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La presente traducción ha sido llevada a cabo sin ánimos de lucro, con el

único fin de propiciar la lectura de aquellas obras cuya lengua madre es el


inglés, y no son traducidos de manera oficial al español.
Los staffs de Lucky Girls y Book Hunters apoyan a los escritores en su
trabajo, incentivando la compra de libros originales si estos llegan a tu
país.

Todos los personajes y situaciones recreados pertenecen al autor.

Queda totalmente prohibida la comercialización del presente documento.

¡Disfruta de la lectura!
Lucky Girls Book Hunters
Moderadora de traducción Traductoras:
Florpincha
FerEsq
Moderadora de corrección Camii
Lelu PauC
Dustie
Traductoras: DariiB
addictedread Safir
Florpincha AstraBasha
Camifl
Jessica8591
Luna
Mary_08 Stef
Myr62
ZombieQueen Pre-corrección:
M.Arte
Correctoras:
Addictedread
Caile
Jessmddx
lelu
MagaPali
ZombieQueen

Lectura final:
Florpincha

Diseño:
ZombieQueen
Mi nueva vecina es una consejera sexual blogger en línea, pero ella
no sabe que lo sé.
Por curiosidad, revisé sus videos. ¿Quién no lo haría?
No conté con ser tentado por su voz sexy o sus labios llenos.
Lástima que esté fuera de los límites.
Ser padre soltero no es fácil, y tengo reglas, no hay relaciones y no
jodo a nadie que mi hija conozca.
Pero cuando me convierto en el tema de sus posteos, no puedo
mantener mis manos de ella por más tiempo.
Tengo que enseñarle todo en lo que ella se equivocó en sus videos.
Traducido por FerEsq
Corregido por M.Arte

Lo que más me gusta del Ford Thunderbird, es la forma en que las caderas
de una mujer encajan perfectamente en la curva del capó. Es mi coche
favorito para doblar a una mujer.

Esta vez es una rubia. Está boca abajo sobre el capó de mi Thunderbird
'62. Cualquiera que sea su nombre.

Su falda de mezclilla está arrugada alrededor de su cintura, y doy un paso


atrás para admirar su trasero desnudo a la luz del faro.

—Por favor —exhala.

Sin esperar más, libero mi pene de mis vaqueros, saco el condón de mi


bolsillo trasero y lo deslizo sobre mi eje. Presiono la punta contra su
entrada y embisto hacia su interior.

Si hay una cosa que un auto clásico hace, es que las mujeres se exciten. Y
siempre estoy feliz de elegir a las de mejor aspecto y doblarlas sobre mi
coche.

Esta noche no es diferente.

Es mi oportunidad de jugar.
Sigo embistiendo, mi pene cada vez más duro con cada empuje. Grita, y se
queda sin fuerzas en el capó del coche mientras un orgasmo la atraviesa.
Mis bolas se contraen con fuerza, y mi carga se dispara con tal fuerza que
me sorprende que el condón sea lo suficientemente fuerte como para
contenerla.

Después de un par de respiraciones, me retiro y ato el condón.

La rubia no se mueve.

—Quítate de mi capó. Necesito ir a casa.

Se da la vuelta, apoyando sus nalgas desnudas en el capó y me mira, con


los ojos muy abiertos.

—¿Estarás aquí la próxima semana? —pregunta.

—No lo sé. —Me encojo de hombros.

No si va a estar buscándome. No follaré a la misma mujer dos veces en un


mes. Es mi regla, asegurarme de que ninguna de ellas tenga la idea de que
quiero una relación. No tengo relaciones, es mi regla más grande.

Tengo que venir a estas exhibiciones de automóviles clásicos para mi


negocio. Sin ellas, haría una fracción de lo que hago ahora. Pero hago
tiempo para un polvo rápido y duro antes de irme a casa y tener que ser
responsable.

Es lo único que me he permitido. El resto de mi vida es todo acerca de ella.


Traducido por FerEsq
Corregido por M.Arte

Un mes después…
—Sin tocar el claxon. Los pechos no son el claxon en un coche clásico —
digo, meneando mi dedo a la webcam.

»Si los tocas, tu mujer no hará el ruido que quieres oír. Quieres hacerla
gemir y lloriquear, no decir ah-ooo-ha.

Sigo hablando unos minutos más sobre cómo no jugar con los pechos,
nunca haciendo demostraciones con la míos, ni haciendo nada para
sexualizarme. Estoy enseñando a los hombres cómo complacer a las
mujeres, no a excitarlos.

La idea es ayudar a las personas a mejorar su vida sexual, al menos así es


como empezó. Ahora, el objetivo es ganarme la vida haciéndolo. Ha
tardado años, pero tengo poco más de dos millones de suscriptores en
YouTube. Finalmente, me hace ganar lo suficiente como para poder
comprar una casa.

Claro, tuve que mudarme de Cincinnati a un pequeño pueblo para poder


pagar una, pero es toda mía. La compré sola, sin ayuda de nadie.

—Bueno, chicos, antes de irme quiero darles un paseo por mi nueva


habitación.
No es realmente mi dormitorio, es mi cuarto de vistas convertido en “mi
habitación” para conectar mejor con mis espectadores.

»Aquí está mi cama. Este es mi escritorio donde hago todo mi trabajo, bajo
esta agradable y gran ventana. Echen un vistazo a mi vista —digo y
apunto la webcam hacia fuera.

Miro por la ventana. Un hombre aparece en el patio trasero junto al mío.


Mi casa es la última en una calle sin salida, y la suya es la única casa
junto a la mía, el otro lado y la parte trasera de mi propiedad limita con un
parque.

Todavía no he conocido a mi vecino, y me detengo a mirarlo. Supongo que


está a mediados o finales de sus treinta, con cabello corto y oscuro y
relativamente alto. Y lindo. Más que lindo, desde esta distancia. Me
pregunto cómo es él de cerca.

Lleva una sudadera gris desabrochada con pantalones vaqueros. Sus


vaqueros parecen estar escondiendo algunos músculos esculpidos en las
piernas, y me gustaría saber lo que la sudadera esconde.

Levanta la mirada y sus ojos se fijan en mi webcam. Su boca gruñe y


sacude la cabeza antes de que se volteé y salga de la vista de mi lente.

Ya es tarde y estoy atrasada en mi video. Normalmente publico un vídeo al


día. Al menos esa es la meta. Hago una mezcla de consejos sexuales y de
relación, respondiendo a las preguntas de los espectadores y a las reseñas
de productos. Las reseñas de productos son mi fabricante de dinero real,
por lo que hago por lo menos dos de ellos a la semana.

Las empresas me envían productos y los reseño. No tanto reseñarlos, sino


mostrarlos. Una vez que los números de visitas mensuales suben, me
envían un cheque grande.
Entre la planificación, el rodaje y la edición de los videos, además de
escribir un blog para recopilarlos y toda la promoción de redes sociales, no
parezco dejar de trabajar. Nunca.

Pero he estado desempacando y tratando de instalarme en mi casa, así que


estoy un poco atrasada. Siempre tengo una reserva de dos a tres semanas
de videos, pero la mudanza la ha reducido a una semana.

Después de otra hora de edición, añado mi marca característica de


remolinos y florituras en la pantalla y es hora de cambiar de tarea. Hago
una rápida ensalada César con pollo y me siento en mi computadora para
entrar en las redes.

Es mi parte favorita de lo que hago. Claro que hay algunos trolls feos que
no tienen nada bueno que decir, pero la mayoría de la gente es súper
divertida para interactuar. He “conocido” a gente de todo el país y del
mundo, y he mejorado la vida sexual de miles de personas. Amo lo que
hago.

Mientras mastico, miro mi pila de cosas por revisar. Lo siguiente es una


fusta que estoy enlazando con el video de los pechos. Promete no perder su
forma o romperse. Ya veremos. En la pila, también, hay todo tipo de
vibradores y juguetes sexuales, lencería y artículos sexuales menos
directos como libros. Incluso hay servicios como la entrega de flores. En
realidad, es un poco de todo.

Siempre envían dos de todo, uno para que yo lo pruebe y uno para filmar.
Excepto que ya no tengo a nadie con quien probarlos.

Al menos tengo una pila de vibradores.


Mi timbre suena, sacándome de una conversación en Facebook sobre los
pros y los contras del sexo rápido. Reviso tantos productos, que estoy
acostumbrada a las entregas a todas horas.

Dejando mi plato de ensalada vacía en mi falsa habitación-oficina, salto


por las escaleras y abro la puerta.

Una niña me sonríe. No es una niña-niña. Es de secundaria, supongo. Su


camisa dice “Red Hot Chili Peppers”, y de inmediato sé que es genial. Es
delgada, con largo cabello castaño y un brillo en sus increíblemente
oscuros ojos. Su nariz está salpicada de pecas.

—Hola, soy Piper. Tu nueva vecina. —Habla con más confianza que el
noventa y nueve por ciento de los adultos que he conocido.

—Bueno, hola Piper. Soy Avery.

—Vi tu luz encendida y quería presentarme.

—Encantada de conocerte. Aún no he conocido a tus padres.

—Lo sé.

—¿Dónde está tu mamá?

Piper se encoge de hombros.

—África.

—Oh. ¿Dónde está tu papá?

—Fuera.

—¿Solo fuera?
—Sí. —Piper pasa junto a mí dándome un empujón, directo a mi nuevo
sofá azul marino y deja caer su cuaderno en la mesa de centro—. Así que,
necesito ayuda con mi tarea. ¿Sabes cómo encontrar las posiciones de las
formas en una gráfica?

—Uh, en realidad no —digo, todavía agarrando el picaporte de mi puerta.

Piper me ignora por completo, su rostro mira fijamente su cuaderno.


Confundida y resignada, cierro la puerta y me siento en el sillón de cuero
que he tenido desde mi primer apartamento. Es una de las pocas cosas
que tomé después de romper con Nathan.

—¿Tu papá no te ayuda con la tarea? —Me inclino hacia adelante, de una
manera no amenazadora.

—Lo hace si se lo pido, pero lo olvidé y es para mañana. —Piper me mira


mientras responde, como si tuviera que hablarme lentamente para que lo
entendiera.

—Deberías escribir esas cosas en un calendario —expreso.

Pone los ojos en blanco y dice—: Eso solo funcionaría si recordara mirarlo.

Eso sonó como algo que diría mi madre de sesenta años.

—¿Cuántos años tienes?

—Trece. ¿Estamos jugando veinte preguntas o algo así?

—Simplemente nos acabamos de conocer, y ahora estás sentada aquí


exigiendo que haga geometría.

—Exactamente, vamos a apurarnos. Cuanto antes comencemos, antes


terminaremos. Aquí está la hoja de trabajo.
Piper me pasa un pedazo de papel. Gracias a Dios es solo una hoja de
problemas de matemáticas. Parte de mí se pregunta si esta situación
surrealista está ocurriendo realmente. Estoy sentada con una chica de
trece años, que acaba de irrumpir en mi casa y exige que haga tarea de
matemáticas. Y no la he echado.

Simplemente es demasiado encantadora.

Mi iPad está en el extremo de la mesa, pero no quiero usarlo para


ayudarnos a resolver las preguntas delante de ella, en caso de que algo
inapropiado aparezca en la pantalla. Esta niña nunca debe descubrir
quién soy o lo que hago para ganarme la vida.

—¿Qué tienes que hacer? —pregunto al escanear las preguntas en busca


de algún tipo de pista.

—¿Cuál es tu contraseña de Wi-Fi? Voy a googlearlo en mi teléfono —dice.


Demanda, en realidad. La obedezco y le doy la contraseña.

Trabajamos juntas en la tarea. Una vez que entendimos las primeras dos,
el resto de las preguntas no toman mucho tiempo.

Con la última pregunta contestada, Piper coloca su lápiz en la mesa y


dice—: No fue tan malo, ¿verdad?

No puedo dejar de reír.

—Supongo que no —indico, y sale con más entusiasmo de lo que


pretendía.

—Vamos a ver televisión. ¿Tienes Netflix?

—Obviamente —respondo, e inmediatamente me pregunto por qué estoy


tan a la defensiva.
—¿Estás casada?

—¿Qué pasó con Netflix?

—Solo preguntaba. Pero lo tomaré como un no. ¿Tienes novio o estás


soltera?

—No, no tengo novio. ¿Tú sí?

—Ya te dije que tengo trece años, ¿verdad? ¿Muchas personas de mi edad
tienen novios?

—Ah, cierto.

—¿Muchas personas en octavo grado tienen novios?

Esperaba que olvidara que me lo había preguntado.

—No tengo ni idea. —En realidad no la tengo.

—Me lo imaginé —dice, inclinando la cabeza, y quiero decirle quién soy y


qué hago. No lo hago por supuesto, es demasiado joven. A pesar de que
parece más adulta que yo.

—Cuando estaba en la secundaria, ninguna de mis amigas tenía novios. O


si los tenían, eran amigos varones.

—Pero eso fue hace mucho, mucho tiempo.

—No soy vieja, te lo haré saber. Solo tengo treinta y uno.

—Eso significa que tenías trece años hace dieciocho años. Dieciocho años.
¡Eso es casi el doble de lo que he vivido!
Me quedo en silencio. No parece que han pasado dieciocho años.
¿Dieciocho años es mucho tiempo o no? ¿Qué tan diferentes son los niños
de ahora? ¿O no lo son?

—¿Prefieres tener mil dólares o salvar a un millar de personas


aleatoriamente en la Segunda Guerra Mundial? —pregunta Piper de
repente.

Me saca de mi reflexión acerca de lo rápido que el tiempo vuela, y me


centro en su nueva y aleatoria pregunta.

—La gente. Mil personas valen mucho más que mil dólares.

—Pero no puedes escoger a cuáles personas, por lo que podrías estar


salvando a Hitler y a sus amigos. Simplemente no lo sabes —dice, con las
palmas hacia arriba.

—Oh —le digo, y reconsidero la pregunta.

—Yo diría que el dinero, porque puedes tomar el dinero y ayudar a la gente
con él.

—No estoy segura de que mil dólares vayan a ayudar mucho.

—Pero si la Segunda Guerra Mundial acaba de terminar, entonces sería


mucho dinero.

No hay forma de ganar este argumento. Sonrío y digo:

—Sí, tienes razón. Si la Segunda Guerra Mundial acaba de terminar,


tomaría el dinero.

Piper parece satisfecha con mi respuesta. Tal vez porque me hizo estar de
acuerdo con ella.
Alguien toca la puerta. El timbre habría sido suficiente. Echo un vistazo al
reloj, son las siete y media.

—Ese es mi papá —expone Piper y se pone de pie.

Piper y yo llegamos a la puerta al mismo tiempo. Mi mano alcanza primero


el pomo de la puerta pero la suya aterriza encima de la mía y no la quita.

Abrimos la puerta, y el hombre que vi antes en su patio trasero está en mi


umbral, con un ceño fruncido arruinando su cara de otra manera
magnífica.

Tiene los mismos ojos profundos y oscuros que Piper, la luz los captura y
los hace brillar de la misma manera. Su mandíbula es tan fuerte como sus
brazos, y tiene una barba de tres días.

Sonrío, extiendo mi mano y digo:

—Hola, soy Avery, tu nueva vecina.

Me gruñe y agarra la mano de Piper. Lindo. Ella claramente no sacó sus


habilidades sociales de él.

—Fue hermoso pasar tiempo contigo, Avery. Tendremos que hacerlo de


nuevo en algún momento —dice Piper. Juro que tiene cincuenta años. No,
setenta.

—En cualquier momento —le respondo, despidiéndome.


Traducido por Camii
Corregido por M.Arte

—Oh Dios mío, papá. Papá, ella es genial. Su nombre es Avery y se acaba
de mudar aquí desde Cincinnati.

—Se supone que no debes dejar la casa cuando salgo.

Estoy al alrededor de Piper tanto como puedo, incluso construí un garaje


completamente funcional en mi patio y trasladé muchas de mis
herramientas aquí para que pueda trabajar en casa y estar aquí cuando
llega de la escuela. Pero una o dos noches a la semana tengo que salir. No
es que a Piper le importe. Es más adulta que la mayoría de los adultos que
conozco.

—Necesitaba ayuda con mi tarea.

—No es cierto. No mientas. —La niña pasa sin problemas la escuela, su


mayor queja es sobre cuán aburrida se le hace.

—De acuerdo. Quería conocer a nuestra nueva vecina. Además te mandé


un mensaje preguntando dónde estabas. Eres tan antisocial. Ya deberías
haber ido y darle la bienvenida al vecindario.

—No me digas qué hacer —digo, pero no puedo evitar sonreír. Si hay una
persona en el mundo que puede hacerme sonreír, es Piper. Es la única
persona que puede hacerme sonreír. Hace que todo lo que hago por ella
valga la pena.

—Oh Dios mío, papá…

—Deja de decir “Oh Dios mío” —indico, mientras abro nuestra la puerta
principal.

Nos sentamos en la sala, en el sofá de mezclilla que Piper eligió. Habla y


habla, relatando todo sobre su noche, pero eso no es algo nuevo. La niña
habla sin parar. Pero en este momento, hay una cosa que no puedo sacar
de mi cabeza.

Mi nueva vecina definitivamente es la mujer de YouTube que mi amigo


Marcus me mostró esta noche. La que habla sobre sexo, y cómo se supone
que un hombre debe complacer a una mujer.

Marcus dice que es la persona más famosa que alguna vez ha vivido en la
ciudad.

Nunca había oído de ella.

Quizás Marcus necesita buscar en internet consejos de sexo, pero estoy


seguro como el infierno que yo no.

Eso explica porque noté una cámara apuntándome desde su ventana de


arriba. Sería mejor para ella que no esté planeando usarme en uno de sus
videos.

—¿Papá? ¡Papá! —grita Piper, llamando mi atención.

—¿Sí? —Empiezo a escucharla nuevamente.

—Avery es tan genial, absolutamente deberíamos invitarla a cenar.


—No estoy seguro. Ni siquiera creo que deberías ir ahí.

¿Quiero que mi hija de trece años salga con una mujer que sube videos
sobre sexo a las redes?

—¿Qué? ¿Por qué? Es mucho mejor que la Sra. Coupland.

—Por supuesto que dirías eso.

La señora Coupland era nuestra antigua vecina. Una viuda de ochenta


años, que cuidaba felizmente de Piper cuando yo debía trabajar por las
noches. Cuando su hija la convenció para que se mudara con ella, y
vendieron la casa a la Señorita sé-todo-sobre-sexo, perdí a mi niñera
gratis. Por lo menos la mudanza sucedió a fines del octavo grado.

—En realidad es muy linda, sabes —dice Piper.

Lo noté.

—¿Y qué?

Se encoge de hombros.

—Nada.

—¿Quieres ver La Ley y el Orden? —Es su programa favorito de televisión.


He empezado a odiarlo menos desde que me hizo empezar a verlo.

—Sí, pero ¿podemos ver el original?

Vemos un episodio y Piper le grita y le habla a la pantalla todo el tiempo.


Quiere ser abogada cuando crezca. Lo cual sería un buen trabajo para ella,
dado lo mucho que le gusta discutir.

—Bien. Hora de la cama niña. Ve a cepillarte los dientes.


—Buenas noches, papá. Te amo —dice mientras sube las escaleras.

—Yo también te amo, cariño.

Ya no quiere que le lea historias antes de dormir, ni que la arrope. Dice


que es demasiado mayor para eso. Parece que mi pequeñita se ha ido. Y se
supone que debo estar bien con eso.

Cuando está en la cama, limpio la cocina. Nuestro desastre de la cena se


quedó ahí porque tuve que salir. Enjuago y cargo los platos, y coloco el
resto del estofado en el refrigerador para mañana.

Hice el estofado desde cero. Hago tanto como puedo desde cero, siempre
en una olla porque solo tengo tiempo para preparar esto y es lo único que
sé hacer, además, dura para tres comidas. Arrojo cosas en una cacerola,
agrego un tipo diferente de aderezo y los dejo hervir a fuego lento. Aunque
en el verano le preparo a Piper unos buenos filetes asados.

Exhausto, me acuesto en el sillón y estiro mis piernas. Paso los canales sin
mirar durante un rato antes de darme por vencido en encontrar algo que
ver y dejar una película que está por la mitad. Había una con persecución
de autos y mierda volando alrededor cuando pasaba los canales y eso era
suficientemente bueno para mí.

Un Dodge Charger 71’ aparece en la pantalla, en otra persecución de autos


y me hace pensar en el trabajo. Marcus acaba de comprar uno en línea
para que lo restauremos, todavía no lo he visto y espero que el interior no
esté demasiado mal. Prometió que no era así, pero no confío en el cabrón.

Normalmente reviso todas las compras, pero a veces con Piper no tengo la
oportunidad. Cuando compras cosas por subasta, tienes que ser capaz de
moverte rápido.
Marcus hace toda la carrocería y yo reconstruyo los motores. Aunque
ambos estamos lo suficientemente capacitados para hacer los dos trabajos.
Compramos autos clásicos en línea, los arreglamos y los vendemos por un
precio beneficioso.

Funciona para mí porque es en mi tiempo libre y soy capaz de reconstruir


el motor completo en mi garaje para poder estar aquí con Piper. Incluso
consigo que me ayude. No muchos niños de su edad saben lo que es un
carburador, y mucho menos cómo reparar uno.

Marcus juró que este Charger está bien, pero la última vez que compró un
auto sin mí, todo el interior lucía como si una familia de mapaches
hubiera estado viviendo ahí por años.

Maldito Marcus.

El hombre que al parecer necesita consejos de sexo.

La curiosidad saca lo mejor de mí, y agarro mi iPad. No me toma mucho


tiempo encontrar sus videos de YouTube, en donde ella es llamada:
Sacando a las chicas de Avery. Dame un maldito respiro.

Hago clic en un video titulado Cómo comerla en la ducha. Medio espero que
esté desnuda en la ducha y haciendo una demostración, pero está
completamente vestida en lo que parece ser una habitación.

Su cabello oscuro y maquillaje son perfectos. Debe ser una de esas


mujeres molestas que tardan una eternidad en estar listas. Aunque no se
puede negar que es agradable a la vista. Y su voz. Puede que esté
completamente vestida en sus videos, pero su voz es exquisita y lo
suficientemente expresiva que es sexo puro.
Es confiada y radiante mientras habla sobre cómo meterse entre las
piernas de una chica sin separarlas. Al menos tiene el sentido de decir que
los chicos necesitan ser lo suficientemente fuertes para sostenerla.

Estoy seguro como el infierno que no conozco a ninguna mujer que pueda
ser capaz de pararse después de que terminara con ellas. No hay manera
de que no caigan en la ducha. Y pasaría mucho tiempo antes que puedan
pararse y salir de ahí.

Viendo un par de videos más, estoy fascinado por mi nueva vecina. Veo
Una introducción a los Clítoris, Pinzas de pezones y Tirando su cabello antes
de darme cuenta que me estoy poniendo duro.

No hay manera que vaya ahí.

No con mi vecina de al lado. Mantengo mis juguetes sexuales y mi vida real


muy lejos. Y definitivamente no haré nada con alguien que Piper conoce.

Cuando me convertí en padre soltero a los veintidós años, juré que no


saldría con mujeres, solamente las follaría hasta que Piper fuera lo
suficientemente grande.

Cierro la aplicación y pongo las noticias en la televisión.


Traducido por Camii
Corregido por M.Arte

Estoy sentada en el escritorio de mi habitación falsa, reuniendo mis ideas


sobre lo que voy a decir en el video que estoy a punto de explotar.

Hoy estoy reseñando un producto, un aceite de masaje. Es un cincuenta


por ciento de los productos que más hago, aceites para masaje o
vibradores. Este, simplemente se llama Masaje del Amor y viene con un
folleto de instrucciones sobre cómo dar un masaje en la espalda.

Como siempre, la compañía me envió dos muestras. Una para probar y


otra para demostrar.

Nathan, mi ex novio, amaría esto. Amaba recibir, pero no dar, masajes.

Oh bueno, al diablo con él.

La foto de mi mejor amiga Darla aparece en la pantalla. También es una


YouTuber. Comenzamos a postear al mismo tiempo por un capricho y un
reto.

Aprieto aceptar y el FaceTime se abre. Las rizos locos de Darla llenan mi


monitor, su rostro un punto pálido en el océano de cabello rojo.
—Hola, ¿cómo están las cosas? —digo.

—Lo mismo de siempre. Por favor dime que has salido de tu casa y has
conocido a alguien.

Siempre se puede contar con Darla para decir directo cualquier cosa que
tenga en su mente.

—Es lindo hablar contigo también.

—Lo que sea señorita, no trates de evitar el tema. No tendría que sacar el
tema si respondieras la pregunta en mis mensajes.

—He encontrado una clase de yoga —insisto. Todavía no lo he hecho, pero


lo haré.

—Genial. ¿Cuándo comienzas?

Sé que solamente está preocupada de que conozca gente en mi nueva


ciudad.

—No he tenido tiempo aun, tengo que organizar mi casa, empezaré


después.

—Suena como una excusa para mí.

—Una válida.

—Bien. Pero no creas que voy a dejar esto —dice Darla, apuntándome a
través de la cámara web para darle efecto.

—No importa de todas formas, solo estás a una hora de distancia, ven y
visítame si estás tan preocupada de que sea una Loretta Solitaria.
—Lo haré. No este fin de semana, pero el próximo iré a verte. No digas que
estás ocupada Avery, o que tienes planes porque sé que no es así.

Mi humor se levanta un poco y una media sonrisa se extiende por mi


rostro.

—Bien. Ven definitivamente. Y trae una brocha. Necesito sacar el viejo


color rosa de mi habitación. —Puse todo mi esfuerzo en la habitación falsa.
Mi cuarto real todavía luce como si perteneciera a una anciana.

—Seguro, puedo pintar. ¿Qué tan difícil puede ser? Llevaré vodka.
Podemos emborracharnos y maldecir a Nathan.

—Ya superé a Nathan.

—Lo sé, pero acaba de comprometerse.

Mi rostro cae, la sonrisa se desvanece.

—Pero me mudé hace tan solo seis meses.

—Obviamente es una relación por despecho. Ella descubrirá cuan patético


es.

Hablamos más, y después de cinco minutos me tiene riendo nuevamente


aunque mi corazón todavía se siente pesado con la noticia de la boda de
Nathan.

Esto apesta.

Mi vida entera es hablar sobre sexo. Pero no lo he tenido en seis meses.

Pensé que comprar mi propia casa me motivaría, pero todo en lo que


puedo pensar es en hacer los pagos hipotecarios.
Mi corazón ya no está en esto.

No es que esto me importe. Ahora hago mucho dinero de esta aventura


como para alejarme de ella. Me ha tomado varios años conseguir mis
seguidores, nunca los tiraría a la basura. Solo significa que tengo que
fingir mejor.

Puedo fingir. Soy una mujer, después de todo.

Es solo que mis videos parecen más y más como palabras vacías, y menos
como algo en lo que creo.

El video del aceite de masaje y la edición toma un par de horas. El resto


del día lo gasto trabajando en mi lista de quehaceres.

Alrededor de las siete, mi timbre suena. Me tomo mi tiempo bajando las


escaleras y abriendo la puerta. Piper está ahí, sonriendo ampliamente en
mi umbral.

—Hola Avery. ¿Te importa si entro? —pregunta y hace su camino antes de


que pueda responder.

—Hola Piper. ¿Necesitas más ayuda con tu tarea?

Mi corazón brinca un poco, probablemente no debería estar así de


emocionada ante la posibilidad de salir con una adolecente, pero es la
primera persona que he visto de frente en toda una semana. La gente de
FaceTime no es lo mismo.

Darla tiene razón, realmente necesito hacer un esfuerzo para empezar a


conocer personas en esta ciudad.

El desafío no será conocerlas, sino asegurarme de que nadie nunca, jamás,


descubra lo que hago. He creado una coartada de escribir una novela para
decirles a las personas cuando me pregunten. Una novela policíaca con
muchas muertes, algo tan alejado del sexo como pueda pensar.

—No, solo pensé que podrías querer algo de compañía.

Mis cejas se juntan mientras trato de entender a esta niña.

—¿Tu papá estaba enojado porque estabas aquí la semana pasada?

—No, sabía dónde estaba. Solo tuvo un día difícil en el trabajo.

—¿Quieres beber algo?

—Solo agua por favor. Solo bebo agua, es purificador.

—Claro. Por supuesto.

Camino unos pasos hacia mi cocina en la parte de atrás de la casa. Luce


como si la última renovación fue en los setenta, tiene grandiosos
elementos como alacenas de madera oscura de apariencia sombría y una
encimera con motas de oro.

Tan pronto como consiga más dinero, lo sacaré todo y lo remplazaré por
alacenas de roble y granito. Ahí está, la próxima vez que necesite
motivación, tan solo debería venir aquí abajo.

Regresando a la sala, pongo uno de los vasos de agua frente a Piper y


sostengo el otro en mi mano.

Ha tomado el mismo lugar en el sofá, así que me siento en mi sillón.

Ha pasado una semana desde la última vez que estuvo aquí. He estado
ocupada estableciéndome y organizándome. El único lugar en el que he
estado es en el mercado así que no he visto mucho de la ciudad o conocido
a alguien.
El papá de Piper mantiene un perfil bajo, y la única vez que lo veo es
cuando lo diviso en su patio trasero desde la ventana de mi habitación
falsa.

Aunque no estoy segura si debo molestarme en conocerlo, fue tan grosero


esa noche. Asumí que terminaría con algún vecino idiota. Al menos la niña
es genial.

—Avery, ¿sabías que las almendras son venenosas? En algunos países, no


puedes comprar más de cinco kilos a la vez, porque si comes todas,
morirías. Es uno de los venenos más mortales —dice.

—¿En serio? ¿Estás segura?

—Por supuesto.

Hago una nota mental de googlearlo más tarde.

—¿Alguna vez ves a tu mamá?

—Nunca la conocí. Solo hemos sido mi papá y yo toda mi vida.

¿Él nunca ha tenido una novia oficial? Encuentro eso difícil de creer, dado
lo lindo que es. Aunque tiene sentido ya que gruñe en lugar de hablar.

—¿Preferirías comer cinco kilos de almendras o beber un vaso de agua del


inodoro?

—Definitivamente las almendras.

—Pero podrías morir.

—Creo que vomitaría antes de terminar esa cantidad.


Piper da muchos datos raros, la mayoría de los cuales estoy insegura de
creer.

Levanta su vaso, toma el resto del líquido y lo pone nuevamente en la


mesa. Limpia su boca con el brazo, me mira y dice—:

¿Puedes ayudarme a comprar un sujetador? No sé cómo elegir el tamaño


correcto y tampoco mi papá.

Me toma por sorpresa y quedo sin palabras por un momento.

—Claro, por supuesto —respondo.

¿Cómo podría negarme?

—¿Podemos ir a Target el sábado?

—Absolutamente. Siempre y cuando tu padre esté de acuerdo.

Cambio el tema y hablamos de otras cosas. El timbre suena justo después


de las siete.

Piper se levanta y dice:

—Ese es mi papá.

Al menos el timbre es una mejora a golpear la puerta.

Me levanto de mi antigua silla de cuero y sigo a Piper hasta la puerta. Ella


la abre y su padre está en el umbral. Está usando una ajustada camiseta
negra que se amolda a la forma de su musculoso cuerpo. Trato de no
mirar fijamente pero también tiene una cantidad de tatuajes sobresaliendo
de las mangas.
—Buenas noches —digo, forzando a mis ojos de mantenerse por encima de
su cuello.

—Lamento que mi hija siga molestándote —dice con el ceño fruncido. Es


un avance a gruñir.

—Papá —protesta Piper.

—No es un problema, de verdad. Es lindo conocer a mis nuevos vecinos —


indico sonriendo.

—Me aseguraré que no te moleste nuevamente.

—No me molesta —digo, despeinando su cabello—. De hecho, ¿está bien si


la llevo de compras el sábado?

Pone un gesto serio y mira entre Piper y yo. Pregunta:

—¿Por qué?

—Me comprará un sujetador. ¿No es así Avery? —dice Piper.

El rostro de su padre cae, y expresa:

—Lo pensaré.

—No es un problema, honestamente. Sé que los hombres no pueden


entender las necesidades de una chica. Necesita alguien que la lleve de
compras.

—Puedo criar a mi hija muy bien —espeta gruñendo. Sin demora toma su
mano y la lleva a su casa.

—Oye Piper, ¿cuál es el nombre de tu padre? —grito mientras cruzan el


césped.
Mira hacia atrás, la luz de la calle brillando en sus ojos y una sonrisa
vacilante se coloca en su rostro.

—Knox.

—Un gusto conocerte Knox —exclamo.

Resopla sin mirar atrás.


Traducido por PauC
Corregido por M.Arte

Todavía estoy molesto por la forma en la que me habló Avery anoche.

Es avanzada la tarde y Piper debería volver pronto de la escuela. La madre


de su amiga la traerá a casa esta tarde, porque estoy atrasado para
terminar este Mustang del 71 para un cliente.

Mi entrada recorre desde la calle, entre la casa de Avery y la mía, y termina


en un taller bien equipado que construí en mi patio trasero.

La mitad del auto escarlata está fuera del taller. El capó está levantado y
estoy inclinado sobre el motor andando, escuchando, tratando de resolver
cómo hacerlo ronronear.

Pero no puedo sacar a Piper de mi cabeza. Se está transformando en una


jovencita, y me siento metido en camisa de once varas, ahora más que en
cualquier otro momento de su crianza.

Y he tenido muchas ocasiones de sentirme así.

Para empezar, ¿qué sabía un tipo de veintidós años acerca de criar a un


bebé? Pero lo resolví. Tuve que hacerlo.
De igual manera que tengo que resolver cómo ser el mejor padre para ella
ahora.

¿Qué mierda sé yo de cómo medir un sostén? Sé cómo quitarlos, pero no


cómo ponerlos.

Pero, ¿será esta chica Avery la persona correcta para llevar a Piper a
comprarlos? A Piper parece caerle bien, pero la mujer está por todo el
internet diciéndole a los hombres como tratar un coño.

Excepto que ni siquiera lo llama coño. Lo llama gatito en todos sus vídeos.
No es que los haya visto todos, hay cientos. Solo he visto los que sonaban
interesantes. Como Hablante sucio y Nalguéala, Estúpido.

Admito que he tenido que descomponerme y nalguearme a mí mismo un


par de veces. La sola voz de Avery es capaz de provocarme escalofríos.
Escuchar esa voz y su imitación de lenguaje vulgar se fue directo a mi
pene.

Además, mis bolas están más que azules desde que perdí a mi niñera y
ahora corro a casa para ver a Piper en vez de quedarme a tener un polvo
con alguna chica tras las carreras de autos clásicos.

Incluso si las palabras que Avery dice en sus vídeos son estúpidas. No sé
con quién ha estado follando, pero no es nadie que sepa lo que está
haciendo.

Ciertamente, podría enseñarle una cosa o dos.

Excepto que es ella. Cree que puede juzgarme acerca de mi capacidad para
ser un buen padre.

Al diablo con ella.


Me he estado matando por años para darle a Piper lo mejor que puedo.
Ahora, la señorita sabelotodo-del-sexo se muda al lado e inmediatamente
empieza a comentar acerca de mi habilidad para ser padre.

Le dice a Piper que tiene que llevarla de compras por cosas de chicas.
Porque no soy lo suficientemente bueno.

Al diablo con ella.

—Hola —dice Avery. Reconocería su sedosa voz en cualquier parte. ¿Qué


demonios está haciendo aquí?

Me agacho para salir de debajo del capó y pararme derecho. Avery está de
pie allí, en unos vaqueros ajustados y un top con botones que no tiene
suficientes de ellos abrochados. Tiene una lata de cerveza en cada mano.

—¿Quieres una? —dice, tendiéndome una.

—¿Qué quieres? —digo, ignorando la cerveza.

—Somos nuevos vecinos y no nos hemos presentado adecuadamente.


Pensé en venir aquí y presentarme formalmente —expresa, todavía
tendiéndome la cerveza.

—Nos hemos visto dos veces, ¿recuerdas?

—No sé si esas dos ocasiones de verdad cuentan. Después de todo, ni


siquiera me dijiste tu nombre.

—Lo sabes, pero te lo diré de todos modos si quieres. Es Knox.


¿Satisfecha?
—Bueno, estoy tan contenta de haberme mudado a este nuevo pueblo
donde no conozco a nadie, y de todas las personas en el mundo, me mudé
a la casa junto a la tuya.

Maldita sea, ¿cuál es su problema?

—Qué suerte la tuya —respondo.

Avery jadea y deja caer la mano sosteniendo la cerveza hacia su costado.

—Está bien. Si no quieres ser un vecino civilizado, como quieras, pero


Piper me pidió que la lleve de compras. Le falta algo. —Hace una pausa
antes de añadir—, obviamente.

—¿Obviamente? —Levanto una ceja y le sonrío con suficiencia.

Ella suspira.

—¿Podemos no hablar de esto? ¿Por Piper?

Tomo un respiro, bloqueando el efecto de su voz sobre mi pene. Tiene


razón. A pesar de lo mucho que me moleste, Piper es lo que importaba. Y
si ella tiene razón y fue Piper la que le pidió ir de compras, entonces tengo
que dejar que pase.

Rodeando el auto, me inclino dentro y detengo el motor. Me levanto otra


vez y fijo sus ojos en los míos. Sosteniéndole la mirada, me acerco a ella,
me inclino y tomo la cerveza de su mano. Los labios de Avery se separan
levemente mientras me observa abrir la lata y tomar un trago.

—Está bien. ¿Quieres que nos conozcamos? Restauro autos clásicos para
ganarme la vida. ¿Qué haces tú?
Me apoyo contra el Mustang y acerco la lata a mis labios. Esto debería ser
interesante.

—Soy escritora.

—¿Escritora?

—Sí, como un autor. —Lo dice cómo si yo ni siquiera supiera lo que es un


libro.

—¿Sobre qué escribes? ¿Obscenidades? —Se estremece cuando enfatizo la


palabra obscenidades.

—No —dice con una risa nerviosa—, escribo sobre cosas de asesinatos y
misterio, ya sabes.

—¿Así que nada de partes obscenas?

—Umm, no. —Avery luce como si no supiera si estar más ofendida,


confundida o enojada.

Por lo menos no va por ahí diciéndole a la gente lo que realmente hace.


Eso me tranquiliza. No le dirá a Piper.

—¿Tienes mascotas? —pregunto, sofocando una sonrisa burlona.

—No, no tengo.

—¿Ni planes de tener un gatito?

—No lo había pensado. —No tiene idea de a qué me refiero.

—Los gatitos son muy entretenidos para jugar, pero se vuelven molestos
una vez que terminas de jugar con ellos —digo.
—Nunca he tenido uno. —Me mira de reojo. Tal vez se está dando cuenta.

Una camioneta Tahoe negra se detiene al final de mi entrada y se abre la


puerta trasera.

—¡Avery! —dice Piper, corriendo desde la SUV de su amiga.

Levanto mi mano para agradecer a la madre por traerla a casa.

—¿Tuviste un buen día en la escuela? —pregunta Avery cuando Piper llega


al taller.

—Meh, es la escuela.

—Hola, cariño —digo yo, extendiendo mis brazos para abrazarla.

Denegado.

Aparentemente las jóvenes de trece años ya no gustan de abrazar a sus


padres. Especialmente frente a alguien más.

Mi corazón se hunde en mis entrañas. Es solo otra señal de que estoy


perdiendo a mi niñita.

—¿Están planeando nuestro viaje de compras? —pregunta Piper


alternando su mirada entre Avery y yo.

—Sip —dice Avery, ignorándome—. Está todo listo. Centro comercial el


sábado.

El ácido se revuelve en mi estómago. Con qué derecho. Mi mandíbula se


aprieta.

Piper salta de felicidad y grita—: ¡Gracias, papá!


Rebota hacia mí y lanza sus brazos alrededor mío. Envuelvo mis brazos
alrededor de mi niñita y la doy vueltas como solía hacer. Dios, qué bien se
siente. Haría cualquier cosa por hacer feliz a Piper.

—Solo sé sensata —digo—. No hagas que Avery se quede allí por horas y
no gastes demasiado.

—¿Puedo tener mesada adicional? —pregunta, levantando la mirada hacia


mí.

—Por supuesto, pero no necesitas comprar tus cosas de tu mesada. Te


daré dinero aparte para eso.

Piper chilla y dice—: ¡Oh Dios mío, eres el mejor papá del mundo!

La dejo en el suelo para frotar mi oído.

—Deja de decir “Oh Dios mío” —digo.

—Tengo que hacer pipí —dice Piper y corre hacia la casa.

Levantando la lata de cerveza hacia mi boca, tomo un trago largo,


preguntándome qué diablos decirle a Avery. No interfieras con mi crianza.
Deberías haberme preguntado si yo estaba de acuerdo con el viaje de
compras primero.

No le hagas daño a mi nenita.

Avery no dice nada. Observa mientras me bebo el resto de la cerveza que


me trajo. ¿Era su idea de una oferta de paz?

La única oferta de paz que serviría es una disculpa por meter su nariz
donde no le incumbe.

Tiro la lata en el piso del taller y la miro directo a los ojos.


—Supongo que ya terminamos aquí. Tengo que volver al trabajo.

Sin esperar su respuesta, me doy media vuelta y vuelvo a meter mi cabeza


bajo el capó.

—¿Es este un Mustang?

¿Por qué no se va? ¿Está intentando encontrar otra parte de mi vida en la


cual meter su nariz?

Gruño.

—Nunca he estado dentro de uno. Pero siempre he querido pasear en un


Mustang viejo —dice. Es su voz de dj de radio, más suave y sexy.

La herramienta que estoy sosteniendo cae de mi mano y golpea contra el


metal y mi pene cobra vida.

Gruño otra vez, necesitando que se vaya. Ahora. Antes de que le dé un


paseo que nunca olvidará.

—¿Eso es todo? —dice—. ¿En serio? Ha sido un placer hablar contigo. En


verdad. Deberíamos beber cerveza más seguido, vecino.

Aclaro mi garganta y me hundo un poco más contra el automóvil. Necesito


dejar de interactuar con ella.
Traducido por PauC
Corregido por M.Arte

Qué imbécil. Doy un portazo con la puerta de entrada tras de mí mientras


me retiro al interior de mi casa.

Eso no resultó de acuerdo al plan. La idea era llevarle cerveza y él


resultaría ser un tipo genial que sería un excelente vecino y me ayudara
con todo tipo de cosas, como limpiar las canaletas.

¿Cómo resultó Piper tan vivaz con él como padre?

Debe ser por ser tan condenadamente guapo. Cuando salió de debajo del
capó de ese auto, tragué saliva. Yo, Avery Sloane, verdaderamente me puse
nerviosa.

Nunca me siento intimidada al hablar con alguien. Especialmente, no con


un hombre.

Pero demonios, su camiseta ajustada no dejó ninguna duda acerca de lo


fornido que es. Y sus brazos estaban cubiertos de algunos de los tatuajes
más sexys que he visto jamás. Todo autos y cosas relacionadas a autos,
por una vez, alguien cuyos tatuajes representan quien es, en vez de quien
sueñan ser. Incluso huele como sus tatuajes.
Cuando se acercó y tomó la cerveza de mi mano, me abrumó su delicioso
aroma. Una combinación de grasa, aceite, sudor y él. De alguna manera,
todo se mezclaba para mandar su atractivo sexual nato hacia la
estratósfera. Cuanto más se me acercaba, más calor sentía quemando en
mi interior.

Qué lástima.

Aunque probablemente sea algo bueno. Por lo menos ahora no me siento


tentada por él.

Después de tirar el resto de mi cerveza por el fregadero de la cocina, me


dirijo a mi dormitorio falso para trabajar un poco.

Ya he grabado dos vídeos esta mañana. Ambos eran parte de mi serie


Pregunta lo que quieras a Avery. Las personas me envían preguntas sobre
sexo por correo electrónico o por mensaje y yo las contesto.

Las preguntas de hoy fueron acerca de cómo lidiar con el mal aliento y qué
tan lejos deberías ir para actuar las fantasías de tu novia. Me puedo volver
muy apasionada al contestar, es lo que a mis espectadores les gusta y es lo
que esperan.

Ahora tengo que editar los vídeos recién grabados. Mi abarrotado escritorio
está frente a la ventana, me siento frente a él, mirando hacia la ventana.

Afuera, puedo ver a Knox trabajando en su auto. Para ser más exacta,
puedo ver su complexión fornida moviéndose alrededor del auto mientras
trabaja en él. Mi habitación falsa está en el segundo piso, pero está del
lado de su taller y, en realidad, estoy físicamente cerca de él.

Lucho contra el deseo de abrir la ventana y gritarle.


Enfócate. Tengo que olvidarme acerca de tener que vivir a su lado por los
próximos años y pensar en mi trabajo. Dios, espero que se mude.

Tal vez mudarme a este pueblo fue un error. Tal vez debí quedarme en
Cincinnati.

Deprimida, llamo a Darla por FaceTime, su cabello rojo llena la pantalla.

—Hola, nena. ¿Qué pasa?

—Nada.

—No parece nada —dice, exagerando su ceño fruncido.

—Ya sabes, es solo eso de establecerse en un nuevo lugar donde no


conoces a nadie. Solo quería hablar con una amiga, eso es todo.

En cuanto lo digo, me maldigo y me preparo para su sermón.

—Dime que has salido y conocido personas.

Ugh.

—En realidad, de hecho, conocí a mi vecino de al lado.

Simula una sonrisa sorprendida de aprobación.

—Muy bien. ¿Cómo es ella?

—Es un él, en realidad —digo, preguntándome porque metí a Knox en


esto.

—¿Es sexy? —Darla se inclina hacia la cámara con anticipación.

—Oye, ¿cómo sabes que no tiene ochenta años?


—Esa no era la pregunta. Puedes tener ochenta años y ser sexy, sabes.
Ahora, cuenta.

—Es padre soltero de una niña genial de trece años.

—Así que es soltero, excelente. ¿También es sexy?

—Tienes una mente de un solo carril —digo, riendo entre dientes.

—Sí, ahora contesta la pregunta.

—Solo diré que no estarás desilusionada cuando vengas a visitarme.

—Joder, sí, nena. ¿Estás segura de que no lo quieres para ti?

—No, gracias. En realidad, es un imbécil.

—Mientras sepa cómo usar su pene, puede ser todo lo imbécil que quiera.

—Tranquila, chica —apunto, riendo con nerviosismo.

Un movimiento fuera de mi ventana atrae mi atención. Knox está de pie,


moviéndose alrededor de la parte trasera de su auto. Rápidamente, apunto
mi computadora hacia el exterior.

—¿Qué es eso? —pregunta Darla.

—Es él. Dime cuando lo veas —digo, moviendo la computadora—. No


puedo ver la pantalla para saber si lo tienes a la vista o no.

—Un poco más abajo. Más. Santa mierda, nena —dice Darla y silba.

—Y eso es a distancia. Deberías verlo de cerca. —Hago una pausa y


agrego—: Y olerlo.

—Mierda. ¿Por qué tiene que ser un idiota?


—Eso es lo que sigo preguntándome —espeto.

—Deberías follartelo.

Me parto de la risa.

—Sí, claro. Ni siquiera es capaz de sostener una conversación conmigo. No


es como que quiera acostarme con él de todos modos, es mi vecino y sería
un desastre. Solo quiero tener una relación de vecinos normal.

—¿Entonces no te importará si me lo follo cuando vaya a visitarte?

—Buena suerte. En realidad, probablemente sea una buena idea. Si


duermes con él, tal vez puedas convencerlo de ser civilizado conmigo.

—Oye, nena.

—¿Sí?

—Su cara está igual de bien. Está mirando directo a la cámara.

—¡Mierda! ¿Por qué no dijiste algo? —chillo mientras giro el computador


hacia adentro tan rápido como puedo.

¿Qué hago? Va a pensar que soy una loca. Será más mal educado de lo
que ya es.

Oh Dios, y qué hay si empieza a hacer preguntas. ¿Qué pasa si empieza a


averiguar sobre mí y descubre lo que hago en realidad?

—¿Estás bien? —pregunta.

—No, no estoy bien. ¿Cómo voy a explicar eso?


—No es tan terrible, solo dile que tu amiga vendrá a visitarte y quería ver
los bienes que había en oferta.

—¿Sabes qué?, lo retiro. No tienes permitido dormir con él.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Porque… porque sí.

—Esa no es una respuesta, pero lo entiendo. Te lo dejo. Claramente, te


sientes atraída por él.

—No es cierto —digo, atreviéndome a mirarlo por la ventana—. Es un


dulce a la vista, nada más.

Me obligo a recordar el resto de mi tiempo en el taller y cómo ni siquiera


quiso tener una conversación normal y civilizada conmigo, especialmente
después de que Piper entró.

Idiota.

—Está bien, de todos modos necesitas algo de dulce para la vista después
de Nathan.

Mi corazón se aprieta otra vez. Como si el asunto con Knox no estuviese


molestándome lo suficiente, ¿por qué tenía que mencionar ese nombre?

—A la mierda con Nathan —indico, apretando los dientes.

—¿Quieres saber lo último?

—¡No! Espera, está bien, dime.


—Su prometida es la antigua compañera de cuarto de su hermana menor
en la universidad. Vino a visitar a su hermana, se conocieron y terminaron
comprometidos —dice, apuntando a su dedo anular.

—Pobre chica, ¿no tiene estándares?

—Lo sé, ¿verdad?

—No entiendo por qué me quedé tanto tiempo con él. Era tan aburrido…
dentro y fuera de la cama.

¿Por qué perdí tanto tiempo con él? Cierto, al principio era encantador,
pero dejó de intentarlo bastante rápido. Para ese momento, ya vivíamos
juntos y era demasiado cómodo, supongo.

Probablemente sea la razón por la que se comprometió tan rápido, para


que cuando deje de intentarlo, ella estará incluso más atrapada que yo.

Por lo menos sé que nunca me engañó, eso hubiese significado un


esfuerzo. Estaba mucho más feliz en el sillón, mirando la televisión con
sus manos metidas dentro de sus pantalones.

A través de la computadora, escucho el timbre de su puerta.

—Está bien. Me tengo que ir. Hablamos pronto —digo—. Te quiero.

—También te quiero, nena —dice Darla.

Me siento inmóvil, pensando qué hacer a continuación.


Traducido por Dustie
Corregido por M.Arte

¿Por qué está apuntando su computadora por la ventana? ¿Me está


filmando? Lucho contra la agitación en mi intestino y no voy a golpear su
puerta. Por mucho que quiera entrar en su casa para exigir respuestas y
dejarle claro que nunca me va a grabar de nuevo. Peleo con el impulso.

O lo que sea que está haciendo.

Es diferente. Le daré mucho.

Trabajo otra hora, volviendo a probar y apretando cada elemento mecánico


del Mustang 71 antes de regresárselo a Marcus mañana. Él le dará una
última pulida y brillo al interior y exterior antes de llevárselo al comprador.

Él lidia con la mayoría de los encuentros con los clientes, porque dice que
soy demasiado grosero. Como sea. Lo dejo porque es una cosa menos que
tengo que hacer. Aunque siempre parece necesitar mi “ayuda” cuando el
cliente es una mujer.

A las seis, me dirijo dentro.

—¡Cena! —llamo a Piper.


Saco dos platos de la alacena y sirvo algo del chili de la olla que está en el
fuego en la estufa. Es el mejor plato que preparo y la comida favorita de
Piper.

Después de que coloco los platos en la pequeña mesa de la cocina, pongo


una bolsa de arroz de microondas y un tubo de crema ácida en medio de la
mesa. Coloco una lata de refresco junto a su plato y una de cerveza junto
al mío.

—¿Qué hay esta noche? —dice Piper mientras entra en la habitación.


Camina hacia el refrigerador con el refresco, lo pone de vuelta y toma un
vaso de agua en su lugar.

—Noche de chili.

—Bien.

—¿Solo bien? Creí que era tu favorito.

—Solía serlo. Pero ya no —responde y pone una cucharada de crema en su


plato.

¿Es otra cosa de los trece años de edad?

—¿Cuál es tu nuevo favorito? —pregunto. Lo haré para ella mañana.

Abro la bolsa de arroz y pongo un poco en cada uno de nuestros platos.

—No lo sé. No puedo decidir.

—Oh bien, puedes tener más de un favorito.

El labio inferior de Piper sobresale, del modo en que lo hacía cuando era
pequeña y trataba de resolver un problema. Con su tenedor, mezcla el
arroz, el chili y la crema en un desastre poco apetitoso.
—Papá. —La seriedad en su voz me pone en alerta.

—¿Qué pasa, cariño?

—No tengo nada favorito. —Sus hombros caen.

—¿Y? ¿Qué importa eso?

Piper deja caer su tenedor y me mira como si fuera el mayor idiota que
haya existido.

—¡No puedo decidir mis cosas favoritas!

—Está bien. Yo tampoco tengo cosas favoritas.

—Tienes una banda favorita, los Red Hot Chilli Peppers. Ni siquiera tengo
una banda favorita.

—Pero eso no es un problema. Te gustan muchas canciones.

—Es un problema, me hace aburrida.

—No eres aburrida. Eso probablemente te vuelve más interesante.

—No lo hace. Me hace rara. ¿Cómo se supone que conteste las preguntas
genéricas de una primera cita? Estoy condenada.

Mi corazón martilla contra mis costillas por la idea de que tenga citas.
Apenas puedo pensar en eso.

—A los chicos no les importan tus cosas favoritas —digo, inclinándome


sobre mi plato y colgando el tenedor en mis dedos.

—¿No lo hacen? ¿De qué más hablaríamos? Y no digas política.

El tema hace que se me tensen los hombros.


—Un montón de cosas. Películas, deportes.

—Y besos. ¿Es verdad que les gusta hablar de s-e-x-o?

Mi tenedor cae de mi mano y aclaro mi garganta. Mi corazón y cerebro casi


explotan. No puedo creer que me haya dicho eso. Aunque una parte de mí
se alegra de que hable de cualquier cosa conmigo. Creo.

Pero la idea de algún chico besando a Piper es demasiado.

—Depende del chico. Solo los idiotas hablan de eso, puedes conseguir algo
mejor.

—Tal vez debería hablar con Avery al respecto —dice.

—¿Por qué? Puedes hablar conmigo de eso.

—No lo sé. Es que eres hombre.

—Sí, y se cómo piensan los hombres. No importa de cualquier modo, aun


eres joven.

Muy joven para salir con chicos.

Joder. Tengo que asegurarme de que nunca vaya a ningún paseo de autos
clásicos. Hay mucha mierda que pasa en ellos. Mierda para la que es
demasiado buena.

—Voy a entrar a secundaria en unos meses —gimotea Pipe.

—Pero por las próximas semanas, sigues en primaria.

Se queja y toma un gran bocado de chili. Comemos en silencio por unos


minutos. Estoy hambriento y es tiempo suficiente para terminar mi
comida. Me levanto y vuelvo a llenar mi plato de la olla en la estufa.
—¿Quieres más? —pregunto.

—No, gracias. Deberíamos invitar a Avery para cenar.

—¿De dónde vino eso?

—Es taaaan asombrosa. La amarías. ¿Puede venir a cenar? ¿Puede? —


Está sonriendo de oreja a oreja.

—No. —Así no la invito a entrar en mi casa. Eso solo sería invitarla a que
meta sus narices en más cosas. Avery probablemente me diría que mi
cocina no es lo suficientemente buena para mi hija, o que su cuarto no es
lo suficientemente lindo.

—¿Por qué no? No es justo. Es graciosa, sé que te agradaría. ¿Por qué no


puede venir?

¿Por qué me gustaría alguien que me diga que soy mal padre?

—Porque yo lo digo, ¿por qué lo haría?

—Porque es nuestra vecina y es genial. Es mucho más divertida que la


Sra. Coupland —dice Piper con los ojos muy abiertos.

—La Sra. Coupland nunca vino a cenar tampoco.

—Pero, papá…

—Nada de peros —digo con mi voz más firme.

Derrotada, se hunde en su silla y termina.

Miramos dos episodios de La ley y el orden antes de que se vaya a la cama.


Como cada noche, me hundo exhausto en el sofá y me pregunto cómo voy
a superar los años de adolescencia.
Lo revuelvo en mi cerebro hasta que estoy harto de pensar en eso.

Después de pasar por todos los canales de televisión, renuncio a encontrar


algo que me quite las cosas de la cabeza y decido mejor ir a revisar el canal
de YouTube de Avery para asegurarme de que no estoy en él.

EL video que subió hoy se llama “Caliente y mojada”. Resulta ser de ella
hablando de un libro. Un manual de instrucciones acerca de cómo tener
buen sexo. Avery habla acerca de lo maravilloso y sorprendente que es el
libro.

—Todas las personas están garantizadas a aprender nuevos trucos para el


sexo aquí, se los prometo —dice Avery con su voz sensual.

No lo creo.

Algo me invade. Antes de poder detenerme. He registrado una cuenta en


YouTube y escribo una respuesta en mi iPad.

Ox Man: Te prometo que puedo enseñarte más de lo que está en ese


libro, garantizado. Cuando quieras una lección, bebé.

Me rio alto mientras lo leo de nuevo. ¿Qué va a hacer con eso?

Antes de saberlo, he visto otros de sus videos y estoy sentado en mi cama


con mi pene duro como piedra en mi mano. Esto es estúpido, lo sé. No
debería estar relacionando a la entrometida con una razón para tener una
erección.

Pero ahora no me puedo detener.

Miro sus labios mientras se mueven, su voz mandándome escalofríos por


la espalda. Tomando mi pene, imagino pasar la punta por sus labios. Lo
suaves que estarían contra mí, antes de silenciar su sexy voz apretando
toda mi longitud sobre su lengua y bajo su garganta.

Mi mano se mueve cada vez más rápido sobre mí mientras el recuerdo de


su voz pone mi cuerpo cada vez más arriba. Imagino más botones
desabrochados de los que tenía hoy y pienso cómo se verán sus pechos.
Cuál será su forma mientras cuelgan sin sostén de su cuerpo.

Avery dice:

—Cuando ella esté bien y mojada y quiero decir goteando, pon tu pene en
ella y…

No escuche el “y”. La idea de mi pene moviéndose dentro de su vagina


goteando hizo a mi pene estallar. Mi cuerpo se estremece violentamente y
vuelvo a la cama para dejar que el éxtasis me embargue.

Después de unos minutos, me maldigo por lo que hice. Tengo que dejar de
ver sus videos. Tengo que dejar de pensar en su voz cuando me corro. Me
molesta no tener más moderación.
Traducido por Dustie
Corregido por M.Arte

Es viernes y está hermoso afuera. Hay 24 grados, el día más cálido del año
hasta ahora y he abierto la ventana de la casa para que entre el aire. El
objetivo es eliminar totalmente el olor penetrante del último propietario y
hacerlo mío.

Porque es mío. Ni un centavo vino de alguien más. La idea me llena de


orgullo.

Cuando comencé a hacer videos para YouTube, todos mis amigos se rieron
de mí. Excepto por Daria, claro está. Todos se reían de ella también y
pasamos muchas noches consolándonos la una a la otra. El Vodka fue la
mayor ayuda para bloquear sus burlas. Especialmente las de NAthan.

¿Pero, quién se está riendo ahora?

Ambas estamos haciendo buen dinero ahora. Lo mejor de todo es que ellos
están sentados en sus cubículos soñando todo el día con hacer algo más
de sus vidas, y nosotras estamos haciendo lo que queremos.

Mi plan para esta tarde es familiarizarme con los próximos productos que
voy a incluir en mi video mañana (sí, trabajo siete días de la semana).
Tengo un itinerario para subirlos que tengo que cumplir, así que no tengo
ningún control sobre el pedido una vez que he accedido y he acordado una
fecha y un precio con el cliente.

Mañana, tengo que tener el Xtreme Buzz filmado y listo para subirlo el
lunes. Voy a mi habitación falsa, tomo la caja y me siento en mi escritorio
frente a la ventana. Lo primero que hago siempre es examinar la envoltura.
Xtreme Buzz viene en una caja morada que parece costosa y pesa mucho.
Las palabras en la parte trasera promete todo el poder de un motor fuera
de borda y un juego de mente explosivo cada vez.

Seguro.

He probado muchos de esos vibradores y todos dicen lo mismo. Bueno, tal


vez no la parte del motor fuera de borda. Eso es un poco raro.

Es una caja robusta y levanto la tapa, exponiendo el juguete dentro. Está


envuelto en un paño sedoso que está cubierto de besos azules. Es visual y
se verá bien en cámara, lo que siempre es una ventaja. Los artículos
bonitos tienen un alto índice de compra y consigo una comisión de cada
venta que les mando.

Además, ahora que no tengo vida sexual, los juguetes son lo más fácil para
mí. Desde que me identifico con ellos.

Es realmente difícil hacer este trabajo sin vida sexual. Que deprimente,
dar consejos a toda esa gente que tiene sexo cuando no he tenido ni un
beso en seis meses completos.

Creo que incluso olvidé cómo se hace. Y ciertamente, me estoy quedando


sin ideas nuevas. A veces me siento como una monja repartiendo consejos
sexuales.
Volviendo mi atención al juguete, al principio pensé que solo conectabas el
Xtreme Buzz para cargarlo, entonces me di cuenta que el cable está fijo.
Este vibrador debe ser usado mientras está conectado a la pared. El cable
es largo, pero aun así necesita planeación si vas a usarlo con una pareja,
“por aquí cariño, cerca del contacto”, sí.

Tal vez está pensado para usarlo solo.

Me pongo en mis manos y rodillas para conectarlo bajo mi escritorio. Una


vez que estoy de vuelta en mi silla, lo prendo. Es la velocidad más baja,
pero las vibraciones en mi mano son lo suficientemente fuertes para
resonar por todo mi cuerpo. Y eso es a velocidad baja.

Lentamente, giro el selector hasta que está a su máxima velocidad. Mierda.

Esta cosa es una locura. Sí, es ruidoso como un motor fuera de borda,
pero santo jodido Dios, solo sostenerlo en mi mano manda vibraciones a
todo mi cuerpo.

Me está poniendo húmeda, muy húmeda, así que lo apago y lo dejo en mi


escritorio.

Mi respiración se agita mientras lo miro. Xtreme Buzz es realmente un


eufemismo. Un guion comienza a formarse en mi cabeza y miro
inexpresivamente por la ventana mientras lo dejo formarse.

Un movimiento rompe mi trance. Es Knox, está levantando la puerta de su


garaje. Mientras se extiende para abrirla completamente, su camiseta se
levanta y expone los músculos de la parte baja de su espalda.

Dirijo mi atención a los músculos, deseando que dé la vuelta para poder


ver sus abdominales.
Lo próximo que se, es que Knox se quita la camiseta y la lanza en el garaje.
Mi espiración se detiene mientras examino el perfecto espécimen de
hombre.

Además de todos los tatuajes en los brazos, tiene unos cuantos en el


pecho. Su gran, poderoso, musculoso pecho.

Esto no está bien. Es mi vecino. Y es un idiota. Intento apartar los ojos,


pero no puedo.

Como dijo Darla, no hay nada de malo en mirar. Y justo ahora, tengo la
mejor vista.

Knox desaparece en el garaje. Unos segundos después un auto sale en


reversa por el garaje. No es el Mustang rojo de antes, de esta semana. Es
uno azul pálido, pero no tenía idea del modelo. Algo viejo aunque brillaba
como nuevo.

Sale del auto y levanta el toldo. Asumo que está tomando ventaja del
hermoso clima igual que yo.

Inclinado bajo el toldo, sus vaqueros negros se amoldaban a su trasero


musculoso y yo tenía una vista perfecta.

Esto es malo y está mal y todo tipo de otras cosas, pero mi vagina seguía
húmeda por el Xtreme Buzz y tenía una comezón que necesitaba ser
rascada.

Levantándome, desabroché mis pantaloncillos y los dejé caer a mis pies.

No, no debería hacer esto.


Pero su trasero, esos brazos, ese torso. Deslice mi dedo bajo mi ropa
interior para sentir lo húmeda que estaba. Empapada. Y en este punto, era
difícil saber que tanto era por el vibrador y cuanto por Knox.

Me quité la ropa interior y me senté de vuelta en mi escritorio. Se


necesitaba un poco de contorción, pero me puse en una posición donde
gracias a los ángulos, podía verlo discretamente por la ventana sin que él
pudiera verme.

No fue necesaria ninguna lubricación, ya estoy lo suficientemente mojada.


Puse el Xtreme Buzz en mi entrada y lo deslicé lentamente dentro de mí.
En realidad, es bastante grueso y largo. Jodidamente grueso.

Mi respiración ya es corta y lentamente enciendo el selector. La velocidad


baja resuena dentro de mí, pero sigo moviéndolo hasta que está en la
velocidad más alta.

No toma mucho tiempo hasta que mi cuerpo entero, desde mi cabeza hasta
mis pies, están llenos de tensión. Miro por la ventana hacia Knox.

Ahora está parado en una posición diferente, dándome una visión lateral
de su bíceps. Me imagino esos brazos a mí alrededor, sosteniéndome
fuerte.

Su fuerza imaginaria manda un gemido a mi boca y me pregunto cuánto


tiempo tomará antes de que la presa estalle. Me concentro en el pulsar
dentro de mi mientras construye una velocidad alarmante. Parece que
cada célula en mi cuerpo está vibrando y mis piernas se debilitan.

Un gemido agudo estalla dentro de mí mientras el maldito se desmorona y


mi cuerpo gira con el orgasmo más loco que he sentido en años.
Probablemente siempre.
Mi mano está temblando mucho, apenas puedo sostener el vibrador, pero
antes de que mi cerebro pueda enviar la señal para dejarlo ir, la tensión
me llena de nuevo. Una sola mirada a Knox y mi cerebro imagina toda
clase de posibilidades.

Amortiguo un grito mientras un orgasmo aún más poderoso rompe dentro


de mí con tal fuerza, me caigo de mi precaria posición y tengo que luchar
para no caer.

Mi computadora cae al piso y la taza de café cae en ella, rompiéndose. Me


preocupa el ruido y que Knox haya escuchado. Solo ahí me doy cuenta que
mi cabeza esta contra la ventana y Knox está mirando directo hacia mí.

Tan rápido como mi cuerpo aun en clímax se puede mover, me desplazo de


la ventana fuera de mi escritorio y hacia el suelo.

Una vez que las últimas ondulaciones disminuyen, entierro mis manos en
mi rostro. Como si el incidente de la computadora no fuera
suficientemente malo. Realmente espero haber amortiguado ese grito. Y
todos esos gemidos. Él está solo a unos 3 metros y qué demonios estaba
pensando con las ventanas abiertas.

Idiota.
Traducido por DariiB
Corregido por M.Arte

Ajusté mi polla rígida en los vaqueros. Jódeme. No había duda de que era
solo la cara de corrida de Avery plasmada en la pantalla de su ventana. Va
a tener líneas en sus mejillas por ella.

No es que se diera cuenta en ese momento.

No sé qué tipo de juguete sexual era, pero seguro como la mierda que era
ruidoso.

Sus gemidos y gritos eran mejores de lo que imaginé. La parte de atrás de


mi cuello están hormigueando por el recuerdo de ellos.

Pero, ¿qué demonios estaba haciendo, con la cabeza contra la ventana?


Haciendo esos ruidos. ¿No sabe lo cerca que estoy de su ventana abierta?
Era como si ella estuviera ahí solo para llamar a mi polla a la acción.

A no ser que. No.

Me coloqué mi camiseta y pegué mi cabeza de nuevo bajo el capó del


Corvette '58 en el que estoy trabajando. Lo traje aquí desde nuestro garaje
principal ayer, donde Marcus reparó la tapicería rasgada de los asientos.
Está casi listo, y puedo hacer todo lo demás que se necesita hacer aquí.
Mi polla no obtiene la pista de mi cerebro de que este es tiempo de trabajo,
y que necesita bajar. Avery no es una opción de todos modos.

No importa cuán duro me ponga.

Ignoro el dolor en mis pantalones y me fuerzo a concentrarme en el auto.

Cuando son las seis, me dirijo adentro. Aún hay suficiente chili para esta
noche, nuestra tercera noche de una fila comiéndolo. En algún momento
de mi vida, voy a comprar algunos contenedores de plástico para así poder
congelar las sobras y no tener que comer la misma maravilla de un solo
recipiente noche tras noche.

—¡Cena! —llamo a Piper mientras coloco todo en la mesa.

Ella aparece, levanta la nariz y gime:

—Otra vez.

—No te preocupes, ahora se ha terminado.

—¿Podemos ordenar pizza mañana? ¿Por favor?

—Por supuesto. —Me ahorra el cocinar el fin de semana.

—Es mi viaje de compras mañana, no lo olvides. Necesito dinero, también.


Como dijiste que podía tener.

—Seguro.

Lo había empujado de mi mente. De alguna manera, el tema de no ser


suficiente para mi hija no era algo de lo que quisiera hablar.

Piper traga su comida y dice:


—Oye, ¿Puede Avery venir por pizza también?

—No —dije sin titubear.

—Pero, papá, ¿por qué? Sería divertido. Y la amarías, sé que lo harías.

Porque terminaría clavándola contra la pared por traer esos sonidos que
hizo antes desde su garganta. Sé que podía hacerlo mejor que cualquier
juguete sexual que estaba usando.

—Porque dije no.

Ella toma otro bocado de comida, y me mira fijamente mientras mastica.


Hago todo lo posible por ignorarla.

—¿No crees que es extraño que estés bien con enviarme al centro
comercial con alguien que ni siquiera conoces?

—La conozco, vive al lado.

—Sabes donde vive, que no es lo mismo que conocerla.

—Bastante cerca.

—¿Lo es realmente? ¿Que si ella es un asesino de hacha y soy demasiado


joven e ingenua para verlo?

—Avery no es un asesino de hacha. —Aunque es un poco extraña. Y está


toda sobre el internet hablando sobre sexo. Y masturbándose con su
cabeza contra la ventana.

Quizás Piper tiene razón. Debería conocer a Avery mejor antes de dejar a
Piper que vaya con ella en un viaje de compras.

—Te diré que, ve al lado y dile a Avery que venga ahora para el postre.
—¿Ahora? —exclama, saltando de su silla.

—Sí, ahora.

—¡Postre! ¿En serio?

—Por supuesto.

—¿Tenemos algo? Nunca comemos postre.

—Encontraré algo. Ve a buscarla mientras cargo el lavavajillas.

Piper sale corriendo por la puerta principal, y yo apilo todos los platos en
el lavavajillas. Abro el armario, buscando algún tipo de postre, pero hay
solo paquetes de papas fritas y galletas de chispas de chocolate.

Quizás hay helado. Cavo alrededor en el congelador y encuentro una tina


de helado, pero cuando abro el contenedor está casi vacío y lo que queda
está cubierto de quemadura de congelador.

Galletas con chispas de chocolate tendrán que ser.

Mientras espero por ellas, abro otra cerveza y tomo asiento en el sofá de
mezclilla.

Piper ha estado allí un rato, y comienzo a preguntarme si Avery vendrá en


absoluto. Aunque sé lo persuasiva que es Piper.

Termino mi cerveza y me pongo a buscar otra cuando Piper entra saltando


a la casa, arrastrando a Avery de la mano.

—Oye —dije, asintiendo hacia Avery. Tengo que apartar la mirada, para
despejar mi mente de la imagen de su rostro presionado contra la ventana.
Si no la aclaro ahora, tendré que dejar la sala y esconderme en mi
habitación, porque no hay manera en la que seré capaz de tener una
conversación con ella.

—¿Qué hay de postre? —dice Piper, saltando a la cocina.

—Galletas de chispas de chocolate.

Su cara cae. —¿Eso es todo?

—Para ti, sí. —Me volteo hacia Avery, ella está ahogando una risa—.
¿Cerveza? —pregunto.

—Suena bien —responde, su voz de alguna manera incluso más sexy que
antes.

Piper toma todo el paquete de galletas y dice:

—Vamos, Avery. Vamos a sentarnos.

Sigo a las dos a la sala de estar, tratando de mantener mis ojos fuera del
balanceo de su culo mientras camina delante de mí.

Piper se sienta en el sofá, y Avery se sienta a su lado. Me siento en el


sillón, cerca del extremo de sofá de mi hija.

Piper se sienta con las rodillas de lado en el sofá, enfrentando a Avery con
su espalda hacia mí. Avery se retuerce en su asiento, y tengo una completa
vista frontal de ella.

Está usando unos pantalones cortos color caqui y una túnica rosa suelta
que parece engazar sus tetas. Tomo un sorbo de mi cerveza para forzar
mis ojos a apartarse de ella. Cuando tomo aire, descanso la lata en mi
rodilla y la miro fijamente.
Se hablan entre si mientras escucho, mis ojos fijos en la cerveza. Una vez
que me acostumbro a escuchar tanto la voz de Avery, mi polla se establece
y soy capaz de escuchar lo que realmente están diciendo.

No puedo creer cómo Avery va al ritmo con todas las preguntas de Piper, y
siempre tiene otra lista en respuesta. Parecen tener algún tipo de
conexión.

Mientras más tiempo me siento ahí y las escucho, más agradecido estoy
por Avery llevando a Piper de compras. Quizás es momento de que
reconozca que no puedo hacer la mierda femenina después de todo. Y Dios
sabe que va a ser más difícil y más serio que comprar sostenes.

Fue bastante suerte que Avery se moviera al lado. Por el bien de Piper.

—¿Qué hay de ti, Knox? Estás horriblemente callado —dice Avery.

—¿Ah?

—¿Prefieres tener visión de rayos X o poder de leer mentes? —pregunta


Piper.

Levanto mis ojos hacia ellas y exhalo.

—Fácil, visión de rayos X —digo. Si tengo visión de rayos X podría ver


directamente a través de ese top rosa que está usando Avery.

—Bien, tu turno para hacer una pregunta —dice Piper.

—¿Lo es? De acuerdo. Avery, seguramente tienes algunas herramientas


eléctricas duras. ¿Qué estás haciendo con ellas?

—Yo...eh…yo... —explica ella, su cara más roja que un Ferrari.


—A menos que estés trabajando en un pequeño motor fuera de borda. En
cuyo caso, puedo ayudarte con ello.

—Sí, mi papá es realmente bueno arreglando motores —indica Piper.

—Incluso si no necesita reparación, los motores pueden siempre usar un


servicio —dije.

—Es un taladro, estaba colgando fotos. Decorando la casa nueva, ya


sabes.

—Bueno, si alguna vez necesitas ayuda con la perforación, solo tienes que
preguntar. Estaría más que feliz de ayudarte. Aunque normalmente no uso
herramientas eléctricas para colgar una foto. Me parece más satisfactorio
un buen martillo a la antigua para clavarlos a la pared.
Traducido por DariiB
Corregido por M.Arte

No voy a mentir. ¿Es posible salir corriendo de su casa, subir a mi auto y


nunca poner los pies en esta ciudad de nuevo?

No hay forma de que no se estuviera refiriéndose al Xtreme Buzz, ¿verdad?


Por favor díganme que no me vio. No podía, el ángulo estaba demasiado
bajo, a menos hasta que mi cuerpo comenzó a contorsionarse y retorcerse
involuntariamente.

Necesito un agujero para arrastrarme en este momento. O que la tierra se


abriera y me tragara completa.

Ugh, y él se ofreció a venir a perforarme. Y clavarme. No, no, no. Incluso si


él es caliente, sentado allí en su camiseta apretada, mostrando sus
poderosos brazos.

Me pregunto cómo es en la cama.

—Nunca veo a nadie visitándote. ¿Tienes novio? —pregunta Knox

—No, papá, Avery no tiene novio. Rompió con el suyo hace seis meses, y es
por eso que se mudó aquí —dijo Piper
—Gracias, Piper. Creo que Avery puede hablar por si misma —indicó Knox.

—Piper está haciendo un trabajo genial, ¿verdad? —le digo a ella. Ella
puede contestar sus preguntas mientras me escabullo.

—Solo estoy tratando de llegar a conocer a mi nueva vecina, es todo —


responde Knox.

Divertido, no quiso llegar a conocerme cuando traje las cervezas y le dije


que quería llegar a conocerlo. Obviamente, sabe lo que estaba haciendo
más temprano, y ve esto como una oportunidad para el sexo conveniente.
Imagínalo.

—No hay mucho que decir, realmente. Esta es mi primera casa, la compré
con un avance en mi reserva, y me gusta el chocolate.

—¿Eso es todo? —pregunta Knox.

—Eso es lo principal.

—¿De qué son las fotos?

—¿Qué fotos?

—Las que estabas colgando. Con tu taladro.

Mis mejillas se ruborizan otra vez. Caminé directamente hacia eso.

—Nada emocionante, flores en los campos y otras cosas.

—Eso es decepcionante —dice Knox, sonriendo.

Se inclina hacia delante en su silla, y coloca la lata de cerveza en la


gastada mesa de café. Cuando se endereza, tiene un serio problema de
hombre extendiéndose. Como si estuviera tratando de decirme que su
polla es tan grande que tiene que sentarse con sus piernas abiertas para
acomodarla.

O quizás quiere que la mire. Niego a dejar a mis ojos ir allí.

—Ya sabes, en la universidad una vez hice un estudio sobre el lenguaje


corporal, y cómo decir si a un chico le gusta una chica en particular. —Es
mi débil intento de devolvérsela.

—¿Qué clase de curso estabas tomando donde tenías que hacer un estudio
como ese?

—Estudios conductuales. —Dejo de lado la parte del contexto sexual.


Tomé la única clase cuando comencé a trabajar en el blog, así que al
menos sonaría un poco creíble.

Knox gruñe.

Yo suspiro.

—De cualquier manera, ha sido bueno pero es tarde, y tengo algo de


trabajo que hacer en la mañana antes de irnos de compras —digo,
poniéndome de pie.

Piper salta y me da un abrazo.

—No pudo esperar —dice.

—Vamos a tener una explosión —expongo, abrazándola de vuelta.

Knox no se mueve de su posición. La mayoría de la gente se levantaría y


llevaría a su invitado a la puerta, no él, aparentemente.

—Gracias por la cerveza —digo.


Él gruñe.

—Está bien, entonces. —Camino hacia la puerta principal.

—Oye, Avery —dice Knox, deteniéndome en mis pasos.

—¿Si?

—Gracias por llevar a Piper de compras. —Bloquea sus ojos en los míos, y
una piscina de calor se forma en mi centro.

—Es un placer —explico, y huyo de la casa antes de hacer algo estúpido,


como pedirle que me ayude a colgar algunas fotos.

Es por la mañana, y necesito rodar un video antes de llevar a Piper de


compras.

Este se llama "No seas Molesto".

—Mi ex siempre solía hacer este ruido que sonaba como un juguete de
apretón desgastado. No lo hacía cuando estaba cerca de un orgasmo, lo
que hubiera sido entendible. No. Lo haría cuando quisiera. Como si el
ruido fuera de alguna manera a colocarme en el clima. No lo hizo. Nunca.

Mi discurso sobre Nathan continúa:

»Es cierto que nunca tuve las agallas de salir y decirle que se detuviera con
su estúpido ruido, pero, créanme, chicos, lo insinué mucho. Pero nunca
tomó la pista. Así que aquí es donde viene el consejo de hoy. Pongan
atención a su amante. Si ustedes hacen algo y ellos se estremecen,
probablemente no deberían hacerlo de nuevo. Si lo haces, y se estremecen
de nuevo, definitivamente no deberían hacerlo otra vez. Recuerden,
siempre complace a tu compañero, y ellos te complacerán.
En lugar de apagar la cámara, descargo toda mi frustración sexual. Puedo
editarlo más tarde. Ahora, simplemente se siente bien decirlo en voz alta.

¿Por qué me tomó tanto tiempo dejar a Nathan? Me maldigo cada día por
permanecer con él durante tantos años. Son cuatro años de mi vida que
nunca recuperaré. Podría haber encontrado a alguien más y haber sido
feliz.

Y tener un montón de sexo y no sería un fraude de internet, la forma en


que soy ahora.

Piper y yo estábamos saliendo a la una. Necesito almorzar primero, pero


un pensamiento me golpea. Rápidamente cambio mi polera así no estoy
usando la misma ropa como en el video y golpeo grabar.

—Sé que mis páginas generalmente están dirigidas a las parejas en


relaciones, pero hoy quiero hablar sobre el sexo casual. Porque no todos
siempre podemos estar en una relación la mayoría del tiempo, ¿verdad? Y
tenemos necesidades. Necesidades que algunas veces no se pueden
cumplir por nuestra cuenta, no importa cuán poderosos sean nuestros
juguetes. ¿Así que, qué hacemos? ¿Suprimir esos impulsos? ¿O encontrar
a alguien para rascarlos? Digamos que alguien con quien nunca estarías
interesado en tener una relación, porque es un idiota o lo que sea. Estaría
interesada en escuchar sus opiniones sobre este tema, solo comenten en
este video y quizás podemos tener una buena discusión.

Espero que mis espectadores puedan decirme qué hacer, necesito su


ayuda, por primera vez.

—¿Encontramos a alguien con quien sabemos que podríamos nunca,


nunca tener una relación real, pero que encontramos realmente sexy? O,
¿solamente los encontramos en nuestras mentes y fantasías y
permanecemos solos hasta que empiece otra relación verdadera?
Paso el resto de la mañana editándolo. Impulsada por la ira que sentí
mientras lo grababa. Subo mi video originalmente previsto para la próxima
semana y posteo mi festival de perra para Nathan, "No seas molesto".
Después de un momento, publico el segundo también. Lo llamo “Folla
Amigos”.

El timbre suena, y me doy cuenta que es la una en punto y aún no he


comido. Me dirijo escalera abajo, y dejo entrar a Piper.

—Hola Piper. ¿Ya comiste? No he tenido tiempo, solo voy a tomar un


sándwich rápido.

—No hay problema. Lamento que no tuvimos postre anoche.

Me rio.

—No importa, fue divertido estar con ustedes, chicos.

—A mi papá realmente le gustas.

—¿Lo hago? Apenas dijo nada.

—Nunca habla mucho. Le gusta escuchar.

Quizás es por qué Piper habla mucho, y no tiene que hacerlo.

—¿Es así con todos?

Ella se encoge de hombros.

—No lo sé. Eso creo. Pero está de acuerdo conmigo en que eres muy
guapa, hermosa y divertida.

Me rio, ¿por qué ella está diciendo esto? ¿Es parte de su intento de
perforarme? ¿Él hablaba en serio cuando lo dijo? Cuando lo dijo por
primera vez pensé que era de verdad, pero esta mañana me pregunté si
estaba bromeando y decidí que era todo un intento de avergonzarme más
después de la cosa con el Xtreme Buzz.

Lo que me recuerda, que nunca debo hablar con él de nuevo. O incluso


verlo. Y definitivamente no lo puedo dejar de ver. Lo cual será complicado,
ya que vivo al lado y parece pasar mucho tiempo saliendo con su hija, pero
voy a encontrar una forma.

—¿Cuál es tu pizza favorita?

—Amantes de la carne —digo. Me estoy acostumbrando a sus rápidos


cambios de tema.

—Vamos a ordenar pizza hoy. ¿Vendrás, verdad?

Trato de mantener mi cara de lucir demasiado horrorizada mientras pienso


en una excusa para no ir.

—Realmente lo siento, pero tengo algo de trabajo y tengo que tenerlo


terminado para mañana.

—Pero mañana es domingo.

—No es justo, ¿verdad? Pero conoces a los editores.

—Eso es tan genial. No puedo creer que estoy viviendo al lado de un autor
real y vivo.

¿Cuánto tiempo puedo mantener esta fachada de escritora de libros?

—Sabes qué, soy buena comiendo una banana en el auto. ¿Lista para ir de
compras hasta caer? —Porque cuanto más rápido salgamos de aquí,
menos posibilidades hay de que él que me vea.
Traducido por Safir
Corregido por M.Arte

Piper insiste en que Avery venga por pizza después de sus compras. Bien
por mí, me gusta jugar con ella.

Aunque si no tengo cuidado, no podré controlar mi polla, y terminaré con


inclinarla sobre el mostrador de mi cocina. De hecho, olvídate de eso. La
quiero sobre su espalda para que pueda oír su voz de gatita teniendo sexo
mientras la hago ronronear.

Creo que también puedo hacer algo de trabajo mientras Piper está fuera, y
me dirijo al taller para trabajar un poco más en el Corvette azul. Mientras
estoy inclinado sobre el auto, no puedo evitar oír los ecos de la voz de
Avery mientras gemía por la ventana aquel día.

De pie, me vuelvo para mirar a su ventana y recordar la mirada en su


rostro. Si eso es lo que le hago cuando estoy a un metro de distancia, me
encantaría ver lo que hace cuando está en mis brazos.

Mi mente trabaja rápidamente con todo tipo de posibilidades para ella. Las
ideas son infinitas.

Excepto que un pensamiento me golpea. Piper.


El día en que quedó claro que era mi responsabilidad criarla, le prometí
que no la iba a exponer a una sucesión de chicas. Que le daría un entorno
estable para crecer tanto como un chico de veintidós fuera capaz de
proporcionar.

Trece años más tarde, no he roto mi palabra. No hay manera de que pueda
joder eso ahora.

Sin embargo, mi mente divaga hacia las formidables tetas de Avery bajo
esa blusa que llevaba la noche anterior. No puedo evitar preguntarme
cómo se ve desnuda. Me digo a mi mismo que no está para nada cerca de
lo que imagino, y que todo esto se está saliendo de control.

Necesito poner mi polla en control. Esto es lo que sucede cuando no tienes


sexo regularmente. No he follado a nadie desde que la Señora Coupland se
mudó. Eso es todo lo que es. Un caso serio de bolas azules.

Son casi las seis, y deberían estar en casa pronto. No entiendo cómo se
necesitan cinco horas para comprar sostenes.

Lo bueno es que no tenía que ir. Habría hecho que Piper tomara lo primero
que viera. Habríamos estado dentro y fuera de Target en cinco minutos.

De alguna manera no creo que Piper hubiera estado feliz con eso.

A pesar de todo, Avery vendrá por una pizza. Sería bueno que esta noche
tuviera la capacidad de levantarme y acompañarla hacia la puerta como
una persona normal. A diferencia de anoche, cuando tuve una furiosa
erección que no pude levantarme o cualquiera hubiera visto el
abultamiento gigantesco en mis vaqueros.

La única manera de resolver eso es con una liberación rápida, para evitar
que mi polla se excite demasiado cuando escuche su voz.
Minutos más tarde, estoy en el baño con la puerta cerrada, en caso de que
lleguen a casa en cualquier momento.

Mi polla dura está en mi mano y estoy haciendo lo mejor que puedo para
pensar en cualquier persona en vez de Avery. Pienso en Charlize Theron.
Pienso en Beyoncé. Pienso en Jennifer Lawrence. Pero mi mente sigue
regresando a los sonidos que hizo Avery cuando estaba aplastada contra la
malla de su ventana.

La memoria de cada pequeño sonido hace que mi polla se ponga más


rígida y mi espalda se tense. El hormigueo irradia de mi ingle hacia mi
cuerpo entero, y sigo acariciándome, recordando la mirada de su rostro
mientras se venía.

Quiero esa mirada para mí. Un estremecimiento me desgarra mientras


chorros de semen brotan de mi polla. Mierda, tengo que dejar de hacer
esto. Tengo que dejar de fantasear con ella mientras me masturbo.

Excepto que sigo diciendo eso, y sigo haciéndolo. Como si fuera una
especie de adolescente con su primer amor.

Después de limpiarme, me dirijo a la sala para relajarme mientras espero


que Piper y Avery lleguen a casa.

Le prometí pizza a Piper. ¿Cuál es la pizza favorita de Avery?


Probablemente es espinaca o algo femenino. Eso está bien, puedo ordenar
lo que sea, solo voy a conseguir una amante de carne para mí.

Ya que es después de las seis, pido dos pizzas, una amante de carne y una
vegetariana así no tendremos que esperarlas después de que lleguen a
casa.
A las seis y media, Piper vuela a través de la puerta, azotándola detrás de
ella. Sus brazos están cargados con bolsas. Supongo que gastó cada
centavo que le di.

Ella está a rebosar de adrenalina. Entra a la sala y deposita el contenido


de sus bolsas en el sofá.

—¿Dónde está Avery? —pregunto.

—Se fue a casa. Dijo que no se sentía bien. Piensa que no le cayó bien
algo.

Mierda. Se está escondiendo de mí. A lo mejor la hice pasar un muy mal


momento anoche.

Dejando a Piper para examinar sus provisiones, me dirijo hacia la puerta


de Avery y toco el timbre. Nada. Toco a la puerta. No responde. Pero sé que
está allí, así que golpeo un poco más fuerte.

—Avery —grito a través la puerta.

Silencio. Se está escondiendo.

Una sonrisa de satisfacción se forma en mi cara y me río en silencio de lo


mucho que la he inquietado. Otra vez.

El chico de la pizza llega mientras estoy de pie en su umbral. Regreso para


encontrarlo en su auto. Después de pagarle, tomo las pizzas y me pregunto
qué hacer con la vegetariana.

No toma mucho tiempo decidir dejarla en la puerta de Avery.


—Aquí está la pizza que te pedí. La dejo en tu umbral, puedes tomarla
después de que me vaya a casa, ya que sé que no quieres que pille tu gripe
y todo —grito a través de la puerta.

De vuelta adentro, pongo la pizza amante de carne en la mesa de la cocina


y saco dos platos.

—Pizza —grito.

Piper entra en la habitación, usando un atuendo diferente al que llegó a


casa.

—¿Esas ropas son nuevas? Son bonitas —digo, tratando de relacionarme


con la chica.

—Gracias. Avery me ayudó a escogerlas.

No me atrevo a preguntar por los sujetadores que fue a comprar.

—¿Así que te divertiste?

—Sí, Avery es tan impresionante. Y adivina qué, se divirtió mucho anoche


y realmente le gustas. Realmente le gustas, gustas.

Por eso tuvo que correr a casa y esconderse.

—Oh —le digo, no queriendo entrar en este tipo de conversación con ella.

Después de que la pizza se terminó, me siento y veo un desfile de Piper


modelado toda su ropa nueva en varias combinaciones. Afortunadamente
tampoco menciona los sujetadores.

Cuando se aburre de eso, vemos otro episodio de La Ley y El Orden antes


de irse a la cama.
Piper ha estado durmiendo por un tiempo, y agarro mi iPad para mi ahora
ritual nocturno de ver los videos de Avery.

Mis ojos casi salen de mi cabeza cuando veo el video de hoy, Folla Amigos.
Mi dedo vuela a través de la pantalla y hace clic en "ver ahora".

A diferencia de sus videos normales, este es puro y con emoción. Su ser


normal, fresco y controlado no está a la vista. En su lugar, está apelando a
sus espectadores para decirle si debe follarme o no.

Mi corazón golpea contra mis costillas. La he alterado. No hay una pizca de


duda en mi mente que este video es sobre mí.

Avery dijo que solo quiere sexo casual. Bien por mí, eso es todo lo que
quiero también. Solo que dijo que lo quería porque nunca estaría
interesada en una relación, porque soy un idiota.

¿Piensa que soy un idiota?

Lo que sea. Es una sentenciosa entrometida. Eso no tiene que detenernos


para pasarlo bien.

Se necesita todo mi autocontrol para no irrumpir allí ahora mismo y


follarla sin sentido.

Pero tengo que pensar en Piper.

Debe haber una manera de mantenerlo en secreto. La casa de Avery en el


día. Normalmente estoy en casa en el día. Podemos follar mientras ella
está en la escuela.

Solo tendríamos que asegurarnos de que Piper nunca, bajo ninguna


circunstancia, se entere. Nunca.
Y tenemos que ser claros desde el principio de que esto es puramente un
arreglo de folla-amigo. Uno conveniente, ya que vive al lado.

No puedo resistirme de comentar.

Ox Man: Él tampoco quiere una relación, ve a chupársela ya. Sabes


que estás muriendo por ello.
Traducido por Safir
Corregido por M.Arte

La voz ahogada de Knox llega desde el otro lado de la puerta, diciendo algo
acerca de dejar una pizza para mí.

Tengo la intención de dejarla, pero me doy cuenta de que los animales la


van a encontrar y harán un lío. Después de veinte minutos, abro la puerta
con un chirrido y la meto rápido. Está intacta, los gatos del vecindario y la
vida silvestre no la habían encontrado aún.

Al menos tengo la cena. La llevo a la cocina con la intención de calentarla


en el microondas antes de comerla frente a la televisión. Colocándola en la
encimera irremediablemente vieja y pasada de moda, tomo un plato y abro
violentamente la tapa.

¿Qué es esto? No hay pepperoni. Mis fosas nasales se dilatan mientras me


inclino y miro más cerca. No parece haber carne en absoluto. Bueno,
supongo que los mendigos no pueden ser selectivos, pero estoy muy
sorprendida de que un hombre robusto como Knox ordene pizza
vegetariana.

Está lleno de sorpresas.


El domingo, paso el día entero escondida en el interior. A pesar de que
hacen casi veintisiete grados afuera y no tengo ventiladores ni aire
acondicionado, todas mis ventanas están cerradas. La idea es fingir que no
estoy en casa. Y asegurarme de que él no puede oírme desde su taller, el
cual está demasiado cerca del límite de la propiedad, ahora que lo pienso.

No tengo que enfrentar a Knox si técnicamente no estoy aquí. Incluso si


técnicamente estoy aquí.

Me viene bien, ya que siempre hay más trabajo que hacer.

Arriba es insoportablemente caliente y el ambiente está cargado. El calor


libera cuarenta años de olores de la alfombra. No hay manera de que
pueda trabajar en mi habitación falsa. En su lugar, tomo mi computadora
y encuentro la habitación más fresca de la casa.

Es la horrible cocina, naturalmente. Por lo menos me da una motivación


extra para trabajar, así puedo ganar bastante dinero para remodelarla.

Lo primero que hago es revisar los comentarios en el video de Folla Amigos


que posteé ayer. Todavía no puedo creer que hice algo tan precipitado. Qué
embarazoso. Espero que mis espectadores me perdonen por ello.

Tengo la intención de capturar todos los comentarios, guardarlos en mi


computadora y borrar el video antes de que alguien más tenga la
oportunidad de verlo.

Excepto que solo hay dos comentarios:

Ox Man: Él tampoco quiere una relación, ve a chupársela ya. Sabes


que estás muriendo por ello.

Y debajo de eso, una hora más tarde:


Hung like a Donkey: Lo que dijo. Vete a coger perra estirada.

Lindo. Me esperaba algo de troll, pero también esperaba más de mis fans.

Especialmente de todas mis espectadoras femeninas. Bueno, tal vez no lo


vio mucha gente. Aparte de las setecientas ochenta mil vistas que está
mostrando.

Hago clic en el otro video que posteé ayer, mi discurso contra Nathan, el
video No seas molesto.

Hung like a Donkey: Estás más molesta que él.

Genial, el mismo troll otra vez. Hago clic en otro video.

Mel9424: Te amo, has traído tanta alegría a mi vida;);)

Sonrío, contenta de poder ayudar a alguien. Hay una docena más como
ese. Mis ojos siguen desplazándose por la pantalla, hasta que veo un
comentario que me llama la atención.

Hung like a Donkey: No sabes de lo que estás hablando.

Umm, está bien. Es el mismo troll de nuevo, y mi pulso aumenta.

Hago clic en mis videos antiguos. Hung like a Donkey ha comentado en


cada video.

Hung like a Donkey: Dices estupideces.

Hung like a Donkey: Eres estúpida, pero necesitas ser azotada.

Hung like a Donkey: Ve a conseguir algo así ya que sabes lo que


dices.
Y así sucesivamente.

Todos hechos el día anterior. Normalmente puedo ignorar a los trolls, pero
el hecho de que este chico haya comentado tantos de mis videos me
asusta. Lo reporto a YouTube, pero no puedo hacer mucho más.

Al segundo que he cliqueado denunciar abuso, llamo a Darla por


FaceTime.

—Echa un vistazo a mi último ataque de troll —digo al momento que


aparece en mi pantalla.

Los ojos pálidos de Darla vuelan por la pantalla mientras hace clic en su
navegador y en mis videos.

—¿Pero qué…? —dice.

—Ya sé, verdad. Lo he reportado, pero es extraño que haya publicado en


muchos.

—Asegúrate de tomar capturas de pantalla de todos ellos.

—Buena idea.

—Algunas personas tienen demasiado maldito tiempo en sus manos —


dice.

Mientras está hablando, capturo todos los comentarios antes de que


YouTube los quite.

Lo bueno de vivir con Nathan, no importa lo inútil que fuera el hombre, era
que cuando mis videos estaban sujetos a un ataque troll, no era solo yo en
la casa. Tenerlo en la cama a mi lado me hacía dormir un poco más fácil.

Ahora solo somos yo y una almohada de gran tamaño para consolarme.


—Y bien, ¿cómo te va? ¿Algo nuevo? —pregunto.

—¿Quieres decir que si tengo más chismes de Nathan? —Darla guiña dos
veces a la webcam.

—No, no me digas nada sobre Nathan. Lo digo en serio. ¿Cómo estás tú?

—Estoy bien, nena. Encontré un nuevo hombre. Bueno, si es que tiene la


edad suficiente para ser llamado hombre.

—Por favor, dime que tiene edad suficiente para beber. —¿Esto tiene que
ver con que pronto cumpla treinta?

—Por supuesto, de lo contrario, ¿qué tan aburrido sería? Ya tiene edad


suficiente para beber durante un año entero.

—¿Cómo sabe lo que está haciendo en la cama? ¿No se viene demasiado


rápido?

—Oh diablos, no, le estoy enseñando. Esa es la diversión. A este chico no


le importa seguir las instrucciones.

—¿Cuánto tiempo ha pasado? No lo conocías la última vez que hablamos.

—Es un aprendiz rápido. Digamos que lo moldeo como el hombre de mis


sueños. —Darla mueve sus manos, imitando la forma masculina perfecta.
Comienza amplio en la parte superior, descendiendo en forma de V.
Cuando sus manos se encuentran, le da la vuelta una y simula agarrar
una entrepierna.

Resoplo.

—Estás loca.

—¿Y tú no? ¿Tuviste más problemas con el Sr. Sexy de al lado?


—No —digo, girando mi cara para que no pueda decir que estoy mintiendo.

—Bien. Dímelo el viernes, ya que ahora estás ocultándomelo.

—En fin —vacilo—, voy a ir contigo y a quedarme por el fin de semana.

—¿Qué? De ninguna manera, iré a visitarte a tu nuevo lugar.

—Absolutamente no vendrás aquí. Echo de menos ir a nuestros viejos


lugares, iré contigo.

—No. Va. A. Ocurrir. Necesito verlo en carne y hueso. Si vienes aquí, deja
tus llaves debajo del tapete porque me quedaré en tu casa este fin de
semana, contigo o sin ti. —Es su voz de no-te-metas-conmigo. La que
todos saben que es para los negocios. Estoy segura de que su nuevo chico-
juguete está muy familiarizado con ella. Si dice que vendrá, vendrá. Si no
estoy aquí y no dejo la llave, dormirá en su auto en la entrada.

—Pero…

—Sin peros. No pienses que puedes correr y esconderte de presentarme a


tu vecino. Porque sé que eso es lo que estás tratando de hacer aquí.

Bueno, está equivocada acerca de una cosa, definitivamente no es lo que


estoy tratando de evitar. A menos que esté bajo el amparo de evitar todo
contacto con Knox.

No va a ser posible evitarlo para siempre, ¿verdad?

Ugh. La realidad del pensamiento es un golpe en mi estómago.

Pero puedo esconderme un poco más, darle tiempo para olvidar. Hacer la
situación un poco menos reciente.

Darla y yo hablamos un poco más antes de despedirnos.


Me sumerjo de nuevo en mi trabajo, la planificación de los videos que voy a
grabar esta semana. Tengo que colocar dos productos. Afortunadamente
ninguno hace ruidos.

Mi timbre suena, y me hundo en mi asiento contra la mesa de la cocina,


aunque estoy a la vuelta de la esquina de la puerta, y no hay manera de
que nadie pueda verme.

—Avery —dice Piper al otro lado de la puerta.

Estoy aliviada de que sea solo ella, pero aun así no quiero verla por si le
dice a Knox que no estoy enferma después de todo. Siempre hay una
buena posibilidad de que me invite a su casa para más pizza o postre.

Golpea la puerta, aunque no con tanta fuerza como su padre. Consumida


por la culpa, me congelo en el lugar para permanecer en silencio.

La ranura de la correspondencia se cierra de golpe, y la casa se queda en


silencio nuevamente. Me asomo por la esquina. Un sobre blanco está en el
piso.

Recupero el sobre y lo abro. Es una tarjeta casera, con un dibujo


sorprendentemente bueno de las dos comprando juntas. Gracias está
escrito en letras púrpuras redondas en la parte delantera.

Dentro, escrito con pluma púrpura, dice:

Querida Avery,

Muchas gracias por llevarme de compras. Me divertí mucho y es muy


agradable tener sostenes bonitos. Espero que podamos hacerlo de nuevo,
me encanta salir contigo.
Mi papá también te agradece. Dijo que eres súper simpática y divertida, y
que tenemos suerte de que vivas al lado de nosotros. También dijo que
puedes ir por pizza en otro momento.

Y que piensa que eres muy bonita.

Piper xoxo

Mi corazón estalla. Es tan dulce. En realidad tuve un montón de diversión


yendo de compras con ella. Me pregunto si es posible pasar el rato con ella
y tener cero contacto con su padre.

Aunque me pregunto por qué me está diciendo todas las cosas que él
supuestamente está diciendo de mí.
Traducido por AstraBasha
Corregido por M.Arte

No he visto a Avery en días. Ya es miércoles. Obviamente está marcada por


mis comentarios de perforación. A pesar de que publicó el video de Folla
Amigos después de esa conversación. Incluso ahora el video ya no está.

¿Cambió su mentalidad de querer un folla amigo? Yo no. Mientras ella esté


de acuerdo con la parte de no tener una relación.

Avery debe de sentirse como una impostora, posteando todos esos videos
de cómo tener sexo, cuando parece no estar teniendo algo para ella. No es
de extrañar que quiera un folla amigo. No es solamente por sus
necesidades corpóreas, necesita uno para su trabajo.

Le estaría haciendo un gran servicio.

El lunes, ni siquiera atendió a su puerta, sin importar cuánto toqué. Ayer,


no atendió a su puerta, sin importar cuánto traté de hablar con ella desde
el otro lado de la puerta y las ventanas estaban cerradas. Es
impresionante cómo mantiene todas sus ventanas fuertemente cerradas,
ya que ha hecho más de veintisiete grados cada día y ni siquiera he usado
una camisa en toda la semana.

Hoy tengo una táctica diferente.


Escucho cerrarse la puerta delantera de Avery y troto al frente de su casa.
Probablemente piensa que fui a recoger a Piper de la escuela, como
normalmente lo hago. Pero no hoy, le pedí a la mamá de su amiga si podía
recogerla y llevarla casa.

—Hola —digo, rodeando la esquina de su casa. Está en su entrada para


autos, usando un ligero vestido sin mangas, el cual quiero quitar en este
preciso momento. Debe haber tomado un descanso y salido en busca de su
auto. Me dirijo hacia ella.

Me mira como un ciervo a los faros, y una amplia sonrisa se forma en mi


cara.

—Knox —dice cuando estoy cerca de ella.

—Gracias por llevar a Piper de compras.

—No hay problema, cuando gustes. Es una niña fantástica. Has hecho un
buen trabajo, considerando que su madre está en África. Quiero decir, lo
que está haciendo es noble, pero su prioridad debería ser su hija.

¿África? ¿De qué demonios está hablando Avery? Concentrándome en mi


meta, ignoro su comentario.

—Es una buena niña —apunto.

—En fin, es mejor que me vaya —indica, dándose la vuelta y alejándose.

Por reflejo, estiro el brazo y la agarro de la parte superior de su brazo para


detener su huida, antes de que pueda esconderse nuevamente. En el
momento en que mi mano toca su suave piel, una oleada de algo se
precipita desde mi mano hasta mis pies.
A juzgar por la manera en que mira al cielo y traga, también siente lo
mismo.

—Nunca he visto a un hombre aquí.

—Nop —dice, y deja sus labios levemente separados.

—Estaba bromeando el otro día acerca de que no tuvieras un hombre


cerca. Pero lo digo en serio, si necesitas ayuda con algo, estoy aquí. —
Libero su brazo.

—Oh —expresa, volteándose para enfrentarme. Nuestros ojos se


encuentran y la misma oleada explota por todo mi cuerpo.

—Ya sabes, cualquier cosa —digo, alzando las cejas.

Su nariz se arruga y sus hombros tensos caen.

—Escúchame bien. Soy soltero, eres soltera. Ambos tenemos deseos que
deben saciarse. Ambos sabemos que te encontré… bueno, ya sabes, la
cosa de la ventana.

Los ojos de Avery se abren y sus mejillas se sonrojan. Se voltea para huir
nuevamente y una vez más la tomo del brazo. A pesar de que la estoy
tocando, estamos a un brazo de distancia.

—Déjame ir.

—Solo déjame decir lo que quiero decir, luego puedes ir a esconderte de mí


a tu casa nuevamente.

Avery deja escapar un largo gemido, su otra mano volando a su boca para
detenerlo.

Sonrío.
—Ese es un sonido que me gustaría escuchar más, porque enserio, tienes
la voz más sexy que jamás he escuchado. Ese día… —Hace una mueca al
recordarlo—, cuando me gritaste por la ventana…

—Oh Dios, ¿fue tan ruidoso? —dice, mirando hacia el suelo.

—Ese sonido me hizo querer derribar tu puerta y ayudarte. Solo digo que
esto es algo mutuo. No tiene sentido que tengamos que hacer lo que
estabas haciendo en la ventana.

—No fue por ti, ¿sabes?

—Entonces, ¿por qué mirarme por la ventana mientras lo hacías? Estabas


a tres metros de distancia. Obviamente querías que lo viera.

—Definitivamente no quería que lo vieras —dice, alzando su voz en señal


de protesta.

—Pero lo hice, así que aquí estamos. No tiene sentido alargar tu


sufrimiento —digo, sonriendo con suficiencia.

—¿Mi sufrimiento? ¿Qué hay del tuyo? Porque para mí, parece que tú eres
el que me desea —expone con el ceño fruncido.

—Seamos claros, esto es solo acerca de un deseo. Nada, y quiero decir


nada más.

—Bien, porque nada más podría pasar.

—Exactamente. No me gustas. No te gusto. Solamente tenemos


necesidades.

—¿No te gusto?
—Y qué si no me gustas. —Mierda, es la cosa más estúpida para decirle a
una mujer—. Me gusta tu cuerpo. Y tu voz. Realmente me gusta tu voz.

—Ya has dicho eso.

—Quiero decir, no quiero una relación contigo; porque tengo a Piper y ella
es mi prioridad. Pero definitivamente quiero satisfacerte.

Avery se ríe, el sonido hizo correr la sangre en mis venas. Me acerco a ella,
y deslizo mi mano sobre la piel desnuda de su hombro.

—Nunca he hecho la cosa del sexo. —Hace una pausa—, totalmente


casual.

—No te preocupes. Probablemente nunca has tenido a un hombre que te


complazca.

—Claro que lo he tenido.

—No realmente. No de la manera en la que puedo hacerte sentir.

—¿Ah, sí?

Sus ojos vagan por mi torso sin camisa. Se quedan clavados durante un
minuto en mi paquete de seis, antes de posarse en mi entrepierna. Mi polla
se endurece bajo el calor de su mirada, y sonríe.

—Mira, podemos ayudarnos mutuamente. Sin ataduras.

Deslizo un dedo calloso por su sedoso cabello, bajando por su mejilla, mi


polla endureciéndose más.

—¿Sin ataduras?
—Tenemos que estar de acuerdo en eso desde el principio. Esto es
meramente para satisfacer nuestras necesidades. No es el indicio de una
relación.

—Puedo estar de acuerdo con eso. —Avery sonríe y muerde su labio


inferior.

Incapaz de resistirme, deslizo mi pulgar por sus labios carnosos. Los labios
carnosos que he estado viendo y visualizando sobre mi polla todas estas
noches con mi iPad. No me detiene, en su lugar su lengua se abre paso
entre ellos y conecta con mi pulgar.

Jesús, ¿por qué tardó tanto en salir de su casa? He esperado todo el


maldito día y ahora Piper está a punto de llegar a casa.

Cierro la distancia entre nosotros. La turgencia de sus pechos se presiona


contra mi pecho expuesto. Mi polla se contrae en mis shorts.

—Pero por encima de todo, Piper nunca debe siquiera sospechar algo.
Nunca —digo.

—Bien.

—Es jodidamente en serio. Ni siquiera un ápice. No vengas a tocar a mi


puerta en la noche porque quieres un poco. No le des a entender que has
tenido una conversación conmigo. Nada.

—Tienes razón, por supuesto que nunca debe enterarse. Es una niña. No
necesita, ni quiere, pensar en la vida amorosa de su padre.

Niego con la cabeza.

—No la vida amorosa, la vida sexual.


—Lo que sea, eso es incluso peor. ¿Qué pensaría si descubre que he
estado durmiendo con su padre?

—Bien, estamos de acuerdo. ¿Algún término que quieras añadir?

Me inclino, nuestros labios a una pulgada de distancia.

—¿Realmente no te gusto? —pregunta.

—¿Te gusto?

Avery no dice nada.

—No lo creo —digo, presionando mis labios contra los de ella.

Jesús. Mi polla se agita. Son tan increíbles como he imaginado. Suaves y


carnosos, mis labios se pierden en ellos de la misma manera en la que se
perderán en los labios de su coño.

El sonido de un auto rodeando la esquina golpea mis oídos, y retrocedo de


un salto de Avery.

—Maldita sea, ¿por qué tardaste tanto en salir de tu casa? —protesto.

—No lo sé.

—Mañana en la mañana haznos un favor a los dos y atiende tu maldita


puerta.

—¡Papá! ¡Avery! —grita Piper, azotando la puerta del auto detrás de ella.

Mi polla languidece a una velocidad record, me volteo para saludarla.


Corre a toda velocidad hacia nosotros.

—¿Te sientes mejor Avery?


—Sí, estaba a punto de ir de compras al supermercado —dice Avery—. Me
tengo que apurar si quiero llegar al banco. —Tranquila, realmente
tranquila Avery.

—Vamos cariño, vayamos a casa. Avery tiene prisa.


Traducido por AstraBasha
Corregido por M.Arte

Entro en mi auto, pero olvido lo que iba a comprar en la tienda ¿En serio
acaba de pasar eso?

Mi cuerpo hormiguea por todas partes. El chico súper sexy de al lado me


besó y mañana por la mañana vendrá por más.

Knox y yo acordamos ser folla amigos.

En el día, al parecer. Eso me viene bien, me enrollaré en un placer por la


tarde.

Seguro, de esta manera no estaré atada a un hombre en la cama por la


noche, pero esto ciertamente soluciona el hecho de que le dé consejos
sexuales a las masas, a pesar de que llevo el estilo de vida de una monja.
Aún no hay una relación en mi futuro inmediato, y, sin duda, no quiero
una relación con Knox.

Sus términos son perfectos para mí. Es como si hubiera leído mi mente.

Maldición, por la forma en la que besa, sabe lo que está haciendo. Dios
mío, la manera en la que sabía, pensé que mis rodillas cederían. ¿Qué más
puede hacer con esos labios?
No más poderosos vibradores para esta mujer.

Apenas puedo esperar para mañana. La primera cosa que voy a hacer es
deslizar mis manos por todos esos músculos cubiertos con tatuajes,
aquellos que he estado viendo por la ventana. La segunda cosa, es ver si
ese bulto en sus pantalones es tan grande como se veía hoy; porque no se
puede negar la furiosa erección que tenía hace un momento, pero maldita
sea, Nathan seguro que nunca tuvo algo tan grande en sus pantalones.

Quiero presionar mi cuerpo contra su erección en este momento. ¿Por qué


me oculté en mi casa toda la semana?

Está bien. Han pasado casi seis meses desde que tuve sexo. Una noche
más no hará la diferencia. Además, necesito tiempo para calmarme y
recomponerme. La manera en la que mi mente trabaja ahora, como una
calenturienta adolescente, me hace avergonzar nuevamente.

Pensando en eso, Darla se va a morir cuando le diga.

No, probablemente va a agradecerle por hacer el arreglo y no tener que


hacerlo ella.

Sentada en el auto, cierro los ojos y trato de recordar lo que tanto


necesitaba que me arriesgué a dejar la casa. Probablemente sea leche, pero
he perdido el interés.

Salgo del auto y regreso a la casa.

Lo primero que hago es afeitar mis piernas.

A continuación, reviso mi gran colección de lencería, la cual me fue dada


gratis y semanalmente aumenta gracias a los diferentes diseñadores de
lencería que me mandan sus diseños para mostrarlos en mis videos.
¿Completamente traviesa o algo más domador como unas simples bragas
de satén azul?

Tengo toda la noche para pensar en ello, decidiré en la mañana.

En su lugar, paso la noche tratando de pensar en otras cosas. Reviso el


correo de mis fans y contesto algunas preguntas en las redes sociales.

Al terminar, todavía sigo animada y termino editando videos hasta después


de la media noche.

De alguna manera, resisto la urgencia de llamar por FaceTime a Darla y


decirle las buenas nuevas. Creo que tenemos que llevar a cabo este
acuerdo al menos una vez antes de que sea realmente oficial. Al menos al
parecer de Darla.

Una hora después, todavía con la idea dando vueltas en mi cabeza le envío
un mensaje:

No quiero hablar de eso ahora, pero aparentemente Knox y yo ahora


somos vecinos con beneficios. No llames, no contestaré, xoxo.

Querrá muchos detalles y hará toda clase de preguntas de las cuales no


tengo las respuestas en este momento. Como cuán grande y erecta es su
polla. Es mejor evitar la conversación por completo o Darla terminará
matando mi libido.

Doy vueltas en la cama una y otra vez. Cada vez que cierro los ojos, mi
memoria se inunda de su olor masculino, la sensación de sus labios sobre
los míos, estoy a punto de alcanzar y tocar sus poderosos bíceps.

Mi cuerpo ruega que alcance el Xtreme Buzz, pero no lo haré. No puedo.


Quiero llevar esta tensión hasta nuestra cita de mañana.
Sueño toda la noche con él y despierto húmeda. Olvídate de las bragas
azules, iré con la tanga de encaje negro con el sostén de encaje negro a
juego.

Después de ducharme, me los pongo y me pregunto qué ponerme arriba.


¿Usar solo una bata sería demasiado atrevido?, probablemente. ¿Qué
sucedería si alguien más toca la puerta, como un repartidor? Termino
usando un maxi vestido azul marino con la parte superior de atrás
escotada. Lo compré para la boda de la hermana de Nathan el septiembre
pasado.

Fue la noche antes de que rompiéramos para siempre, y la última vez que
tuve sexo. Pensé que era apropiado, y que estaría poniendo un buen punto
final a este período de sequía.

A las ocho, antes de que esté completamente lista, el timbre suena. Knox
está en mi umbral, en pantalones de chándal, una vieja camiseta y sin
afeitar. Está mal vestido y antes de lo que esperaba, pero no me quejo.

—Hola —digo, tratando de sonar relajada y entera, y no como la


desesperada y caliente mujer que-no-ha-sido-tocada-por-un-hombre-en-
seis-meses que soy.

—Avery —dice Knox, sonando muy serio.

¿Era todo una broma? ¿Se está retractando de su propia idea?

—¿Sí? —respondo vacilante.

—Necesito tu ayuda. Con Piper.

—¿Con Piper? ¿Qué pasa? —pregunto, frunciendo el ceño.

—Esta mañana tuvo su primer. Su primer… ya sabes.


—¿Período?

Los ojos de Knox se cierran lentamente y se abren de nuevo.

—Sí. Pero le duele, realmente mucho. No sé qué hacer.

—¿Cólicos?

—Está asustada —dice, con sus ojos suplicando.

—¿Le diste una bolsa de agua caliente?

—No —expresa confundido—. No tengo una bolsa de agua caliente.

—¿Cómo es que tienes a una chica de esa edad y no tienes una bolsa de
agua caliente? Necesitas estar preparado —lanzo mordazmente.

La cara de Knox cae.

—Iré a comprar una.

—Llevaré la mía primero. Iré a verla para calmarla y te daré una lista de
las cosas que tienes que comprar. Tienes tampones y esas cosas, ¿verdad?
—pregunto.

—Algunos. ¿Cuántos necesita cada mes?

—Depende —digo. Me siento mal ahora. Está confundido, debí haber sido
más servicial en vez de ser mordaz sobre la bolsa de agua.

Corriendo escaleras arriba, tomo la bolsa de agua del baño antes de bajar
y entregársela. Sigo a Knox por el césped y entro en su casa. Piper está en
pijama, recostada sobre el sofá.

—Hola Piper saludo, acercándome y sentándome en la esquina del sofá.


—Avery —dice, con una débil sonrisa en su cara.

—Tu papá me contó lo que está pasando. Te traje una bolsa de agua
caliente, tu papá la está llenando ahora mismo. Te ayudará mucho con tus
cólicos.

—Duele mucho —indica.

—¿Abajo? —pregunto, apuntando mi propio cuerpo.

—Sí, justo ahí.

—Es normal cariño, no te preocupes por nada. La bolsa de agua te


ayudará, además puedes tomar un poco de Tylenol y no tienes que
moverte de este sofá en todo el día. No te preocupes, es temporal.

Giro la cabeza hacia un lado y me doy cuenta de que Knox está allí,
escuchándonos. Se ve desesperanzado y mortificado.

—Gracias Avery —dice Piper, mientras tomo la bolsa de Knox y se la doy.

—Es tu papá quien la consiguió —digo—. Voy a buscar algo en la cocina.

Knox me sigue a la cocina, tomo una pluma y un bloc de papel de la mesa


para escribir una lista de lo que necesitara Piper.

—Gracias —dice.

—No hay problema. Obviamente estás confundido. —Se estremece y


añado—: Como lo estaría cualquier hombre. Voy a escribirte una lista de
compras. Ve a comprarla. Me quedaré con Piper para hacerle compañía.

—¿Puede ir a la escuela hoy? —pregunta.


—A pesar de que realmente quiero que vaya, eso sería cruel para la pobre
chica.

—Llamaré a la escuela y luego conseguiré la maldita lista.

Actúa como si ni siquiera recordara lo que se suponía que deberíamos


estar haciendo esta mañana.

Knox rápidamente me prepara un café y se va a la tienda. Me siento


nuevamente con Piper y me hace un millón de preguntas acerca de los
períodos. Contesto con mi mejor voz de YouTuber.
Traducido por Camifl
Corregido por M.Arte

Estoy de pie en el pasillo femenino de la farmacia, tratando de descifrar la


lista de Avery. ¿Cómo hay tantos tipos diferentes de cosas? Cosas de las
que no sé nada y que no quiero saber nada.

En mi carrito de compras, coloco cinco de todo en su lista. Cuanto más


compre ahora, menos tengo que venir a este pasillo. En lo que a mí
respecta, es el pasillo del misterio. No pertenezco aquí. La próxima vez voy
a comprar en línea.

En el camino a casa, estaciono a mi preciada posesión, mi Thunderbird '62


que restauré yo mismo, en el mejor restaurante de la ciudad. Ordeno una
pila de panqueques y dos pilas de gofres junto con una montaña de tocino
para llevar.

Me pregunto qué más querría Piper. Es difícil mantenerse a la altura de


sus gustos en estos días. O Avery. Debería traerle una ensalada de frutas o
algo así. Vete a la mierda.

Cuando llego a casa, entro por la puerta trasera, directamente a la cocina.


Dejando caer todas las bolsas de la farmacia en el suelo, puse las dos
bolsas de comida en el mostrador. Piper quiere gofres, tocino y un montón
de jarabe. Cargo su plato y se lo llevo a sala de estar.

Avery aparece a mi lado y dice:

—Algo huele bien.

—Gofres y panqueques. ¿Quieres un poco?

—Demonios, sí. Pero huelo tocino, ¿hay algo para mí?

Señalo la bolsa con el tocino.

—Sírvete tú misma.

Mientras pongo un plato para Piper, Avery rasga la bolsa de tocino. Su


nariz aparece en el contenido. ¿Qué esperaba?

—¿Esto es todo?

—¿Todo qué?

— ¿Todo el tocino que tienes? —pregunta, gruñendo.

—Hay toneladas allí.

—Es para tres personas.

Avery toma una pieza crujiente y toma un bocado. Miro inmóvil mientras
come toda la maldita cosa de la manera más erótica que jamás se ha
comido un pedazo de tocino. Cuando termina, ella lentamente chupa la
grasa de sus yemas de los dedos, sus labios se arrugan alrededor de cada
dedo. No puedo arrancar mis ojos de ella y creo que lo sabe.
Toda la noche he estado soñando con esos labios y lo que estaba
planeando poner entre ellos hoy. No puedo dejar de notar su escote hoy.
Debía estar usando algún tipo de sostén que mejoraba el tamaño, o no
había prestado suficiente atención a esa parte de su cuerpo, dado que
estaba concentrado en sus otros activos. Me maldigo por hacerlo, pero dejo
que mi mente se pregunte sobre lo que lleva debajo de ese vestido.

Me golpea el impulso de caer de rodillas y subir esa falda grande y larga


para averiguarlo. No es ningún secreto que está escondiendo un delicioso
par de piernas que necesitan ser exploradas con mi boca, pero ¿qué más
está cubriendo?

—Hay más —dije, señalando con la cabeza hacia la bolsa.

Una sonrisa tímida se forma en sus labios, y ella repite el proceso con otro
pedazo crujiente de tocino.

¿Está jugando intencionalmente conmigo? No puedo decidir. Pero si ella lo


está o no, ya estamos poniendo en riesgo mi regla más grande. Dije ningún
indicio de esto cerca de Piper. Y tengo que caminar allí y entregar a Piper
su comida, pero no puedo hacer eso ahora mismo porque tengo un enorme
poste de tienda en mis pantalones deportivos.

Sacudiendo la cabeza, miro hacia otro lado para mantener mi enfoque en


Piper. Me aclaro la garganta y pienso en todo excepto en Avery. Cuando
eso no funciona, pienso en la forma en que Avery me dijo que era un papá
de mierda por no estar preparando las cosas de Piper esta mañana.

Cuando termino de apilar comida en el plato de Piper, la llevo a la sala de


estar.

—Guau, gracias, papá —dice Piper, sentándose en una posición sentada.


—Cualquier cosa para ti, cariño.

En mi camino de regreso a la cocina para arreglar mi plato, paso delante


de Avery. Su plato está lleno de alimentos más de lo que creo que puede
tener físicamente en su cuerpo apretado. Ni siquiera puedo ver la parte
superior de sus gofres porque están cubiertos de tocino. Ella no estaba
bromeando sobre el tocino. Espero que haya dejado mucho para mí.

Dos piezas. Dos jodidos pedazos de tocinos frágiles y no crujientes.


¿Realmente pensaba que iba a ser suficiente para mí?

Junto el resto de la comida que queda en mi plato, todavía refunfuñando


sobre la falta de carne, y me uno en la sala de estar.

Piper está sentada al lado de Avery en el sofá, ambas disfrutando de su


tocino. Me siento en el sillón.

Avery me mira, sonriendo, mientras dice:

—Reembolso por la pizza vegetariana. —Antes de rellenar un trozo de


tocino en su boca de la misma manera erótica.

La ignoro y empiezo a llenarme la boca con el desayuno.

¿Debería preguntarle a Piper cómo se siente? ¿Qué se supone que debo


decirle? ¿O debería estar fingiendo que todo es normal?

Esta es la nueva normalidad. Solo otro signo de que mi niña se ha ido.

Solo desearía saber qué decirle. Ya era bastante malo que no supiera qué
hacer por ella esta mañana. Ahora ni siquiera sé cómo actuar.
Ellas se quejaban acerca de Dios sabe que, mientras intento de hacer
sonidos de vez en cuando. De lo contrario, miro a la televisión. La Ley y el
orden. Por supuesto. Eso está bien, Piper se lo merece hoy.

Sea lo que sea este episodio es un misterio para mí. Mi cerebro está
atascado en el recuerdo de Avery lamiendo la grasa de tocino de sus dedos.
Y de su escote. Sigo observándola rápidamente, sus tetas redondas se
balancean con cada movimiento.

No puedo sentarme aquí más tiempo. Las cosas se pondrían incómodas.

—Lo siento, cariño, realmente tengo que hacer algo de trabajo. ¿Estarás
bien si voy al garaje y trabajo?

—Claro papá. Avery está aquí, así que adelante.

Forzando una media sonrisa a ella, me levanto y huyo de la casa.

Bajo el capó del Corvette azul, finalmente empiezo a relajarme. Esto es algo
que puedo entender. No chicas de trece años.

Pero Piper rápidamente desaparece de mi mente, y todo lo que puedo ver


son las tetas de Avery, al frente y al centro.

Esto es loco. Solo ayer acordamos lo de folla amigos. ¿Por qué me he


convertido en un adolescente caliente y desesperado durante la noche?
¿Solo porque no he estado dentro de una mujer desde que la señora
Coupland se mudó y perdí a mi niñera?

¿O simplemente porque he estado viendo los videos de Avery todas las


noches? Y porque sé lo jodidamente increíble que suena cuando se viene.
Necesito atrapar esos sonidos para mí y escucharlos en mis propios oídos.
¿Piper va a ir a la escuela mañana? No quiero empujarla. Pero mañana es
viernes, y Avery y yo vamos a tener que esperar todo el fin de semana si
Piper se queda en casa.

Y ahora mismo, no creo que pueda esperar todo el fin de semana. De


hecho, sé que no puedo.

Trabajo por un buen par de horas y hago un buen progreso en el coche.


Avery y Piper pueden conseguir sus propios almuerzos, tengo hambre,
pero sobreviviré. No hay forma de que pueda manejar estar cerca de Avery
ahora mismo.

—Oye —dice Avery. Su voz emite un escalofrío en mi espalda.

—Oye —digo, escabulléndome debajo del capó.

—Tengo trabajo que hacer, lo siento. Me encantaría sentarme con Piper


todo el día, pero tengo que trabajar antes de que oscurezca.

Yo sonrío.

—¿Oh? No sabía que los autores no pudieran trabajar en la oscuridad.

—Son mis ojos —expresa—. Me duelen cuando uso la pantalla en la


oscuridad.

Tengo que limpiar mis labios para dejar de reír y apretar mi mandíbula. No
quiero que ella sepa que sé lo que hace.

—Gracias por ayudar a Piper. Realmente lo aprecio —expongo, cambiando


de tema.

—Es una pena que su madre la haya abandonado por su trabajo de


caridad en África. Piper podría usar a una madre en días como este.
¿Qué mierda? Es la segunda vez que habla de África. ¿Qué le ha contado
Piper? Ni siquiera voy a entrar en esa conversación con ella. Solo porque
voy a follarla no significa que ella tenga que ir pegando la nariz en mis
asuntos.

Dudo y digo:

—Claro.

—De todos modos, le prometí a Piper que volvería a cenar. Espero que
esté bien contigo.

—No hay problema en absoluto. —Solo serán unas horas más de mí


escuchándolas hablar y tratando de no mirar las tetas de Avery.

—Gracias. Realmente solo necesito quitarme este hilo dental que me puse
para ti esta mañana. No es exactamente para ser usado por mucho
tiempo. Me ha estado matando todo el día.
Traducido por Camifl
Corregido por M.Arte

Como un animal, Knox se arroja sobre mí y me jala en sus brazos. Los


brazos masivos que he estado soñando tener a mi alrededor toda la noche
desde que me mudé a la casa.

Él enreda sus dedos cubiertos de aceite en mi cabello y me toma de la


cabeza. Mi corazón corre a un millón de kilómetros por hora. Esto es lo
que quería hoy. Mi cuerpo lo anhela. Lo necesita.

Su mejilla roza contra la mía, me rasca con su rastrojo y envía una ráfaga
de cosquilleos a través de mí.

—No puedes ir diciendo cosas así —gruñe Knox en mi oído.

Suspiro y digo:

—¿Por qué no?

Knox me aprieta el pelo y dice:

—Porque estás rompiendo nuestro acuerdo antes de que hayamos hecho


nada. Piper está en casa.

—Tú eres el que me sostiene.


—No me pongas a prueba, o volverás a jugar con tus juguetes eléctricos.

—Eso no sería divertido para ninguno de los dos —le indico, mi voz
sonora.

—No, no lo sería. Prefiero inclinarte en este auto ahora mismo y follarte


por la semana completa.

—Bien por mí.

Después de la anticipación de anoche y viendo el efecto que tenía en él en


la cocina esta mañana, sabía que me estaba mirando, no hay nada que me
quisiera más.

En un instante, me libera y se aleja.

—Deja de tentarme. Piper está en casa.

Knox me da la espalda y mete de nuevo la cabeza en el capó del coche. Tal


vez debo quitar mi hilo dental y lanzárselo. Probablemente se habría vuelto
loco.

—Siempre podrías entrar en mi casa por un momento. Piper no lo sabría,


ella cree que estás aquí.

Él gruñe.

—Nos vemos en la cena —digo y me alejo.

Qué encantador. Lo bueno es que él destila sexo. Y que necesito terminar


esta sequía antes de que me quede sin cosas que decir a mis espectadores.

Después de deshacerme de la tanga, me cambio en algo más en línea con


mi marca online, y me dirijo a mi habitación falsa.
Primero, publico el video de hoy. Es uno que grabé la semana pasada
sobre un servicio que envía pequeñas cajas de pétalos de rosa para
espolvorear en tu cama.

Tengo un par de videos que hacer hoy, pero lo más importante, tengo una
colocación de productos. Puse todo el equipo y comencé a grabar.

—Hoy, quiero compartir este gran y nuevo producto con todas ustedes
damas. Aunque supongo que a ustedes también les gustarán chicos, ya
sea para usarlos en sí mismos o en su mujer.

Sostengo una caja llamada Pink Curlies.

—Tal vez solo quieras sorprender a tu hombre, tal vez estás envejeciendo y
quieres cubrir el gris. Pink Curlies es un tinte para el cabello
específicamente para sus pubis. Viene en varios colores y, lo más divertido
de todo, viene con plantillas para que puedan terminar con formas como
corazones y conejitos en su pelusa.

Es fácil para mí sonreír ampliamente, como si fuera la mejor y más


divertida cosa de la que he oído hablar.

Me filmo vaciando el contenido de la caja en mi cama falsa, luego muestro


cada artículo incluido y doy un breve paseo por los pasos y lo fácil que es
usarlo.

Aunque en realidad no he probado este producto. Confío en el fabricante


cuando dicen que es fácil de usar. Normalmente pruebo las cosas el día
anterior, pero de alguna manera no pensé que fuera una buena idea entrar
en mi primer encuentro con Knox con una pubis fluorescente.

¿Qué pensaría él? ¿Qué pensaría un hombre?


Cuando termino de rodar, me siento en mi escritorio para editarlo. Knox
está afuera, moviéndose alrededor del coche delante de su garaje. Suspiro,
recordando lo que sentía en sus brazos.

Me golpea la inspiración, así que rápidamente cambio mi top y le doy a


grabar otra vez.

—Bien chicos, escuchen. Hoy quiero hablar de la barba incipiente. Damas,


todos sabemos lo sexy que parece, ¿verdad? Especialmente en una
mandíbula fuerte. ¿Hay algo que muestre más la virilidad? No. Todos
estamos de acuerdo. Pero eso es de lejos. De cerca, duele. Pueden besar un
festival de rasguños y puede dejar la delicada piel de tu pareja cruda. Lo
peor de todo, chicos, al no afeitarse, están arriesgando que tu mujer no
quiera besarte en absoluto. Así que hagan un favor a los dos, y por
adelantado.

Divago un poco más sobre el rastrojo, y cuando tengo suficiente material


para usar, me siento de nuevo en el escritorio.

Esto es genial. Knox ya me está dando ideas para videos. En los últimos
meses, mis videos han perdido su entusiasmo y se han quedado obsoletos,
pero ahora, ahora parece que mi carrera se ha salvado.

Mirándolo por la ventana, me golpea con otra idea. Me cambio de nuevo mi


top y me ubico frente de la webcam.

—Hoy quiero hablarle a ambos, hombres y mujeres por igual. Este tema no
se trata tanto de cómo hacer las cosas, sino de cómo ver las cosas. A
menudo recibo correos electrónicos y comentarios de ustedes acerca de
sus luchas para conseguir encenderse por su pareja. En vez de mirar sus
cuerpos, quiero que miren las cosas que hacen todos los días que son
sexy. Cosas simples. Por ejemplo, ¿hay algo más sexy que un hombre
haciendo todo lo posible para cuidar a su hijo? Supongo que va al revés,
también. Está todo en cómo miran las pequeñas cosas, y cuánto aprecian
esas cosas, tu corazón se suaviza por ellas. Y cuando eso suceda, estás
obligado a mirarlos de otra manera.

Sé que miro a Knox de forma diferente después de hoy. Es obvio que haría
cualquier cosa por Piper. Y eso de estar sobre su cabeza y fuera de su zona
de confort hoy lo estaba molestando. Pero eso no le impidió intentarlo.
Hasta que se fue corriendo al garaje de todos modos.

Sentada en mi escritorio, edito el video de Pink Curlies seguido por los dos
videos inspirados por Knox, lanzando miradas frecuentemente por mi
ventana hacia él. Después de cada mirada, me castigo. Pero eso todavía no
me detiene pensando en quitarme el top y llamarlo por la ventana.

Al final no lo hice, porque él parecía serio acerca de sus términos acerca de


Piper, y no quiero estropear las cosas en este momento. No cuando mis
videos están a punto de ser revigorizados del hombre más caliente jamás.

Se está haciendo tarde cuando termino de editar, y le prometí a Piper que


volvería a cenar. Es bueno no tener que comer sola en mi casa, y estoy
deseando ir allí.

Publico el video de la barba incipiente, pero guardo el otro video inspirado


en Knox para otro día.

Aparece un mensaje en mi bandeja de entrada. Mis hombros caen al leerlo.


Es una carta de formulario de YouTube, diciendo que están investigando
los comentarios de YouTube del tipo burro.

Frustrada, cerré mi portátil.

Sin ni siquiera pensar en cambiar mi ropa, tomo unas cervezas y salgo por
la puerta.
De pie en la puerta de Knox, toco el timbre.

—¡Avery! —dice Piper, respondiendo a la puerta. Juro que todo lo que sale
de su boca es una exclamación.

—Oye, ¿cómo te sientes ahora? —pregunto, entrando en la casa y


siguiéndola a la sala de estar.

—Bien, los calambres no son tan malos. Pero todavía duele.

—¿Crees que te sientes lo suficientemente cómoda para ir a la escuela


mañana? —Por favor, sí.

Ella se encoge de hombros. —Duh no.

Intento ocultar la decepción en mi cara.

—Veremos cómo te sientes en la mañana. ¿Dónde está tu papá?

—En la cocina, haciendo la cena.

—Voy a ver si necesita ayuda.


Traducido por Luna
Corregido por M.Arte

—Traje algunas cervezas —dice Avery, apareciendo en mi cocina.

Ella ha cambiado de ese vestido de loca dislocación, a pantalones negros y


una camisa azul brillante que reconozco de su video sobre cómo dar la
mamada perfecta. He visto ese video tantas veces, conozco cada punto de
esa blusa. Y he fantaseado acerca de rasgarla más veces de lo que me
importa admitir.

—Gracias. —Las tomo de ella y las pongo en la nevera.

—Huele muy bien aquí. ¿Necesitas ayuda con la cena? —pregunta, con voz
lenta y excitante.

Debería decirle que se vaya a casa y se cambie. O por lo menos ir y


sentarse con Piper. En su lugar, digo:

—Pon los tenedores sobre la mesa.

—Seguro.

Avery abre el cajón al que apunto y saca tres tenedores.


—Es gulasch1 —digo, de pie sobre mi maravilla de un solo recipiente.

—Me encanta el gulasch —expresa, pero no estoy seguro de si creerle.

Ella se acerca a mí, las longitudes de nuestros cuerpos tocándose. Esto es


peligroso, debe ir a la otra habitación. Pero primero, no puedo resistirme
de doblar mi cuello y frotar mis labios con su pelo. El contacto envía un
escalofrío por mi espalda, hasta los pies.

Mierda. ¿Por qué hice eso? Nunca he querido follar a nadie tan mal en
toda mi vida.

—Vuelvo enseguida —expresé, saliendo de la habitación.

Una vez que mi polla se calma, entro en la sala de estar. Piper todavía está
en el mismo lugar en el sofá en el que ha estado todo el día.

—Cena —digo.

—Bueno.

Me quedo y espero mientras Piper se extrae de las cosas apiladas alrededor


de ella en el sofá, la botella de agua caliente, el control remoto, el libro, su
iPad, y cualquier otra cosa con la que se está divirtiendo.

Si viene a la cocina ahora, Avery tiene que mantener su distancia.

Y no voy a terminar con Avery inclinada sobre el mostrador. Sigo


diciéndole no con Piper alrededor. Pensé que lo dejé claro.

Cuando volvemos a la cocina, Avery ya ha desprendido el gulasch y puesto


los platos sobre la mesa, junto con el arroz y la crema agria.

1
Gulash: es un plato especiado, elaborado principalmente con carne de res, cebollas,
pimiento y pimentón, originario de Hungría.
Avery y yo nos sentamos uno frente al otro, y fijo mis ojos en mi comida.
Ella y Piper charlan fácilmente, otra vez. ¿Cómo tienen tanto de qué
hablar?

—¿Qué hay de ti, Knox? —pregunta Avery.

—¿Huh?

—¿Qué quieres ver esta noche? —repregunta Avery.

—No me importa. Lo que quieran los dos. —No es que lo vean de todos
modos, hablan todo el tiempo.

—Piper quiere ver otra vez la ley y orden, pero creo que deberíamos tener
un cambio. ¿Estás de acuerdo? —indaga Avery.

—Me encantaría ver algo más que la ley y el orden.

—Bueno. Porque yo también. —Avery se vuelve hacia Piper—. Lo siento,


estás superada en número. No hay ley y orden esta noche.

—Entonces, -¿qué vamos a ver? —gimotea Piper.

—¿Qué tal algo divertido en vez de delito?

—¿Cómo qué? —pregunta Piper con la nariz arrugada de disgusto. A ella


no le gustan las comedias, dice que no tienen sentido. Sigo diciéndole que
el punto es relajarse y reír.

—Puede que no lo hayas oído. Podemos verlo ahora en Hulu2 —dice Avery
cambiando sus ojos a mí.

2
Hulu: es un sitio web que ofrece gratis, apoyado por publicidad, streaming de programas
de televisión y películas de NBC, FOX, y muchas otras redes y estudios. Actualmente sólo
se ofrecen a los usuarios en los Estados Unidos.
—¿Qué es eso? —pregunto. Esto será peor que la ley y el orden.

—Comunidad. ¿Lo has visto?

—Por supuesto que lo vimos, es el programa favorito de papá. ¿No es así


papá?

—Está bien, ahora estás hablando —le digo con entusiasmo, sorprendido
por esta diosa del sexo que mira el espectáculo y se siente bien sentada en
mi mesa. Excepto que ni siquiera puedo tocarla, aunque ella me esté
molestando para hacerlo.

Las dos hablan de sus episodios favoritos mientras terminamos de comer.


Incluso me uno, diciéndoles mis favoritos. Es agradable, en realidad, los
tres sentados aquí riendo así.

Cuando terminemos de comer, Piper dice:

—Voy a prepararlo y ponerlo en el episodio de la Guerra Civil.

—Buena idea —digo, y ella se levanta y salta de la cocina.

—Te ayudaré a lavar los platos —indica Avery de pie.

—No te preocupes, yo lo haré —respondo, deseándola fuera de la


habitación.

—Insisto. El gulasch estaba realmente delicioso, me impresionó que lo


hicieras tú mismo.

—¿Por qué? ¿No crees que un hombre pueda cocinar?

—Eso no es lo que quise decir. —Ella me mira, sus labios fruncidos y sé lo


que está pensando. No son hombres, soy yo.
—Tengo muchos talentos que aún no has visto —digo, poniendo los platos
en el lavavajillas mientras me los pasa.

—Sí, eso sigues diciendo. Pero ahora mismo, todo es hablar. ¿Cuándo vas
a empezar a mostrármelos?

Trago con fuerza, debe estar burlándose de mí. Jugando conmigo porque
sabe que no haré una maldita cosa con Piper en la casa. Tendría que
resistirme a ella, aunque se desnudara en este momento.

Mierda, no hay manera de que pudiera resistir eso.

Arreglamos el resto de la cocina en silencio, moviéndonos rápidamente sin


chocar uno con el otro.

Cuando terminamos, sigo a Avery a la sala de estar, sin siquiera intentar


sacar mis ojos de su culo. Piper está sentada en el sillón, el mando a
distancia en la mano.

—Oye, sal de mi silla —señalo.

—Pero, papá, he estado sentada en el sofá todo el día, necesito un cambio.

—Entonces, siéntate en el suelo.

Estoy de pie junto a la silla, listo para sacarla si no se mueve. No hay


maldita forma de estar sentado en el sofá con Avery. Un hombre solo no
tiene tanto control de sí mismo.

Piper recibe el mensaje y se mueve al sofá. Caigo en la silla, mis ojos en


Avery mientras se pone cómoda junto a Piper.
Miramos seis episodios completos de Comunidad, seis episodios de mí
tratando de no distraerme, antes de que Avery tome el mando y cambie al
canal de noticias.

—No he visto las noticias en todo el día —dice.

—Es aburrido. Veamos otra cosa —se queja Piper.

—De ninguna manera, has controlado la televisión todo el día, ahora es mi


turno —responde Avery.

—Ni siquiera vives aquí.

—Soy la invitada, y eso es aún más razón para dejarme elegir. —A Piper no
va a gustarle eso, siempre la dejo escoger.

Durante unos minutos vemos a la periodista hablando de economía, con


gráficos y más gráficos.

Los ojos de Piper brillan y ella dice:

—Estoy cansada de todos modos, me voy a la cama.

—Buenas noches, cariño —respondo.

—Buenas noches, Piper, espero que te sientas lo suficientemente valiente


como para ir a la escuela por la mañana —dice Avery. Amén a eso.

—Nos vemos por la mañana —expresa Piper mientras sube las escaleras.

Miramos las noticias, sin pensarlo. A las once, Avery levanta el mando a
distancia y dice:

—¿Qué quieres ver ahora? —Su voz es ronca y gotea de deseo.


—¿Por qué sigues aquí? ¿No dijimos ninguna relación?

—Esto no tiene nada que ver con una relación. Créeme. Yo estaba aquí
para Piper, y ahora estamos saliendo.

Me inclino y susurro:

—Mierda. Estás tratando de tentarme. Con Piper en la casa.

Sus cejas se elevan y sus ojos se ensanchan.

—¿Estoy tratando de tentarte? Tú eres el que ha estado tratando de


tentarme toda la noche. No creas que no te noto mirándome,
desnudándome con tus ojos. Me sorprende que mi parte superior no se
derritiera bajo el calor que viene de tus ojos.

Tan silenciosamente como puedo, me muevo de la silla al sofá,


sentándome a su lado. Demasiado cerca de ella, pero no puedo evitarlo.

Bajo mi voz y respondo:

—No niego que he estado pensando en tus labios envueltos alrededor de


mi polla.

Un ligero gemido sale de su garganta, y ella dice:

—He estado pensando en tus labios en alguna parte, también.

—Lástima que seas una gritona, o te exploraría con mi boca justo aquí,
ahora mismo.

—¿Qué pasa con Piper? —pregunta, su voz un jadeo.

Me siento como un adolescente con una cita en la planta baja, y no quiero


que mis padres sepan que me he metido furtivamente en la casa.
—Es una pesada durmiente —indico, y acaricio su mejilla con mi mano
áspera.

Va en contra de todo lo que me he prometido a mí mismo acerca de Piper,


pero mierda, Avery es demasiado para resistir.
Traducido por Luna
Corregido por M.Arte

Mi mejilla se estremece bajo el tacto de Knox, creando una flor de calor


entre mis piernas. Mi aliento es rápido, y no sé a dónde va esto.

Quiero decir, no podemos, Piper está arriba.

Ésa era su regla. Ahora es él quien la rompe.

Todavía sujetando mi mejilla, Knox aplastó sus labios contra los míos sin
disculpas. Nuestras lenguas se exploran, alimentando mi cuerpo con la
necesidad de más.

Sintiéndome audaz, puse la mano en sus brazos fuertes por primera vez.
Dios mío, su dureza casi disuelve mis bragas.

Sus brazos están sobre mi espalda, sus manos me atormentan


electrizando mi piel. Mis manos se mueven de sus brazos, a través de su
ancha espalda y alrededor de su frente. Mientras nuestras bocas están
trabadas, deslizo mis manos bajo el borde inferior de su camisa y las meto
en el estómago.

Esto es una locura. Este hombre es demasiado bueno para ser verdad.
Pensé que cuerpos como este sólo existían en las películas. Quiero
arrancarme la camisa y sentir mi piel contra la suya. Quiero meterme en la
cama con él durante toda una semana. Hay tantas cosas que quiero hacer
con él.

Knox besa mi mejilla y dice:

—Mierda Esto está mal. Tenemos que parar.

Sigo mi mano por las ondulaciones de su estómago, y descanso


ligeramente contra su polla. Él todavía está en sus pantalones de pista de
esta mañana, y la tensión contra la tela, tan dura como el resto de su
cuerpo.

Él no hace ningún intento de mover mi mano, y yo a pulgadas hacia la


cintura. Deslizando mi mano debajo, él gime cuando comienzo a explorar
su longitud completa, gruesa.

Lanza la cabeza hacia atrás y expresa:

—Tenemos que parar. Esto estuvo mal, tenerte aquí esta noche.

—Creí que dijiste que era una pesada durmiente.

Knox agarra pone su mano en mi muñeca y la saca de sus pantalones. Es


demasiado arriesgado.

—Tienes razón —digo, tratando de alejarme de él. Pero él no lo deja ir.

—¿Tienes idea de lo mal que quiero tus labios en mi polla? Especialmente


mientras llevas esa blusa.

—Eso conduciría a lugares altos —indico, mi mano presionada contra su


pecho.

—No tiene que conducir a ninguna parte. Es un fin para sí mismo.


—Sí, no puedo parar ahí. ¿Por qué no vamos a mi casa? Ella está bien
aquí. O a tu garaje.

Espero no sonar tan patética como lo siento, suplicándole así.

Knox sacude la cabeza.

—No esta noche. A menos que, por supuesto, quieras chupar mi polla.
Porque sería impotente decir que no a eso.

—Estamos en esto para rascarnos la picazón, ¿recuerdas? Tengo una gran


picazón, y eso no lo sacaría —digo, necesitando más.

—Tus labios y esa blusa, es todo lo que podía pensar en la cena —señala
Knox, relajando su control sobre mí.

—Esto es Loco. Ayer por la mañana ni siquiera querías conocerme. Y ahora


esto.

—Te quería absolutamente ayer. Te has estado escondiendo en tu casa


toda la semana, ¿recuerdas?

—Confía en mí, tengo mucho arrepentimiento por eso.

—Yo también. Debería haber llamado a tu puerta aquel día que estuviste
en tu ventana rogándome que vaya a ayudarte. Estoy más allá de
preocuparme por la vergüenza —dijo.

—Ojalá hubiéramos empezado esto el primer día que me mudé. —¿Por qué
no fue más acogedor en primer lugar?—. ¿De verdad me estás enviando a
casa a mis herramientas eléctricas?

—Sí. Deberías haberte ido hace horas. ¿Qué estabas haciendo aquí?

—Estaba esperando esto.


Knox aplastó sus labios contra los míos, encendiéndome fuego de nuevo.
No quiero que esto termine.

Un gemido sale de mi garganta, y él se aleja.

—Vamos a despertar a Piper. Ve. Iré a verte por la mañana.

Antes de que pueda protestar, Knox se pone de pie y entra en la cocina,


dejándome sola en la sala de estar. Él tiene razón. Sé que tiene razón, pero
realmente, realmente no quiero irme.

Me siento un minuto, dejando a mi cuerpo tranquilizarse. Es evidente que


Knox no regresará, y agarro mis llaves y me voy a casa.

Aunque las cosas no fueron muy lejos, cuando me meto en la cama, cada
segundo de su toque juega en una repetición sin fin en mi mente. Por
alguna razón, no tengo ningún deseo de conseguir mi Xtreme Buzz o
incluso de tocarme. Nada más que él sería satisfactorio.

Por la mañana, me pongo derecho a trabajar y comprobar mis videos para


la retroalimentación y para el número de puntos de vista, tomando notas
sobre cuáles son los más populares. El objetivo es hacer más de ellos, para
dar a la gente lo que quieren, para que vean y mi hipoteca se pague.

Recibo un texto de Darla diciéndome que estará aquí a la hora del


almuerzo. He descuidado su visita, y ahora me apresuro a tratar de
preparar el futón en mi tercer dormitorio, la habitación de invitados, para
ella.

El polvoriento papel tapiz rosa la va a matar, ya que no está muy de


moda. No lo pondría más allá de ella así puede arrancarlo y darle una
mano de pintura este fin de semana.
Alrededor de las nueve, mi timbre suena. Abro la puerta. Knox está ahí de
pie, con los vaqueros limpios y está afeitado. Tiene los ojos entrecerrados.

—¿Está Piper en la escuela? —pregunto.

—No, ella está viendo la ley y el orden y comiendo Cheerios. Estoy aquí
para darte lo que no me darías, porque no tenemos mucho tiempo.

Mientras habla, me apoya en mi sala de estar, directamente en mi sofá.

Antes de que entienda completamente lo que está sucediendo, estoy


acostada sobre mi espalda, y él está tirando de mis pantalones.

Knox no me besa. Tampoco dice nada más. Él planta su boca firmemente


en mi montículo sin previo aviso, y soy inundada con todo el deseo y lo que
había tenido en su sofá la noche anterior.

Su lengua recorre mis pliegues ahora pulidos, y mi pulso corre. Me


empuja los muslos más amplios, y me derrito en el sofá.

La punta de su lengua se conecta con mi clítoris, forzando un gemido de


mi boca. Él hace círculos con su lengua alrededor de mi clítoris y agarro
su cabeza en un reflejo mientras el calor explota en mi coño.

Los dedos de Knox empujan a través de mis pliegues y a través de mi


entrada húmeda. Es áspero, y no hace ningún esfuerzo por ser amable
mientras trabaja contra mi punto más tierno. Al mismo tiempo, él empuja
y chupa más duro mi clítoris con su boca.

Me olvido de respirar.

Olvido dónde estoy.

Olvido mi nombre.
Mi cuerpo se tensa y se atiesa. Knox gruñe, el ruido suficiente para que me
vuelque por el borde y grito. Un enorme orgasmo rasga a través de mí, y mi
cuerpo se disuelve en un lío tembloroso.

—Lo supe —dice Knox, su aliento caliente en mi montículo.

—¿Sabías qué? —Toma todo mi esfuerzo para sacar las palabras de mi


boca.

—Podía hacerte gritar en tres minutos.

—¿Tres minutos? ¿Era eso todo lo que era? Parecieron como por lo menos
veinte.

—Tengo que regresar. —Knox se para, bloquea sus ojos en los míos
mientras se lame los dedos, y se va.

No puedo moverme. Mi cuerpo es una bola de jalea. Me quedo inmóvil,


desnuda desde la cintura hacia abajo. ¿Eso fueron en realidad tres
minutos? Se tarda por lo menos quince antes de que pueda ponerme mis
pantalones de nuevo.

Dos tazas de café más tarde, estoy en mi habitación falsa y lista para
trabajar. Se siente tan bien ser energizada sobre mi blog otra vez. Ya no
soy una monja repartiendo consejos sexuales. Me visto, hago mi pelo y
maquillaje y registro.

—Por lo general les digo a los chicos sobre la importancia de los juegos
preliminares, y cómo una mujer lo necesita. Pero a veces no hay nada
malo en tomar a tu mujer duro y rápido. Y puede ser tan satisfactorio para
ella como todos los juegos previos en el mundo. Pero, y esto es un gran
pero, tienes que hacerlo bien. Tienes que saber lo que estás haciendo.
Sigo hablando, pero todo en lo que estoy pensando es en cómo Knox no
estaba mintiendo cuando dijo que sabe lo que está haciendo. Tan
satisfecha como estoy ahora, quiero más.
Traducido por Stef
Corregido por M.Arte

Estoy sentado en mi habitación, con la polla dura en mis manos.


Necesitaba esto mientras el sabor de Avery aún está en mi boca, mientras
que su esencia aún llena mis fosas nasales.

Mientras que el sonido de su voz excepcional gimiendo y gritando por


causa mía aún se siente fresco en mis oídos.

Eso no era parte del plan. Nuestro acuerdo se suponía que no significaría
que al final yo mismo me acariciara mientras pensaba en ella. Mi polla
debería estar dentro de ella justo ahora.

No quiero dejar a Piper por un polvo con la vecina. De alguna manera, eso
no parece una buena crianza. Pero no pude evitarlo esta mañana. Me
permití cinco minutos para correr a la puerta de al lado, porque había
utilizado todo el autocontrol anoche.

No pasará de nuevo.

Pero con Piper hoy en la casa, y sobrevivir mañana y el domingo, no sé


cómo voy a lograrlo hasta el lunes. Hay algo acerca de esa mujer que no
puedo resistir.
Esto ha avanzado más allá de querer escuchar su voz diciendo mi nombre.
Incluso más allá de la necesidad de ver sus labios carnosos sobre mí.

Tal vez es la manera en la que llegó a mis pantalones y me tomó de la polla


anoche. Es tan atrevida, joder, y me pregunto con qué más me
sorprenderá.

Cierro los ojos y recuerdo la sensación de su mano delicada sobre mi polla,


acariciándome. Los músculos de mi espalda se estremecen y se relajan al
tiempo que derramo la descarga sobre mi mano.

Después de asearme, regreso abajo. Como Piper estaba ayer en la casa, no


hice tanto trabajo como el que necesitaba para terminar. Parece que será
lo mismo hoy.

Marcus, mi compañero de negocios, ya me está fastidiando con mensajes


de texto. Quiere que iniciemos el trabajo de la armazón del Corvette, tiene
daño en la parte trasera y una abolladura en la puerta del copiloto.

Meto la cabeza en la sala, y pregunto:

—¿Todo bien por aquí?

—¿Puedes rellenar mi botella de agua? —pide Piper.

—Claro —digo y entro en la habitación y le recibo la botella.

Después de volver a llenarla con agua caliente en la cocina, se la llevo.

—Gracias, papá —dice al tiempo que se la entrego.

—No hay problema, ¿algo más?

—¿Va a venir Avery hoy?


Una sonrisa aparece de repente en mi cara, y pienso para mí mismo “ya ha
venido”. En voz alta, respondo:

—No lo sé.

—Espero que venga. Es genial tenerla aquí, ¿no crees? Fue muy divertido
cenar con ella. ¿Puede venir a cenar más a menudo?

—Ya veremos —expreso, sabiendo que es una mala idea.

Si Avery va a seguir teniendo este efecto en mí, es mejor que no pase


mucho tiempo aquí. Es demasiado tentadora, y debo mantener a mi hija y
a mi nuevo juguete para follar separadas.

—Ella es genial, y siempre me dice lo mucho que le agradas. ¿Sabías eso?


Ella cree que eres bastante genial y adora pasar tiempo contigo.

—Debo hacer algo de trabajo, estaré en el garaje si me necesitas.

En piloto automático, camino fuera de la casa y entro al garaje. ¿En serio


Avery le dijo esas cosas? Ni por asomo, joder. Avery dejó muy claro que no
es mi más grande admiradora. Aunque Piper tiene razón. Avery se portó
genial con ella ayer. Y fue agradable tenerla por acá en la tarde, si fue tan
solo porque hizo a Piper ver algo más que la ley y el orden. Además, la
pude escuchar reír.

Tener a Avery aquí fue fácil, casi demasiado fácil. Tiene suerte de tener tan
buen sabor, o terminaría este acuerdo justo ahora.

Trabajo rápido, para tener el Corvette listo para Marcus. De vez en cuando,
me detengo para disfrutar el sabor de Avery. En ocasiones hay movimiento
en la ventana de su habitación, y dejo que mi mente deambule con la idea
de irrumpir en su habitación de la manera en la que irrumpí en su sala de
estar.
El estómago me gruñe, ya está llegando la hora de la comida. Pero hay solo
una cosa que deseo comer.

—Guau, tú debes ser Knox —dice una mujer.

Dejo lo que estoy haciendo y levanto la mirada. Una pelirroja escuálida,


con la cabellera más grande y rizada que jamás haya visto, está parada a
poco más de medio metro, con la manos sobre las caderas, con los ojos
desvergonzados al tiempo que me examinan de pies a cabeza.

—¿Quién diablos eres tú?

—Soy Darla, cariño.

—Muy bien, Darla, ¿Quién carajos eres?

—¿No te dijo Avery que vendría a verte? Me siento herida. Cuando ella me
dijo que vivía al lado de un galán, tenía que venir a comprobarlo yo misma.

¿Qué carajos?

—¿Eso te dijo? ¿De verdad? —indago, molesto.

—Sí, y he escuchado todo acerca de tu status de folla amigos. Espero que


te hayas hecho examinar para que ella pueda disfrutarte de piel a piel.

¿Qué carajos? No digo nada, pero mi mente reacciona ante la idea de estar
desnudo dentro de Avery. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez
que no utilicé condón. Tanto tiempo como la paternidad. Después de
convertirme en papá, cuando una mujer me decía que tomaba la píldora,
jamás le creía, joder. Lo último que Piper necesitaba era un hermano, ya
es suficientemente difícil para mí criar a una, no podría repetirlo.
Darla da un paso hacia mí, y estruja mi bíceps. Esbozo una mirada
cortante con la cara impávida al tiempo que me alejo. ¿Está hablando en
serio esta mujer?

Camina acercándose al Corvette y pasa los dedos a lo largo de la curva del


techo. —Lindo auto.

—Uh, ajá —gruño. ¿Por qué está aquí?

—Avery tiene un DIU. Ya sabes, ¿DIU? —dice y voltea para hacer contacto
visual conmigo—. Solo digo. Haz que te revisen.

Qué. Carajos. ¿La puso Avery a hacer esto?

—¿No tienes que ir a ver a Avery o algo?

—Oh, no te preocupes, voy a ver a Avery definitivamente. Me dará todos


los detalles hasta los más pequeños —Darla lleva la mirada hasta mi
entrepierna—. O los grandes. Me enteraré, ¿cierto?

Le doy la espalda y meto la cabeza bajo el capó.

—Qué lindo culo, joder. Avery se sacó la lotería contigo.

Me aclaro la garganta, necesita salir de aquí, joder.

—Puedo imaginarte trabajando con eso —señala Darla, y me da una


nalgada.

La bilis me sobrecoge y las fosas se ensanchan. Esta mujer necesita


marcharse. Ahora. Y nunca más tocarme o hablarme de nuevo. Mantengo
la cabeza bajo el capó y la ignoro.

—¡Darla! Creí escucharte fuera de mi ventana —dice Avery.


Dejando la santidad de mi motor, me enderezo por completo. Avery viene
trotando hacia mi entrada. Mis ojos se atraen por sus pechos rebotando, y
todo lo que deseo es una entrada más larga.

—Hola, cielo —chilla Darla, y se abrazan.

—¿Qué estás haciendo aquí? Mi entrada está del otro lado —apunta Avery.

—Vine a presentarme yo misma a este espécimen magnífico de hombre con


el que estás follando.

La polla me salta con el pensamiento de follar con Avery. Justo ahora se


siente como si nunca fuera a suceder.

—Tonta, se supone que debes dejarme presentarte —dice Avery.

—Ni hablar, te tomarías mucho tiempo y lo evitarías. Además, le tenía que


decir que se hiciera revisar, porque tú probablemente ni siquiera pensarías
en eso.

Avery se sonroja y me echa la mirada hacia mí, con los ojos bien abiertos.

—¿Qué más le dijiste?

—No mucho, acabo de llegar. No he tenido la oportunidad de decirle que te


gusta que un hombre tome el control, y que tu último novio era demasiado
soso para cumplir con lo bueno. —Darla se voltea hacia mí y dice—: Tú
puedes hacer lo que desees con ella, si sabes a lo que me refiero.

Mis labios se curvan en una sonrisa. La idea de follar a Avery se sigue


poniendo cada vez más buena y mejor. El lunes será un día divertido, si es
que puedo aguantar tanto.
Traducido por Stef
Corregido por M.Arte

Una vez más, quiero que la tierra se abra y me trague entera. ¿Por qué
sucede esto alrededor de Knox?

Aunque todo lo que involucre a Darla va a llevar a todo tipo de situaciones.


¿Por qué me hace estas cosas a mí?

Me arden las mejillas por la vergüenza. Ni siquiera puedo ver a Know.

—Vamos —digo, tomando la mano de Darla y arrastrándola por la entrada.

—Hasta luego —le expresa a Knox sobre el hombro.

—Deja de molestarlo.

—No estabas bromeando cuando dijiste que era un patán.

—Sí, así que no lo hagas más difícil para mí. Pero realmente no es un
patán cuando llegas a conocerlo. Solo es difícil de conocer.

¿Por qué lo estoy defendiendo? Solo porque me dio una visita increíble esta
mañana.

Abro mi puerta, y entramos a mi casa.


—Aquí estamos, en mi propia casa. ¿Quieres un tour? —pregunto.

—En realidad no. Quiero hablar acerca de Knox.

Se me hunden los hombros. Cuando Darla atrapa la presa con los dientes,
no la deja ir hasta aniquilarla.

—Queríamos pasar tiempo juntos hoy, pero su hija está en casa.

—¿Y con pasar tiempo juntos, quieres decir follar?

—Sí —digo, suspirando.

—No hay problema, solo iré allá y le diré a la niña que ustedes dos saldrán
en una cita.

—¡No! Lo digo en serio, carajo, Darla. Ella jamás, jamás, puede siquiera
sospechar nada acerca de lo que está pasando entre nosotros. Esa es su
regla número uno. Si la niña se entera, el trato se termina. Y en realidad
no quiero que el trato acabe, joder, así que te lo digo ahora, si dices algo
no será gracioso o lindo. Terminará esto antes de que realmente comience.

—¿Qué quieres decir con realmente comience? ¿Quieres decir que no lo


han hecho todavía?

Sacudo la cabeza.

—¿Qué esperan?

—La chica, Piper, ha estado fuera de la escuela. Así que me tienes que
prometer, no le puedes decir nada. O arruinarás todo y me regresarás a
ser monja —suplico.

—Mierda. Está bien. Entiendo. Te prometo que no haré nada para joderlo.
—Y ninguno de los dos se puede enterar acercar del blog.

—Por supuesto, lo entiendo. —Darla me abraza, y lucho por no


desmoronarme entre sus brazos. No sé por qué. Debe ser la locura de los
últimos dos días. Y tanto como extraño sus famosos abrazos, en todo lo
que puedo pensar es en cómo se siente estar entre los brazos de Knox.

—Gracias.

—Debes estar desesperada para llevarlo a la cama. Ya pensaremos en algo.

Doy un respiro profundo, y mi mente deambula hacia el sofá esta mañana.


No sé si eso me hizo más o menos desesperada por más.

Darla me sigue hacia la cocina, donde mi portátil está abierto sobre la


mesa. Ella también hace sus videos en vivo, y siempre tenemos mucha
información y conocimiento para compartir. Cada una tenemos alrededor
de dos millones de suscriptores ahora, pero nuestra meta son diez.

—¿Quitaron los comentarios basura? —pregunta.

—Todavía no. Dicen que están investigando.

—Déjame verlos de nuevo —dice Darla, y arrastra el portátil a través de la


mesa. Abro mi página de YouTube y hago clic en uno de los videos.

Colgado como un burro: Tú hablas mierda.

Hombre Alce: Ella habla como un ángel.

Colgado como un burro: ahora tú hablas mierda.

Hombre Alce: Que te den a ti, virgen granudo.


Darla y yo nos vemos una a la otra, con los ceños fruncidos. Los otros
comentarios no estaban ahí anoche.

—¿Qué carajos? ¿Quién es Hombre Alce? —pregunto.

Hago clic en otro video.

Colgado como burro: Tú ya eres estúpida pero necesitas que te


nalgueen.

Hombre Alce: te buscaré, joder, y patearé tu pobre trasero justo al


olvido si la sigues molestando.

Colgado como burro: Ohh, escuchen al grandote, ¿Cómo vas a hacer


eso?

Hombre Alce: tengo mis medios, lame pollas, ¿Quieres probarme?

—Esto es tan extraño, mierda —expongo, viendo la pantalla.

—¿Hay más?

—Déjame ver —digo y hago clic en otro video.

Colgado como burro: Ve a que te den así sabes qué es lo que estás
hablando.

Hombre Alce: la única cosa que conoces es la palma de tu mano.

Colgado como burro: que te den.

Hombre Alce: conmovedor. Sigue soñando con follarte a alguien


algún día.

Colgado como burro: que te den.


Hombre Alce: vete al carajo de aquí y deja en paz a Avery.

Melissa Chick: Sí, lo que el Hombre alce dijo. Continúa, pequeñín.

Esto es raro. No sé si es bueno o malo. Por lo menos tengo fanáticos que


me defienden.

—¿Eres tú Hombre Alce? —pregunto.

—Al carajo con esa mierda. Yo sería Zorra, Viuda Negra o algo. ¿Eres tú?

—No. No, no, no. Yo no hago ese tipo de cosas.

—El internet es raro —dice Darla, y cierra la pestaña—. Pero olvídate de


ello, lo quitarán todo muy pronto.

—Lo sé.

—Justo ahora tenemos asuntos más importantes, como meter a ese galán
justo en tu cama. Déjame cuidar a la niña esta noche, te prometo que me
comportaré de lo mejor.

—Ella no es mi hija, no depende de mí —digo, riéndome.

—¿No crees que podamos convencer a Knox?

—No lo sé, es muy protector con ella.

—Solo tendremos que convencerlo. No debería ser muy difícil, ve a ponerte


una camiseta más ajustada.

—Espera. Puede que tengamos una oportunidad más fácil si primero te


ganas a Piper. Luego ella le rogará a su padre que te deje ser su niñera.

—Bien por mí.


—Espera. Vamos a necesitar una razón por la que él deba salir, y yo no
pueda cuidarla.

—Al carajo con esta mierda, esto es como estar en secundaria.

Antes de que pueda reaccionar ante su ataque, Darla se para y sale de mi


casa como ráfaga. El corazón se me acelera y me levanto para seguirla.

Ella entra de prisa justo en el garaje de Knox.

—Hola —le ladra a Knox, llamando su atención.

Su cara se queda en blanco, y se le tensan los labios al tiempo que la mira


con furia. Tal vez esto es una mala idea. Darla continúa hasta que está
parada junto a él, y me apresuro a su lado, colocándome entre ellos. Lo
suficientemente cerca para que la esencia de Knox me envuelva.

Nos ve a ambas como si fuéramos un vendedor de puerta a puerta


indeseado.

—Estábamos pensando —comienzo—. Que Darla podría cuidar a Piper.

—¿Para qué? —dice él.

—Para que los dos puedan follar, obviamente —responde Darla.

Los ojos de Knox se hunden en Darla como láser. Le echo una mirada con
furia, dispuesta a callarla. Posiciono mi cuerpo entre Knox y Darla,
atrayendo su atención hacia mí.

—Esta noche. Darla puede cuidarla, y tú puedes venir.

Se me sonrojan las mejillas. Darla es la directa, no yo. Esto está fuera de


mí, y no estoy para nada cómoda con esto, pero tengo necesidades en la
forma de un deseo ardiente entre mis piernas.
Knox mira el techo del garaje, ya sea deliberando o buscando la manera de
decirnos como largarnos. Ya no tengo nada que perder ahora.

Lo tomo del brazo, me paro de puntillas, bajo la voz y digo:

—Me pondré la blusa azul.

Su manzana de Adán se mueve al tiempo que digiere mis palabras.

Knox se inclina, y gruñe:

—¿No te satisfice lo suficiente está mañana?

Aún de puntillas y sosteniendo su brazo, inclino mi otra mano sobre su


pecho y expreso:

—Tal vez. Tal vez no tuve la oportunidad de calmar tu picazón. —Llevo los
labios más cerca de él—. Y realmente me gusta calmarte la picazón.

Regresando sobre mis pies, no puedo creer que haya dicho eso. O hecho
eso. O lo desee tanto.

Darla me pregunta con una sonrisa:

—¿Qué pasó antes de que llegara aquí esta mañana?

Mierda, me olvidé que ella estaba aquí.


Traducido por Mary_08
Corregido por Lelu

A las ocho en punto suena el timbre. Piper rebota hasta la puerta, de la


forma en que ha estado rebotando toda la tarde. Debería haberla enviado a
la escuela, en lugar de aceptar este arreglo.

Estoy a un par de metros de la puerta principal, cuando Piper la abre para


revelar a Darla de pie allí.

—Oye Darla, ¿dónde está Avery? —dice Piper, asomando su cabeza por la
puerta.

—¿Sabes qué? Está muy enferma en la cama.

—¿De nuevo?

—Sí, creo que es una intoxicación alimentaria o algo así. Pero no te


preocupes, igual nos vamos a divertir mucho, tal como hablamos esta
tarde —expresa Darla.

Como parte del acuerdo después de la discusión en el garaje, Avery y Darla


pasarían la tarde con Piper, así ellla se sentiría cómoda con Darla.

—Bueno, tengo que ponerme en marcha, diviértanse las dos —digo.


—Hueles bien, papi. ¿Es esa la colonia que te di por tu cumpleaños? —
pregunta Piper mientras la paso para llegar a la puerta.

—Sí —digo, sin parar. Ha estado puesta en el estante del baño desde que
me lo dio, ignorada. Cuando salí de la ducha esta noche, la vi y me puse
un poco. Junto con un nuevo par de pantalones vaqueros y una camiseta
negra que podría ser considerada de un talle demasiado pequeño.

—Nunca la usas. Me alegra que finalmente lo hagas. Es muy agradable…


—dice mientras salgo. Cierro la puerta detrás de mí, mientras ella sigue
hablando.

Es mejor que Darla la aleje de la puerta y las ventanas, así no puede ver a
dónde estoy yendo. Todavía no estoy convencido de que sea una buena
idea ir a su casa. Espero en la esquina por un minuto, para darle tiempo a
Darla. Quería esperar dos, pero no puedo. No cuando estoy tan
jodidamente cerca.

Toco el timbre de Avery y la puerta se abre como si estuviera de pie al otro


lado esperando.

Antes de que Piper pueda verme, me apresuro a entrar y Avery cierra la


puerta.

Estamos de pie en su pequeño vestíbulo sin hablar, mirándonos. Mis ojos


pasan sobre ella, mi respiración pesada. Como prometió, lleva la blusa
azul. En lugar de pantalones, tiene una falda corta negra que está
apretada. Muy apretada, y se aferra a las curvas de sus caderas, lucho
contra la necesidad de girarla para obtener una buena mirada de su culo.

Cuando termino de examinarla, nuestros ojos se traban y me acerco. Ella


huele tan increíble como se ve, a limpio y dulce como flores de naranja. La
tiro en mis brazos y lucho contra el impulso de clavarla contra la pared
aquí mismo, junto a su puerta principal. Tengo que recordar que voy a
tomar mi tiempo esta noche.

Sosteniéndola apretada y entrelazando mis dedos a través de su pelo,


pongo mis labios en su oído y digo:

—Habla conmigo. Quiero oír tu voz.

—Te ves bien —dice ella, su voz puro calor, aunque detecto un leve
temblor.

—Me alegro de que te pusieras la blusa.

—Y la tanga —indica.

—Bien, no puedo esperar a arrancártela.

Avery traga, y no puedo esperar más. Agarro su cabeza, aplasto mis labios
contra los suyos. Sus suaves y llenos labios en los míos dan vida a mi
polla. Exploramos la boca del otro con necesidad.

Todavía sosteniendo su pelo sedoso, mi otra mano viaja por la curva de su


espalda hasta su culo. Lo aprieto, y un ligero gemido sale de su garganta.
La aprieto con más fuerza, deseando que la tela desaparezca entre ella y
mi mano.

Sus manos exploran mis brazos y se deslizan entre la tela apretada de mi


camiseta y mi cuerpo. Cada uno de sus dedos deja un rastro de chispas en
mi piel.

Rompo nuestro beso, y muevo mis labios sobre la suavidad de su mejilla y


cuello. Mi polla jodidamente duele de tensarse contra mis vaqueros, y
tengo que sacarla antes de que se rompa.
—Vamos a subir —le digo y la suelto.

Con su mano en la mía, la conduzco por las escaleras de su propia casa.


He estado aquí muchas veces para ayudar a la señora Coupland con cosas
de mantenimiento, y me dirijo directamente a la habitación en la parte
superior de las escaleras, en la que Avery siempre está sentada en la
ventana.

Aparentemente masturbándose mientras trabajo.

—No, esta no —dice mientras entro a la habitación y enciendo la luz.

Es la de sus nuevos videos, decorada como un puto boudoir3.

—Sí, sin duda esta —respondo, apretando mi agarre en su mano mientras


entro en la habitación.

Mis ojos giran alrededor, la pared trasera que nunca se muestra en los
videos. La iluminación no apunta hacia la esquina. La pared está cubierta
de estantes repletos de mierda en su embalaje. Una mirada más de cerca y
son todas cosas de sexo. Sé de sus videos sobre los productos que bloguea,
y asumo que son estos.

Al lado de los anaqueles hay un estante de ropa. Jódeme, es toda ropa


interior. Un hombre podría perderse en esta habitación y nunca salir.

—No deberías estar aquí —dice Avery, tirando de mí hacia la puerta.

Ella no puede moverme. La tiro dentro mis brazos.

3
Boudoir: Un boudoir es una pequeña habitación en una vivienda situada entre el
comedor y el dormitorio. El marqués de Sade (1740-1814), autor literario, contribuyó a
desarrollar la fama de esta pequeña habitación dedicada a las conversaciones femeninas
íntimas.
—¿Qué hay de malo en esta habitación? Porque esa cama parece
jodidamente atractiva —le pregunto, sabiendo que ella no me dirá.

—No es tan cómoda como la de la otra habitación.

—A quien mierda le importa —digo y pongo mi boca sobre la de ella.

Avery protesta por un segundo, antes de relajarse contra mí. Nuestras


lenguas chocan, alimentándome con más y más necesidad. Ella gime, el
sonido poniendo mi polla más dura.

Ella mete la mano debajo de mi camisa, y rompo el beso para sacarla por
encima de mi cabeza.

—Maldita sea —dice, con los ojos muy abiertos mientras traza mis tatuajes
y mis músculos con los dedos.

Estoy deseoso de quitarle la ropa, de exponer cualquier lencería de ese


estante que pueda tener debajo, pero no antes de verla chupar mi polla
con esa blusa azul.

Todavía de pie en medio de la habitación, empujo hacia abajo sobre sus


hombros. Avery no se resiste. Toma la indirecta y cae a sus rodillas como
si lo quisiera tanto como yo.

Mi polla se tensa en mis pantalones vaqueros, y no toma tiempo antes de


abrir el botón y bajar la cremallera. Avery los tira hacia abajo, hasta que la
cintura está alrededor de mis muslos y fuera de su camino.

Ella hace lo mismo con mi bóxer, y mi polla se libera.

Avery jadea cuando la ve por primera vez. La mayoría de las mujeres lo


hacen, dado mi enorme tamaño.
Ella toma mi polla en su mano y frota a lo largo del eje. Gimo un poco y
echo la cabeza hacia atrás. Su lengua conecta con mi eje, y esta vez jadeo.
Arrastra su lengua de mis bolas a mi cabeza, dándole vueltas alrededor
mientras alcanza la corona.

Mi espalda se tensa, echando la cabeza hacia atrás otra vez. Rápidamente


miro hacia abajo, así no pierdo un segundo de sus labios en mí.

Mientras continúa lamiendo arriba y abajo de mi eje, toma mi saco con su


mano y acaricia mis bolas. Todavía sosteniendo mis bolas, ella sujeta su
boca sobre la cabeza de mi verga, su lengua chasquea mientras lo lleva
más adentro en su boca.

—Joder —gruño ante la vista. Es todo en lo que he estado fantaseando


durante semanas, y se siente un billón de veces mejor de lo que había
imaginado.

Para contrarrestar el hormigueo que sube y baja por mi espalda, extiendo


mi postura y apoyo mis manos en su cabeza para sostenerme.

—Detente —digo. Si sigue, voy a darle una probada. Y quiero verla


desnuda antes de que eso suceda.
Traducido por Mary_08
Corregido por Lelu

—Pero… —digo en protesta.

Estoy de rodillas y al nivel de mis ojos está la polla más gloriosa que he
visto. O probado. Tenerlo en mi boca envió una ráfaga de calor a mi coño,
inundando mis paredes.

Dios, sabe bien. Abro la boca y me inclino hacia adelante, decidida a


tenerla de nuevo en mi boca, pero Knox me tira hacia arriba por los
hombros.

—Estaba disfrutando de eso —le digo.

—Yo también. Mucho —dice, con voz áspera.

Knox tira de mi blusa, y la saca por encima de mi cabeza, exponiendo mi


sujetador. Es otro de encaje, este es rojo con una tanga a juego. Apenas
hay algo en el sostén, y mis tetas se derraman.

Sus ojos chisporrotean, y exhala bruscamente.

—Si hubiera sabido lo que estaba debajo de esa blusa, la habría arrancado
cuando entré por la puerta.
Las palabras me inundan, acelerando mi corazón. Estoy aliviada de saber
que le gusta mi cuerpo tanto como me gusta el suyo. Es nervioso conectar
con un tipo del que ya sabes tiene un cuerpo perfecto, no quería que él se
decepcionara.

Me atrae hacia él, su mano derecha encajada entre nosotros, sosteniendo


mi pecho izquierdo. Nuestras partes superiores están apretadas una
contra la otra. Mi cuerpo ya está ardiendo por él, pero el contacto con la
piel me enciende aún más, convirtiéndome en un volcán de lujuria.

Knox empuja sus dedos dentro de la pretina de mi falda. La abre y la deja


caer al suelo, dejándome en nada más que el tanga.

Doy un paso atrás para agarrar sus vaqueros y empujarlos más por sus
piernas esculpidas. Antes de ponerme de rodillas, mete el dedo en la
correa y tira. Las bragas se rompen, dejándome solo con mi sujetador.

—Mejor —dice, y me levanta en sus brazos.

Me deja caer sobre el colchón desgastado, porque nunca había pensado


que fuera algo más que un adorno de fondo. Me hundo en la cama y Knox
sube tras de mí, quitándose sus pantalones y ropa interior.

Nuestras bocas se encuentran por un momento, antes de que los labios


firmes de Knox bajen por mi cuello y por mi clavícula. Con un dedo, tira de
las dos copas de mi sujetador hacia abajo, liberando mis pechos y gruñe
en aprobación.

Gimo mientras besa sobre ellos, moviéndose entre mis pezones,


provocándolos con su lengua. Con mi pierna, me froto contra su polla dura
como una roca.
Knox se apoya a mi lado, su mano se precipita sobre mi cuerpo hasta que
llega a mi montículo. Sin pausa, dos dedos gruesos empujan directamente
hacia mis paredes, que son resbaladizas con necesidad. Sin ningún intento
de ser amable, los mete en mí una y otra vez mientras su pulgar se frota
contra mi clítoris.

No puedo parar de gemir y chillar. Los ruidos que estoy haciendo me


avergüenzan, pero no puedo evitarlo. Es demasiado intenso, y soy muy
consciente de que la cabeza de Knox que se cierne sobre mí, sus intensos
ojos ardiendo en mi cara y sobre mi cuerpo.

Cada centímetro de mi cuerpo hormiguea.

—Me vengo —suelto, mi voz un susurro entrecortado.

Knox tira su mano, me besa la frente y dice con una sonrisa.

—Todavía no.

Lucha contra el colchón gastado y se mueve al final de la cama. Mi cuerpo


todavía hormiguea y tiembla. Ni siquiera trato de entender lo que acaba de
suceder, mis ojos vagamente lo ven tomar un condón de sus vaqueros y
rodar.

En momentos, mueve su cuerpo entre mis piernas y me besa. Su punta


está contra mi montículo, empujando a través de mis labios hasta que
encuentra mi entrada.

Nuestros ojos se encuentran mutuamente, y se traban con una intensidad


casi demasiado difícil de soportar. Pero por alguna razón, todo el
nerviosismo que había tenido cuando llegó esta noche, se derritió.

Todavía manteniendo mi contacto visual, él entra lentamente en mí, su


gran polla se estira y me llena de maneras que Nathan nunca hizo.
Me da un rápido beso de boca abierta y empieza a moverse en mí, todavía
tomando su tiempo. Trago, todavía no creo que esto esté sucediendo. No
toma mucho tiempo antes de que esté a punto de llegar de nuevo.

No puedo dejar de gemir. Cada empuje lento fuerza un chillido de mí. Mi


aliento está irregular.

—Todavía no —dice Knox, y sale de mí.

Agarrándome, nos da la vuelta hasta que estoy a horcajadas sobre él. Me


jala contra él, deshace mi sujetador, lo saca y lo tira.

—Quiero ver tus tetas rebotar mientras me montas —explica mientras me


empuja hacia arriba.

Posiciona su polla en mi entrada, y me baja sobre él. Las chispas vuelan a


través de mis entrañas mientras que dejo mi peso hundirse en él,
trayéndolo más profundo que antes. Casi duele, está tan profundo, pero de
alguna manera es puro éxtasis.

A pesar de que está abajo, Knox impulsa sus caderas y mi cuerpo rebota.
Una sonrisa brota en su rostro mientras mis tetas se mueven y sacuden.
Me sigue rebotando, y pronto vuelvo a gritar. Mis paredes convulsionan
cada vez más.

Y con sus manos en mi trasero, me arranca de él. Gimo en protesta, pero


sus manos me llevan hasta que estoy sentada en su rostro. Su lengua
menea a través de mis pliegues y se centra en mi clítoris.

Nunca he hecho esto antes, no quiero asfixiarlo. Las manos de Knox están
firmes en mi culo y mantienen mi peso. Incapaz de sostener mi torso en
posición vertical, me inclino sobre la pesada cabecera.
La lengua de Knox se desliza entre mi clítoris y mi entrada. Los
hormigueos, disparándose por mi espalda y mis piernas, son
abrumadores, pero estoy decidida a no hacer ningún ruido. O por lo menos
tan poco ruido como pueda. No quiero que pare. Nunca. ¿Por qué estar
arriba lo hace más intenso?

Desliza su brazo sobre mi culo, así que estoy descansando en su


antebrazo. Con su otra mano, se mueve directamente a mi coño, y dos de
sus dedos gruesos van directamente a mi entrada. Knox me chupa el
clítoris con la boca y lo masajea con su lengua.

Con algo para que sujeten mis paredes, mi coño convulsiona, enviando
una onda de choque por mi espalda y cuello, directamente a mi cerebro.
Grito y me desplomo fuerte contra la cabecera mientras sus dedos
continúan moviéndose en mí, y su boca continúa atacando mi clítoris.

Me derrito, y él tiene que retirar sus dedos para agarrar mi cuerpo y frenar
mi caída de costado.

Tira de mí hacia abajo y me voltea, estoy sobre mi espalda de nuevo, mi


coño todavía tiene espasmos y las olas todavía corren a través de mi
cuerpo. Knox está sobre mí, los músculos de sus amplios hombros tensos.
Quiero besarlos, sentir su dureza con mi lengua, pero no puedo. Me ha
hundido en el colchón y estoy atrapada.

La punta de su polla está en mi entrada de nuevo, y esta vez mientras


entra en mí me siento aliviada, aliviada por tener algo que sostenga mis
paredes. Comienza a moverse, enviando una explosión de hormigueos a
través de mi pecho. Apoya su cabeza contra la mía, por lo que nuestras
mejillas se tocan y nuestras bocas están cerca del oído del otro.

Su voz baja, dice:


—Háblame.
Traducido por Florpincha
Corregido por Addictedread

—Tu cuerpo es irreal, deberías estar en las páginas de Playgirl —dice


Avery, su voz de alguna manera incluso más ronca y más sensual de lo
normal. Ella hace una pausa y dice—: Tienes razón, realmente sabes lo
que estás haciendo.

—No te esfuerces tanto.

No sé lo que quiero que diga, pero no necesito falsa adulación. Solo quiero
oírla hablar.

Avery traga con fuerza, y me muevo un poco más rápido en ella. Mi polla
nunca ha sido tan feliz. Es mucho mejor ser capaz de tomarme mi tiempo
que doblar a una mujer sin nombre sobre mi coche para una follada
rápida.

—No lo hago —susurra.

—Pensé que no me aprobabas —bromeo, presionando mi mejilla un poco


más fuerte contra la suya.

—Definitivamente apruebo esto. Eres una especie de sueño.


—¿Mejor de lo que imaginabas que cuando pensabas en mí mientras te
tocabas?

—Joder, sí.

—Sí, lo mismo digo.

Ella ajusta sus caderas, y me lleva más profundo. Avery deja de hablar,
pero yo sigo empujando, cada empuje la hace gemir en mi oído. Mis
pelotas hormiguean como la mierda y no sé cuánto tiempo más puedo
negarme. Pero necesito hacerla venirse otra vez.

—Esta vez cuando grites, grita mi nombre —digo, mi voz firme.

Avery agarra sus piernas sobre las mías, inclinando sus caderas más lejos.
Sus manos están enganchadas alrededor de mis hombros, y sus uñas
cavan más profundo y más duro en mi piel. Sigo empujando en ella, mi
mejilla apretada contra la suya.

Todo su cuerpo se tensa debajo de mí, sus piernas y brazos me rodean con
toda su fuerza. Ella está cerca, y me oprimo a mí mismo dentro de ella,
frotando contra su clítoris mientras me muevo.

—¡Oh, mierda, Knox! ¡Knox! —grita al lado de mi oreja mientras sus dedos
se clavan en mi espalda.

Oh Dios, su voz diciendo mi nombre.

Gruño cuando un estremecimiento me sube por la espalda, y lleno el


condón con semen.

Mis pulmones jadean y respiro pesado a través de mi boca para


rellenarlos. Avery relaja sus extremidades y se desploma sobre la cama.
No quiero dejarla todavía. Me apoyo sobre ella en mis codos, y froto mis
labios contra los suyos.

Ninguno de nosotros dice nada por unos instantes. Cuando mi ritmo


cardíaco se calma, la miro. Avery me mira, mordiéndose el labio inferior.

—¿Qué? —pregunto.

—Nada.

—No parece nada.

—Solo que estoy muy contenta de que hayas inventado esta idea —dice.

—No lo sé. Creo que voy a hacer mucho menos trabajo, ya que estaré
mucho aquí.

Ella echa la cabeza hacia atrás, riendo, y presiono mis labios contra su
cuello expuesto. Incapaz de contenerme, le beso la parte carnosa donde se
une su hombro y lo chupo con fuerza en mi boca. Normalmente no dejo mi
marca, pero Avery necesita una.

Mi jodido nuevo juguete.

—Para. Eres malo —dice, pero no hace nada para detenerme.

Muevo mi boca más arriba en su cuello y le doy otro chupón. Ella va a


llevar bufandas en sus videos esta semana, todo por mi culpa. Le doy dos
más, sin creer que ella me esté dejando.

Satisfecho, sostengo el condón y me salgo de ella, lo pongo en su mesita de


noche y me acuesto a su lado. La cama se arquea bajo nuestro peso,
forzándonos a apretarnos el uno contra el otro.
—¿Deberíamos hacer que Darla haga de niñera de nuevo mañana? —
pregunta.

No contesto. Parte de mí está llena de culpa por lo que estamos haciendo.


Mentirle a Piper para poder venir a follar a la vecina probablemente no es
la mejor forma de criar a los hijos en el mundo.

Por otro lado, un hombre tiene necesidades, y puedo probablemente ser un


mejor padre si no estoy sufriendo de pelotas azules todo el tiempo. Podría
haber conseguido una niñera para las carreras de coches clásicos, pero
después de ver a Avery y sus videos, eso perdió todo el atractivo.

Tendría que imaginar que cualquier mujer inclinada sobre mi coche era
Avery. Y no soy tan patético.

Pero tenemos que tener cuidado. Piper nunca debe enterarse de nuestro
arreglo.

—Demasiado arriesgado —digo, por mucho que quiera.

—¿Quieres decir que tenemos que esperar hasta el lunes? —pregunta ella,
con los ojos clavados en mi rostro.

Me río, acaricio su mejilla, y digo:

—La noche es joven.

—Sí, no tienes que ir a casa hasta por lo menos la medianoche. A Darla no


le importará.

—Sí.

Me relajo en la cama, cambio mi peso trayendo a Avery aún más cerca de


mí y nuestros cuerpos se superponen. Con su cabeza sobre mi hombro,
descansamos. Sus pezones están duros y los rodeo sin sentido con mi
pulgar.

Esto es bueno. Cómodo. Al igual que la cena fue cómoda y el salir con ella
después. Aunque es mucho más fácil estar en su presencia cuando puedo
tocarla a voluntad.

Mi espalda comienza a doler debido a este colchón de mierda.

—Esta cama es una mierda —digo, sentándome.

—Te dije que fuéramos a la otra habitación.

—Valió la pena —respondo y me bajo de la cama.

—¿Qué estás haciendo? —dice, con voz alarmada.

—Solo estoy mirando.

Me muevo a la pared trasera, la que nunca se muestra en sus videos. Los


estantes están llenos de productos relacionados con el sexo. Los ignoro, no
tengo ningún uso para ninguno de ellos. Es la repisa de lencería que
quiero ver.

La repisa está enclavada entre los estantes y la iluminación. A medida que


me acerco, algo en el estante me llama la atención. Trozos de boletos de
concierto usados. Los recojo, curioso por saber lo que vio.

Estoy sorprendido por un momento. Son para los Red Hot Chili Peppers,
mi banda favorita. Yo quería ir, Marcus nos consiguió boletos, pero no
pude encontrar una buena niñera para Piper y me lo tuve que perder.

Y Avery tuvo que ir.


—Eso fue para su concierto del año pasado. Fue un espectáculo
impresionante, pero, vamos, los Chilis son una banda increíble —dice.

—Claro que sí —digo, y devuelvo los boletos a la estantería.

Dirijo mi atención a la repisa de ropa. Todo tipo de lencería está


empacada. Cosas de zorra, cosas cursis. Hay muchas cosas que quiero
que se ponga, de ambos tipos. Podría hacerme un desfile de moda aquí.

No pregunto por qué tiene todo esto, puesto que ya sé la respuesta y no


quiero que ella sepa que lo sé. Ella tampoco ofrece algo.

—Deberías usar esto para mí la próxima vez —expreso, sosteniendo una


percha con un corsé de raso azul. No hay copas en él, así que podría ver
sus tetas rebotar y balancearse cuando ella me monte. Además, es azul, su
mejor color—. Sí, sin duda usa esto.

Continúo dando una hojeada rápidamente, buscando otras cosas que


quiero que ella use. Avery aparece a mi lado, frente a la estantería. Alcanza
una caja y saca algo.

—Solo si tú usas esto —replica ella, sosteniendo una cosa amarilla.

—¿Qué es eso?

Avery lo extiende entre sus dedos, y la forma de una jirafa se hace


evidente.

—Un taparrabos. Pones tu polla en el cuello y cuando está dura, el cuello


de la jirafa se mantendrá erguido —explica, tratando de no reírse.

—Ni una jodida posibilidad —le digo, riendo.


Avery se permite echarse a reír, y me vuelvo hacia ella, tirándola contra
mí, los dos todavía riendo.
Traducido por Florpincha
Corregido por Addictedread

Estaba asustándome por tener a Knox en mi habitación falsa, mirando en


mis locos estantes y a la repisa de lencería que las compañías me enviaron
para promocionar. Dios sabe lo que pasa por su cabeza. Debe pensar que
soy un bicho raro, pero al menos no está haciendo preguntas.

Tomo mi teléfono y envío mi lista de reproducción Chilies al altavoz


inalámbrico.

—Lindo —dice Knox cuando "Under the Bridge" comienza. Me toma la


mano y dice—: Baila conmigo.

Me río y respondo:

—Bueno, espera, necesito ropa.

—De ninguna manera.

—Sí, no puedo andar desnuda.

—Elige entre esos —dice, señalando el estante.

—Bueno —indico, levantando la ceja. Saco las bragas de satén de color


azul de una percha y me las pongo, seguido por el sujetador a juego.
—¿Y qué hay de mí? —pregunta Knox.

Me eché a reír, agarro la jirafa y la tiro hacia él.

Él se ríe entre dientes, saca sus boxers de sus vaqueros y se los pone.

La canción está a la mitad, pero Knox me jala cerca y nos balanceamos


con la música. Me inclino hacia él y sigo su cuerpo mientras se mueve.
Paso mis manos sobre su ancha espalda, todavía sorprendida por lo duro
que es su cuerpo.

Comienza “Take Me To The Other Side”, y seguimos bailando y riendo.


Knox toma mi mano y me gira, tira de mí y me inclina antes de que nos
estemos riendo demasiado duro para continuar nuestro loco baile.

Me hundo contra su cuerpo y continuamos nuestro lento baile, durante


“Californication” y el resto de la lista de reproducción. A pesar de que
apenas estamos moviéndonos, mi corazón corre.

Relajada, tiro la pluma gigante, supuestamente inquebrantable, de la


estantería y le hago cosquillas con ella.

Knox sonríe, agarra mi muñeca y envuelve su otro brazo detrás de mí,


haciendo todo el camino para alcanzar el trozo carnoso debajo de mis
costillas. Su mano se cierra en el pedazo carnoso, y mi cuerpo se
contorsiona mientras me río.

—Detente —digo, mi voz alta incrementada por la risa.

—Estás loca.
Me sostiene fácilmente con una mano mientras sus ojos buscan en los
estantes. Se ríe cuando ve el libro titulado Every Physically Possible Sex
Position4. Sacándolo de la estantería, me suelta y hojea las páginas.

Cada página se ilustra con imágenes generadas por computadora, con una
sosa pareja computarizada contorsionada en todo tipo de posiciones que
no creo que sean físicamente posibles. Es un libro delgado, solo cien
páginas más o menos.

—Esto debería mantenernos ocupados —dice, riendo entre dientes.

—No creo que la mayoría de esas sean posibles. Y parecen muy dolorosas.

—Ya hemos hecho la mayoría del resto de esta noche —dice, y deja caer el
libro en el suelo.

No he hecho en el blog sobre él todavía y me agacho para recogerlo para


evitar que se dañe. Después de alisar la tapa, lo vuelvo a colocar en el
estante.

Knox recoge un consolador rosa de gran tamaño. Es gomoso y se tambalea


cuando lo mueve. Su rostro se arruga mientras lo mira y lo deja caer sobre
el estante. Se traslada al polvo de chocolate blanco, joyas de cuerpo, y un
anillo de neón para el pene; examinando cada uno a su vez.

—¿Vas a revisar todo esto? —le pregunto.

—Tienes mucha mierda loca aquí, pero ¿sabes lo que me he estado


muriendo por hacerte?

—¿Qué? —pregunto con vacilación.

—Afeitar tu coño —dice, sus ojos perforando los míos.

4 Cada posición sexual físicamente posible


Mis mejillas se ruborizan. No esperaba eso. Espero que esto no sea un
comentario sobre mi cuidado. Acabo de recortarlo para él esta tarde.

Antes de que pueda responder, se levanta y sale de la habitación. Mis ojos


lo siguen mientras entra al baño, y sale de nuevo con una toalla, una
manopla para la cara, una crema de afeitar y una maquinilla de afeitar.

Mierda, está hablando en serio.

—¿En esa cama de mierda o en el suelo? —pregunta.

Esto no es algo que alguna vez pensé que haría con alguien la primera vez
que me acostara con él, pero es fácil estar con Knox, y se siente bien.

—Tomaré el piso, gracias, no creo que mi espalda pueda tomar más de esa
cama.

Me recuesto en el suelo y él se arrodilla entre mis piernas. Knox engancha


un dedo en las bragas de raso y las desliza por mis piernas. Las pateo el
resto del camino.

Mi culo desnudo está en la única alfombra nueva de la casa. Pensé que iba
a poner la toalla debajo de mí, pero en lugar de eso, echa la espuma de
afeitar sobre la parte superior de mi pelvis.

Hace frío y tiemblo al contacto. Empieza a chorrear por mis pliegues, y


grito:

—Ay.

Knox capta mi atención, una sonrisa diabólica en su rostro. Tengo la


impresión de que es algo que ha estado planeando.
—La cosa del rastrojo está rasguñando. —Knox arrastra la navaja por mi
banda de pelo—. Al no afeitarte, estás arriesgándote a que no quiera besar
tus labios. —Él mueve los ojos hacia abajo—. Y quiero besar estos labios.
—Me separa las piernas y arrastra la maquinilla de afeitar junto a mi
montículo, limpiándola con la toalla después de cada línea.

Por una vez, no sé qué decir. No tengo una respuesta ingeniosa.

Trabaja en silencio, en el afeitado más profundo que he tenido. Estoy un


poco nervioso por la hoja, pero él es cuidadoso. Por alguna razón, la
actividad lenta y deliberada acelera mi corazón y me llena de alborotos. Me
duele su toque.

Satisfecho con su trabajo, deja la maquinilla de afeitar en el piso y limpia


toda la zona con el paño húmedo. Knox me acaricia con la toalla,
asegurándose de que limpió la espuma de todas partes. Me siento como un
motor en uno de sus coches. Es increíble cómo alguien tan brutal puede
trabajar tan delicadamente.

Knox apoya su mano en mi barriga, y se inclina para besar la piel recién


descubierta que está expuesta. Yo jadeo, todo es más sensible y me
retuerzo para hacer frente a la intensidad. Sus labios y lengua se toman su
tiempo explorando mi piel recién descubierta, e inclino mis caderas,
deseándolo para más.

El calor corre a través de mis venas, y gimo. Parece que estoy esperando
todo de nuevo. Como si fuera miércoles por la noche.

Me acaricia con su dedo, mis paredes están resbaladizas y listas para él.
Atragantada por él. Mi humedad extrema parece complacerlo y gruñe.
Demasiado rápido, retira del dedo, se para y agarra la pierna de sus
vaqueros.
Tirando de los vaqueros, saca otro condón.

—Tengo un DIU, no lo necesitas —le digo, sabiendo que Darla me mataría


sino lo probara, pero de alguna manera no doy una puta mierda en este
momento.

—Lo necesito —gruñe.

Eso es definitivo. No voy a discutir.

Después de rodar, Knox agarra mis caderas y me da la vuelta. Estoy boca


abajo en la alfombra nueva. Él agarra mis caderas otra vez, esta vez
tirándome en cuatro patas, su dura polla contra mí, ahora goteando contra
mis labios desnudos.

Su mano sube por mi columna vertebral, sumergiéndose en la curva de mi


espalda, dejando un rastro de lava en su estela. Me inclino hacia atrás
sobre él, blandiendo contra su erección, burlándolo. Pidiéndolo.

Knox me ignora y desabrocha mi sujetador, dejándolo deslizar por mis


brazos hacia el suelo. Él se acerca y agarra mi cabello, ahora
balanceándose libremente.

—Joder, estás caliente —dice, su voz fuerte y chillona.

Un gemido alto se me escapa en respuesta y él conduce su polla dentro de


mí. Mis codos se inclinan ante la fuerza, pero evito golpearme la cara
contra el suelo. Al mismo tiempo, mi coño estalla con el calor, la lujuria y
el deseo.
Traducido por ZombieQueen
Corregido por Addictedread

Profundamente dentro de ella, paso mi mano sobre la curva de su cintura,


sus caderas y su culo, antes de apretar nuevamente su cintura. La
mantengo en su lugar mientras me muevo dentro y fuera de ella, mis bolas
golpeando contra sus labios.

No puedo jodidamente creer que ella yació allí y me dejó afeitarla. Cada
parte. Me tomé mi tiempo y ni siquiera me importó. A juzgar por sus
gemidos, lo disfrutó tanto como yo.

Excepto que probablemente no se dio cuenta de la verdadera razón por la


que quería afeitarla. No hay forma en que lo hiciera. Avery habría dicho
algo si supiera que sabía sobre sus blogs.

No puedo esperar a ver lo que ella dirá sobre esto en su próximo video.
Usando un pañuelo para esconder los chupones.

Mi corazón golpea contra mi caja torácica mientras la embisto. Mierda,


espero no lastimar sus rodillas. Ella no se queja, de todos modos.

Avery se inclina hacia atrás y toma mis bolas. Hormiguean como locas
contra su piel, y las tira en su palma. Jódeme. Jódela. Esto es demasiado
bueno.
Sigo embistiéndola, forzando más y más gemidos de ella. El sonido envía
escalofríos por mi espalda. Por mucho que me encanta follarla por detrás,
necesito más de ella gritando mi nombre.

Dejo de moverme, inclino mi cuerpo sobre el de ella y digo:

—Iremos a la cama.

—Vamos a la otra, el colchón es mucho mejor. Este apesta demasiado —


dice, su voz susurrante y suplicante.

Tan divertido como es follarla en esta habitación, ese colchón es una


mierda.

—Bien —expreso.

Avery se mueve para alejarse de mí, pero aprieto mi agarre y empujo en


ella de nuevo. Y otra vez. No he terminado de hacer esto todavía.

Froto la mano sobre la parte más carnosa de su culo, marcando un


objetivo y golpeándolo.

—Ah —gime.

—¿Te gustó? —pregunto.

No dice nada, pero deja salir otro gemido que va directo a mi polla.

Su coño se aprieta alrededor de mi polla mientras se estremece, cuando mi


mano hace contacto con su redondo trasero. Levanto mi mano más alta
esta vez y golpeo más fuerte.

La espalda de Avery se arquea con fuerza ante el impacto, su coño se


aferra mi pene. Su culo está rojo por mi trato y cambio de mano para
brutalizar la otra mejilla. La golpeo una vez, dos veces, sonriendo mientras
empieza a ponerse rosa.

Mis bolas comienzan a cosquillear y el hormigueo se acerca al máximo. Sin


disculpas, me salgo, me pongo de pie y la levanto. La hago girar y la acerco
a mí, como cuando bailábamos.

El baile que se sintió tan bien. No he bailado desde antes de que Piper
naciera. Quizás bailar con Avery hizo que valiera la pena la espera.

Con mi dedo índice inclino su barbilla y presiono mis labios contra ella.
Mis bolas todavía están hormigueando como locas y necesito que se
calmen, pero el beso no ayuda. Por el contrario, están hormigueando más
y estoy demasiado cerca del borde.

Rompo el beso y me alejo. Es imposible hacer que mis ojos dejen de


inspeccionar su cuerpo desnudo. Desnuda incluso del pelo que le afeité. Lo
único que la cubre ahora son mis chupones.

Avery levanta su brazo y pasa sus dedos por mi pecho. Cierro los ojos
mientras su mano se acerca a mi polla, pero ella no la toca. En vez de eso,
sus dedos se mueven de nuevo, trazando las líneas de mis abdominales y
pectorales.

Cuando llega a mi cuello, los desliza sobre mi hombro y mi brazo, esta vez
agarrando mis músculos.

Traga con fuerza cuando su mano alcanza la mía. Entrelazo mis dedos con
los de ella, una sonrisa esparciéndose a través de mi cara. Avery me mira,
sus labios entreabiertos y sus párpados pesados.

Es demasiado.
Todavía sosteniendo su mano, la llevo al otro dormitorio. A diferencia del
de sus videos, éste sigue estando exactamente igual que cuando la señora
Coupland vivía aquí, pero con diferentes muebles. El armario está abierto,
y la ropa se amontona en su tocador y a los pies de su cama sin hacer.

—Oh, mierda, oops. Me olvidé de limpiar esto —dice Avery mientras se


aleja rápidamente de mí, y barre la ropa de la cama en sus brazos y la deja
caer sobre la pila en el tocador.

¿No me estaba esperando esta noche? ¿Dónde creyó que estaríamos?

—Ven aquí —digo y sostengo su trasero mientras la empujo a la cama.

El colchón es firme y no nos hundimos en él. Perfecto.

Avery se acuesta sobre su espalda y yo me posiciono entre sus piernas.


Guio mi punta a su entrada, sus paredes tensas a mi alrededor mientras
me muevo a su interior.

Nuestras bocas se encuentran y nos besamos mientras comienzo a


moverme. Rompe el beso para respirar, sus pechos balanceándose por mis
embestidas.

—No olvides mi nombre —digo, mi voz suave en su oído.

—¿Cómo podría olvidar tu nombre, Knox?

Su voz, sus palabras. Mi nombre saliendo de su boca. Necesito más. No


puedo pensar en nada más que en esto.

—Dilo —gruño y me empujo dentro de ella con más fuerza.

—Jesus, Knox, esto es una locura. Oh Dios, ¡Oh Dios, Knox!

Cada palabra es más alta y más alta y tensa mis bolas más y más.
—Knox —grita fuertemente en mis oídos y pierdo el control.

Mi verga explota dentro del condón, escalofríos suben y bajan por mi


espalda y piernas en un violento orgasmo.

Avery grita, clavando sus uñas en mí y se retuerce debajo de mi cuerpo.


Juro que estoy a punto de llenar el condón de nuevo con su sola visión.

Permanecemos quietos por varios minutos, recuperando la respiración. No


estoy listo para irme.

Ruedo de su cuerpo, yazco sobre mi espalda junto a Avery. Quitándome el


condón, lo dejo en su otra mesita de luz.

—¿Qué hora es? —pregunta.

—Medianoche —digo mirando su reloj despertador.

—No tienes que irte aún, ¿verdad? —dice Avery, apretándome los brazos.

—Aún no —indico rodando hasta ponerme de costado.

Avery tira del edredón del extremo de su cama sin hacer y nos cubre con
él. Rueda sobre su lado, de cara hacia el otro costado y se acurruca en mi
cuerpo.

Coloco mi brazo sobre ella y la empujo contra mí.

Esta es la única vez que tendré la oportunidad de dormirme con Avery en


mis brazos o con cualquier otra mujer. Es uno de los sacrificios que he
hecho por Piper. A la mierda, sí. Espera, no. No hay relaciones, no hay
mujeres en mi cama desde que tenía veintidós años.

Para el miércoles ya estaría fuera de aquí. Pero después de pasar todo el


día con Avery y esta noche, no lo sé. Todavía no puedo irme.
—Esto fue bueno —dice Avery.

—Muy bueno.

Mi cuerpo se siente pesado y cierro los ojos.

Mierda. La alarma dice que son las cuatro de la madrugada. Mi plan era
descansar solo diez minutos. Tal vez quince. No la mitad de la noche.

—Tengo que irme —susurro en el oído de Avery, sin querer despertarla.

—No —gime.

—No hay otra opción.

Beso su cabello, paso mi mano por su coño rasurado una última vez y
abandono la cama tan suavemente como puedo. Luego de encontrar mi
ropa en la otra habitación, me visto y me marcho.

Sin hacer ruido, abro mi puerta y entro a hurtadillas en mi casa. Darla da


un respingo en el sofá, su cabello revuelto a su alrededor.

—Santa mierda, ustedes dos son máquinas —dice Darla.

—¿Está todo bien con Piper?

—Sip, es una niña genial. Nos divertimos mucho. Cuando quieran darse
otro festín de sexo, solo avísame. Me alegra venir a pasar tiempo con Piper
y darles tiempo a ustedes dos.

Gruño, esperando que se marche antes de que arruine mi buen humor.

—No tienes que preocuparte por el tiempo que me quedo, tengo mi iPad.
Acabo de follar virtualmente a mi chico juguete. Pobre, tendrá dificultades
limpiando su teclado. Con todo ese semen metiéndose debajo de las teclas
y eso.

¿Cuál es su jodido problema? La observo en silencio.

—Como sea, mejor que te hayas encargado de las necesidades de Avery y


no solo de las tuyas, Señor.

Conmocionado, cansado, le gruño.

—Me voy a la cama —digo, y subo las escaleras.


Traducido por Florpincha
Corregido por Jessmddx

Me despierto a las siete, siendo una bola de energía. A pesar de toda la


actividad física de anoche, no me he sentido tan bien en meses.

Estoy llena de ideas para mis blogs, gracias a Knox. Ideas sobre cosas que
nunca se me ocurrieron antes. O cosas que Nathan nunca haría. El
facesitting5, la nalgada, el afeitado. Joder, Knox es bueno.

Aunque, a pesar de todo el sexo increíble, la memoria que me calienta más


que cualquier otra cosa, sorprendentemente, es la risa y el baile. Aunque
quedarme dormida en sus brazos fue muy jodidamente agradable,
también. Estar con Knox fue pura diversión.

Al igual que la cena con él la otra noche fue divertida.

Recordando las reglas, suspiro. Esto es un arreglo que rasca la picadura, y


no puedo olvidar eso. Tengo que mejorar en suprimir mis emociones, es
todo.

Darla todavía duerme. Ni siquiera sé a qué hora Knox se fue la noche


anterior. Después de cerrar la puerta para dejarla dormir en paz, me

5 FaceSitting: es una práctica sexual que consiste en sentarse en la cara de alguien.


ducho, me visto y me meto en mi habitación falsa para fotografiar algunas
de mis nuevas ideas.

Mierda, a este lugar parece que le explotó una bomba. Los charcos secos
de crema de afeitar puestos en la alfombra nueva, las cosas de mis
estantes y estantería de lencería están esparcidas por la habitación, y la
cama cayó en un desorden.

Me paso media hora tranquilamente ordenando, pasando una y otra vez lo


que quiero del video en mi cabeza antes de que lo olvide. La cama es una
pesadilla para llegar a lucir bien de nuevo, y acabo tirando el colchón así
no hay una zanja enorme en el medio.

Finalmente estoy lista para grabar mi video. Mierda. Una última mirada
cuidadosa en el espejo, y me doy cuenta de que mi cuello está cubierto de
chupones. Corro las puntas de mis dedos sobre las marcas. En lugar de
ira, mi mente está llena de la memoria de Knox haciéndomelos, y tengo
que ajustarme antes de que mis bragas se mojen demasiado.

Después de cavar en mi armario, encuentro una bonita bufanda rosa y la


aprieto alrededor de mi cuello para esconder los chupones. De vuelta en
mi habitación falsa, hice récord y empiezo a hablar.

—Señoras, si encuentran a un hombre que sabe lo que está haciendo, me


refiero a alguien que realmente sabe cómo tratar su cuerpo, alguien tan
increíble que sople sus mentes, aférrense a ellos apretadamente. Incluso si
es solo es una relación de folla-amigo. Porque esos hombres son
unicornios, y creo que todas sabemos lo mucho que cada chica sueña con
encontrar un unicornio. Pero no se preocupen chicas, estoy aquí para
enseñarles cómo convertirse en un unicornio. O al menos un caballo
blanco. Chicos, se convierten en uno de esos tipos de amantes, y sus
mujeres le suplicarán que hagas lo que quieras con ella.
¿Cómo habría hecho este video con Nathan como mi punto de referencia?
Ese hombre no era ningún tipo especial, y ciertamente no trataba mi
cuerpo como si fuera especial.

Hablo un poco más sobre cómo un hombre puede aprender, tratando de


darles esperanza, y lo más importante, hacer que quieran ver el resto de
mis videos y convertirse en uno de mis suscriptores.

Todavía enrojecida por la emoción de anoche, me apresuro a editar el video


y publicarlo.

Después de golpear el botón, golpeo mis dientes con mi dedo,


preguntándome si debería hacer un video de afeitado. Definitivamente
quiero, pero quizás es mejor esperar un par de semanas, hasta que no sea
tan personal. Después de todo, el propósito de mis videos es ayudar a las
personas a mejorar sus vidas sexuales, no airear mi vida sexual. Solo
porque mi vida sexual de repente pasó del convento a la escalera, no
significa que tenga que compartir todos los detalles con mis espectadores.

Por lo menos tengo buenas noticias en mi bandeja de entrada, los


comentarios del troll se han quitado y la persona que los hizo han sido
prohibidos.

Me cambio la parte superior, y estoy a punto de rodar un video sobre las


nalgadas, cuando Darla irrumpe en la habitación.

—No puedo creer que estés aquí. No deberías poder caminar. ¿Fue una
desilusión Knox?

Me eché a reír y sacudir la cabeza en un no.

—Entonces, ¿por qué puedes caminar? Estuviste hasta las cuatro, no


puedo creer que estés despierta.
—¿Las cuatro? ¿A qué hora se fue?

—Sí, nena, estuve despierta toda la noche para que puedas follar más
tiempo.

—Nos dormimos a la medianoche.

—¿Qué? No es de extrañar que parezcas tan descansada —dice, dejándose


caer en la cama.

Darla estropea la cama de nuevo, pero estoy demasiado ocupada riéndome


para decirle que se mueva.

—Deberías haber dormido en su sofá. Descansar un poco —digo riendo.

—No pude. El juguete me divirtió en línea, ¿sabes?

Alarmada, digo—: Mejor que Piper no haya oído.

—No te preocupes, ya estaba profundamente dormida. Lo comprobé.

—¿Cómo estuvo anoche? Porque tendré que matarte si no me pasas


alguna información para saber de Knox.

—No te preocupes, el tipo no pasó ni una vez.

—¿Jugaste mucho más de lo que preferirías?

—Infiernos, sí. Además, hablamos de su madre.

—¿Qué? —vocifero. Piper nunca me habla de su madre.

—Sí, llamé a la licenciada de África, y me dijo que ella no sabe nada de su


mamá. Lo cual es raro, pensé que iba a decir que su madre murió, pero al
parecer ella está viva y pateando.
—Oh Dios, por favor, dime que no dijiste nada que la moleste, Knox va a
estar furioso.

—Al contrario, ella se sintió aliviada de que alguien finalmente vio a través
del trabajo de caridad en la mierda de África. Piper quiere respuestas, es
todo. Era un grito de auxilio, no puedo creer que no lo supieras.

Mi frente se arrugo, y miro a Darla, procesando sus palabras. ¿Necesitaba


Piper mi ayuda, y me lo perdí? Ella es tan brillante que tomé la cosa de
África en su valor nominal. Ahora me siento como una idiota por ello.

—Oh —murmuro.

—De todos modos, cariño, todavía no has derramado la tierra de anoche.


¿Cómo fue él?

Mi cuerpo se calienta y una sonrisa brota en mi cara en el recuerdo de


Knox.

—Mírate, sin palabras y sonrojándote, debe haber sido bueno —dice Darla,
riendo.

—Aquí, mira el video que acabo de publicar —indico, y di a comenzar el


video.

Darla se inclina cerca para mirar, sus labios fruncidos mientras ella ahoga
una risa.

Cuando el video termina, dice:

—¿Unicornio?

Me mordí el labio inferior, asentí y dije:

—Él fue tan bueno.


—O tú estabas tan desesperada. Seis meses desde Nathan. Y sin ofenderlo,
pero nunca me golpeó como un Dios del sexo.

—No me ofendo. Knox no podría ser más diferente a él.

—Tienes suerte de tenerlo justo al lado.

—Mis días de semana son mucho mejores, eso es seguro.

—Espera, nena, ¿por qué llevas una bufanda cuando hace calor?

Darla tira de mi bufanda, sacándola y exponiendo mi cuello. Mi mano


vuela para cubrir las marcas dejadas por Knox. Ella resopla al verlas.

—Cállate. Ni una palabra —expreso con una sonrisa.

Ella me saca la lengua y las dos nos disolvemos en un ataque de risa.

—Mira, ahí está ahora —dice Darla, asintiendo hacia la ventana.

Knox está en pantalones cortos y zapatos de correr, y se extiende para


abrir la puerta del garaje. El rastrojo está de vuelta, y se ve más caliente
que nunca. Mi cuerpo se llena de calor al verlo, y mi corazón corre.

Él mira hacia la ventana, y me inclino hacia atrás. No estoy segura de


querer que me vea, todavía no.

Dos días, ese es el tiempo que tenemos que esperar hasta que Piper vuelva
a la escuela.

Dos largos días.

Salimos a cenar esa noche y hablamos de la tienda toda la noche. Aunque


me divierto con Darla, sigo pensando en Knox.
Darla pasa la mayor parte del domingo por la mañana en su habitación,
con FaceTime, su juguete de niño. Ella termina de irse después del
almuerzo. Me paso el resto del domingo deseando que el lunes se apure y
llegue.
Traducido por Jessica8591
Corregido por Jessmddx

Es domingo por la noche, y Piper se levanta del sofá para ir a la cama.

—¿Cómo te sientes, cariño? ¿Te sientes bien para ir a la escuela mañana?


—le pregunto. No quiero apurar su espalda ni nada, pero después del
viernes por la noche, realmente me gustaría hacerle a Avery otra visita.

—Sí, papá, me siento muy bien. Estoy aburrida de estar tanto tiempo en
casa. Extraño a mis amigos.

—Siempre y cuando estés segura.

—¡Sí, buenas noches! —dice Piper, subiendo las escaleras.

Abro Hulu y veo dos episodios de Comunidad porque me recuerdan la


noche con Avery. A mitad del segundo, lo apago, enojado conmigo mismo
por permitírselo. No hay relaciones.

En su lugar encuentro una película para ver, con una gran cantidad de
cosas estallando en ella.

Cuando la película termina, no puedo evitarlo. Agarro mi iPad y abro el


canal de YouTube de Avery. Como siempre, hay un nuevo video de ayer y
hoy. Hoy es ella hablando de algún libro. El sujeto no me interesa, y no
hay marcas en su cuello. Debe haberlo filmado antes. Termino
observándolo únicamente para escuchar su voz.

Empiezo el video que publicó ayer. Ella lleva una bufanda para cubrir las
marcas que dejé en su cuello, y mi polla se estremece ante la visión. Se
endurece completamente cuando me doy cuenta de lo que está diciendo.
Soy su jodido unicornio. No es que necesitara un video para saber que la
hago enloquecer, pero ahora se lo está confesando al mundo entero.

Con la intención de dejar un comentario, intento iniciar sesión, pero mi


cuenta ha sido prohibida por infringir las reglas de su comunidad.
Aparentemente no se te permite amenazar a la gente.

Como sea. Veo el vídeo de nuevo y empiezo a pensar en todas las cosas
que voy a hacer con ella por la mañana.

***

En el Thunderbird, dejo a Piper en la escuela para el club de desayuno a


las ocho, y regreso a casa. Ni siquiera me molesto en llevarlo todo el
camino hasta mi garaje antes de saltar y salir a la puerta de Avery.

Toco el timbre y espero. Toco el timbre nuevamente. Será mejor que esa
chica Darla no esté.

Avery abre la puerta, atando una bata blanca de algodón a su alrededor.


Engancho mis manos en el cinturón y la meto a la casa, pateando la
puerta con el pie.

—Buenos días —dice.

—¿Ya te bañaste? —le pregunto, besando su cuello y tomando su mano en


la mía. Su olor colocó mi polla en alerta.
—No, me levanté y todavía no he tenido tiempo. Normalmente tomo un
café primero para poder empezar.

No digo nada mientras la arrastro por las escaleras y hacia el baño. Abro
su bata, revelando una vieja camiseta con la que debe haber dormido. La
hinchazón de sus tetas debajo, colgando libre me obligo a tragar con
anticipación.

—Guau, no esperaba esto —indica.

Le sonrío, debatiendo si decir algo sobre su video. Después de todo, ella


dijo que quiere que su unicornio se propasase con ella.

Moviendo mi cuerpo contra el de ella, aplasto mi boca contra la suya.


Nuestro beso es frenético. Han sido dos días y medio, pero se siente como
dos años.

Deslizo la bata por encima de sus hombros, la dejo caer al suelo. Ella
levanta sus brazos mientras le saco la camisa por encima de su cabeza y la
suelto sobre la bata.

Avery lucha con mi ropa, y saco mi camisa mientras ella tira mi pantalón
corto y boxers.

Con una mano en la parte baja de su espalda, la empujo contra mí,


nuestros cuerpos desnudos presionados fuertemente juntos. Avery corre
sus labios sobre mi pecho, llenando mis venas de fuego. Con mi otra
mano, apago el agua, la pongo a una buena temperatura y giro el grifo
para comenzar el baño.

—Entra —digo, instándola a entrar en la bañera.

Sin dudarlo, Avery entra en la bañera y mete la cabeza bajo la ducha.


Cierra los ojos y se moja el pelo. El agua corre por su cara y sobre sus
tetas y hacia abajo, a su coño afeitado. Avery aumenta el espectáculo,
pasando sus manos sobre su cuerpo.

Que me jodan.

Dejo que mis ojos se deleiten con la vista. Mi polla está completamente
despierta ahora. Toda la sangre de mi cuerpo se ha ido a ello. Tengo que
seguir el plan, tiene que esperar.

Entro en la bañera y froto mis manos sobre la piel húmeda de Avery. Mis
labios se aplastan contra los suyos, y me muevo contra ella.

Rompiendo el beso, mis labios viajan por la piel resbaladiza de su cuello


hasta que estoy inclinado con su pezón en mi boca.

Ella gime, y yo continúo con mi plan. Siguiendo el curso del agua, le beso
sobre su estómago, hasta que estoy arrodillado delante de ella. Agarrando
su culo para sostenerla, golpeo mi lengua a través de sus pliegues,
localizando su clítoris.

Usando mi lengua, la expongo a los golpes del agua. El agua caliente fluye
por ambos lados, y guío el agua hasta su clítoris. Tomando un bocado de
agua, chupo su clítoris en la piscina de agua en mi boca, y obligo al agua a
ir de aquí para allá.

Avery jadea, y sus piernas se abrochan, pero sostengo su culo apretado


para apoyarla.

—Knox —dice, sujetando sus manos en mis hombros.

Es la hora. Muevo una mano a través de su espalda para que mi brazo


pueda apoyar su cuerpo. Por otra parte, empujo dos de mis dedos dentro,
y los bombeo contra su pared delantera.
—¡Ah! —Avery llora mientras sus piernas se doblan. Mi brazo libre toma
todo su peso. Sus piernas colgando inútiles bajo ella. Su agarre en mis
hombros termina, y sus brazos cuelgan inútiles a su lado.

Sigo trabajando en su coño.

—Ayuda —dice, sin aliento, con el torso caído contra la pared.

La ignoro.

—No puedo, no puedo —expresa, pateando impotente en mi cabeza—. Por


favor.

Ella se ve incómoda, y logré lo que quería. Retiro mis dedos y la mantengo


firme. Al ponerme de pie, apago el agua y la abrazo.

Pero ella es simplemente una gelatina y lucha por salir de la bañera. La


arrojo sobre mi hombro y camino hasta su dormitorio, al complicado buen
colchón, y la arrojo a la cama.

Corro de regreso al baño y saco un condón de mi pantalón. Me apresuro de


nuevo en el dormitorio. Avery está apoyada en los codos, las rodillas
dobladas y el agua de su cabello mojado goteando por sus tetas.

Nuestros ojos se conectan, y mi polla pulsa con dolor, con necesidad.


Empiezo a enrollar el condón.

—Si nos hacemos la prueba, no necesitarías eso, sabes. Tengo un DIU.

—Ya me lo dijiste —digo, mientras termino de poner el condón. Ya me han


hecho la prueba, sé que estoy limpio. Ese no es el problema.
Avery desliza una pierna hacia abajo, con una sonrisa sensual en sus
labios llenos. Se pone mejor a cada segundo. Subo a la cama y entre sus
piernas, deteniéndome para besar sus tetas en el camino hacia arriba.

Nuestros labios se enganchan y paso mis dedos por los de ella,


sosteniendo sus manos junto a su cabeza. Empujo mi polla en su entrada,
y gime en mi boca.

Colocando mi cabeza junto a la suya, me muevo en sus paredes apretadas.

—Sabía que no podrías venirte en la ducha —digo, gruñendo bajo.

Avery no dice nada, en lugar de eso gime mientras empujo dentro y fuera
de ella.

Continúo:

—Porque no importa cuán fuerte soy, solo tengo dos brazos. Y sé lo que
estoy haciendo.
Traducido por Jessica8591
Corregido por Jessmddx

No lo entiendo.

Mi cuerpo está gritando de alegría y no puedo pensar bien. Apenas puedo


ver directamente, mi cuerpo temblando por todas partes, incluyendo,
aparentemente, mis ojos.

—Y es por eso que no puedes meter tu coño seco en la ducha —dice Knox.

Aun no entiendo. Solo el recuerdo de nosotros en la ducha me inunda


nuevamente. Pensé que iba a romperme la cabeza y morir en esa ducha, y
una parte de mí piensa que habría valido la pena.

—Knox —digo, gimiendo ante el recuerdo reciente.

Aumenta la profundidad de sus empujes, su enorme polla contra mis


paredes. Pierdo la capacidad de respirar mientras mis músculos se
aprietan alrededor de mis pulmones.

—Oh, Knox —grito, y mi coño se convierte en una ola de contracciones.


Ondas irradian desde entre mis piernas mientras que agarro Knox por
ayuda. Me doy cuenta de que estoy clavando mis uñas profundamente en
su espalda, y obligo a mis dedos a relajarse.

Knox gruñe y su polla vibra. Golpea su pelvis contra la mía y se entierra


profundamente dentro de mí cuando llega.

Su pecho se agita mientras se mantiene encima de mí, y ambos luchamos


para recuperar el aliento.

Mirándome, me dice:

—Estoy realmente ansioso por tenerte rogándome que haga lo que quiera
contigo. —Hace una pausa, y añade con una sonrisa—, y tu gatito.

Mierda, de pronto entiendo.

Mi respiración se queda atrapada en mis pulmones y siento que me estoy


asfixiando. Giro mi cabeza y me obligo a toser. No me atrevo a mirar a
Knox, pero siento cómo su cuerpo se mueve mientras se ríe.

Intento alejarme de él, huir y esconderme. Knox me atrapa, sin dejarme ir


a ninguna parte. Debería haber sabido por la forma en que no se asustó
con mi pared de juguetes sexuales el viernes. Idiota.

—No huyas de tu unicornio, tienes que aferrarte fuerte —dice, moliendo su


polla contra mí mientras habla.

Me estremezco, deseando una vez más que la tierra me trague


completamente.

Resignada, le pregunto:

—¿Cuánto hace que lo sabes?


—Desde la primera vez que nos conocimos.

—Oh, ¿eres un viejo admirador? —bromeo, tratando de revertir la


situación.

Knox se ríe y levanto la cabeza para observarlo. Tan pronto como mis
labios están elevados, me da un beso en ellos, aún medio riendo.

—¿Qué? —pregunto.

—Apenas. Ese día un amigo me dijo que te habías mudado a la ciudad.


Nunca había escuchado hablar de ti, así que me mostró tus videos.
Cuando te conocí esa noche, no podía creer que la chica caliente que da
consejos sobre el sexo vivía cerca de mí.

—¿Por qué no me lo dijiste? Eso es una especie de invasión a la


privacidad, o algo así. —Empujo mis manos en su pecho para moverlo de
encima, pero Knox no se mueve.

—Intenté comentar en el video del unicornio. —Me estremezco de nuevo


cuando dice unicornio—, pero mi cuenta ha sido prohibida.
Aparentemente no puedes hacer comentarios amenazantes.

—¿Has hecho otros comentarios en mis videos?

Me besa en la frente y responde:

—Sí.

Mi frente se arruga mientras trato de entender lo que dice. ¿Lo


Expulsaron? ¿Era troll?

—Imbécil, ¿cómo te atreves a hacer todos esos comentarios sobre mí?

—Se suponía que los apreciarías.


—Esto es una locura. Primero no me dijiste que sabías sobre mis videos,
ahora me estás diciendo que eras troll. ¿Sabes lo molesto que son esos
tipos de comentarios para mí?

—¿Por qué? Deberías darme las gracias.

Se acabó.

—Vete —exijo, empujándolo.

—¿Qué diablos, cariño? —dice, inclinándose en su espalda—. No debería


habértelo dicho. No tenía que hacerlo, sabes. Pero ya que estás publicando
acerca de mí ahora, pensé que deberías saberlo.

En mi mente, estoy brincando en mis pies con indignación. En realidad,


mis piernas son como una maldita gelatina, y no están brincando en
ningún sitio. Mi mente se desplaza sobre todo lo que ha dicho y hecho.

Maldición. El afeitado. Mierda. La ducha. El sexo duro y rápido. Llevando


la camisa azul para chuparlo.

Knox me mira.

—Ese tipo, Hung like a Donkey te estaba diciendo algunas cosas


desagradables. Pensé que apreciarías que tu… unicornio te proteja.

Entiendo. Una sonrisa se extiende por mi cara. No es troll.

—Por eso querías que me colocara la camisa azul mientras te la chupaba,


¿no?

Ahora es su turno de parecer incómodo. Knox mira hacia otro lado y por
un segundo, su respiración se detiene.
—Probablemente has estado allí observando ese video, masturbándote y
soñando conmigo dándote la mejor mamada del mundo. ¿Estoy en lo
correcto?

Knox se inclina, agarra mi cabeza y acerca su boca.

—¿Y que si lo hago? —gruñe.

Maldición, no esperaba esa respuesta. ¿Lo hizo? ¿Lo admitió? Las


mariposas estallan en mi pecho.

Sin aliento, digo:

—Espero que la realidad esté a la altura de tus expectativas.

—Incluso, mejor —dice Knox, y aplasta sus labios contra los míos.

Nuestro beso tiene todo el calor y la pasión como el anterior en el baño.


Por un momento, creo que vamos a empezar de nuevo.

Rompe el beso y dice:

—Tengo trabajo que hacer.

—Al igual que yo.

—¿Qué vas a decir de mí hoy?

—Nada. No siempre eres el sujeto, sabes. De hecho, casi nunca lo eres. —


Adiós a mi idea para hoy. Tendré que hacer un video respondiendo
preguntas para compensarlo.

—Hazme saber si necesitas ayuda. Estaré más que feliz de darte más
ideas.
Knox sale de la habitación. Su ropa sigue en el baño. Lo seguiría para
conseguir mi albornoz, pero mi cuerpo aún temblaba demasiado que no
puedo salir de la cama.

Él regresa, llevando su ropa, y se sienta en el borde de la cama para


vestirse.

—¿Estás en lo del auto esta noche?

—Cada lunes.

—¿Quieres que vea a Piper?

—Sí, si no te importa.

—En absoluto, ella es una niña genial. Has hecho un gran trabajo
criándola —digo, e inmediatamente me siento tonta. ¿Es extraño decirle a
un hombre que creo que es un buen padre?

Knox gira su cabeza, con las cejas arqueadas.

—¿Crees que sí?

Me las arreglo para gatear hacia él, y cubrirme con su espalda.

—Absolutamente. Piper es muy afortunada de tener a un estupendo padre.

No dice nada, y me siento como una idiota. ¿Por qué dije eso? Solo porque
lo pienso. Tengo que mejorar en este acuerdo. Es sexo, nada más.

¿Cómo puedo cambiarlo en algo más?

Knox se levanta para subirse el pantalón, y me caigo de nuevo en la cama.


Se cierra el botón, y no quiero que se marche. Quiero que se quede y pase
el resto del día conmigo. Pero sé que ambos tenemos hipotecas que pagar.
—Nos vemos —expone, y se dirige hacia la puerta del dormitorio.

—Si quieres un buen almuerzo, sabes dónde estoy —le digo.

Gruñe mientras atraviesa la puerta. Quizás el comentario de ser buen


padre fue demasiado. Demasiado lejos en un acuerdo de amigo con
beneficio.

Un segundo después, mete la cabeza en la puerta y dice:

—Ven a cenar esta noche, antes de que me vaya.

—Claro —respondo, llena de alivio cuando las mariposas vuelven a llenar


mi pecho.

—Comemos temprano esta noche, me voy a las cinco y media.

Los pies de Knox son pesados mientras se va.

—Está bien —grito mientras golpea las escaleras.

—Todavía no sé por qué estás tan enojada conmigo por atacar ese otro
comentario —grita desde el final de la escalera.

—No lo estoy —exclamo automáticamente, y la puerta se cierra. ¿Cómo


podría estarlo? Todavía no puedo creer que sea Ox Man, y que él se
preocupó lo suficiente como para atacar Hung like a Donkey por mí.

Estoy sin palabras. Y sigo siendo una gelatina. Me dejo caer nuevamente
en la cama, con la esperanza de poder caminar bien a la hora de la cena.

¿Por qué tengo que vivir junto a semejante hombre cuando nunca seremos
nada más que vecinos con beneficios?
Traducido por addictedread
Corregido por Jessmddx

Cada lunes, termino de trabajar a las cinco, tomo una ducha rápida y
caliento las sobras de un asombroso pote que hice el domingo para la
cena. No tengo mucho tiempo, la carrera de autos clásicos comienza a las
seis, y está a treinta minutos conduciendo.

Hoy, como todos los días después de la escuela, Piper está en su cuarto
haciendo su tarea. A ella le gusta sacarlo del camino para poder ver La ley
y el orden en la tarde. Ella solo muestra su rostro después de que la llame
para cenar. Aunque tal vez está evitando ayudar a preparar la cena.

Un minuto para las cinco, suena el timbre. Espero que Piper atienda, pero
no lo hace así que hago mi camino hacia la puerta y la abro. Avery está de
pie en la escalera, una sedosa bufanda envuelta alrededor de su cuello,
una media sonrisa en su rostro.

Maldita sea. No sé qué estaba pensando cuando invité a Avery a cenar esta
noche.

—Hola —dice ella.

—Entra. —Me giro y camino de regreso a la cocina.


—¿Dónde está Piper?

—Arriba, haciendo su tarea.

Avery se detiene cerca de mí, muy cerca de mí. Ella se pone de puntillas y
susurra:

—No te preocupes, ni siquiera es una insinuación.

Antes de que ella pudiera alejarse, la agarro fuertemente y la inhalo. Mis


labios se rozan contra los suyos y su boca se separa.

Esto no es bueno, ella no debería estar aquí. Esto va en contra de todas


mis reglas. Las reglas que he seguido durante trece años.

El problema es, que yo la quiero aquí.

—Tengo que apresurarme —digo, apartándome de ella antes que mi polla


se despierte.

—Por supuesto.

Avery me pasa platos de la alacena, y los lleno con mi chile. Cuando están
llenos, Avery los pone sobre la mesa y pone los cubiertos mientras yo
pongo la crema agria.

—La cena —grito.

Piper sale de su habitación y baja las escaleras dando saltos.

—¡Avery! —chilla cuando entra a la cocina.

—Hola Piper. Pensé en venir a pasar el rato contigo esta noche, hacerte
compañía.
—Genial.

—No voy a llegar tarde, Piper. Estaré en casa a las siete y media en punto.
—La carrera termina a las siete, puedo darle algún nuevo cliente a Marcus
y largarme de allí y volver con mi chica.

—No te preocupes por nosotras —indica Avery—. Podemos divertirnos.

Apartando los ojos de mi plato, miro hacia ella y nuestros ojos se


encuentran. Un estremecimiento me atraviesa, y rápidamente pongo mis
ojos de regreso en mi comida.

—¿Adivina qué? —le dice Piper a Avery—. Estaré terminando la secundaria


en menos de dos semanas.

—Eso es emocionante. ¿Grandes planes para el verano?

—No. Solo prepararme para la preparatoria.

—Va a ser un gran cambio, eso es seguro —expresa Avery.

No puedo creer que ella esté comenzando la preparatoria. ¿Cómo


reaccionaré cuando empiece a traer chicos a casa? Aparte de asustarlos
hasta la mierda.

—Avery, ¿puedes venir a mi graduación del octavo grado? Sería increíble si


pudieras venir.

—No sé, ¿cuáles son los planes de tu padre? —pregunta Avery.

No tengo ninguno, creo. Solo aparecer y ver a mi bebé terminar


oficialmente la secundaria.

—Tengo grandes planes, es muy emocionante y quiero que estés ahí para
eso —expone Piper.
—¿Qué planes? —pregunto. No sé nada sobre ningún gran plan.

—Es una sorpresa. Para ti también, papá.

—No me gustan las sorpresas.

—Bueno que pena, es mi graduación, mi sorpresa.

No tiene sentido discutir con ella ahora mismo. Sacudo la cabeza y meto el
resto de la comida en mi boca mientras las dos hablan. Escucharlas me
relaja.

—Tengo que correr —digo.

Como siempre, dejo mi plato sobre la mesa. Lo limpiaré cuando vuelva a


casa, después de que Piper se vaya a la cama. Recojo mi cartera, teléfono y
llaves, y salgo por la puerta.

Después de deslizarme dentro de mi Thunderbird, giro la llave y escucho el


motor ronronear. Mientras conduzco al show de autos, considero lo que
acaba de suceder. Me senté y tomé la cena con Avery y Piper. Y después,
dejé a las dos juntas y salí por la puerta para ir a trabajar. Como si
fuéramos una familia.

Esto no es algo que yo haya querido. Y es peligroso. Entonces, ¿por qué


invité a Avery a mi casa?

Por mucho que no quiera admitirlo, me gusta estar con Avery, incluso
cuando está completamente vestida.

La comprensión me molesta. Paso todo el tiempo del evento apoyado en el


costado de mi coche con los brazos cruzados, enojado. La cubierta esta
levantada, la gente puede mirar si quiere, pero no estoy de humor para
hablar con nadie.
¿Por qué diablos dejé que Avery se metiera en mi cabeza? Rompí las reglas.
No joder a la misma chica más de una vez al mes. No joder a alguien que
Piper conozca. Sin relaciones.

No podía mantener mi polla en mis pantalones y ahora todo está jodido.

—¿Qué mierda de problemas tienes esta noche? —dice Marcus en su


paseo de ida y vuelta por la calle.

Él lo llama relacionarse. Yo lo llamo pescar coños. Al menos así lo llamé


cuando yo lo hice. Marcus tiene más dificultades que yo. El moño rubio del
hombre no ayuda, pero su problema real era su ropa. Las muñecas de
aquí no están interesadas en trajes, quieren músculos en exhibición.

—Nada.

Él se apoya en el auto al lado mío.

—Te conozco desde hace mucho tiempo, amigo, esto no es nada. Estás
jodidamente enojado. Mírate, tu cara esta tan endurecida, estás asustando
a la gente.

—Bueno.

—¿Es esa nueva chica de la que me hablabas?

—Vete a la mierda.

—¿Eso es un no?

Exhalé fuertemente. Ni siquiera puedo averiguar lo que era. O si es sobre


Piper o no. Claro, ella es genial, pero ahora tengo todos estos jodidos
sentimientos por Avery que nunca quise tener y no sé cómo puedo tener a
ambas.
Juré y perjuré cuando Piper fue puesta en mis brazos ese primer día, que
yo no la expondría a una serie de relaciones. Que no sería como mi madre.
Tenía un papá diferente cada mes. A veces cada semana. Ninguno de ellos
duró. A ninguno le importaba un carajo.

No iba a repetir eso con una serie de mujeres. Al menos no en mi casa. Mi


chica y mi hija se mantendrían separadas.

Pero hasta ahora, nunca pude verme a mí mismo con algo más que una
serie de mujeres. ¿Cómo podría cualquier hombre ser feliz con solo una?
En lo que a mí respectaba, todo lo que quería hacer era doblarlas sobre mi
coche y divertirme un poco por la noche.

—¿Vas a decir algo? —pregunta Marcus.

—No.

—Lo que sea que esté pasando, necesitas relajarte.

—¿Relajarme? —repito, mi labio atascándose.

—Sí, hombre, siempre te tomas la vida tan en serio. Deja de privarte por
una vez. Relájate y disfruta de las cosas.

—Tengo una niña, no puedo.

Marcus rio:

—Probablemente Piper te agradecería por no ser un bastardo tenso. Y yo


también.

Gruño, los músculos de mi espalda se tensan con la situación.


—Pensé que estarías follándola hoy. ¿Fracasó? —Contra mi voluntad, una
sonrisa se forma en mi cara—. Perro. ¿Ella era tan buena como pensaba
que sería? ¿Conseguiste que tu polla bajara por la garganta de la perra?

Igual de rápido, la sonrisa desapareció.

—Cierra tu puta boca —chasqueé, reacio a escucharlo hablar de Avery así.

—Quisquilloso. Para mí suena más que una follada.

—Me voy a casa.

Sin esperar a que Marcus se fuera, cerré mi cubierta, abrí la puerta de mi


auto, entré y encendí el motor.

Tengo treinta minutos conduciendo para averiguar qué decirle a Avery


cuando llegue a casa.
Traducido por Florpincha
Corregido por MagaPali

—Como dije, ya es suficiente de la ley y el orden. Estamos viendo algo más.

—Pero el trato es que yo ayudo con los platos y podemos verlo —dice Piper
haciendo pucheros.

Después de que Knox se fue, terminamos nuestra cena a un ritmo más


lento, charlando sobre todo tipo de cosas. Pero yo era demasiado gallina
para ir a ninguna parte cerca del tema de su madre. Piper no lo mencionó,
así que la dejé en paz.

Cuando terminamos de comer, Piper salió de la habitación. Mi madre me


hubiera matado si lo hubiera hecho. La llevé de vuelta y le dije que
estábamos viendo el canal de noticias toda la noche a menos que ella me
ayudara a limpiar todo. Y quizás la he sermoneado sobre que ayude a su
padre más.

—Vimos La ley y el orden, acaba de terminar. Ahora vamos a ver otra cosa.
¿Qué te parece la Comunidad?

—Bien —se queja. A veces veo un montón de Knox en ella.

—Puedes escoger el episodio —digo como una ofrenda de paz.


Piper toma el control remoto y se desplaza a través de Hulu hasta que
encuentra el episodio que quiere. Es la primera pelea de paintball, una de
mis favoritas. Y aparentemente de Knox también . Las cifras que tendría el
mismo programa de televisión favorito de todos los tiempos. Y banda
favorita. Me pregunto qué más hay.

Acabamos de ver el episodio de paintball cuando estuve aquí el jueves. Esa


noche también fue fácil. Estar en esta casa es demasiado cómodo. Con
Knox y Piper.

Olvida cómodo, ¿a quién estoy engañando? Me gusta estar aquí. Me


gustan. Quiero pasar el rato con ambos.

Pero como me he estado diciendo todo el día, tengo que recordar que esto
es sobre sexo.

No sé cómo hacer eso solo sobre el sexo cuando Knox hace cosas como
invitarme a cenar y defenderme contra los trolls de internet. ¿Cómo? Esto
no es justo. Y nunca va a funcionar.

Porque cuanto más tiempo paso con él, desnudo o no, más tiempo quiero
pasar con él.

¿Por qué me metí en esta situación? Cuanto más me siento aquí, rodando
en mi mente, más enojada me vuelvo. Las lágrimas me pinchan los ojos, y
finjo reírme para poder limpiarlas sin que Piper lo note.

No estoy preparada para un arreglo de mierda. No puedo mantener mis


sentimientos separados. Nunca va a ser suficiente para mí, y es mejor que
termine ahora, antes de que mis sentimientos se vuelven aún más fuertes.

Me dolerá mucho menos.


Cerrar mi puerta al sexo más asombroso nunca va a ser fácil y requiere
cada onza de mi fuerza de voluntad, pero no tengo elección. No puedo
dejar que mi corazón se involucre más de lo que ya está, porque sé que
sería aplastado. Knox lo dejó claro, sin relación. Y aquí estoy, ni siquiera
una semana después, deseando más de él que su cuerpo.

No tengo otra opción.

Piper puso el siguiente episodio de Comunidad, la conclusión del episodio


de paintball. Miro mi reloj, son casi las siete y media, Knox debería estar
en casa en cualquier momento. No estoy segura de poder enfrentarlo
ahora.

—Guau, acabo de tener esta loca idea para mi libro —digo sin mirar a
Piper. ¿Aún piensa que estoy escribiendo un libro?—. Tengo que irme para
poder escribirlas todas antes de que me olvide. Tu padre estará en casa en
un minuto, ¿te encuentras bien si me voy ahora? —Fuerzo tanto
entusiasmo en mi voz como sea posible.

—Por supuesto. Estoy casi en la escuela secundaria. ¿Recuerdas? —indica


Piper.

No sé si es malo dejarla, pero es solo por unos minutos. Knox estará


pronto en casa. Y si estoy aquí cuando llegue, sé que no hay manera en el
infierno de que sea capaz de ocultar mis sentimientos. Piper tendría una
demostración completa, y no puedo hacer eso. Es demasiado importante
para él.

—Genial, gracias —le digo, y me levanto para irme.

—¿Avery?

—¿Sí?
—¿Qué tan importante es seguir tus sueños?

Me vuelvo para mirarla y decir:

—Es lo más importante que una niña de trece años puede hacer.

—¿De Verdad? ¿Debería hacer todo lo posible por hacer realidad mis
sueños?

—Absolutamente.

—Gracias. Buenas noches.

—Nos vemos luego —comento, y me voy.

En cuanto cierro la puerta, el ruido del coche de Knox baja por la calle.
Con el corazón latiendo, subo sin encender las luces.

Son solo las siete y media, así que me escondo en mi habitación falsa. En
mi escritorio, me desplazo a través de todos mis nuevos comentarios. Hay
algunos nuevos, los fans me dicen lo mucho que aprecian mi consejo. Uno
es de alguien diciendo lo mucho que les gusta la pluma irrompible. Uno
está bajo el molesto video de su pareja que hice sobre los estúpidos ruidos
de Nathan.

Colgado como un unicornio: o era más molesto que eso, perra estúpida

Me quedo mirando el comentario. Es estúpido e infantil y no me siento


amenazada por ello. Pero no se necesita un cirujano cerebral para darse
cuenta que Hung es como un burro que ha tomado el nuevo nombre en
colgado como un unicornio. Si hace algo más, lo denunciaré de nuevo.
No puedo llevarme a hacer ningún trabajo real, en lugar de eso me meto en
las redes sociales. Darla también está en línea y cuando se da cuenta de
que estoy en línea, me enfrenta.

—Hola bebé. ¿Knox viene hoy?

Por un segundo me caliento en el recuerdo de esta mañana, pero me


recupero rápidamente. Tengo que luchar contra él. Conociendo a Darla,
me diría que me endureciera y abrazara el estilo de vida de los amigos con
derechos.

—No hablemos de él ahora —le digo.

—Bien, ¿adivina qué? Tengo chismes para ti. La prometida de Nathan lo


dejó.

—¿De verdad? Eso fue rápido. Chica lista.

—Pero entiende esto, la palabra en la calle es que ella se fue porque él es


una mierda en la cama. Un amigo de un amigo me dijo que ella lo dijo, y
cito: "¿cómo viviste con una consejera del sexo en Internet por tantos años y
no aprendiste ni una maldita cosa sobre el cuerpo de una mujer?” fin de la
cita. ¿Puedes creerlo? —dice Darla, y se disuelve en un ataque de risa.

Me río también, una gran risa del vientre que alivia toda la tensión que he
acumulado sobre Knox. Estoy llorando, y las dos nos reímos y nos reímos.

Agarrando un Kleenex, me limpio los ojos y me golpeo la nariz.

—Cállate. —Me las arreglo para decir.

—Y la ex novia ahora le está diciendo a todo el mundo lo que ella sabe.


—No puedo decir que no estoy de acuerdo con ella. Si necesita a alguien
para respaldarla, envíala a mi página de Facebook.

—¿Cómo estuviste con él durante tanto tiempo?

—Lo sé, lo sé. ¿Bueno? Soy una idiota.

—Oh, bueno, está en el pasado. Ahora tienes esa máquina sexual para
mantenerte feliz.

—Sí —respondo, tratando de mantener la risa. No estoy lista para hablar


con ella sobre Knox.

Pasamos los próximos veinte minutos burlándonos de Nathan antes de


que llegue el juguete de Darla y terminemos la llamada.

Mi mente está lo suficientemente clara ahora que puedo concentrarme en


el trabajo, y me tiro en la tarea interminable de la edición, la planificación
y el seguimiento de las finanzas. Discutiendo la posibilidad de bajar el
video del unicornio, pero ya ha tenido más de un cuarto de millón de
acciones y es uno de mis videos más rápidos para llegar a esa cantidad de
acciones. Estoy haciendo una matanza en los ingresos publicitarios en él,
así que lo dejo.

No importa lo estúpido de que ahora me doy cuenta. Tengo que ser más
disciplinada. No más apresurados videos no planificados.

Por la mañana, me despierto temprano y sonámbula a la cocina para un


café. El timbre suena. Atando mi cinturón de la bata alrededor de mí, me
dirijo hacia la puerta con las piernas temblorosas, sabiendo muy bien que
es Knox.

Respiro profundamente, abrí la puerta y di las palabras que practiqué una


y otra vez en mi cabeza mientras yacía en la cama antes:
—Este arreglo no está funcionando para mí. Tenemos que parar. Los…

Las manos de Knox están en mis caderas, y él me apoya en la casa


mientras trato de hablar. Su boca cubre la mía, tragando mis palabras. Su
beso es cargado, y envía una sacudida de electricidad a través de mí,
aterrizándome al suelo.

Él arranca los labios y dice:

—No funciona para mí tampoco.


Traducido SOS por Florpincha
Corregido por Caile

—¿Qué? —pregunta Avery, su voz apenas audible.

—En el regreso a casa anoche, estaba deseando verte. Encontrarte en mi


salón, esperándome. Cuando no estabas allí, sabía que ya no podía ignorar
esto.

—¿Esto?

—Sí, esto —digo, odiando decir lo que estoy sintiendo en voz alta—. Lo que
sea que esté entre nosotros.

Avery cierra los ojos y traga. La empujo más profundamente dentro de la


casa y cierro la puerta principal. Ella no ha dicho nada todavía, nada que
me haga saber lo que está pensando.

Tal vez estoy haciendo demasiadas suposiciones. Dejo caer mis brazos de
ella, y camino hacia la cocina.

—Café —digo, no es una pregunta.

Avery todavía no dice nada mientras me sigue en su cocina. ¿Desde


cuándo está callada? No me gusta.
Voy a través de sus armarios y hago dos tazas de café. Su cocina es
horriblemente fea y anticuada. En lugar de ponerlos en la mesa de la
cocina, los llevo a su sala de estar y los puse en la mesa de café.

En el piloto automático, ella me sigue de vuelta a la sala de estar.

—Siéntate —digo, señalando el sofá.

Avery se sienta en el sillón de cuero.

—¿Por qué no dices nada? —pregunto.

—Yo... me sorprendiste. Tenía que decirte esta mañana que no puedo


hacer nuestro arreglo.

—Ya te dije que no quiero eso tampoco.

—No estoy segura de lo que quieres. ¿Una relación? ¿Qué hay de Piper?

Piper. Es verdad, no sé qué hacer con ella.

—Realmente deseo que te sentaras conmigo en el sofá.

Dejo que mis palabras cuelguen en el aire. Con una mandíbula tensa,
Avery se mueve de su silla al sofá, nuestros hombros pastando.

—¿Realmente quieres una relación? —pregunta, mirando la pantalla de


televisión en blanco.

—Sí, lo hago. Te quiero en mi cama todas las mañanas y en mi mesa todas


las noches.

—¿Sería un secreto de Piper?

Me encogí de hombros.
—No lo sé. Desde que nació Piper, nunca he tenido una relación. Una
novia.

Dejé que la palabra novia se hunda. He pasado toda mi vida adulta


evitando tener una. Y ni una sola vez he tenido la tentación de tener una.
Pero con Avery, no puedo evitarlo. Necesito a esta mujer. En toda mi vida,
no sólo en mi cama.

—¿No has tenido novia en todos estos años?

Ignorando su pregunta, digo:

—Tal vez no digamos nada. Ella puede sacar sus propias conclusiones.
Además, vamos a dejar que esto se despliegue como se vaya desarrollando.

—¿Lo crees? Piper querrá respuestas.

—No lo hará. Ha estado intentando reunirnos desde que te mudaste.

—¿De verdad?

—Piper me dijo constantemente cuánto te gustaba —digo, pasando mi


brazo alrededor de Avery.

—Sí. Ella hizo lo mismo conmigo.

—¿Ves? Ella estará bien. Feliz, incluso. —Espero.

—No sabía que te sentías de la misma manera. Realmente pensé que tenía
que terminar esto hoy.

—No hay posibilidad, cariño. Nunca dejaría que eso sucediera.


Avery sonríe y rueda su labio inferior en sus dientes. Incapaz de resistir,
tomo su barbilla en mi mano, e inclino su cabeza hacia mí. Cepillo los
labios contra su mejilla y sobre sus labios llenos.

Ella me besa de vuelta suavemente, antes de girar su cabeza lejos y


diciendo:

—Realmente no has tenido una novia en trece años.

Resignado, digo:

—Casi catorce.

—Ya que soy tu novia ahora, voy a curiosear. No porque sea curiosa.
Porque, como le digo a mis espectadores, cuanto mejor te conozca, mejor
será nuestra relación.

Me río y ruedo mis ojos.

—¿Siempre vas a analizarme con tu consejo? Porque créeme, voy a


mostrarles lo equivocados que están tus videos.

—¡Ah! Ellos no lo están.

—¿Consumiendo tus víveres en la ducha?

—Muy bien, pero ese es solo uno.

Me inclino al oído y digo:

—Aún. Te mostraré más. Sé paciente.

—Estoy siendo paciente, pero ahora tienes que dejar de ignorar la


pregunta.
Olvidé cuál era la pregunta.

—¿Por qué no hay novias?

—Porque mi madre tenía una serie de novios cuando yo estaba creciendo.


No una cuerda, más como una puerta giratoria. Lo odié y le prometí a
Piper, cuando ella era un bebé, que no se lo haría a ella.

Avery pasa los dedos por mi brazo, me mira a los ojos y dice:

—Lo siento.

Manteniendo sus ojos cautivos, expreso:

—No hay nada de que lamentarse.

—Quiero decir, debe haber sido tan duro, negándote a ti mismo por tanto
tiempo.

Sonrío y respondo:

—Confía en mí, no me negaba en absoluto.

—Oh —dice ella, inclinándose—. ¿Es por eso los condones? Porque si
tienes algo, tienes que decírmelo. Lo digo en serio.

Volviendo a ella, esta vez contra mí, expongo:

—Estoy limpio. Hasta tengo el papeleo para mostrarlo.

—Entonces, ¿qué pasa con los condones? La mayoría de los hombres


ruega y miente para no usarlos. Ni siquiera necesitamos usarlos, y tú
insistes.

—Es confianza.
—¿Qué? ¿No me crees cuando digo que tengo un DIU? ¿Quieres que te
muestre el papeleo para demostrarlo?

—No es eso.

—Pero si voy a ser tu novia, ¿no quieres estar desnudo dentro de mí? Para
sentir tu piel contra la mía —pregunta en su voz más bochornosa.

Es casi suficiente para tirarla en el sofá y follar hasta su pelo en este


momento.

Casi.

—Lo hago. Confía en mí —digo.

Avery se sienta recta, con la frente arrugada.

—Entonces, ¿cuál es el trato? ¿Me lo vas a decir?

Mi garganta se aprieta a la pregunta. Debería haber sabido que cambiar


nuestro estado de relación significaría discusiones como esta. No estoy
seguro de que me guste.

Avery se mete el cabello detrás de la oreja y sigue buscando respuestas.


Sus ojos buscan mi rostro, y creo que le debo una explicación. Por lo
menos lo hago fuera del camino. Lo que nunca he hablado en años.

Yo aclaro mi voz y digo:

—Cuando tenía veintiún años, conocí a esta chica en un bar. Nos


enganchamos, y se convirtió en algo bastante regular durante unos meses.
Brandi, su nombre era Brandi. Me dijo que estaba tomando la píldora.
Buenas noticias, ¿verdad? La follé todo lo que quise. Hasta que me dijo
que estaba embarazada.
Avery se sienta recta, y se apoya contra mí:

—¿Piper?

—Sí. Resulta que no era el único tipo que estaba jodiendo. Sabía que
estaba viendo a alguien más. Lo cual estaba bien, era informal entre
nosotros. Dios sabe que tenía otras mujeres. Pero pasé los nueve meses
sin saber si el bebé era mío o no.

No puedo creer las palabras que salen de mi boca. Nunca las he dicho
antes, y ahora que he empezado, siguen viniendo. Cuanto más hablo, más
ligero me siento.

—Eso es duro.

—A lo largo de los meses, me dijo que estaba segura de que era del otro, y
que estaban enamorados y se iban a casar y criar al bebé. Cuando el bebé
nació, el tipo exigió una prueba de paternidad. Resulta que Piper era mía.
Brandi la puso en mis brazos y dijo que se casaría con el otro tipo de todos
modos, y que no iba a criar a un niño que no era suyo. Ella se alejó, y esa
es la última vez que la vi.

—¿Eso es? ¿Ni siquiera un aviso o tiempo para prepararte?

—¿Preparar? Pasé la mayor parte de los nueve meses pensando que era
suyo. A lo sumo pensé que tendría que pagar la manutención de los hijos.
¿Le pegan un bebé en los brazos a un chico de veintidós años, y de repente
yo era un padre? ¿Qué mierda sabía de los bebés? Lo único que sabía era
de coches y fiesta.
Traducido por Florpincha
Corregido por MagaPali

Todavía estoy aturdida. Durante mi inquieto día de estar desgarrada entre


querer que Knox me devastara por la mañana y tener que terminar
nuestro arreglo, nunca creí que hubiera una tercera opción con Knox. Me
negué incluso a considerar la idea de una relación real. Una idea que
quería tanto, pero me negué a considerarlo porque nunca pensé que se
podía hacer realidad.

Y sin embargo, aquí estamos. Juntos en mi sofá, con Knox abriéndose


sobre su vida. Me inclino hacia él un poco más fuerte.

No puedo imaginar a mi bebé en los brazos de un hombre de veintidós


años sin preparación para cuidarlo un día, y mucho menos para siempre.

—¿Cómo lo hiciste? —le pregunto.

Al principio me sentí que curioseaba. Pero ahora parece que tiene que
sacarlo de su pecho. Me pregunto a cuántas otras personas le has dicho
esto.

Los labios de Knox se mueven en una media sonrisa, y él dice:

—Aprendo rápido de verdad.

—¿Tu mamá te ayudó?


—Al principio, sí, pero luego se mudó a Florida con otro de sus novios.

—¿Se mudó?

—Se mudó, pero el tipo tenía mi edad.

—Suena como Darla —digo, riendo.

Knox se ríe y dice:

—Ella es como Darla. Todo lo que mi madre necesita es ese cabello rizado.

—Bueno, las cosas salieron bien. Piper es una gran chica, hiciste un gran
trabajo al criarla. —Esta vez no me siento incómoda cuando le digo que
creo que es un gran padre.

—Gracias —dice Knox, y toma un sorbo de su café.

—Eres demasiado humilde.

Knox gruñe.

—Deberías estar orgulloso de lo que has logrado. Eres un padre increíble.

—Ella no ha crecido todavía, todavía hay un montón de oportunidades


para estropear.

—De alguna manera no creo que tú o ella quieran.

—¿Como el sujetador? ¿Y el período? No sé nada de eso.

—No importa. Déjame ayudarla, y eso es lo mejor que puedes hacer.

—Tal vez. Al menos consiguió meterme en tu falda.


—Todo lo que tenías que hacer para eso era sonreír de vez en cuando. Y
ser amable. Incluso vecino.

—¿Querías amistad? —pregunta, con un tono brusco en la voz.

—Habría estado bien cuando me mudé.

Cuando termino mi frase, Knox me agarra por la parte posterior de mi


cabeza y me tira a sus labios y aplastó su boca contra la mía. Gemí ante
su toque. Nuestras lenguas empujan y giran alrededor la una de la otra y
esta vez cuando mi corazón revolotea, no hago nada para tratar de
ignorarlo.

Tengo sentimientos por este hombre, y ya no tengo que ignorarlos. De


alguna manera, eso hace que el beso sea más poderoso.

Knox entonces me besa en la oreja, y en voz baja pregunta:

—¿Así que esto es oficial?

Envuelvo mis brazos alrededor de él, y en una voz tranquila digo:

—Definitivamente.

—¿Y estarás en mi mesa esta noche?

—Por supuesto, no me perdería a ti cocinando.

Apretando sus labios contra los míos, él medio sacándome, medio


empujándome hacia el suelo. Estoy encerrada entre el sofá y la mesa de
café, en la vieja alfombra. Knox juega con el cinturón de mi bata antes de
finalmente sacar el nudo y abrirla.

Estoy en mis bragas y camiseta vieja, pero no me importa. Tampoco a él.


Sus manos grandes ponen mi camiseta hasta mi cuello, exponiendo mis
pechos, antes de que me quite mis bragas. Sus labios están de vuelta en
los míos, y mis paredes están manchadas de deseo.

En momentos, el peso de Knox está sobre mí, y todavía vestido, su polla


dura está en mi entrada. Sin esperar, empuja. Gimo mientras mis paredes
se extienden para adaptarse a él.

Solo entonces me doy cuenta de que no se detuvo a ponerse un condón. Mi


corazón late como loco, y las mariposas estallan en mi pecho. Me quejo de
nuevo, mis paredes apretadas alrededor de su polla desnuda.

El suelo duro me sostiene firmemente en su lugar mientras él me libera. El


calor arde entre mis piernas, pero por encima de eso, mi corazón late más
duro por él.

Envuelvo mis piernas alrededor de él, construyendo mi cuerpo y me


aprieto en su camisa.

—Knox —gimoteo mientras las ondas explotan a través de mi cuerpo. Mi


coño se convierte en una ruina estremecedora y hay espasmos apretados
alrededor de su polla. Su polla desnuda. Me quejo ante la idea de él
llenándome.

Knox gime y se libera en mí, su pene palpitante cuando llega.

Sin aliento, me besa los labios y me dice:

—No había planeado hacer eso.

—¿No usar un condón?

—No, follarte en el piso así.

Trago y digo:
—A veces la situación lo pide.

—A veces.

—¿Knox?

—¿Sí? —pregunta, apartándome el pelo de la cara.

—Gracias por confiar en mí.

Cierra su boca sobre la mía, y nuestras bocas se encierran en un tierno


beso. No creo que pueda conseguir suficiente de él.

Finalmente, se aleja. Mientras me limpio, nos hace una taza de café. Nos
sentamos en el sofá, y me acurruco contra él mientras bebemos y
hablamos.

Después de media hora, Knox dice:

—Tengo que hacer algo de trabajo, no tengo elección.

—Por supuesto. Yo también. ¿Nos vemos en la cena?

—Te espero allí —dice, y me besa en la frente.

Después de que él se vaya, me quedo en el sofá dejando que mi cuerpo y


mi mente se recuperen y procesen lo que pasó aquí esta mañana. Es casi
demasiado bueno para ser verdad.

Eventualmente, me arrastro arriba y me visto. Tengo que filmar un video


de proxenetismo de productos hoy en el libro de posiciones sexuales
físicamente posibles, lo cual es bueno porque de lo contrario acabaría
haciendo un poco de jodido video sobre Knox.
En mi escritorio, puedo ver a Knox por la ventana, trabajando en su último
automóvil. Mi corazón se agita, sabiendo que es mío ahora. Podría
sentarme aquí todo el día observándolo, pero no puedo. Tengo demasiadas
ideas emocionantes para compartir con mis fans.

Pero en primer lugar, el video del libro de proxenetismo.

Trabajo toda la tarde, rodándolo, editándolo y haciendo tareas de


administración. No habría tomado tanto tiempo si no hubiera pasado tanto
tiempo mirando por la ventana a Knox. De alguna manera voy a tener que
encontrar más disciplina.

Ahora son casi las seis, y me envuelvo un pañuelo de moda alrededor de


mi cuello para cubrir los chupetones todavía visibles.

Toco el timbre, y Knox contesta con una sonrisa en su rostro. Antes de que
pueda decir hola, se inclina y me besa. Es un saludo mucho mejor del que
esperaba.

De pie en la puerta, dice:

—Entra.

Knox toma mi mano y me lleva a través de la cocina. Ahora todo se siente


diferente. El aire cargado entre nosotros se estableció relajado.

Piper está arriba, y charlamos mientras preparamos la cena. Ha hecho un


estofado de carne y cebada hoy. De algún modo, encontró tiempo para eso.
Alzo la mano para sacar los cuencos del armario y me pone las manos en
el culo.

—Eres malo —digo, riendo.

—No puedo evitarlo —responde.


—Me alegro de que ustedes dos estén finalmente juntos —dice Piper.

Dejo caer los tazones y se rompen en el suelo.

—Piper —Knox y yo decimos al mismo tiempo.

—¿No se supone que debes hacer tu tarea? —dice Knox.

—La terminé, y pensé que querrías ayuda para poner la mesa. No sabía
que Avery estaba aquí.

—¿Desde cuándo ayudas a poner la mesa? —pregunta Knox.

Piper me mira y sonríe. Supongo que mi conferencia de ayer sobre ayudar


a su padre se ha hundido.

—¿Tienes una escoba? —pregunto mientras recogía los fragmentos más


grandes de los cuencos.

—La conseguiré —dice Piper.

Limpio los platos rotos, mientras Piper pone la mesa y Knox cuece el guiso
en más cuencos. Durante la cena, Piper y yo charlamos como de
costumbre. Knox incluso se une, mucho más de lo que hacía antes. Está
relajado, sonriendo y visiblemente feliz y es aún más divertido estar cerca.

Después de la cena, los tres limpiamos la cocina juntos.

Cuando terminamos, nos dirigimos a la sala de estar. Piper se sienta en el


sillón, y Knox se sienta a mi lado en el sofá y pone su brazo alrededor de
mí.

Es un día perfecto. Sexo por la mañana, y abrazos en la noche.


Tan perfecto, lo repetimos todos los días durante las próximas dos
semanas.
Traducido por Myr62
Corregido por Caile

―Estoy tan emocionada, mañana va a ser el mejor día de todos —dice


Piper, su cara radiante.

Ha terminado la escuela primaria, y mañana oficialmente se gradúa del


octavo grado. Durante toda la semana, me ha estado recordando que
ahora es una estudiante de secundaria y oficialmente casi adulta. Y que su
cumpleaños es en un mes y ella tendrá catorce años. Como que no va a ser
más mi niña.

Sé que los próximos cuatro años van a empeorar. Que ella querrá cada vez
hacer menos conmigo, y más y más con sus amigos. Hasta el día en que
traiga un chico a casa. ¿Cómo se supone que voy a lidiar con eso?

—Aún recuerdo mi graduación de octavo grado —dice Avery desde su


posición junto a mí en el sofá—, tropecé cuando subí para obtener mi
certificado.

—Y es por eso que no conseguimos los zapatos con los tacones demasiado
altos, ¿verdad? —indica Piper.

—Exactamente.
—No quiero ponerme en ridículo mañana, especialmente con la sorpresa
que he planeado.

—¿Qué sorpresa? —pregunto.

—Duh, es una sorpresa. Sorpresa significa que no puedo decirte. O no


sería una sorpresa.

Piper ha pasado sobre su sorpresa durante las dos últimas semanas. No


me gustan las sorpresas. No importa cuánto la haya presionado sobre lo
que es, ella no me lo diría. Será mejor que sea algo estúpido, y no sea nada
como presentarme a un chico en la ceremonia.

—Será mejor que vayas a la cama, o estarás demasiado cansada para


disfrutar mañana —le digo.

—Buenas noches —dice Piper mientras sube las escaleras.

—Buenas noches ―decimos Avery y yo.

—¿Qué mierda es la sorpresa? ―murmuro.

—Ni idea. Ella no me dio ninguna pista —expresa Avery.

Ella ha estado sentada a mi lado en el sofá toda la noche, y ahora que


Piper ha ido arriba, la acerco más.

—Será mejor que no sea un chico.

—Tal vez quieras prepararte para eso. Si no es mañana, será algún día no
muy lejano en el futuro.

Me quejo, demasiado molesto por la idea de pensar en ello por más tiempo.
Avery apoya su cuerpo contra el mío, y miramos sin sentido alguna
película. Yo sólo presto atención cuando un coche entra en la pantalla.

A Piper le encanta mucho tener a Avery, y las dos se han vuelto aún más
cercanas. Ella se adapta perfectamente a nuestra familia, tan fácilmente,
es como si siempre hubiera sido parte de ella.

Parte de mí todavía se preocupa de que tener una novia real y tener a Piper
teniendo una relación con esa novia sea una mala idea. Pero es una idea
que he seguido religiosamente toda la vida de Piper, y romperla es una
sensación extraña.

Aunque romperla por Avery no podía sentirse mejor.

Los créditos ruedan en la pantalla, pero ninguno de nosotros se mueve.


Avery se ha ido a su casa a las once, cada noche, pero esta noche no
quiero que se vaya.

Ella presiona su mano contra mi pecho y se mueve para ponerse de pie:

—Será mejor que me vaya.

—Quédate aquí esta noche.

Los ojos de Avery se elevan hasta los míos y se ensanchan cuando


nuestros ojos se conectan.

—¿Qué estás diciendo?

Bajo la voz y digo:

—Para dormir. Te quiero en mi cama.

—Pero, ¿qué pasa con Piper? —Avery levanta la cabeza hacia la mía, a
unos centímetros de mí.
—Pero nada. Dije para dormir. Ambos sabemos que no puedes estar
tranquila. Además, me sorprende que todavía no te duela de esta mañana.
—Pasé tres horas en su casa esta mañana, y cuando salí ella estaba
atascada en su cama.

—¿Quieres que duerma en tus brazos? ¿Pero no follarme?

—Eso es lo que dije. Puedes irte antes de que Piper se levante por la
mañana.

—No traje nada para dormir.

—Bien —digo y traigo su boca contra la mía. Rompo el beso con la misma
rapidez, antes de que no pueda parar y terminemos despertando a Piper.

Empujando a Avery de encima de mí, me levanto y tomo su mano. Ella me


sigue por la casa mientras apago todas las luces, antes de que me siga por
las escaleras a mi dormitorio.

En silencio, me desvisto a mis boxers mientras veo a Avery desprenderse


de su ropa. Ella deja sus bragas y sube a mi cama. Por fin tengo una
mujer en mi cama y se siente jodidamente bien.

Me meto en la cama y tiro de ella junto a mí. Engancha sus pies alrededor
de mis pantorrillas y la sostengo más apretada contra mí. Mi polla
descansa contra su redondo culo, y me obligo a pensar en Piper para
impedir pegarme a Avery.

Ella se queda dormida casi al instante, y yazco aquí, disfrutando de la


subida y bajada de sus costillas debajo de mi brazo. El olor de su pelo me
llena la nariz mientras me quedo dormido.

En algún momento, me despierto con una masiva erección. Está negro


como la boca de un lobo, y Avery muele su culo contra mí en su sueño.
Todavía medio dormida, paso mi mano sobre la curva de su cadera, y
doblo mi dedo bajo el borde de sus bragas. Está mojada y me quiere.
Joder, necesito estar en este coño.

Le beso la mejilla, le pongo los labios en la oreja y le digo:

—¿Puedes quedarte tranquila?

Ella murmura algo y se muele en mí.

Sacudo mi polla en mi bóxer, sostengo sus bragas a un lado, y me empujo


en ella. Estar dentro de ella desnudo, sintiendo su humedad contra mi
piel, aún envía escalofríos a mi verga a través de mi cuerpo. Me quedo
inmóvil, disfrutando de las sensaciones.

Moviéndome un poco, me muevo lento y profundo. Me estoy despertando


más ahora, pero Avery todavía está medio dormida. Con cada empuje, su
culo se empuja contra mí. Su aliento es bajo y rápido bajo mi brazo, y ella
gimotea.

—Tranquila —susurro, aumento mis empujes.

Un gemido sale de su garganta. Conozco el ruido, significa que está cerca.


Los estremecimientos suben y bajan por mis piernas y mis bolas se
aprietan.

El cuerpo de Avery gira y ella inclina la cabeza hacia atrás, con la boca
abierta. Pongo mi mano sobre su boca a tiempo para amortiguar su grito.
Espero haberlo amortiguado lo suficiente.

Mi cuerpo se estremece y mi polla explota contra sus paredes.


En cuestión de segundos, se ha vuelto a dormir y me pregunto si alguna
vez estuvo completamente despierta. Exhausto, dejo mi polla en ella y me
vuelvo a dormir.

Me despierto con Avery todavía en mis brazos, la habitación brillante con


la luz del sol. No queriendo despertarla, paso mi mano sobre su cuerpo
dormido antes de acariciar cada uno de sus pechos y rodar sus pezones
entre mis dedos.

Mi polla se agita dentro de ella, pero sé que es demasiado arriesgado y que


Piper lo sabría. Tenerla durmiendo aquí en mi cama es bastante
arriesgado.

Mierda, son más de las nueve. Piper se levantará. Mierda.

—Despierta, nena —susurro en su oído.

—Hmm.

—Tranquila, Piper está arriba.

—No. —Avery golpea sus codos, y mi polla se desprende de ella en el


movimiento.

—Nos hemos dormido. Tenemos que estar callados —le digo en un tono
silencioso.

—¿Cómo puedo salir de aquí?

—Voy a tener que escabullirte. —Mejor que Piper no sacara a un chico de


esa forma.

—¿Cómo?

—No lo sé, la distraeré en la cocina y saldrás por la puerta principal.


Avery se ríe, y cubro su boca con mi mano.

—¿Que es tan gracioso?

Ella arruga su frente y retira mi mano:

—¿Tuvimos sexo anoche?

—Me ofende que no te acuerdes.

—Recuerdo que me pasaste la mano por la boca. Y recuerdo un sueño muy


bueno.

—¿Sueño?

—¿No fue un sueño entonces?

—No. Enfócate. Tenemos que sacarte de aquí sin que ella lo sepa.

Pienso que fue un error haber dormido aquí anoche, pero en todo lo que
puedo pensar es en querer más de ella. Aunque sé que es un error.

Un error que me pone aún más enojado conmigo mismo, por ponerla
primero que a Piper. Piper tiene que llegar primero. No puedo olvidar eso.
Traducido por Myr62
Corregido por MagaPali

Después de que Knox sale de la habitación, tomo mi ropa del suelo y me la


pongo, haciendo el menor ruido posible.

Dormir en los fuertes brazos de Knox toda la noche era demasiado


maravilloso para decirlo con palabras. Y resulta que el sueño que tuve
sobre él anoche fue real en toda su gloria. No era de extrañar que me
durmiera y que no quisiera despertar de ese sueño. Y espero que nos deje
repetir. Suponiendo que pueda salir de la casa sin que Piper me vea.

Abrí la puerta y me metí en el pasillo. En la parte superior de las escaleras,


presiono mis oídos para tratar de averiguar en qué habitación está Piper.

Al principio no puedo oír nada, así que tomo un par de pasos por las
escaleras, mis pies entrando en la vista a cualquier persona en la sala de
estar.

—Avery —dice Piper, sollozando, su voz procedente de la sala de estar.

¿Por qué está llorando? Mi corazón corre, y bajo el resto de la escalera,


precipitadamente.
Están de pie en el centro de la sala de estar, Knox está sosteniendo a Piper
mientras ella llora contra él. Tiene los ojos enrojecidos y se limpia la nariz
en la manga mientras me mira.

En pánico, me acerco a ellos, y froto su espalda.

—¿Qué sucede?

¿Y si está molesta porque me he quedado? Knox estará furioso, pero


espero que no sea conmigo. ¿Por qué no puse la alarma en mi teléfono?
¿Por qué hoy, de todos los días, tenía que dormirme?

Miro hacia Knox y se encoge de hombros, con los ojos muy abiertos. Piper
grita más fuerte contra su pecho. Él la abraza con fuerza, pero ella está
histérica, su cuerpo palpitando mientras llora. Knox respira
profundamente, su cuerpo tenso.

—Habla con nosotros, Piper. Te sentirás mejor, y tal vez podamos ayudarte
—le digo.

—Mi sorpresa está arruinada —dice y se lamenta contra Knox.

Una parte de mí quiere decirle que deje de reaccionar exageradamente.


Nada es tan malo. Pero el rostro de Knox está tenso y muerdo mi lengua.

—¿Cuál era la sorpresa? —pregunto con mi mejor voz.

—No es justo —responde entre sollozos.

Knox la levanta y la lleva al sofá. Se sienta, acunando a Piper en su regazo.


Ella luce diminuta contra su enorme cuerpo.

No sé qué hacer. No quiero interferir entre ellos, pero quiero ayudarlos.


Tampoco me miran, el rostro de Piper está enterrado en el pecho de Knox,
y él está mirando impotente a su hija. Termino sentada en la mesa de café
frente a ellos.

—¿Cuál era la sorpresa? —pregunta Knox.

—Yo estaba siguiendo mi sueño —dice Piper. Mientras ella habla, me mira.

Mis ojos se ensanchan, recordando la conversación que tuve con ella hace
un par de semanas. Me preguntó si debía seguir sus sueños, y yo le dije
que siempre. Estaba demasiado apurada para irme antes de que Knox se
molestara en preguntarme qué era ese sueño.

—¿Qué sueño? —interroga Knox.

Piper se disuelve en otro ataque de lágrimas, y Knox se tensa visiblemente


aún más.

—Avery me dijo que siguiera mi sueño. —Me estremezco cuando Piper dice
mi nombre. Soy oficialmente parte de esto.

—Todos debemos seguir nuestros sueños —digo en voz baja, mis ojos en
Knox.

Él no reacciona mientras yo hablo. No creo que su cuerpo podría ponerse


más tenso para empezar.

—Piper, necesitas decirnos cuál era la sorpresa —expresó Knox, con voz
tensa.

Estoy segura de que piensa que es un chico. Al menos, eso es lo que estoy
pensando que es. ¿Rompió con ella en la mañana de la graduación? ¿Este
es un joven corazón roto?

—No —susurra.
—Lo digo en serio, Piper, ¿cuál era la sorpresa? —dice Knox, con voz
severa.

—¡No! Dije que no, no te estoy diciendo. No tengo que decirte nada.

—No tienes que hacerlo, pero si quieres que te ayudemos, necesitamos


saberlo. Vamos, cariño, te sentirás mejor diciéndolo en voz alta —digo,
extendiéndome para acariciar su brazo.

—¿Cuál era la sorpresa? —indica Knox de nuevo, sus dientes apretados.

—Ella no viene —gimotea Piper.

—¿Quién no viene? —pregunta Knox.

—Mamá —dice ella.

Mi corazón se detiene. Pensé que su madre no tenía nada que ver con ella.

—¿Qué quieres decir con mamá? ¿Te refieres a la abuela?

—Mi mamá. Ella no viene y pensé que iba a venir y yo, yo...

—¿De qué estás hablando? —pregunta Knox, con las fosas nasales en
llamas.

—Por qué no empiezas desde el principio —indico, y tomo su mano. Knox


pasa su mano por su brazo, y toma su mano de mí.

—Cuando Darla estuvo aquí —dice. Knox se estremece ante el nombre de


Darla—. Ella me dijo que si quiero saber la verdad sobre mi madre, debería
buscarla en internet.

—¿No me preguntaste? —dice Knox.


—Te lo pregunto, pero siempre dices que no lo sabes.

—Porque no lo hago.

—Pero Darla… —Knox cierra los ojos a su nombre—, dijo que todo el
mundo está en línea, y si realmente quería, podría encontrarla. —Ella se
detiene a tragar y se limpia la nariz—. Y la encontré, en Facebook.

—¿Qué dijo? —pregunta Knox, con los tendones de su cuello tensos.

—Le pedí que viniera a mi graduación porque Avery dijo que siguiera mi
sueño, y ese era mi sueño. Que ella me viera graduada.

—¿Qué es lo que ella escribió de vuelta? —inquirió, y Knox me mira con


puñaladas en los ojos, y me desgarro.

—No lo hizo. Hasta esta mañana, ella me dijo que... parara de enviarle
mensajes y la deje sola —dice, y se disuelve en otro ataque de lágrimas.

—Deberías haberme preguntado —le dice Knox.

—Pero Darla y Avery... —responde ella con un sollozo con la boca abierta.

El rostro de Knox se convierte en piedra y traga con fuerza. Me mira y me


dice:

—¿No te marchabas?

Mi corazón se detiene y mis brazos caen a mis lados. Sigue fulminándome,


mi piel ardiendo bajo sus ojos. Mi boca se queda abierta, pero sus ojos
continúan perforándome.

No quiero hacer una escena delante de Piper. Pero quiero defenderme,


para no ser mezclada con Darla.
—No lo sabía —digo.

—No importa —dice Knox, y envuelve sus brazos aún más apretados
alrededor de Piper.

Cepillando una lágrima de mi mejilla, estoy de pie. Mis rodillas son débiles
y mi corazón golpea todo el camino en mi garganta. Quiero defenderme.
Pero Piper sigue llorando, y no quiero molestarla más.

—Vendré después y te ayudaré a prepararte —dije, con la mano en el


hombro de Piper.

—¡No voy! —grita, y me distancio de ellos.

—¿Te veré más tarde? —le digo a Knox con esperanza, pero su atención
está en Piper.

Mi corazón se rompe en un millón de piezas, me vuelvo, tropiezo con la


mesa de café, y huyo de la casa.

Apenas puedo conseguir la llave en mi cerradura, mi mano está temblando


tan mal. Finalmente consigo abrir la puerta, y me tambaleo a mi sala de
estar. Aturdida, me derrumbo en el sofá tratando de entender lo que pasó.
Todo el tiempo, las lágrimas fluyen por mis mejillas hasta que parece que
estoy llorando tanto como Piper.

Todo el día, espero que Knox llegue a mi puerta una vez que Piper se haya
calmado. Cuanto más próxima y más cerca llega la medianoche, más se
agota mi esperanza. A las dos de la mañana, toda esperanza se ha ido y
me dirijo camino arriba, a la cama.

A la tarde siguiente, todavía no hay palabra de Knox. No ha estado en su


garaje en todo el día, pero me digo que es porque es domingo.
A última hora de la tarde, me esfuerzo por llamar a la puerta de su casa.
Traducido por Myr62
Corregido por Caile

No importaba cuánto tratara de convencerla, Piper se negó a ir a su


graduación. Ella dijo que les había dicho a todos sus amigos que su madre
iba a estar allí, y que era demasiado vergonzoso ir sabiendo que ella no
iría.

Seguí diciendo que se arrepentiría, que era la única que había conseguido
esto, pero no le importaba. Estaba demasiado alterada.

Piper pasó el día llorando en mi regazo, en el sofá o en su cama. Ella ni


siquiera quiso ver la Ley y el Orden en la noche. Dijo que estaba
demasiado ocupada pensando en todo el mundo divirtiéndose en el baile
de graduación sin ella.

Su corazón está aplastado.

Y yo no estaba allí para proteger su corazón porque estaba demasiado


envuelto en mi propio placer. Si no hubiera estado pasando tanto tiempo
con Avery, tal vez habría visto las señales de que Piper estaba buscando a
su madre.

Si yo no hubiera estado tan desesperado para conseguir alguna acción


para mi polla, Darla nunca habría cuidado a Piper, y tal vez ella no
hubiera tenido la idea de localizarla en primer lugar.
Fracasé, Piper.

Fallé porque rompí mis propias reglas, las reglas que hice para asegurarme
de que nada de esto pasara. Me mata que no puedo cambiar el pasado,
pero lo único que puedo hacer ahora es asegurarme de que nunca vuelva a
suceder.

Las reglas no serán ignoradas de nuevo.

Hay un golpe en la puerta, y sé que debe ser Avery. Cualquier otra persona
tocaría el timbre.

No queriendo que Piper sepa que Avery está aquí, abro la puerta lo
suficiente para sacar la cabeza.

Hay bolsas bajo sus ojos, y su perfecto pelo normal está plano contra su
cráneo. Ella es hermosa.

Cierro los ojos por un momento, recordándome lo que es más importante.


Piper. Piper es lo único que importa. No puedo dejarla caer de nuevo.

Tengo los dientes apretados, recordando cómo la defraudé en primer lugar.

—¿Podemos hablar?

—No hay nada de qué hablar. Dije desde el principio que no había
absolutamente ninguna posibilidad de una relación. Me dejé llevar, y fue
estúpido. Incorrecto.

—Pero Knox —dice Avery, y levanta la mano como si quisiera tocarme. Me


muevo hacia atrás, y su mano cuelga en el aire entre nosotros antes de
caer a su lado.

—Así es como debe ser.


—¿Por qué? ¿Por qué tiene que ser así? Se te permite tener una relación.
Se te permite pensar en tu propia felicidad.

Mis ojos se estrechan hacia ella. Ella no lo entiende. No entiende cómo mi


trabajo es proteger a Piper de hacerse daño, y fallé. Fallé porque estaba
demasiado ocupado pensando en mí y en mi polla.

Fallé porque dejé a alguien más acercarse a Piper, y no fui capaz de


proteger a Piper contra Avery o el mal consejo de su amiga.

—Correcto. He estropeado a Piper, y no dejaré que vuelva a suceder. Me


tengo que ir ―digo y cerré la puerta antes de terminar tirándola en mis
brazos.

La voz ahogada de Avery atraviesa la puerta, pero me alejo. Voy a la


cocina, donde no puedo oírla. Piper está sentada en la mesa, una mirada
vacía en sus ojos y mirando fijamente la pantalla del iPad.

—¿Querías saber de tu madre? Deberías haberme preguntado.

—Lo hice. Nunca me dices nada.

―¿Qué quieres saber? No la conocía muy bien, y después de que nacieras


se fue y nunca más supe de ella.

Piper da vuelta la pantalla y la empuja delante de mí. Un perfil de


Facebook de Brandi está en la pantalla.

—¿Es ella? —pregunta.

Tomo el iPad, y me desplazo por un montón de fotos de Brandi. Hay una


foto de una boda, pero no es el tipo por el que me dejó.

—Sí, es ella.
—Pero ¿por qué no me quiere? ¿Por qué no quiere venir a mi graduación?

—Porque es egoísta y estúpida. Y no la necesitamos.

—¿Pero por qué? —Sus ojos son amplios con confusión, y yo resisto
aplastar el iPad contra la pared y tirar la mesa a través de la habitación.

—Algunas personas son egoístas, y es difícil para gente como nosotros


entenderlas. Lo siento cariño, de verdad. Ojalá hubiera algo que pudiera
hacer, pero me temo que lo mejor es simplemente seguir viviendo la vida.

—Pero tú no consigues vivir tu vida. Nunca has tenido una novia antes de
Avery.

Empujo la idea de Avery fuera de mi cabeza. Piper es mi prioridad.

Piper sacude la cabeza y dice:

—Debes de haberla amado de verdad.

No puedo decirle a mi hija que ella es el producto de un ligue de bar sin


sentido.

—Nunca la amé. Créeme.

—Entonces, ¿por qué tuviste un bebé con ella?

No digo nada mientras intento averiguar las palabras correctas en mi


cabeza.

—A menos que me digas que fui un accidente.

—Éramos jóvenes, y sucedió.

—Pero si no la amas, ¿por qué no encontraste a alguien a quien amar?


—Lo hice. Tú.

—¿Yo? —dice, sonriendo.

―Sí, Piper. Tú.

Toda mi vida ha sido sobre ti. Y si no fuera porque la había jodido,


podríamos haber evitado la angustia y la pérdida de la ceremonia de
graduación. ¿Cómo puedo perdonarme por eso?

Piper toma el iPad de mis manos y cierra Facebook. Sonrío y acaricio su


cabello.

Hago un café y me siento a la mesa bebiendo mientras Piper se mete en


línea. Ella comienza a mirar videos de YouTube sobre cabello y uñas o
algo. Miro el logotipo de YouTube en la esquina, pensando en Avery.

Mi garganta se aprieta, pero empujo el café hacia abajo para calentarlo.


Mis sentimientos por Avery no importan. Tengo que recordar eso.

—¿Avery viene a cenar esta noche? —pregunta Piper, levantando la vista


de la pantalla.

—No esta noche.

—¿Mañana?

―No. Pero no me importa si vas a visitarla a su casa algún día.

La boca de Piper cae y me mira con los ojos muy abiertos. Tomo un trago
de mi café y trato de ignorarla.

—¿Eso significa que terminaste?


La frase que juré al puto Dios que mi hijo nunca tendría que preguntarme.
No después de todas las veces que tuve que preguntarle a mi madre. No
después de todas las veces que tuve mucha esperanza, solo para terminar
eliminada.

—Nuestra vida es solo nosotros. Siempre hemos sido los dos, y es bueno
así, ¿no crees? No necesitamos a nadie más, nos tenemos el uno al otro.

Ella se encoge de hombros, no convencida por mis palabras. Tal vez


hubieran sido más convincentes si yo mismo lo hubiera creído.

—¿Quieres jugar a las cartas? —pregunto, y alcanzo la baraja de cartas del


cajón de la cocina.

Pasamos el resto de la tarde jugando a las cartas, y a la noche limpiamos


los platos de la cena juntos y nos trasladamos a la sala de estar.

Me siento en el sofá, y Piper en el sillón. Comienza la Ley y el Orden. La


vida casi se siente normal otra vez. No necesitamos a Avery. No necesito a
Avery.

A mitad del episodio, Piper dice:

—Echo de menos a Avery.

No puedo mentir. Yo también pensaba en ella, en sus labios, en su voz, en


su rostro, en lugar de mirar la televisión. Echo de menos a Avery
acurrucándose contra mí en el sofá cada noche. Podría estar aquí en mis
brazos, ahora mismo. Si pudiera equilibrar a una novia con una hija. Lo
que claramente no soy capaz de hacer, de lo contrario Piper no habría
perdido su graduación.
¿Cómo me dejé envolver tanto en Avery que me perdí lo que Piper estaba
haciendo? No protegí a mi hija. Y perdí a la única mujer que siempre quise
más que a su coño.

Soy un maldito idiota.


Traducido por Florpincha
Corregido por MagaPali

Es lunes por la tarde, y estoy tratando de trabajar.

Pero cómo se supone que debo concentrarme en mi trabajo cuando puedo


ver a Knox por la ventana. Está trabajando en su coche, con pantalones
cortos, sin camisa. Sus músculos brillan con el sudor del calor.

Durante mucho tiempo me siento paralizada. Incapaz de quitar mis ojos de


él.

Nunca me sentí tan mal después de que Nathan y yo rompimos. Eso no


era ni siquiera un décimo tan doloroso como lo que siento ahora. En los
cuatro años que estuve con él, nunca me preocupé tanto por él como por
Knox.

Todo era tan perfecto con Knox. Durmiendo en sus brazos, despertando
con él en mí, nada podría mejorar. Y entonces todo se vino abajo.

Sin molestarme en revisar mi cabello y maquillaje, hice un video.

—Hola a todos. No lo estoy haciendo tan bien hoy, como probablemente


puedan ver. Ahora estoy luchando por mi unicornio. No por todo lo que
dije antes, por ser el amante más increíble que se puedan imaginar, sino
porque es el hombre más increíble que se pueda imaginar. Un hombre que
está dispuesto a sacrificar su propia felicidad por otra persona. Pero no sé
cómo hacerle ver que no tiene que sacrificar su vida. Que puede cumplir
con sus responsabilidades y todavía tenerme.

Las lágrimas ruedan libremente por mis mejillas, pero sigo hablando.

»Quiero que sepa que puedo ayudarlo con su responsabilidad, que quiero
ayudarlo. Porque tal vez siente tan fuertemente su responsabilidad como
yo me siento por él.

Tengo la garganta apretada y me detengo a tragar. No puedo detener las


palabras ahora. No quiero hablar de Piper, en caso de que se vuelva más
loco. Si alguna vez lo mira, es todo. La webcam sigue rodando, y miro
hacia la izquierda, donde puedo ver a Knox fuera de mi ventana.

»Nunca en toda mi vida me sentí tan cómoda o que pertenezco tan


fuertemente a alguien. No lo sé. Sé que normalmente tengo todo tipo de
consejos para darles, pero hoy no tengo ninguno. Hoy... —Dejo de hablar y
veo a Knox por la ventana por unos momentos.

»Hoy, quiero jugar un juego con ustedes. Se llama Would You Rather, y si
tienes hijos, estoy segura de que estás familiarizado con él. Mi pregunta es,
¿prefieres seguir tratando de convencer al hombre que posee tu corazón
que tenerlo no significa herir su responsabilidad, o prefieres retroceder,
sentarte en tu casa, sola, y esperar años para que su responsabilidad...?
—No puedo decir que crezcan y terminen la escuela secundaria. No me
arriesgaré a enojar a Knox.

»Para terminar. Y entonces tal vez los dos pueden probar cosas de nuevo.
Porque yo esperaría. Yo lo esperaría para siempre.
Tomo un pañuelo de papel y me limpio la cara, sin importarme que esté en
la webcam.

»Tal vez hace un par de meses, les hubiera dicho que tienen que estar con
alguien por mucho tiempo, por lo menos por un año, si no más, para que
su amor por ellos se desarrolle y crezca. —Mi mente corre, y me doy
cuenta que es por eso que me quedé con Nathan durante tanto tiempo,
siempre estaba esperando a que el amor apareciera. El verdadero amor
que nunca llegó.

»Pero ahora, ahora sé que a veces algo es obvio desde el principio. Cuando
has encontrado a la persona cuya vida les pertenece, no necesitas años
para entenderlo. Solo lo sabes. Tu cuerpo lo sabe, tu alma lo sabe. Solo
tienes que escucharlo. Pero ¿cómo lograr que la otra persona lo reconozca?

Estoy perdiendo la capacidad de hablar sin sonar como una tonta. Apago
la cámara y me siento en mi escritorio.

Se necesita la mitad de la caja de Kleenex hasta que pueda ver lo


suficientemente claro para intentar editar el video. Para ese punto, he
perdido el interés y lo publico en bruto y completamente sin editar.

Me siento en mi escritorio hasta que no puedo aguantar más. Son casi las
seis, de todos modos. Tomo dos cervezas frías de mi refrigerador y salgo a
su garaje sin revisar mi reflejo en el espejo.

La cabeza de Knox está enterrada bajo el capó de algún viejo coche,


dándome un buen ojo de su culo musculoso mientras subo por la entrada.

Tomo una respiración profunda, y digo:

—Oye. Hace calor aquí, te traje una bebida fría.


Knox gruñe y mantiene la cabeza bajo el capó. ¿Esto va a ser otra vez
como la primera vez que le traje una cerveza?

—No voy a entrar hasta que hables conmigo. También puedes disfrutar de
la cerveza.

—No hagas esto difícil, Avery —dice, con voz ronca.

Camino un paso adelante y pongo la lata en el motor. Knox suspira, y sale


de debajo del capó. Él toma la lata del coche, pero no la abre.

—¿No podemos hablar de eso?

—La cosa de amigos con derechos no funcionó para ninguno de los dos, y
ya estaba muy claro desde el principio que una relación nunca era una
opción. No hay nada más que hablar.

—Pero, ¿cómo puedes ignorar tus sentimientos?

—Avery, no. Todavía no. Siempre va a ser no. Así es como debe ser.

—Knox, entiendo lo que piensas que tienes que hacer, y ser.

—No, no, no lo haces. No tienes hijos. Tú no eres la única que pasa toda tu
vida adulta tratando de hacer lo correcto. —Su nariz y sus ojos se abrieron
en mí, aunque su voz es suave—. Y tú no eres quien soltó la puta pelota y
deja que su niña tenga el corazón aplastado.

—Eso va a suceder, todo el mundo se lastima en algún momento. No es


culpa tuya que su madre la haya abandonado. ¿Cómo pensaste que ibas a
protegerla de esa comprensión? —Mi voz es suave, reconfortante.

—Tal vez, pero eso pasaría un día diferente, no el día de su graduación. Si


no lo hubiera sido, si no lo hubiéramos hecho, no habría sucedido.
No tiene sentido discutir esto con él. Mi corazón duele demasiado para
permanecer aquí por más tiempo. Necesito salir antes de que tenga un
colapso completo y me avergüence.

Tal vez debería quedarme con Darla por un tiempo, hasta que el dolor de
la puñalada se apague un poco.

—Está bien —digo, doy la vuelta y regreso a mi casa.

Mientras doblo la esquina, veo una camioneta marrón estacionada al otro


lado de la calle. Probablemente otra entrega de más productos
relacionados con el sexo para mí. Una vez en mi puerta, puse mi mano en
el pomo de la puerta.

—¡Perra!

Es Nathan. Caminó hacia mí desde la camioneta. Su pelo rubio está


desaliñado y sus ojos azules feroces.

—Me asustaste —le digo—. ¿Qué estás haciendo aquí?

—Estás jodidamente destruyendo mi relación con tus malditos videos, ¿y


me preguntas por qué estoy aquí?

Mi corazón, ya corriendo de hablar con Knox, late fuera de control. Nunca


me he sentido amenazada por Nathan, pero esto es raro.

—De alguna manera no creo que sea la razón por la que tu novia te dejó,
Nathan.

—¡Todo el mundo que conozco me está llamando juguete de apretón! —Él


ruge tan fuerte que su voz parece eco de la casa al otro lado de la calle.

No sé qué decir, pero suelta mi mano del pomo de la puerta.


—¡Te lo advertí! Te dije una y otra vez que cierres tu maldita boca. Que no
sabes de qué diablos estás hablando. ¡Pero aun así tus malditos videos
siguieron y no te callarías la puta boca! —grita en lo alto de sus pulmones.

Paralizada, mi mente corre. ¿Qué está diciendo? ¿Por qué me culpa?

»Cada día de mierda solía preguntarme cómo nunca aprendí una maldita
cosa de ti. Cómo no podía creer que yo succionara tan mal en la cama
cuando viví contigo por tanto tiempo, Avery. No importaba cuántas veces
te dije que estabas llena de mierda, o cuántas veces te dije que pararas.
Tus malditos videos idiotas siguieron y siguieron. —Baba vuela de su boca
mientras grita.

—¿Quién carajos eres? —pregunta Knox mientras llega a la esquina de mi


casa.
Traducido por Jessica8591
Corregido S.O.S. por ZombieQueen

El rubio estúpido me da una mirada antes de volver junto a Avery, su


rostro tan rojo de gritar. Está de pie junto a ella, demasiado cerca y corro
hacia ellos y pongo mi brazo a su alrededor, tirándola para situarme entre
ellos.

—¿Qué significa “te lo dije”? —pregunta Avery.

—Muchas veces, maldita zorra. Hasta que me bloqueaste.

—Oh, Dios mío —dice Avery—: ¿Eres troll?

—¿Tú eres Hung like a Donkey? —exijo con una risa.

—¿Simplemente no podías cerrar tu puta boca? —grita, ignorándome de


nuevo.

He tenido suficiente.

—Te dije que dejaras de molestarla antes de que te mate.

El rostro del chico cae cuando sus engranajes giran.

—¿Tú eres Ox Man?


—Sí, me ahorraste el trabajo de cazarte. Y ahora que sé quién eres, me
será muy sencillo encontrarte si alguna vez comentas sus videos de nuevo.
Y no te equivoques, vendré por ti —digo, mis dientes apretados y mi dedo
apuntándolo.

Me mide. El tipo parece que nunca ha jugado un deporte o ha hecho


ningún trabajo real en toda su vida. Podría aplastarlo.

»Lárgate de aquí y nunca vuelvas a ponerte en contacto con Avery.

Sin decir nada, se gira y se mete en su camioneta y se va.

Mi brazo todavía está alrededor de Avery y ella está temblando. La empujo


contra mí y la abrazo. Menos mal que estaba aquí para protegerla. Pero
todavía no me gusta. No puedo soportar la idea de que esté sola en su
casa. ¿Y si el imbécil vuelve?

—Recoge tus cosas. Te quedarás en mi casa esta noche.

—No puedo. No hay manera en que pueda estar en la misma casa que tú.
Sería una mayor tortura que Nathan regresando.

—¿Lo conoces?

—Es mi ex.

Siempre es el maldito ex.

—Está bien. Puedes dormir en la habitación de invitados.

—Pero no puedo. ¿No ves lo difícil que es esto para mí? ¿Cómo puedo
quedarme en tu casa y fingir que todo está bien cuando por dentro mi
corazón está destrozado? No hay forma. ¿Y qué hay de Piper?
¿Piensa que mi corazón está mejor? Solo tenemos que ser fuertes, es todo.
Soy duro, puedo hacerlo.

—Me importa una mierda. No hay manera en que te deje quedar en tu


casa sola esta noche. O te quedas en la mía, o Piper y yo vamos a
quedarnos en la tuya. Tú eliges.

—Knox, estoy muy agradecida de que hayas venido y asustado a Nathan,


pero no estamos en una relación, ¿recuerdas? Tus palabras. No soy tu
responsabilidad. Esta es mi casa, y tengo la intención de vivir en ella.

Mi respiración es fuerte. Avery se siente tan bien en mis brazos, pero debo
dejar que mi mente gobierne. No puedo decepcionar a Piper otra vez.

—Solo es una noche. Dale tiempo para que se calme. No sabes lo que
podría hacer así como está. Vienes a mi casa. Fin de la discusión —digo,
mi voz suena severa.

La aprieto fuerte para enfatizar mi punto. Y me digo que no seré tentado


por la turgencia de sus tetas presionándose contra mí.

Esta podría ser una idea estúpida, pero no puedo abandonar a Avery. No
está segura en su casa esta noche.

Sosteniéndola firmemente, la acompaño a mi cocina y la siento en la mesa.


Todavía parece conmocionada. Hago una taza de café para cada uno y
coloco una delante de ella.

—El café siempre ayuda —digo, sentándome.

—Solo hay una cosa que me ayudará a sentirme mejor —dice mirando su
taza, su cuerpo todavía tenso. Las manos de Avery tiemblan mientras
levanta la taza.
No respondo porque siento lo mismo. Nos sentamos y bebemos nuestros
cafés en silencio. Cuando termino el mío, llevo mi taza al fregadero y
comienzo a servir mi maravilloso estofado de hoy.

—Cena —llamo y Piper llega bajando las escaleras y entra en la cocina.

—Guau, Avery, no sabía que vendrías a cenar.

—La luz se ha ido, hay un problema con su cableado por lo que tiene que
quedarse aquí esta noche —explico.

—Eso es genial. Te he echado de menos. Nos vamos a divertir mucho.

—Cariño, no tienes que echarme de menos. Puedes venir cuando quieras,


todo el verano.

Sus hombros caen y su cara se suaviza. Finalmente parece que Avery está
empezando a relajarse.

—¿En serio? ¡Gracias! Echo mucho de menos hablar contigo.

—Echaba de menos hablar contigo también. Pero estoy justo al lado, sabes
dónde encontrarme.

—De acuerdo, ¿qué prefieres? ¿eructar abejas o pedorrear luces


intermitentes? —pregunta Piper, riéndose.

—Luces intermitentes —dice Avery y se ríe.

Yo medio escucho su conversación, y medio me pregunto por qué


demonios me impuse estas reglas. Pero el recuerdo de la graduación aún
está fresco. Por mucho que no me guste que mi hija crezca, estaba
deseando verla crecer y obtener su certificado de octavo grado.

Y por eso tengo reglas. No importa cuán difíciles sean de seguir.


Ellas hablan durante el resto de nuestra cena y yo escucho. La voz de
Avery, la risa de Piper, y no puedo dejar de querer más de esto.

Los tres limpiamos la cocina, me mata saber lo perfecto que Avery encaja
en nuestra pequeña familia, pero tengo que recordar mi desastre.

—¿Podemos ver La ley y el Orden? —pregunta Piper.

—Por supuesto —responde Avery.

Piper corre hacia la sala de estar y se sienta en el sillón. Avery me mira


con los ojos muy abiertos.

—¿Sabes qué?, estoy agotado, creo que voy a ir a la cama —le digo.

—Buenas noches, papá —dice Piper, el mando a distancia ya en sus


manos.

—Claro —responde Avery, sus ojos pesados.

—Sabes dónde está la habitación de invitados, y Piper puede mostrarte


dónde están las toallas y las cosas.

—Está bien —dice, su voz carece de emoción.

—Buenas noches —digo y subo las escaleras.

—Buenas noches —dicen ambas.

No estoy cansado en absoluto, simplemente no podía enfrentarme a


sentarme con ellas toda la noche. Agarro mi iPad y caigo sobre mi cama.

Doy vueltas, leyendo todo tipo de cosas diferentes y viendo todo tipo de
videos diferentes hasta que no puedo evitarlo por más tiempo. Me maldigo
por ser débil y abrir el canal de YouTube de Avery.
Ella publicó un video esta misma tarde, y hago clic en él. Parece una
mierda, su cabello es un desastre y sus ojos están rojos. Mientras observo,
mi garganta se contrae tan fuerte que lucho para respirar.

Cuando termina, lo reinicio. Mis costillas se sienten como si estuvieran


siendo desgarradas.

Cuando termina de nuevo, me desplazo hacia abajo para leer los


comentarios. Solo han pasado unas horas, pero ya hay cientos de ellos.
Comentario tras comentario de la gente diciéndole a Avery lo increíble que
es y que ya no me necesita llenan la pantalla.

Algunos comentarios dicen que entraré en razón. Sigo leyendo, hasta que
uno me golpea como un puñetazo en el intestino.

Single mom of three6: ¿Es su responsabilidad para con su hija?


Entiendo lo que piensa, pero está equivocado. ¡¡¡¡¡¡Dile que deje de
tener miedo de herir a su hija y empiece a tener miedo de perder la
(segunda) mejor cosa que le ha pasado!!!!!! Por cierto, ya no soy
madre soltera, ¡y mis hijos nunca han sido más felices! ¿Qué piensan
su hija de ti?

¿Qué piensa Piper de Avery? Fácil, lo mismo que yo siento.

Debajo del comentario hay por lo menos una docena de respuestas de


personas de acuerdo con ella.

Leí el comentario junto con las respuestas tres veces más, cada vez me
siento más liviano y ligero.

Después de registrar una nueva cuenta, dejo mi comentario.

6Single mom of three: Madre soltera de tres (niños).


El unicornio: gracias ex Single mom of three. Y Avery, tienes razón.
Todo acerca de ti tiene razón. Perfecto, incluso. Tú eres la (segunda)
mejor cosa que me ha pasado.

Nunca he sido bueno con las palabras.


Traducido SOS por Florpincha
Corregido S.O.S. por ZombieQueen

Piper se fue a la cama hace años, pero me retraso. No puedo subir los
escalones para dormir en la habitación libre de Knox. Aunque es verdad,
estoy demasiado incómoda para ir a casa. Nunca he visto a Nathan así, y
Knox tiene razón, podría volver.

Tengo suerte de que Knox estuviera allí. ¿Quién sabe lo que Nathan habría
hecho?

Incluso Knox con su brazo alrededor de mí, sosteniéndome, dándome su


apoyo, era casi demasiado para que mi corazón lo soportara. Porque sé
que no era real. Y no importa lo mucho que quiero que sea real, tengo que
enfrentar los hechos y alejar esos pensamientos de mi mente.

Knox huyendo y permaneciendo en su dormitorio toda la noche fue prueba


de que no podría cambiar de idea. Estoy aquí porque él es mi vecino, nada
más.

Sin embargo, no puedo subir las escaleras y dormir en su habitación de


invitados. Incluso si es después de la una de la mañana. Empiezo otra
película sin sentido en Netflix, y me pongo en el sofá.

—¿Qué estás haciendo todavía despierta? —pregunta Knox con voz


tranquila.
Su mano pasa por mi cabello, y me doy cuenta de que me dormí. Me
levanto y me siento. La luz de la mesa está encendida, pero es tenue.

—Debo haberme quedado dormida viendo televisión —le digo.

—¿Qué estabas mirando?

—No lo sé. No importa.

—Yo tampoco puedo dormir —dice y se sienta a mi lado.

Temblores llenan mi pecho. Me los trago y me pongo llorosa. No puedo


hacer esto. No puedo estar en su casa, cerca de alguien a quien deseo
tanto. Mi respiración se acelera y me concentro en alejar mis sentimientos.

—Han sido unos días muy duros para mí —digo.

—Tampoco han sido fáciles para mí, ¿sabes?

—Gracias por ayudarme con Nathan.

—¿Crees que dejaría que ese idiota se acercara a ti? Ahora sé quién es, si
hace más comentarios en tus videos, lo pagará.

Sus palabras me llenan y lucho para mantener mis sentimientos bajo


control. Muerdo el interior de mi mejilla, preguntándome por qué diría tal
cosa.

—Gracias —murmuro.

—Nunca dejaría que nadie te hiciera daño.

Quiero preguntar por qué, pero no puedo. No puedo sentarme aquí. No al


lado de alguien que posee mi corazón y no me quiere. A la mierda Nathan,
voy a arriesgarme.
Con escalofríos en mis pies, me alejo del sofá.

—¿A dónde vas? —pregunta Knox.

—A casa. Necesito ir a casa.

Mi corazón late y mis rodillas son débiles, pero tengo que salir de aquí.
Retirarme a casa donde no tengo que sufrir su presencia.

Knox se estira y agarra mi mano, el contacto haciendo estallar mi corazón.


Mi pecho se aprieta, atrapado entre lo que quiero hacer y lo que tengo que
hacer.

—Vi tu último video —dice.

Me congelo. Debe pensar que soy una idiota. Juré que nunca volvería a
publicar un video no planeado, pero lo hice de nuevo. Esta vez
completamente sin editar, con gritos y deseos estúpidos y todo lo demás.
Mis mejillas se calientan con vergüenza.

Al mismo tiempo, quiero saber cuál es su reacción.

O tal vez es mejor que no lo sepa. Me dolerá mucho cuando me aleje aún
más.

Trago, y digo:

—Oh.

Knox me aprieta la mano y me jala de vuelta al sofá. Nuestras piernas se


están tocando, y él todavía está sosteniendo mi mano. Estoy agotada, pero
el contacto despierta mi cuerpo.

—Nunca fue sobre ti, ni mis sentimientos por ti. Se trataba de Piper.
—Lo sé. Solo quería que comprendieras que también eres demasiado duro
contigo mismo.

—Sabes, mucha gente lo comentó.

—¿Lo han hecho? —No lo he mirado desde que lo posteé. Probablemente


arruiné mi credibilidad y mi carrera por eso, y ahora mismo quiero fingir
que nunca sucedió.

—Todos dicen que soy un idiota.

No digo nada, pero estoy aliviada al oír a mis fans apoyándome. Realmente
significa mucho para mí.

»Y estoy de acuerdo con ellos —asiente Knox.

Toma un segundo para que las palabras se hundan, pero cuando lo hacen,
mi cabeza vuela para mirarlo a los ojos por primera vez desde que me
despertó.

—¿Lo haces? —pregunto, incrédula.

—Lo hago. Y he estado pensando. Tú y Piper se llevan tan bien. Y Dios


sabe que voy a necesitar ayuda con una hija adolescente. Ella se merece,
por lo menos, una oportunidad contigo. Si hablabas en serio de lo que
dijiste.

—Lo hacía, absolutamente. Ella es tan increíble. —Me río a través de mis
emociones—, nunca pensé que me gustaría pasar el tiempo con una niña
de trece años.

—Ella siente lo mismo por ti.

—¿Y tú?
—Incluso si no te merezco, te quiero. No puedo seguir negando lo que
siento por ti. Me haces sentir cosas que nunca he sentido en toda mi vida.
Y pensé que tendría que ignorarlas por el bien de Piper. Pero si realmente
te sientes de la manera que dijiste en el video, entonces no puedo dejarte
ir. Porque tienes razón, cuando sabes que estás destinado a estar con
alguien, lo sabes.

Las lágrimas fluyen por mis mejillas mientras habla. Todo parece un
sueño, y parte de mí se pregunta si estoy dormida en el sofá.

—Por supuesto que me mereces. Entiendo por qué pensaste que


decepcionaste a Piper. Yo también la decepcioné. Debería haberle hecho
más preguntas cuando hablaba de su madre, y me rompe el corazón
haberla defraudado tanto.

—No es tu responsabilidad.

—No tiene nada que ver con a quien le pertenece la responsabilidad.


Defraudé a alguien que me importa.

—Eso fue lo que hice contigo, te defraudé.

—Lo que hiciste es confirmar todo lo que pensaba de ti.

—¿Que soy un idiota? —dice Knox, con la nariz crispada.

—No, que eres el hombre más atento que he conocido. Solo quiero que
veas que puedes cuidar a Piper y a mí.

—Lo sé ahora, después de Nathan. Después de todos los comentarios en tu


video. Y sobre todo, porque tú y Piper se llevan muy bien. No puedo
apartarte de ella. Lo que es bueno, porque me ha estado arruinando por
dentro. Nunca he sentido esto por nadie.
Cuando termina su última palabra, toma mi cabeza y presiona sus labios
contra los míos. Lo abrazo, lo abrazo tan fuerte como puedo mientras
nuestro beso se profundiza.

Toda la tensión de los últimos días se esfuma mientras me derrito en sus


brazos. Todos los pensamientos de Nathan desaparecen en sus fuertes
brazos. Por encima de todo, mi cuerpo desborda todo lo que siento por
Knox.

Aleja sus labios y dice en voz baja:

—Solo una cosa.

—¿Qué? —pregunto, jadeando y desesperada por sus labios.

—Tendrás que aprender a venirte en silencio.

Sus palabras fuerzan un gemido de mi garganta. Knox pone su mano


sobre mi boca, y dice:

—Eso es de lo que estoy hablando. ¿Podrías guardar silencio?

—Pensé que te gustaba mi voz —me burlo, limpiando las manchas de


lágrimas de mis mejillas.

—Así es. Pero también me gusta tu coño. Y ahora mismo no puedo tener
ambas cosas.

—Te mueves rápido de regreso a mi coño. Es eso de lo que realmente se


trata, estoy aquí, tú estás aquí, podríamos estar juntos —digo,
burlándome, mi mejilla apretada contra la suya.

Knox me recoge en su regazo y gruñe:

—¿Quieres esperar? Puedo esperar.


Suprimo un chillido y digo:

—No esperes. Pasé mucho tiempo observándote por la ventana hoy.

—No te oí, me alegro de que puedas estar tranquila —dice, y cierra su boca
sobre la mía antes de que poder acercarlo.

Nuestro beso es necesitado, hambriento, pero al mismo tiempo más


profundo. Como ambos sabemos que es serio esta vez, y que no solo
estamos disfrutando el uno al otro sino comprometiéndonos el uno al otro
también. Junto con Piper.

Soy oficialmente parte de esta familia ahora, y nunca me he sentido tan


bien.

El pensamiento me llena de calor, gimoteo y me presiono contra él. Su


dura polla se hunde en mi pierna, haciendo que mis paredes ya lisas se
contraigan por el deseo de que esté dentro de mí.

Knox besa mi oreja y dice:

—Ven a la cama.
Traducido por Jessica8591
Corregido SOS por Lelu

Tomando la mano de Avery, la cargo por las escaleras hacia mi dormitorio.


Después de sacar la parte superior de su camisa, deslizo mis manos
alrededor de sus costillas y desabrocho su sujetador.

No puedo esperar más. Presionar hacia abajo lo que realmente sentía por
ella me estaba aplastando, pero ahora que he liberado todos esos
sentimientos, me embarga la necesidad de reclamar su cuerpo como mío,
de la forma en que ella reclamó mi corazón como suyo.

Ella deja caer el sujetador al suelo, y no puedo evitar sonreír ante sus
tetas perfectas, mis tetas perfectas. Mi polla se endurece.

Mientras ella se quita el resto de su ropa, sacó la mía. Una vez que ambos
estamos desnudos, la empujo contra mí y cierro los ojos al contacto de piel
con piel. Empujo mis dedos a través de su cabello y llevo sus labios a los
míos.

Nuestro beso se vuelve frenético, mi polla ahora dura como una roca por la
anticipación.
Avery se aleja de mí y cae de rodillas. Lucho para reprimir un gemido,
sabiendo que tenemos que estar callados. Pero maldición, esto es
demasiado bueno.

Lame alrededor de mi polla, y soy incapaz de quitar mis ojos de ella.


Entrecerrando los ojos en la tenue luz, puedo distinguir sus labios llenos
mientras me lleva a su boca.

Mueve su cabeza, mientras empuja su lengua. Tengo que agarrar su


cabeza para compensar la intensidad. Cuando pienso que las cosas no
pueden mejorar, Avery levanta la cabeza y la próxima cosa que sé es que
mi polla está a medio camino de su garganta.

No puedo detener el movimiento de mis caderas, y los escalofríos


traquetean a través de mi cuerpo. Esto es una locura. Mis bolas se
contraen, agarro su cabeza y trato de quitarla de mí, pero ella aprieta sus
manos en mis piernas y chupa más duro, sujetándome.

Por mucho que me encante esto, y realmente me encanta esto, no es lo que


quiero esta noche. Me doblo y meto mis brazos debajo de los suyos,
tirándola sobre mí y la cama. Quiero tomar mi tiempo con ella.

Mi mano encuentra su coño, y empujo mis dedos a través de sus pliegues


y en su entrada. Su coño está goteando, malditamente mojado, y mis
dedos se deslizan fácilmente contra ella, presionando en el lugar que sé
que la pone salvaje.

La respiración de Avery se pone más pesada al instante, y ella gime. Tiro


de mi mano y golpeo ligeramente el costado de su cadera y apoyo mi mano
sobre su coño.

Me inclino sobre ella y susurro:


—Tranquila.

Ella abre la boca para responder, pero la rechazo.

Junto a ella, tomo su clítoris entre mis dedos y los enrollo alrededor de él.

En voz baja, digo:

—Tienes que estar callada.

Su aliento es rápido e irregular, y ella balancea sus caderas mientras mis


dedos se mueven. Suelto su clítoris, y empujo dos dedos en su empapado
coño. Quiero saborearla, pero no confío en que ella esté tranquila.

Bombeo mis dedos hasta que sus piernas se doblan y está retorciéndose y
jadeando por aire. Mi polla se contrae a su lado, y no puedo aguantar más.

Después de quitar mis dedos, me muevo encima de ella y empujo mi polla


en su interior.

Avery suelta un gemido tranquilo mientras me muevo más profundo en


ella. La rechazo de nuevo y se muerde el labio.

A medida que mis caderas se mueven, mi mente recorre todas las cosas
que hemos dicho y hecho. La idea de tener a Avery a mi lado mientras
Piper crece. Y tenerla aquí conmigo cuando Piper crezca y se vaya.

Sobre todo, me grita por casi alejarla. Por casi perder a la mujer más
asombrosa de todos los tiempos, solo porque era un maldito estúpido para
ver lo que estaba delante de mí.

El calor corre a través de mis venas, y los hormigueos en mi polla


bloquean mi capacidad de pensar. Empujo más fuerte y más rápido.

Con mis labios al oído de Avery, digo:


—Córrete, cariño. Córrete por el hombre que te ama.

Ella jadea y convulsiona debajo de mí, pero se mantienen en silencio. Lo


que significa que la tendré en mi cama cada maldita noche de este verano.
Incluso si Piper está en casa.

Mis caderas se mueven más rápido y más rápido, y mis bolas se aprietan
contra mí. Finalmente, no puedo aguantar más, y mi polla estalla,
enviando escalofríos que recorren mi espalda.

Sin aliento, me inclino y acaricio mis labios contra los de ella, esos labios
llenos que me hicieron quererla primero.

—Yo también te quiero —dice Avery.

Son palabras que nunca pensé que nadie más que Piper me diría. Palabras
que nunca pensé que quisiera que nadie más que Piper me dijera. Pero en
realidad, son dos palabras que me llenan, me tranquilizan y me hacen
saber que mi vida puede ser más de lo que era.

Después de un rápido beso, me retiro y me acuesto de lado, rodándola y


jalándola contra mí, sin preocuparme porque mi semen salga de ella. Lo
único que me importa es tenerla en mis brazos, siempre.

El sonido del aliento de Avery me calma para dormir.

Por la mañana, me despierto y me siento lo más fresco que me he sentido


en la mañana. Avery todavía está acostada contra mí, exactamente donde
debería estar.

Una puerta se cierra de golpe, y un momento después, Piper baja las


escaleras. Debería hablar con ella.
Avery todavía duerme mientras me siento de la cama y me pongo unos
bóxer, pantalones cortos y una camiseta. Me dirijo a la cocina, donde Piper
está comiendo un plato de cereal.

—¿Dormiste bien? —pregunto.

—Como siempre.

Sin siquiera hacer un café, me siento a la mesa.

—¿Puedo hablarte de Avery?

Piper se encoge de hombros y dice:

—Claro.

—¿Qué piensas de que yo salga con ella?

—Es genial. Ella es tan impresionante, y es tan agradable tenerla


alrededor para hablar.

—¿Así que no te molesta?

—¿Por qué lo haría? Ya era hora de que tuvieras una novia, nunca entendí
por qué no tenías citas.

—Estaba ocupado contigo.

—¿Y qué? Muchos de mis amigos tienen padres divorciados, y todos salen.
Me preocupaba que nadie te gustara.

—Difícilmente. —Me río—, yo era el que no le gustaba a ninguna de ellas.

—Hasta que Avery se mudó aquí.

—Exactamente.
—Estoy muy contenta de que se haya mudado a la ciudad. Y no me
molestaría si el cableado en su casa nunca se arregla. —Piper toma un
bocado de cereal y mastica con una sonrisa grande como mi boca que
cuelga abierta por su comentario.

Me levanto y preparo la cafetera. Mientras me muevo por la cocina, me doy


cuenta de lo sueltos que se sienten mis hombros y de lo ligero que me
siento. Con la aprobación oficial de Piper, todo lo último ha encajado en su
lugar.

—¿Tienes una taza para mí? —pregunta Avery mientras entra en la


habitación, con una gran sonrisa en sus labios.

—Buenos días, Avery —dijo Piper.

—Buenos días. ¿Dormiste bien? —le pregunta Avery, y se sienta en la


mesa con Piper.

Mientras hago el café, las dos hablan. Estoy de espalda a ellas, y medio
escucho su conversación y me pregunto cómo siempre tienen tanto para
hablar. Las dos son increíbles. Soy el maldito hombre más afortunado del
planeta.
Traducido por Florpincha
Corregido SOS por Lelu

Un año después…
—Hola a todo el mundo, sé que han estado esperando este día —digo en la
cámara web—. Así que aquí está, mi primer video en mi nuevo dormitorio.
Excepto como todos saben, no es solo mi dormitorio, sino también el
dormitorio del Unicornio.

No es realmente nuestra habitación, es nuestra nueva habitación falsa.


Desde el día que Nathan se asustó en mi césped, me he quedado en el
dormitorio real de Knox cada noche. Me pidió que me mudara oficialmente
hace unos cuatro meses.

Nathan no ha intentado ningún contacto conmigo desde entonces, pero se


dice en la calle que encontró una nueva novia, una tan aburrida como él.
Lo que es genial, me alegro de que se encuentren, así nada más lo
mantiene fuera de mi vida.

—Aquí está su armario —digo, señalando a un armario falso con algunas


de sus viejas ropas colgadas en él.
Me mudé, por supuesto, pero no podía hacer nada con mi casa, como
alquilarla o venderla, por mi habitación falsa. Todo lo que podíamos hacer
era tener mucho sexo en ella. Pero no es sensato seguir pagando una
hipoteca por eso.

No pudimos instalar un dormitorio falso en la casa de Knox por causa de


Piper. Así que, después de que oficialmente acepté mudarme, Knox
construyó una extensión en su garaje. Ocupa más el patio trasero, pero
ahora tengo mi falsa habitación-oficina en la parte trasera del garaje.

Una habitación sin ventanas, por lo que Piper no puede ver, pero Knox
puso claraboyas por lo que es agradable y brillante para filmar.

Piper piensa que es un almacén. Y ella piensa que estoy tardando mucho,
mucho tiempo en terminar mi novela.

—Y aquí está la cama. Pueden ver que es mi vieja cama, me gustaba


demasiado la cabecera para dejarla en mi antiguo lugar.

Especialmente cuando se sube encima para lamer mi coño.

Podría ser la misma cabecera, pero Knox puso un colchón muy bueno. Y
con él trabajando en la habitación de al lado todo el día, va a obtener un
montón de uso. Porque durante el día, cuando Piper está fuera, puedo
gritar su nombre tan fuerte como yo quiera.

Tengo cuidado de no mostrarles la pared trasera con las estanterías


apiladas con los productos que promuevo, o el otro armario que está
atestado de lencería que me envían para promocionar.

Mi vergonzosa súplica a Knox en el vídeo fue viral, y conseguí mi blanco de


diez millones de suscriptores en unos pocos días. Juro que todo el país lo
vio, pero, milagrosamente, de alguna manera, este rincón de Ohio se
perdió y nadie en la ciudad sabe lo que hago. Incluyendo Piper.

Pero como resultado, tengo el triple de productos para vender de lo que


tenía antes. Y mi ingreso se ha disparado como resultado.

Darla tiene celos de mi nuevo estudio, sobre todo porque, y cito:

—Tu ejemplar perfecto de hombre lo construyó con sus propias malditas


manos.

Ella lo está haciendo bien, su blog no ha despegado como el mío, pero está
aumentando sus números diariamente. Junto con el número de hombres
en su vida. Ella decidió que un hombre a la vez no era suficiente para
complacerla en el dormitorio y ahora se dedica exclusivamente al sexo con
dos o más chicos a la vez.

Joven, viejo, no está discriminando, siempre y cuando haya al menos dos


pollas en la habitación. Knox y yo casi morimos de risa cuando
descubrimos que uno de esos hombres es a menudo Marcus.

Después de que salió, Marcus le confesó a Knox que él no podría conseguir


bastante de ella. Él conduce a su lugar solo por una llamada de sexo.

—De todos modos, suficiente del recorrido, quiero pasar al tema de hoy. Es
algo que van a escuchar mucho y estoy segura de que es algo con lo que
muchos de ustedes luchan. Cómo tener buen sexo cuando estás
embarazada. Comencemos con las primeras etapas, que es donde estoy
ahora. —Hago una pausa para dejar que mis espectadores digieran las
noticias.
No fue un accidente. La razón por la que Knox me pidió oficialmente que
me mudara, fue porque decidió, que con Piper en la escuela secundaria y,
por lo tanto, prácticamente toda crecida, que quería otro hijo.

Eso sonaba perfecto para mí. Jugar a la madre de Piper me dio en el


interruptor maternal y la idea de un bebé en mis brazos era ideal. Además
ya sé de antemano qué padre tan increíble es. Tengo demasiados amigos
cuyos maridos no ofrecieron apoyo, aparte de jugar deportes con los niños
y mostrarles películas inapropiadas para la edad.

Hicimos una cita para que me retiraran el DIU al día siguiente.

Continúo hablando:

—Cuando tus tetas están tan sensibles quieres golpear a tu hombre si se


acerca a cualquier lugar cerca de allí.

Ciertamente quería golpear a Knox duro anoche cuando él puso su mano


en cualquier lugar cerca de mis pechos. Había leído que estarían sensibles
al principio, pero infierno santo, sensible no comienza a describirlo. Por
supuesto que Knox no se queja, ya que he subido un tamaño de copa y es
solo en los primeros días.

Piper está en éxtasis de convertirse en una hermana mayor. Ahora ella


más bien haciendo preguntas de chica contra chico.

—¿Prefieres tener un bebé que hace pis en el aire cuando lo cambias o uno
que tarda una eternidad en limpiar después de que ella hace caca? —O—.
¿Preferirías tener un bebé que lleve puestos vestidos lindos, o que pueda
vestirse en un mini smoking?
Ella ya prometió ser niñera gratis. Me pregunto si va a empezar a hacer
preguntas si conseguimos que lo cuide mientras vamos al garaje durante
una hora o dos.

La escuela secundaria ha sido excelente para ella, ya que estaba tan


adulta. La transición a su nueva escuela fue muy bien, y se unió al club de
debate. Ha hecho muchos nuevos amigos, aunque no ha traído ninguno a
casa todavía. Knox probablemente explotaría, pero estoy aquí para
respaldarla.

No hemos oído nada más de su madre biológica. Piper ha decidido que no


quiere tener nada que ver con ella, y que no la necesita desde que me
tiene.

La puerta se abre, y Knox pregunta:

—¿Lista?

Hago girar la cámara y llevo a Knox al cuadro.

—Aquí está, todos, conozcan al Unicornio.

Knox frunce el ceño a la lente.

—Hagamos eso de nuevo, ¿puedes sonreír esta vez?

Él me muestra una gran sonrisa, e ilumina su rostro maravilloso. No


importa cuántas veces lo vea, todavía se derriten mis bragas. Mis
espectadores van a morir cuando lo vean. Ellos probablemente exigirán
que lo ponga en cada video.

—Está bien —digo y dejo de grabar. Lo juntaré todo en la edición.

—Vamos.
—¿A dónde vamos?

—Ya verás.

Knox abre la puerta de su Thunderbird, y subo. Se mete en el lado del


conductor, coloca la llave en el encendido y la gira. Pero no lo suficiente
como para encender el motor, si lo suficiente para encender la radio.

—Pongo esta radio solo para ti. —Él toma mi teléfono y juega con la
configuración del Bluetooth hasta que mi teléfono se conecta a los
altavoces.

—¿Qué pasó con ser fiel a la época? —Siempre es tan particular acerca de
la restauración de sus coches.

Él no dice nada, pero se desplaza a través de mis listas de reproducción


hasta que encuentra Red Hot Chili Peppers y comienza mi lista de
reproducción. "Take Me to the Other Side" comienza a sonar.

—Pensé que esto valdría la pena. Porque sabes, esta es la canción en la


que me di cuenta de que eras diferente.

Mi frente se arruga pero no digo nada. Él toma mi mano en la suya.


Nuestros ojos se conectan, enviando una sensación familiar de calor a
través de mí, pero también un choque de electricidad que me hace
temblar.

Knox levanta la mano, y me acaricia pasando con el dedo calloso por la


mejilla.

—Esto parecía una buena idea en este momento. —Él toma algo de su
bolsillo y lo sostiene en sus dedos, su mano entre nosotros.
—Cásate conmigo, Avery. Elegí un anillo vintage para ti, pero podemos
cambiarlo si no te gusta.

El anillo es hermoso, con un racimo de diamantes en una banda blanca de


oro. Combina con el coche, Knox, y me encanta.

Trago con fuerza y las lágrimas me pinchan las esquinas de los ojos.
Arrojando mis brazos a su alrededor, le susurro al oído:

—¡Sí! ¡Un millón de veces sí! Y me encanta el anillo.

Knox tira sus labios a los míos, y nos sentamos en el asiento delantero de
su Thunderbird, besuqueándonos.
Traducido S.O.S. por Flor

Cuatro años después…


—¿Todavía necesitas que cuide a Ford y a Shelby esta noche? —pregunta
Piper, sirviendo a Ford de nueve meses de edad una manzana mezclada
mientras se sienta en su silla alta.

—Definitivamente —dice Knox, contestándole pero sonriéndome.

—Espero que no te importe si Topher viene también.

Ahora tiene diecinueve años, y Topher es su novio desde el grado doce.


También va a estar en su clase universitaria. Knox estaba extrañamente
tranquilo cuando empezó a traer a los chicos a casa. Piper dice que es todo
por mi culpa, pero creo que es la persona más disciplinada que he
conocido. Si él hiciera una regla en su cabeza de que no se asustaría frente
a ella, o a mí, él no lo haría. Quién sabe lo que estaba pensando en el
interior.

En el otoño, ella va a comenzar a estudiar pre-ley en la universidad, y


todavía vive en casa y conduce a la escuela. Cuando llegó el bebé número
dos, se mudó al sótano para liberar su dormitorio para otro cuarto de
niños.

Debemos mudarnos a una casa más grande, podemos fácilmente


permitírnosla ahora que mi blog hace una parva de dinero. Pero este es el
hogar a largo plazo de Knox, y no está listo para dejarlo. Es como si la casa
fuera lo último que lo unía a Piper cuando era pequeña. Y lo entiendo. La
casa tiene buenos recuerdos para mí también, ya que es también la
historia de nosotros.

Con Ford, Knox finalmente consiguió a su hijo. Ya que ambos estamos en


casa durante el día, jugamos teniendo cuidado de nuestros niños con el
trabajo. Piper ayuda cuando puede, pero a menudo uno u otro de nosotros
termina trabajando durante mucho tiempo en la noche para compensar el
trabajo que no se hizo en el día.

—¿Lleno? ¿No quieres más? ¿Estás seguro? —pregunta Piper a Ford de


nueve meses, esforzándose por pistas de su respuesta.

—Creo que ha tomado suficiente desayuno —le digo, ajustando a Shelby


en mi cadera.

Shelby siempre quiere que yo la abrace. Pensé en lo terrible de ellos


queriendo ser independientes, pero Shelby parece estar aferrada más duro
a mí ahora que nunca. Tiene casi tres años, estoy segura de que esta fase
no durará.
De alguna manera mis dos hijos son la imagen semejante de Knox. Nunca
hubo ninguna cuestión de paternidad después de esos embarazos. No es
que hubiera habido, pero ya saben lo que quiero decir. No se requieren
pruebas de ADN.

—Déjame llevarla —indica Knox, extendiendo sus manos hacia ella.

—De acuerdo, tengo que averiguar cuáles son mis clases en septiembre —
dice Piper y se levanta—. Adiós, ustedes dos —señala a cada uno, Ford y
Shelby.

—Adiós cariño, que tengas un buen día —dice Knox.

—Nos vemos luego —respondo cuando Piper sale de la cocina.

Tomo un último sorbo de mi café y digo—: Hoy estás de servicio primero.

Lo mejor de Knox. Bueno, una de las muchas mejores cosas, es que él


sabe más sobre los bebés que yo. No hay muchos maridos por ahí que
hayan criado a un bebé solos antes, y no tengo que preocuparme de que
haga algo tonto como no pensar en cambiar un pañal o alimentarlos a
pepinillos de eneldo para la cena.

—Te amo —le expreso, y le beso la mejilla.

Knox está sosteniendo a Shelby en una cadera, pero con los ganchos de su
otro brazo alrededor de mí y me jala cerca.

—¿Un beso en la mejilla? —pregunta, y cierra su boca sobre la mía.

Él no me deja ir, y me besa más profundo. Subo los dedos para acercarme
a sus labios.

Después de unos minutos, Shelby dice—: Papá está besando a mami.


Knox tira de sus labios y dice—: Así es, papá está besando a mamá.

Se inclina hacia atrás para buscar más, pero pongo mi mano sobre su
pecho, y expreso—: Más, y vamos a tener un gran problema con el cuidado
de los niños en este momento.

Sus labios aparecen en una media sonrisa, satisfecha y me suelta.

—Más tarde —indico y salgo por la puerta trasera.

Cada vez que salgo, veo mi vieja casa. La vendí poco después de que Knox
me construyera el dormitorio falso que se adjunta a su garaje. Una joven
pareja lo compró. Tienen niños de la misma edad que los nuestros, por lo
que nuestros hijos tienen la suerte de haber incorporado amiguitos.

Abro la puerta de mi estudio y entro en la habitación. Hemos pintado las


paredes de un azul brillante y reemplazado la cama con un sofá y dos
sillones. Los estantes traseros están llenos de productos para bebés, y
ambos armarios están repletos de más.

Resulta que hay mucho más dinero en los productos para bebés que para
los productos sexuales. Unas pocas empresas se acercaron a mí durante
mi primer embarazo y creció desde allí. El dinero es suficiente para poner
a Piper en la universidad con facilidad, y ella va a necesitar mucho más
años para pasar a través de la escuela de derecho.

Además, también estoy construyendo grandes fondos para la universidad


tanto para Shelby como para Ford.

Pero de vez en cuando, todavía posteo en mi canal viejo de la muchacha


agradable Avery. Me paro delante de la cámara y grabo.

—Hola a todos. Sé que no publico tan a menudo como debería, pero pensé
que me registraría y mantendría a todos actualizados. Hoy es el quinto
aniversario del día en que el Unicornio y yo oficialmente formamos una
pareja.

Eso suena mucho mejor que el aniversario del día que sollozaba mi
corazón en Internet.

—No pensé que fuera posible, pero lo amo más hoy que lo que lo hacía en
ese entonces. Pero como dije hace tantos años, cuando lo sabes, lo sabes.

Mi computadora emite un pitido y toco el botón de ‘stop’. Normalmente lo


silencio cuando estoy filmando, pero me olvidé esta mañana. Eso es lo que
sucede cuando tienes un bebé y un niño pequeño.

Es Darla en FaceTime. He golpeado para responder y sus rizos rojos aún


mayores llenan mi pantalla.

—Oye, nena —dice.

—¡Hola! ¿Qué tal?

—Mira esto —grita.

Darla sostiene su mano izquierda en la cámara, una roca enorme en su


dedo anular. Nunca pensé que vería este día y parpadearía para
asegurarme de que estoy viendo las cosas bien.

—Felicitaciones. ¿Quién es el afortunado? —Hay tantas posibilidades.

—¡Marcus! Y me mudaré a tu ciudad para que ahora nos veamos todos los
días.

Me ahogo con sus palabras y mis ojos se llenan de agua. Suavicé mi


garganta con las manos y traté de parar de toser. Siempre me había
preguntado por qué Marcus se molestó con ella, pero supongo que lo
sabía.

—Eso es fantástico. Estoy tan emocionada de que te mudes aquí —digo a


través de los restos de mi tos.

—Sí, finalmente me di cuenta de lo que estaba justo en frente de mi rostro.

—¿Que lo amas?

—Sí, eso también.

—Entonces, ¿qué estaba delante de tu rostro?

—Un hombre que está en tríos. Nena, no se van a ir pronto.

Me río de nuevo y ruedo los ojos. —Mientras estén felices.

La puerta se abre y Knox entra. Los niños deben estar durmiendo.

—Es tu turno —expone, agarrando mis caderas y besando mi cuello.

—Oye, Knox —grita Darla.

Knox la ignora.

—Darla tiene una gran noticia —digo—. Se va a casar con Marcus.

Sus labios se congelan en mi cuello.

—¡Sí, bebé! ¡Y me mudaré a tu ciudad! Puedo verte todos los días. Estaré
en tu casa todo el tiempo...

—Bueno, suficiente Darla, deja al pobre Knox digerir las noticias.


Incluso después de todos estos años, Knox no es el mayor fan de Darla.
Ellos chocan demasiado, ella es demasiado impulsiva y él es demasiado
guardado. Sin embargo, creo que en el fondo a él realmente le gusta.

—Marcus es un hombre con suerte —dice, murmurando en la pantalla. Él


me mira y dice—: Tengo que hacer algo de trabajo antes de que mi
compañero de culo comience a regañarme. Los niños están durmiendo.

Darla y yo nos reímos cuando Knox sale de la habitación.

—De acuerdo, tengo que irme, hablaré contigo más tarde —le digo.

—Adiós, nena

Entro a la casa y paso el resto del día jugando y cuidando a mis bebés,
sintiéndome muy jodidamente afortunada de poder cuidar de ellos, dirigir
mi blog y ver a mi marido todo el día.
Traducido S.O.S. por ZombieQueen

Shelby, Ford y yo estamos en la sala de estar en la tarde, jugando. Los


juguetes están esparcidos por todo el piso. Ford está sentado sobre una
colorida manta en medio de la habitación, balbuceando, la misma gran
sonrisa que Knox en su rostro rechoncho. Shelby le trae cada juguete en la
habitación a su vez, y él lo toma, lo saborea y lo arroja antes de repetirlo
todo de nuevo.

Tiene una paciencia infinita con él, más que yo, y simplemente dice "¿no?"
y busca otro juguete. A veces creo que Shelby piensa que es su madre y no
yo.

—Hola —dice Piper mientras entra en la sala de estar.

—Pipa — dice Shelby. Deja caer el coche con el que había estado jugando y
corre hacia Piper por un abrazo.

Piper la levanta y la hace girar, haciéndole cosquillas con la boca en su


mejilla.

—¿Ya estás vestida? — me pregunta Piper.

—Me dijeron que estuviera lista para ir el segundo en que entraras a


casa— digo.
—Hola corazón. ¿Dónde está Topher? — dice Knox, entrando en la
habitación con Ford.

—Vendrá más tarde.

—Bien amigo, Piper va a cuidar de ti durante un par de horas— dice Knox,


besando la cabeza de Ford.

Piper baja a Shelby y toma a Ford, equilibrándolo en su cadera.

—Se buena con Piper— le digo a Shelby, dándole un beso en la parte


superior de su cabeza—. Tú también, hombrecito — le digo a Ford,
besándolo.

—Adiós Shelby— dice Knox, abrazándola y besándola. —Y tú, corazón —


dice Knox, besando la mejilla de Piper.

—Besos por todas partes —digo. Knox parece estar en un estado de ánimo
notablemente bueno.

Me mira y guiña un ojo. Qué extraño. Él nunca guiña. Pero supongo que
sé que viene lo mío.

—Vamos —dice y me toma de la mano.

—Adiós— digo otra vez mientras me conduce por la puerta.

Lo sigo a su amado Thunderbird '62, y me meto en el lado del pasajero. No


tengo ni idea de cuáles son sus planes, pero normalmente sólo lleva el
Thunderbird a paseos clásicos.

—Te ves increíble— dice, mirándome de arriba a abajo.

Sólo llevo una falda corta, y cuando me senté el dobladillo terminó un poco
demasiado alto en mi pierna. Pero lo dejé donde estaba para él. Y ahora
sus ojos me queman, todavía capaz de encenderme después de todos estos
años.

—Tú tampoco estás tan mal — digo mirando sus brazos expuestos.

No hay nada que me guste más que tener esos brazos grandes y poderosos
envueltos a mi alrededor, sosteniéndome fuerte.

Knox se inclina y pasa los labios contra mi mejilla, el contacto envía un


escalofrío por mi espina dorsal. Volteo la cabeza y agarro sus labios con los
míos. Él gime en aprobación, agarra la parte posterior de mi cabeza y
profundiza el beso.

Mi corazón se acelera en mi pecho mientras que los últimos cinco años


pasan por mi cabeza. Mi vieja casa me llama la atención y pienso en lo
afortunada que soy por haberla comprado.

Y que por casualidad dejé que mi atractivo se escapara al probar el Xtreme


Buzz. Lo bueno es que tenía las ventanas abiertas, incluso si fue
mortificantemente vergonzoso.

Knox se aleja y dice:

—Tenemos que irnos

—¿A dónde vamos?

—A ninguna parte, en realidad.

—¿Eh? ¿Que se supone que significa eso?

Knox sonríe, un destello diabólico en sus profundos ojos marrones. Sin


decir nada, arranca el coche y se aleja.
Conducimos por la ciudad y hacia el campo. Hablamos, sobre todo de los
niños, pero todo el tiempo me pregunto dónde me llevará.

Por último nos desviamos de la carretera principal hacia una zona


boscosa. Hay un claro grande, vacío, con—extrañamente— faroles. Aparca
el coche en el medio.

—¿Ahí es hacia dónde vamos? —pregunto.

—Te conozco desde hace cinco años y me di cuenta de que nunca te he


traído aquí. Ni una sola vez.

—¿Qué es este lugar?

—Un antiguo lugar favorito mío— dice y salta del auto.

Después de abrir mi puerta, me saca y me arrastra contra él. Me sostiene


fuertemente con el brazo izquierdo, cierra la puerta y me apoya contra el
coche. Estoy atrapada entre el auto y el cuerpo de Knox y el fuego corre a
través de mí. No esperaba esto. Ni siquiera nada parecido a esto.

—¿Qué es este lugar?

—Hay un evento de autos clásicos aquí todos los lunes—dice y cierra su


boca sobre la mía.

Mi mente corre. Sólo he estado en un puñado de paseos pero nunca aquí.


A los que asistí fueron en ciudades. Pero este está en medio de la nada.
¿Por qué me ha traído aquí?

Knox arrastra su mano por mi costado, siguiendo las curvas de mi cuerpo.


Incluso a través de la tela, mi piel chispea bajo su toque. Su mano sigue
viajando hacia arriba, sus dedos cosquilleando en mi cuello hasta que me
toma la cabeza.
Gimo de alegría, me inclino hacia adelante, tratando de acercarme tanto
como pueda. Su dura polla se clava en mí. Pensé que íbamos a cenar y que
llegaríamos a esto más tarde, en casa. Tranquilamente.

Me agarra la cabeza, más duro de lo que recuerdo que era antes, y de


repente me siento como una posesión, como si estuviera aquí para ser
usada. Aspiro aire a través de mi nariz y mi respiración se agita en mi
pecho. Mis paredes se inundan de deseo, con necesidad de ser tomada por
él, por este hombre que amo.

Tirando de mi cabeza, Knox me barre a lo largo del costado del coche,


hasta que estamos en la parte posterior del mismo.

Sus oscuros ojos se clavan en los míos, y dice:

—El otro día me di cuenta de que nunca te había inclinado sobre mi coche.
Que nunca te había follado fuertemente contra el metal o te hundiste
contra el capó.

Me sorprende la fuerza de su voz y me sorprendo por lo mucho que me


excita. Mi coño gotea para él, mis bragas empapadas y aferradas a mis
labios.

—De acuerdo —digo.

—Estás jodidamente de acuerdo— gruñe entre dientes—. Eres mía, y voy a


follarte todo lo que quiera.

Jadeo. Sé que soy suya. Siempre ha dicho que le pertenezco, y él es súper


protector de mí. Especialmente en línea. Pero esto, esto es diferente. Él es
diferente. Me recuerda a las primeras veces que lo conocí, lo rudo que era
— y lo sexy que pensé que era.
Knox me gira y planta una mano en medio de mi espalda, empujando y
sujetando mi cuerpo contra el metal del coche. Su otra mano levanta mi
falda alrededor de mis caderas y tira mis bragas hasta mis rodillas.

Todavía sosteniendo mi cuerpo contra el auto me acaricia el culo, frotando


su mano libre en un círculo. Sin advertencia, levanta la mano y golpea mi
culo en el lugar que había estado frotando.

Me estremezco, pero su mano me mantiene firme contra el coche. Me frota


el culo de nuevo y lo golpea. Me estremezco de nuevo, gimiendo de placer,
y él gime también.

—No sé por qué he esperado tanto tiempo para hacerte esto.

—No sé qué me estás haciendo— le digo. Y no lo sé. Realmente no, pero


me gusta.

—Me estoy divirtiendo un poco. Una pequeña oportunidad de jugar


mientras no tengamos que estar en casa y ser responsables. Tenemos que
hacer esto antes de que perdamos a nuestra niñera. — Golpea mi culo de
nuevo mientras habla, más duro esta vez, y mi culo y coño se aprietan y la
humedad de mi vagina gotea por el interior de mi muslo.

—Buena chica— dice.

Knox traza una línea con su dedo a través de mi culo y mi coño. Estoy
doblada y totalmente expuesta, clavada en el capó y desesperada porque
me folle.

Sus dedos se mueven a través de mis pliegues resbaladizos y dos empujan


en mi entrada. Me quejo mientras los bombea dentro y fuera de mí,
áspero, bruto como es.
Sin detener el tratamiento brutal en mis paredes, deja de presionarme la
espalda. Se frota la mano sobre mi cachete del culo y lo golpea de nuevo.
Me estremezco, mi cuerpo libre para agitarse esta vez, la acción hace que
mis paredes del coño se aprieten alrededor de sus dedos.

Me golpea el culo una y otra vez mientras los dedos dentro de mi


continúan moviéndose. Dios mío, me siento tan jodidamente usada que ni
siquiera es divertido, pero santa mierda, es bueno.

Zumbidos estallan por todo mi cuerpo, y las paredes de mi coño empiezan


a palpitar contra sus gruesos dedos. Cierro los ojos, bebiendo de los
asombrosos sentimientos que zumban alrededor de mi cuerpo.

—Por favor— respiro.

—Mierda, cariño, no sabía que esto te pondría así de húmeda— gruñe.

No puedo responder, apenas puedo respirar y mucho menos formular


palabras. Mi cabeza descansa pesadamente contra el capó, mi cuerpo está
ardiendo.

Mis ojos todavía están cerrados cuando aleja sus dedos. Un momento
después, su polla entra en mí, empujando mis caderas contra el coche.
Grito otra vez mientras empieza a aferrarse a mí, una y otra vez. Ni
siquiera trata de ser gentil, y estoy segura de que tendré moretones en las
caderas mañana, pero ahora mismo no me importa una mierda voladora.

Grito y gimo, cada segundo se siente mejor que el anterior, cada momento
casi demasiado bueno para ser real.

Mis brazos vuelan a los lados y me agarro en los bordes del capó en busca
de apoyo, mis dedos se contraen cuando Knox se corre en mí. Pasa sus
manos por mi espalda, debajo de mi camisa.
Y es demasiado, me manda sobre el borde.

—¡Knox!— grito mientras ondas de marea de alegría suben y bajan por mi


cuerpo, desde los dedos de los pies hasta las puntas de los dedos. Dejo de
respirar mientras las olas se apoderan de mi cuerpo, todo lo que puedo
hacer es colapsar todo mi peso en el coche.

Knox gruñe, llenándome. Su pene palpitante mientras se corre.

Lentamente, mi respiración regresa y finalmente consigo abrir los ojos.

Con Knox todavía dentro de mí, digo:

—No sé por qué nunca antes me hiciste esto. Habría podido hacer un buen
vlog.

—Porque te amo demasiado.

—¿Y qué?

—Que no quería usarte.

—Tal vez me gustó que me utilizaras.

—¿SI? Tal vez necesites empezar a venir a más viajes de coches clásicos
conmigo.

—Si acaban así, entonces sí, por favor.

Fin
Crecí en Canadá pero ahora vivo
en Inglaterra porque odio los fríos
inviernos. Y los veranos calientes.
Además, los viajes son mucho más
divertidos cuando puedes tomar tu
auto y terminar en los lagos italianos.

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