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1.

CORINTIOS Autor: Pablo

Fecha: 56 d.C.

Tema: Respuestas a problemas doctrinales y prácticos de una


iglesia que crecía en Cristo

Palabras clave: La cruz, pecados sexuales, dones espirituales, amor,


la resurrección.

Autor Nunca ha sido cuestionada seriamente la autenticidad de 1 Corintios. En


estilo, lenguaje y teología, la carta pertenece a Pablo.

Ocasión y Pablo estableció la iglesia en Corinto entre los años 50–51 d.C., cuando en
fecha su segundo viaje misionero pasó dieciocho meses allí ( Hch 18.1–17 ).
Después de su partida, mantuvo correspondencia y cuidó de la iglesia
(véanse 1 Co 5.9 ; 2 Co 12.14 ). Durante su ministerio de tres años en
Éfeso, en su tercer viaje misionero ( Hch 19 ), había recibido preocupantes
informes sobre la laxitud moral entre los creyentes de Corinto. Para
remediar la situación, escribió una carta a la iglesia ( 1 Co 5.9–11 ), que
se ha perdido. Un poco más tarde, una delegación enviada por Cloé, un
miembro de la iglesia de Corinto, le comunicó a Pablo la existencia de
divisiones en la congregación. Antes que pudiera enviar una carta para
corregir los problemas, llegó otra delegación de Corinto con una carta
donde se le hacían varias preguntas ( 1 Co 7.1 ; 16.17 ).
Inmediatamente, Pablo envió a Timoteo para remediar aquel problema ( 1
Co 4.17 ). Entonces fue que escribió la carta que conocemos como 1
Corintios, con la esperanza de que llegara primero que Timoteo ( 16.10 ).
Como parece que Pablo la escribió al final de su estancia en Éfeso ( 16.8 ),
se puede fechar alrededor del año 56 d.C.

Propósito La primera epístola a los Corintios es una carta pastoral, escrita para
resolver problemas doctrinales y prácticos. La autoría de Pablo le da
autoridad apostólica para todas «las iglesias de Dios» ( 11.16 ).

Trasfondo La carta revela algunos de los problemas típicos de la cultura griega en los
días de Pablo, incluyendo las grandes inmoralidades sexuales de la ciudad
de Corinto. Los griegos eran conocidos por su idolatría, filosofías divisivas,
espíritu de polémica y rechazo de la doctrina de la resurrección del
cuerpo. Corinto fue una de las más importantes ciudades comerciales de
aquella época y controlaba gran parte del comercio entre el este y el
oeste. Estaba localizada en la estrecha faja de terreno que une el territorio
continental griego con la península del Peloponeso. La ciudad tenía mala
fama por su sensualidad y por la prostitución sagrada. Su nombre sirvió
incluso para acuñar una expresión que llegó a ser famosa sobre las
prácticas corruptas: «Corintianizar» significaba practicar la prostitución. La
máxima deidad de Corinto era Afrodita (Venus), la diosa de los amores
licenciosos, y alrededor de mil prostitutas profesionales servían en el
templo dedicado a su culto. El espíritu de la ciudad se manifestó en la
iglesia y explica el tipo de problemas que enfrentaba la gente.

También revela algunos de los problemas que enfrentaban los antiguos


paganos, al transferir algunas de sus experiencias religiosas previas a las
que recibían gracias al ministerio del Espíritu Santo. Esto puede haber
mezclado algunas prácticas grotescas del frenesí pagano con el ejercicio
de los dones espirituales (véase 12.2 ).

Contenido La carta de Pablo responde a diez problemas separados: el espíritu


sectario, el incesto, los aspectos legales, la fornicación, el matrimonio y el
divorcio, el comer alimentos ofrecidos a los ídolos, el uso del velo, la Cena
del Señor, los dones espirituales y la resurrección del cuerpo.

Aplicación Ninguna epístola del Nuevo Testamento da una visión más clara de la vida
personal en la iglesia del siglo I que 1 Corintios. En ella Pablo ofrece estrictas
instrucciones sobre tales problemas morales y teológicos tales como el
sectarismo, la inmadurez espiritual, la disciplina eclesiástica, las
cuestiones éticas, el papel de las personas de diferente sexo y el uso
apropiado de los dones espirituales. Donde estos problemas existen en la
iglesia moderna, los remedios son los mismos. Aquellos que pertenecen a
las iglesias carismáticas y pentecostales, donde el culto es menos
elaborado y se destacan los dones espirituales, deben reexaminar sus
prácticas a la luz de las orientaciones de Pablo sobre los servicios
congregacionales.

Cristo La carta contiene una revelación sin igual de la cruz de Cristo como la
revelado contrapartida de todos los excesos humanos (caps. 1–4 ). Pablo cita a
Cristo como el ejemplo a seguir en todo momento ( 11.1 ) y describe a la
Iglesia como su cuerpo (cap. 12 ). Especialmente importantes son las
poderosas consecuencias de la resurrección de Cristo para la creación
como un todo (cap. 15 ).

El Espíritu Los pasajes que tratan de las manifestaciones o los dones del Espíritu son
Santo en los más conocidos sobre el Espíritu Santo (caps. 12–14 ). No debemos
acción pasar por alto el papel del Espíritu Santo en la revelación de las cosas de
Dios al espíritu humano, como una forma de prevenir todo motivo de
orgullo ( 2.1–13 ). Quizás lo más esclarecedor, en medio del actual debate
en el seno de la iglesia es la forma como el apóstol conduce a los corintios
a una práctica equilibrada del hablar en lenguas, al tiempo que la
legitimiza y no reconoce a nadie el derecho de prohibirla (cap. 14 ).

Bosquejo del contenido

Introducción con saludos y agradecimientos 1.1-9

I. El problema del espíritu sectario surgido de las preferencias en favor de


líderes religiosos a quienes se les atribuía una sabiduría supuestamente más
elevada 1.10-4.21

A. El contraste entre la sabiduría humana y la divina acerca de la cruz muestra la


falacia del espíritu sectario que procede de la primera 1.10-3.4

B. El papel de los líderes religiosos muestra que son importantes pero nunca la
causa de vanagloria 3.5-4.5

C. Un abierto rechazo a través de una comparación irónica entre el orgullo de los


corintios y la insensatez de Pablo 4.6-21
II. El problema de la disciplina interna de la iglesia suscitado por un caso de
incesto 5.1-13

III. El problema de litigios entre cristianos en los tribunales públicos 6.1-11

IV. El problema de mal uso del sexo debido a una falsa aplicación de las
enseñanzas morales de Pablo 6.12-20

V. El problema de las relaciones entre la esfera secular y la vida espiritual


del creyente, especialmente en las áreas del matrimonio, el sexo y la
esclavitud 7.1-40

VI. El problema de las diferencias éticas entre creyentes causadas por


comer alimentos ofrecidos a los ídolos 8.1-11.1

A. El principio básico del amor versus los conocimientos 8.1-13

B. El ejemplo personal de Pablo acredita sus derechos 9.1-27

C. La aplicación del principio en actitud y conducta 10.1-11.1

VII. El problema del papel de los sexos a la luz del abandono del velo 11.2-
16

VIII. El problema de profanar la Cena del Señor 11.17-34

IX. El problema de las manifestaciones espirituales que surgen de un mal


uso del don de lenguas 12.1-14.40

A. La necesidad de diversidad 12.1-31

B. La necesidad de amar 13.1-13

C. La necesidad de control 14.1-40

X. El problema de la resurrección de los muertos 15.1-58

XI. Instrucciones y saludos finales 16.1-24


2. CORINTIOS Autor: Pablo

Fecha: 55–56 d.C.

Tema: Un ministerio poderoso a través de instrumentos débiles

Palabras clave: Consuelo, sufrimiento, ministerio, gloria, poder,


debilidad

Trasfondo y De varias maneras 2 Corintios refleja las relaciones de Pablo con la


fecha iglesia de Corinto durante el período que va desde su fundación,
alrededor del año 50 d.C., hasta la fecha en que se escribió esta carta
en el año 55 ó 56 d.C. Los varios episodios que tuvieron lugar en este
intercambio entre Pablo y los corintios se pueden resumir como sigue:

1. La visita cuando se fundó la iglesia se extendió por cerca de


dieciocho meses (véase Hch 18 ).

2. Pablo escribió una carta anterior a 1 Corintios (véase 1 Co


5.9 ).

3. Pablo escribió 1 Corintios desde Éfeso, alrededor del año 55


d.C.

4. Una breve pero dolorosa visita a Corinto causó «pena» a


Pablo y a la iglesia (véanse 2 Co 2.1 ; 13.2 ).

5. Tras la triste visita a Corinto, Pablo escribió una carta severa ,


llevada por Tito (véanse 2 Co 2.4 ; 7.6–8 ).

6. Pablo escribió 2 Corintios desde Macedonia, en camino de


regreso a Corinto, en el año 55 ó 56 d.C.

7. La visita final de Pablo a Corinto ( Hch 20 ) tuvo lugar


probablemente cuando escribió Romanos, justo antes de
regresar a Jerusalén. La triste visita , que Hechos no recoge, y la
carta severa que le siguió, constituyen el inmediato trasfondo de
2 Corintios.

No poseemos la carta severa, aunque algunos especialistas han


sugerido que 2 Corintios 10–13 puede que haya formado parte de esa
epístola. Sin embargo, no existe evidencia documental que respalde
este punto de vista.

Ocasión y Primera de Corintios no fue tan efectiva como esperaba Pablo para el
propósito arreglo de la crisis de Corinto. El partido que se oponía a Pablo ganó
fuerza, y su líder fue particularmente ofensivo con él ( 2.5–11 ; 10.7–
12 ). Pablo viajó apresuradamente a Corinto desde Éfeso en un intento
por controlar la situación. Aunque esta visita no se menciona en
Hechos, está implícita en 2 Corintios 12.14 . Pablo fracasó en el intento
de alcanzar el objetivo deseado ( 2.1 ; 12.14 , 21 ; 13.1 , 2 ), y
sufrió la abierta hostilidad de los líderes de la oposición ( 2.5–8 ;
7.12). Entonces Pablo retornó a Éfeso, donde escribió una severa carta
a los corintios, poniendo en ella todo el peso de su autoridad apostólica.
Mandó la carta con Tito, y partió hacia Macedonia, donde éste le
entregó un informe alentador ( 2.12 , 13 ; 7.6–16 ). La mayoría había
sido ganada por Pablo y había tomado una acción disciplinaria contra el
transgresor ( 2.5–11 ). No obstante, todavía existía una minoría
rebelde (caps. 10–13 ). Pablo escribió una carta a través de la cual
enviaba un mensaje de reconciliación a la mayoría leal y de condena a
la minoría rebelde. También dio instrucciones sobre la ofrenda que
estaba colectando para la empobrecida iglesia de Jerusalén.

Características Segunda de Corintios es la más autobiográfica de las cartas de Pablo;


contiene numerosas referencias a las dificultades que confrontó en el
transcurso de su ministerio (véase 11.23–33 ). Pablo menciona esto
para establecer la legitimidad de su ministerio e ilustrar la naturaleza
de la verdadera espiritualidad.

Al argüir en favor de su ministerio, Pablo abre su corazón


mostrando su profunda emoción. Confiesa su gran amor por los
corintios, su ardiente celo por la gloria de Dios, su lealtad sin
componendas hacia la verdad del evangelio, y su ardiente indignación
al enfrentar a aquellos que destruyen la fraternidad entre los miembros
de la iglesia. Su vida estaba atada a las vida de sus conversos, y él no
era un simple y frío profesional en el desempeño de su ministerio
(véanse 1.6 ; 5.13 ; 7.3–7 ; 11.2 ; 12.14 , 15 ).

Contenido Segunda de Corintios puede dividirse en tres partes fundamentales. Los


primeros siete capítulos contienen la autodefensa de Pablo en relación
con su conducta y ministerio. Explica el cambio en sus planes de visitar
Corinto y responde a los cargos de falta de severidad. Al discutir el
tema del ministerio cristiano, expone su naturaleza, sus problemas, sus
motivaciones y sus responsabilidades.

La segunda parte, los capítulos 8 y 9 , tratan de la ofrenda


colectada por Pablo para los pobres santos de Judea. Pablo insta a los
Corintios a ser liberales y a dar alegremente de manera que Dios pueda
bendecirlos en cada momento.

Los capítulos 10 al 13 forman el tercer segmento de la carta y


contienen un mensaje de condena a los detractores que quedan en la
iglesia. Pablo responde a los excesos y calumnias de sus críticos y
reivindica por completo su autoridad como apóstol.

Aplicación Segunda de Corintios es una valiosa guía para examinar nuestros


personal propios motivos de servir al Señor, ya seamos laicos o pastores
ordenados y evangelistas. Como un instrumento del Espíritu Santo,
esta carta puede refinar nuestros motivos hasta que reflejemos la clase
de entrega desinteresada que Cristo ejemplificó mejor que nadie, pero
que también encontramos en su siervo Pablo. Las instrucciones
concernientes a la ofrenda para Jerusalén (caps. 8 y 9 ) destacan el
manejo generoso de las finanzas, de la misma manera que Pablo lo
hace a través de toda esta epístola.

Cristo revelado Jesucristo es el centro de nuestras relaciones con Dios. Todas las
promesas de Dios encuentran su afirmación en Jesús, y decimos
«amén» a esas promesas ( 1.19 , 20 ). Jesús es el «Sí» de Dios para
nosotros y nuestro sí hacia Dios. Sólo en Cristo vemos la gloria de Dios,
y sólo en Él somos transformados por esa gloria ( 3.14 , 18 ), porque
Cristo es la verdadera imagen de Dios ( 4.4–6 ). Dios vino a nosotros
en Cristo, reconciliando al mundo consigo mismo ( 5.19 ). Así, es «en
Cristo» que hemos llegado a ser nuevas criaturas ( 5.17 ). Esta
transformación fue realizada a través del maravilloso acto de la gracia
de Dios por medio del cual Cristo, «quien no conoció pecado», se hizo
pecado por nosotros «para que nosotros fuésemos hechos justicia de
Dios en él» ( 5.21 ).

Jesús es también el centro de nuestro servicio a Dios. Proclamamos


a Jesús como Señor y a nosotros mismos como siervos por amor a Él (
4.5 ). Voluntariamente compartimos, no sólo la vida y la gloria de
Cristo, sino también su muerte ( 4.10–12 ), su decisión de mostrarse
débil para que otros puedan experimentar la fortaleza de Dios ( 13.3 ,
4 , 9 ) y su disposición de hacerse pobre para que otros puedan ser
enriquecidos ( 8.9 ). Experimentamos su debilidad, pero también su
fuerza, al llevar «cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo» (
10.5 ).

Otra vez, Jesús es el centro de nuestra vida presente, cuando


simultáneamente experimentamos en nuestros cuerpos mortales «la
muerte de Jesús» y su vida ( 4.10 , 11 ).

Por último, Jesús es el centro de nuestra vida futura, porque


seremos levantados con Él ( 4.14 ), quien es el «esposo» de la Iglesia (
11.2 ) y el juez de todos los hombres ( 5.10 ).

El Espíritu Santo El Espíritu Santo es el poder del nuevo pacto ( 3.6 ), porque Él hace
en acción real para nosotros las previsiones presentes y futuras de nuestra
salvación en Cristo. Por el don «del Espíritu en nuestros corazones»,
estamos seguros de que las promesas de Dios son «Sí» en Cristo, y que
somos ungidos y «sellados» como pertenencia suya ( 1.20–22 ). La
presencia del Espíritu es una garantía de los cuerpos glorificados que un
día recibiremos ( 5.1–5 ).

No leemos meramente sobre la voluntad de Dios en la «letra» de la


Escritura, porque «la letra [sola] mata». El Espíritu que da vida ( 3.6 )
cambia nuestra forma de vida abriendo nuestros ojos a la vívida
realidad de lo que leemos. Así, experimentamos e incorporamos
progresivamente la voluntad de Dios, y nos transformamos en epístolas
de Cristo, «conocidas y leídas por todos los hombres» ( 3.2 ).

Cuando nos sometemos a la influencia del Espíritu experimentamos


un milagro. Encontramos que «donde está el Espíritu del Señor, allí hay
libertad» ( 3.17 ). Hay libertad para contemplar la descubierta gloria
del Señor, y para ser transformados más y más a semejanza de lo que
contemplamos. El Espíritu Santo nos da libertad para ver y libertad para
ser lo que Dios quiere que seamos ( 3.16–18 ).

La obra del Espíritu Santo se hace evidente en la cotidiana


renovación interior ( 4.16 ), la lucha espiritual ( 10.3–5 ) y las
«señales, prodigios y milagros» del ministerio de Pablo en Corinto (
12.12 ). Pablo terminó su carta con una bendición, que incluye «la
comunión del Espíritu Santo» ( 13.14 ). Esto podría referirse a cierto
sentido de la presencia del Espíritu o, más probablemente, al regocijo
que el Espíritu nos da en la comunión con Cristo y con toda la gente
que ama a Cristo.

Bosquejo del contenido

I. Saludos 1.1 , 2

II. Explicación del ministerio de Pablo 1.3-7.16

A. Consolación y sufrimiento 1.3-11

B. Cambios de plan 1.12-2.4

C. Perdonar al ofensor 2.5-11

D. Distracción en Troas 2.12 , 13

E. Naturaleza del ministerio cristiano 2.14-7.4

1. Cuestiones de vida o muerte 2.14-17

2. Cartas vivas de recomendación 3.1-3

3. La suficiencia de Dios 3.4-6

4. El nuevo pacto sin velo 3.7-18

5. Honesto y descubierto 4.1-6

6. Morir y vivir con Jesús 4.7-15

7. Perspectiva eterna 4.16-5.11

8. Reconciliado y reconciliador 5.12-6.2

9. Pagando el precio del ministerio 6.3-10

10. Sentida apelación a la santidad 6.11-7.4

F. Regocijo por el informe sobre Corinto 7.5-16

III. Generosidad en ofrendar 8.1-9.15

A. Los macedonios y Jesús como ejemplos 8.1-9

B. Las buenas intenciones 8.10-12


C. Compartir recursos 8.13-15

D. Una delegación confiable 8.16-24

E. Preparando el camino para la generosidad 9.1-5

F. Las bendiciones del dar 9.6-15

IV. Defensa y uso de la autoridad apostólica 10.1-13.10

A. Condena de las exigencias superficiales 10.1-11

B. Condena de las comparaciones insensatas 10.12-18

C. Santo celo por la iglesia 11.1-4

D. Comparación con los falsos apóstoles 11.5-15

E. La equivocada tolerancia de los corintios 11.16-21

F. Pablo rechaza la jactancia 11.22-12.13

G. Anuncio de la tercera visita 12.14-13.10

1. Honestidad de los motivos de Pablo 12.14-19

2. Advertencia a los que permanecen rebeldes 12.20-13.4

3. Llamado al autoexamen 13.5-10

V. Saludos de despedida 13.11-14

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