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Externalidades, bienes públicos, fallos de mercado y del estado.

Externalidades:

Comente las siguientes afirmaciones:

i. La construcción de una planta de tratamiento de agua en cierta localidad afectó a sus


habitantes, ya que produjo malos olores y emanación de sustancias nocivas. Dado que hay gente
perjudicada por su existencia, la planta no debió ser construida. Comente si la afirmación es
verdadera, incierta o falsa

Es incierta. No tenemos información sobre la planta de tratamiento. Sin embargo, si consideramos


que el proyecto se llevó a cabo dado que la planta es Potencialmente Pareto Superior, la
afirmación sería falsa y la planta debió construirse. La razón es que los ganadores pueden
compensar a los perdedores (la sociedad en su conjunto gana), no importando si la compensación
se hace o no.

ii. Un programa nacional que entrega recursos para fomentar el desarrollo tecnológico y
productivo del sector privado mediante el financiamiento de proyectos de innovación y
transferencia tecnológica.

Se trata de externalidades positivas en la producción. Las empresas están produciendo o


invirtiendo menos recursos que lo que sería socialmente óptimo en actividades que generan
externalidades positivas sobre otras empresas. Uno de estos casos es la innovación tecnológica y
la transferencia de esta innovación. El programa busca subsidiar esta actividad para que se
produzca mayor inversión en innovación y tecnología que lo que se haría sólo bajo las condiciones
de mercado. Es decir, el programa busca que las empresas internalicen la externalidad positiva
que su innovación conlleva sobre el resto.

iii. La existencia de un organismo público que se preocupa del fomento y promoción de las
exportaciones.

En este caso se trata de una externalidad positiva que debe ser internalizada por las empresas, por
el bienestar económico del país. Cuando una empresa quiere exportar y lo hace bien, entonces ya
conoce el mercado, los canales de distribución y, tal vez, tiene mejor acceso al crédito. La idea es
que este tipo de información sea también utilizada por los demás potenciales exportadores. Así,
disminuyen los costos que un potencial exportador tiene en caso de exportar su bien (todo ese
“know-how” se traduce en dinero), y se incentiva directamente a que las empresas internalicen de
alguna forma la externalidad positiva y aumenten la cantidad exportada.

iv. La vacunación obligatoria de todos los niños en contra de la viruela.

Al vacunar a mi hijo no sólo disminuye la probabilidad de que éste tenga viruela, sino también la
probabilidad de que contagie a otros niños. Este es el beneficio para los demás niños, que no es
internalizado si las vacunas son voluntarias, es decir, el número de personas que vacunarían a sus
niños sería menor que lo socialmente óptimo si la vacunación fuera voluntaria. Es decir, como
disminuye la probabilidad de que los demás niños contraigan viruela, en la vacunación existe una
externalidad positiva que se busca sea internalizada.
v. La obligatoriedad del ahorro previsional en algún mecanismo de capitalización individual o
colectivo.

Si la persona no ahorra, existe una posibilidad de que no tenga recursos para vivir cuando deje de
trabajar. En tal caso, pasaría a ser una carga para el Estado y se le otorgaría ayuda que es
financiada por todos los contribuyentes. La obligatoriedad de cotizar llevaría a los individuos a
internalizar gran parte de la externalidad que de otra manera podrían terminar imponiendo a los
demás. En este caso, la externalidad positiva del ahorro previsional estaría dado por el hecho de
que la sociedad no gaste recursos en proveer una pensión mínima a quienes no tienen ahorro
previsional al jubilarse.

vi. El precio de las viviendas aumenta considerablemente cuando se construye una estación de
Metro cerca de éstas, por lo tanto, las estaciones de Metro generan externalidades positivas
sobre las viviendas de su entorno.

En este caso el cambio de precio de las viviendas es un efecto que se da a través del mercado y,
por lo tanto, no es una externalidad (existe una externalidad cuando el efecto de un agente sobre
otro no se da a través del sistema de precios).

vii. Los vecinos de cierto barrio se han organizado para pedir al alcalde que clausure un local,
argumentando que en él se desarrollan ruidosas fiestas hasta altas horas de la madrugada, lo
que les impide dormir plácidamente. Desde el punto de vista del bienestar social, la alternativa
más eficiente pasa necesariamente por cerrar el local.

El problema que existe aquí es que el dueño del local no internaliza el costo social del no dormir
de sus vecinos. Por lo tanto, la oferta privada es distinta a la social, y se está produciendo una
cantidad mayor a la socialmente óptima. Esto NO implica que el nivel de fiestas óptimo sea cero,
pues también hay beneficios asociados a las fiestas. El nivel óptimo se dará cuando la oferta social
(es decir, la oferta considerando el costo del no-dormir de los vecinos) iguale a la demanda. Para
ello las soluciones podrían ser: un acuerdo entre el local y los vecinos, un impuesto por cierto
número de fiestas, o fijar una cuota de fiestas.

viii. Un acuerdo entre privados siempre resuelve los problemas de externalidades y es, de hecho,
preferible a cualquier otro mecanismo.

No siempre lo es, ni siempre es preferible. Para que la resolución de una externalidad a través del
acuerdo entre privados sea posible y alcance el nivel socialmente óptimo, además de que existan
derechos de propiedad claramente asignados, se requiere que no existan “costos de transacción”,
es decir, costos asociados a negociar, monitorear, y hacer cumplir un acuerdo. Si es que aquello se
cumple, este mecanismo es preferible al resto.

Sin embargo, la mayoría de las veces sí existen costos de transacción. La existencia de muchos
agentes involucrados (difícil ponerlos a todos de acuerdo), las asimetrías de poder que puedan
existir entre dichos agentes, el problema del parásito (agente que no asume los costos de una
negociación, a la expectativa de que otros los asuman y gozar igual de los beneficios), la dificultad
que a veces existe para identificar la fuente de la externalidad, y las asimetrías de información
respecto de las preferencias y oportunidades de todos los agentes involucrados, representan
costos de transacción que, aun cuando existan derechos de propiedad asignados, la mayoría de las
veces hacen inviable la corrección de una externalidad mediante el acuerdo entre privados,
justificando la intervención del Estado.

Bienes públicos:

Comente las siguientes afirmaciones:

En cada uno de los siguientes casos determine si se trata de un bien público. Argumente por qué lo
son (o no lo son):

i) La policía

Es bien público, pues la intervención de la policía para asegurar el orden y la seguridad se realiza
sin que se reduzca la posibilidad de que otros se beneficien dedicha intervención. (No es
excluyente ni rival).

ii) El alumbrado de las calles en las noches

No es excluyente, pues una vez provista la luz no se puede privar a nadie de su consumo. Tampoco
es rival, porque el consumo de luz del alumbrado público por parte de una persona no disminuye
la posibilidad de consumir de otra. Por lo tanto, es un bien público.

Los peces en el mar de un país

Los peces no son excluyentes, pues no es posible (o al menos es muy costoso) privar a quien
quiera ir a pescarlos. Sin embargo, sí son rivales, pues la pesca de un agente reduce la cantidad de
peces que puede pescar otro. Por lo tanto, no es un bien público, constituyendo más bien un
recurso de uso común.

iv) Un teléfono público

No es bien público, pues el cobro por usar el teléfono puede ser excluyente. Además, si el teléfono
presenta congestión (es decir, gente esperando por el uso), entonces sería rival. Por lo tanto,
correspondería a un bien privado.

v) La televisión satelital.

No es un bien público, debido a que es excluyente: la tarifa para suscribirse actúa como
mecanismo de exclusión. Cabe señalar, por otro lado, que no es un bien rival, pues el ingreso de
un consumidor aumenta en 0 el costo marginal de suministrar el bien a otro consumidor. Es el
caso típico de un “bien club”.

Clases impartidas en una universidad pública gratuita con un profesor por materia.

Es un bien no excluyente, dado el carácter gratuito de la Universidad. Dada la gratuidad, todos los
individuos podrían eventualmente asistir, asumiendo que el único costo involucrado en él es el
precio de la universidad. También podría ser correcto si es que se afirma que es excluyente debido
a otros costos asociados que no sean el del arancel (sistemas de selección, costos de movilización,
etc.). No obstante, tiene características de rival, dado que el costo de impartir la clase a un alumno
adicional deja de ser cero, luego de un cierto número de alumnos. Esto, en la medida que no exista
la infraestructura necesaria (espacio, sillas, mesas, etc.) para mantener la clase. Además, existe un
costo impuesto a los demás compañeros derivado de problemas de tamaño de la clase (ruidos
molestos, distracciones, exceso o imposibilidad de realizar preguntas, etc.). Por lo tanto, no es
bien público.

*Nota: La definición jurídica de “bien público” remite al “dominio público” (conjunto de bienes y
derechos de titularidad pública, destinados al uso público), permite hablar por ejemplo de
“educación pública” o “salud pública”. Sin embargo, en términos económicos, la condición de
“bien público” está dada únicamente por el cumplimiento de dos condiciones: no exclusión y no
rivalidad, con independencia de la definición jurídica.

Un bien que no sea público (en términos económicos), no significa que su provisión no pueda ser
de interés público. En economía, esto se conoce como “bienes de mérito”, es decir, bienes que la
sociedad valora y sobre los cuales ha establecido una asignación de derecho, siendo por tanto
responsabilidad del Estado asegurar que éstos sean provistos (ya sea como proveedor directo,
subsidiándolos, etc.), más allá de consideraciones de eficiencia.

b) La existencia del problema del free-rider/parásito/polizonte implica que no será posible crear
un mecanismo que permita cobrar por un bien público, pues los consumidores actuales y
potenciales de éste no estarán dispuestos a revelar la valoración que le asignan al bien.

Falso. Lo que no se puede hacer es cobrar en base a la valoración que los consumidores actuales y
potenciales dicen asignarle al bien, pero se puede, por ejemplo: (i) cobrar un impuesto
proporcional al ingreso y mediante esta recaudación financiar la provisión de bienes y servicios
públicos; (ii) buscar mecanismos de financiamiento privado para el bien público (caso de señal de
radio y televisión abierta, los que cobran por publicidad).

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