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Autor

El Apóstol Pablo, el cual fue autor de las mayorías de las epístolas del Nuevo
Testamento. Se ha dicho que Pablo es la más poderosa personalidad humana
del Nuevo Testamento.

Título
La evidencia textual confirma que el texto original griego llevaba el título breve Pros
korinthious B, literalmente: "A los corintios 2".

Este es el título de la epístola, que aparece en los manuscritos más antiguos que
existen, que datan aproximadamente del siglo III d. n. e.

El título más largo, Segunda epístola del apóstol San Pablo a los corintios, no aparece
sino hasta mucho después. Es evidente que este título no formaba parte del
documento original.

Tema Principal
Este está algo escondido, pero es evidente que Pablo tenía prominentemente en el
pensamiento la vindicación de su apostolado cuando estaba escribiendo esta carta.

Ambas cartas a los Corintios indican que había un elemento en esta iglesia que tendía
a desacreditar su ministerio y su autoridad.

Contenido
Esta es una de las cartas más personales de Pablo. En ella hace hincapié
principalmente en su propio ministerio. Abre su corazón y revela sus motivos, su
pasión espiritual, y su amor entrañable por la iglesia.

En el tiempo que medió entre las dos epístolas dirigidas a los corintios, las relaciones
del apóstol Pablo con aquella iglesia experimentaron algunos cambios importantes.

El riesgo de ruptura de la comunión, causa inmediata del envío de la primera carta, no


se menciona ya en la segunda. Es posible que los consejos y las amonestaciones de
Pablo tuvieran el efecto deseado, y que al fin quedara superada la amenaza de
división.

Propósito
Fueron, pues, otros los problemas que dieron origen a 2 Corintios (2 Co.). De ellos se
sabe que revistieron gravedad y que afectaron profundamente al apóstol, aunque de
las circunstancias en que se produjeron y del curso de los acontecimientos solo han
quedado unos pocos datos aislados.

Lo que consta es que Pablo había resuelto permanecer una larga temporada
en Éfeso. Y que, en efecto, por espacio de tres años residió en esa ciudad, donde, a
pesar de la oposición de muchos, se había «abierto una puerta grande y eficaz» al
anuncio del evangelio.

Es probable que desde Éfeso, poco después de haber escrito 1 Corintios, el apóstol
viajara por segunda vez a Corinto, la capital de Acaya. Ahora, en 2 Corintios,
manifiesta: «por tercera vez estoy preparado para ir a vosotros» (12.14, cf.13.1).

Aquella segunda visita, intermedia entre las dos epístolas, consistió en un rápido viaje
de ida y vuelta, que lo decepcionó y lo llenó de amargura. Personalmente, Pablo pudo
comprobar que las cosas no iban bien en la iglesia de Corinto, donde incluso se había
intentado desprestigiar su ministerio y poner en tela de juicio su autoridad apostólica y
la de sus colaboradores.

La «carta con lágrimas»


Luego de su regreso a Éfeso, volvió a escribir a los corintios. Y lo hizo con el ánimo
todavía dolorido, como más tarde él mismo habría de comentar: «Por la mucha
tribulación y angustia del corazón os escribí con muchas lágrimas». Se trata de una
carta apropiadamente llamada «con lágrimas», que algunos comentaristas han dado
por perdida sin remedio, aunque otros creen descubrirla en la sección 10.1–13.1 de la
Segunda epístola a los Corintios. Si este último fuera el caso, 2 Corintios sería el
resultado de una muy antigua refundición de por lo menos dos textos paulinos.

La persona encargada de llevar a Corinto la «carta con lágrimas» fue Tito,


«compañero y colaborador» de Pablo. En esa ocasión, el apóstol decidió quedarse en
Éfeso; decisión que pronto se vio frustrada por tener que abandonar la ciudad
súbitamente a causa del alboroto promovido por el platero Demetrio.

Cuando Tito volvió a encontrarse con Pablo, pudo comunicarle la buena noticia de
que la situación en Corinto había mejorado. Los creyentes lamentaban lo sucedido y,
al parecer, se sentían sinceramente arrepentidos.

Esta información, sin embargo, llegaba acompañada de otras menos gratas sobre la
presencia de judaizantes (quizá procedentes de Jerusalén) que no cejaban en su
empeño de destruir el prestigio de Pablo en Acaya y menoscabar su autoridad moral.
A pesar de ello, en términos generales, la presencia de Tito había traído tranquilidad
al corazón del apóstol.

Estructura de Libro
La carta comienza con una introducción (1.1–11) que da paso al cuerpo principal,
dividido en tres secciones (1.12–7.16; 8.1–9.15; 10.1–13.10), y concluye con algunas
palabras de despedida y una doxología (13.11–14).
En la primera sección (1.12–7.16), Pablo reflexiona sobre el estado de sus relaciones
con la iglesia corintia, y expone las razones que tuvo para desistir de sus deseos de
visitarla (1.12–2.17). Defiende apasionadamente su ministerio apostólico, que él llama
«ministerio del Espíritu» (3.8) y «de la reconciliación» (5.18–20) por cuanto
también Dios «nos reconcilió consigo mismo por Cristo» (5.11–6.10), y exhorta a los
creyentes a vivir limpios «de toda contaminación de carne y de espíritu» (7.1; véase
6.11–7.16).

La segunda sección (8.1–9.15) consiste en un llamamiento a la solidaridad con los


cristianos de Jerusalén, que estaban atravesando una difícil etapa de necesidades
materiales (Ro 15.26). Es evidente, por lo demás, que el apóstol se fiaba poco en la
generosidad de los corintios, quienes, entusiasmados al principio con la idea de
auxiliar a los creyentes de Judea, luego, llegado el momento de recaudar la ofrenda,
parecían mostrarse menos favorablemente dispuestos (8.1–15).

La tercera parte de la carta (10.1–13.10) sorprende por la vehemencia del tono


empleado. El autor, volviendo sobre el tema del ministerio, defiende su derecho a ser
considerado apóstol y a que se le respete en tal categoría. Se refiere a sus muchas
tribulaciones, afirmando que en ellas se goza por amor a Cristo, pues, como dice,
«cuando soy débil, entonces soy fuerte» (12.10). Y ante los que él llama «grandes
apóstoles» (11.5; 12.11), manifiesta que los títulos de su propio apostolado son una
vida consagrada por entero al servicio de Jesucristo.

Fecha y lugar de redacción


Los datos de que hoy por hoy se dispone no permiten precisar el momento ni el lugar
de redacción de 2 Corintios. Solo a título de probabilidad, podría sugerirse que fue
escrita entre los años 54 y 57 d.C. en alguna ciudad de Macedonia, quizás en Filipos.

Bosquejo
I. Introducción, 1: 1-11.
A. Saludos, 1: 1-2. .
B. Agradecimiento en medio de la tribulación, 1: 3-11.

II. Relaciones recientes con la iglesia de Corinto, 1: 12 a 7: 16.


A. Explicación del cambio en los planes de viaje, 1: 12 a 2: 4.
B. Consejo para que el ofensor inmoral se volviera a Cristo, 2: 5-11.
C. Ansiedad por tener noticias de Corinto, y gozo por haberlas recibido, 2: 12-17.
D. Credenciales apostólicas, 3: 1-18.
1. Credenciales de Pablo como apóstol genuino, 3: 1-6.
2. La gloria de la comisión apostólica, 3: 7-18.
E. Los apóstoles sostenidos por el poder divino en su ministerio, 4: 1 a 5: 10.
1. Fortaleza para resistir: una evidencia de la gracia divina, 4: 1-18.
2. La vida y la muerte teniendo en cuenta la eternidad, 5: 1-10.
F. El ministerio de reconciliación, 5: 11 a 6: 10.
1. El apóstol como embajador para Cristo, 5: 11-21.
2. La disciplina es esencial para el apostolado, 6: 1-10.
G. Exhortación para que los corintios se separen de los impíos, 6: 11 a 7: 1.
H. Regocijo de Pablo por la cordial respuesta de los corintios, 7: 2-16.

III. La colecta para los cristianos necesitados de Judea, 8: 1 a 9: 15.


A. La liberalidad ejemplar de las iglesias de Macedonia, 8: 1-6.
B. El ejemplo de Jesucristo, 8: 7-15.
C. Tito es comisionado y recomendado para recibir la ofrenda de Corinto, 8: 16-24.
D. Exhortación para que los corintios hicieran su parte, 9: 1-15.
1. Exhortación para completar la colecta de fondos, 9: 1-5.
2. Exhortación a la liberalidad, 9: 6-15.

IV. Pablo defiende su apostolado; exhortación a los impenitentes, 10: 1 a 13: 10.
A. Respuesta a los que habían menospreciado a Pablo como apóstol, 10: 1-12.
B. Corinto dentro de la esfera de la obra de Pablo, 10: 13-18.
C. Rasgos que diferencian a los apóstoles verdaderos de los falsos, 11: 1 a 12:18.
1. Sutileza de los falsos apóstoles, 11: 1-6.
2. Independencia económica de Pablo de los corintios, 11: 7-15.
3. Sufrimientos de Pablo como apóstol, 11: 16-33.
4. Pablo recibía revelaciones divinas, 12: 1-5.
5. Pablo humillado por un aguijón en su carne, 12: 6-10.
6. Pablo no se enriquecía a expensas de los corintios, 12: 11-18.
D. Exhortación final a los impenitentes, 12: 19 a 13: 10.

V. Conclusión, 13: 11-14.

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