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Libro 1 - INTRODUCCIÓN A LAS TÉCNICAS DE INVSOCIAL
Libro 1 - INTRODUCCIÓN A LAS TÉCNICAS DE INVSOCIAL
A LAS TÉCNICAS
DE
INVESTIGACIÓN
SOCIAL
Javier Callejo Gallego (Coordinador)
Consuelo del Val Cid ne
Jesús Gutiérrez Brito :
Antonio Viedma Roja
(AEditorial Universitaria
ss Ramon Areces
INTRODUCCIÓN A LAS TÉCNICAS
DE INVESTIGACION SOCIAL
JAVIER CALLEJO GALLEGO
Profesor Titular de Sociología (UNED)
Coordinador
CONSUELO DEL VAL CID
Profesora Titular de Sociología (UNED)
JESÚS GUTIÉRREZ BRITO
Profesor Asociado de Sociología (UNED)
ANTONIO VIEDMA ROJAS
Profesor Ayudante de Sociología (UNED)
(Q Editorial universitaria
S Ramón Areces
Reservados todos los derechos.
Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento
electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier almacenamiento de
información y sistema de recuperación, sin permiso escrito de Editorial Centro de Estudios Ramón
Areces, S.A. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si
necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.
ISBN-13: 978-84-8004-932-0
Depósito legal: M-31.420-2009
PRESENTACIÓN cococooooononononononononoononononooconononononnnnnonorninnonnannirereraaaaaras 13
Primera Parte
IN 18
IT 20
3. La lógica práctica de las técnicas de Investigación .....oonnoncnicccnnincss. 22
3.1. Prácticas de TeducCiÓN...oocociononccinncconconncanncnonnonancon
nc ona ran ronncrna nen 24
3.2. Técnicas de la complejidad......ononinnnninncninnnociccnnoccnncncnncnananannos 26
3.3. Las técnicas en la investigación ...onnnnninninnnininnononcncnnrnnncncnnnnnos 27
3.4. La construcción técnica de la experiencia ....ooooiocnioniccciocnnnnnon 29
3.5. Las técnicas y los procedimientos ...ooocooicccocconnnicncncnnnananncnnnannos 31
4. Las técnicas y la te0lÍa....oooooonnconicnoncoonononcnnonononononcnrnonon
o ron o non rrrn conan 32
5. Método y MÉLOUOS cocooooconccoconocconcononnconnnoncnnananonno
no nnn nono nanc cara nna nac nanens 34
6. Estrategias y LÁCLICAS ...oooonnoccnncnnonioncnonnananconccnonann
nana narana nana nn canina nanannos 36
Bibliografía cCOMEntada...oooocnoninnnnnncnnoncocinnincnn
nono rnronconcnocnononn non oneninanaa 40
AUtOeValuaciÓN ..oooocccononnccnononncnnnancnnononancnannncnonnn
nono nnnn anno nao nanocnnn cnc cananaranos 41
ÍNDICE 7
Segunda Parte
PRÁCTICAS CUALITATIVAS
Bibliografía COoMeNtada...oonncnonnonionannnnnononcnnorinonocinononananonncnnranonarnorncrnon 59
IM 60
IS 64
2. NOCIONES DÁSICAS ...oooooconocnccccnonononconccnnn
conc cnn nnnn carr n nan nc ron r rra nan cc an coonnerina 64
2.1. Conversación, entrevistas e investigación SocClal......onnnn.oni.... 65
2.2. Tipos de entrevista ...oooooonocnnconocccocnconncnnncnonccnnaronanana nana nacanocann acens 67
2.3. Usos de la entrevista ...oooooonccninnnonnnooncnononancconcnanonona nino nanonanannanos 70
2.4. Ventajas y límites de la entreviSta......ooonononnonicnncnnccacnnicaniniananons 73
3. Entrevistas desde la perspectiva CualltatiVa.....oonnncnnnincinnncnncnccncanano 74
3.1. Diseños de investigación con entrevistas ablertaS ....o.mn.c...... 74
3.2. La entrevista abierta en la práctiCA ...oooonnnnninninncononaconnnnnronannncan 76
3.3. Entrevistas DIStÓTICAS....ooooonioccnnninnconnononnonancnnnonrnono
nono ncana rana ron ren 86
Bibliografía COMENtada ....ocononnnnnnnnncnicnnoconancnninn
con conccna cnn nora nro nncararicarnns 92
INS 93
Tercera Parte
L. IMtTOAUCCIÓN c.oooooocccnononconononononcconnonon
ccoo nn cono conan nn rra ra rn r canas 120
2. La encuesta en la investigación SOCIA ...ooonnncnnnnininnnonncnionnonocianoncaninos 120
3. ¿Qué puedo investigar mediante encuesta? .coonnncnnncocinnnanonannnnnonos 123
4. Propósitos de la investigación mediante encuesta .....onmocincnicnincccnno. 125
5. Diseños fundamentales mediante encuesta. ...ooooninnconnncconincnanccnanaconnos 126
6. Ventajas e inconvenientes en el uso de encuestas ....onnoniccicccnonaninccnn 127
7. Las formas de encuesta ..ooooniocononicnnocononncnonooncnrononnn
anna c na ran nani can canoas 130
7.1. La encuesta personal ...ooooocccnnnocononncononcnnononnon
corno no nino nan caronaa nina 130
7.2. La encuesta postal ....oooooncinninoninonoccnocncnan
oran conncnnnnnnn nan nonanonanarnnonns 133
7.3. La encuesta telefÓniCA.....ooooonnncinncnnoninonononocancnananoncnnnononono ccnn nono 135
7.4. Encuestas €n la Ted ooooooconnncconacanononononanonona
nono nr cnn nc aan rca nan cananacono 137
8. Fases de la investigación mediante encuesta ...oooonncnicccioninnncinninanananos 139
L. IOtrOAUCCIÓN cooococococcocnononononoconnonnroonnnnn
conocio na nc cnn nan nana r can cana nona nino nnoo 152
2. Razones para el UsO de MUEStIAS ...ooococconoccncccoconanonacnnacnnonorncnnonnnranon 152
3. Terminología básica sobre MUEstrOO...ooononinconnconnccnonccnnncinaninanananinanaso 154
íÍnDice 9
4. Aproximación a la lógica del muestreo probabilístico .....................
uy
. Tipos de muestreo probabilístico ..........oncinonionncnnennnnrornnnannanicnincionos:
5.1. Muestreo aleatorio o al azar SiMpl8 .....oonoonnoninnccicncconcanananocanonas
5.1.1. El tamaño de una muestra aleatoria simple: Factores
que influyen en Su fljaCiÓn....nonccnnniccnccnonanicananinnnnrnncnnos
5.2. Muestreo aleatorio SISteMátICO ..ocooonnnocononacionanananananananiconacina ran
5,3, Muestreo estratifiCadO.....ooonioninniononoconoccnonncono
cana nnonononanacanininnaons
5.4. Muestreo por conglomeradoS.......ononcinconiccnccnnonanonacannanncncncnnanon
6. Tipos de muestreo no probabilístiCO........ocnconconnonononncnncinocaraninacaninonos
Cuarta Parte
ínDice 11
CAPÍTULO 11. INTRODUCCIÓN A LA CONSTRUCCIÓN DE
MODELOS MATEMÁTICOS. Javier Callejo.......... 295
IS 296
2. La definición del concepto de modelo...ooooooonncconincnincccnonocacancconcnnnnos 297
3. ¿Para qué sirve un Modelo? coococionccnncnoncconnononcnancnn
nono nonancnnrranccnnnnanos 303
4. Las fases de construcción de Un MOdEÍO ..oooooconiccocccioncononocanononononns 307
5. Teoría de juegos: modelo de modeloS ....oooooicononicninniciniccnniccancnononos 308
5.1. El dilema del priSiONETO ...ooconncncnnnccnnncononanononorn
nana roronncana noni nnnno 309
5.2. Juegos de SUMA COTO ..ooooccconncnonnnonnnonononononnnconocnononrnnn
crono ncnnnnannnos 312
5.3. Juegos de suma NO CONSaMt8 ..0ooononccnccccnconaconnononononancnononianaronnnos 314
S.A, ORTOS JUOBOS coooococoncconaconcconcconnconnonnconnncnn
non nonon non nr anar nano nn rra nnnnnnns 316
6. Modelos matemáticos del comportamiento político......................... 316
6.1. Modelo de RichardsOO ....omocnnononicnnnnicononinanicranaraca rancio ronconno 317
6.2. Modelo de DOWNS ..oooooocccoonionoconoonnonanononoconcconononananacancannnnnnncnnnns 318
7. Síntesis: ventajas y límites ideológicos de los modelos ................... 319
BIBLIOGRAFÍA .ococcocinnioncioniconinorononconcnoonnonconenoncononoancar
eran coraronenne corno 323
PRESENTACIÓN 13
zados, como sería más pertinente nombrarlos, si no fuese por la fuerte implan-
tación de la denominación inglesa, sobre todo en el campo de la investigación
social de mercado.
La tercera parte centra sus tres apartados a la encuesta mediante cuestio-
nario estandarizado. Ello parece proyectar en el texto la práctica de investi-
gación social de mayor uso en nuestras sociedades. Su objetivo es dar al lec-
tor el material suficiente para que sea capaz, al menos, de juzgar global y,a
la vez, detalladamente, todas las dimensiones que conlleva la realización de
una encuesta mediante cuestionario estandarizado. En los tres temas del blo-
que se apreciarán referencias cruzadas, de uno a otro, habiendo sido incluso
inevitable ciertas redundancias. Esperemos que se proyecten pragmáticamen-
te en una mayor fijación de sus contenidos.
Desde la perspectiva tomada en el texto, toda observación empírica con-
siste en un ejercicio de reducción de la realidad social, el tema sexto cobra
una especial relevancia. De hecho, las técnicas de investigación serían los ins-
trumentos preferentes en esa reducción. Pues bien, la muestra, a la que se
dedica el sexto tema, aun cuando únicamente en el contexto de la encuesta
con cuestionario estandarizado, se ha convertido en el paradigma de reduc-
ción, a partir de la reducción del número de unidades de lo observado, asu-
miendo que la propia constitución de los objetos sociales en unidades no es
ya una reducción.
El cuarto bloque despliega en cuatro temas la introducción a distintos
tipos de análisis. Si los anteriores temas se enfrentan a la aproximación y
registro de la realidad de la sociedad, éstos apuntan a las maneras de trabajar
el material registrado. Es posible que el experto considere insuficiente —o
incluso arbitraria— la selección de formas de análisis. Pero la única intención
es señalar la variedad posible y recoger las dos principales, como son el aná-
lisis de discursos y el análisis estadístico.
Al final de cada tema, el lector dispone de la presentación comentada a
unos pocos textos, en los que puede ampliarse la materia desarrollada en el
contenido del tema, y una serie de preguntas que, dirigidas al estudiante, le
permiten un repaso rápido de lo leído. Preguntas que sólo están relacionadas
con el texto anterior y que, en ningún caso, han de tomarse como “preguntas
de examen”. Como su nombre indica, autoevaluación, sirven para que sea el
propio alumno el que se evalúe; pero no para que el profesor evalúe los cono-
cimientos del alumno. Para el alumno, además de como autoevaluación, pue-
den funcionar como autoevacuación, como generación de síntomas de que ya
puede pasar al siguiente tema.
Presentación
Esquema
Introducción.
Un —
. Las técnicas.
. La lógica práctica de las técnicas de investigación.
3.1. Prácticas de reducción.
3.2. Técnicas de la complejidad.
3.3. Las técnicas en la investigación.
3.4. La construcción técnica de la experiencia.
3.5. Las técnicas y los procedimientos.
Las técnicas y la teoría.
Dim
Método y métodos.
Estrategias y tácticas.
El texto que el lector tiene en sus manos nace con la limitada función de
servir de primera introducción a las formas de observación científica de la
realidad social. Qué sea la realidad social o cuestión ontológica y qué puede
conocerse de la misma, estableciéndola como unidad sintética! o cuestión
epistemológica, se deja entre paréntesis. La autoría es consciente de su rele-
vancia; y, en especial, de su carácter de guía para emprender la investigación
y, sobre todo, la proyección de los resultados de la misma. En el altar del
sacrificio de lo que el nuevo alumno de las materias relacionadas con la inves-
tigación social empírica de los nuevos planes de estudio no tiene tiempo para
detenerse, quedan las reflexiones ontológicas y epistemológicas.
Tampoco se responde aquí a la cuestión de cómo investigar en cada situa-
ción concreta o nivel metodológico; el de los diseños y proyectos de investi-
gación, en el que se articulan unas técnicas o prácticas de investigación con
otras. El desarrollo de esta cuestión es objeto de otra asignatura dentro del
Plan de Estudios del Grado de Sociología de la UNED. Aquí se ha optado por
desplegar el muestrario de las técnicas y prácticas más utilizadas en la inves-
tigación social, con una descripción de las características más relevantes de
cada una de estas formas de aproximarse a la realidad social.
NIVEL
DEL CONOCIMIENTO AN IA
ONTOLÓGICO ¿Qué es la realidad social?
2. Las técnicas
2 Definen las técnicas como instrumentos sustantivos, adquiriendo las características de apa-
ratos: “Como medios técnicos que se utilizan para hacer efectivos los métodos, así, la entrevista,
la observación, la encuesta, un vídeo o un diario" (Rincón y otros 1995:35), donde se convierten
en sinónimos la entrevista con un vídeo.
3 “Sino fuera así dice Bourdieu— y las prácticas tuvieran por principio la fórmula genera-
dora que se debe construir para explicarlas, es decir. un conjunto de axiomas a la vez indepen-
dientes y coherentes, las prácticas, las prácticas producidas según reglas de engendramiento per-
fectamente conscientes se encontrarían despojadas de todo lo que las define propiamente como
prácticas, es decir. la incertidumbre y la vaguedad resultantes del hecho del que tienen por prin-
cipio no unas reglas conscientes sino principios prácticos, opacos a ellos mismos, sujetos a varia-
ción según la lógica de la situación, el punto de vista, casi siempre parcial, que ésta impone, etc"
(Bourdieu 1991:31).
4 Bourdieu (1991:33-4).
5 Desde este segundo significado de la reducción en las técnicas, éstas producen una simpli-
ficación funcionante: “la técnica, en sentido amplio, es una simplificación funcionante, es una
forma de reducción de la complejidad, que se puede construir y realizar aunque no se conozcan el
mundo y la realidad en los que ocurre que se prueba en sí misma” (Luhmann 1997:22),
6 Las técnicas de investigación, en su contacto con la realidad, no extraen información. Por
ejemplo, Alonso (1998:225) define la entrevista como proceso comunicativo de extracción de
información. Lo que hay en el acercamiento empírico es un exceso de información. Precisamente
la información se produce por reducción. reduciendo ruido.
10 Ramón Ramos (1997) propone dos significados para las paradojas en ciencias sociales.
Uno, anodino, que enlaza con la idea del crecimiento de las ciencias en que lo paradójico aparece
como lo que no entronca con la ciencia normal conocida. Otro, más estricto y marginal en la cien-
cia social, que cuestiona la propia ciencia social. En el segundo, ubica el uso de las paradojas de la
cibernética de segundo orden de Luhmann.
ll La cibernética de segundo orden es consciente de este camino hacia el infinito de la refle-
xividad observacional, por ello, como hace Luhmann (1996:282 ss) con el concepto de limitacio-
nalidad propone límites en el proceso. Esto puede conducir a otra paradoja o contradicción: los
límites los pone alguien; pero el alguien, el sujeto, no tiene sitio en esta concepción. La solución
que se aporta, en modo alguno satisfactoria, es que el sistema mismo el que, en definitiva, se pone
los límites, aceptándolos o rechazándolos: “El sistema no está dado dogmáticamente ni acepta las
condiciones limitativas, sino que puede estar cambiando de los métodos a las teorías v de las teo-
rias a los métodos ” (Luhmann 1996:290). El recurso a la paradoja vuelve a tener la solución: “los
sistemas sociales, vistos por un observador, son sistemas paradójicos (Luhmann 1986:179).
12 “Del rigor en la ciencia”, en Historia universal de la infamia.
15 Nunca deja de ser un discurso ajeno y, por lo tanto, abierto siempre a la interpretación. Esta
conclusión abre importantes posibilidades al análisis secundario de discursos producidos para otras
investigaciones. Tampoco nunca es un discurso ajeno del todo, pues la resonancia del discurso
ajeno en el discurso propio es lo que permite la interpretación.
16 En sentido estricto, el dato más bien es tomado que dado: “Lo “dado 'es el sentido estricto
de esta palabra, es el campo o situación. Lo dado en el sentido de lo singular, ya sea objeto o cua-
lidad, es aquel aspecto, fase o parte constitutiva especial de la situación existencialmente presen-
te que se selecciona para localizar e identificar sus rasgos problemáticos por referencia a la inves-
tigación que se habrá de realizar aquí y ahora. En sentido estricto, el dato más bien es tomado que
dado” (Dewey 1950:143).
17 Las inobstrusive measures de Webb v otros (1966).
18 Se asocia experimento con laboratorio, cuando: “la asociación entre experimento y labo-
ratorio no es, por tanto, algo necesario, sino algo que depende de la voluntad del investigador”
(Alvira v otros 1981:33), limitándose el concepto de lo experimental a los procedimientos más rígi-
dos y formales. Desde la crítica al experimento, venida de la filosofía y epistemología de las cien-
cias sociales -véase Rudner (1987)- el propio concepto de lo experimental ha sido relegado.
21 En el modelo teórico que establece Ibáñez (1979, 1985) sobre las técnicas de investiga-
ción social, el socioanálisis deriva de un hueco: el nivel tecnológico de lo que denomina perspec-
tiva dialéctica.
22 El estudio de la pobreza de Yule contiene la primera correlación aplicada en el campo de
las ciencias sociales.
23 Dependencia de la estadística que hace que. por mucho tiempo, la investigación social haya
estado unida al desarrollo y empleo de la estadística (Maus 1973:43).
24 Véase el de Cicourel (1982), que ya puede considerarse un clásico en este sentido.
25 Merton (1987) narra cómo los focus group surgieron de una especie de encuentro casual en
el domicilio-instituto de Lazarsfeld.
5. Método y métodos
26 A esta división, ya confusa, entre método y métodos, hay que añadir la propuesta interme-
dia de asimilar método y metodología, en cuanto ordenación del conjunto de la investigación: “Es
la estrategia general que guía el proceso de investigación con el fin de lograr unos ciertos resul-
tados. especificamente, aquellos definidos en los objetivos del estudio ” (Briones 1982:18).
28 Giddens distingue entre elecciones y decisiones. Las elecciones pueden identificarse con un
marco pluralista: hay libertad de elección. La elección es un concepto idealista, socialmente poco
presente. Las decisiones son elecciones obligadas, donde la libertad está restringida. Fundamen-
talmente, las decisiones: “se llevan a efecto sobre la base de pretensiones de conocimiento exper-
to” (Giddens 1997:99).
Autoevaluación
5. ¿Por qué se dice que las técnicas de investigación social son técnicas de la
complejidad?
PRÁCTICAS CUALITATIVAS
CAPÍTULO 2
La observación participante y visual
Jesús Gutiérrez Brito
Presentación
Esquema
2. La observación participante
Para ver el mundo con los ojos de los observados, para darse cuenta de la
visión de su mundo, no es necesario llegar a la identificación con los actores
(ni convertirnos en nativos) si somos capaces de observar (interpretar) el
punto de vista que tienen éstos. Es así como la observación participante deja
de ser una descripción superficial (thin description), donde se presenta direc-
38 Guasch (1997: 15 y ss.) ofrece una reflexión retrospectiva de la observación en las Ciencias
Sociales desde el punto de vista epistemológico y metodológico. Muy resumidamente, este autor
establece las siguientes fases: Periodo evolucionista (siglo XIx): Las ciencias sociales pasan a mos-
trar abiertamente un interés por los otros a partir de los relatos de exploradores y viajeros vincula-
dos a los procesos de colonización (especialmente de Africa y Asia). Período clásico en Antropolo-
gía Social (desde finales del x1x hasta mediado el siglo Xx): Comienza con Franz Boas y Bronislaw
Malinowski. En esta fase se defiende la imitación del método de las Ciencias Naturales y se perge-
ña la imagen de la Antropología y del antropólogo que tenemos hoy en día. También cabe destacar
las investigaciones realizadas desde la Escuela de Chicago desde donde algunos de sus autores hicie-
ron uso de la observación participante para abordar situaciones marginales en instituciones de dift-
cil acceso. En este período también se encuentra un interludio establecido por La nueva etnografía,
iniciada bajo la influencia de la lingiística y de la teoría fenomenológica: “La etnociencia defiende
la prioridad descriptiva de los protagonistas de la acción social (perspectiva emic), frente al punto
de vista del profesional que la observa (perspectiva etic). Período plural (1960-años 90): Desapa-
recen las diferencias entre Sociología y Antropología. Se recupera la influencia teórica marxista y se
impone la concepción del individuo como proceso y la revalorización de la sociología comprensiva
de Max Weber. Los procesos de urbanización y la etnografía de las instituciones y de los grupos
sociales urbanos constituyen las dos lineas de investigación fundamentales de esta etapa. Desde fina-
les del siglo Xx, siguiendo con la importancia adjudicada al carácter interpretativo de la observación,
adquiere especial influencia el enfoque interaccionista que representa Erving Goffman.
MAYOR
r GRADO DE
REFLEXION
AUTOOBSERVACIÓN PARTICIPACIÓN
OBSERVACIÓN
MAYOR MENOR
PROXIMIDAD PROXIMIDAD
OBSERVACIÓN
ACTIVA OBSERVACIÓN
PASIVA
MENOR
GRADO DE
REFLEXION
32 Por otro lado, Spradley (1980) establece tres fases en el proceso de observación: una pri-
mera, de carácter descriptivo, que ofrece al investigador unas directrices para abordar la situación
de observación y reducir su complejidad para comenzar el necesario proceso de concreción; la
segunda fase, de focalización de la observación en la problemática y procesos esenciales para el
objeto de estudio, acabando con la realización de una observación selectiva, desarrollada en la
etapa final del trabajo de campo y dirigida a hallar más evidencias empíricas de los tipos de prác-
ticas y procesos detectados en la fase anterior.
Bibliografía comentada
ANGUERA, M. T. (1989): Metodología de la observación en las ciencias
sociales, Madrid, Cátedra.
Monográfico de referencia sobre metodología de la observación en las
ciencias sociales, cuenta con una amplia visión teórica sobre el carác-
ter científico de la observación en general y tipos de observaciones en
función de registros, formatos, proximidad del observador, etc. Siendo
una obra de carácter general, hay páginas enteras dedicadas a la obser-
vación participante y la autoobservación.
Autoevaluación
. Comente los usos que tiene la imagen visual con fines observacionales.
Presentación
Esquema
1. Introducción.
2. Nociones básicas.
2.1. Conversación, entrevistas e investigación social.
2.2. Tipos de entrevista.
2.3. Usos de la entrevista.
2.4. Ventajas y límites de la entrevista.
3. Entrevistas desde la perspectiva cualitativa.
3.1. Diseños de investigación con entrevistas abiertas.
CAPÍTULO 3. ENTREVISTAS 63
3.2. La entrevista abierta en la práctica.
3.2.1. La selección de los entrevistados.
3.2.2. Preparación de la entrevista.
3.2.3. Situación de entrevista.
3.2.4. Estrategias durante la entrevista.
3.2.5. El análisis.
3.3. Entrevistas históricas.
1. Introducción
A pesar de las diferencias formales que existen entre todas las concrecio-
nes que adquiere el concepto de entrevista, hay aspectos teóricos y metodo-
lógicos comunes, que permiten hablar de la entrevista. Es en este espacio
donde la primera parte de este capitulo adquiere sentido. Su objeto es realizar
una revisión de las características compartidas por los diferentes tipos de
entrevista. Su objetivo es proporcionar un punto de partida que permita com-
prender la relación, diferencias y similitudes que tienen estas prácticas de
investigación. En concreto, el despliegue de esta primera parte del capítulo
comienza con una reflexión sobre la necesidad de establecer fronteras entre la
conversación y la entrevista de investigación social; continúa con un análisis
de los distintos tipos de entrevista atendiendo a las características de la infor-
mación producida; sigue con la exposición de los usos de la entrevista en la
investigación social y concluye con una reflexión sobre las ventajas, incon-
venientes y límites de esta práctica.
En la segunda parte del capítulo son expuestas con detalle las dos prácti-
cas de entrevista más importantes creadas desde la perspectiva cualitativa de
investigación: la entrevista abierta, también llamada en profundidad o cuali-
tativa, y la entrevista histórica. A través de ellas, podremos hacernos una idea
clara de las diferencias que produce la apertura y los distintos objetivos en la
producción de información mediante entrevista.
Dada la importancia que ha adquirido la encuesta por cuestionario estan-
darizado en las ciencias sociales, se ha considerado oportuno que su exposi-
ción se realice de forma separada. En consecuencia, en este capítulo sólo se
exponen las cuestiones básicas de la entrevista con cuestionario estandarizado.
2. Nociones básicas
40 En este libro se realiza una reflexión sobre la reconstrucción de las normas sociales en la
práctica de la investigación social que resulta de gran interés. Algunas cuestiones conceptuales
clave sobre prácticas como la entrevista, el grupo de discusión, las historias de vida y la obser-
vación participante son abordadas con precisión y clarifican diferencias fundamentales. Este capí-
tulo y los siguientes deben parte de su exposición a lo extraído de sus páginas.
CAPÍTULO 3. ENTREVISTAS. 65
autores citados se refieren a las entrevistas de investigación social, un ejem-
plo de entrevista periodística muy conocida nos puede servir de ayuda para
entender esta diferencia. Nos referimos a la entrevista que el presidente Nixon
concedió al periodista Frost después de haber pasado dos años de su renun-
cia. Esta entrevista ha sido recientemente llevada al cine*! y también ha sido
editada una reflexión sobre cómo se planificó (Frost 2007).
Los escándalos, el comportamiento y la renuncia forzada a la presidencia
de Nixon habían dejado claro para muchos americanos que el Presidente
había superado los límites del poder que le atribuía el sistema democrático.
Además, una mala sensación había quedado en la opinión pública porque
Nixon en su renuncia no había admitido públicamente su error, no lo había
confesado. Nixon concede la entrevista con la intención de lavar su imagen.
El equipo que prepara la entrevista para Frost lo hace para conseguir que
Nixon confiese sus errores públicamente. En estos términos, Frost se dirige a
Nixon desde la norma social. El objetivo de la entrevista no era comprender
el modo en que Nixon interpretaba el mundo o los detalles de sus estrategias
políticas de acuerdo con la norma, el objetivo era conseguir una confesión en
la que aceptara y explicara públicamente por qué había actuado fuera de ella.
Frost lo consigue cuando él mismo se aleja de la norma de la entrevista y
cruza los límites acordados.
Estamos acostumbrados a consumir entrevistas periodísticas en las que
estas posiciones se marcan con claridad. Asimismo, las entrevistas clínicas y
terapéuticas, más próximas a la investigación social, mostraron también el
potencial aporte de la confesión para descubrir actitudes y comportamientos
fuera de la norma (Ibáñez 1979). ¿Pero, qué ocurre cuando el tipo de cono-
cimiento que se quiere producir con la entrevista se debe ceñir a los plan-
teamientos formales de la investigación social? La respuesta es clara, la
entrevista de investigación social se aleja aún más de lo que entendemos
cotidianamente por conversación y entrevista en general (Kvale 1996).
El motivo fundamental del alejamiento se debe a la diferencia entre los
objetivos que rigen la producción de conocimiento científico y los que lo
hacen en la producción de conocimiento popular. Acumulación, búsqueda de
explicaciones generales, utilización de procedimientos empíricos conocidos y
publicación de los resultados son las condiciones básicas que impone el modo
de proceder de la ciencia. Flexibilidad, conocimiento cotidiano, particulari-
dad, ámbito privado son las condiciones del conocimiento cotidiano. Además,
la entrevista de investigación social sirve para producir un registro que tanto
previa como posteriormente ha sido planeado para ser analizado a la luz de
una posición teórica o con la intención de crearla. La interacción importante
no es tanto la que se produce entre el investigador y el entrevistado durante la
TIPOS DE Ol
í 1
REGISTRO CODIFICADO REGISTRO VERBAL (PERSPECTIVA CUALITATIVA)
(PERSPECTIVA CUANTITATIVA)
CAPÍTULO 3. ENTREVISTAS 67
La entrevista con cuestionario estandarizado es la forma más común de
producir registros codificados. Su denominación más difundida es la de
encuesta por muestreo. Sus rasgos principales son: a) recogida de información
a través de entrevistas cara a cara o vía telefónica??; b) utilización de cuestio-
nario estandarizado en el que se incluyen distintos tipos de preguntas y res-
puestas cerradas o con niveles de apertura muy pequeños; y, c) aplicación de
la entrevista a un grupo de personas suficiente como para que sean estadísti-
camente representativas del conjunto de la población de estudio (muestra).
La situación de entrevista en la encuesta está condicionada por el modo
en que se realiza la interrogación-respuesta, el objetivo de la entrevista y las
peculiaridades del proceso comunicativo creado para su desarrollo. El cues-
tionario es el medio que articula la comunicación. El entrevistador realiza una
pregunta tras otra según el orden que se establece en el cuestionario y regis-
tra las respuestas de acuerdo con un sistema de codificación predeterminado.
Además, previo al proceso de recogida, los entrevistadores reciben consignas
concretas sobre la forma en que se deben aplicar los cuestionarios y las con-
diciones o situaciones de entrevista que deben ser consideradas.
El objetivo de la encuesta no es tanto conocer la opinión de cada uno de
los entrevistados sobre el tema o experiencia concreta de la que se trate como
clasificar a los entrevistados según el grado de adscripción a las respuestas
que previamente el investigador ha considerado para su registro. Esto signifi-
ca que la entrevista pierde la posibilidad de descubrimiento de lo que discur-
sivamente se encuentra fuera de la norma social (Callejo, Gómez, Casado
2004). Es decir, el hecho de ofrecer un cuestionario cerrado con preguntas y
respuestas codificadas implica que su construcción derive del conocimiento
previo del investigador. Aun cuando este conocimiento sea profundo y a pesar
de las pruebas o investigaciones previas, es lógico pensar que pueda haber
respuestas diferentes a las previstas por el investigador que no podrán ser
registradas. Aunque para solucionar este problema es habitual la introducción
de respuestas que permiten rechazar la adscripción como “no sabe / no con-
testa” O respuestas abiertas los discursos más transgresores de la norma social
quedan fuera.
La tercera de las condiciones que afecta a la encuesta es la consideración
de que la situación social de entrevista se puede repetir un elevado número de
veces en contextos diferentes y entre distintos actores sin que esto afecte a los
resultados. De este planteamiento, podemos deducir que ni las características
sociales de los sujetos ni las influencias del proceso comunicativo producido
durante la entrevista son consideradas a priori como elementos perturbadores.
No es difícil anticipar que esta posición teórica ha sido refutada hace tiempo.
CAPÍTULO 3. ENTREVISTAS 69
En las entrevistas no estructuradas la base de la interrogación está en los
temas que interesan al investigador. Su trabajo durante la entrevista es propo-
ner y animar la respuesta dejando la iniciativa en la exposición al entrevista-
do. Tan sólo las divagaciones deben ser reconducidas. Durante la entrevista
pueden ir apareciendo nuevas áreas de interés desconocidas para el investi-
gador que pueden ser incorporadas a la interrogación. Aunque este tipo de
entrevista es la más parecida a una conversación libre, no hay que olvidar que
el propio investigador hace las labores de mediación, eso sí, una mediación
abierta y reflexiva.
El mayor problema de definición de este tipo de entrevistas se produce en
las semiestructuradas. En principio, el instrumento que sirve para diferen-
ciarlas es el guión de conducción. Pero el guión puede crearse con muy dife-
rentes grados de detalle. En algunos casos, el guión puede ser similar a un
índice temático, lo que nos conduciría hacia el extremo no estructurado, en
otros casos, por el contrario, el guión puede ser tan detallado que se asemeje
a un cuestionario. Sea como sea el guión, en las entrevistas semiestructuradas
el entrevistador tiene plena libertad para formular las preguntas según su crl-
terio y el entrevistado para exponer sus respuestas.
Sin mucho esfuerzo, podríamos imaginar un eje en el que se sitúan todos
los tipos de entrevista atendiendo al grado de apertura en la interacción pre-
gunta-respuesta (Patton 1990). En un extremo se situaría la encuesta, a conti-
nuación la entrevista estructurada, la semiestructurada y en el otro extremo la
entrevista no estructurada. Pero el desarrollo práctico ha hecho que los lími-
tes en las distintos tipos de entrevista no sean tan definidos. Por ejemplo: la
encuesta puede introducir preguntas de respuesta abierta para algunos temas
exploratorios o complejos de enunciar. Esto la situaría en la zona de las entre-
vistas estructuradas. Por el contrario, las entrevistas estructuradas pueden
incluir grupos de preguntas codificadas que permitan conocer algunos rasgos
de la muestra, lo que las llevaría al límite de la encuesta. Del mismo modo,
las entrevistas semiestructuradas con un guión muy poco detallado no se dife-
rencian demasiado en la práctica de las entrevistas no estructuradas. En suma,
aunque la clasificación nos sirve para distinguir algunas cuestiones clave no
hay que olvidar que la entrevista que produce registros verbales se produce en
una situación social flexible.
CAPÍTULO 3. ENTREVISTAS 71
En uso de las entrevistas estructuradas según Corbetta (2003) es adecua-
do en tres circunstancias especiales: cuando la singularidad de las situaciones
observadas es elevada y cada entrevistado ofrece posibilidades de respuesta
diferentes que hay que considerar; cuando la complejidad en las dimensiones
del tema estudiado no se pueden estandarizar; y, cuando la cultura del entre-
vistado no haya integrado la entrevista con cuestionario como una situación
social normal. Además, hay que tener en cuenta que la lógica de la perspecti-
va distributiva debe formar parte de los objetivos de la investigación. Es
decir, la entrevista estructurada es adecuada cuando, además de las circuns-
tancias propuestas por Corbetta, lo que se pretende es clasificar a una pobla-
ción relativamente numerosa. Los niveles de estudio exploratorio o descripti-
vo son los más adecuados para el uso de este tipo de entrevistas.
La flexibilidad en los casos de las entrevistas semiestructuradas y no
estructuradas permite un uso de ellas mucho más extenso. En la práctica sus
usos no son muy diferentes. Las categorías propuestas por Alonso en el uso
de la entrevista en profundidad pueden dar una idea muy aproximada de los
campos temáticos en las que pueden ser utilizadas estos dos tipos de entre-
vista.
CAPÍTULO 3. ENTREVISTAS 73
Además de la experiencia práctica del entrevistador, las limitaciones más
importantes de la entrevista están relacionadas con la expresión verbal de los
sujetos observados y con los efectos que la interacción cara a cara produce
sobre ellos. Las limitaciones relacionadas con la expresión verbal vienen dadas
por la limitada capacidad para comprender las preguntas o para exponer las res-
puestas. El desconocimiento de la lengua o la distancia en el tipo de lenguaje
utilizado puede producir la paralización de la comunicación, en el caso de las
entrevistas abiertas, o la adscripción a respuestas que realmente no han sido
comprendidas. La dificultad para exponer las respuestas se produce habitual-
mente en grupos sociales que no están acostumbrados a producir un discurso
prolongado sobre sus acciones. En cualquiera los casos las limitaciones de la
expresión verbal están relacionadas con el aislamiento social de las personas
que se interroga, con su nivel educativo o con su conocimiento de la lengua.
La entrevista también está limitada por cuestiones de carácter práctico. El
tiempo del que disponen el entrevistador y el entrevistado suele estar tasado.
Lo habitual es que exista un acuerdo previo sobre la duración de la entrevis-
ta. En el caso de las entrevistas que tienen por objeto el relato histórico, como
la biografía o las historias de vida, las entrevistas se suceden en varias sesio-
nes de una manera mucho más flexible.
CAPÍTULO 3. ENTREVISTAS 75
tas se abordan también acontecimientos pasados y relatos de la historia de las
personas; se exploran de una forma muy abierta campos desconocidos a través
de informantes clave o expertos; se detallan minuciosamente prácticas o accio-
nes de la vida cotidiana de los entrevistados; o, se registran hechos o aconte-
cimientos que el investigador no puede observar directamente y que son obser-
vados por entrevistados que actúan de testigos objetivos de la acción.
Si a todo este espectro de posibilidades de diseño le añadimos el potencial
de la entrevista abierta a ser utilizada como suplemento, triangulación, com-
plemento o integración en la articulación de perspectivas y prácticas en el dise-
ño de investigación (Callejo, Viedma 2006) podremos plantear que la elección
de la entrevista abierta, de su diseño y su apertura sólo puede partir de una pro-
funda reflexión de cada caso concreto de investigación. No hay recetas en el
diseño de las entrevistas abiertas. Lo que debe haber es una reflexión del obje-
to de investigación, de las necesidades de información concreta que debe pro-
ducir y de las múltiples formas de diseño que ofrece esta práctica.
Salvo que la población objeto de estudio sea muy pequeña o que se trate
de censos, lo habitual es que en la investigación social se recurra a una mues-
tra para producir la información que servirá de base en el análisis. En el caso
de la entrevista abierta, la selección de la muestra se organiza en torno a los
posibles discursos diferentes que se puedan producir entre la población obje-
to de observación. Así, el criterio más importante de inclusión en la muestra
es la capacidad de los sujetos para producir discursos tipo diferentes. Estos
discursos se entiende que están relacionados con posiciones sociales o carac-
terísticas sociodemográficas que pueden servir como orientaciones de la
selección. Es decir, se parte de la hipótesis de que determinados factores
sociales influyen en la caracterización del discurso producido y a partir de ahí
se seleccionan a los entrevistados. Por ejemplo, en un trabajo sobre consumo
de medicamentos antidepresivos se consideró que el sexo, la edad, la clase
VIVE EN PAREJA
VIVE EN PAREJA
CLASE SOCIAL:
CLASE SOCIAL:
(SEPARADO Y
CLASE SOCIAL
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DIVORCIADO
(CON HIJOS)
VIVE SOLO
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CAPÍTULO 3. ENTREVISTAS 77
social, el hecho de vivir solo o en compañía y tener o no tener hijos a cargo
podrían ser factores que condicionaran el modo en que se concebía el con-
sumo de estos medicamentos. En función de estas caracteristicas se confec-
cionó una muestra inicial que pretendía conocer si realmente se producían
diferencias discursivas. Las tipologías que se consideraron fueron 24. Cada
persona a entrevistar cumplía una serie de requisitos. Por ejemplo: la mues-
tra 8 era una mujer, cuya edad estaba en el rango de entre 45 y 55 años, de
clase media alta, que vivía en pareja sin hijos.
A lo largo del trabajo de campo, el análisis de las distintas entrevistas per-
mite conocer si realmente los factores seleccionados están relacionados con
la producción de los discursos tipo. Es posible que durante esta tarea se obser-
ve que hay algún grupo que falta o que alguno se satura con antelación por
estar condicionado en mayor medida por algún factor. Si es posible, es el
momento de incorporar nuevos elementos muestrales o de eliminar los ya
saturados.
Los criterios utilizados en este ejemplo para seleccionar la muestra han
sido: competencia para crear discursos diferentes, heterogeneidad del discur-
so según características sociales y reorganización de la muestra en función del
análisis de los resultados.
Además de estos criterios de selección básicos, existen otros que han sido
recogidos y sistematizados por Vallés (2002) y pueden ayudar a la decisión en
la elección de los entrevistados. De entre ellos, el de mayor interés es el que
Vallés denomina “criterio de naturaleza práctica”. Este criterio de selección
práctico se basa en evaluar el conocimiento previo de los actores sobre el
tema de investigación o la realidad observada, su disponibilidad para hablar
y su capacidad para comunicar y explicar la información que se requiere.
Una idea subyace a todos estos criterios de selección de entrevistados: el
valor de cada caso está relacionado con su contribución particular a la com-
prensión del fenómeno estudiado. Más que el número de entrevistas o su hete-
rogeneidad, lo importante es que en la muestra se encuentren presentes todas
las perspectivas desde las que los sujetos interpretan en el fenómeno. El final
del muestreo es cuando los entrevistados dejan de ofrecer respuestas alterna-
tivas en la explicación del fenómeno.
CAPÍTULO 3. ENTREVISTAS 79
mal es que las entrevistas duren algo más de una hora o una hora y media
cuando se abordan temas concretos. Cuando la profundidad o la amplitud de
la información lo requiera es posible que la entrevista se alargue o que se lle-
ven a cabo varias.
El guión de entrevista, también llamado guión de conducción, es un ins-
trumento que sirve al entrevistador para controlar la producción de informa-
ción durante la situación de entrevista. El guión es como un índice temático
con diferentes niveles de detalle que permite garantizar que no se queden sin
tratar temas relevantes para la investigación. Es particularmente útil cuando
se realizan muchas entrevistas o las llevan a cabo varios entrevistadores. En
estos casos, el guión es un documento de acuerdo previo en el que se expo-
nen los temas que deben ser tratados.
El hecho de que exista una guía de entrevista no significa que se deba
mantener un orden en la interrogación, ni que haya que obviar temas de inte-
rés que puedan surgir en el trascurso de la situación. Los temas del guión
deberán ir siendo introducidos al hilo del sentido que se vaya produciendo
durante la entrevista. Todo lo que signifique forzar la situación para introdu-
cir temas alejará a la entrevista de la naturalidad en la producción del discur-
so. En ocasiones, el guión es un mero recordatorio, una serie de hitos que pue-
den ser planteados sin seguir una presentación formal de cada tema. El uso
del guión debe alejarse del uso que habitualmente se identifica con la situa-
ción de la pregunta respuesta que se produce en una encuesta. Si el entrevis-
tado intuye esa lógica, la reproducirá y esperará a que el entrevistador vaya
introduciendo temas poco a poco. Esta situación hará que se pierda el hilo de
la narración.
Un ejemplo de guía de entrevista se expone en la página siguiente. Esta
guía fue utilizada para la realización de un trabajo sobre la situación de la
mujer en las Fuerzas Armadas.
El registro de la entrevista abierta suele ser una grabación completa de
todo lo que se habla durante la situación. El objetivo de la grabación es per-
mitir la realización de una transcripción íntegra y literal de todo lo hablado.
Hoy en día, el registro en soporte de video y audio es relativamente accesible.
Sin embargo, excepto en las reuniones de grupo, lo habitual en las entrevis-
tas abiertas es utilizar sólo el registro de sonido.
Lógicamente, la utilización de cualquiera de estos registros debe hacerse
con el consentimiento de los entrevistados. Hay que explicar los motivos de
su uso y aun cuando la justificación es la mejora de la calidad del trabajo, lo
normal es que la justificación vaya acompañada con la garantía de la confi-
dencialidad. Si el entrevistado se niega a este tipo de registro, la única posi-
bilidad que queda es la toma de notas. Esta situación complica la entrevista
porque a todas las tareas de conducción hay que añadirle esta extra.
CAPÍTULO 3. ENTREVISTAS 81
Legard y otros (2003) hace un repaso de estos posibles escenarios que atien-
de al proceso de entrevista y que nos puede servir de referencia. La entrevis-
ta según Legard puede ser dividida en seis etapas: llegada, introducción de la
investigación, comienzo de la entrevista, situación de entrevista, cierre de la
entrevista y después de la entrevista. Nosotros añadiremos la contactación
aunque no es una situación que se produce habitualmente en la propia entre-
vista influye sobre ella. No abundaremos en la contactación, tan sólo remiti-
mos al lector al epígrafe anterior.
La llegada. El proceso efectivo de entrevista comienza con el momento en
que el investigador conoce por primera vez al entrevistado. Los primeros
momentos son clave para establecer la relación. Hay que rebajar la tensión y
eliminar cualquier sensación de ansiedad. Una breve conversación que no
debe versar sobre el objeto de la investigación, servirá para intentar crear un
clima confortable y aclarar los roles.
Introducir la investigación. Este es el momento en el que el investigador
introduce por primera vez el objetivo de la entrevista. También es el momen-
to en que se reitera la confidencialidad de la información y se solicita de
nuevo el permiso para realizar la entrevista. La situación debe ser tranquila y
segura para el entrevistado. No debe haber elementos que distraigan o ame-
nacen la conversación.
Comienzo de la entrevista. La apertura de la entrevista debe servir para
conseguir una importante información sobre el contexto social y vital del
entrevistado. Aunque en los modelos de cuestionario cerrado este requeri-
miento puede introducir reactividad, en la entrevista abierta es un modo de
establecer confianza. Claro está estas preguntas deben ser propuestas como
meros caminos de apertura al conocimiento inicial, no como un formulario o
interrogación cerrada. Es una manera de comenzar a conseguir lo que Alonso
(1998) llama “el contrato comunicativo”. Las trayectorias vitales, la familia,
el trabajo son tópicos que ayudan a abrir esta primera puerta.
Durante la entrevista. Una vez superada las primeras fases y cuando la
confianza ha comenzado a gestarse, el investigador debe ir introduciendo los
temas de investigación. El mejor modo de hacerlo es seguir el hilo del dis-
curso ofrecido por el entrevistado. Una serie de estrategias que sirven de
orientación para producir la información serán descritas posteriormente. La
repetición, el silencio, la aclaración, el estímulo, entre otras, permitirán pro-
fundizar y pasar por todos los tópicos propuestos.
El cierre de la entrevista. El final de la entrevista va siendo anunciado al
entrevistado con frases que indican que estamos a punto de concluir. “Para
finalizar vamos a....” “Bueno, ahora que estamos acabando...”. Es el
momento del repaso, de la aclaración de los temas que se han quedado sin
explicar suficientemente. Es el modo de regresar a una situación social de
normalidad, el de recuperar los roles más cercanos a la conversación.
CAPÍTULO 3. ENTREVISTAS 83
tra su ira. Normalmente estas situaciones se pueden anticipar obser-
vando la forma en que se expresa o en el lenguaje corporal. La pri-
mera acción es evitar la situación sin evitar que los entrevistados
dejen de hablar. Si la situación cuestiona la entrevista, el investiga-
dor debe dejar al entrevistado que decida si quiere continuar o no.
Parar la grabación, descansar y dar tiempo para que decida.
2. Orientando las intervenciones.
e) Repetición. Esta táctica muestra dos opciones, una que puede con-
sistir en repetir una pregunta, formulándola de forma distinta, u otra
que consiste simplemente en repetir alguna expresión o palabra de
la respuesta del entrevistado: “Si he escuchado bien, usted me ha
dicho que...”. La segunda alternativa es más deseable que la pri-
mera y suele proponerse unos minutos más tarde que lo haya hecho
el entrevistado. De este modo se hace patente, con más intensidad,
el interés del investigador.
Recapitulación. Se pone en práctica mucho después de que se haya
manifestado el entrevistado con alguna expresión que resulte de
interés para el investigador. Se le pide al sujeto que haga una reela-
boración de lo que ha dicho, la mayoría de las veces, de forma
retrospectiva.
3.2.5. El análisis
Una vez producida la entrevista hay que dar respuesta al modo en que se
realiza el análisis. Es decir, ¿cuál es el procedimiento para convertir los mate-
riales producidos por las entrevistas en un informe que aporte luz al proble-
ma de investigación? y ¿cómo se lleva a la práctica? Veamos a continuación
algunas indicaciones generales acerca del proceso de análisis de las entrevis-
tas en profundidad:
L. El primer paso consiste en la transcripción de la información grabada
y de las notas que haya tomado el investigador durante las situaciones
de entrevista. Con esto ya tenemos el material básico para proceder al
análisis.
A continuación, se procede a realizar una primera lectura de las trans-
cripciones. En el caso de que haya múltiples entrevistadores es conve-
niente que cada uno haga la lectura de las que realizó. De este modo,
se podrá hacer una verificación de la calidad de la transcripción. Y lo
más importante, se empezarán a anotar códigos tentativos para ir agru-
pando expresiones que irán surgiendo en las restantes entrevistas.
. Una vez señalados diferentes fragmentos del texto que pueden ser rele-
vantes para la investigación, éstos deben ser evaluados a la luz de la
posible influencia que haya tenido en ellos la propia situación de entre-
vista. A mayor peso reconocido de la mediación, menor peso de lo
expresado y a la inversa.
Una vez finalizadas las lecturas que el investigador considere oportu-
nas, deberá situar bajo una misma rúbrica los fragmentos discursivos
que correspondan a un mismo código o tema de interés para el estudio.
Esta clasificación puede hacerse de forma manual o electrónica. En
este punto es importante no perder la identidad de los productores de
los diferentes fragmentos.
Después se realiza un análisis de los intracódigos, centrado en los dis-
tintos fragmentos incluidos en cada código.
. Se ponen en conexión las diferentes interpretaciones que se han dado en
torno a las distintas dimensiones y temas reflejados. Es el momento de
CAPÍTULO 3, ENTREVISTAS 85
sustentar los distintos perfiles sociales que se han sometido a estudio,
integrando las distintas partes y el conjunto de la investigación.
7. Se impone una revisión final de las entrevistas a fin de no olvidar el
hilo discursivo de los entrevistados a la hora de afianzar las posiciones
fijadas en el informe. Se organizan las distintas secciones de una
manera congruente, de acuerdo a una línea argumental definitiva.
En este proceso no hay que tener miedo a que se produzcan contradiccio-
nes o contrasentidos entre el discurso de los sujetos y los planteamientos que
se apuntaban en el inicio. Si esto ocurre, deben ser explicados y si las expli-
caciones no se sostienen, entonces habrá que replantearse el propio discurso
original. No debe caerse, bajo ningún concepto, en esa especie de hedonismo
que nace de excluir del informe todos aquellos fragmentos que contradicen
los presupuestos del investigador.
En la práctica este modo de proceder no difiere mucho de lo que se hace
en el análisis de lo producido por cualquier técnica cualitativa. Pero no hay
que olvidar que la diferencia fundamental es que la fase de análisis está inte-
grada en todo el proceso de investigación y que a medida que se van reali-
zando entrevistas se puedan ir analizando y transformando alguna estrategia.
El análisis está inmerso en el proceso de obtención de información.
CAPÍTULO 3, ENTREVISTAS 87
los que se les solicitaba el relato. Era la demostración de que el concepto de
postguerra no existía para los entrevistados. La postguerra era una construc-
ción teórica que los historiadores habían elaborado para contextualizar y
explicar diversas circunstancias, condiciones y acontecimientos históricos
que tenían su explicación en un tiempo social condicionado por el fin de la
guerra, pero ese concepto pertenecía sólo a la investigación socio-histórica.
Es decir, la confrontación del tiempo social del sujeto y del tiempo recons-
truido teóricamente por la disciplina es la base del análisis de estas entrevis-
tas y éste sí es un elemento diferencial importante.
En segundo lugar, las entrevistas históricas suelen dar cuenta de relatos
temporales extensos. Los trabajos que más revitalizaron esta práctica inicial-
mente para la sociología (Lewis 1961; Thomas y Znaniecki 2004) como la
historia del campesino polaco de Thomas y Znaniecki y la Antropología de la
pobreza escrita por Lewis a partir de las historias de cinco familias mexica-
nas emigradas a la ciudad, fueron estudios que observaban periodos vitales
muy largos y que marcaron un modo de concebir esta estrategia de observa-
ción. Su origen en la historia oral y la antropología llevaron el foco a los rela-
tos biográficos totales. Parecía como si el mejor modo de observar el efecto
del cambio social fuese alargar en el tiempo la observación del sujeto. No
obstante, las reflexiones de Bertaux (1981; 2005), uno de los autores que más
han aportado teóricamente al desarrollo de la práctica, apuntan a que no es
necesario utilizar estos largos períodos de observación temporal para obtener
buenos resultados de esta práctica. Es una concepción minimalista de la prác-
tica biográfica. La narración de un hecho vital concreto puede ser considera-
da según Bertaux una historia de vida (Bertaux 2005: 36). Entendida así la
cuestión, esta práctica no difiere mucho de los trabajos temáticos que utilizan
la entrevista en profundidad como estrategia.
El tercer elemento que inscribe la dimensión temporal y que justifica el
uso biográfico de esta práctica es el planteado por Mills (1953) al considerar
el uso de la historia en las ciencias sociales:
“La ciencia social trata de problemas de biografía, de historia y de sus inter-
secciones dentro de estructuras sociales. Que esas tres cosas —biografía, historia
y sociedad— son los puntos coordenados del estudio propio del hombre, ha sido
la importante plataforma sobre la cual me mantuve mientras critiqué las dife-
rentes escuelas actuales de la sociología cuyos practicantes han abandonado
esta tradición clásica. Los problemas de nuestro tiempo —que ahora incluyen el
problema de la naturaleza misma del hombre— no pueden enunciarse adecuada-
mente sin la práctica consecuente de la opinión según la cual la historia es el
fuste del estudio social y sin reconocer la necesidad de desarrollar más una psi-
cología del hombre sociológicamente basada e históricamente significativa. Sin
el uso de la historia y sin un sentido histórico de las materias psicológicas, el
investigador social no puede enunciar adecuadamente los tipos de problemas
que deben ser ahora los puntos de orientación de los estudios ”.
CAPÍTULO 3. ENTREVISTAS 89
sobre el campesino polaco o la de Edwin Sutherland (1993, e.o. 1937) en The
Professional Thief son ejemplos paradigmáticos de estas estrategias.
CAPÍTULO 3. ENTREVISTAS 91
Desde una perspectiva metodológica, el relato de vida no tiene diferencias
con la entrevista en profundidad. Las estrategias en la selección de los casos,
la conducción de la entrevista, las limitaciones, los problemas y ventajas son
muy similares a la de esta práctica. Tan sólo la óptica temporal se sobredi-
mensiona en la selección de los sujetos, en su capacidad ejemplificadora y en
la perspectiva de análisis. De nuevo, la apertura y la flexibilidad de la prácti-
ca permiten producir documentos e informes muy diferentes (Vallés 1997:
267-277). La lógica de la observación desde la perspectiva cualitativa es la
misma que guía el relato de vida cuando aborda el estudio de una manera
holística, abierta y en la búsqueda de la comprensión.
Bibliografía comentada
ALONSO, L. E (1998): La mirada cualitativa en Sociología, Madrid: Funda-
mentos.
En este libro se exponen algunos de los planteamientos teóricos sobre
la práctica de la entrevista que más han ayudado a su clarificación con-
ceptual. Aunque complejo en algunas de sus explicaciones, el texto es
imprescindible para comprender la posición de la entrevista en profun-
didad respecto a otras prácticas cualitativas.
BERTAUX, D. (2005): Los relatos de vida. Perspectiva etnosociólogica.
Barcelona: Bellaterra.
Libro que realiza una aproximación básica a los relatos de vida. En él
se ofrece una revisión de la práctica, sus funciones y objetivos básicos.
CALLEJO, J. y VIEDMA, A. (2006): Proyectos y estrategias de investiga-
ción: la perspectiva de la intervención, Madrid: Mc Graw Hill.
El capítulo 2 de este libro permite observar los usos de la entrevista en
el conjunto de la investigación. Los diferentes tipos de articulación
también inciden en el modo en que la entrevista debe ser concebida.
CORBETTA, P. (2003): Metodología y Técnicas de Investigación Social.
Madrid: Mc Graw Hill.
Manual de Técnicas de investigación general, se puede encontrar un
extenso análisis sobre la práctica de entrevista clara y detallada.
DE MIGUEL, J. M. (1996): Auto/biografías. Madrid: CIS. Colección Cua-
dernos Metodológicos.
Según expresa el propio autor, este libro puede ser considerado una
continuación del texto de Pujadas recomendado en esta misma recopi-
lación. En este trabajo se puede encontrar una profunda reflexión sobre
esta práctica que permiten aclarar las diferencias entre las biografías,
autobiografía e historias de vida.
Autoevaluación
CAPÍTULO 3. ENTREVISTAS 93
6. ¿Cuáles son las principales limitaciones de la utilización de la entrevista,
frente a otras prácticas de investigación?
Presentación
Esquema
Priman vínculos afectivos o emocionales, per- Priman vínculos racionales, organizativos, etc.
sonales.
Duración indefinida del grupo en función de Duración definida del grupo en función de
las propias relaciones que mantiene los sujetos. objetivos propuestos y su cumplimiento.
primario tiene sus fines puestos en el mismo grupo, digamos que se alimenta
de sí mismo, del interés personal que obtienen sus integrantes de participar y
formar parte del grupo al que pertenecen, el grupo secundario los fines vie-
nen impuestos desde fuera, incluso a veces como tareas de obligado cumpli-
miento y contrarias a la voluntad de las personas que lo forman.
Si el número máximo de personas que puede incluir el grupo es una cues-
tión que nos permite distinguir entre un grupo más primario y otro más secun-
dario, el número mínimo para formar un grupo nos da la calve de la función
que cumple en la sociedad. Para Simmel (1977), el individuo que se une a
otro individuo permite entablar relaciones de muy diverso tipo y formar un
grupo, incluidas las sociales donde los sujetos interactúan de acuerdo a una
reciprocidad común. Ahora bien, en estas relaciones diádicas no es posible
introducir la duración en el tiempo más allá de la existencia física y/o inten-
cional de los dos sujetos relacionados. Sólo en el trío es posible observar dos
cuestiones fundamentales para entender la relevancia del grupo: la primera,
que la desaparición (muerte) o ruptura (conflicto) de uno de los sujetos no
supone, como el caso de la diada, una desaparición de la situación grupal ni
de las acciones que desempeña; y la segunda, que esta permanencia en el
tiempo es lo que afianza el vínculo social más allá del interés particular de los
sujetos, dando paso a una estructura u organización que les transciende y a la
que pasan a formar parte.
De este análisis se concluye que el grupo de dos puede ser visto como un
grupo social, pero que es necesario el tercero, la tercera persona, para formar
un grupo donde tenga presencia las estructuras y organizaciones sociales. En
este sentido, la función del grupo es imprescindible y básica, ya que sostiene
TRANSFORMAR h
ORIENTACIONES PRÁCTICAS
DE LAS TÉCNICAS GRUPALES
INFORMAR SR CONTROLAR j
49 A partir de los años 50, el focus group pasó a ser ampliamente utilizado en el ámbito de la
investigación de mercados. De hecho fue dado a conocer en el campo de la investigación social a
través de un texto clásico de 1956, titulado The Focused Interview, de los autores Robert K.
Merton, Marjorie Fiske y Patricia L. Kendall. Por el contrario, el GD es una técnica posterior que
tiene su origen en España a partir de los años 60 y de la mano de sociólogos españoles como Jesús
Ibáñez, Angel de Lucas y Alfonso Ortí. No obstante, queda por dilucidar si realmente el GD debe
tanto como parece al FG.
50 Todo discurso puede definirse como un “texto producido por alguien en situación de comu-
nicación interpersonal”, Muchielli (1974).
51 Alonso (1998).
52 Una comparativa del enfoque cuantitativo, representado por la encuesta, y sus limitaciones
desde el punto de vista del grupo de discusión y la entrevista abierta, se encuentra en Ortí, A.
(2003).
Una buena parte de los grupos que se utilizan en investigación social tie-
nen el cometido instrumental de producir discursos para un determinado tema
de estudio. El FG y el GD son dos ejemplos en los que concretar una aplica-
ción como la señalada. Dado que el discurso es una producción social (no
individual), ambos grupos presentan por igual un contexto micro-social a par-
tir del cual reproducir artificialmente el escenario global donde observar lo
que la gente dice y cómo lo dice. Muy sintéticamente, lo que se pretende
observar no es otra cosa que lo que dice o piensa el grupo sobre aquello que
dice o piensa la gente. Esto supone tener en cuenta que a pesar de ser el grupo
una puerta de entrada al escenario global donde se producen las relaciones
sociales del conjunto de la sociedad, éste no es ni dice lo que dichas relacio-
nes establecen en su totalidad ni desde cualquier punto de vista. El discurso
social que producen estos grupos de investigación siempre es un discurso
determinado por la perspectiva del propio grupo que lo genera y por el tema
de estudio. Este es el motivo de que su aplicación deba tener muy presente los
fines y objetivos propuestos en la investigación. A partir de éstos, el investi-
gador proyecta los grupos decidiendo cuántos van a ser y qué rasgos o carac-
terísticas van a tener. Para ello es necesario tener presente que los grupos de
investigación buscan el consenso internamente mientras que externamente la
misma estructura social les distingue y diferencia. Por este motivo el GD o el
FG tienen una composición interna homogénea que se convierte en heterogé-
nea de cara al diseño y composición de otros posibles grupos (Callejo 2001).
La homogeneidad interna de los grupos diseñados tiene como objetivo
principal que las personas participantes para cada grupo compartan experien-
cias e intereses comunes o con la mayor afinidad posible. Lo oportuno a la
hora de formar un grupo es que todas las personas participantes se reconoz-
can como sujetos que piensan y hablan en una misma sintonía, lo que signi-
fica compartir una situación socioeconómica y cultural similar, así como unas
vivencias parecidas.
Tanto es así, que los grupos deben contemplar tanto variables que estruc-
turan a grandes rasgos la sociedad (sexo, la edad, la clase social, etc.), como
variables especificas relacionadas con los objetivos de la investigación y sus
vivencias particulares, por ejemplo, en el ámbito de la producción y las rela-
ciones laborales distinguir ser propietario de una empresa (empleador) de ser
un trabajador (empleado), incluso dentro de los empresarios distinguir al
joven empresario sin experiencia empresarial del empresario mayor con una
dilatada experiencia, etc. Obviamente, cuanto más homogéneo sea el grupo,
más fácil será orientarlo al trabajo de discutir un tema bajo el presupuesto del
consenso y el común acuerdo. De manera que para evitar el riesgo de toda
Bibliografía comentada
CALLEJO, J. (2001): El grupo de discusión: introducción a una práctica de
investigación, Barcelona: Ariel.
Este texto es una interesante monografía sobre el grupo de discusión y
su aplicación en la investigación social. Siendo un libro principalmen-
te práctico y accesible, no deja por ello de tratar aspectos teóricos sobre
el tema en cuestión. Lo más interesante del libro, y el hecho diferencial
con otras obras similares, es que trata el grupo de discusión como una
“práctica de investigación” a través de la cual se responde a tres pre-
guntas fundamentales: el porqué y para qué de lo grupal como vía de
observación empírica, y qué tiene de grupal el grupo de discusión.
DELGADO, J. M. y GUTIÉRREZ, J. (cord.) (1994): Métodosy técnicas cua-
litativas de investigación en ciencias sociales, Madrid: Síntesis.
Se trata de un libro recopilatorio de métodos y técnicas cualitativas. Entre
los diversos capítulos, Manuel Canales y Anselmo Peinado tienen uno
dedicado al grupo de discusión. Este capítulo recoge lo esencial del grupo
de discusión, dando una visión global donde se conjuga las cuestiones
más teóricas y prácticas a la vez, incidiendo en el papel del grupo de dis-
cusión entre otras técnicas como la entrevista abierta y la encuesta.
GUTIÉRREZ, J. (2008): Dinámica del grupo de discusión, Madrid: CIS.
Este breve texto trata el problema de la aplicación práctica de las téc-
nicas cualitativas como el grupo de discusión. Se centra especialmente
en las interacciones comunicativas que entabla el moderador con el
grupo. Con un sentido crítico, evalúa buenas y malas prácticas para la
conducción de grupos orientados a la investigación, además de servir
de guía para aquellos que pretendan mantener y agrandar las diferen-
cias existentes entre el GD y el FG.
Autoevaluación
Presentación
Esquema
Introducción.
La encuesta en la investigación social.
JARAMA
1. Introducción
33 Alcanzaron gran popularidad cuando, con una muestra de poco más de 4000 individuos die-
ron la previsión de la victoria del presidente Roosevelt.
18. Barómetros**.
Y la lista temática podría continuar alargándose. En los estudios recogl-
dos en este banco de datos suelen estar incluidos distintos tipos de preguntas:
aquellas que buscan datos objetivos (edad, sexo, nivel de ingresos, asociacio-
nes a las que se pertenece, recuerdo de voto) y aquellas que introducen el
principio de subjetividad, como las relacionadas con las opiniones, actitudes,
creencias, motivos, intenciones, etc. Unas y otras se imbrican en el diseño de
los cuestionarios, de forma que permitan abordar de la manera más exhausti-
va posible el tema elegido.
Pareciera, por tanto, que no existiese ningún tema imposible de abordar
mediante encuesta. Sin embargo, el grado de adecuación puede variar osten-
siblemente de unos temas a otros. El formato estandarizado consistente en
preguntas con opciones de respuesta cerradas hace posible que cualquier
entrevistado pueda decantarse por alguna de éstas, independientemente del
grado de conocimiento que tenga sobre el tema que inspira el cuestionario.
Por tanto, esta reflexión pone sobre el tapete que el uso de la encuesta está
contraindicado cuando el objeto de investigación es de conocimiento limita-
do entre el conjunto de la población (por ejemplo, los temas fiscales) o cuan-
do se tratan temas que rozan los límites de la legalidad o están fuertemente
estigmatizados, como, por ejemplo, los relativos al aborto o al consumo de
drogas, que han dejado de incluirse en los cuestionarios de los Informes de
Juventud en España, al producir elevadas tasas de no respuesta o de respues-
tas políticamente correctas, desvirtuando los resultados de estos estudios. En
la misma línea, existen numerosas evidencias de que el cuestionario no es el
instrumento más adecuado para abordar a colectivos marginales (inmigrantes
54 http://www.cis.es/cis/opencm/ES/l_encuestas/estudios/tematico.jsp
Aún cuando existen muchas razones para utilizar la encuesta como técni-
ca de investigación social, podemos destacar tres objetivos generales, ya
afianzados como clásicos:
a) Describir las características, comportamientos, actitudes de una pobla-
ción a partir de los datos extraídos de una muestra representativa. Hay
muchos ejemplos, entre los que podríamos destacar algunas de las
encuestas elaboradas por el Instituto Nacional de Estadística, como la
Encuesta de Morbilidad Hospitalaria.
b) Si bien muchos investigadores persiguen, en parte, la descripción
cuando elaboran sus encuestas, lo habitual es que pretendan ir un paso
más allá, intentando buscar explicaciones a los comportamientos, las
actitudes o las acciones de la población. El comportamiento político de
los españoles puede estar influido por muchas variables, tales como el
asociacionismo, el sexo, la edad, el nivel de estudios, la ocupación, el
nivel de ingresos o la Comunidad Autónoma de residencia. Los mode-
los de análisis multivariable intentan explicar el peso de cada una de
estas variables en la decisión final de votar, por ejemplo, por uno u
otro partido político en unas elecciones generales.
c) El uso de la encuesta también puede tener otro objetivo, exploratorio,
cuando el investigador está empezando a tomar contacto con algún
tema muy novedoso, esto es, escasamente tratado. Pero no deben de
confundirse con los estudios meramente descriptivos.
Una vez fijados los propósitos más habituales de las encuestas, pasaremos
a definir los principales diseños entre los que podríamos elegir:
— Diseños transversales: En un estudio transversal los datos son recogl-
dos en un momento exacto del tiempo a partir de una muestra seleccio-
nada probabilísticamente de una población más amplia. Este tipo de
estudios, además de describir, suelen buscar explicaciones al problema
de investigación a partir del análisis de relaciones entre variables.
Estudios longitudinales: Son aquellos que permiten hacer análisis dia-
crónicos, a través del tiempo. Los datos son recogidos en diferentes
momentos del tiempo, de modo que puedan quedar registrados los cam-
bios que se hayan producido, tanto de tipo explicativo como descripti-
vo. Los diseños fundamentales son:
a) Estudios de tendencias: Una población puede ser estudiada a partir
de diferentes muestras a lo largo del tiempo. Aunque las muestras
hayan sido extraídas y estudiadas por diferentes investigadores a
través de los años, todas ellas representan a la misma población.
Por ejemplo, si nosotros recurrimos al banco de datos del CIS y
recogemos los estudios en los que se han preguntado por el acuer-
do con la pertenencia de España a la OTAN, podremos analizar la
evolución de la actitud que ha sufrido la población española a lo
largo de los años con respecto a esta organización defensiva. Este
tipo de estudios nos remite al cada vez más necesario análisis
secundario de datos.
b) Estudios de cohortes: Los estudios de tendencias describen a una
población (españoles con edad para votar) a lo largo de los años, si
bien los elementos de esa población pueden sufrir cambios, como
los relativos al movimiento natural de la población, esto es, perso-
nas que estaban vivas y votaban en un primer estudio, podrían
haber muerto cuando se realizó el segundo, tercero o cuarto estu-
dio y, también, personas que no habían nacido en el primer estu-
dio, podrían alcanzar la mayoría de edad en sucesivos estudios. Un
estudio de cohortes intenta dar solución a alguno de estos proble-
mas y se centra en la misma población específica en cada momen-
to del tiempo, aunque las muestras sean diferentes. Por ejemplo, si
elegimos una muestra de graduados de la UNED en el año 2004
para conocer sus expectativas laborales, hoy, en 2009, podríamos
extraer y analizar la información de otra muestra de la misma espe-
cífica población de graduados de 2004 para poder estudiar su situa-
ción laboral actual. Esto es, aunque la muestra sea diferente, esta-
ríamos tomando como referencia la misma población. También se
35 Podemos considerar los estudios Delphi cercanos al diseño de panel, pero su coste es más
reducido, pues están constreñidos a expertos en una temática determinada. El diseño de las encues-
tas utilizadas en este tipo de estudios se efectúa para la administración periódica de varios cuestio-
narios a una muestra de expertos conocedores de la temática de la investigación, con la finalidad
de indagar sobre el futuro de la misma.
38 El sistema CATI permite cargar muestras de las características que defina el investigador.
fijar los criterios de admisión, filtros y cuotas, establecer la secuencia lógica del cuestionario en
función de distintos criterios (a partir de las respuestas, de criterios probabilísticos o aleatorios),
introducir los datos a medida que se va realizando la entrevista y extraer explotaciones informáti-
cas parciales de la recogida de información.
39 Y aunque los sistemas como el Random Digital Dialing (RDD), que generan aleatoriamen-
te números telefónicos, de acuerdo a un algoritmo que otorga la misma probabilidad de ser selec-
cionados tanto a aquellos que aparecen como a aquellos que no aparecen en los listines, no se puede
olvidar que los que no desean aparecer están implícitamente manifestando su negativa a ser entre-
vistado por esta vía. La misma probabilidad de ser seleccionado no equivale a la misma probabili-
dad de ser entrevistado.
7 A. Encuestas en la red
3. Operacionalización de conceptos
Esta etapa es compartida por toda investigación, si bien en el caso de la
aplicación de encuestas conlleva, básicamente, la traducción de los conceptos
clave implicados en la definición del problema y de las hipótesis en variables
más concretas que se puedan materializar, finalmente, en preguntas a incluir
en el cuestionario. Se trata de un proceso que va de lo general a lo particular
y que fue muy bien definido por Lazarsfeld en varias fases: 1. Repre-
sentación del concepto de la variable, de modo que queden expresados en una
noción teórica los rasgos principales que presenta la realidad; 2.” Especi-
ficación de los aspectos y dimensiones de interés práctico implicados en la
representación del concepto (por ej. Lazarsfeld señalaba que en la noción de
rendimiento se pueden distinguir tres dimensiones como el ritmo de trabajo,
la calidad del producto y la rentabilidad del equipo); 3.* Elección de indica-
dores, esto es, de los indicios que en la realidad se puedan considerar como
muestras de una dimensión (una dimensión intermedia del concepto de clase
60 Las hipótesis utilizadas deben ser claras y específicas, con una referencia empírica, sus-
ceptibles de ser verificadas y en contacto con las teorías precedentes de las que se ha nutrido el
investigador a la hora de delimitar el problema objeto de investigación.
6. Confección de la muestra
Consiste en la determinación de su tamaño y la distribución de la misma,
esto es, la elección del tipo de muestreo más apropiado, en función de la
población objeto de estudio, del diseño de la encuesta y del presupuesto dis-
ponible. En esta fase conviene dejar claro que sólo se podrá garantizar la vali-
dez de la encuesta si se extrae una muestra representativa a partir de la apli-
cación de un método probabilístico. También es de destacar la importancia del
control, supervisión y verificación de la misma durante la ejecución del tra-
bajo de campo.
Bibliografía comentada
4. ¿Cuáles son las principales ventajas del uso de las encuestas mediante
6 . . .
cuestionario estandarizado?
11. Nombre las fases de una investigación mediante encuesta con cuestiona-
rio estandarizado.
Presentación
Este capítulo contextualiza la extracción de muestras en el marco de la
investigación por encuesta. Partiendo del análisis de las razones que justifican
y refuerzan a aquellos profesionales que utilizan esta técnica en sus estudios,
se hace una revisión de los conceptos básicos de la teoría de muestras, hacier-
do hincapié en la lógica intrínseca al muestreo probabilístico, máximo garan-
te de la generalización de los resultados de una muestra al conjunto de la
población, gracias a la aplicación de los principios de la estadística inferencial.
A continuación se profundiza en los principales tipos de muestreo aplicados a
la investigación, probabilísticos y no probabilisticos, con especial referencia a
los primeros y al cálculo del tamaño de una muestra aleatoria simple.
Esquema
Introducción.
Razones para el uso de muestras.
Un An
Podemos citar, por tanto, dos razones de peso para justificar el uso de
muestras: el tiempo y el coste económico. Si entrevistar a un ciudadano tele-
fónicamente (mediante un cuestionario) puede llevar 20 minutos y tener un
b) Sesgos: Todos tenemos una idea aproximada de cómo elegir una mues-
tra. Por ejemplo, para seleccionar una muestra de 100 jovenes que dis-
frutan del ocio nocturno, un investigador puede ir a algunos bares de
copas y comenzar a entrevistar a aquellos jóvenes que vaya encon-
trando. Pero este tipo de muestreo puede ocasionar muchos problemas,
especialmente si se trata de entrevistadores aficionados. Para empezar
podríamos hablar de los sesgos de tipo personal que podrían afectar a
la muestra en cuestión. Así, por ejemplo, puede ocurrir que conscien-
te o inconscientemente evite seleccionar a aquellos jóvenes que apa-
renten pertenecer a determinadas tribus urbanas, porque le produzcan
intimidación al investigador o porque no se sienta cómodo con aque-
llos jóvenes con más aspecto de “estirado” y eluda su abordaje. Puede
ocurrir que, si se trata de una entrevistadora, además, procure selec-
cionar a personas de su mismo sexo. Incluso, si se trata de incluir
algún componente sistemático en la selección (uno de cada diez per-
sonas que entren al local) se puedan producir sesgos al realizarlo a
diferentes horas en las que los perfiles de los jóvenes que frecuentan
los locales vayan variando; así la muestra podría estar infrarrepresen-
tada de unos tipos de jóvenes y sobrerrepresentada de otros.
TIPOS DE MUESTREO
MUESTREO PROBABILISTICO MUESTREO NO PROBABILISTICO
tos elegidos entre la población, de modo que todas las muestras de ese mismo
tamaño tienen la misma probabilidad de ser elegidas.
Hay varias estrategias de obtención de una muestra aleatoria simple
(m.a.s.). El método más popular es el basado en el uso del bombo de lotería.
Cada elemento de la población queda recogido en una bola con un número
específico. Se introducen todas las bolas en el bombo y se van seleccionando
bolas, una tras otra, hasta completar el tamaño de la muestra elegido.
Si contamos con el marco o registro en soporte electrónico, los programas
que numeran y distinguen de forma exhaustiva a todos y cada uno de los inte-
grantes del listado de la población, generan su propia serie de números al azar
y seleccionan la lista de las unidades muestrales que finalmente compondrán
la muestra. Esto es, se pueden utilizar los ordenadores y las calculadores para
generar números aleatorios. En caso de no cumplirse estos requisitos, se puede
recurrir al método tradicional, consistente en el uso de la tabla de números
aleatorios (conjunto de cifras del O al 9 cuya ordenación es casual, sin obede-
cer a ningún plan; las cifras se agrupan en bloques de 5 x 2). En el supuesto de
una población de N= 20000, del que ha de extraerse una muestra de n=600:
— Se listan todos los elementos de la población, con números consecuti-
vos del 1 al tamaño total de la base (N)=20.000.
— Se decide el tamaño de la muestra, previa fijación del nivel de confian-
za y error (n=600).
— Se usa la tabla de números aleatorios y se eligen diferentes números que
caigan entre el 1 y el N. Para ello se selecciona aleatoriamente un punto
de partida en una columna o fila cualquiera de la tabla y se puede con-
tinuar en cualquier dirección (hacia arriba, abajo, izquierda, derecha)
hasta completar el número de elementos que requiere la muestra (600).
— Los elementos listados en la población que tienen asignados estos varios
números al azar, constituyen la muestra (Sierra Bravo 1992:194).
l. Muestreo por cuotas: Es uno de los más conocidos por su alto grado
de aplicación en el mundo de la empresa y de los estudios de opinión.
Encuentra su fundamento en que sí se conocieran todas las caracterís-
ticas del universo y sus proporciones correspondientes, sería posible
organizar una muestra que estuviera “cuotificada” en todas sus dimen-
siones, de tal manera que fuera representativa del universo, sin necest-
dad de extracción aleatoria individual de sus unidades. Y este plantea-
miento nos recuerda mucho a las muestras aleatorias estratificadas con
afijación proporcional. Si pretendieramos abordar la influencia del
nivel de estudios en los hábitos de lectura de una población debería-
mos establecer cuotas a partir de los distintos niveles de estudio que se
pueden alcanzar. Las cuotas más habituales en la investigación social
vienen definidas por el sexo y la edad, pues la mayoría de los marcos
o bases muestrales recogen ambas variables.
Se trata de elaborar una matriz donde se calculan las proporciones rela-
tivas para cada celdilla (por ejemplo, un porcentaje de mujeres meno-
res de 25 años con un nivel de estudios de secundaria), cuya base será
la proporción que representa cada categoría de las variables seleccio-
nadas en la población total. A continuación se proporciona a cada
entrevistador el perfil y número de personas que habrá de entrevistar
para completar cada cuota.
Bibliografía comentada
ABAD, A. y SERVÍN, L. A.: Introducción al muestreo, México: Limusa, 1993.
Pequeño libro de texto, ya clásico entre los estudiantes de Ciencias
Sociales. Sin hacer énfasis en el rigor matemático, se centran en las
aplicaciones de las técnicas de muestreo probabilística con ejemplos
sociológicos y de administración. De clara y sencilla exposición, inclu-
ye, al igual que los anteriores ejercicios resueltos y propuestos.
LOHR, S. L.: Sampling and design analisis, California: Duxbury Press, 1999,
Este libro es, al mismo tiempo, educativo para los neófitos y guía de
referencia para los profesionales que trabajan con encuestas. Se hace
Autoevaluación
5. ¿Cuáles son los factores que influyen en la fijación del tamaño de la mues-
tra en el muestreo aleatorio simple?
Presentación
Esquema
Formas de preguntar.
El orden del cuestionario.
Precodificación.
Las escalas.
Variedades especiales del cuestionario.
Principios generales para la realización del cuestionario.
OBJETO DE LA INVESTIGACIÓN )
cnn
DESGLOSE DE CONCEPTOS
Y RELACIONES ENTRE LOS MISMOS
OPERACIONALIZACIÓN
VARIABLES j
PREGUNTAS
BORRADOR DE CUESTIONARIO
PRE-TEST J
MODIFICACIONES |
CUESTIONARIO |
3. Formas de preguntar
Se puede preguntar sobre lo mismo, de distintas maneras; pero, por un
principio de economía en la relación entre entrevistador y entrevistado, en el
— No contesta Y
¿Cuánto tiempo, en minutos, dedicó ayer a internet?
¿Ha usado usted, durante el día de ayer, algún medio de comunicación pública?
— No
— No sabe
— No contesta W
¿En total, cuánto tiempo dedicó ayer a los medios de comunicación pública?
(recoger en minutos)
VENTAJAS VENTAJAS
DESVENTAJAS DESVENTAJAS
5. Precodificación
AUTOBÚS 1
METRO 2
TREN (CERCANÍAS U OTRO) 3
UTILIZA VARIOS MEDIOS DE TRANSPORTE PÚBLICO 4
UTILIZA TRANSPORTE PRIVADO (COCHE, MOTO) 5
UTILIZA TRANSPORTE PÚBLICO Y TRANSPORTE PRIVADO (COCHE, MOTO) 6
VA ANDANDO 7
DEPENDEN DEL DÍA 8
NO CONTESTA 0
AUTOBÚS 8
METRO 7
TREN (CERCANÍAS U OTRO) 6
UTILIZA VARIOS MEDIOS DE TRANSPORTE PÚBLICO 5
UTILIZA TRANSPORTE PRIVADO (COCHE, MOTO) 4
UTILIZA TRANSPORTE PÚBLICO Y TRANSPORTE PRIVADO (COCHE, MOTO) 3
VA ANDANDO 2
DEPENDEN DEL DÍA l
NO CONTESTA 0
AUTOBÚS 1
METRO 2
TREN (CERCANÍAS U OTRO) 4
UTILIZA VARIOS MEDIOS DE TRANSPORTE PÚBLICO 8
UTILIZA TRANSPORTE PRIVADO (COCHE, MOTO) 16
UTILIZA TRANSPORTE PÚBLICO Y TRANSPORTE PRIVADO (COCHE, MOTO) 32
VA ANDANDO 64
DEPENDEN DEL DÍA 128
NO CONTESTA 256
Todas estas combinaciones (en cada columna) son correctas, pues en nin-
guna de ellas se repite la asignación del mismo número a distintas categorías.
Ahora bien, se recomienda la utilización de números sencillos para facilitar,
6% Las categorías de las variables ordinales presentan un orden interno, ya sea de mayor a
menor o viceversa, de tal manera que la relación entre las distintas categorías puede hacerse bajo
la forma “mayor que” o “menor que” (un universitario es más que un bachiller, en la variable estu-
dios, por ejemplo; pero no se puede decir que un universitario es el doble o el triple de un bachi-
ller en el criterio estudios). Variables cardinales son aquellas cuyo valores (números) están referi-
dos a una unidad socialmente reconocida (ingresos en euros, edad en años, número de hijos,
número de viviendas en un edificio, etc.), que es lo que permite que sean contadas, admitiéndose
relaciones de proporcionalidad entre sus distintas expresiones (dos euros es el doble de un euro;
doce años, el triple de cuatro años; ocho hijos el cuádruple de dos hijos, etc.).
NÚMERO
PREGUNTAS: COLUMNAS
PREGUNTA
Identificación (1-4)
A mejor l
Ni a mejor, ni a peor 2
A peor 3
No sabe, lleva poco tiempo 4
No sabe 8
No contesta 9
hu
Básicamente éste el mismo esquema que se utiliza para la introducción de
las respuestas en una base de datos informática, para permitir posteriormente
el análisis estadístico.
ó. Las escalas
Las escalas son utilizadas especialmente por la psicología para medir con-
ceptos como: actitudes, inteligencia, rendimiento o personalidad. Aun cuan-
do los sociólogos también las utilizan, su referencia aquí deriva de que la
forma escalar, es decir, la forma de preguntar que utiliza algunas escalas, es
extensamente incluida en cuestionarios sociológicos. En principio, una esca-
la es: “un conjunto de símbolos o valores numéricos, construida de tal mane-
ra que los símbolos o valores numéricos puedan ser asignados por una regla
a los individuos (o a sus comportamientos) a quienes se aplica la escala, y
donde la asignación indica si el individuo posee lo que se supone que mide
la escala” (Kerlinger y Lee 2002:645). Definición que señala uno de los prin-
cipales problemas —y objetivos— a la hora de construir las escalas, como es la
validez de las mismas, es decir, que midan lo que se supone dicen medir. Los
otros problemas son: el grado en qué la respuesta a una pregunta o elemento
de una escala está o no está relacionada con las respuestas de otras preguntas
de la misma escala; y la denominada reproducibilidad de la escala o la posi-
bilidad de inferir las respuestas anteriores de un individuo a partir de la res-
puesta a un determinado elemento o pregunta.
La forma escalar se establece sobre lo que podría considerarse un doble
supuesto. En primer lugar, que las alternativas de respuesta, a preguntas eva-
luativas categorizadas, conforman un continuo o gradiente uniforme, de
manera que se tiende a atribuir a los casos (entrevistados) o los objetos estu-
diados (por ejemplo, instituciones sociales, marcas, empresas, etc.) una pun-
tuación a partir de sus respuestas a cada elemento de la escala o, sobre todo,
1 2[3[fa[s[óo]7[8][9 10 99
10 El nombre del creador de la escala es Renis Likert en el incio de los años treinta del siglo
pasado.
71 El Centro de Investigaciones Sociológicas tiende a utilizar escalas de cuatro alternativas o
posiciones.
Modernidad Tradición
Fuerte Débil
Cerrado Abierto
Bueno Malo
Pesado Ligero
Joven Viejo
Duro Blando
75 El último realizado en España por el INE, Encuesta de Empleo del Tiempo (2002/2003), al
igual que los realizados en el conjunto de la Unión Europea, toma períodos de diez minutos.
Bibliografía comentada
Autoevaluación
4, ¿Cuál puede llegar a ser la formulación de las preguntas iniciales del cues-
tionario?
11. ¿Qué es lo que hace conveniente utilizar una misma forma de posiciones
en la escala?
Presentación
78 Asi puede establecerse la fiabilidad del análisis de contenido. Véase Robert Philip Weber
(1989) o K. Krippendorf (1980).
19 Véase, como una de sus concreciones más iluminadoras, Roland Barthes (1993).
83 Véase el trabajo de Don Slater, “La fotografía doméstica y la cultura digital”, en Martin
Lister (comp.), La imagen fotográfica en la cultura digital. Barcelona: Paidós, 1997.
84 Algo que bien sabían los misioneros españoles de la conquista de América: el complicado
contenido doctrinal se divulgaba con catecismos llenos de imágenes.
85 Un buen análisis del comportamiento electoral de todo ese periodo, apoyado en fuentes dis-
tintas a las imágenes, es el realizado por González y Bouza (2009).
Por ejemplo, si son siete los jueces, que habrán de hacer este trabajo de atribución unos inde-
pendientemente de los otros, puede considerarse una mayoria cualitativamente importante el que
cuatro de ellos estén de acuerdo en atribuir el mismo valor.
Cambio
Proximidad
Eficiencia
Distinción
Tranquilidad
Seguridad
Fuerza
Juventud
Experiencia
Calor
Frialdad
Capacidad de trabajo
Inocencia
Puede decirse que la investigación social comienza con el diseño del cor-
pus: con la definición del material que va a formar parte de la muestra que se
va a analizar. Manteniéndonos en el ejemplo anterior —ampaña electoral en
una comunidad autónoma- este análisis puede estar incluido en:
a) Un estudio de las imágenes electorales utilizadas en las distintas con-
vocatorias electorales de otros niveles (europeo, nacional). Este corpus,
a su vez, puede estar extendido a todos los soportes posibles de imagen
(vallas publicitarias, inserciones en diarios, inserciones en revistas, tele-
visión, internet, etc.) o seleccionar uno o varios de estos soportes, sien-
do aconsejable hacerlo por los de mayor cantidad de receptores.
b) Un estudio de las imágenes electorales utilizadas en la misma comu-
nidad autónoma a lo largo de una serie de convocatorias electorales.
Al igual que en el tipo de estudio anterior, puede optarse por todos los
soportes posibles o por una selección de los mismos.
Como es fácil de imaginar, las opciones a y b no son excluyentes, aun
cuando su abordaje conjunto —todos los niveles de convocatoria electoral, a
86 Por ejemplo, si son siete los jueces, que habrán de hacer este trabajo de atribución unos
independientemente de los otros, puede considerarse una mayoría cualitativamente importante el
que cuatro de ellos estén de acuerdo en atribuir el mismo valor.
Bibliografía comentada
Autoevaluación
6. ¿Cuáles son los niveles en los que ordenar el análisis del mensaje visual?
Presentación
Esquema
87 Entre los diversos tipos y autores, se destacan algunos tan dispares como los que se apuntan
a continuación: Modelo distributivo de Zelling Harris, modelos hermenéuticos de Ricoeur y
Gadamer, modelos psicoanalíticos de W. Reich y T. Adorno, modelo pragmático de Júrgen
Habermas, modelo de la filosofía analítica de Austin y Searle, modelo del implícito de Ducrot, mode-
los de la Escuela Francesa de Análisis del Discurso (Pecheux, Coutine, Gardin, etc.), modelo de la
gramatología de J. Derrida, modelos semióticos narrativos de Greimas, R. Barthes, J. Kristeva, etc.,
modelo arqueológico de M. Foucault, modelo de análisis crítico de textos de Teun A. van Dijk, etc.
88 De ahí que este uso analítico se vincule principalmente a los métodos de análisis de conte-
nido, los cuales alcanzaron un importante desarrollo a partir de estudios de comunicación y de la
opinión pública que realizaron autores como Berelson, Merton, Laswell, Lazarsfeld u Osgood en
la sociedad norteamericana de la primera mitad del siglo Xx.
SISTEMA SINTAGMA
(ELEMENTOS DEL SISTEMA) (COMBINACIÓN DE ELEMENTOS)
Fundamento ; : e ho ; :
teórico Teoría general de los sis- | Teoría lingúística y lógica | Teorías del sujeto y de la
temas informativos. comparativa. acción social.
metodológico
Aplicación Análisis de los medios de | Análisis de los patrones y | Análisis motivacional del
P comunicación de masas y | convenciones del com- | comportamiento social.
preferente .
sus productos. portamiento cultural.
Construcción
del sentido | Estadístico. Lingúístico. Sociohistórico.
discursivo
Como ya se ha señalado a raíz del uso hermenéutico del análisis del dis-
curso, a pesar de tenerse en cuenta el texto, el discurso no se encuentra en
éste. En este sentido, el análisis sociológico del discurso no es un análisis que
se centre en los textos producidos sino más bien de las situaciones discursi-
vas (sociales, culturales e históricas) que los produjeron. Se trata de partir del
producto textual, del producto simbólico que es todo texto, para remontarse a
los procesos productivos (discursivos) que dieron lugar a ellos. Este análisis
busca en los textos ejemplos de enunciados en los que estén representadas
posiciones discursivas de los actores sociales y su actividad social, es decir,
los intereses y los conflictos sociales en los que se encuentra la justificación
del discurso social. De manera que a través del texto, el análisis sociológico
intenta ubicar los discursos en la producción de relaciones sociales y de su
transformación permanente.
Con estos objetivos, el texto analizado no puede ni debe obviar el con-
texto, ya que se trata del referente principal con el que cuenta el análisis para
acceder a la situación en la que se produjo el texto y el lugar donde se incar-
dina. Los contextos referidos para situar al texto analizado se encuentran en
la relación con otros textos (contexto semiótico) y con el conjunto de actores
sociales que refieren, ordenan y atribuyen significados al texto (contexto
social). Dicho contexto social está a su vez determinado por la perspectiva
histórica como punto de anclaje donde situar las continuas transformaciones
de las relaciones sociales y de los discursos analizados. Es lo que en definiti-
va introduce la importancia de los cambios y transformaciones sociales como
motor a partir del cual el análisis del discurso sociológico interpreta lo sim-
bólico. Es decir, entendiendo el discurso como resultado de las diversas
Bibliografía comentada
BARDIN, L.: Análisis de contenido, Madrid: Akal, 1986.
Este libro aborda en profundidad el análisis de contenido. No sólo pre-
senta una visión de conjunto, sino que trata con detenimiento su méto-
do y diversas técnicas utilizadas. A demás, el lector encontrara ejem-
plos de aplicación prácticos donde concretar este tipo de análisis.
BOURDIEU, P.: ¿Qué significa hablar?, Madrid: Akal, 1999.
Este libro de Bourdieu es un apretado estudio sobre la economía de los
intercambios lingiiíísticos y un análisis del lenguaje desde los principios
sociales que rigen su producción y circulación. Se trata de un texto con
un interés teórico y práctico, incluyendo un capítulo específico sobre el
análisis del discurso desde el punto de vista sociológico. No obstante,
para aprovechar mejor la lectura de este libro es recomendable conocer
previamente algunos conceptos teóricos básicos desarrollados por el
autor y su aplicación al campo social.
KRISTEVA, J.: El lenguaje, ese desconocido, Madrid, Fundamentos, 1987.
Este libro más que una introducción a la lingilística es un recorrido por
las ideas acerca del lenguaje a lo largo de la historia, y especialmente
en la actualidad. A través de un desarrollo histórico se pone en eviden-
Autoevaluación
3. ¿Cuáles son los usos analíticos del discurso y qué caracteriza a cada uno?
Presentación
Este capítulo está dedicado a reflexionar sobre algunos conceptos rela-
cionados con el análisis de datos cuantitativos procedentes de encuestas por
muestreo. El núcleo del análisis de datos de encuesta pivota sobre dos de sus
objetivos principales: la descripción y la explicación. El investigador cons-
truye medidas de determinadas variables y luego profundiza en las asociacio-
nes que se dan entre ellas. No obstante, existen ciertos malos usos y confu-
siones con respecto a todos los pasos de este procedimiento. Por ello, se
comienza con una reflexión sobre la medida y el papel de la Estadística en el
análisis cuantitativo, para continuar con la construcción e interpretación de
tablas a partir de datos de encuesta, haciendo, finalmente una incursión en los
modelos de elaboración de relaciones entre variables.%
Esquema
l. Introducción.
2. ¿Medir en las ciencias sociales?
9% Parte del desarrollo de este capítulo, dedicada al análisis estadístico, fue diseñado expresa-
mente para el modulo de metodología del Posgrado dedicado a Juventud y Sociedad, que ha veni-
do impartiéndose en la UNED, a partir de un convenio con el Instituto de la Juventud. Los mate-
riales didácticos elaborados para este posgrado virtualizado obtuvieron el Primer Premio que
concede el Consejo Social de la UNED.
1. Introducción
4. Funciones de la estadística
en la investigación social
Contaba Tippett (1948:72) en los años cuarenta del siglo pasado que en el
Laboratorio Biométrico de Londres aparecía inscrita la siguiente máxima, orl-
ginal de Lord Kelvin: Cuando podéis medir y expresar en números aquello de
que hablais, sabéis algo de ello; pero si no podéis medirlo, si no podeis
expresarlo en números, vuestro conocimiento es escaso e insatisfactorio. St
bien esta máxima es una muestra de un exceso de celo cuantitativo, en la
medida en que pretende la reducción de todo el conocimiento humano a
números, lo cierto es que recoge una de las primigenias funciones de la
5. El análisis estadístico”
— SolterO/a...ooonoonnnncinnccnnoninionrrroono ronca 1
=> CasadOÍa cooccoonnoninnccconononano ronca nn nonnnncnanos 2
— Viviendo €N Pareja. .oooncinninninnicinannnn 3
— SeparadoÍa cocciocoicononnncoconanonnrinnconono 4
= DivorciadO/a ..ooooconnnncnnnoconiniorocononccanoo 5
— VMIMUAOÍA corioncccccnocnono
nono ncnon nono cano nrnannnns 6
= NO CONMIESTA cooooccconocccnnoonnnononononcanononónnos 9
Fuente: Estudio 2458 del CIS (Segunda Oleada del Sondeo sobre la Juventud Española, marzo 2002).
Fuente: Estudio 2458 del CIS (Segunda Oleada del Sondeo sobre la Juventud Española, marzo 2002).
Izda. Dcha.
01 02 03 04 05 06 07 08 09 10
=> NS cnnccccccconinos 88
=> Noinnoniniccnnnnos 99
Fuente: Estudio 2458 del CIS (Segunda Oleada del Sondeo sobre la Juventud Española, marzo 2002).
Fuente: Estudio 2458 del CIS (Segunda Oleada del Sondeo sobre la Juventud Española, marzo 2002). Elabo-
ración propia.
Tabla 2. Estadísticos
10 3,00
20 3,00
25 3,00
30 4,00
40 4,00
Soltero/a 50 5,00
60 5,00
70 5,00
75 5,00
80 6,00
90 7,00
Ejemplo:
A: -1,0,80, 101; Media= 45
B: 30, 100, 20, 30; Media= 45
C: 45, 45, 45, 45; Media= 45
La media es poco representativa en A, algo más en B y totalmente en C.
2 Remitimos al lector a cualquier manual básico de Estadística para profundizar en las medi-
das de dispersión y forma. No obstante, recogemos aquí unos apuntes básicos:
Razón de variación: Es sumamente simple. Consiste en medir el grado de agrupamiento de los
datos en la categoría más frecuente (modal). Se calcula restándole a la unidad la proporción resul-
tante de dividir la frecuencia modal entre el total del tamaño de la muestra. Su único inconvenien-
te es que es insensible a la distribución de los casos en las categorías no modales, siendo, por otra
parte, dependiente del proceso de categorización.
Varianza y desviación típica: La segunda forma de evitar los signos negativos y lograr una
medida de dispersión adecuada alrededor de la media era elevar al cuadrado las diferencias de cada
uno de los valores respecto de la media y dividir el sumatorio de las mismas entre el tamaño mues-
tral. En este cálculo se basa la varianza. Esta medida es muy sensible a los cambios en la variabi-
lidad, pues al elevarse al cuadrado las diferencias, las más extremas se hacen muy patentes. Cuanto
más tiendan los valores a diferir de la media, mayor será el valor de la varianza.
Las varianzas se suelen usar para comparar la variabilidad de una distribución respecto a la de
otra, y no para juzgar inmediatamente si una sola distribución tiene una gran o pequeña variabilidad.
El inconveniente de la varianza aplicada a una sola variable es la dificultad de interpretar en solt
tario valores elevados al cuadrado. Para evitar este problema se hace necesaria una medida de varia
bilidad que conste en las mismas unidades de medición empleadas en los datos originales. La solución
es el resultado de extraer la raíz cuadrada de la varianza, conocida como desviación típica o estándar.
Coeficiente de Variación de Pearson: La dispersión o variación indicada por cualquiera de las
medidas anteriores se llama dispersión absoluta. Pero existe otro tipo de dispersión relativa que per-
mite emitir comparaciones sobre la variabilidad existente entre distintas distribuciones con dife-
rentes medias. Para ello existen coeficientes como el de variación de Pearson que se basan en el
cociente entre una medida de dispersión absoluta y su correspondiente promedio. En el caso que
nos ocupa, se trata de dividir el resultado de una desviación típica entre su correspondiente media.
El resultado se interpreta en términos porcentuales. Cuanto más alto es el resultado, menor es la
representatividad de la media.
Una distribución de frecuencias puede quedar bien definida por las medidas de tendencia cen-
tral y de dispersión, pero se perfecciona la descripción si conocemos el grado de concentración
(apuntamiento) y de simetria-asimetría de la misma. Ambos se ven reflejados en lo que conocemos
como medidas de forma: coeficiente de curtosis y coeficiente de sesgo o asimetría.
El coeficiente de sesgo tendrá valor positivo si la curva está sesgada a la derecha (más fre-
cuentes los valores inferiores de la distribución) y valor negativo si está sesgada a la izquierda (más
frecuentes los valores más altos de la distribución).
El coeficiente de curtosis o apuntamiento ofrecerá un valor positivo si los casos están concen-
trados ampliamente en unos pocos valores de la distribución (leptocúrtica), un valor negativo en el
caso de que estén distribuidos de forma homogénea a lo largo de todos los valores de la distribu-
ción (platicúrtica) y dará como resultado cero (mesocúrtica) en el caso de que estemos ante una dis-
tribución simétrica, como la curva normal de Gauss.
Volvamos a la tabla resumen de estadísticos de la variable ideología para poner en contexto
las medidas definidas más arriba.
La situación relativa de la media, la mediana y la moda es contextualizada por los indices de
asimetría y de curtosis, ambos positivos (0,112 y 0,302 respectivamente), lo que indica que la dis-
tribución está sesgada positivamente (predominan algo más los valores más bajos identificados con
la izquierda, en los cuales hay mayor concentración, como indica el hecho de que la distribución
es leptocúrtica.
p , , IDEOLOGÍA
ERCEPCION NUMERO
DE INMIGRANTES Extrema . Extrema TOTAL
o Izquierda | Centro | Derecha
izquierda derecha
Excesivo Recuento 36 141 317 78 8 580
% de ideología | 43,4% 43,7% 68,2% 74,3% 88,9% S8,9%
Adecuado Recuento 27 119 101! 14 | 262
% de ideología | 32,5% 36,8% 21.7% 13,3% 11,1% 26,6%
Escaso Recuento 10 27 15 5 0 s7
% de ideología | 12,0% 8.4% 3,2% 4,8% 0,0% 5,8%
No sabe/ Recuento 10 36 32 8 0 86
No contesta | % de ideología | 12,0% 11.1% 6,9% 7,6% 0,0% 8,1%
Total Recuento 83 323 465 105 9 985
% de ideología | 100,0% | 100,0% | 100,0% | 100,0% | 100,0% | 100,0%
Fuente: Estudio 2458 del CIS (Segunda Oleada del Sondeo sobre la Juventud Española, marzo 2002). Elabo-
ración propia.
, E IDEOLOGÍA
PERCEPCIÓN NÚMERO T
MIG OTAL
DE INMIGRANTES Extrema , Extrema
Se Izquierda | Centro | Derecha
izquierda derecha
do Recuento 36 141 317 78 8 580
XcESIvO 10% de numemigr| 6,2% 24.3% 54.7% 13.4% 1,4% 100,0%
ndécusda Recuento 27 119 101 14 l 262
£ ec¿cuade %- de numemigr| 10,3% 45.4% 38.5% 5.3% 0,4% 100,0%
Eacñaó Recuento 10 27 15 5 0 57
SCas .
6230 |% de numemigr| 17,5% | 47.4% | 26.3% | 8.8% | 0,0% | 100,0%
No sabe Recuento 10 36 32 8 0 86
No contesta [% de numemigr| 11,6% 41.9% 37.2% 9.3% 0.0% 100,.0%
Fuente: Estudio 2458 del CIS (Segunda Oleada del Sondeo sobre la Juventud Española, marzo 2002). Elabo-
ración propia.
JA IDEOLOGÍA
PERCEPCIÓN NÚMERO ONE
DE INMIGRANTES Extrema Ñ Extrema
- Izquierda | Centro | Derecha
izquierda derecha
Excesiv Recuento 36 141 317 78 8 $580
SESIVO [0% del total 3,7% | 14,3% | 322% | 79% | 08% | 58,9%
Adecuado Recuento 27 119 101 14 l 262
ecu % del total 2,7% | 12,1% | 103% | 14% | 0,1% | 26,6%
Recuento 10 27 15 $ 0 $7
Escaso
% del total 1,0% 2,7% 1,5% 0,5% 0,0% 5,8%
No sabe/ Recuento 10 36 32 8 0 86
No contesta % del total 1,0% 3,7% 3,2% 0,8% 0,0% 8,7%
vota! Recuento 83 323 465 105 9 985
ora % del total | 8.4% | 32,8% | 472% | 10,7% | 09% | 100,0%
Fuente: Estudio 2458 del CIS (Segunda Oleada del Sondeo sobre la Juventud Española, marzo 2002). Elabo-
ración propia.
E a IDEOLOGÍA
ERCEPCION NUMERO
tr. Extr. TOTAL
DESINMICRIANES EX Izqda. | Centro | Dcha. do
izgda. dcha.
Recuento 16 72 146 50 6 290
Excesivo | Frecuencia esperada | 24,4 93,9 130,0 37,8 3,9 290,0
% de ideologia 36,4% | 42,6% | 62,4% | 73,5% | 85,7% | 55,6%
Recuento 15 63 58 10 1 147
Adecuado | Frecuencia esperada | 12,4 47,6 65,9 19,1 2,0 147,0
% de ideologia 34,1% | 37,3% | 24,8% | 14,7% | 14,3% | 28,2%
Recuento 8 18 10 4 0 40
NUMEMIGR
HOMBRES
E 2 IDEOLOGÍA
ERCEPCIÓN NUMERO
Extr. Extr.
TOTAL
PS a Izgda. | Centro | Dcha. za
izqda. dcha.
Recuento 20 69 171 28 2 290
Excesivo | Frecuencia esperada | 24,4 96,5 144,7 23,2 1,3 290,0
% de ideologia 51,3% | 44,8% | 74,0% | 75,7% | 100,0% | 62,6%
Recuento 12 S6 43 4 0 115
Adecuado | Frecuencia esperada 97 38,3 57,4 9,2 0,5 115,0
% de ideología 30,8% | 36,4% | 18,6% | 10,8% | 0,0% | 24,8%
a
¿[2 Recuento 2 9 5 1 0 17
a á Escaso Frecuencia esperada 1,4 5,7 8,5 1,4 0,1 17,0
5 3 % de ideologia 5,1% 5,8% 2,2% 2,7% 0,0% 3,1%
No sabe/ Recuento 5 20 12 4 0 41
N testa Frecuencia esperada | 3,5 13,6 20,5 33 0,2 41,0
9 contes % de ideologia | 12,8% | 13,0% | 5,2% | 10,8% | 0,0% | 8,9%
Recuento 39 154 231 37 2 463
Total Frecuencia esperada | 39,0 154,0 | 231,0 37.0 2,0 463,0
% de ideología 100,0% | 100,0% | 100,0% | 100,0% | 100,0% | 100,0%
Fuente: Estudio 2458 del CIS (Segunda Oleada del Sondeo sobre la Juventud Española, marzo 2002). Elabo-
ración propia.
Igual. Replicación
Menor o ninguna. o, .
Explicación Interpretación
Una parcial es la misma o mayor y
la otra es menor o inexistente. Especificación
Bibliografía comentada
GARCÍA FERRANDO, M.: Socioestadística, Madrid: Alianza Universidad,
1994.
Manual de Estadística Aplicada a las Ciencias Sociales, clásico en las
Facultades de Sociología y Ciencia Política de este pais. Abarca desde
los origenes de la Estadística hasta la introducción al análisis multiva-
riable. La presentación de ejercicios propuestos y resueltos resulta muy
adecuado para la comprensión de la materia.
SÁNCHEZ CARRIÓN, J. J.: Manual de análisis estadístico de los datos,
Madrid: Alianza Universidad, 1999.
Con un tono especialmente didáctico y sencillo nos introduce en el aná-
lisis de datos por encuesta, poniendo numerosos ejemplos que permiten
comprender fácilmente el proceso de elaboración y especificación de
modelos de análisis. La parte dedicada a las tablas de contingencia es
especialmente recomendable.
SIERRA BRAVO, R.: Analisis estadístico y modelos matemáticos, Madrid:
Paraninfo, 1992.
El profesor Sierra Bravo consigue con este libro una continuación
modélica de su clásico Técnicas de Investigación Social. Nos introdu-
ce al análisis estadístico de datos y a la elaboración de modelos mate-
máticos a través de muchos ejemplos.
Autoevaluación
Presentación
Esquema
Introducción.
La definición del concepto de modelo.
lo O
Ma
1. Introducción
ANÁLISIS
OBSERVACIÓN NA a
JUAN
CONFIESA NO CONFIESA
Los juegos de suma cero añaden otra condición a las ya vistas en el dile-
ma del prisionero: lo que un jugador gana, lo pierde el otro. Pongamos un
sencillo ejemplo del mundo infantil. Dos niños juegan con una moneda de un
euro cada uno. Ambos las esconden respectivamente en su mano, para des-
cubrirlas de manera simultánea. En cada turno o situación, uno de los juga-
dores ha de manifestar, antes del momento del descubrimiento de las mone-
das, si predice que van a ser iguales o distintas. Supongamos que opta por la
categoría “iguales”, lo que deja al otro jugador con la categoría “distintas”.
Pues bien, si, tras descubrirse las monedas, se observa que ambos han opta-
do por el mismo lado de la moneda (cara o cruz), gana el jugador que se
manifestó por la opción “iguales”. Si difieren, gana el otro jugador. El pre-
DISTINTAS
CARA CRUZ
CARA 1, -1 -1, 1
IGUALES
CRUZ -1, 1 L, -1
En cada celda, la suma es cero. Uno gana lo que el otro pierde. Proyecte-
mos el juego a otro ámbito. Pongamos que hay dos empresas que venden orde-
nadores iguales en sus prestaciones y características que compiten por un
mismo mercado que, además tiene un límite. Supóngase que, en un momento
determinado —por ejemplo, la campaña de Navidad— se sabe que el cupo es de
1.000 ordenadores. Si se opta por poner un precio de 1.000 euros por ordena-
dor, el total de los ingresos a repartir es, obviamente, de un millón de euros. Si
se opta por poner un precio de 2.000 euros por ordenador, el total de ingresos
sería de dos millones de euros, si se vendiesen todos. Si se supone que, debi-
do a tal precio, las ventas bajarán a la mitad, se obtendrían unos ingresos de un
millón de euros por los 500 ordenadores vendidos. Seguimientos con los con-
dicionantes. Si ambas empresas ponen el mismo precio, cabe suponer también
que se repartirán el mercado aproximadamente a la mitad. Claro está, se dejan
a un lado aspectos como: marketing, publicidad, estrategias de distribución,
etc. Ahora bien, si una de las empresas opta por el precio más alto y la otra por
el más bajo, hay que suponer que ésta copará totalmente el mercado, mientras
que la otra no venderá nada. El cuadro queda terminado marcando lo que
podría perder cada empresa si no vende ningún ordenador, siendo el coste del
total del contingente, de mercancía (ordenadores), puestos en oferta para cada
empresa. Cifrémoslo en medio millón de euros por el total del contingente. Por
lo tanto, el cuadro que se establece es el siguiente, en función de lo que gana
o pierde cada empresa en cada una de las decisiones:
EMPRESA B
EMPRESA B
Hay que tener en cuenta que son pocos los juegos de suma cero en la vida
real. Incluso restringiendo la situación a dos competidores, en la mayor parte
de las situaciones reales pueden ganar o perder ambos. Piénsese, por ejemplo,
en una carrera por los recursos naturales. Si los dos hipotéticos contendientes
ANTENA PRIMERA
COMEDIA CONCURSO INFORMATIVO
COMEDIA 25, 25 50, 30 50, 20
Aun siendo el tipo de juego más extendido en las ciencias sociales, la teo-
ría de juegos no agota la diversidad de modelos matemáticos que se utilizan
XX, =KY,-aX +8
Y, = mX —bY, +h
Los simbolos X, eY, son los valores de la cantidad de armamento en el
tiempo t, y X,,, e Y, ,, son los valores para el momento t+1, de tal manera que
t puede ser, por ejemplo, un año. Los símbolos en minúscula son coeficientes,
pudiendo ser positivos y negativos g y h, mientras que el resto sólo positivos.
Completando el conjunto de las referencias a la misma sus elementos son:
Xx t+1 kY t aX t 8
Cantidad de armamento Los agravios
Amenaza Gastos , .
en el momento t+1 anteriores o previos
Y ul
mX t
bY t
h
% Garcia-Olivares (2000) señala el caso de la competencia en las tecnologias del video entre
Betamax VHS.
Bibliografía comentada
Autoevaluación
4. ¿Por qué cree que hay tantas dificultades para definir qué es un modelo?
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