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IMPORTANCIA EVOLUTIVA DEL TRABAJO SOCIAL EN EL ENTORNO

FAMILIAR

“Poderosa y frágil al mismo tiempo, la familia es parte esencial de la vida


cotidiana de hombres y mujeres en todo el mundo y lo ha sido a través de
los tiempos.» Con estas palabras comienza el profesor Carlos Eroles su libro
Familia y Trabajo Social (2001).

El conflicto y la violencia desde siempre han perturbado las sociedades. Al


parecer los conflictos son inherentes a las relaciones humanas, gran parte
de las diferencias que existen entre las personas incluyendo toda aquella
que se da entre los sexos ocurre simplemente por las formas diversas de
ser, sentir, pensar y creer.
En algún momento de tu vida recordaras situaciones en las que las relación
con alguien diferente a ti no han sido nada fácil, sencillamente una palabra,
una opinión, una mirada basta para entrar en discrepancia, o colocar las
cosas en orden y recomponer la relación, todo dependerá de las personas,
situación o intención de las partes implicadas. Si el conflicto no se atiende
a tiempo puede llegar a generar grandes problemas de violencia que luego
se pueden lamentar.
Históricamente estos dos “fenómenos” (conflicto y violencia) han provocado
daños irreparables en la sociedad, en especial en el núcleo familiar, por tales
razones el hombre se ha visto obligado a implementar estrategias que le
brinden posibles soluciones para así encaminar a los individuos a una mejor
convivencia; muestra de ello son las ciencias sociales que surgieron en el
siglo XIX, tales como la sociología, antropología, trabajo social entre otras,
estas disciplinas han aportado grandes cambios a nivel global, estos por
supuestos en su gran mayoría positivos.
Para nadie es un secreto que las grandes revoluciones, las guerras, la
globalización, el desempleo han sacudido al mundo impactando sociedades,
por ende, familias enteras se ven afectadas por estos grandes
acontecimientos, influyendo de manera negativa sobre todo aquello que se
considera el núcleo fundamental de la sociedad.
El capitalismo que contiene el uso de la mano de obra, la industrialización
y el desplazamiento de los medios de producción, fueron acontecimientos
históricos que aumentaron la pobreza, el suicidio, las enfermedades y la
separación del núcleo familiar, causando rupturas del tejidos social, de ahí se
van perdiendo los valores y el modelo original de esta, alterando los roles de
sus integrantes, esto se da por el afán de adaptarse a las condiciones e
imposiciones de la nueva era, el hogar que inculcaba valores y principios se
encuentra en vía de extinción.
Estos y otros hechos sociales mencionados con anterioridad llaman la atención
de grandes pensadores, que se interesaron de alguna u otra manera por la
búsqueda de soluciones que coadyuven a reorientar a lo que se le llamare
nueva sociedad. Tal es el caso de Mary Richmond y Jane Adams que fueron
quienes desarrollaron técnicas para que el trabajador social aplicara en la
familia, técnicas que hasta hoy son utilizadas.

Si hay un colectivo donde la figura del trabajador social siempre ha estado


presente desde el nacimiento de la disciplina, ha sido la familia, con las visitadoras
amistosas de Mary Richmond de finales del siglo XIX hasta los actuales
programas de atención que siguen siendo orientados a la población más
necesitada, esa presencia tiene que ver con la vocación trasformadora de la
profesión. Porque si el ser humano es por naturaleza un ser social (Aristóteles) el
primer agente socializador que encuentra es la familia y por tanto el
alumbramiento del Trabajo Social tenía que hacerse “en familia”. (SANCHEZ
MERINO)
Y desde entonces el axioma Trabajo Social-Familia ha ido creciendo de manera
ininterrumpida ampliando el objeto de trabajo, desde el apoyo más asistencial para
prevenir la pobreza y la exclusión social, pasando por la protección de los
menores – defendiendo desde el inicio la consideración del niño como un ser de
especial protección- hasta la consideración de la familia como agente
trasformador.
Ese Trabajo Social primario colocó a la familia en el centro de un Nuevo Modelo
de Protección Social. Participó de manera decisiva en el salto a la era moderna
provocando un cambio fundamental como fue la trasformación de la beneficencia
en asistencia social y luchó contra argumentos socialmente aceptados como la
predestinación de las familias en situación de vulnerabilidad a ser excluidas por
designio divino. Desde una visión actual puede no calibrase de manera adecuada,
lo que supuso ese cambio, pero lo que esos primeros profesionales de Trabajo
Social consiguieron promovió cambios no sólo en la concepción normativa de la
ayuda a la familia, sino, un cambio en la mentalidad colectiva equiparable a la
consecución de los derechos que realizan hoy en día las minoría en cualquier
lugar del mundo.

La profesión del trabajador social es una de las más notables en la actualidad,


donde las desigualdades presentes en el entorno son incontables en cuanto
al abuso de los derechos del ciudadano. Es una profesión comprometida con
la justicia y el desarrollo de la sociedad, ya que fortalece el tejido social. de
esta manera para entender la evolución profesional de esta actividad hay
que analizar la adaptación de las problemáticas familiares.
En el talante metodológico, la mediación de los trabajadores sociales durante los
inicios de la actividad profesional tenía una serie de privaciones, esencialmente
cuando se presentaban en familias. Por lo tanto se encontraba con un enfoque
individualista que mayormente estaba limitado a la búsqueda de esas
necesidades materiales, es decir, que su objeto era crear un ambiente
saludable donde se pueda originar un desarrollo de carácter personal, de esta
manera se evidenciaba una deficiente y errónea forma de canalizar los problemas
y conflictos que conllevaban a las diferencias dentro del seno del hogar,
cambiando así la perspectiva sobre los métodos que serían utilizados para
abordar esas problemáticas hogareñas que se presentaban con frecuencia en las
comunidades.
A corte de la década de los 70, se inicia un gran cambio en la perspectiva de
trabajo en familia, fijando su objetivo en lo que en realidad daría frutos, iniciando el
empalme y así complementar con el dinamismo de grupo, logrando satisfacer
gran parte de las expectativas del profesional y del objeto a intervenir. Es
importante indicar que los aportes de diversos movimientos sociales del
decenio fueron válidos y muy importantes para lograr las metas propuestas, se
trata de un espacio temporal donde varios países y sus ciudadanos tuvieron
la decisión de unirse en favor de las personas con dificultades o en
condiciones de vulnerabilidad lo cual provoco presiones a la gobernanza,
motivando significativos cambios para las madres e hijos abandonados,
maltratados y ofrecidos como mercancías.
Haciendo énfasis en lo anterior y gracias al ambiente de comprensión que
daba prioridad a los valores morales, se dio nacimiento a lo que se conoce
como “planes de capacitación para los padres” esto dio permiso para que el
trabajo social se integrara a los centros de educación, llámese escuelas o
instituciones educativas, colectando relevancia en diversos sectores
socioeconómicos. Así se plantearon modelos enfocados a la enseñanza con
dirección a los padres, con el objeto de brindar conocimientos teóricos
enfocados a como reconocer los principales problemas familiares.
Con el pasar del tiempo se evidencio que muchas de las metodologías no
funcionaban de forma adecuada, esto obedecía a que la fuente informativa a
pesar de ser necesaria, no era consistente ni suficiente para que los padres
de familia adoptaran cambios con carácter significativos en sus decisiones y
en su parte comportamental. No había una actividad procesal o de proceso
introspectivo, por lo que fue común que muchos profesionales de esta área.
afirmaran que estaba por fuera de sus capacidades dar solución a posibles
actos de conflictividad o problemas que afectaban a las familias.
A partir de la década de los noventa la profesión del trabajador social cobra
una nueva dimensión en la parte familiar gracias al surgimiento de
programas de segunda y tercera generación. Por su enfoque de
interdisciplinariedad con otras ramas de las ciencias sociales como lo es la
psicología y sociología que permitió el desarrollo de técnicas y procedimientos
con más efectividad. Por lo que en esta etapa se da mayor importancia a
la interacción o formas de interactuar entre los diferentes miembros que
componen la familia, analizando sus respuestas y promoviendo la ayuda
mutua. El trabajador social es un profesional que se adapta a las distintas
condiciones y entornos sociales.
La familia es el primer grupo social al que pertenece el individuo. Es el contexto
natural que toda persona tiene para crecer y para recibir auxilio. Con el tiempo, la
familia ayuda a que se elaboren pautas de interacción, pero necesita de una
estructura viable para poder desempeñar sus tareas esenciales, es decir, apoyar
la individualización, al tiempo que proporciona un sentimiento de pertenencia. Esta
estructura depende de muchos factores, y cuando no funciona de manera
adecuada, trae problemas para los individuos que la conforman y para el grupo en
general. Por eso, existen especialistas en intervención familiar que colaboran a
solucionar algunos desafíos en el núcleo familiar. La intervención del trabajador
social en el grupo familiar tiene como objetivo la mejora de alguna de las
condiciones de sus miembros. Esta mejora implica, sin duda, la movilización de
elementos personales y relacionales como sentimientos, actitudes,
comportamientos, y también la movilización y utilización de elementos externos:
recursos materiales, técnicos, servicios. El rol del Trabajo Social en la intervención familiar
https://blog.uniacc.cl › el-rol-del-trabajo-social-en-la-int...

La familia siempre ha sido objeto de análisis e intervención a lo largo de los años.


Así, por ejemplo, la asistencia social, desarrollada por un profesional en trabajo
social, busca orientar sus acciones hacia el desarrollo de los recursos internos e
individuales para dar con la causa de la dificultad objetivamente. El abordaje
familiar es un proceso metodológico que incluye la valoración social, la planeación
de las acciones, la intervención para el cambio y la evaluación, para alcanzar el
objetivo propuesto. Es un proceso de ayuda dirigido a la persona en su dimensión
individual, familiar y social, que busca activar cambios frente a los problemas
familiares que los afecten y a lograr un mejor funcionamiento en sus relaciones
tanto individual como social.

Hasta hoy, ningún otro organismo humano o social ha conseguido remplazar el rol
de la familia, sobre todo cuando se trata de satisfacer las necesidades de afecto
de las personas. Cierto es, que esta, pasa por cambios y continuará pasando por
ese proceso, persistiendo así en el tiempo, lo que significa que es la unidad más
adecuada para restaurar la sociedad actual, esto quiere decir que ella es el seno
de la identidad y del desarrollo psicosocial de sus miembros, dicho de otro modo
esta tiene el gran compromiso para avanzar en cultura y construir mejores seres
humanos que construyan sociedades sanas, esto puede ser entendido por el
profesional del trabajo social, el cual aúna esfuerzo para que esta disciplina siga
avanzando y aportando al crecimiento de la institución más importante de la
sociedad, la familia. A lo largo del tiempo esta profesión se ha visto enfrentada a
grandes retos, que han sido superados bajo la visión de crear vínculos humanos
sanos.

MARIA ISABEL TORO SAPUANA

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
José María Sánchez Merino. «El trabajo social y las familias».
Mathilde Du Ranquet. «Los modelos en trabajo social: intervención con
personas y familias».
El rol del Trabajo Social en la intervención familiar
https://blog.uniacc.cl › el-rol-del-trabajo-social-en-la-int...

Interacción y Perspectiva Revista de Trabajo Social 2012 Vol.2 n°1 pp.13-26 Interacción y
Perspectiva. Revista de Trabajo Social alternativos para el trabajo social para el nuevo milenio.
Revista de Servicio Social, Vol. 1, Nº 3 en http://www.catedras.fsoc.uba.ar/heler/aquin.doc
(Fecha de consulta: 18/8/2010).

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