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UNIDAD 8.

Solución de Controversias
entre Estados
Alumno: Tejadilla Arellano Michelle Montserrat

La solución pacífica de controversias es un principio por el que se deben regir las


relaciones entre los Estados, cabe señalar que lo anterior, se encuentra consagrado en
numerosos instrumentos jurídicos internacionales. Dicho principio surge como
complemento al principio referente a la prohibición del uso o de la amenaza del uso de la
fuerza, y también como contraposición a la práctica común de utilizar la fuerza militar
como instrumento de política exterior.
Cuando se prohíbe utilizar la fuerza como medio para solucionar conflictos entre los
Estados, surge la necesidad de encontrar medios alternos y pacíficos para solucionar las
disputas.
Recordando que el primer paso que llevo a la proscripción de la guerra surge con las
primeras convenciones de la Haya en 1899. Donde los Estados se comprometen a
encontrar soluciones pacificas ante los conflictos y limitar el uso de la fuerza. Sin embargo,
la proscripción de la guerra se consagró 50 años más tarde en la Carta de las Naciones
Unidas.
El siguiente paso para la proscripción del uso de la guerra surge con la doctrina Drago. En
1902 buques alemanes, italiano e ingleses bombardearon las costas de Venezuela debido a
las fuertes deudas que tenia el gobierno de Cipriano Castro con ciudadanos particulares,
en instituciones bancarias de países europeos. A pesar de violar la doctrina Monroe,
Estados Unidos avaló la intervención armada, por lo que el gobierno argentino emitió una
nota diplomática mediante su ministro de Asuntos Exteriores, Luis María Drago, condenó
el ataque. en 1907, la doctrina Drago fue disuelta y codificada en el primer articulo de la
segunda convención de la Haya.
Estos primeros esfuerzos de pacificar las relaciones entre los Estados se vieron
ensombrecidos por la guerra de 1914, aunque la Primera Guerra Mundial desencadenó un
nuevo espíritu de paz en el mundo, el cual quedó plasmado en el Pacto Briand-Kellog de
1928.
Sin embargo, este esfuerzo tampoco sirvió de mucho y en 1939 estalló la Segunda Guerra
Mundial. Al concluir la guerra se elaboraron nuevos documentos con la finalidad de
eliminar las guerras. El primer documento fue la Carta de las Naciones Unidas de 1945, en
su articulo 2, establece “Los miembros de la Organización en sus relaciones
internacionales, se abstendrá de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la
integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado”. Posteriormente el
Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca de 1947, establece “Las Altas Partes
Contratantes condenan formalmente la guerra y se obligan a no recurrir a la amenaza ni al
uso de la fuerza en cualquier forma incompatibles con las disposiciones de la Carta de las
Naciones Unidas o del presente tratado.”
En 1948, en la Carta de la Organización de Estados Americanos determina que “Las
controversias de carácter internacional que surjan entre dos o más Estados americanos
deben ser resueltos por medio de procedimientos pacíficos”
El Pacto de Bogotá, determina los mismo sobre el uso de la amenaza y la fuerza. De igual
manera, la Comisión de Derecho Internacional, en su Proyecto de Declaración sobre los
Derechos y Obligaciones de los Estados, en su articulo 9, establece la prohibición de todo
estado de recurrir a la guerra como instrumento de política nacional y la prohibición de la
amenaza del uso de la fuerza.
8.1 Procedimientos Diplomáticos.
8.2 Arbitrajes
El arbitraje es el primero de dos tipos de métodos de solución de controversias
jurisdiccionales. El arbitraje es el arreglo de una controversia internacional entre Estados
por jueces elegidos por las partes y con base en el respeto al derecho. Someter una
controversia al procedimiento implica aceptar de buena fe el laudo arbitral. La
obligatoriedad para las partes del laudo emitido por el panel arbitral es entonces una de
las características fundamentales del arbitraje. Esta particularidad distingue al arbitraje
junto con el arreglo judicial como una categoría diferente a los otros métodos pacíficos de
solución de controversias. El arbitraje es un método que requiere necesariamente el
consentimiento de ambas partes para el procedimiento específico, convirtiéndolo en un
método ad hoc; el arreglo judicial puede tener el consentimiento previo de las partes para
cualquier controversia y no es siempre necesaria la aceptación específica de las partes. El
arbitraje también se sujeta en gran medida a la elección de las partes en cuanto al
procedimiento, el derecho aplicable, y otros aspectos de la controversia; el arreglo judicial
está pre constituido con un ámbito de competencia y aplicación de un corpus iuris (cuerpo
de derecho) determinado, tiene reglas adjetivas preestablecidas y no se sujeta a la
voluntad de las partes. La composición del panel arbitral es ad hoc, pues depende de la
discreción de las partes, mientras que los tribunales jurisdiccionales tienen a jueces
elegidos previamente y muchas veces las partes no tienen poder sobre su designación.
En el arbitraje, las partes eligen árbitros, forman el tribunal y se ponen de acuerdo sobre el
Derecho aplicable y el procedimiento. En el proceso judicial se ocurre ante tribunales
permanentes previamente establecidos que aplican las normas generales del Derecho
Internacional y las reglas de procedimiento del tribunal.

8.3 Soluciones Políticas y Jurídicas.


Los procedimientos para el arreglo de controversias pueden ser:
procedimientos diplomáticos [que algunos autores llaman “políticos”]
procedimientos adjudicativos o judiciales, y
procedimientos en el marco de una institución u organismo internacional

8.4 Soluciones Políticas


Los medios políticos de solución de controversias son:
Las negociaciones diplomáticas entre las partes
Los buenos oficios y la mediación
La investigación de los hechos
La conciliación

En las negociaciones diplomáticas, la solución se da entre las partes, sin intervenir un


tercero.
En los demás mecanismos existe un tercero imparcial que trata de apoyar a llegar a una
solución de la controversia.
Algunos rasgos comunes o genéricos a todos los medios políticos de solución de
controversias son las siguientes:
Aunque se encuentre el medio de solución, los Estados conservan su libertad de acción
y decisión en cuanto a la solución. Es decir, la obligación solo es encontrar una solución
pacífica, sin embargo, no hay obligación de solucionar el conflicto.
Si se llega a un acuerdo de solución, se debe plantear en un documento vinculante, es
decir un instrumento jurídico escrito, el cual debe contener el objeto y la manifestación
de las partes, y debe ser depositado en alguna organización internacional.
La solución no tiene que basarse en derecho, puede contener elementos políticos,
sociales, económicos e históricos.
Los medios políticos salvaguardan no la igualdad soberana de los Estados sino las
circunstancias reales de poder y desigualdades materiales.
Se puede acudir a una organización internacional para que esta recomiende un medio
de solución de controversia
8.4.1 Negociaciones
La negociación ha sido el procedimiento más usual y efectivo para solucionar controversias
entre los Estados. Como su nombre lo indica, las partes en una controversia entablan
conversaciones directas entre ellos, sin la participación de terceros en busca de una so-
lución al desacuerdo. El consentimiento para iniciar negociaciones es necesario, pero éste
puede darse a priori en tratados diversos que dispongan la obligación de negociar en caso
de que surja una controversia relacionada con el tratado. También un tribunal
internacional puede ordenar a las partes en un conflicto que procedan a negociar para
resolver una controversia

8.4.2 Buenos Oficios


En la presentación de buenos oficios un tercero o terceros, uno o varios gobiernos u
organizaciones internacionales, reúnen a las par-tes para alentarlas a negociar y se retiran.
Quien presenta los buenos oficios no participa en la negociación, se limita a urgir a las
partes para que pongan toda su buena voluntad y buena fe en la búsqueda de una
solución. Suele ocurrir que jefes de Estado, jefes de gobierno u otros altos funcionarios
gubernamentales, por razones de política interna, se vean impedidos para tomar la
iniciativa y provocar una negociación con la otra parte de la controversia; también pueden
dudar en aceptar una negociación a iniciativa del rival, por temor a la reacción de la
oposición, normalmente ávida de cuestiones que le permitan una crítica adversa, pero si
una tercera persona, un dignatario de prestigio u otro gobierno o institución interpone sus
buenos oficios, es decir, acerca a las partes en la controversia para que con-versen, las
razones de política interna que impedían el acercamiento desaparecen o por lo menos se
debilitan

8.4.3 Mediación
En la mediación, una o varias personas, que suelen ser dignatarios
de terceros países o altos funcionarios de una organización internacional, ayudan a las
partes en la controversia a llegar a un acuerdo, participando en las conversaciones,
conciliando los puntos de vista opuestos y aplacando los resentimientos que acompañan a
toda controversia. La mediación debe caracterizarse por su informalidad y su carácter
estrictamente confidencial. Suele ocurrir que sea difícil distinguir los buenos oficios de la
mediación si quien interpone sus bue-nos oficios se involucre en una mediación, sobre
todo si las partes insisten en que no se retire una vez aceptados los buenos oficios.

8.4.4 Conciliación
El tercero que lleva a cabo la conciliación investiga los hechos y además propone una
solución a la controversia. La conciliación tiene elementos de la mediación y de la
investigación; este procedimiento surgió de tratados que preveían comisiones de
investigación. Al igual que en la investigación, las partes no están obligadas a aceptar la
investigación y la solución propuesta, a menos de que con anterioridad hubieran aceptado
esa obligación. En ese caso la investigación también se acerca al arbitraje por esa
obligatoriedad. Sí existe implícita la obligación de suspender actividades y actitudes que
entorpezcan el trabajo de los conciliadores. La investigación y la conciliación pue-den
llevarse a cabo dentro de un mismo procedimiento. La conciliación combina las ventajas
de la investigación y de la mediación y es más formal que la mediación, pues normalmente
la comisión de conciliación se establece mediante un tratado en el que se determina el
procedimiento y los plazos para presentar el informe final

8.4.5 Investigación de los hechos


En la investigación, un tercero, o una comisión nombrada al efecto, aclara los hechos
mediante una indagación o pesquisa imparcial y presenta un informe a las partes en el
conflicto, con la esperanza de que, al dilucidarse los hechos por un tercero confiable que
actúa con objetividad e imparcialidad, aquéllas puedan encontrar una so-lución.
Obviamente, las partes no están obligadas a aceptar los resultados de la investigación, a
menos de que hubieran acordado con anterioridad esa obligación. En ese caso la
investigación se acerca al arbitraje por esa obligatoriedad.
8.5 Soluciones Jurídicas
Los procedimientos judiciales o adjudicativos (algunos tratadistas los llaman
jurisdiccionales) es decir, el arbitraje y el proceso judicial.

8.5.1 Arbitraje Internacional


La convención de la Haya de 1899 codificó lo relativo a la solución pacífica de las
controversias y la de 1907 estableció la Corte Permanente de Arbitraje Internacional.
Algunos sostienen que en realidad no tenía carácter permanente, pues cada tribunal
arbitral era nombrado de una lista de árbitros propuesta por las partes. La Convención de
La Haya de 1907 dice lo siguiente sobre el arbitraje: “El arbitraje internacional tiene por
objeto arreglar los litigios entre Estados mediante jueces por ellos elegidos y sobre la base
del respeto al Derecho. El convenio de arbitraje implica el compromiso de someterse de
buena fe a la sentencia [laudo] arbitral”
La jurisdicción de los tribunales arbitrales se determina por las partes en el conflicto en un
documento que suele denominarse en francés compromis. Ese “compromiso” tiene el
carácter de un tratado y está sujeto a los mismos principios de interpretación que todo
tratado. Si en el “compromiso” las partes no determinan la jurisdicción del tribunal arbitral,
se entiende que éste es competente para determinarla. Es frecuente que los Estados
presenten reservas a los trata-dos sobre arbitraje para excluir asuntos que son de su
competencia interna y exclusiva o que, en su opinión, afecten su soberanía. Si en el
“compromiso” las partes no especifican el Derecho aplicable, se entiende que se aplica el
Derecho Internacional general. El laudo arbitral es definitivo, no admite apelación y declara
el asunto cosa juzgada. En el caso del laudo arbitral del 31 de julio de 1989, llevado ante la
Corte por Guinea Bissau, la CIJ declaró que no se constituiría en una instancia de revisión o
apelación de laudos arbitrales..
El arbitraje tiene, sobre el recurso a un tribunal como la Corte Internacional de Justicia, la
ventaja de que las partes determinan en el “compromiso” quien o quienes serán los
árbitros, su jurisdicción, el Derecho aplicable y el procedimiento. Ello hace del arbitra-je un
medio más flexible. La CIJ consciente de las ventajas de esa flexibilidad ha reformado su
reglamento para acercar el procedimiento al del arbitraje permitiendo algunas facilidades
para que las partes elijan los Jueces que actúan en salas y no en el pleno de los quince
jueces.

8.5.2 Jurisdicción Internacional.


Los Estados parte de una controversia pueden decidir someter el problema para su
resolución a un tribunal internacional preestablecido por jueces independientes, que
emitirán una sentencia vinculante para las partes con base en el derecho internacional y
de acuerdo a las pretensiones de las partes. El tribunal internacional más representativo de
la primera mitad del siglo XX es la Corte Permanente Internacional de Justicia, que tuvo
competencia sobre cualquier controversia sometida a ella. La Corte Internacional de
Justicia tiene un ámbito de competencia similar, pues el artículo 36 del Estatuto de la
Corte Internacional de Justicia le confiere competencia a la Corte para conocer de toda
controversia relativa al derecho internacional en general, la interpretación de un tratado, la
existencia de un hecho que constituiría, de ser cierto, una violación al derecho
internacional, y la reparación de un hecho ilícito.
Los tribunales internacionales son útiles en el derecho internacional contemporáneo por
dos razones, la primera es que son la institución adecuada para dictar medidas urgentes
para la protección del objeto de la litis, es decir, providencias precautorias; la segunda es
que los tribunales internacionales tienden a desarrollar un cuerpo uniforme de
jurisprudencia mediante sentencias previas y opiniones consultivas juzgadas por la Corte,
lo que da certeza jurídica a las partes en controversias posteriores.
El resultado del arreglo judicial es una sentencia que es res judicata y que es obligatoria
para las partes contendientes.
Los procedimientos judiciales para la solución pacífica de las controversias comprenden a
todos los tribunales internacionales y regionales establecidos para la solución de esos
conflictos, de conformidad con las normas y principios del Derecho Internacional.
Los principales tribunales internacionales: la Corte Internacional de Justicia de la ONU; la
Corte Europea de Justicia; la Corte Europea de Derechos Humanos; la Corte
Interamericana de Derechos Humanos; el Tribunal Internacional del Derecho del Mar; y la
Corte Penal Internacional, esta última para juzgar personas físicas, no a Estados o
gobiernos.
8.5.3 Corte Internacional de Justicia.
La Corte Internacional de Justicia (C I J) es el más importante de esos tribunales y es uno
de los órganos principales de la ONU. Su Estatuto es parte integrante de la Carta de la
ONU. La Corte Permanente de Justicia Internacional de la Sociedad de las Naciones, crea-
da en 1920, era un órgano establecido por un Protocolo opcional que no era parte
integrante del Pacto de la Sociedad de las Naciones. Todo Miembro de la ONU es
necesariamente Parte del Estatuto de la CIJ, sin que ello quiera decir que todos acepten su
jurisdicción obligatoria, pues para ello se requiere una declaración especial o que la
jurisdicción esté prevista en un tratado.
La CIJ es un órgano judicial que decide los casos que le son so-metidos por los Estados con
base en el Derecho Internacional vigente para las partes en la fecha en que se dicta el fallo.
Para ello la CIJ aplica los tratados, la costumbre internacional, los principios genera-les del
Derecho y las decisiones judiciales y la doctrina, estas dos últimas como medio auxiliar
para determinar las reglas de Derecho.
Por mucho que elementos políticos estén entrelazados con las controversias, la CIJ, al igual
que todo medio judicial o adjudicativo, decide conforme a Derecho.
La Corte, si las partes así lo acuerdan, puede decidir un litigio ex aequo et bono, es decir,
aplicando no el Derecho existente, mencionado en el párrafo anterior, sino principios
generales de justicia y equidad. Ello no debe confundirse con la habilidad de la Corte para
hacer uso de la equidad en el marco de la aplicación del Derecho Internacional.
La Corte puede adoptar medidas provisionales para preservar ciertos derechos de las
partes. Esas medidas interinas deben ser consideradas como consultivas y no afectan el
fondo del asunto, pero son obligatorias para las partes que han aceptado la jurisdicción.
México solicitó a la CIJ que adopte medidas provisionales para que EUA suspenda la
ejecución de 54 sentenciados mexicanos cuyos derechos a la protección consular, según la
Convención de Viena sobre la materia, fueron violados por autoridades de ese país, que no
informaron a los detenidos de su derecho a la protección consular. Sólo los Estados
pueden ser partes en los litigios sometidos a la Corte. Estados no Miembros de la ONU
pueden ser Partes del Esta-tuto de la CIJ. Un Estado que no es Parte del Estatuto puede
tener acceso a la Corte si presenta ante la CIJ una declaración aceptando su jurisdicción y
comprometiéndose a cumplir de buena fe el fallo o fallos de la Corte. Aun cuando los fallos
de la Corte sólo obligan a las partes del litigio, esas sentencias tienen un enorme peso en el
proceso de creación del Derecho Internacional.
Los quince Jueces de la CIJ, son elegidos por nueve años por la Asamblea General y por el
Consejo de Seguridad de la ONU en votaciones simultáneas. Las candidaturas son
propuestas por los grupos nacionales de la Corte Permanente de Arbitraje, pero la
influencia de los gobiernos sigue siendo determinante. En la CIJ no puede haber dos
Jueces de la misma nacionalidad; además, los electores, según el artículo 9 del Estatuto de
la Corte, deben velar no sólo por la calidad de los Jueces, sino también porque en el
tribunal estén representadas las grandes civilizaciones y los principales sistemas jurídicos
del mundo. Cada tres años se retiran tres Jueces y se llenan sus vacantes. La CIJ tiene dos
tipos de jurisdicción: una contenciosa y otra consultiva.

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