Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1
Veremos que la misma “Nous” o Inteligencia de Anaxágoras es inmanente al cosmos, según la
interpretación de la mayoría de los historiadores de la filosofía actuales, aunque supone la explicación más
cercana a la admisión de la existencia de una primera causa trascendente al mismo. Este hecho lo lamentará
Sócrates, que dice que Anaxágoras encontró una bellísima joya, pero que la abandonó pronto.
2
“Peri physeos”
3
Mileto, situado en la costa del Asia Menor (hoy Turquía), gozaba desde el s. VII a. C. de una situación
privilegiada. Por ello era una ciudad-estado que gozaba de bastante riqueza, basada en el comercio marítimo.
4
Sobre el origen del hombre piensa que éste proviene de unos monstruos marinos, cubiertos con una cierta
costra. Al perder o romperse esta costra, debido a la acción solar, salió de dentro el hombre.
Anaxímenes de Mileto: Cree que el primer principio de todo es el aire. Cuando se
dilata (rarefacción), produce el fuego y cuando se comprime (condensación) y se enfría,
produce el agua y finalmente la tierra.
2.1.2. Los Pitagóricos.- El principal representante fue Pitágoras (s. VI). Éste reduce
todo a números y armonía. El último componente de todo es el número colocado
armónicamente5. Confunde las cosas con los números, porque piensa que los números son
cosas. Pitágoras recurre al aire indefinido o “pnéuma ápeiron”. Al principio existía una gran
bola, pero al respirar se introdujo el vacío y se rompió por dentro, creándose la
multiplicidad.
Otras doctrinas importantes de Pitágoras son los principios del orfismo: existencia
del alma distinta del cuerpo, su inmortalidad, sus reencarnaciones sucesivas con el fin de
purificarse (cátharsis o purificación) del pecado que le hizo caer en el mundo... Para ello
tiene que observar unas reglas de conducta (rituales, códigos de conducta, conocimiento,
especialmente el matemático).
2.1.3. Heráclito.- Heráclito (destaca sobre el año 500 a. C.) es el filósofo del devenir.
Todo lo reduce al fuego. Es la ley de: “Todo cambia”. En las entrañas del cambio está la
guerra, madre de todo proceso y progreso. El devenir es la lucha de contrarios; todo está en
oposición, todo tiene su contrario. Todo el proceso está regido por el “lógos”, inmanente al
mismo fuego, que expresa y busca la armonía de los contrarios6.
2.1.4. Los eleáticos: Parménides.- Aunque exista la Escuela de Elea, Parménides fue
el más importante. Parménides pertenece al s. V a. C. Se centra en la oposición razón y
sentidos. La razón llega al ser (a la verdad). Los sentidos se quedan en las apariencias (la
falsedad). Lo único auténtico es el conocimiento de la razón. Parménides niega realidad al
cambio, al devenir, al movimiento. Dice que es una falacia de los sentidos. Por eso, reduce
todo a ser. El ser es uno, único, compacto, limitado (terminado, acabado, perfecto),
esférico, inmóvil, eterno...7
El principio universal de Parménides es “el ser es y el no-ser no es”. Por tanto, la
nada es eso: nada. Si hubiera alguna diferencia entre los seres, unos carecerían de algo que
otros “serían”. Entonces esos seres “serían y no-serían”, lo cual es imposible, porque el ser
es y el no-ser no es. Por tanto, sólo existe un único ser.
2.2. Los pluralistas
El primer principio no es un único elemento, sino múltiple. La Physis es una mezcla
de varios principios.
2.2.1. Empédocles (s. V a. C.).- Reduce todo a cuatro elementos: fuego, aire, agua y
tierra. Todos los seres son una mezcla de estos elementos, que se unen y se separan
mediante las leyes del amor y del odio o discordia. Estas dos fuerzas se alternan
cíclicamente. El conocimiento se origina por la atracción de lo semejante, por la semejanza
que hay entre los sentidos y los efluvios de las cosas.
5
Por eso Pitágoras da gran importancia a la música, que es armonía.
Cuando habla de números, no sólo se refiere a los números tales, sino también a las formas geométricas
regulares: el cubo, el octaedro, icosaedro, etc.
6
Podemos observar que Heráclito soluciona la oposición ser-devenir olvidándose del ser, de lo permanente,
centrándose únicamente en el devenir. Veremos más adelante la gran admiración que tendrán por Heráclito,
Hegel y Marx.
7
Parménides, al contrario que Heráclito, intenta solucionar la oposición ser-devenir negando realidad al
devenir.
2.2.2. Anaxágoras (s. V a.C.).- Reduce todo a partículas distintas. Existe un número
infinito de partículas diferentes, que después Aristóteles llamaría “homeomerías”. Estas
partículas existen desde toda la eternidad, pero de un modo caótico, sin orden. La “Nous” o
Inteligencia rige todo el comportamiento ordenado de la homeomerías. Convierte el caos en
cosmos. Pero, ¿esta Nous es inmanente al cosmos o trascendente al mismo? Hay opiniones
dispares. Parece ser que todavía no habla de la trascendencia de la misma. Sócrates
lamentará que Anaxágoras descubriera una gran joya, la Nous, y que pronto dejara de
hablar de ella, sin llegar a deducir su importancia hasta las últimas consecuencias8.
Toda realidad, por pequeña que sea, contiene todos estos elementos, todas estas
semillas u homeomerías. Decía: “Todo esta en todo”.
2.2.3. Los atomistas: Leucipo y Demócrito (s. V a.C.).- Reducen todo a partículas
indivisibles o átomos, vacío y movimiento.
Todos los átomos son de la misma naturaleza. La única diferencia es su forma
externa. Los átomos se mueven en caída en el vacío. Al chocar unos con otros cambian su
forma externa: unos son ganchudos, otros picudos, redondos... Cada ser es un conjunto de
átomos de distintas formas. Todos estos átomos se unen por azar. Los atomistas no admiten
ni la Nous, ni el Lógos. El caos se convierte en cosmos por puro azar 9. El conocimiento se
debe a unos efluvios o “eidolas” emitidas por las cosas que conocemos.
8
Se puede considerar la Nous como un inicio de la doctrina del Dios único trascendente al mundo, aunque
Anaxágoras no llegara a esta trascendencia de Dios.
9
Esta afirmación de que el cosmos u orden viene del caos o desorden sin intervención de un Lógos, de una
Nous o de un Dios ordenador es una doctrina rara en la mentalidad griega. Precisamente la doctrina platónica
será un revulsivo contra la doctrina atomista.