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Resumen del capítulo 7

Bienes públicos
Del libro Public Finance and Public Policy de Jonathan Gruber

Por: Johnatan Jesú s Clavijo Taborda | Có digo de estudiante: 201924166

Antes que nada, reconozcamos la definició n de un bien pú blico (que puede ser puro o
impuro), a partir de dos características fundamentales que debe tener:

 No rivalidad: si ya se creó el bien, se puede consumir por otros sin el deterioro


del mismo. Es decir, si yo consumo ese bien, no se lo estoy quitando a otro
consumidor.

 No exclusió n: no se puede hacer una diferenciació n del bien, para entregarlo o


no entregarlo a alguien.

Presentadas estas dos características, analicemos có mo su conjunció n hace o no hace


que un bien sea pú blico:

 Si es RIVAL y EXCLUYENTE: Bien privado (un helado)


 Si es RIVAL y NO EXCLUYENTE: Bien pú blico impuro (la acera repleta de
personas)
 Si es NO RIVAL y EXCLUYENTE: Bien pú blico impuro (señ al de TV)
 Si es NO RIVAL y NO EXCLUYENTE: Bien pú blico puro (defensa nacional)

Sin embargo, los bienes pú blicos suelen tener un problema denominado “Free rider”.
Dado que es un bien no rival y no excluyente, no todos tendrían inicialmente que
pagarlo, porque siempre estará disponible. Si algunos pagan voluntariamente, otros
no van a querer pagar. Si esos que pagan sienten que está n auspiciando lo que otros
no pagan, tampoco van a querer pagar.

Definir un bien pú blico no solo presenta problemas de Free rider, sino también de
cantidad a proveer. En principio, el gobierno podría simplemente computar la
cantidad ó ptima que debería proveer de un bien y ofrecer dicho nivel. Pero en la
prá ctica, se presentan serias dificultades para lograrlo. Si los privados ya está n
supliendo este bien, el gobierno lo ú nico que hace es desplazar a esos privados. Medir
el costo y los beneficios de un bien pú blico es complejo. Finalmente, determinar las
preferencias por los bienes pú blicos y agregar estas preferencias incrementa la
variedad de los retos.

Primeros pasos: fórmulas


Se define un numerario como aquel bien que sirve de unidad para medir el valor de
los demá s bienes y servicios.

Fó rmula del consumo ó ptimo en un mercado perfecto:


MUa x/MUa y = MRSa x,y = MRS b x,y = Px/y

MU: utilidad marginal


a: ciudadano a
b: ciudadano b
x: bien x
y: bien y
MRS: Rango marginal de sustitució n

Costo marginal es igual al precio del producto:

MC x = P y

En equilibrio, el rango marginal de sustitució n es igual al costo marginal:

MRS = MC

El equilibrio del mercado privado es también donde se maximiza la eficiencia social.

Suma horizontal en el mercado privado

En un mercado privado, el equilibrio se encuentra donde el Beneficio Marginal Social y


el Costo Marginal Social son iguales. Es decir, donde el valor de consumir una unidad
adicional es igual al costo de producir esa unidad adicional.

Por el contrario, cuando hablamos de un bien pú blico, la cantidad no se desplaza a la


derecha segú n la suma de la demanda individual, que es lo que sucede en el mercado.
En vez de eso, aquí la suma es en el precio, de acuerdo con la disponibilidad a pagar de
cada individuo.

Incluso, en el caso de un bien pú blico, vemos que la curva de la oferta aparece y


corresponde al costo marginal de producció n. El nivel de producció n socialmente
ó ptimo es la intersecció n entre esa oferta con la demanda vertical sumada. Dado que
la cantidad del bien pú blico, independientemente de la que sea, va a servir a todos, es
la voluntad a pagar la que determina la decisió n de producció n.

Suma vertical en el caso de un bien público

Rango marginal de sustitució n de a + Rango marginal de sustitució n de b es igual al


Costo Marginal
MRSa + MRSb = MC

La eficiencia social es maximizada cuando el costo marginal es iguala la suma del


Rango marginal de sustitució n de cada individuo.

Para bienes pú blicos es socialmente ó ptimo para las firmas producir hasta que el
costo marginal equivale a los beneficios de todos los consumidos sumados. Esto
porque los bienes pú blicos no son rivales.

Bajo la lógica anterior: ¿puede el sector privado proveer bienes públicos?


Problema del free rider: cuando una inversió n tiene un costo personal pero un
beneficio comú n, las personas invertirá n menos.

Dado que todos se ven beneficiados por el consumo del otro, ante un bien pú blico,
esto genera un problema natural de subproducció n. Entonces, el problema free rider
provoca una potencial intervenció n del estado.
Ejemplo del funcionamiento de la radio en Reino Unido, donde todas las personas que
tengan y usen un TV deben pagar un impuesto para el funcionamiento de los medios
públicos, la BBC.

No obstante, los privados sí han ofrecido bienes pú blicos con algú n éxito. Uno de los
ejemplos clá sicos de los bienes pú blicos es el de los faros. En Inglaterra, dichos faros
fueron manejados, hasta el siglo XIX, por privados, quienes cobraban tasas a los
barcos de acuerdo con su ruta y los faros de los que se pudieron beneficiar en dicha
ruta. En este sentido, aparece un enfoque que es el de: cobrar tarifas a los usuarios
que sean proporcionales a su valoració n del bien pú blico.

Otro caso de éxito es el de los BID (Distritos de Mejoramiento Comercial) por medio
del cual diferentes empresas deciden asumir un valor para hacer uso comercial de un
sector de la ciudad, en el cual se van a garantizar todos los bienes pú blicos como
seguridad, saneamiento y limpieza, obras pú blicas y embellecimiento del espacio
pú blico. En el funcionamiento correcto de estos BID, la ley jugó un papel
determinante.

Pero, ¿cuándo la provisión de bienes públicos por parte de un privado puede


superar el problema del Free Rider?
Tres condiciones o factores determinan el éxito de la provisió n de un privado de un
bien pú blico:

1. Algunos individuos se preocupan o se interesan más que otros: la provisió n


privada de bienes pú blicos tiende a funcionar cuando los individuos no son idénticos
y, especialmente, cuando algunos individuos tiene una demanda especial de un bien
pú blico.

La intuició n detrá s de esto radica en el bienestar o disfrute que genera, junto con el
costo que cada individuo estaría dispuesto a pagar por ese bien pú blico. En ese
sentido, altos ingresos y fuerte interés en un bien pú blico mitiga el problema del Free
Rider.

2. Altruismo: el modelo propuesto para analizar el Free Rider asume que los
individuos son esencialmente egoístas. Pero, también el altruismo está entre los seres
humanos, quienes se preocupan por lo que obtienen los otros; es decir, cuando los
individuos también valoran los beneficios y costos de otros en las decisiones sobre su
propio consumo.

¿Qué determina el altruismo? Es difícil saberlo, pero puede tener que ver con el
concepto de "Capital social"; es decir, el valor del altruismo y el comportamiento
comunitario en la sociedad. Por su parte, el altruismo se desarrolla má s cuando existe
má s confianza en los otros.
3. El modelo de brillo cálido o Warm Glow: en este modelo de provisió n de bienes
pú blicos, los individuos se preocupan tanto por la cantidad total del bien pú blico como
por sus contribuciones particulares.

La provisión pública de bienes públicos


La provisió n de un bien pú blico no está desprovista de retos. Aquí se mencionan
algunos:

El problema de la exclusión general: a medida que el gobierno proporciona má s de un


bien pú blico, el sector privado proporcionará menos. Es decir, cada dó lar de provisió n
pú blica desplazará a la provisió n privada uno por uno.

Este es el caso clá sico de las consecuencias inesperadas de la acció n gubernamental.


Un problema parcial de "crowd-out" o exclusió n general es má s comú n que uno total.

Existen a su vez otros dilemas, como el de "contribuyentes vs. no-contribuyentes" en el


que algunos está n dispuestos a dar má s que otros para aprovechar el bien pú blico,
pero esto no siempre posibilita que se alcance el ó ptimo social. Tampoco lo hace que
todos pongan igual recursos, porque algunos pueden disponer de má s recursos para
dar que otros. Entonces, el gobierno no siempre satisface la demanda completa o
como se espera.

"El brillo cálido" o Warm Glow de nuevo aparece como reto. En este caso, si por alguna
razó n obtengo utilidad de mis contribuciones particulares, entonces un aumento en
las contribuciones del gobierno no desplazará completamente mis donaciones. Ahora
bien, no hay evidencia total del Warm glow, tampoco hay consenso sobre el tamañ o de
esta importante respuesta individual a la intervenció n del gobierno.

Medir los costos y los beneficios de los bienes públicos


Es difícil medir los costos y los beneficios de los bienes pú blicos y también es difícil
determinar el valor que la sociedad le da a los beneficios del proyecto.

Por ejemplo, el mejoramiento de una via previene accidentes de trá nsito que salvan
vidas ¿Qué valor le da la sociedad a esa reducció n?

Cómo medir las preferencias en un bien público


Determinar las preferencias por un bien pú blico tampoco es sencillo y hay al menos
tres problemas que enfrenta el gobierno al respecto:
1. La revelación de las preferencias: los individuos no se sienten có modos de
decirle al gobierno sus preferencias porque, por ejemplo, decirlas puede significar que
suban sus impuestos.
2. El conocimiento de las preferencias: incluso, si los individuos manifestaran
esas preferencias abiertamente, podrían ser limitadas porque sus conocimientos
sobre, por ejemplo, defensa nacional, son basados en pequeñ as experiencias.
3. La agregació n de las preferencias: ¿có mo puede el gobierno sumar todas esas
preferencias de millones de ciudadanos y definir cuá l es má s valiosa?
Estos problemas pueden ser solucionados, de alguna manera, por la política
econó mica.

En conclusión
- Una funció n importante de los gobiernos a todos los niveles es la provisió n de
bienes pú blicos.
- En algunos casos, el sector privado puede proporcionar bienes pú blicos, pero en
general no logrará el nivel ó ptimo de provisió n.
- Cuando hay problemas con la provisió n de bienes pú blicos en el mercado privado,
la intervenció n del gobierno puede potencialmente aumentar la eficiencia.
- El hecho de que ese potencial se logre depende tanto de la capacidad del gobierno
de medir adecuadamente los costos y beneficios de los proyectos pú blicos como
de la capacidad del gobierno de llevar a cabo la decisió n socialmente eficiente.

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