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Contra
Angelita Trujillo
y sus infamias
Ensayos y poemas
1
Quincuagésimo Aniversario de la
Gesta Heroica del 30 de Mayo
l e ctofilia
digital
2
EDICIÓN HOMENAJE
Quincuagésimo Aniversario de la
Gesta Heroica del 30 de Mayo
2
Contra Angelita Trujillo y
sus infamias
Aquiles Julián
Ensayos y poemas
l e ctofilia 3
digital
© 2011 Lectofilia digital
1ª edición, mayo 2011
Editado en Rep. Dominicana
Se autoriza la reproducción parcial o total de esta obra y su difusión.
4
A los héroes del 30 de Mayo y a
sus familias que pagaron con sangre la libertad
de nuestro país,
de parte de un dominicano agradecido.
5
Índice
Presentación 6
Hoja de vida 10
El suceso histórico más importante del siglo XX:
El ajusticiamiento de Trujillo 12
José Messón 24
Las infamias de Angelita Trujillo 28
El maquillista 39
Más infamias adicionales de Angelita Trujillo 42
Calles 58
Las insuficiencias de nuestra democracia y la
reivindicación del trujillismo, y sus
responsables 60
Tenemos a bien recomendar… 80
6
7
Presentación
9
Hoja de vida
10
Supones que el sicario hizo hoja de vida
¿A cuántos torturó? ¿En qué tipo de suplicio
se ha especializado?
¿Algún postgrado o certificación internacional?
¿Guantánamo? ¿La Habana? ¿Moscú?
¿Qué tipo de armas domina? ¿Por cuál
cementerio responde? ¿Cuántas viudas le deben su
condición?
¿Será mucho pedir que sus víctimas les
firmen cartas de recomendación?
Inclúyase dos fotos 2 x 2 y copia de la cédula.
11
El suceso histórico más
importante del siglo XX:
el ajusticiamiento de
Trujillo.
12
A doña Chana Díaz, In Memoriam
13
colaboradores del régimen junto a acérrimos
enemigos del mismo; de gente que decidió no sólo
arriesgar sus vidas, sino las de toda su familia con tal
de quitarnos de encima al monstruo feroz que
sometía al país.
EL QUINCUAGÉSIMO ANIVERSARIO DE
UNA ACCIÓN GLORIOSA
15
Tratar de empañar esa gesta es una tarea
antinacional de enemigos de este país, a las que
algunos cretinos se prestan.
Y para lo cual mienten, difaman, especulan, engañan.
Los antiguos colaboradores del tirano buscan
disfrazar no sólo su cobardía, peor aún, su abyección,
enarbolando opiniones indignas, como esa de que
aquí “se ha vivido del antitrujillismo”. ¿Y quién?
Porque aquí, salvo el interregno del Consejo de
Estado de enero de 1962 hasta la toma de posesión de
Juan Bosch, y luego, en el período que va desde el 25
de septiembre de 1963 al 24 de abril de 1965,
momentos en que se puede decir que las fuerzas que
liquidaron a Trujillo ejercieron el poder, todo el resto
del tiempo han sido los trujillistas y amigos de ellos
los que han gobernado, y eso incluye el mismo
gobierno de Bosch, surgido con el apoyo patente de
los remanentes del Partido Dominicano y de ex-
funcionarios trujillistas, que planteó aquella dañina
política de “Borrón y cuenta nueva”.
El primer período, llamado de los Doce Años, del ex-
presidente Balaguer fue la vuelta de “los trajes
blancos” tan brillantemente retratado por Miguel
Alfonseca en aquel cuento: “Los trajes blancos han
vuelto”, que es una de las cumbres de la cuentística
dominicana: la burocracia trujillista. Antiguos
calieses, viejos torturadores, oscuros cómplices de la
tiranía se reagruparon bajo la dirección del último
16
presidente títere. Volvieron a sonar los merengues de
la Era en cuarteles y fiestas, de manera descarada (yo
mismo vi y oí a la orquesta de la FAD tocar
“Recogiendo limosnas” y otros temas trujillistas en el
jardín frontal de la residencia del entonces
presidente Balaguer, en la Máximo Gómez 25). E
igual retornaron muchas de las viejas prácticas.
Y fue en ese mismo período en que se trató de
cumplir el pedimento de Ramfis Trujillo de que se
asesinara a los sobrevivientes del ajusticiamiento,
cuando en 1967 se tiroteó al héroe Antonio Imbert
Barreras. Y se montó una trama conspirativa para
traer de nuevo al “pato” a gobernarnos, en que la
militares “constitucionalistas” y otros que hicieron
causa común con el “Gobierno de Reconstrucción
Nacional” durante la guerra de abril del 1965
hicieron causa común para destruir la incipiente
democracia y devolvernos a la tiranía.
Ese hecho, convenientemente ocultado a la
conciencia nacional para sostener falsos procerismos
y nombradías fementidas, desmantelará las
verdaderas motivaciones de muchos que se
involucraron en la rebelión militar contra el
triunvirato. ¿No fue uno de esos falsos héroes de la
“revolución” el agente que sufragó a los que
asesinaron en su casa a un verdadero héroe nacional,
antitrujillista de toda la vida y uno de los motores de
la conspiración que ajustició al sátrapa, Ángel Severo
17
Cabral? ¿Puede quien mandó a asesinar a “Plutarco”,
nombre de guerra del héroe, y conspiraba para que
Ramfis volviera a encaramarse, pasar por héroe
nacional?
18
para evitarla, y todos los que ejercían el poder en ese
momento.
No sólo la muerte de los héroes, también la de los
humildes policías custodios que fueron asesinados
por sus propios compañeros de armas y al entonces
Jefe de la Policía, el general Marcos Jorge Moreno,
implicado en el hecho criminal.
Familias enteras casi barridas del todo. Incluso
inocentes servidores asesinados porque sí, en una
espiral sangrienta que segó vidas sin piedad alguna.
Y muchos de esos criminales volvieron impunemente
al país. Y aquí encontraron a sus viejos colegas. Y
todos se pusieron a añorar los “buenos tiempos” de la
época del Jefe.
20
No, en el culto a la tiranía, en el asesinato de quien
disienta. Y esa mentalidad es la que prevalece en los
líderes de todos los partidos en este país. ¿No se
aplastan acaso, entre sí?
22
Fueron los únicos que lograron su meta. Nosotros,
entretenidos en alharacas y como veletas sin rumbo,
no cumplimos la tarea que nos tocaba: llevar a este
país a una democracia real, de oportunidades, de
respeto a las leyes, de educación y prosperidad.
Fuimos tú y yo los que fallamos. No ellos. Ellos
tuvieron éxito, nosotros lamentablemente
fracasamos. Lo que existe es nuestra responsabilidad,
¿o se la vamos a endilgar a quienes murieron en 1961
para que los que sobrevivimos tuviésemos la
oportunidad que no supimos aprovechar?
23
José Messón
24
El mundo es de los dóciles.
Hemos concebido en nuestros ratos de ocio
los placeres secretos que públicamente denunciamos
y ante los que hacemos
(para las cámaras, para la Historia)
un gesto unánime de horror.
Ese hombre, ese negro, ese animal
sobre el cual ejercemos la tortura desde siempre
que luego de muerto (y por muerto), reverenciamos
y cuyo nombre adorna nuestras calles
junto al de sus asesinos
(para que nadie ponga en duda nuestra justicia),
se propuso quebrantar el mundo.
Ese hombre, según la ley, debe morir.
Para él inventamos los suplicios más dolorosos y
eficaces:
si desorbita los ojos no es para impresionarnos, de
seguro.
Ese cimarrón que se niega a acatar el orden es un
peligro:
es contagioso, devastador, obliga a uno a su
exterminio.
Si le hemos argollado la oreja como a un cerdo;
si antes de morir hemos fotografiado su rostro
tumefacto;
si hemos perpetuado la imagen de su cuerpo:
25
las señas visibles del azote con los cables de acero;
si hemos menguado su fe con drogas poderosas,
es porque en cada uno de nosotros anida la vocación
de esbirro.
Ese cuerpo que intenta precipitarse sobre uno desde
la silla eléctrica:
manos hinchadas, boca desaforada y pupilas listas a
saltar por la descarga;
ese cuerpo, se hombre, ha sido torturado por
nosotros;
aún más por aquellos que hemos delegado en dos o
tres verdugos la tarea
para no acometerla todos juntos.
Si luego hemos encarcelado y tiroteado a algunos de
estos,
reivindicado a este hombre ya cadáver, doméstico,
y constituido comités de recordación, escrito
discursos
y poemas a su memoria,
es para disimular nuestra responsabilidad,
aplacar la conciencia
y echar sobre unos pocos (es la costumbre),
la culpa que a todos concierne.
Si quieres aprender qué somos abísmate sobre este
hombre;
si quieres saber sobre qué bases está erigido nuestro
mundo
trata de descifrar qué te dice este hombre.
26
En nuestras cárceles diariamente lo sometemos a
suplicio.
Solamente su rostro es un manual de Historia Patria.
27
Las infamias de Angelita
Trujillo
28
“Los enemigos políticos de mi padre
han querido satanizar su nombre, pero
nosotros, conocedores de la verdad, nadie nos
puede confundir”.
Angelita Trujillo
29
TRUJILLO NUNCA FUE PRESIDENTE
ELECTO DEL PAÍS
31
urbanizaciones y zonas residenciales de clase media
alta y alta y verán si hemos avanzado o no.
Los 31 años trujillistas fueron de retroceso en todos
los órdenes para el país. Las obras públicas hechas
por el tirano se hacían como negocio para él: esta era
su finca, su propiedad. Y todos los dominicanos
siervos de la gleba de este señor feudal anacrónico.
Al frustrar el desarrollo de un empresariado
nacional, vía el crimen, el despojo y el abuso, nuestro
país, comparado con Cuba, por ejemplo, que exhibía
en el mismo período impresionantes niveles de
desarrollo, era de un atraso espantoso, pese al
maquillaje que las obras trujillistas querían
disimular.
No sólo un dañino retroceso en lo económico, en lo
político todavía es el tiempo en que padecemos las
secuelas de aquel régimen: el caudillo que se
entroniza en el poder y no respeta Constitución ni
leyes; el tráfico de influencias; la carencia de marcos
legales verídicos a los que los ciudadanos,
empresarios y trabajadores puedan acogerse; la
prevaricación y el dolo; la corrupción; el sicariato
(iniciado por Trujillo cuando mandó a matar al poeta
y político Virgilio Martínez Reyna y con la letal “42”),
los abusos de poder, la impunidad y otras prácticas
derivadas de la Era infame de Angelita I.
¿Y el daño moral? La sumisión rastrera, el
clientelismo, el soborno, el chantaje, la moral de
32
María Gargajos, el maipiolaje, el lambonismo, el
caliesaje y las exaltaciones delirantes ¿no son todavía
inconductas que se viven en todas las formaciones
políticas y que asquean en todos los gobiernos?
¡Y viene esta pérfida señora a vendérsenos como
inocente víctima de la ingratitud de los dominicanos!
¡La hija del “Benefactor”, como ella misma persiste
en llamarlo!
34
Angelita, que ha sobornado a funcionarios públicos y
se ha apropiado de documentos y propiedades del
Estado dominicano, incluyendo los videos y películas
de Radiotelevisión Dominicana y archivos del propio
Palacio Nacional, cuestión admitida por su propio
esposo, el desertor y delincuente Luis José
Domínguez, tiene suficiente material para probar el
origen de fortunas y propiedades, además de la
colaboración de funestos cortesanos del trujillismo
que mantienen en el país posiciones de poder.
¿Por qué no denuncia con pelos y señales los
desmanes y la apropiación indebida de bienes del
Estado y de las empresas de los Trujillo? Primero,
porque no hubo tales “favorecimientos”. Segundo,
porque tanto durante los siete meses del gobierno de
Juan Bosch en 1963, como desde el 1966 en que han
gobernado los partidos Reformista, Revolucionario
Dominicano y de la Liberación Dominicana, los
trujillistas han cogobernado el país desde esos
mismos partidos o desde sus aliados. Y si algunos
han depredado el Estado y se han enriquecido con el
patrimonio incautado a Trujillo fueron ellos, no los
antitrujillistas y menos los que cumplieron la digna
tarea de librarnos del monstruo que nos desangraba.
36
UNA ÚLTIMA MENTIRA ENTRE TANTAS
DICHAS
37
Pero donde la bota es cuando dice, con toda esa
candidez fingida, que “ninguno de nosotros tenía
dinero fuera del país” y que “ninguno de nosotros
recibíamos asignaciones del gobierno, ni contratas”.
Y luego a continuación informa que “Ramfis creó
algunas industrias como la Chocolatera, la fábrica
de pinturas, los Molinos Dominicanos y nosotros
éramos accionistas” (¿Y con qué dinero se montaron
esas industrias y se adquirieron esas acciones? ¡Con
papeletas de Monopolio, de seguro!). Todo, “asistido
de la generosidad de mi padre”, que era quien
sacaba el dinero del Estado dominicano, esquilmado
a su gusto.
Y aquí es donde llega al colmo: “…pero mi mamá,
cuando nosotros éramos pequeños, sacó una cuenta
para cada uno de nosotros, para mi hijo menor,
Rafael Leónidas Trujillo Martínez, y ahí estuvo
poniendo dinero todos los años y logró sacar esas
cuentas y de esas cuentas es que nosotros hemos
vivido toda la vida”. ¿Ven? No tenían “dinero fuera
del país”, sino unas cuentecitas donde se depositaba
dinero año tras año, tan pródigas que de ellas
“nosotros hemos vivido toda la vida”. ¡Vividora de lo
ajeno! ¡Parásita del expolio al pueblo dominicano! ¡Y
a una cosa así le dedican páginas los periódicos
dominicanos! ¿No hay víctimas a las que entrevistar?
38
El maquillista
39
A Heberto Padilla
41
Más infamias adicionales
de Angelita Trujillo
42
“Los dominicanos tenemos una gran
deuda de gratitud con el generalísimo
Trujillo. Sin él no tuviéramos los
dominicanos la democracia que vive
hoy el país.”
Angelita Trujillo
43
complicidad de los que han ejercido y ejercen la
autoridad en nuestro país.
Ninguno de los años que ha vivido esta delincuente
se ha ganado un solo día el pan: siempre ha sido una
parásita. No sabe lo que es trabajar. Ella misma lo
admitió: ha vivido de dineros robados a este país,
ella, el delincuente del esposo, desertor y proscripto,
y su familia, incluyendo al sirve-para-nada que aspira
a engancharnos como príncipe heredero de la
monarquía trujillista, el tal “Ramfito”.
No sólo es delincuente por vivir de fondos robados a
este pueblo por su madre, una “querida” que supo
enganchar por vía de una barriga al entonces
cabecilla de la asociación de malhechores que se
adueñó del poder en 1930; también lo es por
conspirar para destruir el régimen democrático y
reinstalar la tiranía trujillista; por calumnia y
difamación, al escribir un libelo infamante. También
lo es por soborno y adquisición de documentos y
propiedades robados al Estado dominicano, como los
films del patrimonio audiovisual de Radiotelevisión
Dominicana y los archivos distraídos del Palacio
Nacional. Y lo es, por último, por violar la ley 58-80
que prohíbe la promoción del trujillismo en
República Dominicana, delito en que incurrió junto a
sus cómplices de la llamada Universidad del Caribe.
¿La enjuiciarán por ese cúmulo de delitos? No aspire
a ello: sus cómplices están sólidamente incrustados
44
en este gobierno y en los tres principales partidos
políticos, el PRSC, el PRD y el PLD, así como en otros
de los mal llamados “emergentes”, variopinta camada
de buscavidas guiados por la teoría política del
“sácame-lo-mío”. La impunidad es la norma para
cierto tipo de delincuencia. Si no, pregúntese qué
penalidad cumplieron los que mandaron al sicario
Joaquín Pou Castro (ningún general, ni ex –general
ni general retirado, llamémosle como lo que siempre
fue), a asesinar al periodista y dirigente del PCD,
Orlando Martínez. Andan por ahí, de lo más
campantes. Esa es la verdad de la “justicia” en este
país. Y no hay otra.
46
ayudaron a subirlo y a mantenerlo tuvieron el mismo
coraje y la misma responsabilidad?
De ahí que lo que sería la prueba ácida de la
proclividad trujillista declarada o encubierta de
alguien es su actitud ante los héroes del 30 de Mayo.
Si anda repitiendo calumnias trujillistas contra ellos
o es trujillista o es un cretino y lo más probable una
mezcla de ambos a partes iguales.
48
impostor, sino el verdadero), era quien protegía a
Máximo López Molina en su casa de veraneo en Boca
Chica, mientras supuestamente se le buscaba para
arrestarlo, según informa en sus memorias el
secretario de Ramfis, César Saillant Ornes).
¿Qué hicieron esa izquierda y ese PRD desde el
mismo 1961? Lapidar a las fuerzas antitrujillistas
como “oligárquicas”. Eran “los tutumpotes” de los
que hablaba Bosch. Crearon un monigote, “los
oligarcas”, “la oligarquía”, como si Trujillo hubiese
permitido que existiera un poder económico
significativo ajeno a él, su familia y paniaguados, y
confundieron a un pueblo ingenuo y cándido, que se
tragó el cuento repetido oportunistamente por
millares de dirigentes del Partido Dominicano en
todas las comunidades del país (era el único partido
organizado a nivel nacional que existía en realidad),
que actuaban asustados por la amenaza de ser
procesados, encarcelados o despojados de bienes si
las fuerzas antitrujillistas agrupadas en la Unión
Cívica Nacional alcanzaban el poder.
¿A qué condujo todo eso? Al retorno, en 1966, de esas
fuerzas, que en su mayoría fueron reagrupadas en el
llamado Partido Reformista, organizado por el último
presidente títere de Trujillo, el Dr. Joaquín Balaguer,
desde el exilio, al poder, con el apoyo, según la
misma Angelita declaró en la entrevista, de Ramfis y
la familia Trujillo. “Lo apoyamos en todo lo que
49
pudimos para que pudiera ganar las elecciones”.
¿Quiénes, entonces, fueron los que canibalizaron y
despilfarraron los bienes: fábricas, fincas, etc.,
quitados a los Trujillo? ¡Oh, los que llegaron al poder
en 1966: los trujillistas! ¿O fueron los antitrujillistas
los que recibieron aquel “apoyo” en todo lo que se
pudo para ganar las elecciones del 66?
51
que complotaron para matar a Trujillo como Jesús de
Galíndez Suárez, José Almoina, Gerald Lester
Murphy (esa fue una vaina mayor que le tiraron al
Jefe, pues generó una investigación del FBI con nada
menos que Edgar J. Hoover como persona
directamente interesada detrás), Octavio de la Maza,
uno de los fundadores de la Compañía Dominicana
de Aviación (otra vaina al que el “colaborador” del
Jefe mandó a matar para empujar a Antonio de la
Maza, su hermano, a buscar venganza).
Ya sabemos que incluso los sicarios de su mismo
cuerpo de espionaje que Trujillo mandó matar en
diversos momentos, hay que atribuirlo a que
“complotaron” para matar al Benefactor. Tremenda
intelectual nos gastamos.
52
propias del servilismo rastrero) y demás obras físicas.
Pero el desarrollo de un país no consiste en obeliscos
y Monumentos a la Paz de Trujillo. El tirano castró y
cercenó el desarrollo de un empresariado nacional,
que sí pudo empezar a constituirse a partir del 1962.
Aquel Estado corporativo en que el Estado era
Trujillo y Trujillo era el Estado, el mayor empleador,
produjo un país totalitario filofascista.
La Era de Trujillo fue una perversión de cualquier
desarrollo posible. Involucionamos y retrocedimos en
todos los órdenes. Sólo el tirano, sus familiares y
paniaguados tenían derecho a prosperar. Nadie más.
Cualquier florecimiento de la economía particular de
alguien llamaba de inmediato la atención envidiosa y
depredadora del régimen. ¿No fue acaso su tío, José
Arismendy Trujillo alias Petán, el responsable mayor
de la férrea enemistad de Rómulo Betancourt con el
régimen al quererle despojar de un negocio de
exportación de plátanos a Puerto Rico que
Betancourt tenía en el país en sus tiempos de exilio?
Si se compara al país con Cuba en el mismo período
de tiempo, veremos la real cara de nuestro atraso.
Allí hubo una burguesía nacional, misma que, al
llegar Fidel Castro al poder, emigró a Miami con una
mano delante y otra detrás, y allí prosperó de nuevo,
porque lo importante no es tener dinero, es saber
producir dinero, y ellos se fueron con el know-how
empresarial, una verdadera sangría de la inteligencia
53
o “fuga de cerebros” como ahora se vive en
Venezuela. Aquí casi el 80% de la empleomanía eran
empleados de la familia Trujillo. Nos tenían cogidos
por el cheque a todos.
Repetir las mentiras del “desarrollo” del país cuando
Trujillo es un embuste de tomo y lomo. No hay
desarrollo sin desarrollo de un empresariado que
compita y de un mercado nacional. Las empresas
trujillistas no podían sobrevivir porque vivían en
régimen de monopolio y con un mercado ya no
cautivo, sino esclavizado. Y es que no existían en el
país administradores calificados, sino simples
burócratas serviles a Trujillo. ¿Cómo iban ellos a
sacar a flote compañías fundadas en el monopolio? Y,
conste, que he leído a más de un “izquierdista”
repitiendo la misma monserga (claro, tampoco tienen
ni idea de cómo opera la economía y el capitalismo
¿No son anticapitalistas, según ellos?).
Llamar a Trujillo “patriota” es una de las peores
infamias. Y si el servil Abelardo Nanita lo dijo, lo dijo
por “alpiste”, como aquel otro servil, masa de grasa y
abyección, que fue Arturo Logroño, parásito como el
que más. Esa opinión más que de Nanita, sería
propia de Nananita o Trespatines. Y es el respeto que
merece.
Trujillo fue el criminal alumno de sicópatas como los
capitanes del US Marines Corp Charles Merkel y
Charles R. Buckalew, que sirvió a la soldadesca
54
yanqui en la represión del alzamiento de los
campesinos del Este frente a los despojos y desmanes
de que fueron víctimas para extender las
plantaciones azucareras de los ingenios
norteamericanos. Allí mató, torturó y violó (y de
seguro Isabel Guzmán decía, mientras Trujillo la
violaba en el campanario de la iglesia de Los Llanos,
“Es todo un galán”), y también aprovechó para
chantajear, secuestrar, atracar y despojar a su gusto,
con lo cual hizo fortuna. ¿Es brindarse de verdugo
para perseguir y matar a sus propios conciudadanos
una muestra de patriotismo? Un preboste contra su
propio pueblo, eso fue siempre. Y no más que eso.
56
mandaron al infierno prenda de nuevo en nuestros
corazones. Ellos no pusieron su sangre para que
termináramos en esta democracia mediatizada y
prostituida. Esa condición es fruto del trujillismo que
todavía pervive. Hay que terminar su obra y eliminar
el trujillismo por completo.
57
Calles
58
Aquí, mientras me desplazo por las calles, topeto
con los esbirros y sus víctimas:
A ambos dedicamos nuestras calles.
Allí el infame que justificó el crimen
y aquí el que padeció la bala
Una esquina más allá el que pronunció el
discurso
a dos o tres cuadras del torturado
Cualquier plaza dedicada al orador felón
al que ocultó el hecho
al que se desgranó en loas
Y algunas calles para los que murieron
Pero, eso sí, cuidando siempre
de que el esbirro y su víctima
muestra maravillosa de justicia,
en ninguna ocasión
hagan esquina.
59
Las insuficiencias de
nuestra democracia y la
reivindicación del
trujillismo, y sus
responsables
60
“Desde aquí podremos
transmitir a todas las generaciones
todo el sacrificio, toda la heroicidad de
quienes lucharon para que en la
República Dominicana exista libertad,
democracia, independencia y justicia
social”.
Leonel Fernández
Presidente constitucional de la Rep. Dominicana
Acto inauguración Museo de la
Resistencia.
61
trujillista y postular a Luis José Ramfis Domínguez
Trujillo, alias “Ramfito”, el hijo de Angelita I, como
candidato, capitalizando la ignorancia, confusión,
desinformación y carencias formativas de la
población, y reiniciar la tiranía, aprovechando cierta
tendencia antidemocrática y pro gobiernos
autoritarios que prevalece en América Latina.
Así, tanto los trujillistas como los falsos “radicales
izquierdizantes” echan pestes sobre nuestra
maltrecha democracia, abominan de sus lacras,
insuficiencias, permisividades, impunidades y
limitaciones. Lo que no dicen es que si nuestra pobre
democracia es tal, no se debe a los héroes del 30 de
Mayo, sino a ellos, a los trujillistas que recuperaron
el control del poder en 1966 y a los sectores
supuestamente liberales y de izquierda que se aliaron
con ellos en 1961 y 1964-65, y que empezaron a
denostar de la democracia como régimen de gobierno
y a vindicar la dictadura, enalteciéndola como el tipo
de gobierno mejor para este país. ¿Qué gran
diferencia tendría el apellido que le pongan a la
dictadura? ¡Era dictadura! Sea trujillista, del
“proletariado” o con “respaldo popular”.
Ante los actos de este quincuagésimo aniversario de
la gesta heroica que nos libró del malhechor
ensorbecido, han emprendido una renovada alianza
antipatriótica, antinacional y desvergonzada, para
elevar el nivel de ruido y confusión, de manera que la
62
conciencia ingenua del dominicano sea sorprendida
por falsedades que arrojen dudas y provoquen
desconfianza sobre su historia reciente, doren y
magnifiquen la tiranía mostrándola como un “tiempo
mejor” donde sólo los que se oponían a Trujillo
sufrían las consecuencias de enfrentar al poder, pero
en la que el pueblo dominicano “progresó” y “vivía
mejor” (mentiras de un descaro total), y provoquen
suspicacias y recelos sobre la conducta y la acción
viril de los héroes del 30 de Mayo, a los que se
intenta desacreditar por todos los medios posibles.
64
A los dirigentes y miembros del Partido Dominicano
se les informó, comunidad por comunidad, que
serían perseguidos, desconsiderados, humillados,
arrestados y despojados si la Unión Cívica
Dominicana, entidad que agrupaba a las fuerzas
sociales que habían descabezado la dictadura, ganaba
las elecciones del 1962, primeras elecciones libres en
nuestro país, tras 31 años de dictadura.
Ese hecho, la alianza entre Bosch y Balaguer en 1961,
produjo una aberración: que la muerte de Trujillo no
trajera aparejada la desaparición del trujillismo.
Los trujillistas se inscribieron en masa en el PRD,
entelequia que existía sólo de manera formal en el
exilio, pues su negación a participar en la gesta de
Constanza, Maimón y Estero Hondo lo había aislado
y desacreditado. Eso explica por qué un partido que
era unas siglas sin militancia (¿pregúntese cuántos
perredeístas arribaron al país, fuera de Ángel Miolán,
Ramón Castillo, Nicolás y Lucy de Silfa, su esposa, y
Juan Bosch, y verá que el llamado PRD no era más
que una entelequia que no llenaba un cuarto? ¿Cómo
entonces ganó las elecciones de diciembre del 1962?
¡Oh, y con los votos del Partido Dominicano y los
trujillistas! ¿No lo sabía usted? Pues entérese), al
proponer la errónea táctica (útil a corto plazo,
inmoral y dañina a largo plazo, como demostró ser)
del “Borrón y cuenta nueva” que amnistiaba al
65
trujillismo y a los trujillistas, se impuso
electoralmente.
Calieses, esbirros, personeros de los que hostigaron a
la Iglesia Católica a finales de la dictadura (lo que
explica las reservas que la jerarquía católica tuvo
frente al PRD y no el “consevadurismo” como han
querido pintarlo), ex empleados de Johnny Abbes
García en Radio Caribe como Euclides Gutiérrez
Félix, ex diputados y senadores trujillistas, ex
alcaldes y figuras del trujillismo local como los
Sánchez Barets de Cotuí, hijos y parientes de
connotados trujillistas como Ivelisse Prats Ramírez,
la hija del esbirro Francisco Prats, entraron por
montones a blanquear con el “cloro revolucionario”
del PRD su pasado de colaboración activa con el
régimen depuesto.
Al legitimar el trujillismo y exonerarlo de culpas, y
limitar el trujillismo a Trujillo, sosteniendo que
muerto Trujillo el trujillismo había acabado, se les
dio un respiro a las estructuras políticas y sociales
que servían de sostén al régimen, que terminó por ser
mortal para nuestra incipiente democracia. De ahí
sus insuficiencias y la permanencia de prácticas y
añagazas trujillistas que perviven 50 años después de
muerto el tirano.
66
LA ALIANZA PARA DESACREDITAR LA
DEMOCRACIA
67
inútil o innecesaria, considerando que lo que el país
precisaba era instalar de nuevo una dictadura?
Ese fue el pecado en que todos incurrimos. Y es el
que nos hace responsables a todos los que
sobrevivimos estos últimos 50 años de existencia
republicana de que el trujillismo perviva como una
amenaza para el país.
Y ahora mismo, disfrazado como radicalismo
izquierdizante, enumerando las lacras y deficiencias
que lastran nuestra democracia más formal que real,
vemos cómo siguen en un ejercicio de trujillismo
vergonzante haciendo causa común con los
desembozados partidarios de reinstalar en el país el
régimen de terror y oprobio del que el valor
temerario y la determinación heroica de los héroes
del 30 de Mayo nos libró.
68
poder se involucraran en la conspiración contra el
“triunvirato” en 1964.
La revuelta militar y la guerra civil desatada en abril
de 1965 han sido mitificadas y manipuladas a
conveniencia tanto por el PRD como por las
“izquierdas”, a un grado tal que le han escamoteado
y estafado a este país la verdad de ese hecho
histórico.
Se sabe que hubo un sector militar, encabezado por el
coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, que
hizo el compromiso de retornar al poder a Bosch. Y
que hubo otro grupo, el llamado Grupo de San
Cristóbal uno de cuyos líderes lo era el coronel Neit
Rafael Nivar Seijas, partidario de la deposición del
Triunvirato y la convocatoria a elecciones libres, pues
tenía compromisos políticos con la candidatura del
Dr. Joaquín Balaguer. Y aquí va mi hipótesis: hubo
un tercer sector militar, que respondía a las órdenes
de Ramfis Trujillo, comprometido en un plan inicuo
de restaurar la dictadura trujillista y traer de nuevo al
país al hijo mayor del dictador. Este sector se
encubrió bajo el ropaje conveniente de los otros dos,
pero tenía su agenda oculta. Y en particular creo que
a este sector es que pertenecían Francis Caamaño
(que partidario de Bosch no era en nada), Manuel
Ramón Montes Arache (que cumplió para Ramfis
una tarea inmunda: mandar a asesinar al héroe
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nacional Ángel Severo Cabral en 1965), Hernando
Ramírez y otros.
Lavados por el “cloro revolucionario” del PRD y las
izquierdas, estos militares trujillistas en forma
alguna, llevados al nivel de “héroes nacionales”, no
es verdad que van a clarificar su posible papel en pro
de la restauración del trujillismo en aquella conjura.
Sin embargo, ¿podía Francis Caamaño ser partidario
del retorno de Bosch al poder, cuando pidió en 1963
que “le dejaran al Ovejo para él tirarlo al mar”? El
incidente en que Bosch dijo que él nunca se sentaría
a la mesa a cenar con el hijo de Fausto Caamaño y en
que Caamaño, irritado, pidió que le entregaran a
Bosch para tirarlo por la borda de la goleta en que lo
extrañaban del país estaba lo suficientemente fresco
como para que Francis Caamaño cambiara sus
simpatías y pusiera en riesgo su rango militar y su
familia. Él tenía que tener otras motivaciones: su
trujillismo (fue ayudante militar de Trujillo, un
puesto altamente comprometedor y era hijo del único
secretario de las fuerzas armadas que no fue
miembro de la familia Trujillo en los 31 años de la
Era infame), tiene mayor posibilidad de ser. De una
posición mimada, como hijo de Fausto Caamaño,
ahora estaba en malas. El retorno de Ramfis
aprovechando la destitución del Triunvirato sí podía
motivarlo.
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La conducta de Montes Arache revela claramente
cuál era su compromiso. No sólo su pasado: fue de
los implicados en el atentado terrorista contra
Rómulo Betancourt; tras el final de la guerra de abril
fue la eminencia gris tras la turba que asaltó la
residencia de la familia Cabral en Ciudad Nueva y el
que pagó a los autores del asesinato del héroe del 30
de Mayo Ángel Severo Cabral, cumpliendo un pedido
de Ramfis Trujillo de que se diera muerte a todos los
que complotaron para matar a su padre.
Y posteriormente, estuvo implicado en la conjura que
se montó para dar un golpe de estado
(¿revolucionario?) a Joaquín Balaguer y reponer en
el poder a Ramfis Trujillo, complot en que muchos
militares “constitucionalistas” hicieron causa común
con militares que lucharon en el bando del “gobierno
de reconstrucción nacional”. Sólo el conveniente
accidente en que perdió la vida Ramfis Trujillo (y que
tengo la sospecha de que fue provocado, pues no es
verdad que los norteamericanos, avisados como
estaban de la conjura, iban a permitir que un grupo
de nostálgicos de la tiranía armaran otro rebú y
desestabilizaran el país, sobre todo sabiendo, como
sabían, las actitudes antinorteamericanas de Ramfis),
hizo a Montes Arache desistir de su intención. Y la
foto del supuesto “constitucionalista” en el sepelio de
su líder real, Ramfis Trujillo, está ahí, para que nadie
se llame a engaño.
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Y por último, la carta de Hernando Ramírez a Ramfis
Trujillo que aparece publicada en el tercer libro de
los archivos de Ramfis Trujillo entregados a
Rodríguez Demorizi que editó el historiador y
economista Bernardo Vega, deja bien claro que el
cabecilla de la conjura militar no era un partidario
del retorno de Bosch al poder sino un servil
instrumento de las aspiraciones de recuperar el
poder que exhibió poco después Ramfis Trujillo,
animado por sus partidarios en las fuerzas armadas
que le instaban a ello.
Ahí está mi hipótesis y algunos de los hechos en que
se fundamenta. ¿Podrá ser probada? Lo dudo. Hay
demasiados intereses envueltos. He públicamente y
en persona reclamado a mi amigo, el poeta y político
Tony Raful, que tiene una serie de datos sobre la
conjura para dar un golpe de estado
(¿revolucionario?) a Balaguer y reponer a Ramfis
Trujillo, que los haga público. Pero eso, sin dudas, le
crearía más de una dificultad en el PRD, partido que
vive de mitos y mentiras. Por lo que creo que todo
permanecerá convenientemente callado. Así es que se
construye la “historia a la carta” que padecemos los
dominicanos.
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¿DÓNDE ESTOS RADICALES
ANTIDEMOCRÁTICOS REVELAN SU
TRUJILLISMO REAL?
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conocido la historia de la república”, ¿juicio
valorativo basado en qué? ¡En el libelo trujillista de
Angelita!
Cuando estudié Programación Neuro-Lingüística,
PNL, una de las cosas que aprendí fue que ese tipo de
juicio partía de la eliminación del referente
comparativo, así que es conveniente desafiarlo:
¿período de mayor esplendor con respecto a cuál
otro? Se trata de un mito mal disimulado, basado en
que la mayoría de los dominicanos ni siquiera han
conocido aquellos tiempos infames y cualquier
mentira dicha puede pasar por verdad.
No es contra el pasado ni contra el futuro contra el
cual debemos contrastar ese período, sino contra el
mismo período en un país muy similar al nuestro, así
que escojo a la Cuba precastrista. Y ahí se muestra,
sin dudas, el formidable retroceso que significó el
trujillismo para el país.
Mientras Cuba desarrollaba un empresariado
nacional, aquí se descabezó toda posibilidad de tener
uno. Mientras Cuba desarrollaba instituciones
modernas, aquí se creaban mamotretos formales sin
contenido, pues la voluntad omnipotente del tirano y
su familia era la única institución, la única ley y el
único derecho real. Mientras Cuba desarrolló una
clase media pujante, aquí Trujillo y sus secuaces
acogotaban al país.
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El gusto por el fascismo y su parafernalia que es
típica de los partidarios del totalitarismo, sea
estalinista o pronazi, hace que los desfiles, los
monumentos y edificaciones, los obeliscos y aquellas
industrias montadas sobre el monopolio y leyes que
les fabricaban un mercado por la fuerza al tirano (por
ejemplo, montar una fábrica de pintura y lanzar una
ley que obligaba so penalización de no hacerlo, a
pintar el frente de las viviendas), sean vistos como
pruebas de progreso. ¿En qué el obelisco o el
Monumento a la Paz son pruebas de progreso? ¿En
qué lo es la Feria de la Paz y Confraternidad del
Mundo Libre, aquella teatralización en que el tirano
quiso halagar a su hija haciéndola sentir una Isabel II
cualquiera, luego de su retorno de la coronación de la
reina británica?
La total carencia de criterio de qué es lo que significa
el desarrollo y el progreso de un país hace que se
repita la atroz mentira del progreso bajo Trujillo.
¿Qué hubo obras públicas? ¿Oh, y acaso este no era el
corral del tirano, su finca, su propiedad? ¿Qué
pretendían, que en 31 años no hicieran ni una
letrina?
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Que todavía haya actores implicados en la trama del
30 de Mayo que prefieran el anonimato, como hizo
ver el Dr. Eduardo Díaz, presidente de la Fundación
30 de Mayo en el conversatorio que se realizó en
FUNGLODE el pasado jueves 26 de mayo, con la
presencia del Señor Presidente de la República, no
deja de alertarnos de los peligros que todavía se
ciernen sobre nuestra frágil democracia.
El retorno de los servidores de Trujillo al poder en
1966, con el triunfo de Joaquín Balaguer, al que
financiaron significó una involución del proceso
democrático, una mediatización que caricaturizó la
democracia naciente y la lastró con las viejas
prácticas antidemocráticas de la tiranía.
No menos daño recibió la democracia de los errores
cometidos por el principal líder de oposición, el
escritor Juan Bosch, quien inició una feroz campaña
contra la democracia y las elecciones, tildadas de
“mataderos”, proclamando que el país lo que
necesitaba era ¡una dictadura “con respaldo
popular”! Ya supongo la risotada que tal disparate le
provocó al entonces presidente Balaguer: ¡Juan
Bosch promoviendo una dictadura en un país que
recién se había librado de una bien larga, de 31
terribles años de duración!
Las izquierdas marxanas, por otro lado, denunciaban
a la democracia y abjuraban de ella, proclamando la
inutilidad de las elecciones (“¡Los electoreros son
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traidores!”), y promoviendo que este país lo que
necesitaba era ¡una dictadura “del proletariado”!
La pervivencia de prácticas y esquemas culturales y
políticos trujillistas hace que nos quede la tarea
pendiente de liquidar el trujillismo de una vez por
toda.
Hemos fracasado, quienes sobrevivimos a los héroes
del 30 de Mayo en esa impostergable tarea, en esa
responsabilidad que nos legaron. El mismísimo
presidente de la República actual decía anoche, en el
acto de inauguración del Museo de la Resistencia en
la Arzobispo Nouel, evento al que tuve la cortesía de
ser invitado por la Federación de Fundaciones
Patrióticas a instancia de mi querido amigo Nelson
Báez, hijo del héroe del 30 de Mayo Miguel Ángel
Báez Díaz, que “todavía existen carencias que
ameritan cambios y reformas” (Listín Diario, lunes
30 de mayo del 2011, Pág. 4A).
La alianza que en los hechos muestran los supuestos
“radicales antisistema” con las huestes del
trujillismo que encabeza Angelita Trujillo indica
claramente que la amenaza del trujillismo es una
realidad de la que no debemos descuidarnos.
Hay que educar a nuestra población, hay que asumir
la responsabilidad de perfeccionar y profundizar
nuestra democracia, destrujillizarla; hay que
responsabilizarse del legado recibido y sellado con su
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sangre generosa y sus vidas, de los héroes del 30 de
Mayo.
Y hay que cerrarle el paso al trujillismo, se declare de
forma desembozada o nos llegue de manera taimada
y vergonzante, disfrazado de crítica radical y
“antisistema”.
Porque, como dijo el presidente Fernández anoche,
tenemos que actuar, los buenos dominicanos, para
que se eleve y concretice “la sensibilidad y el
compromiso para que jamás se repita en la
República Dominicana la tiranía, la opresión y la
dictadura”, y yo añado ni trujillista, ni del
“proletariado”, ni “con respaldo popular” o
cualquier otro apellido con el que quiera disfrazarse.
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Tenemos a bien
recomendar…
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Nuestro problema en realidad no es de
procedimientos,
es de fotografía
Tenemos que aprender cómo disimular los
garrotazos
qué zonas no tocar del cuerpo
dónde infligir dolor sin que genere ronchas
verdugones
marcas que nos delaten
Tendremos que promover algún entrenamiento
una certificación ISO
para que la tortura se haga con calidad total.
Qué padezcan, pero que no se note
Qué emitan alaridos desgarrantes
pero que nadie pueda incriminarnos
Llevemos el suplicio a un nivel superior
y enseñémosles a sonreír a cámara previo al flash.
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Colección Lectofilia digital
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Contra Angelita Trujillo y sus infamias / ensayos y
poemas
El libro
El autor
l e ctofilia
digital
2011 83