Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
- Externalidades
Hasta aquí, vimos que los clásicos y los neoclásicos, determinaban condiciones ideales: los
mercados garantizan que la economía sea eficiente en el sentido de Pareto.
Sin embargo, en la realidad es más que habitual que los mercados produzcan excesiva
cantidad de algunas cosas, como contaminación y poca de otras, como ayuda a las artes o la
investigación científica. También puede suceder que algunas personas tengan demasiada
renta y otras muy escasa para poder vivir.
Es así como surgen los “fallos de mercado” que justifican y requieren la intervención del
Estado para corregirlos. Se requiere la intervención del Estado para conseguir eficiencia o
porque la actitud del mercado puede generar relaciones socialmente no aceptables o no
deseables.
a) Fallo de la competencia: los pensadores vistos hasta aquí explicitaban que en el mercado
debe haber competencia perfecta. Sin embargo, es habitual que en algunos sectores de la
economía existan monopolios u oligopolios. Es decir, que hay mercados de competencia
imperfecta. Cuando una empresa tiene posición dominante en el mercado, condiciona los
precios. En competencia imperfecta los ingresos de las empresas se fijan no en función del
costo, la oferta y demanda, sino en función de maximizar ingresos. El Estado puede aplicar
una política antimonopolio o regular los sectores económicos con competencia imperfecta.
b) Externalidades: Una externalidad es una situación en las que los costes o beneficios de
producir o consumir un bien o servicio no se reflejan en su precio de mercado. Visto de otro
modo, las externalidades son efectos secundarios (buenos o malos) que se producen cuando
una persona o una empresa realiza una actividad y no asume todos los costes de la misma, o
todos los beneficios que le podría reportar.
Las externalidades existen cuando no se incluyen en los precios de mercado los efectos
secundarios (positivos o negativos) de la producción o del consumo.
Tipos de externalidades
Cuando hay una externalidad negativa el equilibrio del mercado no es eficiente porque ni los
consumidores ni los vendedores la toman en cuenta a la hora de decidir cuánta cantidad
demandan u ofrecen. Cuando las externalidades negativas hacen que el mercado asigne los
recursos en forma ineficiente, el Estado puede responder de dos maneras posibles:
c) Información imperfecta: La Mano Invisible nos decía que los compradores y los
vendedores tienen información completa sobre los bienes y servicios que compran y venden.
Supone que la tecnología está disponible para todos los productores y que los consumidores
poseen toda la información sobre la calidad y precio del producto que desea adquirir. La
realidad claramente es distinta. El Estado tiene que identificar la deficiencia en la
información y brindar la solución. Ejemplo: La exigencia del etiquetado para productos
donde se informa composición, fecha de vencimiento, etc. Y también una parte de los
recursos que se dedican a la investigación y desarrollo, pueden concebirse como una clase
especial de gastos de información.
d) Bienes (servicios) Públicos: Desde la óptica neoclásica, se sostiene que existen ciertos
servicios que no pueden ser provistos por la iniciativa privada, en virtud de ciertas
peculiaridades de su producción y consumo; ellos son los técnicamente denominados bienes
públicos, y presentan dos características específicas, que los distinguen de los bienes o
servicios habitualmente provistos por el sector privado:
Se denominan bienes públicos puros aquéllos de utilización no-rival, y para los que no es
posible ejercer exclusión; los dos ejemplos citados (los servicios de seguridad pública y de un
sistema vial sin peaje y sin congestionamiento) son servicios que responden a estas
características. En contraste, los bienes de consumo rival, sobre los que puede ejercerse
exclusión, se denominan bienes privados.
Se argumenta que mientras los bienes privados son susceptibles de provisión mediante
empresas, con los bienes públicos puros ello no es posible, solo pueden ser prestados por el
Estado. Servicios tales como defensa, seguridad, administración de justicia, circulación vial,
etc. recaen dentro de este conjunto, y deben ser prestados sin pago y financiados mediante
cobros compulsivos. Naturalmente, el factor más importante es la imposibilidad de ejercer
exclusión.
No todas las prestaciones estatales recaen en la categoría de bien público puro. Ejemplos
claros de ello son los servicios de salud y educación, sin duda bienes no puros, por cuanto
admiten exclusión (además de tratarse de servicios donde, en primera aproximación, existe
rivalidad); son rubros atendidos por el sector privado, en condiciones convencionales de
mercado. Son derechos inalienables garantizados por la legislación, por lo que también son
habitualmente provistos por el Estado en forma gratuita para promover el bienestar.
3) Subvenciones. Es una ayuda económica recibida por una persona o por una empresa por
parte de una entidad pública o administración.
las herramientas con las que cuenta el estado para lograrlo son:
política fiscal;
política monetaria.
El gobierno federal debe representar los intereses del Estado en el ámbito internacional y
lograr celebrar acuerdos beneficiosos sobre una amplia variedad de temas, entre ellos:
- Brindar el marco jurídico para el desarrollo de todas las actividades lícitas de los
individuos; a tal efecto, el estado tiene a su cargo la formulación del marco legal y
reglamentario que garantice seguridad jurídica. Esta es, tal vez, la función más característica
del sector público, que no puede ser delegada a otro componente del cuerpo social. Es decir,
la actividad NORMATIVA es exclusiva del Estado.
- Asegurar la defensa del territorio. Debido a la función y la propia naturaleza del bien
público “defensa”; ésta es también una función no delegable.
- propiamente productivas,
Por un lado, existen razones de sentido común, que hacen a la promoción del bienestar, el
desarrollo cultural y educativo, etc., atendiendo a objetivos no satisfechos por la actividad
privada. Como vimos, principalmente desde la óptica neoclásica, existen ciertos servicios que
no pueden ser provistos por la iniciativa privada, en virtud de ciertas peculiaridades de su
producción y consumo. Son los bienes públicos puros, que por sus características de no
rivalidad y no exclusión, no pueden ser brindados por el sector privado. La terminología
utilizada no coincide con la definición habitual de la palabra "bienes". En particular, los
“bienes” públicos ejemplificados son en realidad “servicios”.
Por eso es por lo que las funciones gubernamentales que hacen al marco jurídico y de
seguridad de la sociedad son consideradas como bienes públicos. El marco jurídico debe
necesariamente ser monopolizado por el Estado, porque sólo así pueden garantizarse en
forma general derechos de propiedad, contratos y otros instrumentos que hacen a una
sociedad con intercambio.
Debe señalarse que no todos los bienes públicos deben ser provistos necesariamente por el
estado; tal es el caso de los servicios de radiodifusión y televisión abierta, dos ejemplos quizá
perfectos de no-rivalidad y ausencia de exclusión, pero que pueden ser objetos de explotación
comercial privada.
Debe tenerse presente que no todos los servicios estatales son gratuitos; la obtención de
documentación, por ejemplo, suele estar sujeta al pago de aranceles.
Richard Musgrave uno de los grandes especialistas en el tema del sector público decía que
el Estado tenía tres brazos económicos.
¿Qué se produce? ¿Cómo se produce? ¿Para quién se produce? ¿Cómo se toman las
decisiones? Los economistas del sector público también se basan en estas preguntas, pero
centran su análisis en el papel del Estado y en qué forma éste influye en las decisiones del
sector privado
- ¿Qué se produce? Qué parte de nuestros recursos deben dirigirse a la producción de bienes
públicos (defensa y autopistas) y cuál a la producción de bienes privados (automóviles).
Permite conocer la estructura económica de un país y a determinar la frontera de
posibilidades de producción que representan las cantidades de los dos bienes (públicos y
privados) que pueden producirse con la tecnología y recursos dados.
- ¿Cómo debe producirse? En este caso se trata de la decisión de producir los bienes y
servicios que proporciona el estado desde el propio sector público o desde el sector privado,
utilizar menos capital o más trabajo, o emplear nuevas tecnologías. Pero es importante
destacar que la política pública que se adopte en este sentido tiene incidencia sobre las
decisiones de las empresas.
Según la teoría de la “Elección pública” o “Public choice” hay tres elementos importantes
que deben tenerse en cuenta al hablar de Decisión Pública:
1) que las personas manifiestan su decisión a través de votos que están distribuidos en
forma igual en la población.
2) que los votos se emiten en el contexto de otros votantes cuyas preferencias tendrán
efecto en el resultado del voto, es decir, el resultado final que se obtendrá una vez que
los votos se hayan realizado.
3) que las preferencias son expresadas a través de intermediarios. Estos intermediarios
pueden ser funcionarios elegidos por el voto popular
¿Cómo es ese proceso de elección pública? Los ciudadanos eligen a sus representantes a
través del voto. Estos representantes son quienes, cuando el espacio político que ejerce el
Poder Ejecutivo envía el presupuesto público para un año, lo modifican y/o lo aprueban.
Cabe señalar aquí que el presupuesto público que rige para un ejercicio fiscal expresa (o así
debiera ser) las políticas públicas que llevará a cabo el gobierno y correspondería que esté
englobado en un plan general de acción de dicho gobierno para todo el mandato por el que
fue elegido.
El legislador cuando emite su voto debe reflejar las opiniones de sus propios electores que, al
sufragar por un sector político u otro, dan un marco sobre las preferencias en materia de
políticas públicas.