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Mendieta Robles Diego A, Zanella Sánchez Mariana.

Temas selectos de didáctica


12:00 a 2:00 24/01/23

Educando y educador: nuestros actores en el campo de todas las posibilidades

El texto comienza preguntándose quién es el educador y quién el educando,


admitiendo las diferentes denominaciones que se le hacen a los mismos, tales como
profesor y alumno, docente y discente, maestro y discípulo, entre otras. Asimismo
afirma que sea cual sea el nombre que reciban, dichos componentes son difíciles de
comprender, describir y predecir ya que son polifacéticos y complejos.

Se comienza a dar una reflexión acerca de la relación educativa entre educador y


educando, de tal manera que se menciona la importancia de la comunicación y el
desarrollo, ya que dicha relación siempre ocurre en un espacio y tiempo pues no surge
de la nada, pues tiene historia es así como se construye constantemente para
replantearse lo que sucede y generar cambios necesarios. Por ello, el educador y el
educando son inseparables, ambos deben complementarse, porque si bien
tradicionalmente el educador es el que posee los conocimientos a enseñar, el
educando también es libre de hablar y expresar sus ideas pues incluso este puede
enseñar a su profesor de manera positiva. Esto lleva a la idea de que enseñar no solo
es transmitir conocimientos, y aprender no solo es repetir dichos conocimientos de
manera mecánica, lo ideal es que tanto educador y educando trabajen juntos para
construir, transformar y actuar. De esta manera, se habla de una transformación en la
educación, que desafortunadamente no se observa en instituciones autoritarias donde
la creatividad se ve asfixiada puesto que aquí docente y dicente deben cumplir roles
fijos y predecibles. Sin embargo, se idealiza que el espacio educativo debe ser de
sujetos conscientes de sí mismos así como responsables de la capacidad de elección.

Se menciona la importancia de conectar con uno mismo para estar en armonía con
nuestras ideas y así desapegarse de todo prejuicio para construir juntamente
(educador y educando) un futuro más justo y libre, creando entonces, un diálogo
constructivo. Es así como se llega a la idea de que la didáctica debe reinventarse
tomando en cuenta la realidad, es decir, se debe observar, reflexionar y evaluar; por
ello se recomienda llevar un diario personal para acumular información valiosa sobre
las clases, logrando así, repetir lo positivo y evitar cometer los mismos errores.
Además, se menciona que para ser un buen educador se debe tener el hábito de leer
y escribir, ya que esto es una manera de reflexión, conversación y diálogo, es decir,
una comunicación. Esta última es de suma importancia para construir una relación
educador- educando sana, puesto que de esta manera se conocen mutuamente, para
crear vínculos sanos que permitan el crecimiento, el conocimiento compartido y por
supuesto el aprendizaje dado a través de la realidad.

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