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Trasfondo de 1 Corintios

Pablo se enteró de los problemas de la congregación de Corinto mientras se


encontraba en Éfeso, una ciudad que estaba al otro lado del mar Egeo. Por lo visto hizo
una visita a Corinto después de estar en Éfeso, pero esa visita no fue suficiente para
resolver los problemas (vea 2 Corintios 12:14,21; 13:1). No hubo ningún cambio
sustancial.
Después, les escribió una carta desde Éfeso (vea 1 Corintios 5:9–11.) Esta carta no fue
conservada.
Entonces los corintios respondieron en una carta que llevaron a Éfeso Estéfanas,
Fortunato y Acaico. La carta contenía una serie de preguntas, pero también representaba
un reto para Pablo. ¿Qué sabía Pablo? La carta de los corintios mostraba un espíritu
soberbio y hasta ridiculizaba al apóstol. También daba evidencias de una actitud de
tolerancia hacia la inmoralidad, actitud que es bastante familiar hoy en día.
Entonces Pablo escribió la carta que conocemos como 1 Corintios. No es sorprendente
que su contenido sea fuerte; la visita personal no había logrado resolver los problemas en
Corinto. Su “primera” carta sólo había provocado un desafío, además de haber
despertado una serie de interrogantes en la congregación. Pablo tenía que escribir una
carta franca que no anduviera con rodeos y que al mismo tiempo emanara el espíritu
amoroso del evangelio. Esta es una carta muy interesante, práctica, y muy necesaria para
las iglesias cristianas de hoy en día.
Por la segunda carta que les escribió Pablo a los Corintios, sabemos que la primera
carta surtió efecto. La congregación de Corinto acató sus amonestaciones y sus
instrucciones, aun cuando no todos los problemas fueron resueltos y persistió cierto
movimiento de oposición. Sin embargo fue una carta eficaz. Que así mismo sea para
nosotros, los cristianos de los últimos días, para quienes Pablo, por medio del Espíritu de
Dios, también escribió esta carta.

Bosquejo
I. Introducción (1:1–9)
A. Saludo apostólico (1:1–3)
B. Agradecimiento por las bendiciones espirituales (1:4–9)
II. Lucha contra un falso concepto del ministerio cristiano (1:10–4:21)
A. Divisiones en la congregación (1:10–17)
B. Cristo, sabiduría y poder de Dios (1:18–2:16)
C. La función del ministerio cristiano (3:1–23)
D. Carácter de los apóstoles de Cristo (4:1–21)
III. Varios problemas morales y espirituales de la congregación (5:1–14:40)
A. Problemas de disciplina en la congregación (5:1–13)
B. Dos tropiezos en la santificación (6:1–20)
C. Asuntos matrimoniales (7:1–40)
D. El problema de la ofensa: Comida ofrecida a los ídolos (8:1–13)
E. La abnegación de Pablo por el evangelio (9:1–27)
F. Advertencia contra el culto a los ídolos (10:1–11:1)
G. Lo apropiado en el culto (11:2–34)
H. Los dones espirituales (12:1–31)
I. El amor cristiano (12:31–13:13)
J. El uso apropiado de los dones espirituales en el culto público (14:1–40)
IV. La resurrección corporal (15:1–58)
A. Testimonio de Pablo de la certeza de la resurrección de Cristo (15:1–11)
B. Negar la resurrección de los muertos es negar la resurrección de Cristo (15:12–19)
C. La resurrección de Cristo asegura nuestra resurrección (15:20–28)
D. La seguridad de nuestra resurrección afecta nuestra vida (15:29–34)
E. La resurrección del cuerpo (15:35–49)
F. La gloria y el triunfo de nuestra resurrección (15:50–57)
G. ¡Por tanto, mantén activa tu fe! (15:58)
V. Comentarios finales y saludos (16:1–24)
A. Ofrenda para el pueblo de Dios (16:1–4)
B. Planes inmediatos de Pablo (16:5–9)
C. Bienvenida a Timoteo y a Apolos (16:10–12)
D. Exhortaciones (16:13,14)
E. Reconocimiento a los que sirven en la iglesia (16:15–18)
F. Saludos finales (16:19–24)

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