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E ste ensayo es un recuento de los grandes ejes de cambio en una sociedad que en treinta años se volvió
otra y del papel de un partido político en la absorción de extraordinarias tensiones producidas por ese
cambio. Como todo recuento es incompleto, pero trata de resaltar las muchas necesidades y fracturas
sociales que en el México convulso de las últimas décadas, habrían quedado políticamente mudas sin el
Partido de la Revolución Democrática (prd). Es por tanto una valoración retrospectiva, fundada en hechos
y la experiencia de otros países, de la contribución representativa de ese partido —con su oposición
indisciplinada, tenaz, a menudo incluso intransigente— a la todavía corta convivencia democrática
nacional.
Dos aclaraciones iniciales, a propósito de las transformaciones que han sacudido a la sociedad mexicana.
Primera: su raíz es sobre todo económica y económica en los últimos treinta años quiere decir también
global. La esencia de esa reorientación vertiginosa es la extensión del liberalismo de mercado, que alteró
mucho más que la producción y el intercambio de bienes materiales. Como escribió Polanyi tras la ola
globalizadora del siglo diecinueve, la que se estrelló con la Gran Depresión, el fascismo y el comunismo, el
sistema económico está entretejido con las instituciones y las relaciones sociales. Esta
vez como antes, el tránsito hacia el modelo de mercado “cre-
ció hacia una enormidad sociológica” (Polanyi 2014, 333). Sus
efectos se extendieron por el cuerpo social — disolviendo lazos
organizativos, clausurando viejos canales de representación de
intereses, introduciendo nuevas inseguridades y fomentando
la individualización de la experiencia vital. Un nuevo régimen
económico, centrado en el mercado, dislocó a la sociedad.
Ese proceso incubó en todos lados un descontento típica-
mente fragmentado, pero que más tarde o más temprano ter-
minó por irrumpir en la arena política, de diferentes formas. A
veces, como sucedió en varios países latinoamericanos al cam-
bio de milenio, explosiones populares hundieron a los partidos
tradicionales vinculados con el “neoliberalismo”, desbordaron
a la democracia representativa y alimentaron movimientos de
“refundación” constitucional. Otras, como ocurre en los reaco-
modos actuales en países de capitalismo avanzado, las secuelas
de la Gran Recesión se combinaron con resentimientos acumu-
lados entre los perdedores de la globalización para cristalizar
en virulentas reacciones antielitistas, nacionalistas y xenófo-
bas: Lock her up! y Make America Great Again.1
En México, sostengo, las fuerzas desatadas por el avance
de la sociedad de mercado tuvieron temprana y virtuosamen-
te al prd como representante democrático —una expresión
política de muy reales afectaciones sociales que, en otros lu-
gares, carecieron por largo tiempo de cauce y voz partidista.
El déficit representativo en varios sistemas partidistas, en la
1
Ambos, eslóganes de la campaña de Donald Trump a la presidencia de Esta-
dos Unidos. Lock her up! (¡Enciérrenla!) era el canto utilizado por los seguidores
de Trump para referirse a Hillary Clinton, la candidata Demócrata en 2016,
identificada por sus críticos como una figura del establishment cercana a intereses
financieros y empresas multinacionales.
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Plan de ruta
Las páginas siguientes discuten los grandes parámetros del con-
vulsionado entorno económico, social y demográfico en el que
el prd se abrió paso, hasta convertirse en un protagonista de la
competencia electoral durante treinta años. El repaso abarca la
transición demográfica; el control del territorio, la urbanización
y gestión de los servicios públicos; y el cambio de modelo de
desarrollo hacia el mercado. En este último punto, me concen-
tro en tres de sus derivaciones principales, a saber, la precari-
zación del trabajo, la profundización de brechas regionales y
la gestación de un nuevo tipo de formación social, más fluida
e individualizada. Sacrifico profundidad en aras de ofrecer una
visión de conjunto, pero en cada uno de los temas, subrayo la
función ejercida por el prd: desahogar en el sistema electoral
representativo los nuevos malestares de la sociedad mexicana
que, entre reformas económicas y la reorientación del Estado,
cruzaba del siglo xx al xxi.
El ensayo concluye con una reflexión sobre la forma en la
que el prd determinó la trayectoria del sistema político mexi-
cano en la era final del autoritarismo priista y las primeras dos
décadas democráticas. Este análisis se funda en una compara-
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Implicaciones y contribuciones
Además de perseguir una mejor comprensión del papel del prd
en la trayectoria política del país, este análisis de los fundamen-
tos económicos y sociales de su respaldo electoral reviste un
interés teórico más general. La mayoría de los estudios sobre
el sistema de partidos en nuevas democracias como la mexica-
na consideran que la perspectiva sociológica es de poca ayuda
para comprender el comportamiento electoral. En comparación
con democracias avanzadas, las identidades partidistas en el
país están poco extendidas en el electorado y son relativamente
débiles e inestables aun entre simpatizantes, con la excepción
de un pequeño núcleo duro que garantiza solo unos cuantos
puntos porcentuales. En cada elección, los partidos se juegan el
grueso de su apoyo.
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Como muestra Piketty, la base electoral de los partidos de izquierda en países
desarrollados ha tendido a migrar de las clases bajas hacia los sectores más edu-
cados, al tiempo que la riqueza se ha concentrado en lo más alto de la distribución
del ingreso.
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Fuente: Cálculos propios con base en la serie de gastos presupuestales del sector público del
Banco de México, el índice nacional de precios al consumidor de INEGI y las estimaciones
de población a mitad del año del Consejo Nacional de Población (CONAPO).
3
Conforme al índice nacional de precios al consumidor de INEGI (segunda quin-
cena de julio 2018 = 100).
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INEGI, Encuesta Nacional de los Hogares 2017.
5
Para 2018, el voto de Andrés Manuel López Obrador en los municipios aumenta también
con el porcentaje de hogares con jefatura femenina.
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Nota: Polinomios locales con intervalos de confianza de 95%. Datos de 2,444 municipios con
información disponible. El histograma de densidad al pie de la gráfica muestra la distribución
de municipios a diferentes porcentajes de hogares encabezados por mujeres.
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Cálculos propios con base en el Padrón e Historial de Núcleos Agrarios del Registro
Agrario Nacional.
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La clase social del encuestado fue codificada por el entrevistador al final del cuestionario
con base en la experiencia durante las entrevistas y las características observadas: “Por lo
que usted vio, ¿a cuál clase social diría que pertenece el entrevistado?” El voto se codificó
con base en la pregunta: “Para propósitos de esta encuesta, le voy a dar un papel donde us-
ted puede marcar cómo votó en las elecciones presidenciales, sin que yo lo vea, y después
deposítelo en esta mochila. ¿Por quién votó usted para Presidente de la República?”
39
Nota: Cálculos con base en la encuesta representativa nacional, cara a cara, levantada como
parte del estudio electoral de panel México 2006, ronda tres (Lawson et al 2007).
8
El patrón es distinto en las elecciones de 1994 y 2012, en las que el pri moviliza alto
apoyo electoral en todas las clases, como se verá más adelante.
9
En 2012 y sobre todo 2018, el voto lopezobradorista es más robusto entre sectores más
acomodados materialmente y de más alta educación, en comparación con 2006.
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Nota: Polinomios locales con intervalos de confianza de 95%. Datos de 2,444 municipios
con información disponible. El histograma de densidad al pie de la gráfica muestra la dis-
tribución de municipios a diferentes porcentajes de población con carencia por calidad y
espacios en la vivienda.
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Chile es el caso pionero, con reformas económicas desde los setenta.
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Trabajo e informalidad
Primero, el trabajo. Los años de gestación y expansión del prd
son de cambio drástico en la situación laboral. La convergencia
de varios de los factores discutidos —el crecimiento de la po-
blación en edad de trabajar, la urbanización, las crisis económi-
cas y la estrategia de contención de costos laborales, para atraer
inversión— redunda en escasez de empleo bien remunerado y
expansión de la informalidad. La oferta de trabajo rebasa con
mucho las capacidades de generación de empleo de la econo-
mía, sobre todo de empleo de buena calidad.
Bastan algunos indicadores para dar cuenta del fenómeno.
En la década que antecede a la elección de 1988, el salario mí-
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Cálculos con base en la serie de salario medio de cotización al IMSS y el
índice de precios al consumidor de inegi.
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Nota: Polinomios locales con intervalos de confianza de 99%. Datos de 64,353 seccio-
nes electorales con información disponible. El histograma de densidad al pie de la gráfica
muestra la distribución de secciones electorales a diferentes porcentajes de población sin
derechohabiencia a la salud en 2005.
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Modelos estadísticos realizados por el autor con base en encuestas representa-
tivas nacionales, cara a cara, levantadas como parte de los estudios electoral de
panel 2006 y 2012 (Lawson et al. 2007, 2013).
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El liberalismo económico de la época reivindicó este componente del pensam-
iento de Smith (el Smith de La riqueza de las naciones), pero tendió a obliterar las
ideas del propio Smith acerca de la necesidad de un sistema moral que regulara a
la sociedad de mercado (el Smith de La teoría de los sentimientos morales).
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inegi, sistema de cuentas nacionales, series de personal remunerado y trabaja-
dores voluntarios en instituciones privadas sin fines de lucro.
16
El número de organizaciones proviene del Centro Mexicano para la Filantropía
(2019) e incluye las organizaciones inscritas en el Registro Federal de Organiza-
ciones de la Sociedad Civil (rfosc); organizaciones con autorización para otorgar
recibos deducibles del impuesto sobre la renta (donatarias); sindicatos, federa-
ciones y confederaciones; colegios de profesionistas; asociaciones religiosas; y
organizaciones políticas. La tasa por habitante se calculó con las estimaciones de
población del conapo.
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AJG Simoes, ca Hidalgo. The Economic Complexity Observatory: An Analyti-
cal Tool for Understanding the Dynamics of Economic Development. https://oec.
world/en/profile/country/mex/
18
Banco Mundial, comercio como porcentaje del pib. https://datos.bancomundial.
org/indicador/ne.trd.gnfs.zs
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Nota: Cálculos propios con base en información del INEGI, INE y CONAPO. El área
sombreada muestra un intervalo de confianza de 90% alrededor de la predicción lineal.
Para Campeche se consideraron sólo actividades primarias y terciarias, para evitar la
distorsión de las cifras por la producción petrolera que se contabiliza en el PIB de esa
entidad.
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Fuente: Cálculos propios con base en estudio de panel México 2006 (Lawson et al. 2007),
utilizando la pregunta, “Desde que llegó Fox a la Presidencia, ¿usted diría que su situación
económica personal ha mejorado, ha empeorado, o sigue igual?”
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1
Adam Lusher, “At least 10,000 people died in Tiananmen Square massacre,
secret British cable from the time alleged”. The Independent, 23 December
2017. Disponible en https://www.independent.co.uk/news/world/asia/tianan-
men-square-massacre-death-toll-secret-cable-british-ambassador-1989-alan-
donald-a8126461.html
80
2
Adolfo Gilly, “1989”. Nexos no. 167, noviembre de 1991, pp. 55 - 56.
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3
Oscar Hinojosa y Pascal Beltrán del Río, “La izquierda se acercó a La Quina,
‘por sus evidentes contradicciones con Salinas’ ”. Proceso no. 638, 23 de enero de
1989, pp. 16 -17.
4
Ibid.
84
5
Ibid.
6
Raúl Trejo Delarbre y Ana L. Galván, coordinadores, Así cayó La Quina. Edicio-
nes de El Nacional, México, 1989, pp. 22 y ss.
85
7
“Declaración del Secretariado del Partido Mexicano Socialista en relación con la
detención de Joaquín Hernández Galicia y otros dirigentes petroleros”. Documen-
to suscrito por Jesús Ortega M. La Jornada, 12 de enero de 1989. Reproducido en
Trejo y Galván, cit., pp. 99-100.
8
“Condenan el aval del fdn y oms a ‘La Quina’, dirigentes”. El Nacional, 14 de
enero de 1989. Documento reproducido en Trejo y Galván, cit.,p. 157. Aquella
carta fue suscrita, en ese orden, por los siguientes dirigentes y miembros del pms:
José Woldenberg, Leonardo Valdés, Uriel Jarquín G., Alejandro Encinas Rodrí-
guez, Rolando Cordera Campos, Luis Salazar Carrión, Enrique Provencio, Adolfo
Sánchez Rebolledo, Pablo Pascual Moncayo, Rosalba Carrasco L. y Gustavo Hi-
rales M.
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10
Carlos Monsiváis, Los mil y un velorios. Crónica de la nota roja en México.
Debate, edición edición para Kindle, 2016, posición 2103.
11
Bertha Hernández, “La nota roja teñida de narco: ‘Los Narcosatánicos’ roban
cámara”. La Crónica, México, 29 de junio de 2019.
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12
Raúl Trejo Delarbre, “El fundamental papel de pipsa”. Punto no. 363, 16 de
octubre de 1989, p. 3.
94
95
14
inegi Anuario Estadístico de los Estados Unidos Mexicanos Edición 1990, Mé-
xico, 1992, p 33.
96
15
Guillermo Ochoa, “Emilio, ‘La Quina’ y yo”. El Universal, 11 de febrero de 2000.
97
16
Ignacio Ramírez, “‘Palillo’ y ‘¡Un presidente sin quina… y salud!”. Proceso
647, 27 de marzo de 1989, p 50.
17
Raúl Trejo Delarbre, “Un programa de TV sustentado en la manipulación y el
miedo”. Punto no. 356, 28 de agosto de 1989, p. 3.
98
18
Salvador Corro, “Suspenden a José Cárdenas por ganar la noticia del resultado
de Miss Universo”. Proceso no. 659, 19 de junio de 1989, pp. 48 - 51.
19
Salvador Corro, “Se consumó la separación de Verónica Ortiz del programa ‘Re-
flexiones’ en el Once”. Proceso no. 659, 19 de junio de 1989, pp, 48 y 49.
99
20
Enrique de Jesús Quibrera Matienzo, Génesis, vocación e identidad de la con-
vergencia en comunicaciones en México Tesis del doctorado en Ciencias Políticas
y Sociales, unam, 2009, p. 437.
21
Teléfonos de México, Historia de la telefonía en México. 1878 - 1991. Teléfo-
nos de México, 1991, pp. 198 y ss.
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22
En promedio, durante 1989 el dólar estadounidense costó 2630 pesos mexicanos
(Carlos Salinas de Gortari, Segundo Informe de Gobierno 1990. Anexo, p. 205). Así
que 6 millones de pesos, que era el precio de un celular, equivalían a 2281 dólares al
tipo de cambio de ese año. Hay que tomar en cuenta que el dólar tenía en 1989 una
capacidad adquisitiva que duplicaba la que alcanzaría tres décadas más tarde. Si se le
añade la inflación de los años que han transcurrido, un dólar de 1989 equivale a algo
más de dos dólares de 2020 (https://www.usdinflation.com/). Así que un celular en
México costaba en 1989 aproximadamente 4500 de los dólares de 31 años después.
23
María Esther Ibarra, “Entre 6 y 8 millones, para disponer de teléfono celular”.
Proceso 680, 13 de noviembre de 1989, p. 12.
24
Quibrera, cit., p. 508.
25
Instituto Federal de Telecomunicaciones, Primer Informe Trimestral Estadístico
2019. México, p. 9.
101
26
Raúl Trejo Delarbre, “Campaña contra Telmex podría llevar a la privatización de
la empresa”. Punto no. 331, 6 de marzo de 1989, p. 4.
102
27
Jaime Litvak King, “Computación y literatura. ¿Otra revolución?”. Universidad
de México. Revista de la unam. México, diciembre de 1989, p. 33.
103
28
“Deuda externa: del agobio a la esperanza”. El Libro del Año 1990. Ediciones de
El Nacional, México, 1989, pp. 154-163.
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105
29
José Woldenberg, “1989 -1990: Un momento plástico”. Nexos, agosto de 2009.
30
“Corriente Crítica Partido Revolucionario Institucional”. Desplegado en Proce-
so no. 647, 27 marzo de 1989, pp. 4-5.
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De la contaminación, a la represión
En todos los espacios de la vida pública se aprecian los contras-
tes entre modernidad y tradiciones. El 20 de noviembre comen-
zó a funcionar el programa Hoy no circula creado por el jefe
del Departamento del Distrito Federal, Manuel Camacho Solís.
De acuerdo con el número de placa, los automóviles dejarían
de transitar una vez a la semana. Se dijo que cada día dejaron
de circular unos 460 mil vehículos32.
31
Raúl Trejo Delarbre, “¿En dónde está José Ramón García?”. Punto no. 357, 4 de
septiembre de 1989, p. 3.
32
“Vivir y sufrir en el df”, en El Libro del año 1990., cit., p. 79.
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33
Carlos Monsiváis, “Del coctel y la calle. Las reinauguraciones”. Punto no. 352,
31 de julio de 1989, p. 17.
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36
Carlos Salinas de Gortari, Primer informe de gobierno. México, 1 de noviembre
de 1989.
37
Carlos Salinas de Gortari, México. Un paso difícil a la modernidad. Plaza y
Janés, México, 2000, 1394 pp.
38
Luis Salazar C., “Modernización y democracia”. Cuaderno de Nexos, en Nexos
139, julio 1989.
113
39
Francisco Báez Rodríguez, “Modernidad: modelo para armar”, en El libro del
año 1990, cit., p. 241.
40
Ibid., pp. 241-242.
41
Octavio Paz, Pequeña crónica de grandes días. fce, México, 1990, pp. 57-58.
114
42
Carlos Puig, “Paz vivió como si nada el jueves 19, cuando la Academia Sueca lo
despreció”. Proceso, 21 de octubre de 1989, p. 44.
115
43
“Inventario. Letras minúsculas”. Proceso no. 645, 13 de marzo de 1989, p. 51.
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1
Panorama nacional,” Político 3 (15 de enero de 1963): 3-5; “Sección especial
de documentos,” Político 3 (15 de enero 1963): 2, 7.
122
2
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, La revolución a futuro (Jiquilpan, Michoacán,
Centro de Estudios de la Revolución Mexicana “Lázaro Cárdenas”, 1985), 11.
3
De acuerdo con entrevistas realizadas por la autora, , fue Rodolfo González Gue-
vara quien propuso originalmente esta estrategia. See Kathleen Bruhn, Taking on
Goliath: The Emergence of a New Left Party and the Struggle for Democracy in
Mexico, (University Park, PA: Penn State Press, 1997): 81.
123
4
Bernardo González Solano, “Sin procedimientos ocultos se designará candidato:
De la Vega,” Unomásuno (Mexico, D.F.), 5 de marzo de 1987: 1, 10-11.
5
El parm no era miembro de lo que se considera tradicionalmente como la iz-
quierda independiente, sino una “paraestatal” independiente del pri solamente en
nombre que usualmente apoyaba al candidato presidencial del pri. Para un análisis
sobre las paraestatales y su breve coqueteo con Cárdenas, ver Bruhn 1997.
124
6
Entrevista de la autora, Ciudad de México, 22 de agosto 1991.
125
7
Muchos académicos han explicado por qué sucedió esto. Para un ejemplo, ver
Bruhn 1997.
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Defectos de nacimiento
8
Los esfuerzos por registrar al partido a través de la realización de asambleas
estatales y demostrando legalmente tener el número mínimo de seguidores fueron
resistidos por el pri-Estado, que se rehusó a ratificar los resultados.
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9
El pms es una excepción parcial a esta regla. Si bien el pms apoyó a Cárdenas de
último minuto, lo hizo bajo el paraguas de un programa negociado de principios
conjuntos, en los que el pms y Cárdenas coincidían. Su apoyo por tanto fue un poco
más ideológico, aunque ciertamente pragmático y estratégico en su esencia..
128
10
Pascal Beltrán del Rio, “El prd se dividió en dos grupos y extravió el camino a
la democracia: Jorge Alcocer.” Proceso, no. 740 (7 de enero 1991): 8.
129
11
Por ejemplo el histórico henriquismo en los años cincuenta.
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131
12
“Declaración de Principios del Partido de la Revolución Democrática (Antepro-
yecto).” La Unidad (12 febrero 1989): 1.
132
13
“Relatoría sobre el anteproyecto de Estatutos,” Reunión del Comité Nacional
Promotor del prd, La Unidad (26 febrero 1989): vi.
14
Artículo 12, sección 4, Documentos Básicos del Partido de la Revolución Demo-
crática,” Serie: Documentos del Primer Congreso Nacional del prd.
133
15
Cuadernos del Tercer Congreso Nacional, Ediciones del cen, (Julio 1995): 30.
16
Dag Mossige, Mexico’s Left: The Paradox of the prd, (Boulder, co: Lynne
Rienner, 2013): 9.
134
17
https://aristeguinoticias.com/2511/mexico/cuauhtemoc-cardenas-renuncia-al-prd-
carta/
135
18
Dag Mossige, Mexico’s Left: The Paradox of the prd, (Boulder, co: Lynne
Rienner, 2013): 8.
19
Estatutos 2011, Frente Amplio. file:///C:/Users/Owner/Downloads/originallibri-
lloestatutos2011.pdf; ver también https://www.frenteamplio.uy/documento/item/37-
estatutos.
20
Estatutos 2011, Frente Amplio, Artículo 8. file:///C:/Users/Owner/Downloads/
originallibrilloestatutos2011.pdf
21
Estatutos 2011, Frente Amplio, Artícilo 10. file:///C:/Users/Owner/Downloads/
originallibrilloestatutos2011.pdf
136
22
Estatuto del Partido de la Revolución Democrática, (Aprobado en el xvi Con-
greso Nacional Extraordinario, celebrado los días 31 de agosto y 1 de septiembre
de 2019), énfasis añadido. Descargado el 8 de marzo2020 desde https://prd.org.
mx/documentos/basicos_2020/Estatuto_prd-xvi_CNE-2019.pdf
137
23
Bruhn 1997: 172-173.
24
Partido de la Revolución Democrática, Estatutos del prd Artículo 2 (México
d.f.: prd, 1990).
138
25
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Llamamiento al pueblo de México (México
d.f.: prd, 1988): 10, 18.
26
Bruhn 1997: 174-175.
139
140
27
Bruhn 1997: 172.
28
prd, Informe sobre las elecciones en Morelos, 1991: 1-2.
29
Ver Kathleen Bruhn, “Choosing how to Choose: From Democratic Primaries
to Unholy Alliances in Mexico’s Gubernatorial Elections.” Mexican Studies/Estu-
dios Mexicanos Invierno 2014, Vol. 30, No. 1: 212-240.
141
30
prd, Documentos Básicos del Partido de la Revolución Democrática, noviem-
bre 1990, artículo 23, secciones 2 and 3.
142
31
prd, Documentos Básicos del Partido de la Revolución Mexicana, México d.f.:
1990, artículo 12, subsección 3.
32
Artículo 14, subsección 3.
33
Jorge Castañeda, La utopía desarmada, (Nueva York: Alfred A. Knopf, 1993:
361).
143
34
“Resoluciones de la Mesa de Movimientos Sociales,” La Unidad 26 de febrero
1989: viii. Negritas en el original.
35
“Resoluciones de la Mesa de Movimientos Sociales,” La Unidad 26 de febrero
1989: viii.
144
36
Artículos 81 y 82, Documentos Básicos del Partido de la Revolución Democrá-
tica: Declaración de Principios y Estatutos. prd, México D.F.: 1990.
145
146
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148
37
En comparación, la actual ola de violencia relacionada al tráfico de drogas pa-
rece ser menos selectiva, ya que afecta a candidatos y funcionarios de todos los
partidos políticos.
38
prd, En defensa de los derechos humanos: Un sexenio de violencia política,
(México D.F.: Grupo Parlamentario del prd, 1994): 19.
39
Mossige 2013: 7.
149
40
prd, En defensa de los derechos humanos: Un sexenio de violencia política,
(México D.F.: Grupo Parlamentario del prd, 1994): 20.
41
prd, En defensa de los derechos humanos: Un sexenio de violencia política,
(México D.F.: Grupo Parlamentario del prd, 1994): 19-20.
150
42
Kenneth Greene, Why Dominant Parties Lose: Mexico’s Democratization in
Comparative Perspective, (Nueva York: Cambridge University Press, 2007).
151
Liderazgo carismático
El liderazgo de Cárdenas fue indispensable para la creación del
prd. Sin Cárdenas, no habría prd. Hubiera existido de cual-
quier manera una izquierda independiente, pero las probabili-
dades de que, en ausencia de Cárdenas, se hubiera fusionado
152
153
Diversidad interna
Al igual que el liderazgo de Cárdenas, la diversidad ideológica
y organizacional del partido fue uno de los rasgos inherentes
desde la fundación. El prd es virtualmente inimaginable sin
sus corrientes. Sus orígenes en un frente amplio hicieron que
muchos de los nuevos miembros del prd llegaran al partido
con la carga de lealtades e identidades preexistentes.
En este contexto, el prd pudo haber tomado varias rutas
diferentes. Pudo haber incrementado la autoridad de Cárdenas
y negarles a las corrientes una vida independiente. Eso proba-
blemente hubiera funcionado en el corto plazo, pero al costo de
deserciones adicionales por parte de aquellos que querían man-
tener su libertad de disentir dentro de cualquier organización.
En el largo plazo, el partido hubiera tenido que pagar un precio
diferente—mayor dependencia de un líder único, y una reputa-
ción como un mero clon del pri (algo de lo que se le acusó de
cualquier manera).
Una segunda opción era registrar y regular a las corrientes
formalmente desde el principio, como lo ha hecho el Frente
Amplio en Uruguay. No hay garantía de que este enfoque hu-
biera tenido efectos marcadamente diferentes en comparación
con la decisión que se tomó de permitir a las corrientes organi-
zarse informalmente mientras se protegía su derecho a existir.
De cualquier forma, los miembros individuales hubieran estado
en desventaja con respecto a los integrantes de las corrientes
en la competencia por candidaturas y cargos en el partido. No
154
Democracia interna
La cuestión de si el prd necesitaba adoptar la democracia in-
terna como su principio operativo es más compleja. Desde un
punto de vista meramente práctico, evidentemente no. Los fun-
dadores del prd estaban en total libertad de seleccionar líderes
155
156
Corporativismo
La decisión menos condicionada que tomó el prd fue la de no
crear un mecanismo formal para la representación de intereses
sectoriales dentro del partido. En última instancia, cualquier
cosa que oliera a corporativismo priista fue rechazado, tanto
por motivos de imagen como para calmar las preocupaciones
de las organizaciones populares de que terminarían siendo
cooptadas por el partido. No obstante, debió haber sido posi-
ble diseñar mecanismos que permitieran elegir representan-
tes de las organizaciones populares de manera independiente,
para que participaran en la vida del partido, lo hicieran rendir
cuentas ante los movimientos e interactuaran regularmente con
militantes de otras organizaciones. Este es precisamente el mo-
delo de participación del pt brasileño, por ejemplo. La doble
militancia era común en el prd, pero al carecer de un espacio
formal para la representación de intereses, el activismo parti-
dista y el activismo en los movimientos procedieron en gran
medida por caminos paralelos. Las organizaciones a menudo
se quejaban de que el partido no escuchaba sus preocupacio-
nes (en efecto, algunas organizaciones como el fpfv más tarde
decidieron “colonizar” el partido—intentando tomar el control
de los órganos locales—para conseguir esta representación). Y
el prd carecía de cualquier tipo de identificación pública con
157
158
159
1
Este capítulo está basado en el trabajo que realicé para mi libro: Inclán, María.
2018. The Zapatista Movement and Mexico’s Democratic Transition. Mobiliza-
tion, Success & Survival. New York: Oxford University Press.
161
162
2
El otro movimiento de relevancia comparable al movimiento zapatista es el
movimiento por la paz con justicia y dignidad desde 2011.
163
164
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166
167
168
Fuente: Inclán, María. 2018. The Zapatista Movement and Mexico’s Democratic Transition.
Mobilization, Success, & Survival. New York: Oxford University Press. Fig
Not
La apertura democrática no solamente ayudó a identificar El á
los escenarios en los que la competencia electoral aumentó has- pred
ta el grado de permitir una alternancia en el poder con eleccio- terc
se c
nes competidas. También ayudó a identificar los bastiones del
partido hegemónico. Como tales, para los manifestantes sim-
patizantes zapatistas, dichos municipios además representaban
los bastiones autoritarios, represores y opositores de la agenda
del movimiento a los que debían demandar mayor apertura, to-
lerancia y representación con su actividad de protesta.
A pesar de que los zapatistas concentraron su actividad
de protesta en municipios priistas y concedieron un periodo
de gracia a los gobiernos perredistas locales, la luna de miel
169
Fuente: Inclán Oseguera, María de la Luz. 2011. “Oportunidades políticas como puertas
corredizas: los zapatistas y su ciclo de protestas.” Estudios Sociológicos 29(87): 795-831.
170
171
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174
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177
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179
180
181
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Rosalva Aída Hernández y Jan Rus, 269-317, México, d.f.:
ciesas y iwgia.
183
184
185
Entrada
El Partido de la Revolución Democrática fue motor y benefi-
ciario del proceso de transición democrática en nuestro país. El
Partido y la democratización no pueden comprenderse el uno
sin el otro. En su primera etapa, desde su fundación (1989) has-
ta finales del año 1993 fue más bien un acicate de los cambios,
pero no concurrió a las dos reformas político-electorales que se
produjeron en ese período. Pero en una segunda etapa (1994 a
1997) no solo reclamó y luchó por transformaciones democra-
tizadoras, sino que coadyuvó, con otros, a dos grandes y suce-
sivas reformas de carácter electoral, que acabaron por asentar
importantes rutinas democráticas.
1
Quizá sea necesaria una aclaración dado el carácter seguramente polémico del texto.
Fui uno de los fundadores del prd. Llegué por la vía de los procesos de unificación
de la izquierda: map, psum, pms, prd. Y abandoné el prd en abril de 1991, junto
con Pablo Pascual Moncayo Y Adolfo Sánchez Rebolledo, por diferencias con su
línea política. Paradójicamente a partir de 1994 pero sobre todo de 1995 algunas de
nuestras ideas e iniciativas se abrieron paso en el partido. También debo aclarar que
fui miembro y presidente del Instituto de Estudios para la Transición Democrática
desde su fundación en 1989 hasta 1994, cuando fui nombrado consejero ciudadano
del Consejo General del ife. Esta nota tiene sentido porque el texto contiene un buen
número de juicios de valor.
187
2
En 1981 los partidos Comunista Mexicano (pcm), del Pueblo Mexicano (ppm) y
Socialista Revolucionario (psr), más los movimientos de Acción Popular (map)
y de Acción y Unidad Socialista (maus) se fusionaron para dar vida al Partido
Socialista Unificado de México (psum). Y en 1987 el psum promueve y se suma
a un nuevo intento unitario con el Partido Mexicano de los Trabajadores (pmt),
el Partido Patriótico Mexicano (ppr), el Movimiento Revolucionario del Pueblo
(mrp) y la Unidad de Izquierda Comunista (uic) para dar paso al Partido Mexi-
cano Socialista (pms). A ese partido se agregaría luego una escisión del Partido
Socialista de los Trabajadores (pst).
188
3
En el “Documento de Trabajo número 2”, fechado el 6 de mayo de 1987, la
Corriente Democrática, entre otras cosas, decía: “Nuestra lucha es por la vigencia
de los principios de la Revolución Mexicana contenidos en los artículos funda-
mentales de la Constitución de 1917. Es por la cabal realización de los objetivos
y programas que sustentan los documentos básicos de nuestro partido…Dos son
las líneas centrales que deberían orientar su actividad: pugnar por el mejoramiento
de las condiciones de vida de los sectores mayoritarios, mediante una reactivación
económica de inspiración nacionalista y popular, e impulsar la democratización
de los procedimientos de participación y de los mecanismos de decisión del parti-
do, como la vía más progresista para un desarrollo democrático…Nuestro partido
consagra métodos democráticos en la selección de todos sus candidatos. Hagamos
que se observen con el respaldo mayoritario de las bases y de la opinión nacio-
nal. Todo a su tiempo. Nuestro partido debe abrir con la anticipación necesaria el
proceso preelectoral, para que se manifiesten las preferencias, se discutan perso-
nalidades y programas, se registren precandidatos y se lleven a cabo las campañas
internas de proselitismo que prevén los Estatutos…”, en Cuauhtémoc Cárdenas.
Sobre mis pasos. Aguilar. México. 2010. P. 206-7.
189
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191
4
Son los años en que en Europa meridional, América Latina y Europa central y
oriental se producen tránsitos de regímenes autoritarios, dictatoriales y totalitarios
a la democracia. Y para quien esté interesado en aquellas transformaciones son
más que recomendable los cuatro tomos compilados por Guillermo O`Donnell,
Philippe C. Schmitter y Laurence Whitehead, Transiciones desde un gobierno au-
toritario. Paidós. 1988.
192
193
6
Contra esa línea política, algunos (muy pocos) sostuvimos la necesidad de con-
tribuir en el proceso de transición a la democracia que, a pesar de todo, estaba en
curso. En nuestra carta de renuncia al prd del 11 de abril de 1991, Pablo Pascual,
Adolfo Sánchez Rebolledo y yo, entre otras cosas escribimos: “El prd no ha po-
dido asumir con claridad y convicción que la mejor ruta para el país es la de una
transición democrática institucional, pacífica, y para ello, pactada. Siguen siendo
nociones predominantes las que apuestan a un desplome del “sistema”, al acorra-
lamiento de las fuerzas oficiales, a la formación de un “movimiento” que no reco-
noce el derecho de los otros y que pretende aparecer como el único capaz de re-
presentar los intereses del pueblo. Es decir, una apuesta que no solo no parece ser
factible en el país, sino que también nos parece indeseable”. La carta completa se
puede consultar en mi libro El desencanto. Cal y Arena. México.2009. P. 215-219.
194
7
Para la reconstrucción de aquel momento y la negociación a la que concurrió
el pan se recomienda el testimonio de F. Antonio Lozano Gracia y Juan Miguel
Alcántara, Voto en libertad. Miguel Ángel Porrúa. México. 2009, ambos partici-
pantes en la confección de las reformas.
195
8
Para ampliar en el tema se puede consultar. Ricardo Becerra, Pedro Salazar, José
Woldenberg. La mecánica del cambio político en México. Elecciones, partidos y
reformas. Cal y Arena. México. 2000. P 209-278.
196
9
Carlos Sirvent. “Las elecciones de 1989 un año después”, en Revista Mexicana
de Ciencias Políticas y Sociales Vol. 36, Nº 141. 1990. Hay que señalar que en di-
ciembre se realizaron nuevas elecciones en Michoacán para elegir los ayuntamien-
tos y que el prd ganó Morelia, Uruapan y Lázaro Cárdenas, ciudades importantes,
pero la tensión política no disminuyó.
197
198
199
200
201
10
Al lector interesado se le sugiere ir al libro de Ricardo Becerra, Pedro Salazar
y José Woldenberg. La mecánica del cambio político en México, antes citado. P.
279-312.
11
En José Woldenberg. Historia mínima de la transición democrática en México.
El Colegio de México. 2012. P. 91-92.
202
12
Los siguientes párrafos retoman la información que se encuentra en Jorge Carpizo,
“La reforma federal electoral de 1994”, en Jorge Alcocer (coordinador), Elecciones,
diálogo y reforma. México 1994. Tomo I. Nuevo Horizonte editores. 1995. P. 13- 91.
203
204
13
El lector interesado puede acudir al texto antes mencionado.
205
206
14
José Woldenberg. Historia mínima… Op. Cit. P. 106
207
15
Ricardo Becerra, “El tercer Congreso del prd: La transición con izquierda”, en Nexos
Nº 214. Octubre de 1995.
208
209
210
16
El lector interesado puede consultar el libro de Ricardo Becerra, Pedro Salazar
y José Woldenberg, La reforma electoral de 1996. F.C.E. Colección Popular. Mé-
xico. 1997.
17
En La Mecánica del cambio político en México, antes citado, Ricardo Becerra,
Pedro Salazar y yo, afirmábamos eso, antes incluso a que se diera la primera alter-
nancia en el Poder Ejecutivo federal. Y hay evidencia suficiente para afirmar que
luego de esa reforma los fenómenos de alternancia en todos los niveles de gobier-
no, de coexistencia equilibrada de diversas fuerzas políticas en los congresos, de
gobernadores de un partido con presidentes municipales de varias organizaciones
o la coexistencia de un presidente de un partido con gobernadores de otros, se
volvió parte del panorama del país.
211
212
213
215
216
1
Profesor de Ciencia Política en el itam, Doctor en Ciencia Política por la Univer-
sidad de Michigan, ex presidente de la Asociación Mundial de Investigadores de
Opinión Pública, wapor (2013-14), Jefe de encuestas del periódico Reforma de
1999 a 2015, Consultor/Director de Encuestas y Estudios de Opinión del periódico
El Financiero desde 2016. Entre sus libros están El votante mexicano (fce 2003),
La decisión electoral (M. A. Porrúa 2009), El cambio electoral (fce 2018) y El
viraje electoral (coordinado, 2019).
217
218
219
2
La deserción estratégica entiéndase como un abandono temporal al partido o
corriente ideológica preferida por razones de lograr un fin como la alternancia, lo
que se ha denominado periodísticamente como el voto útil. En 2000, una parte del
perredismo, y una parte más nutrida aún de izquierdistas, optó por Vicente Fox,
candidato del pan.
3
La deserción ideológica sería el abandono más permanente de la opción parti-
daria a favor de otra opción dentro del mismo lado del espectro ideológico. Entre
2016 y 2018 eso parece haber sucedido, con una significativa transferencia de
lealtades del prd a Morena.
4
La deserción por bandwagon sería el abandono de último momento al partido
preferido para apoyar a quien se percibe como probable ganador de las elecciones.
En 2018, una proporción de perredistas optó por López Obrador, candidato de
Morena, aun considerándose seguidores del prd.
220
221
222
223
Fuentes: "% voto prd", resultados oficiales de las elecciones; y "% de perredistas",
encuestas nacionales reportadas en Moreno (2018), actualizado con datos de posteriores a
la elección de 2018 (encuestas nacionales de El Financiero).
224
225
226
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228
229
230
5
En una encuesta que reporté en la Revista R del diario Reforma el 9 de agosto
de 2015, Morena ya se había posicionado como puntero en las preferencias para
renovar la Jefatura de Gobierno en 2018.
231
232
233
Fuente: Encuestas nacionales de salida del periódico Reforma (2000, 2006, 2012)
y El Financiero (2018).
234
235
236
Fuente: Encuestas nacionales de salida del periódico Reforma (2000, 2006, 2012)
y El Financiero (2018).
237
238
Fuente: Encuestas nacionales de salida del periódico Reforma (2000, 2006, 2012)
y El Financiero (2018).
239
Fuente: Encuestas nacionales de salida del periódico Reforma (2000, 2006, 2012) y El
Financiero (2018).
Consideraciones finales
En treinta años, el prd pasó por un proceso de formación y de-
sarrollo, no solamente ocupando el ala izquierda del electorado
mexicano, sino llegando a dominar el voto anti sistémico y a
tener una base electoral secular afín a una agenda progresista,
con avances en una sociedad mayoritariamente tradicional. Las
elecciones de 2006 fueron el zenit del desempeño electoral pe-
rredista. Pero en 2018, el prd quedó desplazado, si no es que
despedazado. Su voto insigne, el voto de izquierda y el voto de
rechazo al gobierno en turno, dejó de ser la columna vertebral,
y con eso el partido se desvaneció. En ese año el partido del
240
241
242
243
244
245
1
Al inicio de la década de 1970, varios partidos políticos identificados con la
izquierda como el Comunista, el Socialista de los Trabajadores, el Mexicano de
los Trabajadores, además del Demócrata Mexicano solicitaron su registro oficial
247
248
4
Para identificar los partidos que son importantes en un sistema político, Giovanni
Sartori propone tres normas (fuerza electoral, fuerza parlamentaria, ser fiel de la
balanza o chantaje o capacidad de veto para la promulgación de una ley). Partidos
y sistemas de partidos, 1, Madrid, Alianza Editorial, 1076, pp.158-159
249
Con todo, durante los primeros diez años de vida del prd,
Cárdenas fue el gran articulador de la diversidad de grupos y
250
5
Maurice Duverger, uno de los clásicos contemporáneos de la teoría de los parti-
dos políticos, afirma que un partido requiere sobrevivir a su líder fundador. Parti-
dos Políticos, Méx., fce, 1957, pp.21 y 207
251
252
6
La Asamblea de Representantes del df (ardf) no fue un órgano legislativo, sino
una suerte de Consejo Consultivo que, si bien tenía una base electiva (40 asam-
bleístas de mayoría y 26 de representación proporcional), sólo tenía facultades
para emitir bandos de policía y buen gobierno y examinar informes de presupuesto
y cuenta pública.
7
Como bien ha señalado Ariel Rodríguez Kuri, hay que tomar en cuenta “la com-
pleja naturaleza del acto civilizatorio que es la ciudad” y ello hace de entrada que
sea un espacio en disputa, en “Itinerarios políticos de la ciudad de México, 1812-
1929”, en Configuraciones #41, Revista de la Fundación Pereyra y del Instituto de
Estudios para la Transición Democrática, mayo-agosto 2016, p.24
253
8
Durante los años de los “diputados de partido” —1964-1976— , los asientos a
los que los partidos minoritarios tenían acceso se seleccionaban en orden descen-
dente a partir de la votación más alta que los candidatos obtuvieran dentro de sus
respectivos partidos. Esta mecánica favoreció a los candidatos de los distritos ca-
pitalinos, que eran sus mejores exponentes. Peschard, Jacqueline, “Las elecciones
en el Distrito Federal entre 1964 y 1985”, en Estudios Sociológicos, Vol VI,#16,
enero-abril 1988, p.97
9
Desde su fundación en 1939, el pan participó regularmente en las elecciones
federales (salvo en 1976 en que no presentó candidato a la Presidencia), aunque
realmente no tuviera fuerza competitiva y ello llevó a Soledad Loaeza a identi-
ficarlo como un partido de “oposición leal”, porque jugaba las reglas del juego
institucional con el único incentivo de ser un partido testimonial. Por su parte,
el pps y el parm siempre respaldaron al candidato presidencial del pri, aunque
participaban de manera independiente en algunos distritos electorales del país;
estaban ahí para respaldar al partido oficial a cambio de unas pocas diputaciones,
sobre todo locales. “El Partido Acción Nacional: la oposición leal en México”, en
Lecturas de Política Mexicana, El Colegio de México, 1977.
254
10
Peschard, Jacqueline, op. cit., p.82
255
11
En 1979, el df se erigió en “la meca”, es decir, en la tierra prometida para los
partidos políticos que se iban incorporando al cauce institucional. Segovia, Ra-
fael, “Las elecciones federales de 1979”, en Foro Internacional, Vol.xx#3, enero-
marzo 1980, p.406 Más tarde, Juan Molinar y Leonardo Valdés caracterizaron al
df como “la punta de lanza de la erosión del pri”, l la “incubadora de los partidos
de nueva creación”, en “Las elecciones de 1985 en el df”, en Revista Mexicana
de Sociología, Año xlix#2, abril-junio 1987, p.190
12
Peschard, Jacqueline, ibidem, p. 80
256
257
Morena 47.3º
*En alianza con pvem; **Coalición con prd y mc . + 2006 y 2012 en alianza con pvem;
++Coalición con pvem y pnaª 2000Candidatura Común con pt, Converencia, psn y pas; ªª
Alianza con pt y Convergencia y 2012 con pt y mcº En Coalición con pt y pes
Fuente: www. iecm.org.mx
258
13
A partir de la clasificación de Kirchheimer, Angelo Panebianco, contrasta dos
tipos de partidos políticos: uno más ideológico como el “burocrático de masas” y
uno más pragmático, como el “profesional electoral”. Modelos de partido, Alianza
Ed. 1982, p.492
14
Reveles, Francisco (coord..), El Partido de la Revolución Democrática. Los pro-
blemas de la institucionalización, unam-Guernika, 2004.
259
15
Ibidem.
260
16
Las Jefaturas Delegacionales surgieron del voto popular a partir del 2000. Para
un recuento de la reforma política de 1996, véase, Becerra, R., P. Salazar y J. Wol-
denberg, La mecánica del cambio político en México. Méx. Cal y Arena, 2000,
pp.423-456
17
Los datos están tomados del libro de Francisco Reveles, op.cit. p. 43.
261
262
18
Dejando de lado el caso de Cuauhtémoc Cárdenas que fue el líder histórico del
prd, al ocupar la Jefatura de Gobierno del df, tanto amlo como Marcelo Ebrard
y Miguel Mancera se concibieron y comportaron como futuros candidatos presi-
denciales, aunque las coyunturas específicas y el arrastre de amlo en 2012 y el
rompimiento posterior impidieron que así fuera.
19
Datos obtenidos del Laboratorio de Análisis Político y Políticas Públicas, del
Centro de Estudios de la Democracia y Elecciones, uam-Iztapalapa.
263
11 (8 PC y 3
II (2000-2003) 19 29% 17 26% 16 24% 0 0% 1 2% 2 3% 0 0% 66
DS) (17%)
264
VI (2012-2015) 34 52% 13 20% 9 14% 3 5% 2 3% 3 5% 1 2% 1 (Indep.) (2%) 66
19 (Morena)
VII (2015-
(29%), 4(ES)
2018) 16 24% 10 15% 8 12% 1 2% 3 5% 3 5% 1 2% 66
(6%), 1 (H)
(2%)
38 (Morena)
I (2018-2021)
6 9% 11 17% 5 8% 3 5% 2 3% 0 0% 0 0% (57%); 1 (ES) 66
(2%)
Fuentes: 1) Integralia, Reporte Legislativo, ALdf, VI Legislatura (composición de las legislaturas I-VI); 2) Elaboración propia con base
en la información presentada por el IEdf y el TEPJF en sus respectivas páginas de internet (composición de la legislatura VII); 3) IECM
(I Congreso Ciudad de México).
*Movimiento Ciudadano (antes Convergencia); ** Nueva Alianza; *** PC Partido Cardenista, DS Democracia Social, PMP Partido
México Posible, PASC Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina, ES Encuentro Social, H Humanista.
11/08/20 21:44
una ventaja de apenas cinco puntos sobre su más cercano segui-
dor, el pan (33.4%). (Cuadro 2)
Este fenómeno de corrimiento de las preferencias electora-
les, por el efecto de la elección presidencial, se manifestó tam-
bién en la disputa por los asientos de la ALdf que llevó al prd
a perder el predominio alcanzado en 1997, al quedarse sólo con
19 curules, cifra muy semejante a la obtenida por el pan (17
curules), e incluso a la del pri (16 curules). El ascenso del pan
y pvem en la elección presidencial permitió que la distribución
del voto en la capital recuperara parte de su perfil pluralista.
En sintonía con esta situación, al analizar los resultados de
las primeras elecciones para Jefes Delegacionales del 2000, el
esquema de distribución de las fuerzas políticas fue expresión
de la coyuntura del 2000, es decir, una alternancia en la Presi-
dencia y un partido fuerte en el df. La competencia en las dele-
gaciones se centró entre dos fuerzas políticas- al igual que en la
elección presidencial- pero en la capital, ésta no se dio entre el
pri y el pan, sino entre el prd y el pan (el prd ganó 9 de las 16
delegaciones, mientras que el pan se quedó con 7). El pri había
quedado fuera del mapa de cualquier control presupuestario de-
legacional en el df. El pan ganó las jefaturas delegacionales de
las zonas centrales de la ciudad, de composición social de clase
media y combinada, mientras que las que quedaron en manos
del prd se ubicaron en las zonas más populares, o periféricas
de la entidad, como Iztapalapa, Magdalena Contreras, Xochi-
milco, Tlalpan.(Cuadro 4)
Seis años después, en 2006, el prd20 recuperó su nivel ini-
cial de votación de 1997 en la elección para Jefe de Gobierno,
20
En 2006, el prd participó en coalición con el pt y Convergencia (Coalición por
el Bien de Todos).
265
21
El cómputo final dio a Felipe Calderón 35.9% de los votos y a amlo 35.3%.La
elección fue muy cerrada y la diferencia fue apenas de 243,934 votos. ibidem.
266
267
22
Para un análisis de las bases sociales del pri, véase, Pacheco, Guadalupe, Caleidoscopio
electoral. Elecciones en México, 1979-1997, Méx. FCE-IFE-UAMX, 2000, pp.75-100
268
269
270
23
Tejero Gaona, Héctor, “Ciudadanía, organizaciones político-clientelares y es-
tructura política en la CdMx”, en Vidal de la Rosa, Godofredo (Coord.), La iz-
quierda mexicana y el régimen político, uam-Xochimilco, Itaca, 2019, p.263.
24
El texto de Tejero Gaona da cuenta de la lista de organizaciones territoriales que
han existido y se han alimentado de los recursos públicos de la ciudad de México
por la vía de intercambios clientelares con el partido gobernante. Ibidem p.254
271
25
ibidem, p. 261
272
No hay una razón única que explique la drástica caída del prd
en las elecciones de 2018, pero las diversas explicaciones se
26
Un recuento de las elecciones de 2015 en la CdMx se encuentra en Peschard,
Jacqueline, “Elecciones en Ciudad de México: la lucha por la hegemonía”, en
Revista Configuraciones # 41, mayo-agosto 2016, pp.25-34
273
274
27
Hay que recordar que el Jefe de Gobierno saliente, Marcelo Ebrard, había ma-
nifestado su deseo de postularse a la candidatura presidencial y al final cedió el
lugar a amlo.
275
28
La reforma constitucional del df de 2016 otorgó a la CdMx, además de una
Constitución propia, el carácter de entidad federativa con potencial para ser con-
tabilizada en la determinación de reformas constitucionales que requieren del res-
paldo de la mitad más uno de las entidades federativas. Art. 122 constitucional.
29
De los 100 diputados que integraron la Asamblea Constituyente de la CdMx
2016-2017, 60 surgieron de una elección popular (5 junio 2016), 14 fueron nom-
brados por el Senado y 14 por la Cámara de Diputados, 6 por el Presidente de la
República y 6 por el Jefe de Gobierno. Esta fórmula permitió que el pri y el pan
contaran con más representantes designados que los surgidos del voto capitali-
no, mientras que Morena tuvo 22, todos emanados de la elección. El prd obtuvo
19 por elección y 4 por designación. Cabe señalar que los 6 designados por el
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CONV
CONV mc mc
prd-
pri-
Cuajimalpa pan 35.70% prd 40.79% pt- 37.01% pan 41.24% 36.93% pri-pvem 33.77% pri 37.63%
pvem
CONV
prd- prd- pt-
Cuauhtémoc prd 32.50% prd 53.28% pt- 49.30% prd 30.90% pt- 52.88% MORENA 29.42% MOR- 52.50%
CONV mc PES
prd- prd- pt-
Gustavo A.
pan 35% prd 47.61% pt- 54.84% prd 35.09% pt- 58.64% prd-pt 25.18% MOR- 48.91%
Madero
CONV mc PES
prd- prd- pt-
Iztacalco prd 33.70% prd 51.31% pt- 54.27% prd 32.52% pt- 53.85% prd 24.02% MOR- 48.01%
CONV mc PES
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prd- prd- pt-
prd-pt-
Iztapalapa prd 39.10% prd 55.79% pt- 60.54% pt 31.18% pt- 64.11% 36.83% MOR- 48.22%
panAL
CONV mc PES
La prd- prd- pt-
Magdalena prd 32.40% prd 42.47% pt- 53.30% prd 32.18% pt- 51.10% pri-pvem 26.74% MOR- 45.12%
Contreras CONV mc PES
prd- pt-
Miguel
pan 41.90% pan 39.05% pan 43.05% pan 39.41% pt- 44.19% pan 32.98% MOR- 42.17%
Hidalgo
mc PES
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prd-
Tláhuac prd 37.50% prd 49.17% pt- 54.57% 41.67% pt- 49.43% MORENA 30.45% MOR- 47.84%
pt
CONV mc PES
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ostentaba como el nuevo abanderado de dicha corriente políti-
co-ideológica.31 Más allá de tal posibilidad, perder el manejo de
los recursos gubernamentales y de las antiguas delegaciones sí
afectó severamente la lógica de poder que el prd había recrea-
do en el df durante sus veinte años de hegemonía en la capital.
Las organizaciones territoriales, artífices de las redes cliente-
lares más arraigadas en la entidad entendieron el mensaje de
quién manejaría de ahí en adelante los recursos económicos y
los cargos a repartir.
La oleada lopezobradorista se apoderó de la maquinaria po-
lítica del prd, pero también del espacio ideológico que había
ocupado durante la transición a la democracia y en los veinte
años posteriores. Sin embargo, las políticas de izquierda moder-
na, particularmente las relativas a la promoción de los derechos
de las minorías, que habían animado los gobiernos perredistas
en la CdMx no fueron recogidas por las líneas programáticas
de Morena de manera clara. El ropaje de izquierda de Juntos
Haremos Historia fue más retórico que puntual, sin embargo,
quizás sea más justo afirmar que la erosión y el extravío de la
izquierda partidaria en la Ciudad de México no comenzó con la
escisión del prd, sino que fue gestándose con saltos y retroce-
sos a lo largo de sus treinta años de vida como partido político.
31
De las entrevistas realizadas para su trabajo, Héctor Tejera, afirma que algu-
nas organizaciones territoriales argumentaron que sí le reclamaban al prd haberse
aliado a la derecha, abandonado su postura de izquierda. op. cit., p 251
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1
Es importante aquí tomar en cuenta que en los acontecimientos posteriores a las
elecciones de 1988 y en los conflictos poselectorales que se generalizaron des-
pués, la imposibilidad de alcanzar soluciones de compromiso reflejó no sólo la fal-
ta de instituciones de mediación eficaces en el régimen del pri, fuera de los causes
del partido hegemónico, sino también las limitaciones de parte del empresariado
político para negociar y seguir manteniendo la lealtad de sus bases. Esto ha sido
especialmente claro en el caso de los grupos que confluyeron en el Partido de la
Revolución Democrática.
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2
Se ha hablado mucho del apoyo que el dirigente petrolero Joaquín Hernández
Galicia otorgó a la candidatura de Cárdenas; incluso, en los mentideros políticos
de aquellos tiempos se dijo que la detención de ese líder sindical —mejor conoci-
do como La Quina— en el segundo mes del gobierno de Carlos Salinas de Gortari
fue en realidad una represalia por haber roto las reglas de disciplina de la coalición
de poder. La verosimilitud de esta hipótesis se ve reforzada por el hecho de que
todos los dirigentes sindicales oficialistas recurren a los mecanismos distributivos
de La Quina y cometen ilegalidades muy similares, pero sólo contra él se ejerció
acción penal, lo que descarta cualquier intento serio de enfrentamiento contra la
impunidad del sindicalismo patrimonial por parte del gobierno de Salinas.
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3
La ruptura no fue de un solo golpe; en la medida en que crecía la candidatura de
Cárdenas, se iban sumando a ella más grupos, no sólo provenientes del pri, sino
también de la izquierda.
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4
Para fundamentar este aserto bastaría con contrastar, distrito por distrito, la vota-
ción del fdn con la personalidad del candidato a diputado o, en algunos estados,
a senador. Sin embargo, los resultados por distrito de la elección de 1988 nunca
se publicaron en el Diario Oficial de la Federación. No deja de resultar ilustrativa
la negativa de Porfirio Muñoz Ledo a que se abrieran los paquetes electorales de
la elección de senadores del Distrito Federal, mientras que clamaba porque se
abrieran los de la elección presidencial. Es inimaginable una actitud plenamente
democrática de los candidatos procedentes de la tradición política priísta, aunque
la quema de los paquetes electorales impidió cualquier constatación empírica. Sin
embargo, baste recordar que en el distrito cuarenta del Distrito Federal, donde era
candidato José Luis Alonso, ex presidente del pri en aquella entidad, la votación
del Cárdenas fue proporcionalmente mucho más copiosa que en el resto de los
distritos electorales de la Ciudad de México. El distrito cuarenta es un distrito semi
rural, donde las redes de reciprocidad están prácticamente intactas. Sin la maqui-
naria fabricante de votos tras de sí, los candidatos del fdn no hubieran obtenido
los aparentemente sorprendentes resultados que obtuvieron.
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5
Véase también la entrevista de Pascal Beltrán del Río con Arnaldo Córdova en
Proceso, núm. 755, 22 de abril de 1991: pp.20-23.
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1
Una exposición precisa de la noción del término es la Fernando Escalante Gon-
zalbo, Historia mínima del neoliberalismo, México, El Colegio de México.
2
He intentado una primera aproximación a este asunto en “Las élites en México:
un déficit de honor” en Horizontal: https://horizontal.mx/las-elites-en-mexico-un-
deficit-de-honor/
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3
Para documentar estos momentos de la historia política ver Elisa Servín, Ruptura
y oposición: el movimiento henriquista 1945-1954, México, Cal y Arena, 2001;
Soledad Loeaza, “La reforma política de Manuel Ávila Camacho” en Historia
Mexicana, Vol.63, No. 1 (249), julio de 2013; Ariel Rodrìguez Kuri, “Los años
maravillosos: Adolfo Ruiz Cortines” en Will Fowler, coordinador, Gobernantes
mexicanos, México, Fondo de Cultura Económica, 2008, vol II.
4
Enrique Semo hace una buena presentación del asunto; ver La búsqueda. 1. La
izquierda mexicana en los albores del siglo xxi, México, Océano, 2003.
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5
Así debe leerse también la historia de las izquierdas mexicanas, por más que
impere un canon pesimista en la literatura especializada. Véase por ejemplo Ba-
rry Carr, La izquierda mexicana a través del siglo xx, México, era, 1996; Calos
Illades, El futuro es nuestro: historia de la izquierda en México, México, Océano,
2018; Jorge Alonso, En busca de la convergencia: el Partido Obrero Campesi-
no Mexicano, México, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en An-
tropología Social, 1990; Elvira Concheiro, Massimo Modonesi, Horacio Crespo,
coordinadores, El comunismo: otras miradas desde América Latina, México, Uni-
versidad Nacional Autónoma de México, Centro de Investigaciones Interdiscipli-
narias en Ciencias y Humanidades, 2011.
332
6
Heberto y el prd, Luis Villoro, editor, México, Proceso, Fundación Heberto Cas-
tillo Martínez, 1999.
7
La campaña de Henríquez en Servín, Ruptura y oposición, op. cit.
8
Semo, La búsqueda, op. cit., 66.
333
9
Para una crítica de los comunistas a la legislación electoral alrededor de 1970 ver
la compilación documental Partido Comunista Mexicano, 1967-1972, México,
Ediciones de Cultura Popular, 1973, por ejemplo 28-46.
10
Una reseña de la campaña de 1964 del Frente Electoral del Pueblo es la de Juan
de la Fuente Hernández, Contra viento y marea, Chapingo, Universidad Autóno-
ma de Chapingo, 2013, 73 ss.
334
Resultados pequeños
Así, un tema fundamental es la brevedad dramática de la his-
toria electoral de las izquierdas (comparada con la historia de
las izquierdas en casi cualquier otro contexto medianamente
11
Dudo de la utilidad analítica del término nueva izquierda; a mi juicio es un
concepto amorfo y atrapado en el vocabulario evanescente de lo que estudia: Ariel
Rodriguez Kuri, Historia mínima de las izquierdas en México, México, El Colegio
de México, en prensa.
12
Respecto a una nueva resignificación de la década de 1970 hemos argumentado
con amplitud Renato González Mello y yo en “El fracaso del éxito, 1970-1985” en
Nueva historia general de México, México, El Colegio de México, 2010.
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14
Dos enfoques críticos del caudillismo en el prd por dos militantes en Semo, La
búsqueda, op. cit., 109 ss. y Garabito, Apuntes para el camino, op. cit.
15
Un seguimiento detallado el de Jean-Francois Prud-homme, Coyunturas y cam-
bio político, México, El Colegio de México, 2014.
338
16
Con lo cual no infiero que no haya estudios que traten de aprehender el funciona-
miento más íntimo del prd; ver por ejemplo S. Ìlgü Özer, “Out the Plaza and into
the Office: Social Movement Leaders in the prd”, Mexican Studies/Estudios Mexi-
canos, volumen 25, no. 1, invierno 2009, pp. 125-154; Anne Pivron, “Anatomía de
un partido de oposición mexicano: la estructura del juego político en el Partido de la
Revolución Democrática (1989-1997)”, Estudios Sociológicos, xvii: 49, 1999; Tina
Hilgers, “Causes and Consequences of Political Clientelism. Mexico´s prd in Com-
parative Perpective”, Latin American Political and Society, 50, 4, Invierno 2008.
339
17
Ricardo Becerra, Pedro Salazar y José Woldenberg, La mecánica del cambio
político en México: elecciones, partidos y reformas, México, Cal y Arena, 2005
y José Woldenberg, Historia mínima de la transición democrática, México, El
Colegio de México, 2013.
18
De la Madrid nunca dijo que Salinas de Gortari no ganó las elecciones presiden-
ciales, pero en cambio otorga muchos indicios de la manipulación de los resultados
en los comités distritales; así lo plantea en varios lugares: a fines de la década de
1990, por ejemplo, en Jorge G. Castañeda, La herencia. Arqueología de la sucesión
presidencial en México, México, Alfaguara, 1999, 220-221; luego en sus memorias
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21
La noción de escena primaria fue traída al análisis histórico en un texto excep-
cional: Marshall Berman, Todo lo sólido se desvanece en el aire. La experiencia
de la modernidad, México, Siglo xxi, 1981.
22
Así podría interpretarse la versión de De la Madrid sobre la designación de Sa-
linas; ver Castañeda, La herencia op. cit., 212-215; ver asimismo cómo justifica
Salinas no haber recurrido al método de comparecencias públicas en el caso de
Luis Donaldo Colosio en el mismo trabajo, pág. 289.
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23
Cárdenas, Sobre mis pasos op. cit., 260, recordará con sequedad los saludos de
Fidel Castro y Daniel Ortega aún antes de la calificación.
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24
Cárdenas, Sobre mis pasos op. cit., 254-258.
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25
Sigo de cerca el argumento de Paul L. Haber, “Las relaciones entre movimientos
sociales y partidos políticos en México” en Jorge Cadena-Roa y Miguel Armando
López Leyva, coordinadores, El prd: orígenes, itinerario, retos, México, unam,
Ficticia Editorial, 2013, pp.45-46.
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26
La debilidad de las apelaciones de clase en los principios del prd, hacia 2007,
se exhiben en Modonesi, Para entender el Partido de la Revolución Democrática
op. cit., 43-50.
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27
Hélèn Combes, “El prd desde las interacciones con el entorno militante: el
papel de los dirigentes multiposicionados (1989-2000)” en Cadena-Roa y López
Leyva, coordinadores, El prd op. cit., pág. 175, c. 5.
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28
Para estos argumentos véase Louise Walker, Waking from the
dream: Mexico's middle classes after 1968, Stanford, Sanford Uni-
versity Press, 2013 y Rodriguez Kuri y González Mello, “El fracaso
del éxito, 1970-1985” op. cit.
352
29
Federico Finchelstein, Del fascismo al populismo en la historia, Barcelona, Tau-
rus, 2019.
353
30
T. S. Elliot, Función de la poesía y función de la crítica, Jaime Gil de Biedma,
editor, Barcelona, Tusquets, 1999, pp.
31
Ernesto Laclau, La razón populista, México, Fondo de Cultura Económica, 2006.
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32
Para una cronología del proceso ver Héctor Alejandro Quintanar, Las raíces del
Movimiento de Regeneración Nacional. Antecedentes, consolidación partidaria y
definición ideológica de morena, prólogo de Lorenzo Meyer, México, Ítaca, 2017.
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Kathleen Bruhn
Profesora de ciencia política en la Universidad de California, Santa Barbara.
Es autora de los libros Urban Protest in Mexico and Brazil (Cambridge Uni-
versity Press), Mexico: The Struggle for Democratic Development (with Dan
Levy, uc Press), y Taking on Goliath: The Emergence of a New Left Party
and the Struggle for Democracy in Mexico (Penn State University Press),
este último sobre los orígenes del prd. Ha escrito sobre partidos políticos,
democracia y protesta social en México y otros países latinoamericanos.
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