista), tomo siete (El nuevo siglo y la Gran Guerra,
tomo ocho (La Segunda Guerra Mundial), tomo IX (Los años de Posguerra de 1945 a 1955)
y tomo X (Un nuevo Mundo en Gestación), las luchas por las hegemonías centradas en
Europa y el advenimiento de la hegemonía de los EEUU en el siglo XX como extensión de
la mirada europea de un aliado geopolítico mundial y los accidentes ocurridos en
confrontación con las demás civilizaciones, culturas, concepciones políticas o
cosmovisiones, con el triunfo de los sectores dominantes ostentadores del poder mundial.

Efectivamente, demostrada una Historia eurocéntrica, hegemónica, conquistadora,


colonizadora, impositiva, vencedora y universalizada, cuya expansión mundial responde
más a estrategias de sometimiento y ocultamiento bien sea deliberadamente o no con fines
de aprovechamiento ostentoso de la riqueza, donde se resaltan particularidades e intereses,
se obvia la diversidad y la alteridad del otro, y se impone la lógica de los sectores
dominantes.

La búsqueda de la hegemonía esta significada por la búsqueda de la expansión, la


riqueza y el poder, la exaltación de lo propio por encima de lo ajeno hasta negarlo
totalmente, lo que posteriormente dio cuenta del advenimiento de los nacionalismos, por lo
tanto, poco habría de interesarse por otros pueblos, civilizaciones y culturas, a no ser que
justifiquen su propia grandeza, lo cual es la tendencia egocéntrica común a superar, de allí
que aceptar las diferencias, convivir con la diversidad, enriquecerse mutuamente,
ubicándose en nuestro propio ser, saber, poder y convivir, es propio de la decolonialidad,
pasar de lo universal a lo pluriversal.
HISTORIA DECOLONIAL TRANSMODERNA

Enrique Dussel, conocido filósofo, teólogo e historiador, en su obra “Política de la


Liberación. Historia Mundial y Crítica” propone una nueva visión de la Historia,
liberadora, catártica, destructora de la colonialidad, intentar exponer una nueva historia de
la política, la historia de los pueblos como actores políticos y el pensamiento (filosofía
política) que lo sostiene, para ello hay que romper los marcos en los cuales se ha venido
sustentando la Historia “Universal” hegemónica, superar esos límites impuestos; según
Dussel tales limites contemplan2: 1) el helenocentrismo como proveniente de pueblos
barbaros que asimilaron las culturas egipcias, caldeas, fenicia semítica; 2) el
occidentalismo que ignora la importancia del imperio romano oriental, Bizancio,
Constantinopla, y los griegos en Florencia desplazados por los turcos, previo al
Renacimiento y la Modemidad; 3) el eurocentrismo que desprecia o ignora los aportes de
otras culturas, egipcias, mesopotámicas, chinas, indostaníes, islámicas, incluso aztecas,
mayas e incas; 4) la periodificación de la historia en Edad Antigua, Media, Moderna,
pudiendo entenderse de otra manera conforme a una visión pluricéntrica; y otros límites
más filosóficos políticos como 5) la secularización de la política con base teológica,
desarrollando una hermenéutica bíblica, por el “El Leviatán”, 6) el colonialismo mental en
la teoría de la filosofía política de pensadores de los países periféricos geopolíticamente
centrales, sin la crítica poscolonial desde su localidad; y 7) la exclusión de la América
Latina de la Modemidad, cuando sus aportes en plata metálica y en filosofía política fueron
ignoradas, además de otras imbricaciones teóricas y fácticas que pueden hacer mover el
inicio de la Modernidad al momento del “encubrimiento” de América.3

De manera que para la superación de la Modernidad-Colonialidad Dussel propone la


Transmodernidad, significa no ignorarla, no lavarle la cara oculta a la Modemidad,
“culpable de la violencia sacrificadora, conquistadora originaria, constitutiva, esencial”,
que destrozó nuestros pueblos originarios, sacrificó etnias, culturas y cosmovisiones,
violentó, sometió y esclavizó otros tantos, cualquiera haya sido la justificación del proyecto

2
Enrique Dussel. Política de la Liberación. Historia Mundial y Crítica. Editorial Trotta. Madrid, 2007
3
Enrique Dussel. 1492 el encubrimiento del Otro. Hacia el origen del Mito de la Modernidad.
Biblioteca Indígena. Bolivia, 2008
colonial-civilizador con el usufructo de las vidas de sus víctimas, y que continua con la
colonialidad del ser, del saber y del poder, rezagada desde entonces.

En consecuencia, la Transmodernidad busca superar, trascender la Modernidad, hacia


un mundo nuevo descolonizado, descentrado, diverso y de múltiples miradas, una Otra-
Edad, superar a plena conciencia la presencia dominante de la modernidad hacia un más
allá de la modemidad, comprenderla, trascenderla, donde la otredad, la alteridad del otro
permita el diálogo en condiciones de igualdad o asimétrico, pero al descubrir y respetar la
dignidad del otro.

Lograr ese reconocimiento de la alteridad del otro históricamente negado es posible


denunciando desde el encubrimiento que este proceso hizo sobre los sujetos y colectivos
como la colonialidad cristiana en el esclavizado, en los pueblos ancestrales, sacrificados,
esclavizados, sometidos, cuando resultaba un gran contrasentido, hasta las actuales
expresiones de violencia que ese mismo sistema se aseguró reproducir hoy en día para
prolongar su supremacía con las nuevas opresiones, sobre las mujeres, obreros,
diversidades sexuales, campesinos, afrodescendiente, jóvenes, niños, y demás agredidos,
martirizados y oprimidos del sistema mundo

Ante esta situación no hay acuerdo posible, solo cambiando o retornando a nuestro
lugar de enunciación, afirmando nuestras identidades culturales, epistémicas y existenciales
no como una alternativa sino como emancipación por el reconocimiento de nuestro sentido
de identidad original, con plena conciencia de su dinámica socio-histórica y geopolíticas
pero leyéndolas a partir de una convicción propia no impuesta, se hace posible
conseguirnos en un mundo mejor, encontrarnos con nuestro sentido de pertenencia,
identitario, libertario e igualitario.

De tal manera que la Historia Decolonial Transmoderna debe abrirse a otros Historias
en cualquier tiempo histórico, develar contenidos no hegemónicos, no tendenciosos, no solo
con las historias de china, la india, los árabes, sino necesariamente con nuestra historia,
volver a escribirla, desde nuestros ancestros hasta la actualidad con la mirada crítica
decolonial, donde se podrán hacer hallazgos, descubrimientos, a leer los documentos con
mirada fresca, por ejemplo en los Archivos de Indias, precisar los autores, intereses,
localidades, lugares de enunciación, contextos socio-históricos y geopolíticos e
interpretación con la mirada decolonial.

CONCLUSIONES

Quedó demostrado a grandes rasgos que la “Historia Universal” hegemónica ha sido


escrita desde la mirada eurocéntrica, magnificando sus procesos históricos locales y
regionales a costa del sometimiento, la dominación, el encubrimiento, la exclusión y el
desprecio de otros pueblos, asentamientos, localidades, regiones del mundo o
civilizaciones.

La plena incorporación de todos estos pueblos, localidades, enunciaciones y


comprensiones del mundo, con el reconocimiento de la alteridad del otro y la dignidad
personal conlleva necesariamente a rehacer la Historia, reconstruir la Historia-otra con la
mirada decolonial, superando lo Universal como sentido distorsionado del término, hacia lo
Pluriversal, asumiendo la riqueza de la diversidad, el diálogo intersectorial, intercultural,
inter-civilizatorio, despertando el verdadero ser, saber y poder originalmente constituido y
no trastocado, impuesto, encubierto u ocultado y que sirva a la redención, que sirva a “los
intereses, necesidades y aspiraciones de nuestros pueblos y no de sus dominadores y
explotadores para transformar la conciencia y liberarnos”.

REFERENCIAS

Araujo, Cesar. Historia y Decolonialidad. Clase magistral. 26/03/2021 PNFA Historia,


2021.

Pirenne, Jacques. Historia Universal. Las Grandes Corrientes de la Historia. X Tomos.


Editorial Cumbre S.A. México, 1978

Dussel, Enrique. Política de la Liberación. Historia Mundial y Crítica. Editorial Trotta.


Madrid, 2007

Dussel, Enrique. 1492 el encubrimiento del Otro. Hacia el origen del Mito de la
Modernidad. Biblioteca Indígena. Bolivia, 2008

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