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Un embarazo molar, también conocido como «mola hidatiforme», es una complicación poco
frecuente del embarazo caracterizada por el crecimiento anormal de trofoblastos, las células que
normalmente se convierten en la placenta.
Hay dos tipos de embarazos molares: el embarazo molar completo y el embarazo molar parcial.
En un embarazo molar completo, el tejido placentario es anormal y está hinchado; además,
parece formar quistes llenos de líquido. Otra característica es que no hay formación de tejido
fetal. En un embarazo molar parcial, es posible que haya tejido placentario normal junto con
tejido placentario formado de manera anormal. También puede haber un feto, pero no hay
posibilidades de que sobreviva, y, por lo general, se produce un aborto al principio del embarazo.
Un embarazo molar puede tener complicaciones graves, entre ellas una forma de cáncer poco
frecuente, y requiere tratamiento temprano.
Síntomas
Un embarazo molar puede parecer un embarazo normal al principio, pero la mayoría de estos
embarazos provoca signos y síntomas específicos, entre ellos:
Sangrado vaginal de color rojo brillante o marrón oscuro durante el primer trimestre
Náuseas y vómitos intensos
Algunas veces, eliminación por vía vaginal de quistes similares a una uva
Presión o dolor pélvico
Causas
Un embarazo molar es provocado por un óvulo fecundado de forma anormal. Las células
humanas normalmente contienen 23 pares de cromosomas. Un cromosoma de cada par proviene
del padre y el otro, de la madre.
En un embarazo molar completo, se fecunda un óvulo vacío con uno o dos espermatozoides, y
todo el material genético proviene del padre. En esta situación, los cromosomas del óvulo de la
madre se pierden o se inactivan y los cromosomas del padre se duplican.
Factores de riesgo
Complicaciones
Después de la extracción de la mola, es posible que quede tejido molar y que este continúe
creciendo. Esto se llama neoplasia trofoblástica gestacional persistente. Esto ocurre en entre el
15 % y el 20 % de los embarazos molares completos, y en hasta el 5 % de los embarazos molares
parciales.
La neoplasia trofoblástica gestacional persistente casi siempre puede tratarse con éxito,
generalmente con quimioterapia. Otra opción de tratamiento es la extracción del útero
(histerectomía).
Si has tenido un embarazo molar, habla con el médico o el proveedor de atención médica que
atiende tu embarazo antes de concebir nuevamente. Es posible que te recomiende esperar de seis
meses a un año antes de intentar quedar embarazada nuevamente. El riesgo de recurrencia es
bajo, pero es más alto que el riesgo de las mujeres sin antecedentes de un embarazo molar.
Durante los embarazos posteriores, es posible que el proveedor de atención médica te realice
ecografías tempranas para controlar tu estado y brindarte seguridad de que hay un desarrollo
normal. También es posible que el profesional analice la posibilidad de realizar análisis genéticos
prenatales, que pueden utilizarse para diagnosticar un embarazo molar.
La mola invasora
La mola invasora es una eventual complicación de la mola hidatiforme parcial o total. Se
manifiesta por una penetración profunda de las vellosidades coriales con degeneración hidrópica
y estructuras trofoblásticas dentro del miometrio o invasión de los vasos uterinos. La mayoría
deriva de una mola completa, aunque las parciales también se han descrito con una frecuencia 10
veces menor.
La mola invasora es una de las formas en que se puede manifestar una entidad más amplia
conocida como enfermedad trofoblástica gestacional. Supone una penetración profunda de las
vellosidades coriales con degeneración hidrópica y estructuras trofoblásticas dentro del
miometrio o invasión de los vasos uterinos. La mayoría de las molas invasoras proceden de una
mola completa. Aproximadamente el 12,5% de las molas completas ocasionarán una mola
invasora, frente al 1,5% de las parciales.
Los riesgos de la mola invasora son: hemorragia uterina grave, perforación uterina y progresión a
coriocarcinoma. También puede metastatizar en pulmón, cérvix, vulva, vagina, etc., y regresar
espontáneamente.
La coexistencia de mola parcial con feto vivo presenta un riesgo alto de resultado perinatal
adverso y preeclampsia. Se requiere incrementar el volumen de información sobre esta rara
condición para determinar posibles intervenciones en los casos de fetos euploides y dar una
adecuada asesoría en la práctica clínica, por lo que es importante el reporte de estos casos a fin
de construir la suficiente evidencia sobre el comportamiento natural de la enfermedad.
La gestación de mola con feto vivo es un evento raro cuya incidencia varía entre 1-23 casos por
100.000 embarazos. La mayor parte de estas gestaciones sufren complicaciones severas como
preeclampsia, aborto espontáneo, malformaciones fetales o parto pretérmino con muy pocos
casos de feto viable y ningún caso de parto espontáneo hasta la fecha.