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El teatro y la polis

La poesía dramática se clasifica en cuatro especies: tragedia, comedia, drama satírico

y mimo; todas ellas tienen una característica en común de todas ellas es concretamente la

acción, esto quiere decir que se deja de lado la narración o la descripción como se da en la

épica y la lírica coral, para pasar a la imitación y representación que se lleva a cabo por medio

de personajes que son partícipes del suceso. La anterior particularidad fue autorizada y

tradicional gracias a Aristóteles, sin embargo, suele ser inexacta debido a que, en la mayoría

de los casos, en la tragedia y también en la comedia, el momento decisivo o principal de la

acción no logra ser representada o imitada, sino que pasa a ser narrada por un “mensajero”

que fue partícipe del suceso. Además, es importante destacar que gracias a grandes poetas

como Esquilo, Sófocles, Eurípides, Cratino, Aristófanes; la tragedia y la comedia se elevaron

a una grandeza que ha perdurado en el ámbito de la poesía mundial (p. 169)

En cuanto a los orígenes de la tragedia, gracias a las indagaciones realizadas por

Aristóteles se conoce hoy la historia de esta. Por ende, se sabe que la tragedia deriva del

ditirambo dionisiaco o concretamente de quienes lo entonaban, además, con respecto a su

forma, en su carácter primitivo era una improvisación de poca extensión y en un estilo festivo

(un tipo de representación satírica), un poco más tarde, la tragedia se separa del primitivo

“satyrikón” y alcanza gravedad y extensión, se abandona así tipo de verso tetrámetro trocaico

que se usaba en el diálogo, para pasar al trímetro yámbico. Aunado a esto, hacia el año 534

se introdujo al actor, ya que al principio los poetas trágicos eran también los actores.

Asimismo, tragedia significa “canto de machos cabríos” (seguidores de Dionisio con

disfraces de macho cabrío, o según una posterior interpretación “canto por el macho cabrío”

como un tipo de premio al vencedor (p. 172).


Con respecto a los orígenes de la comedia, que en apariencia, son más claros que la

tragedia, se destacan precedentes como que en toda Grecia, y principalmente en el mundo

dórico, se destaca la existencia de tipos cómicos populares, bufonamente disfrazados, como

actores de pequeñas acciones cómicas o mejor dicho de caricaturas; por ejemplo, el lisiado,

el médico que habla extranjero, el glotón, el tonto, etc. En estas formas predomina el carácter

profano, pues estas son ajenas al ámbito religioso, además se emplea un lenguaje popular,

que en su origen pudo ser prosaico. Asimismo, la comedia siciliana presenta el

perfeccionamiento literario de la farsa dórica, la comedia ática deriva de la fusión de la farsa

popular junto con el elemento lírico del “kómos” (p. 175-176).

Por su parte, según la etimología, teatro es el lugar donde se contempla alguna cosa,

en Atenas había un teatro estable rudimentario entre los años 536 y 533, ubicado en la

vertiente sur de la Acrópolis, donde había un declive natural que se aprovechaba para ofrecer

una buena visibilidad, en una zona consagrada a Dionisio Eleutereo, este se dio porque

Pisístrato constituyó los concursos dramáticos. Tiempo después, a raíz de diversos trabajos

y perfeccionamientos, el primitivo teatro alcanzó su forma arquitectónica adecuada, la cual

estaba definida en piedra durante la administración de Licurgo (338-324). Además, en

segundo plano había un teatro provisorio, en la zona del mercado (ágora), que es utilizado

para las fiestas Leneas y ya en el siglo IV fue abandonado (p. 181).

En un principio, como se mencionó anteriormente, el actor era uno solo, es decir, el

mismo poeta; dos con Esquilo y tres con Sófocles, se debe tener en cuenta que cada actor,

cambiando su disfraz podía representar más de un papel. Por ende, los actores llevaban

máscara, que es una de las características tradicionales y particulares del teatro antiguo, así

como también un magnífico y pomposo vestuario. Asimismo, los actores en sí debían tener
algunas características; por un lado era necesario que el actor trágico contara con una estatura

elevada por un calzado de suela muy alta (coturno) y por un robusto arreglo en la cabeza, por

otro lado, el actor cómico, tenía un aspecto ridículo con un exagerado relieve en el vientre y

en los glúteos, y exhibía el falo de cuero, símbolo de sus antiguos orígenes. Sin embargo, ya

en el siglo IV pierde las características que se consideraban como indecentes y ya asumen un

tipo de vestimenta más cotidiana, además, durante toda la época clásica, todos los papeles

femeninos eran igualmente interpretados por hombres, esto porque la mujer llegó a escena

en la época imperial, en mimos o pantomimas (p. 182).

Además, un elemento particular del teatro griego es el coro, tanto en la tragedia como

en el drama satírico estaba conformado por doce personas, que con Sófocles fueron llevadas

a quince. Estas personas también llevaban máscaras en la tragedia y su respectico disfraz, ya

que este se adaptaba según los requisitos de la obra; el coro de sátiros, por el contrario tenían

un disfraz definido y establecido para todas las obras el cual era piel caprina en los flancos,

falo y cola de caballo, además podía asumir un aspecto zoomórfico o fantástico (como ranas,

aves, nubes, entre otros). El coro se acomodaba de manera cuadrangular por filas y línea,

ellos cantaban y también danzaban; la danza de la tragedia era digna, la de los sátiros vivaz

y la de la comedia licenciosa o desordenada. La música tenía una trama muy simple ejecutada

por flauta o lira, con Eurípides, en los momentos de mayor tensión cantan con frecuencia

solos y en Esquilo y Sófocles habían raros ejemplos (182).

Por su parte, la escenografía permaneció un tanto simple, se llevaban a cabo cambios

de escena de manera convencional, modificando los bastidores laterales, Además había

aparatos sencillos para facilitar la ilusión escénica, como un tipo de plataforma giratoria que

tenía el fin de mostrar lo que sucedía en el interior, una grúa que hacía descender y volver
volando a las divinidades (especialmente en el drama de Eurípides, un recipiente de metal

que imitaba el sonido de un trueno, entre otras técnicas. En Atenas, la actividad teatral se

realizaba en algunas ocasiones en las fiestas dionisíacas: en los concursos participaban tres

poetas trágicos, cada uno contaba con una trilogía trágica que se completaba con un drama

satírico, asimismo, había tres poetas cómicos con una comedia cada uno. Estas obras eran

preparadas por cuentas del estado, gracias a ciudadanos ricos que solventaban por turnos esta

liturgia, la entrada al teatro era prácticamente gratuita, debido a que cuando se estableció un

pequeño precio, el estado se hacía cargo del gasto de los ciudadanos pobres. También el

teatro de Atenas tenía una capacidad aproximada de dieciséis mil personas, el público se

comportaba muy similar al actual, este reclamaba repeticiones, aplaudía como señal de

agrado, silbaba, gritaba e incluso podía expulsar a los actores si el espectáculos no les gustaba

(p. 183).

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