De seguro alguna vez hemos tenido la oportunidad de testificar de Cristo y no lo hemos hecho, podríamos exponer muchas razones del porqué, pero siempre serán excusas, porque tenemos muchas maneras de testificar del Señor, por ejemplo, nuestra conducta, nuestra forma de ser con los demás, en las decisiones que tomamos entre otras formas, pero siempre tenemos la oportunidad de exponer ante los demás el evangelio de la salvación. Una de las cosas principales que debemos hacer para testificar de Cristo con eficacia es cambiar nuestro corazón, debemos decidir obedecer al Señor. La pasión que tengamos por las almas hará la diferencia, esta pasión esta en el amor, más que la decisión o determinación, nosotros podemos ser el puente entre los perdidos y el evangelio, nosotros debemos testificar con gozo, de lo que hemos recibido, no debemos ser egoístas, debemos pedirle a Dios que ponga en nosotros la voluntad, el deseo y el denuedo para ejercer esta tarea que nos ha sido encomendada en la gran comisión, Mateo 28:18-20. Otra parte importante que debemos tomar en cuenta para testificar de Cristo es tener una sociedad, una sociedad especial con Cristo es decir, una relación personal con él, una sociedad requiere de compromiso y confianza. Este compromiso requiere más que un dicho, es una entrega total a las enseñanzas, leyes morales, muerte y resurrección de Cristo, un compromiso con la vida de las personas. Nosotros necesitamos poder para testificar, y este poder lo recibimos del Espíritu Santo, cuando obedecemos a Dios somos equipados con poder para ofrecer testimonio confiando que Dios dará los resultados. Muchas veces caemos en el error de pensar que es con nuestras propias fuerzas y esto causa que nos desanimemos pensando que no lograremos lo que Dios nos demanda, pero debemos recordar que dependemos de un poder más grande, el poder de Dios, lo de nosotros es depender de Dios, obedeciendo y él nos dará la victoria en el proceso de testificar, reconociendo que el Espíritu Santo es quien convence de pecado y toca los corazones. Juan Manuel Núñez Es natural tener temor cuando vamos a testificar, pero con el poder de Dios en nosotros, podemos impedirle al temor que nos gane la batalla al momento de obedecer y testificar a Cristo, solo debemos tener fe en Dios, su palabra y prepararnos con la oración, de esta manera tendremos una verdadera sociedad con Dios y él nos dará el poder por medio de su Espíritu Santo. Testificar de Cristo debe estar motivado de un deseo amoroso de guiar a los perdidos de la oscuridad a la luz admirable y mostrarle que tiene una esperanza, no debe ser el hecho de mostrarle a los perdidos que están por un camino equivocado sino un inmenso amor de dar, de lo que hemos recibido por gracia. Existen 3 pasos para testificar de nuestra fe y guiar a los perdidos a Cristo. El primer paso consiste en hacer una serie de 5 preguntas que nos ayudaran a descubrir la condición espiritual de la otra persona. El segundo paso consiste en pedir al perdido que lea en voz alta un grupo de versículos de la Biblia. El tercer paso consiste en hacer 5 preguntas que resumen las verdades de los versículos y guian al perdido a un punto de decisión. Las cinco preguntas pueden ayudarlo a llevar la conversación hacia los temas espirituales: 1. ¿Tiene usted algún tipo de creencia espiritual? 2. Para usted, ¿quién es Jesucristo? 3. ¿Piensa que existe el cielo y el infierno? 4. Si muriera ahora mismo, ¿adónde iría usted? 5. Si lo que usted cree no fuera cierto, ¿le gustaría conocer la verdad?
El segundo paso en testificar de Cristo sin temor es permitirle a la Biblia
hablar. Dios usa las Escrituras para cambiar la vida de las personas. Aprenda a permitirle a la Biblia hablar al corazón de las personas. Juan Manuel Núñez Este paso comprende un grupo de versículos bíblicos que el perdido leerá en voz alta: 1. Romanos 3.23 2. Romanos 6.23 3. Juan 3.3 4. Juan 14.6 5. Romanos 10.9-11 6. 2 Corintios 5.15 7. Apocalipsis 3.20
A través de la Palabra de Dios, el Espíritu Santo habrá usado las Escrituras
a fin de preparar el corazón de la persona para las preguntas. 1. ¿Es usted pecador? 2. ¿Quiere que sus pecados sean perdonados? 3. ¿Cree que Cristo murió en la cruz por usted y que resucitó de nuevo? 4. ¿Desea entregar su vida a Cristo? 5. ¿Está preparado para invitar a Cristo a que entre en su vida y en su corazón? Juan Manuel Núñez