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Algunos, sin embargo, consideran 6:14; 7:1 como una interpolación no-paulina en la
carta. La argumentación incluye:
(a) La gran cantidad de palabras que no se hallan en otra parte en los escritos de Pablo
ni en el Nuevo Testamento.
(b) Combinaciones de palabras que sólo raramente una Pablo (6:14; 7:1).
(c) Estrechas relaciones conceptuales con la comunidad de Qumram.
Unidad: se opina con grandes probabilidades que Pablo escribió no menos de cuatro
cartas a los fieles de Corinto: la primera, al parecer, perdida, a la que se alude en 1
Cor.5:9; la segunda, que es la que aparece en nuestras Biblias como 1 Corintios; la tercera
carta “Severa” (II Cor. 2:3; 7:12) la cual se piensa que no poder ser 1 Corintios, sino mas
bien II Corintios 10:1-13:10; y la cuarta “gozosa”, que vendría siendo II Corintios capítulos
1 al 9 y 13:11-14.
Esto es posible, y hasta parece razonable; pero, mientras que podría resolver
algunas dificultades, lo cierto es que crea otras: ¿podemos suponer que interpolaciones
tan serias (6:14; 7:1; Cap. 9 y 10:1-13:10) y tan numerosas como para formar una epístola
entera de unos fragmentos heterogéneos, o incluso la interpolación de alguno de los
pasajes en cuestión, se llevase a cabo sin dejar ni siquiera una ondulación en la corriente
de la tradición textual? Más aún, aunque no sin dificultades, puede darse otra explicación,
sugerida por dos versículos. Notemos que la epístola está dirigida, no solo a los miembros
de la iglesia de Corinto, sino también a “todos los santos de Acaya” (1:1). En segundo
lugar, leemos en 2:6 que “basta… la reprensión hecha por la mayoría”, lo que indica que
no hubo uniformidad en la decisión tomada por la iglesia: en otras palabras, que había en
la iglesia una mayoría y una minoría. Tomando como clave de interpretación estos dos
versículos, podemos deducir que los capítulos 1 al 9 fueron escritos para la mayoría y los
capítulos 10 al 13, para la minoría y para todos los de Acaya representados en ella.
Propósito y tema: siendo doble la ocasión de la epístola, también seria doble el objetivo
de la misma:
A- Expresar gratitud a Dios, y agradecimiento a la mayoría.
B- Contestar a los ataques de la minoría, defendiendo la legitimidad y autoridad de su
apostolado
Eran agitadores judaizantes que seguían a Pablo, olfateando de cerca, como perros
sabuesos, todos los pasos que es apóstol daba a lo largo del Asia Menor y en Europa,
atacando a su persona e impugnando su mensaje. La sección de esta epístola, a que
hemos aludido (capítulos 10 y 13) no fue propiamente dirigida a estos agitadores, sino
acerca de ellos. El propósito de Pablo es presentar los hechos y las verdades que bastan
para desacreditar la peligrosa propaganda de dichos judaizantes.
Que Pablo distingue claramente en esta carta estos dos partidos en la iglesia, la
mayoría y la minoría, y que está seguro de que la mayoría le es leal, se ve en el frecuente
uso de “todos” o “todos vosotros” para la mayoría (2:35; 3:18; 7:13; 13:13); y de “algunos”
para la minoría (3:1; 10:2, 7,12; 11:4; 12:21).
Resulta muy instructivo comparar las dos epístolas a los corintios. La primera nos
instruye sobre el carácter y la condición de la iglesia, la segunda, sobre la vida y carácter
del apóstol Pablo. La primera es objetiva y práctica, la segunda es subjetiva y personal. La
primera es sistemática, la segunda no lo es; en la primera predomina el pensamiento, en
la segunda la pasión; la primera previene contra influencias paganas, la segunda contra
influencias judaicas.
INTRODUCCION (1:1-11)
1- Saludos (1-2)
2- Gratitud por la consolación (3-7)
3- La tribulación de Asia (8-11)
B- SINCERO 2:17
La palabra “falsificando” aquí es equivalente a la tarea del buhonero o
revendedor de la Palabra de Dios. Todos los falsos profetas son culpables de
este horrible pecado (véase Hecho 8:18-23; II Pedro 3:14-16)
C- APROBADO 3:1-2
Los maestros judaizantes y legalistas que plagaron la obra misionera de Pablo
llevaban consigo cartas impresionantes de recomendación de Jerusalén. El
apóstol lo había hecho también antes de su conversión (Hechos 9:2), pero
ahora todo había cambiado. Las cartas de Pablo eran:
1- Personales: “Nuestras cartas sois vosotros”
2- Permanentes: “escritas en nuestros corazones”
3- Públicas: “conocidas y leídas por todos los hombres”