Nombre: “Conversatorio virtual con Inés Dussel, La clase en pantuflas”
Formato: audiovisual Duración: 1:19:06 Currículo: Inés Dussel es profesora investigadora del Departamento de Investigaciones Educativas del CINVESTAV-IPN (Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, México). Es Doctora en Educación, egresada en la Universidad de Wincosin- Madison. Su formación de base es Ciencias de la Educación en la Universidad de Buenos Aires y cuenta con una maestría en Ciencias Sociales de FLACSO/Argentina. Fue becaria de la Fundación Spencer (USA), DAAD (Alemania), el CNPq (Brasil), la Universidad de Buenos Aires y el Georg-Eckert-Institut de Alemania. Ha trabajado en investigación educativa y formación docente por más de 20 años. Dirigió el área de educación de FLACSO/Argentina desde el 2001 al 2008. En los últimos 10 años ha trabajado en políticas y pedagogías de la imagen en la educación, a través de propuestas de formación virtual, investigación en las aulas, producción de materiales y revisión de políticas educativas y curriculares. Creó una red sudamericana de alfabetización en medios e imágenes, “Tramas, Educación, Imágenes y Ciudadanía” con Instituciones argentinas, chilenas y peruanas. Análisis: Desde el comienzo la autora Inés Dussel se encuentra en una especie de escritorio o biblioteca, bastante desordenada, que pienso que se trata de un lugar propio, esto lo deduzco por el título del audiovisual. A su vez existe un fuerte contraste entre lo actual y lo antiguo, ya que en ese lugar plagado de libros, hay también mucha tecnología actual, computadoras, laptops, impresoras, routers, etc. Ella está como en una videoconferencia, en la cual interactúa con un auditorio, mediante un chat, con el que recibe mensajes de diversos lugares de Argentina, pero también desde el exterior, incluso desde nuestro país. La autora advierte que en el lugar donde ella se encuentra se está levantando una fuerte tormenta, pero que pese a ello tiene varios planes alternativos en caso de no poder comunicarse por la vía por la cual lo están haciendo. Es un aspecto que resalto debido a que la tecnología es por momentos muy mezquina, y puede jugarnos una mala pasada de no tener algún plan alternativo. Cuando se plantea como hipótesis la idea de si es posible dar clase en pantuflas, convengamos que el término “en pantuflas” responde a la idea de la clase desde nuestra casa, una clase virtual, ella advierte que ya lo estamos haciendo, este momento tan particular generó el derrumbe por así decirlo del espacio aula como tradicionalmente lo conocemos. Dussel explica que se va a centrar en tres puntos importantes y va a irlos desarrollando con el correr del audiovisual. Estos puntos son la escuela y el aula; los contenidos y en tercer lugar la incorporación de las nuevas tecnologías, si estas serán la única vía de recorrido de la enseñanza de cara al futuro o no. Para ella este es un momento neurálgico donde el confinamiento ha hecho cuestionar las bases de la educación a nivel mundial y allí menciona cifras de Argentina y México en cuanto a la cantidad de estudiantes. El cuestionamiento proviene desde las políticas desarrolladas en varios países mediante la llamada educación a distancia, con diversas plataformas educativas, programas de televisión y radio, internet, lo que ha llevado a pensar que se aprende en cualquier lugar y que la institución educativa, el aula es algo obsoleto. Qué estamos viviendo un cambio de paradigma. Pero que también hay quienes opinan lo opuesto, sobre todo en sociedades muy desiguales como las latinoamericanas, donde aquellos que pueden recibir esa educación a distancia son los que tienen un poder adquisitivo mayor y quienes tienen mejor poder adquisitivo son los que quedan por fuera del sistema, del alcance de las nuevas tecnologías. El aula venía siendo hasta ahora un espacio físico diseñado para dar clase exclusivamente, y en base a ese espacio regulamos nuestra voz, planificamos nuestros temas a enseñar, como los vamos a enseñar, los trabajos grupales, a todo eso la autora le llama la coreografía del aula. Una de las problemáticas que surgen a partir de esta desaparición del aula física ha traído consigo y se transforma en un elemento negativo y es que el estudiante no tiene las voces de sus pares, la autora habla de otras voces infantiles y también el sentirse observado por los docentes que en un aula es como algo más compartido. También el hecho de la enseñanza de manera virtual ha hecho demasiado pública la enseñanza de los docentes, incluso dentro de esa aula virtual aparecen componentes, que anteriormente no aparecían, como los padres y esto hace que la educación se transforme en un juego entre adultos y no algo volcado hacia los estudiantes. Otro aspecto importante que menciona el audiovisual es como se van perdiendo con la desaparición del aula física y el centro educativo, las heterotopías, de las que hablaba Foucault, el intercambio entre pares en diferentes situaciones y lugares, este tipo de intercambio que se genera a partir de las aulas virtuales tiendes ser muy monótono. El espacio aula es un espacio que sociabiliza, nos enseña la importancia de la convivencia y nos ayuda a desarrollarnos con otros. La autora también que lo virtual complica el tema de la simultaneidad, es difícil para el docente poder acompañar el aprendizaje del estudiante en condiciones tan adversas como la distancia, por ejemplo, eso hace que los gestos las miradas se pierdan y son elementos que en muchas ocasiones permiten distinguir si el estudiante está siguiendo la clase, está entendiendo o no. Hay elementos que no son solamente verbales en una clase. El problema de la atención es realmente algo caótico en el mundo actual según la autora, el bombardeo constante de las redes ha generado en el ser humano una crisis atencional, para ella hoy por hoy es casi imposible estar sentado durante tres horas atendiendo una conferencia, es muy difícil poder mantener un alto grado de concentración. Este aspecto no es menor, ya que si en el ámbito escolar la atención ya de por si es un gran desafío, mucho más lo es cuando el espacio físico del aula desaparece y nuestra clase es dentro del espacio doméstico, donde emergen infinidad de agentes distractores. El siguiente punto a desarrollar por parte de la autora es el de los contenidos educativos en momento de confinamiento, y explica que existe actualmente un intenso debate entre aquellos que defienden la idea de continuar con los programas oficiales llamados ”continuistas” y aquellos otros que defienden la idea de una educación más transversal adecuada a la situación actual, entre los cuales se encuentra el italiano Tonucci, que es de la idea centrar la enseñanza en contenidos referidos a la salud, el ámbito doméstico, la geopolítica, etc. También continuando con la idea de este autor italiano abstenerse de evaluar y sin caer en la desesperación hacer la enseñanza algo más propio del quehacer cotidiano. La evaluación en estos casos puede significar la expulsión del estudiante del sistema educativo, cuando en realidad se lo quiere unir al mismo. Dussel si bien no es partidaria del continuismo en este caso tan particular, tampoco considera positivo abandonar la currícula totalmente ya que ella es un marco de referencia, del cual el docente puede ayudarse constantemente. A su vez con respecto a el tema de la evaluación se desprende solo un poco del pensamiento de Tonucci, ya que propone que la evaluación sea formativa y no estrictamente algo propio de lo curricular, reflexionar sobre los errores y ayudar a corregirlos. Las tareas que les están siendo enviadas a los estudiantes son demasiado exigentes y largas, esto provoca que ellos se vean sobre exigidos y desmotivados de hacerlos. Además menciona que hay expectativas demasiado altas por parte de los docentes, pero que muchas veces el estudiante no tiene el acompañamiento suficiente como para realizar dichas tareas. Para la autora es importante mantener la continuidad, sobre todo en el ámbito escolar, ya en lo que respecta al nivel secundario y terciario, hay una diferencia sustancial ya hay otra formación y es posible pactar algunos encuentros más esporádicos. Por último toca el tema de las tecnologías nuevas en el aula, y dice que en los últimos años hemos venido adaptándonos mal o bien, con mayor o menor dificultad. Dice que es importante la idea de mantener el contacto y que la parte audiovisual es fundamental para continuar con ese acercamiento, por lo tanto es necesario que el docente complemente sus tareas, con la plataforma virtual. El hecho de fijar el encuentro ayuda conectarse entre estudiantes y docentes, pero también el hecho de estar de cuerpo presente ayuda a fomentar el intercambio. Esto no es algo tan fácil, debemos tener en cuenta diferentes tipos de plataformas y soportes para mantener el contacto. Según la autora el WhatsApp es una de esas vías pero hay que tener cuidado con el hecho de que los estudiantes son menores de edad y por lo tanto debe ser por intermedio de algún celular de la familia, además muchos de los estudiantes no tienen celular. Es importante también según Dussel que se busque algún tipo de trabajo colectivo entre los propios estudiantes, que el intercambio no sea solo de estudiante a docente. La autora del audiovisual nos tiende una mano proponiendo consejos que pueden sernos útiles a la hora de continuar con nuestras clases, una de ellas y la primera es la de no desistir, continuar generando vínculos, aunque muchas veces no sean los más fructíferos pero también para que los mismos estudiantes no desistan. Para Inés Dussel este es un buen momento de repensar nuestras prácticas y a su vez para permitirnos reflexionar sobre nuestro accionar, pero por sobre todas las cosas para aprender. Quizá la clase tradicional no permitía ver con claridad determinados elementos que hoy bajo estas circunstancias si son visibles y en cuanto a las diferentes reacciones de los estudiantes ante las tareas propuestas por nosotros. Desde la dificultad que les sugiere realizarlas hasta la negación. Hoy los estudiantes atraviesan por un período de soledad frente a lo propuesto por el docente, desde que el docente no está físicamente en ese espacio diseñado para tener clases, hasta el hecho de estar alejados de sus pares. Es por eso que según ella debemos plantear tareas que ayuden a la reflexión, que haya presente en las mismas cierto grado de dificultad, pero que esa dificultad no sea el motivo de abandono y frustración. Este momento de desaceleración para la autora es un momento también para pensar que es lo que debe continuar y que es aquello que no debería continuar existiendo, que es lo que debemos conservar de nuestra práctica docente y cuales son los aspectos que debemos corregir para tener un alcance mayor y mejor sobre nuestros estudiantes. Los centros educativos cumplen muchas funciones más que el solo hecho de impartir conocimientos, es por esto que es importante discernir entre que opciones deberíamos elegir los actores de la enseñanza para poder mejorar. Ella no solo elige más escuela, sino también mejor escuela, no en detrimento de la tecnología, sino la tecnología como un aporte significativo. Pero en la escuela del futuro tiene que seguir existiendo el espacio de intercambio.