Está en la página 1de 19

1

CAPACITACION

“HERRAMIENTAS DE ACONSEJAMIENTO EMOCIONAL”

Lic. Camila Saraco

Psicóloga MN 57791

¡BIENVENIDOS!

VAMOS A ABORDAR LOS SIGUIENTES EJES:

 Proceso de Aconsejamiento: definición y elementos.


 Rol del Consejero: lo que se espera de él; lo que “Si” se debe y lo
que “No” se debe.
 Emociones: su gestión en nosotros y en el aconsejado.
 Momentos de Intervención de Consejería: diferentes momentos de
crisis.
 Versículos sobre Aconsejamiento
 Problemas más frecuentes en el Consejero
2

Proceso de Aconsejamiento

El objetivo de esta capacitación es brindarte herramientas prácticas y


concretas que te permitan realizar una labor de aconsejamiento en la
iglesia donde te encuentres, o en el grupo o persona con la que estés
trabajando de forma personalizada, que contemple el área emocional.

Quizás estés ocupando un rol de consejero, y te encargues de enfocarlo


siempre desde lo espiritual, lo cual es necesario, es importante, es una de
las partes, pero también necesitas algunas herramientas que tengan que
ver con lo emocional, para poder realizar una tarea de mejor manera.

Me gusta pensar en el aconsejamiento como un proceso.

Para esto es importante que podamos conocer la etimología de la palabra


aconsejamiento: en su etimología, esta proviene del verbo activo
transitivo «aconsejar» y del sufijo «miento» que indica acción y resultado.

Es decir, como todo proceso, el aconsejamiento tiene que incluir acción y


también algún resultado, al cual se aspire. Es claro que jamás el consejero
será responsable de lo que el aconsejado haga con aquella acción
recomendada en el aconsejamiento, pero si es condición que haya algún
lineamiento a seguir por parte del consejero, como plan de acción.

En los casos donde esa acción no está, podremos encontrarnos ante


aquellas consejerías en donde la persona que acudió, sale con la sensación
de que quizás “no se lleva nada”. Esto puede ser porque está fallando la
acción como parte del proceso.

Respecto al resultado, podemos tener la tranquilidad de haber podido


intervenir con una propuesta, que claramente, quedará en manos de la
3

persona que consulta, el llevarla a cabo. Pero es importante que ese


resultado sea visible y posible de lograr, y no utópico, ya que esto también
genera sensación de insatisfacción en la consejería.

Entonces, uniendo ambas partes de la etimología, en el aconsejamiento


estaremos pensando junto al consultante, un plan de acción concreto, que
pueda llevar a un resultado alcanzable, posible, que beneficie al
consultante en referencia al motivo que lo llevo a tener una consejería.

Vamos a ubicar los siguientes elementos como parte del aconsejamiento,


incluyendo la acción y resultado:

1. Consejero: es aquella persona (en este caso ustedes) que ocupa el


lugar de saber. Implícitamente si alguien te está pidiendo un
consejo, es porque te ubica en un lugar de superioridad, autoridad,
sabiduría, ya sea espiritual, o de la vida, pero hay roles asimétricos
(es decir, no están a la misma altura). Esto ocurre de forma
implícita.
2. Consultante: en este caso puede ser que la demanda de consejo
haya sido planteada por el consultante de forma abierta (“necesito
que me des un consejo”) y en otras oportunidades es lo que yo
llamo una demanda generada por otro (son aquellos casos en
donde vos quizás le pedís permiso para darle un consejo, o alguien
te pide que hables con esa persona sobre algún tema específico, o
cuando la consejería se da de manera informal, sin haber sido
programada)
3. Motivo: este motivo es lo que vamos a ubicar como “problema”.
Puede ser que el problema sea planteado desde el inicio, o puede
4

ser que se construya a lo largo de la conversación como una


construcción en conjunto entre el consejero y el consultante.
4. Objetivo: en este punto vamos a determinar qué tipo de consejo
necesita la persona. En algunos casos es una opinión, en otras es un
ayudar a pensar algún tema desde una mirada que no sea la propia,
y en otros casos será un pedido de socorro, ayuda, sin ningún tipo
de idea de cómo accionar sobre lo que le pasa, en este último suele
ocurrir que el consultante no sepa que está mal o no puede con
algo, por otra cosa, y es en el plano de la consejería donde quizás
esto puede salir a la luz.
5. Plan de acción: es lo que incluye la acción que mencionamos al
comienzo. En este plan de acción vamos a proveerle al consejero
diferentes maneras de ver su “problema” y accionar sobre él.
6. Resultado: es visualizar entre consejero y aconsejado que pasaría si
se aplica tal o cual plan de acción.
7. Atmósfera espiritual: estar conscientes continuamente como
consejeros de todo lo que puede estar ocurriendo en el aconsejado
y también en el ambiente, referido a lo espiritual. Interceder, frenar
la conversación para repreguntar o para orar, según sea necesario.

También es interesante pensar que como todo proceso, el


aconsejamiento, va a constar de diferentes momentos, los cuales pueden
ser en diferentes tiempos cronológicos (es decir, que el aconsejamiento
durara más de un encuentro personal o telefónico) pero también de
diferentes momentos dentro del mismo encuentro, lo cual se debe a que el
aconsejamiento está atravesado por lo emocional, y esto va afectando la
5

atmosfera de conversación, además de tener en cuenta lo que vaya


ocurriendo en el plano espiritual.

Pensar el aconsejamiento como un proceso y tener en cuenta estos


elementos, nos permite abordar con mayor claridad y organización la
consejería, brindando así un servicio más eficiente.

Rol del Consejero

En este eje, vamos a ocuparnos de uno de los elementos del


Aconsejamiento, que es el del rol del consejero.

Cuando alguien acude a consultar una consejería, es posible que en el rol


del consejero se depositen expectativas o funciones que quizás no son las
correctas.

El consejero debería:

 Brindar un espacio de escucha y contención para la persona que


acude.
 Permitir la posibilidad de que el aconsejado relate lo necesario para
poder expresar su malestar o necesidad.
 No interferir con opiniones o calificaciones que puedan llegar a
confundir o dañar a la persona.
 Tener cuidado con no ocupar el rol de “Mesías”, esto se lo conoce
como una actitud de escucha por la cual el consejero intenta
6

resolver el la situación planteada, u ocupar el lugar que solo Dios


puede ocupar. En este punto es bueno reflexionar, sobre todo
cuando el aconsejado no sigue los lineamientos propuestos por el
consejero, o las cosas no salen como se esperaba.
 Siempre comenzar el tiempo de consejería con una oración. Parece
innecesario aclararlo, pero te puede pasar que te entusiasmes en la
conversación, y “se te pase por alto”, lo cual cambia la atmosfera
espiritual de ese tiempo que compartas con la persona. Cuando le
entregas ese tiempo a Dios, en oración, ora específicamente para
que las palabras que salgan de tu boca sean guiadas por Dios, y no
por tu propia percepción.
 Tener plena conciencia, continuamente, que no estás solo en tu rol.
El Espíritu Santo es aquella persona, que aunque invisible, está al
lado tuyo capacitándote y mostrándote aun cosas que permanecen
ocultas a tu razonamiento, y además, revelándote lo espiritual. Eso
también lo sumamos a lo del Síndrome del Mesías, en el sentido de
no querer ser vos quien solucione el problema, sino que vos sos
parte, sos instrumento.
 No mezclar tus emociones y pensamientos, sino mantener una
actitud neutral y basada en La Palabra. Sé que es difícil poner a un
costado tu historia, tu sentimiento, y otros elementos que tienen
que ver con el plano de lo emocional, pero desde ese lugar nunca
vas a poder dar un consejo sano.
 Cuidar tus propias emociones y tu vida espiritual. No podemos dar
lo que no tenemos. Por eso es necesario que puedas mantener vos
también tus emociones sanas, y tu búsqueda de Dios activa, ya que
de eso que cultives, vas a tomar para ayudar a otros.
7

Emociones

Las emociones son reacciones automáticas de nuestro ser ante diferentes


situaciones que atravesamos en la vida.

No podemos hacerlas a un lado, son parte de nuestra vida, y las


necesitamos. Ellas tienen una función en nosotros, ya sea advertirnos un
peligro, como puede ser el miedo, o indicarnos que algo nos interesa,
como puede ser la tristeza o la alegría.

En lugar de intentar erradicar las emociones de nosotros, debemos


aprender a gestionarlas, educándonos en su utilización correcta, y en
sobre todo no dejar que ellas nos dominen, sino nosotros hacer uso de
ellas.

En el proceso de aconsejamiento la emocionalidad está presente desde el


comienzo hasta el final. Ya sea de parte del aconsejado que atravesado
por las emociones puede estar relatándonos hechos importantes de su
vida, o su estado anímico actual, o bien, de parte nuestra, como
consejeros, abordando la vida del consultante, pero también, atravesados
8

por nuestra propia historia, nuestras vivencias, y lo que ello fue generando
en nosotros a nivel de impacto emocional.

Veamos:

 Emociones en el Consejero:

Como dijimos en el apartado anterior, al momento de aconsejar, es


importante estar limpios de nuestras propias emociones, sobre todo,
porque habrá ciertos temas que resonaran en nuestra escucha, como
propios. Si bien es bueno empatizar con quien estamos aconsejando, es
decir, ponernos en su lugar, en caso de no tener resueltas nuestras
propias vivencias, quizás podamos interferir en el proceso de
aconsejamiento, generando confusión en el aconsejado. Con esto no digo
que nos convirtamos en robots, que mecánicamente escuchemos,
opinemos, guiemos, sin tratar de sentir lo que el otro siente, o
“poniéndonos en sus zapatos”, recordemos que La Biblia nos enseña a
“reír con los que ríen y llorar con los que lloran”, pero aunque podamos
sintonizar emocionalmente con nuestro aconsejado, no deberíamos estar
realizando algún consejo desde nuestra propia experiencia. Con lo cual es
bueno evitar utilizar ejemplos como “a mi cuando me paso eso…” o “yo lo
que haría es…” o “a mí me paso que…” sino que podamos dar el consejo
desde La Palabra, la revelación espiritual, y si utilizamos la experiencia
propia, que sea desde lo que eso generó en nosotros y nos desde como lo
vivimos (es decir pararnos en el resultado que logramos, y no en lo que
hicimos, como lo hicimos). Otro punto importante respecto a lo
emocional, desde nuestro rol, es evitar opinar desde nuestra mirada.
Recordemos siempre los dos elementos del aconsejamiento: acción y
resultado. Con lo cual, si lo que vamos a decir no contribuye al plan de
9

acción con el cual vamos a trabajar, no lo digamos, porque probablemente


estemos hablando desde nuestra emoción.

 Emociones en el Aconsejado:

Desde este otro rol, las emociones atravesaran todo el proceso de


aconsejamiento. El relato que estaremos oyendo va a incluir todo tipo de
emocionalidad, ya que la persona que está pidiendo un consejo, es porque
se encuentra en un momento de crisis, de necesidad de intervención de
otro, con lo cual, jamás debemos reprimir las emociones de nuestro
aconsejado. Primero porque es imposible, tampoco nos compete a
nosotros ser jueces de lo que al otro le tiene que doler o no sobre algo, y
por otro lado, liberar las emociones al hablar, ya sea con llanto, con relato,
con historizarse, tiene efecto terapéutico en sí mismo.

En esos casos, nuestra tarea será brindar un espacio de contención para el


aconsejado, permitiendo que exprese libremente lo que siente acerca de
eso que le está pasando. Evitaremos anular las emociones del aconsejado,
dejando que pueda descargar lo que necesite en nosotros.

En el aconsejado las emociones también pueden estar reprimidas por un


mecanismo de defensa que el psiquismo aplica con el fin de evitarle el
dolor. Este mecanismo se conoce como aislamiento emocional el cual se
muestra en el aconsejado cuando este relata un hecho traumático o
doloroso, libre de emoción, no precisamente porque ya lo haya superado,
sino porque lo aisló afectivamente para que no dañe su psiquismo. En este
caso, nuestra tarea junto al Espíritu Santo, será poder ayudar al
aconsejado a emocionalizar ese episodio, ponerle nombre, llevarlo a darle
la entidad que tenga que darle para así poder sanarlo, superarlo, y
10

construir una acción que le dé un resultado (en caso que eso sea lo que
esté afectando al aconsejado).

Momentos de Intervención de Consejería:

Diferentes momentos de crisis.

 Duelo: uno de los momentos que más requiere de acompañamiento


y aconsejamiento es el proceso del Duelo. Cuando se realiza una
pérdida en la vida de alguien, todo cambia de repente, aun cuando
esa pérdida ya hubiera estado prevista. Como consejeros debemos
saber que el aconsejado puede pasar por las siguientes etapas en un
proceso de Duelo:
 Negación: en esta etapa, el aconsejado puede aún no creer lo
que le está pasando y no reconoce que ya perdió a la persona
amada. Son esos casos en donde aún se encuentran diciendo
“no voy a poder vivir sin él”, “no puedo creer que se haya
ido”. Aquí es importante respetar y esperar a los tiempos,
ayudando a que se dé cuenta que la persona ya no está.
 Enojo: en esta etapa el aconsejado puede estar enojado con
sí mismo, con la persona que partió, con los médicos, con
otras personas relacionadas e incluso con Dios. Es importante
aquí, sacarlo de la emocionalidad del enojo, contrarrestando
con miradas opuestas que lo lleven a la reflexión, obviamente
sin confrontar y respetando los tiempos.
 Aceptación: cuando se llega a esta etapa se debe realizar un
acompañamiento concreto que incluya propuestas de acción
que el aconsejado pueda llevar a cabo ahora que ya
11

reconocer que esa persona no está más, y que su vida debe


continuar.

Es importante que todo el acompañamiento de consejería en el tiempo de


duelo se dé respetando las emociones del aconsejado, ser cuidadoso de
los tiempos que el otro maneja, no mezclar con experiencias propias, y
también contener desde lo afectivo y espiritual, sin obligar ni anular lo que
el otro siente.

 Problemas matrimoniales: una consulta que puede darse con


frecuencia es la de los problemas matrimoniales. En este aspecto,
los futuros aconsejados pueden presentarse a pedir consejería en
conjunto o por separado. Es importante tener en cuenta que
muchas veces las parejas en crisis, o alguna de sus partes, pueden
querer consultar con un consejero para ubicarlo a modo de juez o
arbitro lo que es, buscar una tercer opinión que posicione a una de
las partes como ganadora. Es lo más frecuente, pero como
consejeros debemos correr al consultante de ese foco, y pasarlo al
de buscar negociación. Sabemos que donde hay un conflicto, sea
cual fuere, hay posibilidad de conciliar una solución mediante la
negociación. Lejos de aportar favoritismo por uno o por otro,
nuestra tarea será la de construir un tercer camino que favorezca la
unión de las dos personas, a menos que la integridad de una de ellas
esté en peligro. En este caso es importante que podamos saber qué
posición tomaremos como consejeros ante diferentes
problemáticas que se nos puedan presentar en una crisis
matrimonial, como por ejemplo puede ser la presencia de violencia
12

de género. Es bueno saber qué opina la Iglesia a la cual


congregamos y respondemos como líderes o consejeros, sabiendo
que tenemos ese respaldo al momento de conocer un caso de esta
índole. Consideremos que en algunos casos, como consejeros,
somos esas personas de confianza que el aconsejado pudo elegir
para confesar alguna situación que nadie más sabe, y que necesita
de nuestra ayuda.

 Depresión: sobre todo en los tiempos en los que estamos viviendo,


es posible que nos toque aconsejar personas con algunos
indicadores de Depresión. Este mal es un trastorno emocional y
mental, que requiere de la intervención de profesionales de la salud
mental (psicólogo y/o psiquiatra). Como consejeros en este caso
estaremos proveyendo escucha, afecto, comprensión, y fortaleza
espiritual. No podremos quizás ocupar el lugar de un profesional de
la salud mental, sino que nuestro rol será más del lado emocional
afectivo. Para la persona con depresión es importante contar con
una escucha que no emita juicio, sino empatía. Que no cuestione,
que no critique, no opine, sino que aconseje desde el amor y
siempre teniendo en cuenta el elemento del que hablamos al
comienzo: acción y resultado. Quizás podemos proveerle de ideas o
recursos para que realice alguna actividad, dar una mirada diferente
a la mirada negativa que alguien que padece este difícil cuadro
puede tener.
13

 Crisis vitales: estas son aquellas crisis que todo ser humano puede
atravesar, las cuales son esperables, por ejemplo, casarse, tener un
hijo, comenzar una carrera o querer dejar una carrera, el momento
cuando los hijos se independizan, crisis económicas, etc. Lo
recomendable en estos casos es realizar un recorte de situación, es
decir, como consejero, limitarte a lo que le está pasando a esta
persona en ese momento. Por ejemplo, tomemos la crisis de tener
un hijo, que quizás le sucede a algunas mujeres o a una familia de
padres primerizos, que con la llegada del primer hijo se desarticulan
algunas cuestiones. No podemos como consejeros movernos en
historizar el pasado de esos padres, moverlos a su infancia, como
puede ocurrir en un proceso de terapia. La tarea del consejero será
recortando ese problema en particular, escuchar cómo se siente esa
mamá, esa familia, idear un plan de acción, con consejos concretos,
inspirados en la Palabra, y proveer alcanzar algún resultado. Las
crisis vitales en ámbitos de consejería, se recortan a ese momento
específico.

 Enfermedad: aconsejar en momentos de enfermedad es una de las


cosas más difíciles. Hay mucha susceptibilidad, y los consejos que
podamos dar deben ser muy cuidadosos. La tarea del consejero en
estos casos es poder proveer acompañamiento en el cómo se siente
durante el proceso de enfermedad que le toca enfrentar al
aconsejado. No podemos dejar a un lado las emociones a flor de
piel que se encuentran en el consultante, por eso debemos ser
respetuosos de no dar animo desde lo verbal sino que se puede
intentar que el ánimo sea impartido desde lo espiritual. Por eso los
14

encuentros pueden ser basados más en compartir palabra de Dios y


oración, que tratar de animar desde lo verbal motivando con frases
como: “dale! Animo que tienes que ser fuerte”, “es lo que te tocó y
tienes que enfrentarlo”, “mira todo lo bueno que tienes alrededor”.
Estas son frases que parecen de ánimo, pero que en realidad dejan
al aconsejado en una postura de parecer que esta además de
enfermo no pudiendo ser fuerte, no pudiendo mostrar ánimo,
cuando en realidad está en lugar de padecimiento y necesita
contención.

Como podemos ver en estos ejemplos principales, las emociones son


parte del encuadre al momento de aconsejar, y necesitamos ser muy
cuidadosos cuando intervenimos en la vida de una persona con nuestra
palabra, opinión, consejo, ya que es sabido que un consejo mal dado,
puede hacer que una persona cierre su corazón a los demás, e incluso a la
Iglesia y a Dios. Claro que esto no es responsabilidad nuestra como
consejeros, pero debemos ser instrumentos de paz y no de confusión.

Versículos sobre Aconsejamiento

 Hebreos 3:13 “Antes exhortaos los unos a los otros cada día,
mientras {todavía} se dice: Hoy; no sea que alguno de vosotros
sea endurecido por el engaño del pecado.”
15

 Hebreos 10:25 “no dejando de congregarnos, como algunos


tienen por costumbre, sino exhortándonos {unos a otros}, y
mucho más al ver que el día se acerca.”

 Juan 14:26 “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el


Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y
os recordará todo lo que os he dicho.”

 Salmos 16:7 “Bendeciré al SEÑOR que me aconseja; en verdad,


en las noches mi corazón me instruye.”

 Salmos 73:24 “Con tu consejo me guiarás, y después me


recibirás en gloria.”

 Proverbios 11:14 “Donde no hay buen consejo, el pueblo cae,


pero en la abundancia de consejeros está la victoria.”

 Proverbios 24:6 “Porque con dirección sabia harás la guerra, y


en la abundancia de consejeros está la victoria.”

 Proverbios 12:15 “El camino del necio es recto a sus propios


ojos, mas el que escucha consejos es sabio.”

 Hebreos 4:12 “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más


cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la
división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los
16

tuétanos, y {es poderosa} para discernir los pensamientos y las


intenciones del corazón.”

 Proverbios 18:13”El que responde antes de escuchar, cosecha


necedad y vergüenza.”

 1 Corintios 2:9 “sino como está escrito: COSAS QUE OJO NO


VIO, NI OIDO OYO, NI HAN ENTRADO AL CORAZON DEL
HOMBRE, {son} LAS COSAS QUE DIOS HA PREPARADO PARA
LOS QUE LE AMAN.”

 Romanos 15:14 “En cuanto a vosotros, hermanos míos, yo


mismo estoy también convencido de que vosotros estáis llenos
de bondad, llenos de todo conocimiento y capaces también de
amonestaros los unos a los otros.”

 Santiago 1:19 “{Esto} sabéis, mis amados hermanos. Pero que


cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la
ira;”

 2 Timoteo 3:16-17 “Toda Escritura es inspirada por Dios y útil


para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en
justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado
para toda buena obra.”

 1 Corintios 3:1 “Así que yo, hermanos, no pude hablaros como


a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.”
17

 Isaías 9:6 “Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido


dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará
su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno,
Príncipe de Paz.”

 Proverbios 13:10 “Por la soberbia sólo viene la contienda, mas


con los que reciben consejos está la sabiduría.”

 Proverbios 15:22 “Sin consulta, los planes se frustran, pero con


muchos consejeros, triunfan.”

 Proverbios 12:18 “Hay quien habla sin tino como golpes de


espada, pero la lengua de los sabios sana.”

 Romanos 15:4 “Porque todo lo que fue escrito en tiempos


pasados, para nuestra enseñanza se escribió, a fin de que por
medio de la paciencia y del consuelo de las Escrituras
tengamos esperanza.”
18

Problemas más frecuentes en el Consejero

En esta pequeña lista mencionaremos algunas dificultades que un


Consejero puede presentar al ejecutar su rol:

 Que lo consideren dueño de dar si o si una solución al problema o


situación que se plantea en la consejería: por eso es importante
siempre mantener ese rol de instrumento pero el que da la solución
es Dios, y el que genera la acción es el aconsejado.

 Que se genere un vínculo de dependencia emocional del aconsejado


con el consejero: en este punto es necesario delimitar el espacio y
modalidad de consejería. NO contestar las llamadas siempre, no
demostrarse a total expensas del aconsejado, encuadrar bien los
tiempos.

 Que se malinterprete lo que el consejero quiso indicar, con lo cual


se le atribuye un posible error: aquí es importante que se aconseje
siempre en oración, con la guía del Espíritu Santo, y no desde la
propia experiencia.

 Sentir que no podrá dar un consejo porque lo que escucha toca


mucho su historia: en esos casos es importante poder poner en
oración eso, y si no podemos llevarlo adelante, corrernos.
19

Qué bueno es saber que no somos perfectos, con lo cual lo que hacemos
tampoco será perfecto, pero en las manos de Dios, y capacitándonos,
podemos ofrecer cada día un servicio más excelente.

Sos un instrumento en las manos de Dios.

Tu tarea vale muchísimo. Somos extensión del Señor, llamados a sanar,


llevar consuelo, paz y luz a muchos que pueden necesitarlo.

Donde terminan tus fuerzas, comienzan las de Dios. Te aconsejo que en tu


rol de siervo del Señor puedas buscar la guía del Espíritu Santo en todo
momento, y trabajar en equipo con él, para así poder cumplir con tu
llamado.

Espero que esta capacitación te haya brindado herramientas útiles que


sumen a tu tarea.

¡Sigamos adelante extendiendo el Reino!

Bendiciones!!

También podría gustarte