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El término 

Comedia Antigua designa las comedias representadas en Atenas


en el siglo V a. C. De todas estas obras las únicas que se han conservado
completas son once obras de Aristófanes, y de ellas las dos últimas (Las
asambleístas y Pluto) se escribieron en el siglo IV a. C., y son de un estilo muy
distinto del resto, en especial en el papel tan reducido del coro y el dionisio rey
del vino. Una comedia aristofánica responde en su elaboración a una estructura
y puede dividirse en las siguientes partes (que se encuentran, con algunas
variantes, en las primeras nueve obras):

 a. prólogos, "prólogo", una escena que abre la obra, de tipo expositivo,


antes de la entrada del coro.
 b. parodos, "entrada del coro", escena en la que el coro entra y se le
presenta al público.
 c. agôn, "debate" entre dos adversarios con argumentos a favor y en contra
del tema capital de la obra. Normalmente tiene la forma de un par de
discursos en tetrámetros (la llamada sizigia epirremática) y el primero en
hablar es siempre el perdedor.
 d. parábasis, "marcha hacia adelante". Tras el agón todos los personajes
abandonan el escenario, el coro "se adelanta" y el corifeo se dirige al
público directamente en tetrámetros anapésticos, sin que el contenido de
sus palabras tenga mucho que ver con el argumento.
 e. Siguiendo a la parábasis viene una serie de episodios (epeisódia)
separados por breves cantos del coro que a veces continúan la línea de la
trama principal, aunque por regla general se limitan a ilustrar la conclusión
que se desprende del agón.
 f. éxodos, escena final, en la que la nota predominante es la alegría que
generalmente da paso a una boda o a una fiesta. La obra puede concluir
con un córdax o danza ritual.
Para poner en escena una comedia se requerían tres o cuatro actores, a veces
con la ayuda de actores secundarios, y un coro de veinticuatro miembros
(todos varones). El coro era de importancia capital. Muchas obras tomaban sus
títulos del coro (por ejemplo, Los acarnienses, Avispas, Aves), cuyos trajes y
danzas proporcionaban el espectáculo. El traje era acorde con la naturaleza
tosca de la Comedia Antigua, en la que los chistes tenían mucho que ver con el
sexo y la excreción y se expresaban en un lenguaje desinhibido. La comedia
tomaba como punto de partido un objeto fantástico por parte del héroe cuya
consecución, totalmente imposible en la vida real, constituía el argumento.
Unos pocos ciudadanos distinguidos eran ridiculizados despiadadamente; en
algunas comedias aparecen en papeles importantes, bien con sus propios
nombres, por ejemplo Sócrates en Las Nubes, o Eurípides en Las Tesmoforias,
o con un ligero disfraz, por ejemplo Cleón como Paflagonio en Caballeros. De
igual modo los dioses, o algunos dioses, recibían un trato irreverente, aunque
nunca de un modo que pudiera poner en tela de juicio su existencia.
Es difícil ver hasta qué punto subyace una crítica seria a la sociedad detrás de
los chistes y las bromas. La Comedia Antigua era al mismo tiempo una
amalgama de creencias religiosas, sátira y crítica (política, social y literaria)
mezclada con bufonadas.

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