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Importancia de la Familia como base de la Sociedad y

como Agente Socializador.

Introducción.

En la actualidad concedemos importancia a los grandes


problemas económicos, sociales y políticos en nuestra patria y
en nuestro continente. Pero no prestamos igual atención a esa
enfermedad más profunda y más fatal: la destrucción de la
familia, que es modelo y base de la sociedad.
El hombre es un ser eminentemente social, de ahí que
siempre se ha reunido con sus semejantes con el objeto de
formar grupos, comunidades y sociedades y con ello poder
satisfacer sus necesidades. Las sociedades se transforman y se
desarrollan, constituyendo la vida social y creando diversas
formas de organización socioeconómica.
El concepto de función familiar, común en la sociología
contemporánea, se comprende como la interrelación y
transformación real que se opera en la familia a través de sus
relaciones o actividades sociales, así como por efecto de las
mismas.
Es necesario subrayar que las funciones se expresan en las
actividades reales de la familia y en las relaciones concretas que
se establecen entre sus miembros, asociadas también a diversos
vínculos y relaciones extrafamiliares. Pero a la vez se vivencian
en la subjetividad de sus integrantes, conformando las
representaciones y regulaciones que ya mencionamos. Las
funciones constituyen un sistema de complejos
intercondicionamientos: la familia no es viable sin cierta armonía
entre ellas; una disfunción en una de ellas altera al sistema.
La familia desempeña una función económica que
históricamente le ha caracterizado como célula de la sociedad.
Esta función abarca las actividades relacionadas con la
reposición de la fuerza de trabajo de sus integrantes; el
presupuesto de gastos de la familia en base a sus ingresos; las
tareas domésticas del abastecimiento, el consumo, la
satisfacción de necesidades materiales individuales, etc. Aquí
resultan importantes los cuidados para asegurar la salud de sus
miembros.
Las relaciones familiares que se establecen en la realización
de estas tareas y la distribución de los roles hogareños son de
gran valor para caracterizar la vida subjetiva de la colectividad
familiar. En esta función también se incluye el descanso, que
está expresado en el presupuesto de tiempo libre de cada
miembro y de la familia como unidad.
La función biosocial de la familia comprende la procreación
y crianza de los hijos, así como las relaciones sexuales y
afectivas de la pareja. Estas actividades e interrelaciones son
significativas en la estabilidad familiar y en la formación
emocional de los hijos. Aquí también se incluyen las relaciones
que dan lugar a la seguridad emocional de los miembros y su
identificación con la familia.
Como habrá podido observarse, la familia extensa
constituía un orbe muy cerrado y prácticamente autosuficiente.
Durante mucho tiempo la humanidad se acostumbró a que la
familia satisfaciera las necesidades sexuales, garantizara la
conservación de la prole, cuidara materialmente de¡ sustento de
sus miembros, fuera un centro de seguridad y de protección
frente al exterior, sanara sus heridas o sus enfermedades, le
enseñara a comportarse en sociedad, fuera un refugio afectivo o
le transmitiera un oficio. Todo este haz de funciones que de un
modo u otro, en mayor o menor medida, aseguraba la familia
extensa explica el papel fundamental que en la evolución de la
humanidad ha jugado la institución familiar, con independencia
de las valoraciones sobreañadidas fruto de las diversas
religiones históricas. De ahí que cuando la familia extensa sufra
la mutación sustancial que supuso la revolución industrial y la
aparición de la llamada «familia nuclear», se hable de crisis de la
familia y de las funciones tradicionalmente asignadas.

Importancia de la Familia como base de la Sociedad y como


Agente Socializador.

La familia es el modelo de cualquier sociedad sana. Dios


pensó en la humanidad como una gran familia: no sólo porque Él
es Padre, sino también porque Él mismo es familia. En esta
Familia divina el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo viven
infinitamente felices, porque se aman con un amor infinito.

También, la familia es la base de la sociedad, porque en ella


el hombre aprende a amar, aprende a ser hijo y hermano. En la
familia es donde se decide la futura actitud social de un hombre
y también su actitud religiosa. En la familia se aprende a tratar a
los otros, no como cosas, sino como a personas. Se aprende a
dar amor, porque se recibe amor.

La base fundamental de nuestra sociedad es la familia y en


ella radican los derechos más nobles y las virtudes que hacen
grande a una nación. Sánchez Román la define diciendo: Es una
institución ética, natural, fundada en al relación conyugal de los
sexos, cuyos individuos se hallan ligados por lazos de amor,
respeto, autoridad y obediencia; institución necesaria para la
conservación, propagación y desarrollo en todas las esferas de la
vida, de la especie humana. Algunas escuelas sociológicas han
supuesto que hubo una primera fase de horda o promiscuidad
absoluta, y la familia propiamente dicha no existía. Hombres y
mujeres serían como un rebaño.
La familia es el primer y más importante agente de
socialización. Es allí donde se aprenden las primeras normas de
convivencia, se eligen los temas de conversación, la forma de
responder a los requerimientos. También se aprende a construir
los vínculos entre sus miembros y se adquieren expectativas en
el ejercicio de los roles.
En cambio, las funciones referentes a la socialización se
mantienen en la familia nuclear. Ello es debido a que la
necesidad de trasmitir a la nueva generación los roles que deben
desempeñar en la sociedad es prácticamente la misma que en la
sociedad preindustrial, aunque debe reconocerse que la
complejidad de los roles a transmitir es mayor en la actualidad.
De ahí que la familia se sirva para completar la labor de la
socialización de otra institución, la escuela. Es cierto que cuando
el niño actual ingresa en el sistema educativo la primera
socialización ya se ha efectuado, pero a partir de ese momento la
socialización es obra conjunta de la familia y de la escuela.
Puede darse la posibilidad de un choque conflictivo entre la
escueta y la familia, sobre todo cuando la transmisión de valores
en ambas difiere sustancialmente, pero en la mayoría de los
casos la escuela tiende a impartir los conocimiento y roles que
son necesarios para ingresar en la compleja sociedad industrial,
mientras que la familia atiende al desarrollo de la personalidad y
de la afectividad del sujeto.
A medida que sus integrantes crecen, las relaciones entre
ellos van cambiando, y los estilos y las pautas que resultaban
útiles hasta ese momento dejan de serlo. Esto se observa
cuando, al entrar en la adolescencia, comienzan algunos
enfrentamientos con el mundo adulto que se focalizan en dos
ejes: la necesidad de compartir los espacios comunes y la
preservación de la individualidad.

El adolescente logra su autonomía y crecimiento en un


movimiento de intercambios y experiencias entre ambas
opciones. No siempre la familia es un refugio de amor, ni la
familia unida otorga garantías para permitir ese pasaje a la
etapa adulta con salud, aunque los más profundos sentimientos
humanos tienen su origen en la familia, “los mejores: amor-
compasión y los peores: agresión-violencia-incesto-asesinato"

El concepto de familia deberá adaptarse a la nueva realidad de


su constitución; también la familia con un solo adulto a cargo. Es
probable que en los próximos años muchos de los adolescentes
argentinos pasen esta etapa en tipos de familias diferentes a las
tradicionales.

Para aplicar la metodología enunciada es necesario que las


observaciones y preguntas cumplan la función de explicitar lo no
manifiesto, o bien ratificar lo manifestado por el adolescente con
el propósito de detectar los factores de riesgo.
La Familia como Agente Educador.

La familia es el grupo humano primario más importante en


la vida del hombre, la institución más estable de la historia de la
humanidad. El hombre vive en familia, aquella en la que nace, y,
posteriormente, la que el mismo crea. Es innegable que, cada
hombre o mujer, al unirse como pareja, aportan a la familia
recién creada su manera de pensar, sus valores y actitudes;
trasmiten luego a sus hijos los modos de actuar con los objetos,
formas de relación con las personas, normas de comportamiento
social, que reflejan mucho de lo que ellos mismos en su
temprana niñez y durante toda la vida, aprendieron e hicieron
suyos en sus respectivas familias, para así crear un ciclo que
vuelve a repetirse.
Algunos científicos, varios de ellos antropólogos, afirman
que las funciones que cumple la familia, persisten y persistirán a
través de todos los tiempos, pues esta forma de organización es
propia de la especie humana, le es inherente al hombre, por su
doble condición de SER individual y SER social y, de forma
natural requiere de éste, su grupo primario de origen.
Desde el punto de vista educativo, la familia extensa
realizaba diversas funciones. En primer lugar, este tipo de
familia tenía, como cualquier otro grupo social más amplio, la
necesidad de enseñar a los recién llegados, es decir, a los hijos,
cómo comportarse dentro de. la sociedad en que aquélla vivía.
Puede aventurarse, por tanto, que la familia extensa realizaba la
primera etapa de la socialización por muy primitiva que ésta
pudiera ser. Así mismo, no sería exagerado afirmar que la familia
extensa ejercía una considerable influencia sobre la personalidad
de los hijos en virtud de las múltiples relaciones familiares (con
el patriarca, con la madre, entre hermanos y parientes, etc). Por
último, pero no en último lugar, la familia extensa realizaba una
auténtica función de enseñanza informa¡, la que se derivaba del
aprendizaje de un oficio que, a veces, estaba en relación con la
primitiva división del trabajo existente en el seno familiar.
La familia es el ámbito en el que el niño se desarrolla y es
por tanto el primero y el más importante de los agentes
educativos. Los valores, los hábitos y costumbres de la familia
son esenciales para el desarrollo del niño, aunque en nuestros
días la familia comparte con otros agentes la educación en los
primeros años, los aspectos básicos de la personalidad como el
autoconcepto, la disciplina, las expectativas de éxito, etc. se
adquieren básicamente en la familia.
En el momento actual, la familia ha experimentando
cambios en cuanto a la estructura, los valores y las funciones
que desempeñan. En relación con la estructura, la familia es más
reducida, hay un menor número de hijos y una mayor tasa de
familias monoparentales.
En cuanto a los valores, existe un diferente reparto de las
tareas y un sistema de relaciones distinto entre el padre y la
madre y, a su vez, entre padres e hijos. En general, las
relaciones son menos autoritarias y hay un mayor respeto a la
individualidad de cada persona, utilizándose más el diálogo y
menos la imposición.
En cuanto a las funciones, cada vez es más importante el
papel de la familia como soporte afectivo y de protección en
comparación con las funciones de soporte económico que
desempeñaba tradicionalmente.
Este conjunto de cambios afecta a los modos de educación
proporcionados en las familias, aunque sus efectos no siempre
son positivos, sino que pueden tener también facetas negativas.
Las pautas educativas que facilitan el desarrollo de la
personalidad del niño son las que se basan en el respeto a la
persona y en la autoridad de los padres basada en el diálogo y
en el ejemplo. Las pautas negativas serían tanto las basadas en
el autoritarismo y el castigo como las basadas en un exceso de
permisividad.
Interacción Familia, Escuela y Comunidad.

En nuestra sociedad, la familia es la principal responsable


de la educación de los hijos y, como tal, delega en la escuela
parte de su función educativa. Sin embargo, en ocasiones en las
sociedades actuales parece haberse invertido esta cuestión y
tiende a considerarse la escuela como el principal agente de
educación.
En consonancia con este enfoque, las relaciones familia-
escuela se han estudiado casi siempre desde la perspectiva
escolar, pudiendo señalarse dos grandes líneas de estudio de
dichas relaciones:
 Sociológicos
 Pedagógicos.
Los estudios sociológicos analizan las variables familiares
que guardan mayor relación con el rendimiento de los niños. Los
resultados indican algunos factores como el nivel económico, el
nivel cultural de estudios de la madre, como los relacionados con
el rendimiento:
Nivel cultural nivel económico
El punto débil de estos estudios es que no se pueden
modificar las variables que analiza. Por eso, los estudios
pedagógicos intentan analizar los aspectos en el
comportamiento de los padres que puedan ser modificados y que
mejoren el rendimiento de los niños. Los resultados indican que
es muy importante la implicación de los padres en la actividad de
sus hijos en dos sentidos:
 El tiempo dedicado a las actividades escolares del hijo.
 La participación de los padres en las actividades del centro.
No obstante, esta variable también se encuentra influida
por el nivel cultural de la familia y por los factores como el
tamaño de la unidad familiar.
La participación de los padres se ve reforzada o limitada
por los tipos de escuelas. En líneas generales, existe un cierto
rechazo por parte de la institución escolar a la implicación de los
padres en las tareas de la escuela, se considera que los padres
no tienen la preparación suficiente como para intervenir en
asuntos propios de especialistas y, por tanto, se les ve como un
obstáculo para la actividad de los profesores. Este es el llamado
concepto de “mistificación” definido por Prochner
Desde el punto de vista legal, la participación de los padres
en la vida de las escuelas es, en principio, reconocido por la
Constitución y desarrollado por la LOGSE y la LOCE. Sin embargo,
la participación real de este sector es muy escasa, especialmente
en la enseñanza secundaria. Por tanto, en las relaciones familia-
escuela quedan en nuestro país dos retos muy importantes: en
primer lugar crear una sensibilidad y una conciencia
generalizada tanto entre los profesores, como entre los padres
sobre la implantación de la colaboración. Y en segundo lugar,
crear mecanismos de participación en las escuelas que
favorezcan la implicación de las familias en los aspectos básicos
de los funcionamientos de las escuelas y no sólo en los aspectos
superficiales.
La Familia, La Escuela y La Comunidad tienen funciones
sociales diferentes, pero complementarias. Ante la complejidad
del mundo de hoy han de unir sus esfuerzos para lograr superar
las dificultades que se les presentan porque en última instancia
su razón de ser está en función del protagonismo del niño en su
tarea educadora.
Es necesario, abrir las ventanas a la historia de una nueva
concepción de la familia y la escuela en su tarea educativa.
Ambas instituciones, requieren una reestructuración estructural
y cognitiva, una modificación y adaptación a un nuevo estilo de
educación y una actitud abierta a la formación de los alumnos
orientada a una educación para la vida comunitaria.
Uno de los grandes desafíos actuales consiste en afrontar
los temas de educación y formación sin responsabilizar
únicamente de ello al sistema educativo. Ante una sociedad en
cambio como la actual es necesario reflexionar sobre el nuevo
cometido de las dos instituciones educativas tradicionales: la
familia y la escuela. La educación necesita "el diálogo" entre
ambas instituciones para buscar puntos de convergencia a la vez
que delimitar competencias y buscar cauces de comunicación e
interrelación. A lo largo de las presentes páginas recorremos las
demandas mutuas de ambas instituciones con el fin de lograr
metas conjuntas. Se impone buscar formas de relación entre la
familia y la escuela, que permitan una comunicación fluida, una
información bidireccional y una colaboración de los padres en el
contexto educativo.
Nunca debemos olvidar que cuando hablamos de educación
no nos referimos ni a un determinado ámbito a desarrollar de la
persona ni a un contexto exclusivo en el que se lleve a cabo. Al
hablar de educación se hace irremediable mencionar los lugares
donde se lleva a cabo, como son la sociedad, la familia y la
escuela.
Función de la Familia en el Proceso de Identidad y Socialización
del Niño y La Niña en Edad Preescolar.
Se reconoce a la familia como el grupo humano al cual se
pertenece primariamente, lo cual queda determinado por el
nacimiento o la adopción. El nombre, signo de este vínculo,
representa la aceptación de que se pertenece a una realidad
social que nos trasciende (la familia) pero, a la vez, proporciona
una especificidad que no es intercambiable (la individualización).
Somos quienes somos en relación a otros. A la familia se pueden
incorporar otros miembros, pero no se puede dejar de
pertenecer a ella.
Cabe destacar que esta pertenencia proporciona a la
persona la experiencia de sí mismo como un valor absoluto, y
este aprendizaje - el reconocimiento progresivo de su
irrepetibilidad como persona- va configurando la posibilidad de
relacionarse con otros a partir de las propias virtudes y
limitaciones. Además, la aceptación del principio de la realidad
personal es algo natural. Cada individuo se reconoce como
irrepetible y único a partir de su familia que lo acoge de este
modo, como único. Desde esta experiencia, entonces, es posible
que se desarrolle como persona humana singular en todas su
potencialidades.
Por otra parte, el desarrollo de la individualidad está
basado en una dinámica de relaciones gratuitas, afectivas y no
afectivas, que introduce a la persona en un horizonte de
experiencias próximas y duraderas, en contraposición a las
relaciones funcionales que se establecen en la moderna y
cambiante sociedad actual. Por ello, la familia constituye la base
de la afectividad, cuya importancia en fundamental para un
desarrollo equilibrado de la persona humana. La del ejercicio de
la parentalidad. La interacción armoniosa de los padres entre sí y
hacia los hijos garantiza un buen desarrollo de éstos.
Por último, el desarrollo de la identidad personal - en cuya
formación la familia cumple un rol propio, que se inicia cuando el
individuo comienza a ser conocido y distinguido por su nombre
por primera vez - permite que sea posible la relación de la
persona con los distintos ámbitos de la sociedad, del mismo
modo como regula el ritmo con el que se incorporan o asumen
las valoraciones que proporciona la sociedad.
Del mismo modo como la familia nombra y le otorga su
primer identidad a la persona, es el lugar donde se desarrollan
los afectos, en el cual se le enseña a nombrar las cosas y
aprende a conocer el mundo. Es el lugar de las significaciones
primarias y es, también, considerada una comunidad primaria.
Desde esta característica se reconoce a la familia la capacidad
de socializar valores y pautas de comportamiento en lo que se
refiere a lo cognitivo, lo ético y lo estético. Desde la familia se
aprende lo que las cosas son, su bondad o maldad, su belleza o
fealdad. Con ello, la familia realiza la función de socializar, de
introducir a la persona en la sociedad.
Este aprendizaje se da en el marco de un encuentro
intergeneracional y de género. La familia no es una unidad
homogénea. En ella conviven miembros de distintas edades y
sexos, que tienen identidades propias y juegan roles diferentes.
Por ello, la familia es un espacio de encuentro y de diálogo -aún
cuando éstos puedan ser conflictivos-, que define la matriz
básica que inicia el proceso de transformación de los individuos
en seres sociales.
Por otra parte, en este aprendizaje la familia proporciona
también criterios de selectividad y de valor, con lo cual se van
configurando pautas de relación, de comportamiento y se
estructura la conciencia ética. En el encuentro intergeneracional
y de género se aprenden las pautas culturales, la manera de
sentir, de pensar, de expresar los afectos, de creer, de valorar,
de comportarse, de ejercer roles en los distintos ámbitos de la
vida, de asumir responsabilidades y derechos, todo lo cual
permite relacionarse con las distintas dimensiones y ámbitos de
la sociedad, creando las condiciones para lo que se ha llamado
“amistad cívica”.
Puede suceder que en el transcurso de la vida de la persona
algunas otras experiencias adquieran el carácter de criterios de
selectividad y valor y se incorporen o transformen los criterios
aprendidos originariamente en la familia; sin embargo, es en
este lugar, con esta característica de heterogeneidad, donde se
recoge primariamente la historia y la vida descubre su sentido.
Es desde aquí que se descubre y experimenta la continuidad y
proyección de la vida humana.
Ahora bien, cabe destacar que el encuentro
intergeneracional y de género, así como también la etapa del
ciclo de vida en el que la familia se encuentre, implica además
que el proceso de socialización es un proceso contextualizado, es
decir, que la transmisión de pautas y normas de comportamiento
no se da de modo pasivo, sino por el contrario, de modo activo,
dinámico. El contexto implica el reconocimiento de un marco
espacio-temporal, histórico, en el que la tradición se recoge
reinterpretada. Lo que saben, valoran o sienten los padres o
abuelos es recogido por los hijos de modos muy diversos, y
viceversa. Esto hace que la familia sea un ámbito de
socialización, a la vez que de continuidad y de cambio en la
relación entre las personas y la sociedad.
En el marco de esta función de socialización primaria recién
descrita, se pueden distinguir algunas de las fuentes de conflicto
o dificultad para la familia en su trato con la sociedad. Como se
señaló, desde la familia se van configurando los códigos de
interpretación -en una relación muy dinámica- que permiten a la
persona interactuar en los distintos ámbitos de la sociedad. A la
vez, cada sociedad mantiene vigentes ciertas valoraciones o
códigos en una perspectiva también muy dinámica. Tales
dinamismos pueden generar tensiones, desajustes y conflictos
de interpretaciones o valoraciones en uno y otro polo de la
relación respecto a las demandas que se plantean
recíprocamente.
Por otra parte, en las sociedades modernas se han
intensificado las relaciones privadas, como producto de un
fenómeno de “subjetivación” de los vínculos sociales y de
pérdida de las pautas comunitarias tradicionales. Hoy las
personas son más autónomas, dependen más de sí mismas, a la
vez que se hallan afectadas por múltiples demandas exógenas y
enfrentadas a oportunidades y limitaciones que crecen a gran
velocidad. En este contexto, las necesidades de socialización son
más intensas, por la enorme y complejidad de símbolos y
conocimientos de la cultura contemporánea, lo cual ha llevado a
que los medios de comunicación masivos adquieran cada vez
más preeminencia en la socialización de valores y pautas de
comportamiento, frente a lo cual el ejercicio de la función
cultural de la familia encuentra múltiples dificultades.
La dinámica de los cambios en la sociedad, así como
también en la familia -derivados de las etapas del ciclo o de
otros condicionantes internos o externos-, revela que algunas de
las funciones atribuidas tradicionalmente a la familia son
sustituibles o adaptables. Ciertas funciones -o aspectos de ellas-
se desplazan hacia otros sistemas sólo en cuanto éstos pueden
asumirlas. Es así como el sistema formal de educación no
reemplaza la función de socialización primaria, que sigue siendo
propia de la familia.

El niño preescolar es un ser en desarrollo que presenta


características, físicas, psicológicas y sociales propias, su
personalidad se encuentra en proceso de construcción, posee
una historia individual y social, producto de las relaciones que
establece con su familia y miembros de la comunidad en que
vive, por lo que un niño:
 • Es un ser único
 • Tiene formas propias de aprender y expresarse
 • Piensa y siente de forma particular
 • Gusta de conocer y descubrir el mundo que le rodea.
El niño es unidad biopsicosocial, constituida por distintos
aspectos que presentan diferentes grados de desarrollo, de
acuerdo con sus características físicas, psicológicas,
intelectuales u su interacción con el medio ambiente.
La Dimensión Afectiva Esta dimensión está referida a las
relaciones de afecto que se dan entre el niño, sus padres,
hermanos y familiares con quienes establecen sus primeras
formas de relacionar, más adelante se amplía su mundo al
ingresa al Jardín de Niños, al interactuar con otros niños,
docentes y adultos de su comunidad.
La afectividad en el niño se aplica emociones, sensaciones y
sentimientos; su autoconcepto y autoestima están determinadas
por la calidad de las relaciones que establece con las personas
que constituyen su medio social.
Los aspectos de desarrollo que están contenidos en esta
dimensión son:
1. Identidad personal
2. Cooperación y participación
3. Expresión de afectos
4. Autonomía Identidad personal:
Se constituye a partir del conocimiento que el niño tiene de
sí mismo, de su aspecto físico, de sus capacidades y el
descubrimiento de lo que puede hacer, crear y expresar; así
como aquello que lo hace semejante y diferente de los demás a
partir de sus relaciones con los otros.
La Dimension Social Esta dimensión se refiere a la
transmisión, adquisición y acrecentamiento de la cultura del
grupo al que se pertenece, a través de las interrelaciones con los
distintos integrantes del mismo, que permite al individuo
convertirse en un miembro activo de su grupo.
En las interrelaciones con las personas, se produce el
aprendizaje de valores y prácticas aprobadas por la sociedad, así
como la adquisición y consolidación de los hábitos encaminados
a la preservación de la salud física y mental. Estos aprendizajes
se obtienen por medio de vivencias, cuando se observa el
comportamiento ajeno y cuando se participa e interactúa con los
otros en los diversos encuentros sociales.
Durante el proceso de socialización, gracias a la interacción
con los otros, el niño aprende normas, ábitos, habilidades y
actitudes para convivir y formar parte del grupo al que
pertenece.
Después de que el niño adquiere la identidad personal, al
estar inmerso en la cultura de su localidad, región y país, va
logrando construir la identidad cultural, gracias al conocimiento
y apropiación de la riqueza de costumbres y tradiciones de cada
estado de la República, de cada región y de cada comunidad, a la
cual se pertenece, en donde existen diversas manifestaciones
culturales como: lengua, baile, música, comida, vestimenta,
juego y juguetes tradicionales.
En el nivel preescolar se propicia en el niño el conocimiento
y aprecio por los símbolos patrios y por momentos significativos
de la historia, local, regional y nacional. Los aspectos del
desarrollo que contiene esta dimensión son:
 Pertenecía al grupo: Se constituye a partir de la relación del
individuo con los miembros de su grupo por medio de la
interacción; las oportunidades de cooperar, la práctica de
normas de convivencia y la aceptación dentro del grupo, le
permite sentirse parte de él.
 Costumbres y tradiciones familiares y de la comunidad: Se
refiere a las prácticas que cada pueblo ha sido elaborado en su
devenir histórico y que se expresan en múltiples formas dentro
del hogar y comunidad: bailes, cantos, comida, fiestas populares,
tradiciones religiosas.
 Valores nacionales: Se refiere al fortalecimiento y
preservación de los valores éticos, filosóficos y educativos, que
cohesionan e identifican a los mexicanos, a partir del
conocimiento de la historia de nuestro país y de sus
características económicas, políticas, sociales y culturales, así
como la apreciación de los símbolos históricos nacionales.

Tipos de Familias.
Dada la diversidad existente, no podemos afirmar que
todas las familias son iguales, por lo tanto, dado ciertos criterios
de clasificación como el tipo de hogar, la composición de la
familia, las relaciones de parentesco, entre otros; las familias se
pueden dividir en:
 Familia nuclear: está integrada por una pareja adulta, con o
sin hijos o por uno de los miembros de la pareja y sus hijos. La
familia nuclear se divide en tres tipos de familias:
 Familia nuclear simple: integrada por una pareja sin hijos.
 Familia nuclear biparental: integrada por el padre y la
madre, con uno o más hijos.
 Familia nuclear monoparental: integrada por uno de los
padres y uno o más hijos.
 Familia extensa: integrada por una pareja o uno de sus
miembros, con o sin hijos, y por otros miembros, parientes o no
parientes.
 Familia extensa biparental: integrada por el padre y la
madre, con uno o más hijos, y por otros parientes.
 Familia extensa monoparental: integrada por uno de los
miembros de la pareja, con uno o más hijos, y por otros
parientes.
 Familia extensa amplia (o familia compuesta): integrada
por una pareja o uno de los miembros de esta, con uno o más
hijos, y por otros miembros parientes y no parientes.
 Familia Reconstituida (o también llamada ensambladas): es
decir, uno de los padres vuelve a formar pareja, luego de una
separación o divorcio, donde existía a lo menos un hijo de una
relación anterior.
 Familias provenientes de un divorcio, en la cual uno de los
cónyuges tiene hijos previos o ambos tienen hijos previos.
 La Familia reconstituida más antigua, la de toda la vida, es
la que proviene la figura del padrastro o madrastra.
La familia es la más compleja de todas las instituciones,
aunque en nuestra sociedad muchas de sus actividades
tradicionales hayan pasado parcialmente a otras, todavía quedan
sociedades en las que la familia continua ejerciendo las
funciones educativas, religiosas protectoras, recreativas y
productivas.
No falta quien la acuse de incapacidad para la misión
encomendada, de que no cumple con su deber, sea por
negligencia deliberada o por torpeza moral, pero,
evidentemente, esas recriminaciones son absurdas, porque la
familia no es una persona ni una cosa, sino un comunidad. Ahora
bien, algo de esto hay de cierto al reconocer que no siempre los
adultos, en específico los padres, cuentan con todos los
elementos que les permitan educar de manera correcta a sus
hijos. No es lejana la realidad de la violencia intrafamiliar,
abusos sexuales, abandonos de los hijos, problemas de
comunicación y comprensión que llevan a los más débiles de la
familia, los hijos, a ser vulnerables a un sin fin de riesgos como
las drogas, la violencia, y otros delitos contra la sociedad.
En ocasiones algunos padres transfieren a otras
instituciones las tareas familiares, no porque la familia sea
incapaz de cumplir con su deber, sino porque las actividades que
realizan en la actualidad requieren del apoyo de otras
instituciones que les proporcionen un medio eficaz de conseguir
los mismos propósitos. Entra las más importantes se señala a la
escuela.

Conclusiones

A la educación podemos entenderla como una realidad para


cada hombre y para la comunidad. Con ella, en sus múltiples
formas nos enfrentamos diariamente, por ella somos, en gran
parte, lo que somos. Hay educación en el afán de la madre para
enseñar a caminar, a hablar, a comer a su hijo pequeño o por
darle una norma de vida, la hay en el amigo que quiere
trasmitirnos un sentimiento o en el adversario que quiere
convencernos de nuestro error, y la verdad de sus creencias, la
hay en la acción anónima del sabio que lucha por iluminar algo
mas el camino del hombre. La hay en la presencia sutil de la
sociedad que, sin sentirlo nos impregna de sus usos de sus
costumbres y sus normas convencionales, y hasta en la
naturaleza misma que nos ayuda a configurar el carácter.

Toda nuestra vida es el fruto de un permanente contacto de


nuestra subjetividad con las influencias exteriores que
rechazamos, aceptamos o transformarnos, pero que nunca están
ausentes, sino muy presentes y en forma concreta y real.

Dentro del proceso educativo general, entendiendo por tal


al conjunto de influencias que se ejerce sobre el ser para
configurarlo, no solo desde el punto de vista espiritual y social,
sino también biológico, podemos diferenciar cinco etapas que
pueden delimitarse perfectamente a pesar de sus relaciones
mutuas. Se inicia con la crianza, sigue con el adiestramiento,
continúa con la instrucción y la educación, para culminar con la
autoeducación.
La crianza es una conducción que se mantiene en el plano
biológico y cuyo fin primordial es asegurar la subsistencia
orgánica del ser. Puede adoptar la forma de "alimentación", "de
cuidados", "de protección" o "de abrigo" es en otro terreno la
misma función que el agricultor cumple con la tierra: "un
cultivo". En lo que al niño se refiere esta es una de las funciones
principales de la familia.
El adiestramiento es un paso mas adelante, busca la constitución
de hábitos de mecanismos que permitan al individuo adaptarse y
reaccionar adecuadamente frente a situaciones exteriores y que
le son imprescindibles para la feliz realización de su vida natural
y social.

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