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Honorables Magistrados

CONSEJO DE ESTADO
E. S. D.

Ref.: Acción de tutela de DIANA PATRICIA COLORADO CONGOTE contra el


TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DEL CESAR.

Con todo respeto se dirige a ustedes DIANA PATRICIA COLORADO CONGOTE,


mayor de edad, vecina y domiciliada en Valledupar, identificada como aparece al
pie de mi firma, actuando en mi propio nombre y representación, en ejercicio de la
acción constitucional de tutela, para formular PETICIÓN DE AMPARO DE TUTELA
contra el TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DEL CESAR, con el fin de que por
disposición judicial, se amparen mis derechos fundamentales al debido proceso
constitucional - defensa, igualdad, acceso a la administración de justicia y
prevalencia del derecho sustancial, conforme a los siguientes:

I. ANTECEDENTES Y HECHOS RELEVANTES:

1.- Por medio de apoderado, en enero del año 2011 promoví contra la NACION –
PROCURADURIA GENERAL DE LA NACION acción de nulidad y restablecimiento
del derecho (rad. 20001-33-33-001-2011-00154), demandando la nulidad del acto
administrativo por medio del cual fui desvinculada de la Procuraduría.

2.- Mi demanda fue fallada en primera instancia con sentencia fechada 23 de agosto
del 2013 proferida por el Juzgado Tercero Administrativo de Descongestión de
Valledupar, negando las pretensiones de la demanda.

3.- Mi apoderado apeló esa sentencia y este recurso fue resuelto por el Tribunal
Administrativo del Cesar mediante sentencia fechada 23 de enero del 2014 que
confirmó íntegramente la sentencia de primera instancia desfavorable a mis
pretensiones.

4.- Ante los fallos de primera y segunda instancia adversos a mis pretensiones,
interpuse ante el Consejo de Estado acción de tutela con rad. 11001-03-15-000-
2014-01368-00, que fue negada en primera instancia y fallada favorablemente en
segunda instancia con sentencia de fecha 19 de noviembre de 2.014, C. P.: Dra.
SANDRA LISSET IBARRA VELEZ, que DEJA SIN EFECTOS la sentencia del
Tribunal antes mencionada y ordena a esa Colegiatura proferir nuevo fallo, SIN
ORDENAR DESCUENTO ALGUNO y SIN LIMITAR EL MONTO DE LA
INDEMNIZACION A PAGAR.

5.- El Tribunal le da estricto cumplimiento al fallo de tutela y el 12 de marzo del


2015, el M. P. JOSE ANTONIO APONTE, dicta nueva sentencia de segunda
instancia por medio de la cual revoca la sentencia de primera instancia fechada 23
de agosto de 2013, anula el acto a través del cual fui retirada de la Procuraduría,
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ordena mi reintegro SIN CONSIDERAR QUE HA EXISTIDO SOLUCION DE
CONTINUIDAD y ordena a la demandada que me pague TODOS los salarios y
prestaciones y demás emolumentos dejados de percibir desde mi retiro hasta
cuando sea efectivamente reintegrada, SIN ORDENAR DESCUENTO ALGUNO y
SIN LIMITAR EL MONTO DE LA INDEMNIZACION A PAGAR.

6.- En efecto, en su sentencia el Tribunal no ordenó efectuar ningún descuento


sobre las sumas a pagar a la suscrita, ni limitó el valor a pagarme por ese concepto,
sin embargo, el mismo Tribunal adiciona oficiosamente la sentencia antes
mencionada mediante proveído de fecha 23 de abril del 2015 para modificar
totalmente el fallo antes mencionado pues ordena descontar de los valores a
pagarme, todas las sumas de dinero que hubiere recibido por cualquier concepto
laboral, público o privado, y además dispone también que la indemnización a
pagarme no puede ser inferior a 6 meses, ni exceder de 24 meses, de salario
mensual “mutando el contenido de los efectos de la declaratoria de nulidad y
restablecimiento del derecho, los cuales traen como lógica consecuencia el pago de
todas las acreencias laborales dejadas de percibir por el trabajador, durante el
tiempo que estuvo injustamente desvinculado, tal como lo ha sostenido la
jurisprudencia reiterada y pacífica del Consejo de Estado en las Sentencias
0673/08, 1454/11,2031/11, 2105/11, 2256/11, 0412/12, 1090/12, entre otras, y la
Corte Suprema de Justicia –Sala Laboral- en la providencia Radicado Núm. 33529,
entre otras” y desconociendo abiertamente, sin ninguna argumentación, múltiples
precedentes de la SALA PLENA del CONSEJO DE ESTADO que constituyen
PRECEDENTES ESPECIALIZADOS (vigentes, no rectificados) del máximo juez
de lo contencioso administrativo, del órgano de cierre de la jurisdicción contencioso
administrativa, que por lo tanto son obligatorios para todos los Tribunales y jueces
administrativos del país.

7.- El Tribunal utilizó el mecanismo de adición de la sentencia para modificar,


alterar sustancialmente, el fallo forzado totalmente favorable a mis pretensiones,
desconociendo lo ordenado por el Consejo de Estado en el fallo de tutela proferido
a mi favor en el que no se dispuso descuento ni límite alguno, al aplicar
retroactivamente una sentencia de tutela (no vinculante) SU-556 de JULIO 24 DE
2.014, proferida por la Corte Constitucional con posterioridad al inicio del proceso
instaurado por la suscrita a comienzos del año 2.011, posterior al fallo de primera
instancia que fue proferido el 23 de agosto del 2013 y posterior al primer fallo de
segunda instancia que fue dictado por el Tribunal el 23 de enero del 2014.

8.- Contra la desatinada adición, realizada por medio de providencia de 23 de abril


de 2.015, ejecutoriada y en firme en mayo del mismo año, interpuse
oportunamente ante el Consejo de Estado acción de tutela tramitada con radicado
11001-03-15-000-2015-02927, fallada favorablemente en primera instancia con
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sentencia de 19 de mayo de 2.016 C.P., MARTHA TERESA BRICEÑO DE
VALENCIA, en cumplimiento de la cual el Tribunal mediante auto de 30 de junio de
2016 resolvió “negar” la solicitud de aclaración y/o adición presentada por la
Procuraduría, petición que había sido negada con antelación, mediante auto de
abril 23 de 2015, con el que igualmente adiciono oficiosamente la sentencia de
segundo instancia.

9. Ese fallo de tutela favorable a la suscrita fue revocado en segunda instancia el


28 de julio de 2016 por el mismo Consejo de Estado, C.P. ALBERTO YEPES
BARREIRO, por lo que el Tribunal a través de proveído de 5 de agosto de la misma
anualidad dejó sin efectos el auto de 30 de junio de 2016, y otorgó plena validez a
la providencia de 23 de abril de 2.015, con la que había adicionado de oficio la
sentencia de segunda instancia. Al negarse en segunda instancia la tutela,
manteniendo plena validez la providencia del 23 de abril de 2015, resulta claro
que la fecha de ejecutoria de la sentencia de segunda instancia ocurrió en mayo
de 2.015, cuando quedó ejecutoriado el auto que ordenó la adición de la sentencia,
ya que al negarse la tutela los efectos de la providencia cuestionada por vía de
tutela quedaron intactos, no se alteraron ni sufrieron modificación, por lo que es
impensable concluir que un trámite independiente al proceso ordinario
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO, como lo fue la acción constitucional, negada
finalmente, tuviera el efecto de alterar, extender, modificar o prolongar en el tiempo
la ejecutoria de una decisión que al final quedó como se expidió en su momento.

10. Ante el incumplimiento de la PGN de cancelar oportunamente la condena


impuesta, solicité el 17 de febrero de 2017, 22 meses después de su ejecutoria,
la ejecución de la sentencia ante el Juzgado Cuarto Administrativo del Circuito de
Valledupar, aportando liquidación del crédito a 12 de enero de ese año, quien se
pronunció solo hasta el 15 de junio de la misma anualidad, pasados casi 6 meses
y después de reiterados memoriales, declarando su falta de competencia y
remitiendo el expediente al Juzgado Primero Administrativo de Valledupar,
despacho que libró mandamiento ejecutivo solo hasta el 18 de octubre de 2017
que no fue recurrido por la ejecutada ni por el Procurador Delegado. Este
mandamiento de pago se libró por la suma de $366.641.808.oo sin tener en cuenta
la liquidación arrimada, a petición del Juzgado, por el Contador Liquidador de ese
mismo Juzgado ($611.245.811.oo) con escrito de 30 de agosto de 2017, pese a
que anuncia en el párrafo primero del auto tener en cuenta esta última. Sobre esta
decisión la ejecutada allegó contestación alegando única y exclusivamente la
excepción de pago total de la obligación. Este mandamiento se libró después de
treinta (30) meses de ejecutoriada la sentencia definitiva de segunda
instancia, teniendo en cuenta que tuvo la ejecutoria en mayo de 2015, por lo que
el titulo base de ejecución cumplía los requisitos del art. 422 del C.G.P., en especial
de exigibilidad, por lo tanto prestaba merito ejecutivo.

11. Los débiles e improcedentes excepciones de la Procuraduría fueron


despachadas desfavorablemente con sentencia de primera instancia adiada 1 de
octubre de 2018, ordenándose seguir adelante la ejecución al colegirse que solo
había existido un pago parcial de la obligación, teniendo en cuenta que la fecha de
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ejecutoria de la sentencia de segunda instancia que servía de título ejecutivo
efectiva y legalmente fue el 8 de mayo de 2015 (audio de audiencia de instrucción
y juzgamiento de 1 de octubre de 2018 minuto 30:00 a 32:43), además, que se
adeudaban intereses moratorios, las costas y agencias en derecho (minuto 40:50 a
41:00) así como el reintegro de lo ilegalmente descontado por concepto de salud,
en razón a que lo cancelado por la Procuraduría era a título de indemnización y no
de salarios y prestaciones, como lo quería hacer ver la ejecutada (audiencia de
instrucción y juzgamiento de 1 de octubre de 2018 minuto 37:18 a 39:55), que de
acuerdo a la contestación de la demanda era de $13.350.863.oo. Adicionando,
además que, la contestación de la demanda, las excepciones, no era (n) la
oportunidad, ni la vía procesal para cuestionar los requisitos formales del título
ejecutivo basamento de ejecución, como lo pretendía la ejecutada, ya que, de
acuerdo con el inciso segundo del art. 430 del CGP la inexistencia de requisitos o
defectos del título únicamente se pueden alegar por medio de reposición contra el
auto que libra mandamiento ejecutivo, lo que NO hizo la Procuraduría <…Los
requisitos formales del título ejecutivo sólo podrán discutirse mediante recurso de
reposición contra el mandamiento ejecutivo. No se admitirá ninguna controversia sobre
los requisitos del título que no haya sido planteada por medio de dicho recurso. En
consecuencia, LOS DEFECTOS FORMALES DEL TÍTULO EJECUTIVO NO PODRÁN
RECONOCERSE O DECLARARSE POR EL JUEZ EN LA SENTENCIA O EN EL AUTO
QUE ORDENE SEGUIR ADELANTE LA EJECUCIÓN, según fuere el caso…>

12. Esta decisión fue defectuosa o deficientemente apelada por la apoderada de la


ejecutada al NO formular reparos concretos, NI SOLICITAR SU REVOCATORIA,
NI SU REFORMA, pues se limitó a leer textualmente apartes de la contestación de
la demanda sin hacer ninguna referencia, ni mención, a la sentencia que se acababa
de pronunciar, siendo claro desde ese entonces que el Tribunal tenía su
competencia extremadamente limitada por falta de reparos puntuales frente a la
mencionada sentencia. En efecto en la grabación de la audiencia se advierte que la
apoderada de la ejecutada simplemente expresó que se “… ratificaba en los
argumentos de la defensa contenidos en la contestación de la demanda ….y
con base en ellos solicita se concedan las pretensiones a favor de la entidad
….”, y no solo no pide expresamente que se revoque o reforme la sentencia,
como antes se indicó, sino que pide que se concedan las pretensiones a favor
de la entidad y que se “aclare” la sentencia en relación con los descuentos de
cesantías y pensión que habían sido aceptados por el a quo (audiencia de
instrucción y juzgamiento de 1 de octubre de 2018 minutos 43:00 a 46:15)

13. Esas falencias y graves desatinos insalvables del recurso de apelación, que
obviamente no podían subsanarse con los alegatos de conclusión ante el Tribunal,
fueron argumentadas y advertidas expresamente por mi apoderado en los alegatos
de conclusión de segunda instancia, pero el Tribunal no solo las ignoró sino que
sutilmente, ilegal y oficiosamente las dio por subsanadas con los mencionados
alegatos, sino que al resolver esa alzada en providencia de 6 de febrero de 2020
fija un problema jurídico ajeno, distante a la realidad procesal, (inciso 5, numeral 8.2
página 3 e inciso 2do página 7 de la sentencia) sosteniendo que se había
cuestionado el fallo inicial bajo el argumento de pago total de la obligación, lo que

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no ocurrió, no corresponde a la verdad procesal, y que la fecha de ejecutoria de la
sentencia objeto de cobro era 11 de agosto de 2016, y no, mayo de 2015, como
atinadamente lo anotó el a quo, lo que tampoco se arguyó en la apelación, en cuanto
la apoderada de la ejecutada solo leyó literalmente la contestación que la entidad
allegó frente a la demanda (muy anterior a la sentencia), que obviamente no
constituye un ataque directo y concreto a la sentencia del a quo, toda vez que no
argumentó, ni expuso, las razones de su desacuerdo con las precisas y concretas
motivaciones que adujo el Juzgado en la sentencia para determinar el 8 de mayo
de 2015 como fecha de ejecutoria, ni dijo nada sobre las también concretas y
precisas motivaciones del a quo para desechar el pago total excepcionado por la
ejecutada y para declarar oficiosamente el pago parcial de la deuda, por lo tanto la
segunda instancia tenía absoluta y celosamente limitada su competencia, ya que en
virtud del art. 320 del C.G.P. al superior solo le es permitido pronunciarse sobre los
reparos concretos que se formulen <El recurso de apelación tiene por objeto que el
superior examine la cuestión decidida, ÚNICAMENTE EN RELACIÓN CON LOS
REPAROS CONCRETOS FORMULADOS POR EL APELANTE, para que el superior
revoque o reforme la decisión>.

14. El Tribunal utilizó la providencia de segunda instancia para decidir aspectos que
no se sometieron a su consideración, que no se plantearon en el inexistente o pobre
e infundado “recurso” de la ejecutada, para desconocer derechos fundamentales
como el debido proceso y defensa, en cuanto revocó la sentencia de primer grado
con el oficioso argumento de que la obligación perseguida se encontraba satisfecha
en razón a que la ejecutoria de la sentencia de segunda instancia del ordinario había
sido en agosto de 2016, y no el 8 de mayo de 2015 como lo determinó el juzgado
en su sentencia, por lo que alegre y ligeramente concluyó que el abono realizado
por la entidad constituía el pago total de la obligación, contradiciendo toscamente lo
previsto en el art. 302 del C.G.P., en cuanto a la ejecutoria de las providencias
judiciales <Las providencias proferidas en audiencia adquieren ejecutoria una vez
notificadas, cuando no sean impugnadas o no admitan recursos. No obstante, cuando se
pida aclaración o complementación de una providencia, solo quedara ejecutoriada una vez
resuelta la solicitud. Las que sean proferidas por fuera de audiencia quedan ejecutoriadas
tres (3) días después de notificadas, cuando carecen de recursos o han vencido los
términos sin haberse interpuesto los recursos que fueran procedentes, o cuando queda
ejecutoriada la providencia que resuelva los interpuestos.>

15. La adición de la sentencia de segunda instancia del proceso de nulidad y


restablecimiento del derecho fechada 23 de abril de 2015 carecía de recursos y
ante esta solo era procedente solicitarse aclaración, adición o corrección de la
providencia, lo que no ocurrió debido a que las partes no ejercieron ese derecho,
adquiriendo inmediatamente ejecutoria, lo que denota el grave error que comete el
Tribunal al afirmar que las decisiones posteriores de la tutela negada, que en nada
influyeron al final en la sentencia de segunda instancia y su adición, tenían el
alcance y la fuerza de modificar el clarísimo art. 302 del C.G.P. y para sostener,
según su errada e inaceptable interpretación normativa contra legem, que una
providencia de esta naturaleza no cumplía su ejecutoria al tercer día hábil siguiente
de su notificación, sino, quince (15) meses después de su expedición y

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notificación pese a no ser discutida por las partes, algo inexplicable, más aun,
cuando la misma corporación en asuntos similares a colegido que en estos eventos,
la ejecutoria de la decisión de segunda instancia ocurre transcurridos los términos
tres (3) días que impone el art. 302 ibídem, sin considerar o tener en cuenta los
efectos de acciones de tutela, especialmente cuando al final son negadas por el H.
Consejo de Estado. La “interpretación” contra legem del Tribunal con relación a la
ejecutoria de la sentencia de segunda instancia del proceso ordinario, además de
contradecir groseramente el mencionado art. 302, adiciona ilegalmente una causal
de ejecutoria de las providencias judiciales, a las previstas por el legislador, ya que,
el reiterado inciso final del art. 302 ibídem es claro en afirmar que son solo tres (3)
los únicos eventos (y no cuatro como lo pretende implícitamente el Tribunal) en los
que se entiende ejecutoriada una providencia luego de su notificación; 1) Cuando
carece de recursos <como en nuestro caso>, 2) cuando han vencido los
términos sin haberse interpuesto los recursos que fueren procedentes, y 3) cuando
queda ejecutoriada la providencia que resolvió los interpuestos.

No prevé esta norma que, cuando contra una providencia judicial se presente una
acción de tutela y esta sea negada en segunda instancia, la ejecutoria de la decisión
atacada se de cuando se decida la acción constitucional, como alegremente lo
sostuvo el Tribunal en este caso, eso no está previsto en ninguna disposición
procesal colombiana, como lo concluye el Tribunal en su aberrante decisión y
tampoco está previsto que la acción de tutela negada, en relación con sentencias
judiciales, suspenda lo efectos o la presunción de legalidad de las providencias.

17. La errada decisión del Tribunal, en el sentido de revocar oficiosamente la


sentencia de primera instancia por considerar que la ejecutoria de la sentencia de
primera instancia ocurrió en agosto del 2016 y no en mayo del 2015 como lo
determinó el Juzgado de primera instancia cuando ordenó llevar adelante la
ejecución, resulta abiertamente ilegal, entre otras por las siguientes razones:

17.1. La acción de tutela es una acción constitucional, no es un proceso


contencioso administrativo, ni prolongación o ampliación o complemento del
mismo (máxime si es negada la tutela) y ningún operador judicial puede, como
lo hizo el Tribunal, disponer lo contrario, sin desconocer el mandato
constitucional (art. 230) en virtud del cual los jueces en sus providencias SOLO
están sometidos al imperio de la ley.

17. 2. La acción de tutela no es un recurso ordinario, ni extraordinario, dentro


del proceso contencioso administrativo.

17.4. La frustrada acción de tutela promovida por mi poderdante es un proceso


totalmente ajeno e independiente al proceso de nulidad y restablecimiento del
derecho referenciado.

17.5. La acción de tutela promovida por mi poderdante fue fallada a su favor en


primera instancia, pero en virtud de su impugnación ese fallo favorable fue
revocado y negada definitivamente esa tutela.

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17.6. En consecuencia, esa acción de tutela y las actuaciones proferidas dentro
del proceso de nulidad y restablecimiento del derecho referenciado, en virtud
de esa acción de tutela, no afectan, ni modifican, la ejecutoria de las
providencias proferidas dentro del proceso de nulidad y restablecimiento
primigenio, toda vez que ellas se mantuvieron incólumes.

17.7. Desconocer estas consideraciones conduciría al absurdo de modificar la


fecha de la ejecutoria de las providencias proferidas dentro de los procesos
concluidos, cada vez que se interponga una acción de tutela, aunque esta sea
negada como sucedió en este caso.

Con base en estas sencillas consideraciones y para evidenciar aún más lo absurdo e
ilegal de la decisión del Tribunal, caben formularse los siguientes interrogantes:

 Que sucede con la fecha de ejecutoria de las copias de las sentencias proferidas
dentro de los procesos contenciosos administrativos o de cualquier otra
naturaleza, expedidas antes de la interposición de las tutelas?.

 Que sucede con la fecha de ejecutoria de las copias de las sentencias proferidas
dentro de los procesos contenciosos administrativos expedidas, si las tutelas
interpuestas y negadas inicialmente, posteriormente son revisadas y
concedidas por la Corte Constitucional??.

 Que sucede con la fecha de ejecutoria de las copias de las sentencias proferidas
dentro de los procesos contenciosos administrativos, ya entregadas a los
interesados, si una tutela interpuesta inicialmente contra ellas es negada, pero
posteriormente, otra parte del proceso, interpone nueva acción de tutela contra
esas mismas sentencias??

18. Ese inexcusable error en el término de ejecutoria llevó a que la sentencia del
Tribunal desconozca el trámite que rige el proceso ejecutivo, en especial, lo
señalado en el art. 446 del CGP, en cuanto lo da por terminado con base en una
inoportuna y atípica “liquidación” que no tuve oportunidad de controvertir,
omitiendo, desconociendo, la existencia de etapas procesales pendientes, como la
liquidación y actualización del crédito (conforme a lo previsto en el art. 446 CGP),
el traslado de este a la contraparte, la posible objeción a la misma y la aprobación
o no de parte del juzgador de instancia, en razón a que está probado en el
expediente que la suma por la que se libró el mandamiento de pago estuvo
actualizada solo hasta enero de 2017, y el abono y/o pago parcial recibido fue el 21
de noviembre del mismo año, diez (10) meses después de la liquidación con base
en la cual se solicitó la ejecución, sumado a que el Tribunal tampoco tuvo presente
ni incluyó en la atípica, errada y extemporánea “liquidación” que cita en la decisión
como fundamento de la misma y de la cual NO se nos corrió traslado, a fin de
garantizar el debido proceso, la condena en costas y agencias en derecho que
se causaron en el trámite del ejecutivo.

19. La devolución del dinero que se me debía realizar según lo resuelto por el a
quo, por cuenta del ilegal descuento por concepto de salud que aplicó la PGN, el
Tribunal la revoca arguyendo oficiosamente que yo no había probado que pagué la
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salud con mi propio peculio (sic), motivo que no fue invocado por la ejecutante y
que no tiene respaldo legal, porqué, como expresamente lo consideró el a quo en
la sentencia, no hay porque pagar un servicio no prestado y que no se pude prestar
retroactivamente, por lo que ese pago a una EPS a la que no estuve afiliada durante
el tiempo del retiro y por un tiempo que no conté con ese servicio, constituye, sin
lugar a dudas, un enriquecimiento sin causa de la EPS que reciba ese pago.

II DEFECTOS Y VICIOS DE FONDO DE LA SENTENCIA DE SEGUNDA


INSTANCIA DEL TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DEL CESAR OBJETO DE
ESTA ACCION CONSTITUCIONAL QUE VULNERA LOS DERECHOS
FUNDAMENTALES INVOCADOS:

La sentencia del Tribunal Administrativo del Cesar de segunda instancia antes


señalada acusa un DEFECTO SUSTANTIVO por no aplicar la norma que
evidentemente corresponde , u opta por una interpretación que contraría los
postulados mínimos de la razonabilidad jurídica (SU-195-12), que la torna en
una decisión arbitraria e ilegítima, en cuanto contrarió totalmente la precisa
norma establecida en el Código General del Proceso para la ejecutoria de los autos
proferidos por las autoridades judiciales, debido a que en la decisión cuestionada
con esta acción se afirma, se colige, que el auto de 23 de abril de 2015, por medio
del cual el mismo Tribunal adicionó la sentencia de segunda instancia del 6 de igual
mes y año (proferida en el curso del proceso ordinario de nulidad y restablecimiento
del derecho con radicado 2011-00154) no cobró ejecutoria luego de su notificación,
por no haber sido recurrido, como claramente, -sin dar margen a “interpretaciones”
o a invocar precedentes y menos en sentido contrario-, lo impone el artículo 302 del
C.G.P., sino, pasados quince (15) meses después de su expedición y notificación
(agosto de 2016) sin ser discutido por las partes, cuando legalmente quedó
ejecutoriado en mayo de 2015. Esa desacertada e ilegal interpretación (contra
legem), que contraría abiertamente no solo el mandato constitucional del art.
230 (sometimiento de las providencias de los jueces solo a LA LEY) sino también
el inequívoco artículo 302 ibídem, (clara y precisa regla procesal de obligatorio
cumplimiento para todas las autoridades judiciales), llevó al Tribunal a actuar en
abierta contra via de lo establecido en el Estatuto Procesal Civil, coligiendo que al
darse la ejecutoria de la sentencia de segunda instancia en agosto de 2016 el valor
abonado por la ejecutada cubría el total de la obligación, desconociendo
groseramente con esa decisión no solo la disposición normativa citada, sino,
además el debido proceso, que debe imperar en toda actuación judicial. Así,
resulta evidente que las irregularidades antes expuestas tienen eminente relevancia
constitucional, dado que afectan un derecho consagrado en la Constitución Política
como fundamental.

La conclusión a la que arrimó el TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DEL CESAR con


relación a la ejecutoria de la sentencia de segunda instancia del proceso ordinario,
no solo no tiene sustento normativo en el contexto nacional, sino que lo contraria
radicalmente y además adiciona arbitrariamente una causal de ejecutoria a las
previstas por el legislador para las providencias judiciales, ya que, el inciso final del
art. 302 ibídem es claro en afirmar que son tres (3) eventos (y no cuatro como lo

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dispuso el Tribunal) en los que se entiende ejecutoriada una providencia luego de
su notificación; I) Cuando carece de recursos <como en nuestro caso>, II)
cuando han vencido los términos sin haberse interpuesto los recursos que fueren
procedentes, y III) cuando queda ejecutoriada la providencia que resolvió los
interpuestos.

En todo caso, omite mencionar el Tribunal que la ejecución formal de la sentencia


se dio solo hasta el 18 de octubre de 2017, cuando el juzgador de instancia
profirió el mandamiento de pago, fecha para la cual, si en gracia de discusión se
admitiera la errada fecha de ejecutoria sostenida por el Tribunal, igualmente el título
era exigible, en razón que se habían superado sobradamente los 10 meses que
dispone el art. 192 del CPACA.

La misma decisión cuestionada trae consigo otro DEFECTO SUSTANTIVO


representado en EL DESCONOCIMIENTO DE LA NORMA APLICABLE AL CASO
CONCRETO que la torna igualmente ilegal, en razón a que pasa por alto,
desconoce el contenido del segundo inciso del artículo 430 del C.G.P., al concluir
con las consideraciones propuestas, en el inciso segundo de la página 9 de la
sentencia, que el titulo ejecutivo fundamento de la ejecución no cumplía los
requisitos del art. 442 de la misma codificación, cuando por mandato de ese inciso
segundo le esta taxativamente prohibido al juez, y más al de segunda instancia,
pronunciarse sobre los requisitos formales del título en la sentencia, pues para eso
se habilitó por el legislador exclusivamente el recurso de reposición contra el auto
que libra el mandamiento de pago, y no otra oportunidad ni otra via procesal. Así lo
establece literalmente esta norma al prescribir inequívocamente lo siguiente: <…
Los requisitos formales del título ejecutivo sólo podrán discutirse mediante recurso
de reposición contra el mandamiento ejecutivo. No se admitirá ninguna controversia
sobre los requisitos del título que no haya sido planteada por medio de dicho
recurso. En consecuencia, LOS DEFECTOS FORMALES DEL TÍTULO EJECUTIVO NO
PODRÁN RECONOCERSE O DECLARARSE POR EL JUEZ EN LA SENTENCIA O EN
EL AUTO QUE ORDENE SEGUIR ADELANTE LA EJECUCIÓN, según fuere el caso…>

Al respecto, el profesor HERNAN FABIO LOPEZ BLANCO en su obra Código


General del Proceso, Parte Especial, Edición 2017, Editorial DUPRÉ, pág. 536 y
537, sostiene: <…Para diferenciar el tratamiento procesal de tales aspectos, el
inciso segundo del art. 430 del CGP dispone: “Los requisitos formales del título
ejecutivo sólo podrán discutirse mediante recurso de reposición contra el mandamiento
ejecutivo. No se admitirá ninguna controversia sobre los requisitos del título que no haya
sido planteada por medio de dicho recurso. En consecuencia, los defectos formales del
título ejecutivo no podrán reconocerse o declararse por el juez en la sentencia o en el auto
que ordene seguir adelante la ejecución, según fuere el caso.”, con lo cual queda
determinado que si no se emplea la reposición y el mandamiento queda en firme, no
es posible replantear el tema de la carencia de dichos requisitos por vía de
excepciones perentorias, ni tampoco alegar causal de nulidad por trámite inadecuado
debido a que la misma desapareció en el Código General del Proceso, tal como se
comprueba del análisis del art. 133 de dicho estatuto y deberá afrontarse la ejecución,
empleando, de ser el caso, excepciones perentorias.

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Evidencia la disposición que comento, el cuidado que debe tener los ejecutados para
aprestarse a la defensa de sus intereses una vez se les notifique el mandamiento ejecutivo,
por cuanto el plazo de ejecutoria es de tres días, de modo que si el juez profirió el
mandamiento ejecutivo, únicamente dentro de los tres días siguientes a la notificación al
ejecutado es que este puede discutir lo atinente a carencia de los requisitos formales del
título ejecutivo, es decir que no es clara o expresa la obligación, que no es exigible la misma
o que el documento como tal no es idóneo por emplearse una copia cuando la ley dispone
que para ese evento debe ser solo el original.

Y es que el objeto de esta disposición fue el de cortar de raíz una errada y difundida
interpretación judicial que pregonaba que al ir a dictar sentencia el juez podía de
nuevo revisar los requisitos formales del título ejecutivo, la que generaba graves
incongruencias procesales, que se erradican con esta norma, pues queda claro que todo
debate en torno a la suficiencia o no del título ejecutivo, se agota en esta inicial etapa, de
modo que ya no será de recibo supuestas excepciones perentorias basadas en carencia
de esos requisitos…>.

Para completar, acusa también otra modalidad de DEFECTO SUSTANTIVO la ya


maltrecha sentencia de segunda instancia, materializado en la INTERPRETACIÓN
ERRADA, DESATINADA DE LA JURISPRUDENCIA que toma como fundamento
para pisotear y vulnerar el citado art. 430 en su inciso segundo, al argüir con sostén
en la providencia del Consejo de Estado rad. 23001233300020130013601 (1509-
2016) de 28 de noviembre de 2018 C.P. Rafael Suarez Vargas, que, incluso, al
preferir la decisión de segundo grado tenía facultad para estudiar y pronunciarse
sobre los requisitos formales del título, cuando, si bien esa providencia habilita al
sentenciador, de primera o segunda instancia, para pronunciarse sobre el
mandamiento de pago, lo hace para que corrija única y exclusivamente el valor
por el que libró el mandamiento, en razón de la protección de los recursos
públicos, mas no, para que profundice y reflexione a esas alturas del final del
proceso sobre aspectos formales del título ejecutivo, que debieron ser
debatidos al inicio del proceso con el recurso de reposición contra el
mandamiento de pago y mucho menos para desconocer oficiosamente y a esas
alturas el valor del mandamiento de pago con base en una atípica y extemporánea
“liquidación” sacada de la manga, de abajo de la mesa, que no fue sometida a
contradicción y que por lo tanto no conocimos. En todo caso resulta evidente que
esta decisión también contraría abiertamente no solo los mandatos
constitucionales de los arts. 29 y 230 (debido proceso y sometimiento de las
providencias de los jueces solo a LA LEY) sino el art. 430 del CGP, aunque para
ese efecto se invoque una providencia inaplicable e interpretada en contra vía de
una regla procesal de obligatorio cumplimiento para todas las autoridades
judiciales: art. 430 ibídem.

Contiene igualmente la decisión de segunda instancia objeto de reproche, un


DEFECTO ORGANICO POR FALTA DE COMPETENCIA FUNCIONAL DEL
TRIBUNAL en razón a que extralimitó de forma manifiesta el ámbito de las
competencias otorgadas por la Constitución, y en especial por el artículo 328 del
CGP, en cuanto que al resolver el infundado “recurso” revocó de un solo plumazo,
sin razón o consideración previa alguna, aspectos de la sentencia de primera

10
instancia que no tenían reparos ni cuestionamientos de la ejecutada, por lo que
estaban en firmes, ejecutoriadas, hacían tránsito a cosa juzgada material dentro de
esa decisión, como lo es el reintegro de dineros ilegalmente descontados por
concepto de salud, que ascienden a la suma de $13.350.863 según la contestación
de la misma ejecutada. Sobre esa orden del fallador inicial, sobre ese aspecto de
la sentencia, nada dijo la defensa de la Procuraduría en su infundado recurso, no
la cuestionó, ni esbozó razones por lo menos sumarias que demostraran que se
encontraba en desacuerdo con la plausible interpretación y acertadas
consideraciones que realizó el juez, en cuanto a considerar que lo reconocido a la
suscrita en la sentencia condenatoria que se ejecutaba era a título de indemnización
y no de salarios y prestaciones. Por ende, nada podía hacer el Tribunal frente a esa
decisión, que itero, estaba sólidamente ejecutoriada por la potísima razón de no ser
objeto de reparo.

El Tribunal fue más allá de lo pedido en la infundada apelación, y como bien lo tiene
claro nuestra jurisprudencia y doctrina y la misma ley, las facultades de decisión del
ad quem están limitadas por el asunto y contenido del recurso, sin que pueda fallar
extra-petita, es decir, meterse con temas no pedidos ni objeto de la alzada, por lo
que su actuar desbordó los taxativos y puntuales limites que le impuso el legislador
procesal en el artículo 328 C.G.P, y por consiguiente la esfera constitucional del
derecho fundamental al debido proceso.

Sobre este defecto, considero la Corte Constitucional en sentencia T-263-13 que la


configuración del mismo de presenta bajo dos modalidades, y que independiente
de cual de ella opere, la nefasta consecuencia en la vulneración del derecho
fundamental al debido proceso:

“…Asimismo, la jurisprudencia constitucional ha establecido que dicho


defecto tiene un carácter: (i) funcional, cuando la autoridad judicial
extralimita de forma manifiesta el ámbito de las competencias otorgadas
tanto por la Carta Política como por la ley; o (ii) temporal, cuando los
jueces a pesar de contar con ciertas atribuciones para realizar
determinada conducta, lo hace por fuera del término consagrado para
ello. Así lo advirtió la Corte en la sentencia T-929 de 2012:

La extralimitación de la esfera de competencia atribuida a un juez


quebranta el debido proceso y, entre otros supuestos, se produce cuando
‘los jueces desconocen su competencia o asumen una que no les
corresponde’ y también cuando adelantan alguna actuación o emiten
pronunciamientos por fuera de los términos jurídicamente dispuestos
para que se surtan determinadas actuaciones.

DE LO ANTERIOR SE DESPRENDE QUE CUANDO UN OPERADOR


JUDICIAL DESCONOCE LOS LÍMITES TEMPORALES Y FUNCIONALES DE
LA COMPETENCIA, CONFIGURA UN DEFECTO ORGÁNICO Y EN
CONSECUENCIA VULNERA EL DERECHO FUNDAMENTAL AL DEBIDO
PROCESO (subrayado y negrilla propio)

11
Esta posición ha sido acogida por el H. Consejo de Estado en reiteradas decisiones:

En primer lugar debe precisar la Sala que, como lo ha dicho la Sección


reiteradamente (ver entre otras las sentencias del 21 de julio de 1993,
expediente 5943, actor Bernardo Tovar Gómez y 30 de agosto de 1994,
expediente 6656, actor Luis Avelino Cabeza Paz) en el recurso de apelación,
cuya sustentación es obligatoria so pena de declararse desierto, la
competencia de la Corporación está restringida a los motivos de
inconformidad expuestos por el recurrente contra la providencia objeto
del recurso y que se relacionen, desde luego, con las causales de nulidad
planteadas en la demanda”. (SECCION SEGUNDA - SUBSECCION A. – Consejero
ponente: ALBERTO ARANGO MANTILLA. Providencia de mayo 17 -2001).

Dentro de un caso similar estimó igualmente la alta corporación.

“Como es sabido el marco de la resolución judicial en segunda instancia lo


establece la sentencia y el recurso de apelación. Por lo tanto no puede el
sentenciador arrogarse más poderes de los que le corresponden. Es decir,
el examen sólo puede versar sobre los motivos de inconformidad que
formula el apelante contra el fallo, pues éstos no pueden dejarse a su libre
arbitrio, para suponer que tales debieron ser los invocados”. (SECCION
SEGUNDA - SUBSECCION "A" Consejera ponente: ANA MARGARITA OLAYA
FORERO providencia de 28 octubre de 2004).

En el mismo sentido dejó sentado el Honorable Consejo de Estado:

“El recurso de apelación es la forma como se proyecta en la práctica el


derecho de impugnación a la decisión judicial que contiene una
sentencia. Por ello exige que el recurrente confronte los argumentos que
el juez de instancia consideró para tomar su decisión, con sus propios
argumentos y solicite del juez de superior jerarquía funcional, que decida
la nueva controversia que plantea en segunda instancia. En este orden de
ideas, el juez de segunda instancia tiene como marco de competencia las
referencias conceptuales y argumentativas que se aducen contra la
decisión que se adoptó en primera instancia, y cualquier asunto distinto
al planteado por el recurrente se excluye del debate en la instancia
superior. Por ello la decisión que esta providencia tomará, solo analiza
los argumentos aducidos en el recurso de apelación visible en el
expediente”. Es decir, si existió o no disponibilidad presupuestal previa a
la supresión de cargos que causó el retiro del servicio de la
demandante”. (SECCION SEGUNDA - SUBSECCION "A" Consejera ponente:
ANA MARGARITA OLAYA FORERO. 26 de enero 2006).

Idéntica reflexión ha realizado la doctrina nacional por medio del Profesor HERNAN
FABIO LOPEZ BLANCO en su obra Código General del Proceso, Parte General,
Edición 2017, Editorial DUPRÉ, pág. 823, al analizar el primer inciso del art. 328 del
CGP: <Pasando a otro aspecto de la misma norma, señala el inciso primero que
“el juez deberá pronunciarse solamente sobre los argumentos expuestos por el
apelante, sin perjuicio de las decisiones que deba adoptar de oficio, en los casos
previstos por la ley”, con lo cual se limita el campo de acción al juez frente al caso,

12
pues así la apelación verse sobre la totalidad de la providencia, SI EL APELANTE
DEJA DE SUSTENTAR ASPECTOS QUE EN OPINIÓN DEL JUEZ HAN PODIDO
SER DECIDIDOS EN LA SEGUNDA INSTANCIA , SI NO EXISTEN
ARGUMENTOS REFERIDOS A ALGUNOS DE LOS ESPECÍFICOS ASPECTOS,
NO LE ES DABLE AL JUEZ PRONUNCIARSE SOBRE ELLOS, ASÍ TENGA EL
JUEZ LA CERTEZA DE QUE LA DECISIÓN DE PRIMERA INSTANCIA ES
EQUIVOCADA, regulación que además se presta para apreciaciones subjetivas
que poco favor prestan a la administración de justicia> (Subrayado, negrilla y
resaltado propio).

III. VULNERACION DE DERECHOS FUNDAMENTALES:

La decisión cuestionada desconoció el alcance dado por la Corte Constitucional en


sus reiteradas providencias al derecho al debido proceso constitucional aplicable
en toda actuación judicial y administrativa, al desconocer, al inaplicar o interpretar
erradamente (contra legem) los arts. 302 y 328 inc. Primero de la ley 1564 de 2012
sobre la ejecutoria de las providencias y la competencia del juzgador de segunda
instancia.

Así, en sentencia de constitucionalidad C-641 de 2002 fijó la definición y alcance


del derecho al debido proceso, en los siguientes términos:

“…Esta Corporación ha definido el derecho fundamental al debido proceso, como la regulación


jurídica que de manera previa limita los poderes del Estado y establece las garantías de
protección a los derechos de los individuos, de modo que ninguna de las actuaciones de las
autoridades públicas dependa de su propio arbitrio, sino que se encuentren sujetas a los
procedimientos señalados en la ley…”

“…El derecho al debido proceso en las actuaciones judiciales, exige que todo procedimiento
previsto en la ley, se adecue a las reglas básicas derivadas del artículo 29 de la Constitución,
tales como la existencia de un proceso público sin dilaciones injustificadas, con la oportunidad
de refutar e impugnar las decisiones, en donde se garantice el derecho defensa y se puedan
presentar y controvertir pruebas, so pena de vulnerar los derechos fundamentales de los
sujetos procesales y de alterar las reglas mínimas de convivencia social fundadas en los
postulados del Estado social de derecho…”

Estas aseveraciones reafirman que la conclusión a la que arrimó el Tribunal en su


interpretación contra legem de la figura de la ejecutoria de la providencia del 23 de
abril de 2015, es contraria a lo consignado inequívocamente en el art. 302 del
C.G.P., y por ende a la Carta Política (verbi gracia: arts. 29 y 230 que impone el
sometimiento de las providencias de los jueces, solo a la ley) en cuanto fijó el
termino de ejecutoria de una decisión judicial no solo sin respaldo legal alguno, sino
contrariando la expresa disposición de la ley en ese sentido, sin citar o exponer el
fundamento en que respalda la sorprendente decisión, ni las razones que lo llevaron
a entender que un trámite independiente, ajeno al proceso ordinario (como lo fue la
acción de tutela) tenía la fuerza necesaria para omitir la aplicación de un precepto
legal disponiendo exactamente lo contrario.
13
Esa decisión, presenta alta relevancia constitucional en el sentido de que, con la
decisión cuestionada se vulneró materialmente el debido proceso constitucional, ya
que la interpretación contra legem adoptada por el Tribunal desconoció una regla
procesal de obligatorio cumplimiento para todas las autoridades judiciales, sin
excepción.

En efecto, con el desconocimiento del precepto legal señalado, se vulneraron mis


derechos fundamentales invocados en este libelo, especialmente el derecho
constitucional al debido proceso e igualdad y acceso a la administración de
justicia.

IV. FUNDAMENTOS DE DERECHO:

Fundamento esta acción en los artículos 13, 29, 53, 86, 209, 228 y 230 de la
Constitución Nacional, arts. 5, 42 (nums. 4 y 9) y s. s. del Decreto 2591 de 1991,
arts. 302, 320, 328 y 442 del C.G.P. La sentencia de segunda instancia de 6 de
febrero de 2020, adicionada el 28 del mismo mes y año, el Tribunal Administrativo
del Cesar en cuestión no es susceptible de recurso alguno por parte de la suscrita
y por tanto se encuentra ejecutoriada, no tengo otra forma, diferente al ejercicio de
esta acción de tutela, para obtener el amparo de mis derechos fundamentales
conculcados.

V. OPORTUNIDAD PROCESAL – PRINCIPIO DE INMEDIATEZ:

Esta acción de tutela se formula oportunamente porque la sentencia atacada con


esta acción fue proferida el dia 6 de febrero de 2.020 y adicionada con auto de 27
de febrero, notificado a mí apoderado el 3 marzo de 2020.

Al respecto el CONSEJO DE ESTADO, SALA DE LO CONTENCIOSO


ADMINISTRATIVO, SECCIÓN SEGUNDA – SUBSECCIÓN “A”, Consejero
Ponente: Luis Rafael Vergara Quintero, 30 de abril de 2013, Radicado No.: 11001-
03-15-000-2013-00128-00, Actor: Germán Sarmiento Uribe. Accionado: Tribunal
Administrativo de Antioquia y otro, Acción de tutela, ha sentenciado:

“ …….. La Sala descarta, en primer término, la falta de inmediatez en la presentación


de la acción de tutela, pues en asuntos en los que se controviertan providencias
judiciales, se ha mantenido el criterio de que su interposición debe realizarse al
menos en el año siguiente a que haya sido proferida y notificada dicha decisión… “

En todo caso, debe tenerse presente las actuales condiciones sanitarias generadas
por la pandemia del virus COVID19, que llevó incluso al cierre de los despachos
judiciales de todo el país durante más de cuatro meses seguidos, lo que sin duda
impidió tener acceso material a las piezas procesales que conforman el expediente
del proceso ejecutivo, en cuanto los mismos funcionarios judiciales tenían prohibido
el acceso a las sedes para expedir las copias que se anexan como soporte de esta

14
acción. Por ende, debe entenderse la existencia de una causal de fuerza mayor o
caso fortuito que impidió la presentación del medio constitucional con anterioridad
a la fecha en que se presenta.

Como respaldo de ello, relaciono las reiteradas solicitudes por correo electrónico
dirigidas al Tribunal Administrativo del Cesar por mí apoderado con el fin de obtener
piezas procesales necesarias para elaborar esta demanda de tutela:

Primera solicitud:

De: Oscar Pacheco Hernandez


Enviado: martes, 30 de junio de 2020 10:52 a. m.
Para: sectriadm@cendoj.ramajudicial.gov.co
Asunto: RV: SOLICITUD COPIA ACTA AUDIENCIA RAD. 2017-00268-01

OSCAR PACHECO HERNANDEZ


ABOGADO
UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA
COLEGIO MAYOR DEL ROSARIO

Doctora
DIANA PATRICIA ESPINEL PEINADO
SECRETARIA TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DEL CESAR
E. S. D.

Ref.: Ejecutivo de DIANA PATRICIA COLORADO CONGOTE contra la NACION –


PROCURADURIA GENERAL DE LA NACION. Rad. 2017-00268-01.
M.P.: Aponte Olivella.

En mi condición de apoderado de la demandante me dirijo a usted para manifestarle


que la apelación interpuesta dentro del proceso referenciado fue fallada el pasado 6 de
febrero, pero en virtud de la suspensión de términos por la emergencia sanitaria el
proceso no ha sido devuelto al Juzgado de origen.

Por lo anterior me dirijo a usted para solicitar copia simple de la audiencia


celebrada en el Juzgado Primero Administrativo el dia 1 de octubre del 2.018
(contentiva del fallo de primera instancia).

Atentamente,

OSCAR PACHECO
C.C. No. 17.807.195 de Riohacha (G)
T.P. No. 31.485 C. S. J.

Enviado desde Correo para Windows 10

Segunda solicitud:

De: Oscar Pacheco Hernandez


Enviado: miércoles, 1 de julio de 2020 11:14 a. m.

15
Para: sectriadm@cendoj.ramajudicial.gov.co
Asunto: SOLICITUD COPIA ACTA AUDIENCIA RAD. 2017-00268-01

OSCAR PACHECO HERNANDEZ


ABOGADO
UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA
COLEGIO MAYOR DEL ROSARIO

Doctora
DIANA PATRICIA ESPINEL PEINADO
SECRETARIA TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DEL CESAR
E. S. D.

Ref.: Ejecutivo de DIANA PATRICIA COLORADO CONGOTE contra la


NACION – PROCURADURIA GENERAL DE LA NACION. Rad. 2017-00268-
01. M.P.: Aponte Olivella.

En mi condición de apoderado de la demandante me dirijo a usted para darle


alcance al memorial enviado por este medio el dia de ayer en el sentido de que
desisto de la solicitud de copia simple de la audiencia celebrada en el Juzgado
Primero Administrativo el dia 1 de octubre del 2.018 (contentiva del fallo de
primera instancia), y en su lugar solicito copia del video o grabación de esa
audiencia.

Atentamente,

OSCAR PACHECO HERNANDEZ


C.C. No. 17.807.195 de Riohacha
T.P. No. 31.485 C. S. J.

Enviado desde Correo para Windows 10

Tercera solicitud:

De: Oscar Pacheco Hernández <opachecoh@hotmail.com>


Enviado: sábado, 1 de agosto de 2020 11:49 a. m.
Para: SANDRA TCA <sectriadm@cendoj.ramajudicial.gov.co>
Asunto: RV: VIDEO AUDIO: EJECUTIVO de DIANA PATRICIA COLORADO
CONGOTE contra la NACION – PROCURADURIA GENERAL DE LA
NACION. Rad. 2017-00268.

Buenos días

En ese link está la audiencia inicial de agosto 28, pero la solicitada en mi email
de julio 1 es la audiencia del día 1 de octubre del 2.018 (contentiva del fallo de
primera instancia),

Gracias

16
OSCAR PACHECO HERNANDEZ

Cuarta solicitud:

De: Oscar Pacheco Hernandez


Enviado: martes, 18 de agosto de 2020 8:04 a. m.
Para: sectriadm@cendoj.ramajudicial.gov.co
Asunto: RV: VIDEO AUDIO : EJECUTIVO de DIANA PATRICIA COLORADO
CONGOTE contra la NACION – PROCURADURIA GENERAL DE LA NACION. Rad.
2017-00268.

Buenos días
Nuevamente la misma petición de agosto 1, que sigue sin respuesta.
OSCAR PACHECO

Enviado desde Correo para Windows 10

Respuesta a la solicitud:

De: Secretaria Tribunal Administrativo - Seccional Valledupar


Enviado: miércoles, 19 de agosto de 2020 4:08 p. m.
Para: opachecoh@hotmail.com
Asunto: RESPUESTA A PETICIÓN

TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DEL CESAR


SECRETARÍA

Valledupar, 19 de agosto de 2020

Doctor
OSCAR PACHECO HERNÁNDEZ
Peticionario

REFERENCIA: RESPUESTA A PETICIÓN.

En relación con su solicitud me permito informarle lo siguiente:

En un primer momento se recibió de parte suya una solicitud de acta de audiencia;


posteriormente, se recibió otro correo desistiendo de dicha solicitud para requerir en su
lugar el video.

17
Esta Corporación le remitió copia del video; sin embargo, según lo indicado, el archivo
remitido no correspondía con el solicitado.

Ahora bien, esta Secretaría no ha desatendido las peticiones de remitidas por los usuarios
de la administración de justicia, en su lugar, se ha esmerado por prestar el mejor de los
servicios a pesar de no contar con todos los mecanismos para ello por causa de la
pandemia.

El nuevo video solicitado no le ha sido remitido, teniendo en cuenta que por ordenes del
Consejo Superior de la judicatura, se suspendió hace unas semanas el ingreso de los
servidores a las sedes judiciales, lugar en donde reposa el expediente y por ende el CD
contentivo del video requerido.

Por todo lo anterior, se le informa que una vez se permita el acceso a las instalaciones del
palacio de justicia de Valledupar, su petición será atendida a plenitud.

Cordialmente,
DIANA PATRICIA ESPINEL PEINADO
SECRETARIA

Cra 14 Calle 14 Esq. Palacio de Justicia Piso 8


sectriadm@cendoj.ramajudicial.gov.co
Valledupar - Cesar

VI. PRETENSIONES:

Con fundamento en los hechos y omisiones antes relacionadas y la evidente


violación de mis derechos fundamentales constitucionales al debido proceso -
defensa, igualdad y acceso a la administración de justicia, aplicando el principio
constitucional de prevalencia del derecho sustancial, solicito con el debido
respeto lo siguiente:

1º.- Tutelar y proteger mis derechos fundamentales constitucionales al debido


proceso – defensa, igualdad y acceso a la administración de justicia, con
fundamento en las razones antes expuestas.

2º.- En consecuencia, dejar sin efectos y-o invalidar la sentencia proferida por el
TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DEL CESAR, el 6 de febrero de 2020, adicionada el
27 del mismo mes y año, dentro del medio de control ejecutivo promovido por la
suscrita contra la NACION - PROCURADURIA GENERAL DE LA NACION, bajo el
rad. 20001-33-33-001-2017-00268-01, M. P. JOSE ANTONIO APONTE.

3º.- Ordenarle al TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DEL CESAR, confirmar la


sentencia de primera instancia emitida el 18 de octubre de 2.018 por el Juzgado
Primero Administrativo del Circuito de Valledupar, dentro de la acción ejecutiva
promovida por la suscrita contra la PROCURADURIA GENERAL DE LA NACION,
bajo el rad. 20001-33-33-001-2017-00268-01.

18
VII. JURAMENTO:

Bajo juramento, manifiesto que no he iniciado otra Acción de Tutela con fundamento
en los mismos hechos y derechos a que se refiere la presente Acción.

VIII. PRUEBAS Y ANEXOS:

Para que obre como prueba documental del fundamento fáctico de esta acción,
adjunto archivos PDF de las siguientes piezas procesales del expediente contentivo
de la acción de nulidad y restablecimiento del derecho promovida por la suscrita
contra la NACION - PGN, antes mencionada:

Sentencia proferida por el Juzgado Tercero Administrativo de Descongestión de


Valledupar fechada 23 de agosto de 2013 con constancia de haber sido notificada
por edicto fijado el 29 de agosto del 2013 y desfijado el día 2 de septiembre del
mismo año, anexos 14 a 26.

Sentencia del Tribunal Administrativo del Cesar de fecha 23 de enero del 2014 por
medio de la cual se confirma el fallo anterior. Anexos

Sentencia de tutela del Consejo de Estado fechada 19 de noviembre de 2014, rad.


2014-01368, M.P. SANDRA LISETT IBARRA, que deja sin efectos la sentencia del
Tribunal Administrativo del Cesar fechada 23 de enero del 2014, anexos 27 a 41.

Segunda sentencia de segunda instancia proferida por el Tribunal Administrativo del


Cesar el 12 de marzo de 2015 en cumplimiento del fallo de tutela del Consejo de
Estado fechada 19 de noviembre de 2014, rad. 2014-01368, M.P. SANDRA LISETT
IBARRA, con constancia de notificación por edicto fijado el 18 de marzo del 2015 y
desfijado el día 20 del mismo mes y año, anexos 42 a 58.

Adición de la sentencia proferida por el Tribunal el 23 de abril de 2015 con


constancia de haber sido notificada por estado fijado el 24 del mismo mes y año,
anexos 59 a 76.

Sentencia de tutela de primera instancia del Consejo de Estado adiada 19 de mayo


de 2016 rad. 2015-02927, C.P., MARTHA TERESA BRICEÑO DE VALENCIA, que
deja sin efectos auto de adición de 23 de abril de 2015, anexos ____ a ____

Auto de 30 de junio de 2016 proferido por el Tribunal Administrativo del Cesar en


cumplimiento del fallo de tutela de 19 de mayo del mismo año, negando la solicitud
de adición y/o corrección presentada por la Procuraduría, anexos ____ a ____.

Sentencia de tutela de segunda instancia del Consejo de Estado fechada 28 de julio


de 2016 rad. 2015-02927 C.P. ALBERTO YEPES BARREIRO, por la que se revoca
la sentencia favorable de primera instancia, anexos ____ a ____.

19
Auto de 5 de agosto de 2016 proferido por el Tribunal Administrativo del Cesar en
cumplimiento del fallo de tutela de segunda instancia de fecha 28 de julio de 2016,
por medio del cual deja sin efectos la providencia de 30 de junio del mismo año, y
otorga validez al auto que adicionó la sentencia de segunda instancia de 23 de abril
de 2015, anexos ____ a ____.

Sentencia de primera instancia dictada en audiencia de instrucción y juzgamiento


de 18 de octubre de 2017 por el Juzgado Primero Administrativo del Circuito de
Valledupar, dentro del medio de control ejecutivo tramitado con radicado 2017-
00268-01 promovido por la suscrita contra la PROCURADURIA GENERAL DE LA
NACION en audio.

Alegatos de conclusión en segunda instancia presentados por mi representado ante


el Tribunal Administrativo del Cesar el ____ de _________ de ____ con destino al
proceso ejecutivo 2017-00268-01 promovido por la suscrita contra la
PROCURADURIA GENERAL DE LA NACION.

La cuestionada sentencia de segunda instancia de 6 de febrero de 2.020 expedida


por el Tribunal Administrativo del Cesar dentro del proceso ejecutivo 2017-00268-
01 promovido por la suscrita contra la PROCURADURIA GENERAL DE LA NACION
con constancia de notificación a mi apoderado el 28 de febrero de 2020.

Auto de adición de la sentencia de segunda instancia proferido el 27 de febrero de


2020 por el Tribunal Administrativo del Cesar dentro del proceso ejecutivo 2017-
00268-01 promovido por la suscrita contra la PROCURADURIA GENERAL DE LA
NACION con constancia de notificación a mi apoderado el 3 de marzo de 2020.
.
Solicito oficiar al TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DEL CESAR, en el piso 8 del
palacio de Justicia de Valledupar y/o AL JUZGADO PRIMERO ADMINISTRATIVO
DEL CIRCUITO JUDICIAL DE VALLEDUPAR en el piso 4 del Edificio Premium
ubicado en la esquina de la calle 14 con carrera 14 de la misma ciudad, para que
remita en calidad de préstamo y con destino a esta actuación el expediente
contentivo del proceso ejecutivo promovida por la suscrita contra la
PROCURADURIA GENERAL DE LA NACION, bajo el rad. 2017-00268-01 M. P.
JOSE ANTONIO APONTE. Si el Juzgado informa que ese expediente fue remitido
a otra dependencia, ofíciesele con el mismo propósito.

Solicito oficiar al TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DEL CESAR y/o a los JUZGADOS


ADMINISTRATIVOS DEL CIRCUITO DE VALLEDUPAR a través del correo
electrónico de la Secretaria General de ese Tribunal:
sectriadm@cendoj.ramajudicial.gov.co, a fin de que remita copia con destino a este
trámite constitucional de las constancias de ejecutoria de sentencias de segunda
instancia expedidas por ese Tribunal y esos Juzgados durante los años 2019 y 2020
en procesos ordinarios donde la sentencia de segundo grado resultó favorable
parcialmente a la parte actora y ésta promovió acción de tutela contra dicha decisión
que al final fuera negada por el Consejo de Estado. O, en su defecto, que informe
al Despacho como determinan la ejecutoria de las sentencias de segunda instancia
20
cuando se presentan tutelas contra esta, que finalmente resultan negadas por el
Consejo de Estado.

IX. NOTIFICACIONES:

El TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DEL CESAR las recibe en el octavo piso del


Palacio de Justicia de Valledupar, equina de la calle 14 con la cra.14, correo
electrónico: sectriadm@cendoj.ramajudicial.gov.co

La PROCURADURIA GENERAL DE LA NACION, las recibe en la Cra. 5 No. 15-80


de Bogotá, correo electrónico: procesosjudiciales@procuraduria.gov.co

La suscrita en Valledupar en la Transversal 19 No. 2C-105, Barrio Los Campanos,


Valledupar, correo electrónico: dianacol6@gmail.com

Atentamente,

DIANA PATRICIA COLORADO CONGOTE


C. C. No. 49.782.698

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