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AÑO 1 // NÚM 1// ENERO 2020

titivillus Revista literaria

Los mejores libros del


siglo que termina

El año nuevo
en libros

La oveja negra
y otras fábulas:
Augusto
Monterroso

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L

Carta del editor


a revista de literatura Titivillus presenta su primer número a los lectores. Si estás leyendo

titivillus esto, ya logramos captar tu atención acerca del contenido y tal vez te resulte interesante
lo que se muestra en cada una de sus páginas.
Titivillus es una revista enfocada a lectores exigentes, pero dispuestos a entretenerse; cultos,
pero no solemnes; y atentos a los nuevos medios y canales informativos, así como a la cultura,
Carta del editor 3 las artes y las tecnologías.
Los mejores libros del siglo 4 Es un ejercicio que materializa un concepto de diseño resultado de una breve investigación
La oveja negra y otras fábulas 8 sobre publicaciones similares y que actualmente son una categoría de público muy estudiado
Cuentistas mexicanas 16 por la situación que vivimos en México. Como ejercicio, presenta un repertorio de temas que
los especialistas han construido por sí solos.
Todavía puede presentar interferencias o ruidos en su configuración, pero el propósito es afinar
detalles y mostrar en cada número temas de interés, variados, cada vez más entonados, armó-
nicos y útiles.
Invitamos a hojear y ojear esta muestra de diseño editorial, comparar las versiones y ejercer la
réplica que toda publicación merece: la de sus lectores críticos y atentos. t

Directora general
Ana Laura Pérez Flores
ana@titivilius.mx

Editora
Anyi Valerdi
anyi@titivilius.mx

Redacción
Banziflor Salas
banzi@titivilius.mx

Programación
Emmanuel García
emmanuel@titivilius.mx

Directora comercial
Christián Victoria Fernández
christian@titivilius.mx

Administración
Ricardo Miñón
ricardo@titivilius.mx

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Los mejores
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1. 2666, Roberto Bolaño


"2666 es lo mejor de una producción literaria prematuramente interrum-

libros del siglo


pida", escribió Ana María Moix en Babelia en 2004, "Amalfitano, uno de
los protagonistas de la segunda de las cinco partes o novelas que compo-
nen 2666, obra póstuma de Roberto Bolaño (1953-2003), publicada ori-
ginalmente en Anagrama y actualmente disponible en Alfaguara, reme-
mora desde México una conversación sostenida, hacía años en Barcelona,
con un joven farmacéutico que pasaba sus noches de guardia leyendo.
Al joven le gustaba leer novelas breves como La metamorfosis, de Kafka;
Bartleby, el escribiente, de Melville; Un corazón simple, de Flaubert, o Un
por: javier rodríguez marcos cuento de Navidad, de Dickens, títulos que escogía en lugar de El proceso,
Moby Dick, Bouvard y Pécuchet o El Club Pickwick, novelas largas de los

H
acer listas, escribe Alberto Manguel en su Diario tado minuciosamente por Adolfo Bioy Casares en un dia- citados autores. 'Qué triste paradoja, pensó Amalfitano', escribe Bolaño.
de lecturas, da lugar a cierta arbitrariedad mágica, rio ya ineludible—, ningún escritor ha influido tanto como 'Ya ni los farmacéuticos ilustrados se atreven con las grandes obras, im-
como si la simple asociación pudiera crear sentido. Roberto Bolaño en las nuevas generaciones. Que sus libros perfectas, torrenciales, las que abren caminos en lo desconocido. Escogen
Pues bien, ¿qué sentido se puede encontrar en una lista que empezasen a publicarse en Anagrama y actualmente lo ha- los ejercicios perfectos de los grandes maestros (...)'. Y, de hecho, eso es
trata de hacer balance de las dos primeras décadas del siglo gan en Alfaguara —las dos editoriales más presentes en la 2666: una gran obra torrencial, que abre caminos en lo desconocido".
XXI? Empecemos por el principio. El martes 11 de septiem- lista de Babelia— es otro síntoma del peso de algunos sellos Moix apunta que las cinco partes de esta gran obra pueden leerse por
bre de 2001, dos aviones de pasajeros secuestrados por te- en la creación del gusto contemporáneo. separado, pero se perdería la grandeza que alcanzan juntas.
rroristas suicidas derribaron las Torres Gemelas de Nueva Acaso por una mera cuestión generacional, la literatu-
York, mataron a casi 3.000 personas y cambiaron el mundo ra canónica de las dos primeras décadas del siglo XXI se
para siempre. De paso, mandaron al trastero de las hipótesis ha ocupado de hurgar en las heridas del XX. Las guerras
la teoría hegeliana del fin de la historia reciclada por Fran- mundiales, la guerra civil española, la posguerra, la des-
2. Austerlitz, W. G. Sebald
cis Fukuyama tras la caída del muro de Berlín y zanjaron colonización, las migraciones, el apartheid, las dictaduras
La novela del alemán W. G. Sebald (1944-2001) narra la odisea vital de un hombre sin histo-
la discusión sobre si el siglo XXI empezaba en el año 2000 latinoamericanas, la caída del imperio soviético, los femi-
ria llamado Jacques Austerlitz en busca de ese tejido perdido en el tiempo que son sus padres.
o en 2001. La guerra de las galaxias se quedó en choque de nicidios en Ciudad Juárez o las turbulencias en Oriente
El protagonista camina sobre los restos de una devastación insoportable después de dos guerras.
civilizaciones. Los ordenadores pasaron la prueba del efecto Próximo pueden rastrearse en la obra del propio Bolaño,
Austerlitz es una formidable representación del destino del hombre moderno llevado a un extre-
2000, pero sus usuarios —la nueva gran palabra— entraron Ian McEwan, W. G. Sebald, Javier Marías, Javier Cercas,
mo: el del desarraigo extremo; también lo es de la capacidad de supervivencia del ser humano.
en la era del miedo, la inseguridad, la precariedad, la inti- Tony Judt, Mario Vargas Llosa, J. M. Coetzee, Zadie Smith,
midad (pública) y la realidad (virtual). Svetlana Aleksiévich, Emmanuel Carrère, Marjane Satrapi
El futuro había llegado tan pronto en forma de metralla que o Edmund de Waal.
los cines se llenaron de remakes; las librerías, de cánones, Pero si esos autores empiezan a ser canónicos no es solo
recuentos y resúmenes y listas de lo muy muy y lo más más por los temas que abordan, sino por el modo en que lo ha-
3. La belleza del marido, Anne Carson
(que había que ver, leer y escuchar… antes de morir). Tam- cen: mezclando realidad y ficción, narración y reflexión,
Anne Carson (1950) abordó en La belleza del marido el conflicto desencadenado por
bién de relatos con un fondo de historia universal y libros dinamitando los géneros tradicionales o dejando que su
su separación. “Hay en este poemario”, escribió el crítico Ángel Rupérez en 2003, “una tensión
de no ficción o de autoficción que dan tanto valor a la tra- intimidad sin filtros discuta con la historia universal. Ese
entre la idealización inicial del marido (…) y el derrumbe de ese ídolo que consigue sobrepasar
ma como a su making-of. Incapaz de imitar a una realidad yo con voluntad de nosotros es el que ha producido además
con creces el anecdotario más estrictamente autobiográfico y confesional, constantemente con-
presente que parecía de novela, la literatura se volcó en el títulos como los de Joan Didion, Lucia Berlin, Anne Car-
vertido en materia poética contaminada por un continuo y soterrado —no explícito— aliento
pasado, en la memoria (histórica y a secas), en las investi- son y Raúl Zurita —que tituló su obra magna con su propio
lírico hecho de elegía comedida y de creencia incondicional en la belleza”.
gaciones periodísticas, en la primera persona y en la propia apellido—, pero sobre todo los seis volúmenes de Karl Ove
literatura, que se volvió metatodo. Knausgård. t
De ahí el triunfo absoluto de 2666, un libro total com-
puesto de cinco partes y publicado en otoño de 2004, al año
siguiente de la muerte de su autor. Desde Borges —retra

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4. La fiesta del chivo, Mario Vargas Llosa 8. Borges, Adolfo Bioy Casares
La Fiesta del Chivo es un relato sobre el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo Molina “De las 20.000 páginas de cuadernos íntimos que Bioy (1914-1999) escribió a lo largo de su vida,
y, a la vez, un impresionante fresco de la corrupción destructiva de las dictaduras. En su crítica su relación con Borges ocupa 1.700”, explicó en una información de 2006 Javier Rodríguez
de 2000, el argentino Tomás Eloy Martínez definió la novela del premio Nobel Mario Vargas Marcos. Son las que preparó para este volumen antes de morir: “Aunque el libro se extiende
Llosa (Arequipa, 1936) como “un retrato implacable del poder absoluto en una novela que se lee entre 1931 y 1989, Bioy resume los 15 primeros años en una decena de páginas. Eso sí, brillantes.
sin respiro de principio a fin”. Los diarios borgianos de Bioy están llenos de literatura”. Borges dijo que su relación era una
profunda amistad “sin intimidad” cuya piedra angular eran los libros.

5. Expiación, Ian McEwan 9. Verano, J.M. Coetzee


Con minuciosidad y un talento infinito, el británico Ian McEwan (Aldershot, 1948) ha ido cons- Verano, la tercera entrega de las memorias del sudafricano J. M. Coetzee (1940), “revela
truyendo una obra tan variada como imprevisible. Expiación es una de sus novelas más célebres, una audacia literaria que no por consecuente con la última parte de su obra deja de ser un reto
mucho antes de que fuese llevada al cine. En su crítica, Andrés Ibáñez calificó en 2002 la nove- original”, escribió José María Guelbenzu en 2010. En este libro, cinco entrevistados crean
la como “un relato de una ambición y un alcance nada frecuentes”. “Es, ante todo”, proseguía, con su testimonio un Coetzee personal e íntimo, en un documento que manifies-
“un triunfo de la imaginación creadora. ta la viveza de espíritu del escritor y su apuesta irreductible por la verdad literaria.

6. Limónov, Emmanuel Carrère 10. El año del pensamiento mágico, Joan Didion
Emmanuel Carrère (París, 1957) ha construido un género propio en el que mezcla la autobio- “La obra de no ficción de Joan Didion (1934) ejemplifica bien el género conocido como ensayo
grafía con el retrato de personajes insólitos. Así definió el autor a su protagonista en 2013: “Ha personal, una forma de escritura cuyo objetivo es someter a examen circunstancias de orden
sido granuja en Ucrania, ídolo del underground soviético, mendigo y después mayordomo histórico o sociológico desde una perspectiva radicalmente subjetiva”, escribió en 2005 en estas
de un millonario en Manhattan; escritor en París, soldado en los Balcanes, y, aho- páginas Eduardo Lago. Este libro de duelo es, en palabras del escritor, “el más personal por lo ínti-
ra, en el inmenso burdel del poscomunismo en Rusia, viejo jefe carismático de un par-
tido de jóvenes desesperados. e considerar un cabrón: yo no me atrevo a juzgarlo”.

7. Tu rostro mañana, Javier Marías


Javier Marías cerró su trilogía Tu rostro mañana en 2007 con Veneno y sombra y adiós, en la que
reflexiona sobre el egoísmo, la verdad y la culpa. José-Carlos Mainer calificó la obra de ejem-
plo del género de la autoficción: “Marías ha logrado la construcción más sostenida, compleja
e importante que tal voluntad (de estilo y de género) ha producido en las nuevas letras españo-
las”. Mainer describe la obsesión por “la naturaleza de la verdad” y cree que “el punto de partida
de la existencia. es el egoísmo”.

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La oveja negra
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y otras fábulas
Augusto Monterroso

E
l narrador y ensayista hondureño Augusto Monterroso pasó a
la historia gracias a sus breves relatos, especialmente 'El dino-
saurio'.
Hay autores a los que les basta un texto para apuntar su nombre en la
historia de la literatura. En el caso del escritor y narrador hondureño
Augusto Monterroso, ese texto fue un relato corto que tenía “interpre-
taciones tan infinitas como el universo mismo”, según señaló.
Monterroso —que falleció el 7 de febrero de 2003 en la Ciudad de Mé-
xico—, presentó dicho texto, “El dinosaurio”, dentro de su primera
compilación de cuentos, Obras completas (y otros cuentos), publicada
en 1959. Desde entonces su trabajo literario, al igual que el personaje
principal de su relato, se ha mantenido presente en el imaginario co-
lectivo.
Nacido el 21 de diciembre de 1921 en Tegucigalpa, Honduras, Augusto
Monterroso Bonilla creció manteniéndose alejado de la patria donde
nació y se instaló junto a sus padres en Guatemala. Durante su adoles-
cencia, el hijo de Vicente Monterroso y Amelia Bonilla se enfrentó a los
estragos que la Segunda Guerra Mundial y la dictadura de Jorge Ubico
provocaron en el país centroamericano, dificultando el crecimiento de
su sociedad pero orillándolo a interesarse en las problemáticas polí-
ticas que golpeaban a la nación. En esta edición, decidimos retomar
algunos de sus textos más representativos. t

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U H

El conejo y el león
n célebre Psicoanalista se encontró cierto día en medio de la ace muchos años vivía en Grecia un hombre llamado Ulises

o quién engaña a quién


La tela de Penélope,
Selva, semiperdido. (quien a pesar de ser bastante sabio era muy astuto), casado
Con la fuerza que dan el instinto y el afán de investigación con Penélope, mujer bella y singularmente dotada cuyo único
logró fácilmente subirse a un altísimo árbol, desde el cual pudo ob- defecto era su desmedida afición a tejer, costumbre gracias a la cual
servar a su antojo no sólo la lenta puesta del sol sino además la vida y pudo pasar sola largas temporadas.
costumbres de algunos animales, que comparó una y otra vez con las Dice la leyenda que en cada ocasión en que Ulises con su astucia ob-
de los humanos. servaba que a pesar de sus prohibiciones ella se disponía una vez más a
Al caer la tarde vio aparecer, por un lado, al Conejo; por otro, al León. iniciar uno de sus interminables tejidos, se le podía ver por las noches
En un principio no sucedió nada digno de mencionarse, pero poco preparando a hurtadillas sus botas y una buena barca, hasta que sin
después ambos animales sintieron sus respectivas presencias y, cuando decirle nada se iba a recorrer el mundo y a buscarse a sí mismo.
toparon el uno con el otro, cada cual reaccionó como lo había venido De esta manera ella conseguía mantenerlo alejado mientras coquetea-
haciendo desde que el hombre era hombre. ba con sus pretendientes, haciéndoles creer que tejía mientras Ulises
El Léon estremeció la Selva con sus rugidos, sacudió la melena ma- viajaba y no que Ulises viajaba mientras ella tejía, como pudo haber
jestuosamente como era su costumbre y hendió el aire con sus garras imaginado Homero, que, como se sabe, a veces dormía y no se daba
enormes; por su parte, el Conejo respiró con mayor celeridad, vio un cuenta de nada.
instante a los ojos del León, dio media vuelta y se alejó corriendo.
De regreso a la ciudad el célebre Psicoanalista publicó cum laude su
famoso tratado en que demuestra que el León es el animal más infantil
y cobarde de la Selva, y el Conejo el más valiente y maduro: el León
ruge y hace gestos y amenaza al universo movido por el miedo; el Co-
nejo advierte esto, conoce su propia fuerza, y se retira antes de perder
la paciencia y acabar con aquel ser extravagante y fuera de sí, al que
comprende y que después de todo no le ha hecho nada.

E
n un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra.

La oveja negra
Fue fusilada.
Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua
ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápida-
mente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ove-
jas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.

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A U
n día el Mal se encontró frente a frente con el Bien y estuvo a

Monólogo del mal


pesar de lo que digan, la idea de un

Caballo imaginando a Dios cielo habitado por Caballos y presi- punto de tragárselo para acabar de una buena vez con aquella
dido por un Dios con figura equina disputa ridícula; pero al verlo tan chico el Mal pensó:
repugna al buen gusto y a la lógica más ele- “Esto no puede ser más que una emboscada; pues si yo ahora me trago
mental, razonaba los otros días el Caballo. al Bien, que se ve tan débil, la gente va a pensar que hice mal, y yo me
Todo el mundo sabe —continuaba en su ra- encogeré tanto de vergüenza que el Bien no desperdiciará la oportuni-
zonamiento— que si los Caballos fuéramos dad y me tragará a mí, con la diferencia de que entonces la gente pen-
capaces de imaginar a Dios lo imaginaría- sará que él sí hizo bien, pues es difícil sacarla de sus moldes mentales
mos en forma de Jinete. consistentes en que lo que hace el Mal está mal y lo que hace el Bien

H
está bien.”
ubo una vez un Rayo que cayó dos ve-

El rayo que cayó dos


veces en el mismo sitio
Y así el Bien se salvó una vez más.
ces en el mismo sitio; pero encontró
que ya la primera había hecho sufi-
ciente daño, que ya no era necesario y se de-

D
ice la tradición que en un lejano país
Los otros seis

existió hace algunos años un Búho


que a fuerza de meditar y quemarse
las pestañas estudiando, pensando, traducien-
do, dando conferencias, escribiendo poemas,

La cucaracha
cuentos, biografías, crónicas de cine, discur-
sos, ensayos literarios y algunas cosas más,
llegó a saberlo y a tratarlo prácticamente todo
en cualquier género de los conocimientos hu-
manos, en forma tan notoria que sus entusias-

E
tas contemporáneos pronto lo declararon uno
de los Siete Sabios del País, sin que hasta la ra una vez una Cucaracha llamada Gregorio Samsa que soñaba
fecha se haya podido averiguar quiénes eran que era una Cucaracha llamada Franz Kafka que soñaba que era
los otros seis. un escritor que escribía acerca de un empleado llamado Grego-
rio Samsa que soñaba que era una Cucaracha.

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E
n la Selva vivía hace mucho tiempo un Fabulista cuyos criticados

El fabulista y sus críticos


se reunieron un día y lo visitaron para quejarse de él (fingiendo

C
alegremente que no hablaban por ellos sino por otros), sobre la
erca del Bosque de Chapultepec vivió hace tiempo un hombre base de que sus críticas no nacían de la buena intención sino del odio.
Los cuervos bien criados
que se enriqueció y se hizo famoso criando Cuervos para los Como él estuvo de acuerdo, ellos se retiraron corridos, como la vez que
mejores parques zoológicos del país y del mundo y los cuales la Cigarra se decidió y dijo a la Hormiga todo lo que tenía que decirle.
resultaron tan excelentes que a la vuelta de algunas generaciones y a
fuerza de buena voluntad y perseverancia ya no intentaban sacar los
ojos a su criador sino que por lo contrario se especializaron en sacárse-
los a los mirones que sin falta y dando muestras del peor gusto repetían
delante de ellos la vulgaridad de que no había que criar Cuervos porque
le sacaban a uno los ojos.

H
abía una vez una Rana que quería ser

La rana que quería


ser una rana auténtica
una Rana auténtica, y todos los días
se esforzaba en ello.
Al principio se compró un espejo en el que se
miraba largamente buscando su ansiada au-
tenticidad.
Unas veces parecía encontrarla y otras no, se-
gún el humor de ese día o de la hora, hasta que
se cansó de esto y guardó el espejo en un baúl.
Por fin pensó que la única forma de conocer su
propio valor estaba en la opinión de la gente,
y comenzó a peinarse y a vestirse y a desves-
tirse (cuando no le quedaba otro recurso) para
saber si los demás la aprobaban y reconocían
que era una Rana auténtica.
Un día observó que lo que más admiraban de
ella era su cuerpo, especialmente sus piernas,
de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a
saltar para tener unas ancas cada vez mejores,
y sentía que todos la aplaudían.
Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dis-
puesta a cualquier cosa para lograr que la con-
sideraran una Rana auténtica, se dejaba arran-
car las ancas, y los otros se las comían, y ella
todavía alcanzaba a oír con amargura cuando
decían que qué buena Rana, que parecía Pollo.

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16 // titivillus
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Los libros que


esperamos este año
por: redacción será su última novela. Ca- obra a medio camino entre chica, basadas en su propia

C
sas y tumbas, ya publicada lo real y lo inventado. experiencia como periodis-
ada nuevo año es en euskera, sigue la relación Los grandes de la lite- ta musical.
una invitación a un de amistad de dos hombres ratura anglosajona también 2020 también será el mo-
nuevo comienzo, a través de varias décadas, estarán presentes entre las mento de leer las obras de
y entre los propósitos de lugares y momentos vitales. novedades del año que en- algunos de los grandes de la
año nuevo un clásico es el Otro gran nombre de nues- tra. En Quijote, Salman literatura que nos han deja-
de encontrar más tiempo tra literatura, Almudena Rushdie toma la obra de do recientemente. Es el caso
para la lectura. Por suerte, Grandes, también tiene una Cervantes como guía para de la premio Nobel Toni
las novedades editoriales obra preparada para el ini- presentarnos a un Alonso Morrison, de quien llegará
previstas para los primeros cio de 2020. En La madre de Qyijano y un Sancho Panza La fuente de la autoestima,
meses de 2020 son lo sufi- Frankenstein, un psiquiatra en los EE UU contemporá- una recopilación de ensa-
ciente atractivas como para regresa a la España de los neos. En La cucaracha, Ian yos y discursos sobre temas
ponernos un poco más fácil años 50 tras salir al exilio, lo McEwan satiriza sobre uno sociales y políticos. En Km
dejarnos enganchar por la que desencadena una tela- de los asuntos de mayor ac- 123, por último, tenemos la
literatura. Hoy en Titivi- raña de relaciones entre las tualidad, el brexit, en una última muestra de la maes-
llus, seleccionamos algunas personas que trabajan en el obra que da una vuelta de tría de Andrea Camilleri en
de esas obras que hay que manicomio de mujeres en tuerca a La metamorfosis de torno a la novela negra. t
marcar en el calendario con el que trabaja. Y en marzo Kafka. Otra británica, Cait-
rotulador rojo. Tras recibir llegará A corazón abierto, la lin Moran, promete grandes
el Premio Nacional de las novela en la que Elvira Lin- dosis de humor e ironía en
Letras 2019, Bernardo Atxa- do se sumerge en la vida de Cómo ser famosa, continua-
ga publica la que, asegura, sus padres para crear una ción de Cómo se hace una

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